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Después de entrar a un laberinto caótico que parecía no tener fin, es cuando puede
ingresar a la ciudad de los inmortales, en donde en vez de encontrarse con una ciudad
que tuviese como atributo principal, la simetría y el equilibrio
El personaje principal, encuentra que esta es una serie caótica de estructuras que no
tienen sentido, sin poder entender esto, al salir de esta ciudad, encuentra a un
troglodita al cual le llama argos, nombre que tenía el perro de Ulises en el relato de la
Odisea, poco después el troglodita le menciona que él, el llamado Argos, es realmente
Homero.
De esta manera llega a su fin la búsqueda del tribuno Marco Flamino, con el hallazgo
de la ciudad de los inmortales, que no corresponde a la imagen que el tribuno, se
había hecho de ella, y a el encuentro de sus creadores los cuales retirados del mundo
físico y habiendo perdido el uso de la palabra, han perdido todo interés por su realidad,
abandonándose a una existencia, sin expectativas o necesidades, de ningún tipo.
Así que una vez, qué logra el personaje encontrar la inmortalidad, también se da
cuenta, que esta, trae consigo la pérdida, del deseo de trascendencia, el tribuno
romano, esperaba encontrar, en la ciudad de Los inmortales, una civilización
avanzada, en la cumbre de sus capacidades, pero lo único que puede percibir de ella,
es la barbarie y el caos es lo que impera en esta.
De esta forma trascurre el tiempo y tras una búsqueda continua, tras la búsqueda en
reinos e imperios, el cuatro de octubre de 1921, ante un canal de agua clara, al beber
de esta, y por error hacerse daño con un árbol espinoso, cae en cuenta que estas
aguas tienen el don de volverlo mortal de nuevo, esa noche durmió hasta el amanecer.
Desarrollo
En el texto del Inmortal, Jorge Luis Borges, desea expresar de primera forma una
crítica reflexión con respecto a los esfuerzos que desde los albores de la humanidad,
el nombre a realizado para encontrar la inmortalidad, para contrariar una de las leyes
fundamentales de la vida.
Así que de esta manera, el autor establece la idea de que la falta del deseo de
trascendencia, es una característica o un rasgo inequívoco de inmortalidad, así como
las demás criaturas de la naturaleza, cómo los animales y las plantas, son de cierta
manera inmortales, ya que no albergan en sus esfuerzos este deseo de trascender
entre los demás, y que por consecuencia el hombre es el único, que si alguna vez fue
Inmortal, dejó de serlo debido a su búsqueda de la inmortalidad, esta búsqueda de
inmortalidad, realmente es una satisfacción del ego, el cual nos da o nos dota del
privilegio de tener una curiosidad que no es fácil de satisfacer, y así como el autor lo
dice que bajó el razonamiento de "si existe un río cuyas aguas a la inmortalidad, en
alguna región habrá otro río cuyas aguas la borren", sí entonces de esta manera, la
raza humana, se ha dedicado a buscar el río de la mortalidad.
De esta manera el autor nos plantea, qué la ley natural de la muerte, su sola mención
y consideración por parte del hombre, es lo que los hace preciosos pero la vez
patéticos, ya que les da una condición de fantasmas, en dónde el hombre tiene, la
conciencia de que cada acto realizado puede ser el último, es por esto que todos los
actos de los hombres, tienen las características de ser azarosos, y de que nunca se
vuelven a repetir, de manera contraria sí existiese la inmortalidad, cada acto y cada
pensamiento, solamente es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron.
Conclusiones
Así además en su texto, es una crítica profunda a las religiones, al menos a las que
han dominado el pensamiento occidental, como son la judía y la hebrea, además de la
religión musulmana, las cuáles han tenido como objetivo principal, la búsqueda de la
vida eterna, por medio de la intermediación, de los representantes de sus dioses, en la
tierra, así de la observancia de sus estatutos, esta búsqueda sólo se centra en sí
mismas, dejando en segundo plano todo lo demás, qué es igual de valioso, quedando
solo reducidas, a entidades en donde lo menospreciado es la inmortalidad.