planto mis pies en el desierto desnudo, donde la línea de la vida se confunde en el instante. Y EN SILENCIO soy el otro que observa a la distancia cómo el tiempo se agota en los delirios de un cielo pintado a escupitajos | | desquebrajado y disperso bajo los pies de un niño que busca la sombra en su pasado. Soy el instante de agonía que se perpetúa en las sombras el inagotable sufrimiento de una muerte inalterable el corazón sanguinolento que se adelanta en el abismo. Soy pensamiento errante en exilio del tiempo botado fuera de todo el universo y miro cómo se vacía la humanidad en el salpicar de lágrimas de un niño que ha perdido las piernas por una guerra que se pelea diez centímetros de tierra.