Você está na página 1de 12

Título: SIETE NOTAS SOBRE HISTORIA AMBIENTAL

Autor: Guillermo Bengoa,


Fecha: septiembre 1998.
Evento: publicado en la revista I+A Nº 6, Mar del Plata, ISBN 987-9136-81-0, abril
2000 (7300 palabras)

SIETE NOTAS SOBRE HISTORIA AMBIENTAL

Las siguientes ideas son simplemente un repaso por el estado de la Historia Ambiental, como
subdisciplina dentro de la Historia, y su posibilidad de transformarse en una herramienta para
la gestión de la problemática ambiental. Han ido surgiendo a lo largo del trabajo de
investigación y docencia y se presentan como ideas para discutir, más que como propuestas
acabadas. Es importante aclarar que, genéticamente, vienen desde el campo de lo ambiental,
y más específicamente, de la arquitectura que de la historia.

Primera nota: Do minando la naturaleza


Si entendemos la problemática ambiental, en un primer acercamiento, como el campo de
intersección entre la sociedad y la naturaleza, se observa que no puede ser estudiado ni
entendido como un efecto instantáneo, congelado de estas relaciones.

Los procesos de antropización de un territorio se desarrollan necesariamente en el tiempo, y


este transcurso temporal genera distintos estadios de dominación e interrelación entre la
sociedad y la naturaleza que actúa como soportante de las actividades humanas. Toda acción
del hombre produce cambios en el ambiente, y esos cambios vuelven a incidir sobre las
conductas humanas, condicionando su mantenimiento. Sin caer en el determinismo
geográfico, hay una evidente relación mutua entre los recursos naturales, los espacios físicos
y las civilizaciones que allí se desarrollan.

Puede resultar útil como esquema teórico pensar los distintos modos de relación sociedad-
naturaleza como estilos de desarrollo,1 conformados por tres elementos básicos: para quién
se produce, cómo se produce y con qué elementos naturales se produce. Luego se pueden
analizar la calidad y cantidad de los recursos naturales pasibles de ser explotados, la
estructura social existente y el grado de avance de las tecnologías productivas para
conformar un panorama particular de las relaciones sociedad/naturaleza en un período.

Si pueden discriminarse distintos estilos de desarrollo a lo largo del tiempo, quiere decir que
existen cambios, variaciones cronológicas, un eje temporal en el cual se desenvuelven estas
relaciones, además del escenario espacial. Para estudiar esta evolución es que aparece la
historia ambiental como herramienta que puede ayudar a entender la variación en las
relaciones sociedad/naturaleza.

Este tipo de estudios puede tener un carácter de “investigación de base” (recurriendo a una
terminología algo anticuada pero a veces útil) o “aplicada”. Generalmente, la historia
ambiental ha ido progresando a través de investigaciones de este último tipo, es decir ante el
requerimiento concreto de informaciones sobre el pasado de una región o problema que
desea conocerse, para después operar en consecuencia. Así, hay cantidad de estudios de
caso que tienen un carácter “instrumentalista”, viendo a la historia como una herramienta más
dentro del bagaje de útiles que permiten entender una determinada problemática ambiental.
La búsqueda de los antecedentes de un problema se ha vuelto casi un capítulo obligado de
cada evaluación de impacto ambiental de cualquier escala que se realice.

Intentaremos entonces en este artículo dar una visión de la historia ambiental que no sea
solamente una formulación teórica, sino que permita su posible uso como herramienta de
trabajo en la resolución de problemas ambientales, ya que sólo entendiendo cómo se fueron
dando los procesos se puede llegar a determinar su reversibilidad, la posibilidad de mejoras y
sobre todo, la perspectiva de no volver a repetir errores.

1
Segunda nota: Recreando la Historia Ambiental.

A pesar de que con este nombre es una disciplina reciente, la interrelación entre historia y
ambiente viene desde muy lejos y se canaliza por distintas vertientes. Entre ellas, cabe citar el
materialismo histórico, los estudios sobre la civilización material, la ecología humana, la
historia ecológica, la antropología ecológica, la historia urbana. Repasaremos algunos de
ellos, haciendo hincapié en cada tema, en los textos que, a nuestro parecer, resulten
importantes por sus aportes o interesantes por la originalidad del planteo.

El materialismo histórico, que al investigar el desarrollo de los "modos de producción" trabaja


sobre los estilos socio-históricos de apropiación social de la naturaleza. Las numerosas
historias económicas suelen tener capítulos dedicados a episodios urbanos, y su incidencia
en el desarrollo de regiones. 2

Los estudios que toman como base el desarrollo de la "civilización material", con su interés en
el mundo concreto, como la vivienda, la ciudad y sus infraestructuras, etc. Dentro de este
ámbito se destacan los trabajos de F. Braudel y sus historias de grandes ciclos y de grandes
regiones. 3 Como estudio urbano se pueden citar los trabajos sobre Santiago de Chile de P.
Gross4. Otra punta interesante es la que desarrolla el arquitecto español Fernández Galiano 5,
investigando cómo se maneja el fuego y su tecnología dentro de la vivienda, pero con un
punto de vista amplio que incluye desde el campo simbólico a lo pragmático. Dentro de estos
estudios podrían incluirse las numerosas historias de la tecnología, ya que ésta nunca existe
en abstracto, sino que hace directamente a la posibilidad de dominio del hombre sobre el
ambiente. 6

La ecología humana, que analiza los patrones que definen correlaciones entre las sociedades
primitivas y los biomas naturales, es otra de las disciplinas que coadyuvan en la creación de
una Historia Ambiental. Entre los textos de divulgación que permiten acercarse de una manera
seria a las formas de evolución conjunta que tomaron diversas sociedades, sobre todo
primitivas, y sus ecosistemas, se destaca el libro de Campbell 7, que analiza distintos
ecosistemas (la sabana tropical, el bosque templado, la tundra, etc.) para concluir en el
estudio de la ciudad como un nuevo “ecosistema”, totalmente artificial.

La historia ecológica, que toma la evolución de las especies naturales y su domesticación por
el hombre, investigando además los procesos de deterioro de ecosistemas productivos por la
acción humana. A nivel de divulgación el texto de Brailovsky y Foguelman 8 tiene cualidades
interesantes, sobre todo relacionadas con el caso argentino. Los trabajos de Gligo y Morello 9,
en cambio, se destacan por la profundidad de sus conclusiones, basada en el riguroso fondo
científico de sus autores, en tanto el libro de Astesano 10 tiene una ideología más explícita, que
lo lleva a considerar a la historia como un vasto campo de batalla sobre el eje colonialismo-
independencia.

La antropología ecológica, que estudia el papel que juega el medio ambiente o entorno
natural del ser vivo dentro de la explicación antropológica de la diversidad humana. Dentro de
este campo, el libro de Hardesty "antropología ecológica" es, a pesar de su antigüedad, un útil
compendio de los usos que desde la antropología se le han dado a la ecología y, más
ampliamente, a la relación del hombre con su entorno. Hardesty clasifica tres tipos de
actitudes entre los antropólogos que toman al medio ambiente: el determinismo ambiental, el
posibilismo y la perspectiva ecológica. Aunque él se encuadra en el último, previene contra la
adopción de esta metodología como algo estable y definitivo. "Hoy día, es el método
ecológico el que impera y ciertamente ha llegado a constituirse en una de las facetas más
populares de la "explicación" antropológica" -dice Hardesty- "No debemos creer, sin embargo,
que la ecología sea la antropología del futuro. Como en toda ciencia, existen múltiples
cuestiones en la antropología que requerirán a priori una multitud de respuestas y no es
probable que el método ecológico pueda por sí solo hacer que encontremos la solución
2
idónea a todos los problemas que se estudien" 11 Los libros del antropólogo norteamericano M.
Harris12, en cambio, si bien pecan de cierto reduccionismo materialista, incitan a la reflexión
del determinismo o no de los factores ambientales sobre la civilización.

Las distintas historias urbanas, que se caracterizan por concentrarse en los cambios e
influencias del medio natural ante la intervención masiva que implica la creación de una
ciudad, como por ejemplo la historia de París que realiza Sutcliffe 13, o por analizar el rol del
arquitecto en estos cambios14 . Entre ellas, las historias de ciudades que se desarrollan a
partir de la Revolución Industrial del siglo XVIII son las más útiles a nuestro objetivo, ya que
los parámetros con las actuales ciudades son al menos comparables. Algunos autores hacen
hincapié en los factores higienistas 15mientras otros desarrollan más la relación ciudad/campo
como un eje dialéctico. En este campo, y a pesar de numerosas investigaciones recientes, la
historiografía argentina está en deuda con la relación entre ciudad y ambiente de una
inmensa metrópolis como Buenos Aires.16

Tercera nota: Mil problemas del pasado.

Las relaciones entre la sociedad y la naturaleza no han sido constantes a lo largo del tiempo.
La historia ambiental es una rama reciente de la historia que se desarrolla haciendo principal
hincapié en los conflictos surgidos del uso y usufructo de los recursos naturales, por el
hombre, incluido aquí el propio espacio de los asentamientos humanos.

Como vimos en la nota anterior, son varias las vertientes que confluyen en el desarrollo
disciplinar de la Historia Ambiental. Sin embargo, la historia ambiental como disciplina es muy
reciente. En un seminario no tan lejano en el tiempo (1980) se realizó un prolijo y minucioso
análisis de las currículas de una gran cantidad de maestrías y cursos de formación ambiental
en todo el mundo. 17 En ninguna de ellas existe la historia ambiental, si bien en muchas de las
materias específicas existe un capítulo específicamente de historia de esa disciplina en
particular, que describe sobre todo los cambios en las concepciones globales del mundo
desde ese ángulo sectorial, lo que Kuhn llamaría "cambios en el paradigma"

Según se ha planteado, la historia ambiental debería ser, a los efectos de ayudar a la


comprensión de la problemática relación sociedad/naturaleza, una superación de las historias
espaciales o espacializadas tradicionales.

Sin embargo, esta superación de las historias regionales y urbanas no parece tan fácil.
Miembros del equipo del Centro de Investigaciones Ambientales CIAM, enfrentados con la
tarea de realizar la historia ambiental de la ciudad de Mar del Plata y su región bajo las pautas
generales señaladas más arriba han encontrado una serie de limitaciones, la mayoría de
carácter epistemológico, en cuanto a qué es en sí lo que se está historiando 18. Las dificultades
en general se hacen más severas a medida que uno se acerca a la actualidad, ya que durante
los primeros períodos de la historia de Mar del Plata, parece encontrarse claramente un
ámbito de intersección entre la naturaleza primitiva y la ciudad, distinción que desaparece a
medida que se va produciendo la antropización del territorio. ¿Debe pasarse entonces al
concepto de "naturaleza segunda"? ¿Se puede seguir considerando un esquema conceptual
de demandas del medio social y ofertas del medio natural como fundante de las restricciones
y potencialidades de esa formación social específica en ese medio ambiente dado?

A veces se pueden utilizar como esquemas conceptuales aquellos utilizados en la actualidad


para hacer análisis ambientales, sea de prospectiva, estudios de impacto, etc 19. Sin embargo,
al utilizar herramientas diseñadas para usar en el presente, hacia el pasado, suelen surgir
inconvenientes, entre ellos:

a) no hay una situación problemática a resolver, ni una meta de ordenamiento o desarrollo a


alcanzar. En contrapartida, se tienen ya los resultados de las posibles metas planteadas, de
forma explícita o tácita, por los distintos actores sociales en sus respectivos momentos
históricos.

3
b) Faltan elementos para construir índices numéricos que permitan evaluar comparativamente
con otras regiones o con su propia evolución temporal, lo que dificulta la realización de
modelos alternativos de desarrollo. (es decir, las historias que "no fueron").

c) Algunos conceptos suelen ser de difícil “extrapolación” hacia atrás. Aún sin llegar al
concepto de " calidad de vida" y utilizando el más modesto de "condiciones de vida": ¿cómo
se conocen y manejan las valoraciones y prioridades de demanda social de una población
que ya no existe y que ha dejado escasa obra escrita (diarios personales, periódicos, etc.)
como para deducirla a través de ella?

d) existen problemas de escala al utilizar, por ejemplo, pautas de ordenamiento diseñadas


para regiones, a ciudades o viceversa. Por lo tanto, muchos de los parámetros que pondera el
modelo original no pueden ser tomados en cuenta en su aplicación histórica por su inutilidad
o por la imposibilidad de su construcción.

e) la evaluación ambiental suele recomendar la recogida de datos ad-hoc, par evitar la


tentación de una acumulación enciclopédica. Se utiliza la información secundaria sólo cuando
es indispensable. Aquí sin embargo, es evidente que toda la información es secundaria, por
su carácter histórico, y hay que transcribirla o volverla a procesar a nuestro fin. Desde ya que
algunos elementos indispensables hoy día no existían en la época y por lo tanto se hacen
imposibles las comparaciones: por ejemplo las imágenes satelitarias.

f) lo mismo sucede con las visitas de campo, insoslayables en cualquier evaluación ambiental
actual; y de un carácter totalmente distinto en un análisis histórico, donde lo que se ve en una
visita de campo son sólo huellas.

Tenemos entonces que se plantean al menos problemas de tres tipos:

Teóricos, procurando establecer cuáles son los límites de la historia ambiental y cuales son
los puntos de contacto con otras ramas de la historia y de otras ciencias.

Metodológicos, que hacen a los instrumentos que pueden utilizarse para ver elementos del
pasado bajo una lupa a la cual nunca habían estado sometidos.

Prácticos, que tienen que ver con la voluntad de reescribir determinados episodios de la
historia tradicional desde este nuevo punto de vista.

Se hace necesario establecer avances en los tres campos citados, explicitando los contenidos
teóricos de la historia ambiental, examinando y perfeccionando la capacidad de los
instrumentos históricos habituales y de otros nuevos para dilucidar las relaciones sociedad-
naturaleza en el pasado y reinterpretando períodos históricos a la luz de los principios
ambientales.

Cuarta nota: Facetas de intersección entre Historia y Tecnología.

Otra manera de realizar una historia ambiental sería realizar un seguimiento histórico de cada
uno de los principales parámetros que, clásicamente, se toman como partes determinantes
de la cuestión ambiental. Cada uno de estos procesos históricos nos suministraría un corte
"vertical", cronológico del desarrollo de una rama determinada, que es imposible aislar de su
contexto. Si se "cosen" en horizontal, analizando por período histórico, se encontrará cierta
coherencia que da cuenta de la racionalidad de la época y que va conformando lo que, en
una definición complementaria de la ya dada, podría llamarse estilo de desarrollo. Entre estos
parámetros, los avances tecnológicos son uno de los indicadores más interesantes de seguir

Por supuesto que estas "historias parciales" deberían tomarse en sus implicancias
medioambientales. Por ejemplo, en el campo de la tecnología, el desarrollo de los útiles de
labranza tiene directa relación con la forma de utilización de los recursos naturales. 20 Lo que
hoy llamaríamos "tecnología apropiada" suele ser el resultado de la adaptación y evolución a
4
lo largo de los siglos de los productos de la tecnología a un determinado entorno. De los
resultados históricos de los trasplantes tecnológicos pueden sacarse conclusiones útiles, no
necesariamente negativas (un caso negativo puede ser el traslado, durante la colonización,
de los útiles de labranza españoles al medio ambiente americano, que ocasionaron una
reducción drástica de la producción y causaron en general daños irreversibles en ecosistemas
sensibles. Un caso positivo -en cuanto aumento de la productividad- es el desarrollo de los
arneses necesarios para vincular el caballo a los arados, efectuado en Europa y trasladados
eficientemente a otros lugares).

Por otra parte, existen ejemplos a lo largo de la historia de descubrimientos científicos y


técnicos que son muy anteriores a su utilización con fines productivos, capaces de modificar
la relación sociedad/naturaleza. Esta aseveración contradice la tesis materialista que ve a la
humanidad como un proceso evolutivo regido por los cambios tecnológicos. Tal es el caso de
la rueda en la América precolombina, conocida y utilizada en juguetes pero no en maquinarias
o carros, de la pólvora entre los chinos, utilizada sólo para fines recreativos o de la misma
máquina de vapor, cuya utilización en pequeños juguetes ya era conocida por Hieron de
Alejandría, en el S. III. Sin embargo, la fuerza del vapor, que fue uno de los principales
motores de la Revolución Industrial del S. XVIII, recién se aplicó cuando otros factores
sociales y económicos estuvieron maduros.

Quinta nota: Solucionando problemas metodológicos.

A lo dicho sobre las fuentes teóricas del la Historia Ambiental, se puede sumar un breve
apunte sobre las fuentes metodológicas, sobre todo teniendo en cuenta que por su carácter
interdisciplinario ésta requiere la adopción de numerosas herramientas conceptuales para
aprehender los problemas ambientales. Entre las metodologías a usar, se encuentran la
historia oral, los documentos y novelas de época, el estudio de fotos e iconografía, las huellas
geológicas. También existen fuentes de datos más modernas, como las fotografías aéreas, las
imágenes satelitales, los censos de población y vivienda, la encuesta permanente de hogares,
etc. Trabajaremos sobre el primero de estos grupos.

La historia oral:
Existe una rica escuela histórica que utiliza la Historia Oral como fuente de datos. En nuestra
misma ciudad, el grupo de Historia Oral del CEHAU ha realizado interesantes trabajos que
permiten seguir temáticas particulares –por ejemplo, la evolución de las plazas y sus usos en
los trabajos de G. Zuppa 21- Los cambios en el paisaje son siempre registrados por los viejos
habitantes, y en general sentidos como una pérdida de ciertas virtudes que tenía la ciudad
que ellos vivieron.22

Por otro lado, esos mismos habitantes construyeron muchas veces la ciudad, y son por lo
tanto portadores de una tradición tácita que hizo, de manera tan fuerte como las
reglamentaciones o los códigos, a la estructura y morfología urbana. Esto es tangible, por
ejemplo, en las tradiciones constructivas de los maestros albañiles italianos, que trajeron
implícito en su saber artesanal desde la forma y tamaño de sus ladrillos y aparejos a sus
tradiciones tipológicas, como queda explicitado para Mar del Plata en casi todos los libros de
R. Cova23.

Pero además, los distintos modos de concebir el paisaje dan una idea de la relación
cosmogónica del hombre con la naturaleza. Así, no es lo mismo la concepción del paisaje de
las civilizaciones orientales que de las occidentales. Son conocidos los distintos simbolismos
de los jardines musulmanes con sus fuentes de agua y los distintos filtros de luz y calor, la
importancia espiritual de los jardines zen, con sus caminos de grava rastrillada, las diferencias
entre las escuelas de paisajismo inglés, asimétrico y naturalista y francés, cartesiano y
ordenado. Cada una de estas vertientes indica una relación distinta de la sociedad con su
entorno, y por lo tanto una distinta racionalidad en el uso y disfrute de sus recursos
naturales24.

Los documentos y novelas:


5
Particularmente rica en nuestro país, el acervo de numerosos relatos de viajeros que
recorrieron el territorio desde la época de la conquista -empezando por las increíbles historias
de Ulrico Schmidl, el alemán que vino con Pedro de Mendoza, hasta llegar a los "viajeros
ingleses" que pulularon por la pampa a mediados del siglo pasado- pueden brindar un
testimonio adecuado del ambiente y el paisaje nacional como era hace cientos de años.
Impresionante al respecto, por su minuciosa descripción del paisaje natural, es el diario de Ch.
Darwin, quien recorrió durante largos meses la pampa y la patagonia recogiendo datos que
serían luego volcados en su monumental “Origen de las especies” 25.

Otras novelas europeas son exhaustivas en su descripción de las miserias urbana, como “la
peste” de Daniel Defoe 26, el extraño autor de la popular novela Robinson Crusoe, que relata la
epidemia que afectó a Londres en 1662 y es particularmente estremecedora en la descripción
detallada de las causas y procesos ambientales que llevaron a esa situación. Este libro tiene
la virtud de ser casi contemporáneo a los acontecimientos descritos, lo que brinda un matiz de
verosimilitud mayor que aquellas obras actuales ambientadas históricamente.

El estudio en cambio de los documentos e instrumentos normativos que hacen a la


conformación de la ciudad suele ser revelador de determinados aspectos de la realidad
ambiental de un período. Por ejemplo, en el caso de Mar del Plata, las curiosas citas y
referencias de la Corporación Municipal –antecedente del Concejo Deliberante- con respecto
a las jaurías de perros cimarrones, o a las vizcacheras durante los últimos años del siglo
pasado hacen ver, sin necesidad de otros documentos, el estado semirrural de los que
pretendía era un núcleo urbano. Un reciente libro de Mazza et al, “La ciudad de papel” tiene
la más completa recopilación y análisis de este tipo de documentos para la ciudad de Mar del
Plata. 27

El estudio de fotos e iconografía:


Dado que el enfoque ambiental es una idea relativamente nueva, frecuentemente no podrá
recurrirse a fuentes que hayan contemplado en la recogida inicial de sus datos las variables
de interrelación entre la sociedad y la naturaleza. Sin embargo, es relativamente sencillo el
acceso a una rica colección iconógrafica del pasado de ciudades viejas, y desde la aparición
de la fotografía, los registros fotográficos específicos o casuales, como las notas periodísticas
o hasta las fotos familiares, pueden brindar un intenso campo de acción para la detección de
la historia ambiental del lugar. Una interesante muestra de este rastreo de las formas de vida
cotidiana a través del análisis de cuadros de época se encuentra en el libro "La casa, historia
de una idea" del periodista W. Rybczynski, 28 que si bien no se expande a lo ambiental, deduce
de manera extrapolable a este campo los cambios en amoblamiento y el ropaje que se
relacionan no sólo con cambios sociales sino con las visiones que del mundo y de sí misma
tienen distintas sociedades.

Aunque, excepto casos excepcionales, los datos extraíbles de fuentes visuales en nuestro
país no son tan abundantes, la iconografía local también permite a veces este tipo de análisis:
Una hermosa y conocida foto de la costa marplatense, fechada cerca de 1920, muestra una
hilera de molinos de viento para extracción de agua a pocos metros del mar. Hoy día, muchos
cientos de metros tierra adentro el agua es salobre, por la intrusión marina en las napas.
Evidentemente algo cambió en estos años: el uso intensivo del agua potable de las napas
costeras permitió el avance de la lengua salina. Todo eso es deducible de una foto y de los
datos actuales. Otro ejemplo marplatense: La rambla Bristol, la primera de material,
inaugurada en 1913 muestra en sus primeras fotos una amplia playa delante. Pero ya en las
fotos de 1930 se observa cómo se solían proteger los portales de entrada del nivel inferior de
la Rambla con tapias de madera y bolsas de arena, ante el avance del mar, que amenazaba
sus estructuras. ¿Imprevisión en la construcción de la Rambla? Sí, pero también los efectos
del corte en la deriva de las arenas provocado por la construcción del puerto, al sur de la
ciudad, en el año 1919. Un tercer ejemplo es el interesante artículo de Mantobani (1998),
incluido en esta misma revista, en el cual se analiza exhaustivamente una foto del muelle
Luro, de fines del S XIX. Las conclusiones a las que llega Mantobani exceden lo visible en la
fotografía, al cruzarse con otras fuentes de datos que posee el autor. Nuevamente, una serie
de fotos vuelve a suministrar valiosa información sobre el pasado de la ciudad y sobre todo,
6
sobre su evolución a lo largo del tiempo, lo que permitirá cierto trabajo prospectivo que
analizaremos más adelante.

Los cambios en el paisaje, registrados a través de imágenes, pinturas y fotos son otra de las
fuentes que nos indican cambios en la relación sociedad/ambiente. Las modificaciones
efectuadas por el hombre en su transformación de la naturaleza pueden ser más
permanentes que su utilización práctica, lo que implica que las improntas de los distintos
métodos productivos pueden muchas veces rastrearse en estas modificaciones. Imágenes
aéreas y satelitales de Europa dejan ver todavía restos de los métodos de labranza romanos.
Las terrazas desarrolladas por los incas en las laderas de sus montañas para aprovechar el
escaso manto de tierra fértil todavía son apreciables y recorribles.

Las huellas geológicas:


Para los geólogos, el estudio de un corte vertical de la tierra puede ser más parlante que un
libro. La historia ambiental suele nutrirse de estos datos que pueden suministrar información
sobre la extinción de especies a través de fósiles, las características climáticas del pasado a
través de la presencia o no de capas aluvionales, los ciclos húmedos y secos, etc.

El manejo de estos datos es muy importante ya que pueden proporcionar uno de los
elementos claves para el desarrollo de la Historia Ambiental de una región: los tiempos
naturales.

Valgan como ejemplo los casos de emprendimientos de cierta magnitud, que requieren de
estudios previos a su realización (como fundación de ciudades o represas hidroeléctricas) y
hasta hace muy pocos años, el pasado de la zona no era considerado. Pero aún en aquellos
casos en que sí se consideraba, esta investigación en el pasado solía remitirse a las primeras
crónicas del lugar, a recuerdos de los pobladores antiguos o revisiones en archivos históricos
y periodísticos, con lo cual (y sobre todo en América) esta indagación no podía exceder los
pocos cientos de años.

Los tiempos geológicos y climáticos son de otra magnitud que la historia humana. Y por eso
se corre el riesgo de creer que una zona es, por ejemplo, apta para determinado tipo de
cultivo sólo porque en los últimos cien años éste se dio favorablemente, y encontrarse luego
con un período de seca, que invalide las predicciones y arruine definitivamente las minuciosas
evaluaciones económicas realizadas con el resto de las variables. Ejemplos de esta variación
climática se encuentran en la llanura pampeana, donde según Suriano, Ferpozzi et alt 29, "las
grandes inundaciones en manto que, desde 1985, soportan importantes sectores de la pampa
húmeda son la manifestación de la crisis de un sistema afectado por una modificación
climática que lleva más de 20 años. Desde entonces ha aumentado la frecuencia de tales
fenómenos y su magnitud".

Luego de repasar las consecuencias de estos cambios, los investigadores sintetizan:


"Modificaciones similares están registradas en la historia del Holoceno (últimos 10.000 años) y
pueden deducirse de las evidencias geológicas. Por lo tanto, en este contexto, están dados
los elementos necesarios para diseñar una estrategia de previsión y prevención que permita
convivir con los fenómenos ambientales derivados del cambio climático en marcha y cuyas
manifestaciones tenderán a aumentar en frecuencia e intensidad en el futuro". Las
posibilidades de aplicar los conocimientos de historia ambiental del país obtenidos por
estudios del pasado geológico y climático son remarcadas luego: "la mayor parte de la
urbanización, organización económica, infraestructura energética y de transportes de la
Argentina ha sido construida para funcionar en condiciones ambientales diferentes de las que
se han instalado con el cambio climático de los años '70."

La extinción de especies hace miles de años, solamente detectable a través de sus restos
fósiles, también es un elemento que nos puede ayudar en la consideración del delicado
equilibrio ecológico de una determinada región. Hasta hace poco tiempo, se creía que los
animales de gran tamaño del Pleistoceno habían desaparecido en el actual territorio de
nuestro país hace unos diez mil años por causas estrictamente naturales, que aún no estaban
7
totalmente dilucidadas. Pero la aparición simultánea de restos de puntas de flechas y otras
evidencias de actividad humana junto a fósiles de estos animales llevó a pensar, más
recientemente, que hubo un corto período de superposición entre la llegada de los primeros
hombres a estas tierras y la desaparición de estos animales, lo que lleva a conjeturar que la
caza efectuada por los humanos puede haber acelerado su extinción 30.

Sexta nota: La Historia Ambiental para la Educación ambiental

Además de la función "técnica" más directa de ayudar a predecir la aparición de posibles


problemas ambientales, (es decir, ayudar en la solución de los problemas ambientales a
través del análisis de los factores históricos que llevaron a una situación), se puede destacar
otro aspecto en el cual la historia ambiental tiene posibilidades de aplicación y es en la
función pedagógica. Sabemos que gran parte de los problemas ambientales dependen de
una adecuada educación para su solución. La historia ambiental puede ser una herramienta
útil en este sentido, ya que es muy fácil utilizar ejemplos del pasado para analizar los efectos
del comportamiento de las sociedades humanas sobre la naturaleza y su respuesta.

Como en toda experiencia pedagógica, el tipo y modalidad de la actividad depende del estrato
de público o educandos a los que esté dirigido. Realizar, con un conjunto de chicos, la
experiencia de analizar el pasado de su propia ciudad o región e intentar imaginar cómo era
antes, o reconstruir ese pasado mediante documentos históricos, fotos antiguas, lecturas de la
época, viejos edictos municipales, es un ejercicio que puede ayudar a comprender los
cambios y a poner en discusión la idea de que el estado de las cosas no siempre fue como
el actual y que somos responsables de su deterioro o mejoramiento.

A través de las visitas de campo, que son altamente motivantes se puede analizar un
determinado paisaje, y tratar de reconstruir su historia. ¿Siempre existió esta laguna? ¿Estas
especies de árboles son autóctonas o importadas? Si son importadas: ¿De donde vinieron?
¿Cuándo? ¿Cómo era esto antes de que existieran los árboles? El autor español González
Bernáldez 31 dice al respecto: "El paisaje puede ser considerado como programa de
estudios ...Desde el sistema parcelario hasta el hábitat rural, desde las grandes estructuras
territoriales hasta las formaciones ecológicas de las que es expresión, constituye el archivo
más inagotable acerca de la sociedad rural, del trabajo agrícola o de la ordenación del
territorio. Acumulando y registrando -durante decenios y siglos- las transformaciones cuyas
trazas solemos más bien buscar en textos escritos, sigue constituyendo un documento
fundamental a explorar"

En la ciudad pasa lo mismo. El italiano C. Cattaneo decía, a principios de siglo, que “toda
región se distingue de las salvajes en eso, en que es un inmenso depósito de fatigas...
aquella tierra, pues, no es obra de la naturaleza:, es obra de nuestras manos, es una patria
artificial”32. Quiere decir que una ciudad es la suma de sudores de las generaciones que
vivieron en ella, las acciones de cada uno de los individuos están allí, hechas urbe,
congeladas de alguna manera en piedras, en pavimentos, en construcciones. Se puede
observar el mapa de una ciudad y reconstruir su pasado ambiental. ¿Porqué existe esta
diagonal? Tal vez porque por abajo corre un arroyo subterráneo. ¿Porque se inunda esta
esquina siempre que llueve? Tal vez aquí, hace cien años, existía una pequeña laguna. Se
podría también, con cierto esfuerzo, reconstruir la racionalidad de las decisiones de los
habitantes frente a los problemas surgidos de la apropiación de la naturaleza por la expansión
de la ciudad.

Incluso la toponimia, el nombre de los barrios o de las partes de la ciudad, puede esconder su
pasado natural, sobre todo en aquellas ciudades más antiguas. ¿Porqué este barrio se llama
el Grosellar? ¿Porque esta calle se llama calle del medio? Dice A. Rossi: “Basta pensar que
toda ciudad presenta ejemplos numerosos de profundas modificaciones físicas del suelo que
han permanecido en los nombres de las calles y los barrios. En Milán las calles Bottonuto,
Poslaghetto y Pantano, junto con san Giobanni in Conca, recuerdan al mismo tiempo una
zona de pantanos y obras hidráulicas antiquísimas. Lo mismo puede decirse del barrio de
Marais en París”33. La educación ambiental puede tener en la historia un aliado eficiente, no
8
sólo para instruir a chicos y adolescentes sino hasta para convencer a la opinión publica (y a
funcionarios también) agentes remisos frecuentemente a aceptar que bajo la ciudad duerme
la tierra y que esta tierra posee una "memoria" más eterna y poderosa que nuestros intentos
de dominarla.

Séptima nota: Si se juntan historia y filosofía.

Por último, en cuanto a las ventajas de trabajar sobre la historia ambiental, puede
mencionarse una especie de "saber metahistórico" que saldría de observar las distintas
vertientes que ha tenido el concepto de relación sociedad/naturaleza en las ciencias y
disciplinas nombradas más arriba, lo que nos permite, además de tener una visión más
amplia, aceptar que las ideas y conclusiones que manejamos cuando hablamos de los
problemas ambientales son también "históricas", relativas, provisorias, esto es producto de
una serie de circunstancias determinadas y no leyes absolutas y definitivamente congeladas
en su evolución. La misma problemática ambiental, considerada como un hecho
independiente, es una circunstancia histórica de los últimos 30 años y puede desaparecer
cuando cambien ciertas circunstancias sociales, propias de nuestro modo de producción.

En este aspecto, podrían investigarse las distintas racionalidades emergentes del análisis de
la relación sociedad-naturaleza a través del tiempo, a través de casos puntuales, es decir, por
ejemplo, de experiencias urbanas específicas o incluso de análisis individuales de historias de
vida, que explicaran mediante una experiencia individual las pautas de racionalidad que tiene
una persona o familia para apropiarse de los recursos naturales que hacen a su subsistencia.
Este saber nos ayudaría, posiblemente, en el análisis y la solución de las actuales estrategias
de supervivencia de los sectores más carenciados de nuestra sociedad, al detectar invariantes
y cambios en su conducta.

NOTAS A LAS NOTAS

9
1
El concepto de "estilos de desarrollo" tiene diversas acepciones y definiciones. Entre ellas, cabe citar dos definiciones
que da O. Sunkel en la introducción del libro “Estilos de Desarrollo y Medio Ambiente en América Latina, (Fondo de Cultura
Económica, México, 1980). La primera es del economista Aníbal Pinto y define a estilo de desarrollo como “La manera en
que dentro de un determinado sistema se organizan y asignan los recursos naturales y materiales con el objeto de resolver
los interrogantes sobre qué, para quienes y cómo producir los bienes y servicios”. La segunda que cita Sunkel pertenece al
sociólogo Jorge Graciarena y dice que es “la modalidad concreta y dinámica adoptada por un sistema en un ámbito
definido y en un momento histórico determinado”.
2
Véase por ejemplo HERLIHYM D. Urbanización y cambio social, capítulo del libro Historia Económica: nuevos enfoques
y nuevos problemas, ed. Crítica, Barcelona, 1981.
3
La obra más conocida de Braudel es “El mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II”, que analiza al
mar Mediterráneo como una región, independientemente de las culturas que a sus orillas se sucedieron, deduciendo
además ciertas invariantes que trascienden los períodos históricos. Otra obra trascendente es su libro “Civilización
Material, economía y capitalismo”
4
GROSS, P. y ot., Historia ambiental de Santiago de Chile Ed. CIDU, Universidad Católica de Chile, 1981.

5
FERNANDEZ-GALIANO, L. El fuego y la memoria. Sobre Arquitectura y Energia, Ed. Alianza, Madrid, 1991.

6
Por citar sólo dos, el libro de J. NEF, J. : La conquista del mundo material: estudios sobre el surgimiento del
industrialismo. Ed. Paidós, Buenos Aires, 1969. es una abundante (y frecuentemente aburrida) descripción del uso de
determinados recursos naturales en la Europa medieval. Por otro lado, el libro de N. ROSENBERG, "Tecnología y
Economía", Ed. Gustavo Gili, colección Tecnología y Sociedad, Barcelona, 1979, si bien, como su nombre lo indica, se
centra más en la incidencia de la tecnología en los procesos económicos, sobre todo en EEUU, inevitablemente se alude
a la relación naturaleza /sociedad.
7
El libro de referencia es CAMPBELL, B. Ecología humana: la posición del hombre en la naturaleza, E. Salvat,
Barcelona, 1985.
8
BRAILOVSKY, A. y FOGUELMAN, D.: Memoria verde. Historia ecológica de la Argentina. Colombia, Ed. Sudamericana,
1993.
9
GLIGO, N. y MORELLO, J: Notas sobre la historia ecológica de América Latina. en Sunkel y Gligo, comp (1980) Estilos
de desarrollo y medio ambiente en América Latina, México, F. de Cultura Económica.
10
ASTESANO, E. Historia ecológica y social de la humanidad (2 volúmenes), Ed. Castañeda, S. Antonio de Padua,
Buenos Aires, 1979.
11

HARDESTY, D. Antropología ecológica, ed. Bellaterra, Barcelona, 1977.


12

En el libro de HARRIS, M. Caníbales y reyes, ed. Salvat, Barcelona, 1986, el antropólogo desarrolla algunas tesis
provocadoras, como por ejemplo que la civilización azteca realizaba sacrificios humanos porque su ecosistema era escaso
en proteínas o que el surgimiento del cristianismo –una religión “pacífica”- está estrictamente ligado al desarrollo de la
agricultura en Medio Oriente. Algunas de estas hipótesis ya habían sido expuestas en otro de sus libros de divulgación,
“Vacas, cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura”, Alianza Editorial, 1974. Más sesudo pero igualmente
imbuido de materialismo cultural explícito es su libro "Introducción a la Antropología general", Editorial Alianza Universidad
Textos, Madrid, 1983.
13
SUTCLIFFE, A. Ocaso y fracaso del centro de París, E. G. Gili, Barcelona, 1973.

14
Podría citarse, en este aspecto, el célebre “La arquitectura de la ciudad “ de ROSSI, A., aunque también es un libro rico
en muchos más sentidos, inclusive en las relaciones entre arquitectura y espacio natural. Editado originalmente en 1968 y
recogido en castellano por G. Gili para su colección Arquitectura y Crítica en 1971, fue reeditado numerosas veces por G.
Gili, en su colección Punto y Línea.

15
Es el caso de BENEVOLO, L. en "La ciudad y el arquitecto" , E. Paidos, Barcelona, 1985 y sobre todo en 'Orígenes de
la urbanística moderna", editado en Buenos Aires por Tekne, 1967. En el libro “Sectores populares y vida urbana”, editado
por la Biblioteca de Ciencias Sociales de CLACSO en 1984, diversos autores estudian esta vertiente higienista en varias
ciudades latinoamericanas, como Montevideo (J.P.BARRÄN y B. NAHUM), Rosario (D. ARMUS), Santiago de Chile (M.E.
LANGDON) y Buenos Aires (L. GUTIERREZ y R. GONZÄLEZ; J. SURIANO, G. VIÑUALES)
16
Trascendiendo lo meramente ambiental y geográfico, el libro de J. L. ROMERO, J. “Latinoamérica: las ciudades y las
ideas”, editado por Siglo XXI en Buenos Aires, 1986 es una vasta exploración por los distintos roles que cumplieron las
ciudades latinoamericanas desde la conquista a la actualidad. Su mirada desde una perspectiva histórico-social pero
atendiendo también a la base material lo hace valiosos a la hora de investigar las relaciones ciudad-región. En los
últimos años, la labor desarrollada por algunos estudiosos como J. F. LIERNUR y G. SILVESTRI ha cuajado en libros que
avanzan en aspectos que hacen a la relación sociedad/naturaleza en la ciudad de Buenos Aires. Buen ejemplo de esto es
su libro “El umbral de la metrópolis, transformaciones técnicas y cultura en la modernización de Buenos Aires(1870-
1930)”, editado por Sudamericana en 1993.
17
La experiencia de este Seminario sobre las carreras que enseñan sobre Medio Ambiente en América Latina fue recogida
en el libro "La formación ambiental universitaria", publicado por CIFCA en 1980
18

La exposición de este método aplicado a un caso histórico puede verse en BENGOA, G. "Hacia una lectura ambiental de
la historia de Mar del Plata", art. en revista I+A Nº1, Mar del Plata, 1994
19
Una metodología interesante es la explicitada dentro de la colección “Fascículos sobre Medio Ambiente” editada por
CIFCA en 1981. El fascículo Nº12, “Evaluación Ambiental Regional: Una propuesta metodológica”, firmado por A. ABBA et
alt sobre la base de un trabajo desarrollado a fines de los ´70 para el estudio ambiental de varias provincias argentinas,
divide al problema ambiental en dos grandes campos: el medio biofísico, dividido a su vez en medio Natural y medio
Construido; y el medio social, subdividido en Población y Actividades. Luego analiza los problemas de déficit o superávit
de oferta y demanda entre los dos grandes campos primero citados. Lo valioso de este intento es que uno de los primeros
intentos de aplicar una verdadera transdiciplina, sobre la base de un numeroso equipo dirigido originariamente por E.
CHIOZZA.
20
Algunos trabajos en donde se ve esa relación entre paquetes tecnológicos y eficiencia agropecuaria son BARRERA, C.
Análisis histórico ambiental, actores tipo y procesos ecológicos; art. en "Avances en la interpretación ambiental del
desarrollo agrícola de América Latina", CEPAL/CIFCA, Ed. Naciones Unidas, Santiago de Chile, 1985.
CARRIZOSA UMAÑA, J. El Estado y la expansión de la frontera agropecuaria en América Latina art. en "Avances en la
interpretación ambiental del desarrollo agrícola de América Latina", CEPAL/CIFCA, Ed. Naciones Unidas, Santiago de
Chile, 1985.
GASTO, J. y SAENZ, G. Desarrollo agrícola y perspectiva ambiental en la cordillera de la costa chilena, art. en "Avances
en la interpretación ambiental del desarrollo agrícola de América Latina", CEPAL/CIFCA, Ed. Naciones Unidas, Santiago
de Chile, 1985.
21
La lic. en Historia G. ZUPPA, ha realizado, entre numerosos trabajos dedicados a la evolución de los espacios verdes y
públicos en Mar del Plata “La Plaza: Construcciones del Lugar”, publicado como acta del Congreso “Lugares del Poder y
Poderes del Lugar, Toulosse, Francia, 1995, y “la Plaza España, arena para el encuentro de intereses (1879-1925)
(inédito)
22
Con respecto a la reconstrucción de la vida cotidiana en Mar del Plata y su zona en el siglo pasado, existen muy
valiosos trabajos realizados por la gente del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la UNMdP.
Algunos están impresos en el libro "Mar del Plata, una historia urbana" impreso por Fundación Banco de Boston en 1991,
otros pueden conseguirse en las actas de los Congresos de Historia Regional del Gabinete de Estudios Histórico-
Regionales de Mar del Plata, mientras otros son tesis que aún están inéditas.
23
El historiador y arquitecto marplatense R. O. COVA ha desarrollado una sistemática labor de recopilación de este tipo de
saberes. Entre sus libros, se destacan "Casas compactas en Mar del Plata 1877/1989", ediciones FAUD, Mar del Plata,
1991 y también "Historia de la arquitectura marplatense", ediciones FAUD, Mar del Plata, 1992.
24
Un hermoso libro al respecto es el de G. JELLICOE, G y S. JELLICOE : "El paisaje del hombre. La conformación del
entorno desde la prehistoria hasta nuestros días" ed. G. Gili, Barcelona, 1995. Con respecto al caso argentino, hay un
interesante y poco consultado libro de Jorge RAMOS, "La aventura de la pampa argentina. Arquitectura, ambiente y
cultura". Ed. Corregidor, Buenos Aires, 1992. Otro intento de vincular paisaje a cultura y mas específicamente a modos de
dominación se encuentra en BENGOA, G. "La pampa: el poder horizontal" ponencia publicada como acta de congreso en
ed. bilingüe para el Coloquio Internacional "Lugares del poder y poderes del lugar", Toulose, Francia, 1995
25
Hay muchas ediciones del texto de Darwin. El consultado en este caso fue DARWIN, C. "Diario del viaje de un
naturalista alrededor del mundo", Madrid, Ed. Calpe, 1921, (dos tomos).
26
Esta novela tiene la peculiaridad de pretender ser un diario auténtico de la peste de 1662, encontrado o escrito por D.
DEFOE. Sin embargo, Defoe recién nació al año siguiente que se desatara la epidemia. Como anécdota, puede
comentarse que esta peste obligó a Isaac Newton a alejarse de Londres para evitar el contagio, y en su retiro campestre
fue que vio caer la célebre manzana que lo llevaría a formular la teoría de la Gravedad. Ventajas de las epidemias.
27
MAZZA, C; BRUNO, P.; NOVICK, A Y SISTI, J.: La ciudad de papel, Análisis histórico de normativas y planes urbanos
para la ciudad d Mar del Plata, 1885-1975 ediciones FAUD, 1998.
28
RYBCZYNSKI, W. La casa, historia de una idea, Emecé ed., Buenos Aires, 1991. Este libro, editado en una colección de
divulgación, no es muy conocido, pero su método de análisis de los interiores de las viviendas a través de los cuadros de
la época es sumamente rico para reconstruir, de una manera casi detectivesca, las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza en otros períodos históricos.
29

SURIANO, J.; FERPOZZI, L. Y MARTINEZ, D.:El cambio global: tendencias climáticas en la Argentina y el mundo, art. en
revista CIENCIAHOY Nº18, Buenos Aires, mayo/junio 1992.
30

Para más datos sobre esta antropología de la región de Mar del Plata, consultar los trabajos de investigación del grupo de
Antropología Regional que dirige, en la Facultad de Humanidades de la UNMdP, la lic. D. MAZZANTI.
31
GONZALEZ BERNALDEZ, F. : Ecología y paisaje. Ed. Blume, Madrid, 1981.

32
Carlos Cattaneo, “Agricoltura y morale, en Notiziario su la Lombardía e altri scritti su´lagricultura, Milán, 1925. Citado
por A. ROSSI en la pág. 75 de la edición castellana de “La arquitectura de la ciudad”
33
A. ROSSI, op. cit. en nota anterior, pág. 125

Você também pode gostar