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Cuando se habla del Distrito de José Leonardo Ortiz – Provincia de Chiclayo — no se puede menos que
asociarlo con dos circunstancias que lo han caracterizado en los últimos tiempos: que es uno de los
distritos más poblados del país, que en su ámbito tiene a Moshoqueque, considerado el mercado
mayorista más importante del Norte del Perú que mueve importantes capitales comerciales. En los
últimos tiempos el Distrito ha sido titular frecuente de los medios de comunicación debido al notable
incremento de la delincuencia y a los problemas judiciales en que se han visto envueltas las tres
últimas administraciones municipales. Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿Qué está pasando en
José Leonardo Ortiz que alberga estos contrastes?.
Hace unos días participamos en un Conversatorio organizado por el flamante Frente de Defensa de
Leonardo Ortiz y con este motivo preparamos unas notas que compartimos con ustedes. Una
aproximación global al distrito nos permite definirlo como un distrito que alberga a una significativa
población de 161,717 hab. que tiene diversas procedencias: de Cajamarca (más de 36,000 hab.), Piura
(más de 6,000), Amazonas (más de 4,500 Hab.). Un alto porcentaje de habitantes es leonardino de
nacimiento. Parece que esta diversidad no ha sido visualizada como un potencial para el desarrollo del
distrito.
Leonardo Ortiz está vinculado indisolublemente a los distritos de Chiclayo y La Victoria, conformando
la metrópoli departamental que ya debiera merecer acciones coordinadas de los representantes
estatales de los tres distritos y que debieran reflejarse en la solución de problemas comunes y en la
planificación de su crecimiento futuro. Leonardo Ortiz debe planificar su vinculación directa con las
capitales provinciales de Lambayeque y Ferreñafe, sin necesariamente pasar por Chiclayo. El asfaltado
y mejoramiento de la Av. Chiclayo debiera plantearse como una vía de articulación del distrito con las
dos capitales provinciales; además, por supuesto, de su papel de prevención de inundaciones.
Un recorrido por el Mercado Moshoqueque nos convence de que a pesar del paso de los años las
autoridades regionales y municipales en particular han hecho muy poco para promover las
potencialidades de este mercado para el desarrollo económico del distrito y han dejado que se
convierta en un lugar caótico, en un espacio de alto riesgo y en un foco de contaminación global. Si
bien se reconoce esfuerzos en ese sentido; sin embargo han sido limitados y escasos y que
terminaron desalentados por las propias administraciones municipales.
Si Chiclayo y Leonardo Ortiz tienen la fama de ser distritos comerciales, no nos explicamos porqué el
Estado ha hecho muy poco por convertir al comercio en una fuerza ordenada, organizada, moderna y
que se ensamble con el crecimiento planificado de la ciudad y que sea un atractivo para compradores
cada vez más exigentes. Ahora que grandes centros comerciales se han instalado en Chiclayo,
estamos esperando una reacción positiva, un cambio en esa desatención.
La institucionalidad – tan importante para el desarrollo local — se revela muy débil en el distrito,
debilidad que afecta a la propia municipalidad (enfrentamiento alcalde con regidores, disputa
paralizante con otros sectores del Estado, escasa coordinación con los niveles provinciales y
regionales); pero la propia sociedad es débil, dependiente de las autoridades y que a menudo sufre la
desorganización impuesta desde el poder, poder que hasta se atribuye el derecho de reconocer o
desconocer la existencia legal de las organizaciones sociales.
Por lo expuesto, la pregunta sigue siendo más pertinente: ¿Qué está faltando a José Leonardo Ortiz
para convertirse en el distrito progresista, moderno y democrático que los leonardinos se merecen?.
Son los leonardinos, nacidos o residentes en el distrito, los llamados a responder a esta pregunta y a
promover los cambios que lo hagan factible.
En los últimos años los leonardinos están prefiriendo suscribir, con sus candidatos,
acuerdos globales en busca de un desarrollo integral de su distrito, dejando de lado los
compromisos más bien puntuales por obras específicas en cada uno de los pueblos
jóvenes. Resulta esperanzador que los candidatos suscriban públicamente estos acuerdos
(hace cuatro años lo firmaron 7, en esta oportunidad lo firmaron 13 candidatos) con su
sociedad civil; pero resulta claro que luego del triunfo, el candidato se olvide de esos
compromisos y la sociedad civil no tenga los mecanismos para exigir su cumplimiento. A
pesar de esa incertidumbre estos actos revelan que existe un interés genuino por sacar a
este distrito del hoyo en que se encuentra.
Con sus más de 193,000 habitantes, la mayoría de ellos migrantes, con el mercado mayorista más
importante del norte del país, con la vecindad del distrito capital departamental, con un sector
comercial que maneja grandes capitales. El reto, como siempre es cómo aprovecha estas ventajas y
empieza a transitar por el camino del progreso y del desarrollo que todos están esperando.
Pero también con sus últimos alcaldes procesados por la justicia, con un aumento de la delincuencia,
con asfixiantes basurales, con obras millonarias mal construidas, con la proliferación del mercado
callejero. El reto en este caso es cómo se reducen o eliminan estos factores negativos para que el
distrito sea un lugar más atractivo para vivir.
Estas son las paradojas del distrito de José Leonardo Ortiz, el segundo distrito más poblado del
Departamento, que se apresta a elegir al alcalde y a regidores quienes conducirán los destinos de la
Municipalidad (y en alto grado del distrito) por los próximos cuatro años.
En Moshoquque se mueve mucho dinero y ha generado muchas fortunas que, sin embargo no
contribuyen al desarrollo de su distrito y ni siquiera de sus propias calles. Esta es una actitud que se
grafica en las limitadas recaudaciones de la Municipalidad Distrital que la hacen depender casi
exclusivamente del Foncomún y por ello muchas de las iniciativas no se concretan. Resulta lógico
entonces que uno de los acuerdos de gobernabilidad sea el de “incrementar la recaudación tributaria”.
El crecimiento poblacional del distrito de José Leonardo Ortiz ha sido vertiginoso: en los años 80
contaba con algo más de 71,767 hab. Para el 2007 se contabilizaron 161,717 hab. Para el 2012 se
considera más de 193,000 h ab. Y la proyección para el 2025 sobrepasará los 215,000 hab. Este alto
crecimiento poblacional presionará por más y mejores viviendas dotadas de los servicios básicos,
presionará por la mayor y mejor atención a la salud, exigirá oportunidades de negocios y de empleos
y por supuesto demandará mejor calidad de vida. La preocupación es que si las cosas van como van,
los problemas sociales y l
Es explicable entonces que las nuevas generaciones quieran llegar a acuerdos de otro nivel con el
mundo de la política y por ello les presentan un conjunto de demandas que van más con derechos
ciudadanos a condiciones de vida dignas y a una mejor calidad de vida. Estos ya son tiempos de
colectivos ciudadanos, de sociedad civil organizada. Pero el asunto es que los candidatos prefieren las
campañas “de puerta en puerta” que implica un compromiso más bien personal – y más cómodo – con
los electores que compromisos colectivos que le van a resultar más difícil cumplirlos.
Erla Hoyos del Centro Santa Angela y una de las animadoras del “Grupo Impulsor de los Acuerdos de
Gobernabilidad” nos informaba que son 22 los acuerdos de gobernabilidad para el periodo 2015 –
2018 que fueron presentados en acto público realizado el 21 de Septiembre en el auditorio del ISP
Sagrado Corazón de Jesús, en horas de la mañana. Estos acuerdos o lineamientos de políticas
responden a cuatro objetivos estratégicos: oportunidades, equidad y acceso a servicios universales
básicos de calidad; desarrollo económico, competitivo y que genera desarrollo local; derechos,
democracia institucionalidad y gestión eficaz y transparente; recursos naturales, ambiente y gestión
territorial y ambiental.