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Terapia Cognitiva Conductual

La Terapia Cognitiva- Conductual es un modelo de tratamiento de diversos trastornos


mentales, que trabaja ayudando al paciente a que cambie sus pensamientos, emociones,
conductas y respuestas fisiológicas disfuncionales por otras más adaptativas para combatir
sus problemas o en este caso la depresión. Y que como su nombre lo indica, surgió por la
unión de dos grandes teorías de la psicología. Este modelo está conformado por un grupo de
intervenciones que se ponen en práctica luego de una exhaustiva evaluación de las
características biopsicosociales del paciente, y que tiene en cuenta el visto bueno,
compromiso y colaboración del mismo y sus allegados (Kriz, 2007).

Este modelo de psicoterapia es estructurado, activo y centrado en el problema. El tratamiento


dura normalmente entre 10 y 20 sesiones, y los pacientes experimentan a menudo una
reducción considerable de los síntomas después de 4 o 6 semanas de tratamiento1.

En primera instancia se guía inicialmente a los individuos a monitorear y a reconocer los


pensamientos automáticos negativos, a averiguar cómo estos pensamientos dan lugar a
pensamientos conductas y sensaciones somáticas desagradables e inadecuadas. Luego, se
ilustra a los pacientes acerca de cómo examinar la exactitud y la utilidad de dichos
pensamientos, a ponerlos a prueba empíricamente, a arriesgarse para encontrar un nuevo tipo
de refuerzo y a generar cogniciones más equilibradas y adaptativas.

Feixas & Miró (1993) no conciben un modelo en conjunto cognitivo-conductual, sin


embargo explican los modelos de fundamentación teórica por separado:

Modelo conductual

La terapia de la conducta se cristaliza entre los años 1960 y 1980. Los terapeutas
conductuales utilizan conceptos que surgieron de la investigación experimental del
aprendizaje, realizada en Rusia a principios del siglo XX por el fisiólogo Iván Pavlov y en
Estados Unidos, desde 1930, por el psicólogo B. F. Skinner.

El enfoque conductual estuvo originalmente focalizado exclusivamente en las conductas


observables e individuales, aunque contemporáneamente fue ampliado por psicólogos como
Joseph Wolpe y Albert Bandura, incluyendo variables del aprendizaje social y cognoscitivo.
De acuerdo a este modelo, la patología se define como una forma de comportamiento
aprendida que se desarrolla según las mismas leyes que gobiernan la conducta normal.

Se considera que a través de una historia de aprendizaje una forma de proceder puede llegar
a ser desadaptativa para el paciente, en tanto no le permite desempeñarse en su vida como
quisiera, provocándole sufrimiento.

El tratamiento comienza con la realización de un análisis funcional de la conducta, es decir,


registrando el comportamiento del paciente en el contexto de su vida cotidiana. Luego, se
diseña con él y de acuerdo a sus necesidades, un programa de procedimientos de
reaprendizaje dirigido de manera específica a la modificación, disminución o eliminación de
sus síntomas.

Como técnicas y procedimientos psicoterapéuticos más de más extensa aplicación pueden


enumerarse:

• La Desensibilización Sistemática, que consiste en asociar la relajación


muscular con estímulos ansiógenos a fin de inhibir la ansiedad que producen
a la persona. Esta técnica se aplica en los trastornos de ansiedad y es una
valiosa ayuda para la exposición al estímulo temido en los trastornos fóbicos.
• La Implosión, que es un procedimiento para extinguir la ansiedad por
exposición a la situación o estímulo temido o a otro sustitutivo en su máxima
expresión o hasta la saciedad. Esta técnica constituye una alternativa a la
desensibilización sistemática para el tratamiento del mismo tipo de casos,
fobias generalmente.
• La Terapia Aversiva, que se aplica para suprimir el comportamiento
indeseable exponiéndolo a consecuencias desagradables.

Modelo cognitivo

El modelo cognitivo surge principalmente de los desarrollos de los psicólogos


estadounidenses Albert Ellis, quien en 1955 crea la terapia racional emotiva y Aaron Beck,
mentor de la terapia cognitiva, en el año 1960. Es conveniente aclarar que el origen de estos
modelos es diferente del de la psicología cognitiva, aunque en la actualidad se han generado
algunos vínculos de asociación.
Se trata de sustituir las ideas irracionales por otras más realistas como resultado de la
confrontación directa por parte del terapeuta.

Esta perspectiva se centra en los procesos de pensamiento y en cómo éstos pueden afectar la
forma en que el paciente construye su experiencia del mundo, conduciéndolo a desarrollar
emociones disfuncionales y dificultades conductuales. El tratamiento, especialmente a través
de la técnica de reestructuración cognitiva, aborda en primera instancia los pensamientos más
superficiales que tiene la persona, llamados “pensamientos automáticos”, para luego
abocarse a la revisión y modificación de los esquemas y creencias menos conscientes que
marcan su estilo de interpretación de la realidad, generando junto a ella nuevas formas de
significación de la experiencia que no le generen malestar.

De acuerdo a Ruiz y Días (2012) la terapia cognitivo conductual debe considerarse como
como un conjunto de técnicas utilizadas en conjunto sin adjudicarse un solo modelo
terapéutico. Desde un punto de vista fenomenológico, podemos señalar cuatro rasgos de la
TCC en la actualidad:

 La TCC es un ámbito de intervención en salud que trabaja con respuestas físicas,


emocionales, cognitivas y conductuales desadaptadas, de carácter aprendido. Estas
respuestas se han practicado a lo largo de tanto tiempo que se han convertido en
hábitos del repertorio comportamental del individuo. Sin embargo, los individuos no
siempre conocen el carácter aprendido de sus hábitos y consideran que tienen poco o
ningún control sobre ellos. La TCC considera que el individuo tiene responsabilidad
en los procesos que le afectan y puede ejercer control sobre ellos.
 Al tratarse de un ámbito de mejora de la salud, la TCC cuenta con técnicas y
programas específicos para diferentes problemas y trastornos, cuya aplicación cuenta
con un tiempo limitado en comparación con otras psicoterapias a largo plazo. Aunque
en la última época ha crecido el interés por los enfoques transdiagnósticos hacia la
psicopatología y el tratamiento, como esta terapia está orientada a problemas
específicos se caracteriza por mantener un tiempo limitado.
 Tiene en general una naturaleza educativa que puede ser más o menos explícita. La
mayor parte de los procedimientos cuentan con módulos educativos, además de la
conceptualización inicial del terapeuta sobre el problema y la lógica del tratamiento.
 Posee en esencia un carácter auto-evaluador a lo largo de todo el proceso con continua
referencia a la metodología experimental y énfasis en la validación empírica de los
tratamientos. Estas características son herederas de la adopción del conductismo
metodológico como principal eje vertebrador de la TCC.

Características de la Terapia Cognitivo Conductual, Castaneda (2008):

La TCC es una actividad terapéutica de carácter psicológico basada, sobre todo en sus inicios,
en la psicología del aprendizaje. Actualmente parte de sus intervenciones están
fundamentadas en la psicología científica, que pretende ser su punto de referencia.

Las técnicas y procedimientos utilizados en TCC cuentan en una buena parte con base
experimental, sin embargo también cuentan con importantes procedimientos que tienen base
clínica, que han sido utilizados en consulta, como por ejemplo: técnicas de hipnosis,
relajación, reestructuración cognitiva y técnicas paradójicas.

El objeto del tratamiento es la conducta, y sus procesos subyacentes, en sus distintos niveles
(conductual, cognitivo, fisiológico y emocional) y dicha conducta es considerada como una
actividad susceptible de medición y evaluación, donde se incluyen aspectos manifiestos y
encubiertos.

La conducta se conceptualiza como básicamente aprendida, es decir, fruto de los diversos


factores que han operado en la historia del sujeto, sin ignorar la influencia de factores
biológicos y sociales.

El objetivo de la intervención es el cambio conductual, cognitivo y emocional a través de la


modificación o eliminación de conductas desadaptadas y enseñando conductos adaptadas
cuando estas no existen. Por esto mismo también esta terapia en la intervención puede
dirigirse a modificar los procesos cognitivos que están a la base del comportamiento.

La TCC pone el énfasis en los determinantes actuales del comportamiento, no obstante, tiene
en cuenta los factores históricos que explican el porqué se está dando la situación actual.

Desde el punto de vista metodológico se considera característica fundamental la utilización


de la metodología experimental, o de forma más precisa, de un enfoque empírico que se
aplica a lo largo de todo el proceso, en la evaluación y explicación de la conducta del sujeto,
en el diseño de la intervención y en la valoración de sus resultados.

Hay una estrecha relación entre evaluación y tratamiento, que se extiende a lo largo de toda
la intervención, dándose entre ambas una constante y mutua interdependencia, que hace
difícil su distinción como fases diferentes. No obstante son numerosas las intervenciones que
se plantean en la actualidad a partir de criterios diagnósticos tradicionales y mediante
protocolos estandarizados de actuación. Este proceder es fruto del conocimiento que ha ido
adquiriendo acerca de los factores implicados en la génesis y mantenimiento de algunos
problemas de comportamiento, y en la eficacia que ciertas intervenciones estandarizadas han
mostrado en el tratamiento de determinados cuadros psicopatológicos.

Ruiz y Días (2012) han demostrado que la TCC es útil tratando:

• Ansiedad
• Depresión
• Pánico
Agorafobia y otras fobias
• Fobia social
• Bulimia
• Trastorno obsesivo compulsivo
• Trastorno de estrés postraumático
• Esquizofrenia

El objetivo de la terapia cognitiva-conductual es poder delimitar y poner a prueba las


creencias falsas y los supuestos desadaptativos. El método consiste en experiencias de
aprendizaje específico dirigido a enseñar a los pacientes las siguientes operaciones: (Beck,
2006)

o Control de los pensamientos automáticos negativos.


o Identificación de la relación entre cognición, afecto y conducta.
o Examinar la evidencia a favor y en contra de sus pensamientos distorsionados.
o Sustitución de cogniciones desviadas por interpretaciones realistas.
o Aprender a identificar las creencias falsas.
Opinión

Esta terapia se encuentra entre las que más me gustan y sinceramente como una vez vimos
en clase quizá sea porque estamos acostumbrados a seguir pasos fácilmente y a ser directivos,
sin embargo tal vez mi perspectiva cambie a lo largo de la carrera o ya en la práctica y me
incline hacia otro modelo terapéutico.

Creo que es una forma de entender cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y
del mundo que le rodea, y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos.

Pienso que la TCC sería muy útil para fomentar que los niños observen sus pensamientos,
sentimientos y conductas. Esta terapia les muestra cómo reemplazar los pensamientos
negativos con pensamientos más realistas y positivos.

La TCC le puede ayudar a cambiar la forma cómo piensa "cognitivo" y cómo actúa
"conductual" y estos cambios le pueden ayudar a sentirse mejor. A diferencia de algunas de
las otras "terapias habladas", la TCC se centra en problemas y dificultades del "aquí y ahora"
y esto creo que a la larga no es mucha utilidad pues es como si solo trataran la consecuencia,
o sea el síntoma, pero no le dan importancia ala cusa y el malestar va a seguir ahí. Es decir
en lugar de centrarse en las causas de su angustia o síntomas en el pasado, busca maneras de
mejorar su estado anímico ahora.

Esta terapia puede ayudar a entender problemas complejos desglosándolos en partes más
pequeñas. Esto ayuda a ver cómo estas partes están conectadas entre sí y cómo afectan. Estas
partes pueden ser una situación, un problema, un hecho o situación difícil.

Me gusta la manera en la que se aborda a los pensamientos en este modelo, pues muchas
veces caemos en un círculo vicioso, donde nuestras ideas no hacen sentir mal y continuamos
hasta sentirnos peor, y el cambio puede estar en reestructurar nuestro pensamiento. Además
este modelo ocupa la patología general y eso me agrada, pues me gusta la clasificación de
enfermedades y trastornos como los que se utilizan en el DSM.

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