Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
¡C
omo si ser una perrrfecta porrista no fuera suficiente responsabilidad!
Tessa Crimson es la dulce y valiente líder de las SOS (Sociedad de las
Smitten Kittens), un escuadrón de porristas convertidas en una sociedad
espía dedicada a llevar a novios cobardes a la justicia, un infiel a la vez.
Desenmascarar novios no sería tan malo... ¡excepto que hasta ahora, cada
sospechoso en la Lista Traviesa ha resultado 100% culpable!
Cuando el propio novio de Tessa aparece en la Lista, ella vuelca sus habilidades
detectivescas en él. ¿Es Aiden tan travieso como todo el resto, o las actitudes
clandestinas de Tessa acabarán en catástrofe?
2
Indice
SOS SOS
SOS Capítulo 10
Capítulo 1 SOS
SOS Capítulo 11
Capítulo 2 SOS
SOS Capítulo 12
Capítulo 3 SOS
SOS Capítulo 13
SOS SOS
Capítulo 4 Capítulo 14
SOS SOS
Capítulo 5 Capítulo 15
SOS SOS
Capítulo 6 Capítulo 16
SOS SOS
Capítulo 7 Capítulo 17
SOS SOS
Capítulo 8 Siguiente libro
SOS Sobre la autora
Capítulo 9
3
SOS
LISTA DE POSIBLES INFIELES
Traducido por Niii
Corregido por ★MoNt$3★
¡La LISTA Traviesa!
ACTUALIZADA:
4
SOS
REPORTE DE INCIDENTE DEL INFIEL
Traducido por Niii
Corregido por ★MoNt$3★
CASO: 042
Adjuntas están las fotos que documentan el incidente. Hay tres fotos del Sr. Brooks
con sus labios ocupados, una en el puesto de dulces, donde le compró Twizzler1 a
su acompañante femenina, y dos más, que fueron tomadas mientras la pareja
estaba estacionada frente a la casa de la chica. Nótese que la última fotografía
confirma tercera base.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
1
Twizzlers: Es una marca popular de caramelos con sabor a fruta en los Estados Unidos y en
Canadá. Muchas veces llamado caramelo de orozuz o regaliz.
5
Capítulo 1
Traducido por Mari NC y Lore_Mejia
Corregido por ★MoNt$3★
S
uspiré. ¿Un candado? ¿Quién cerraba con candado su puerta en este
vecindario? ¡Esto era Brinkerhoff Point, una de las zonas más bonitas de todo
el estado de Washington!
—Oops —dijo Kira, mordiendo su labio con mucho gloss—. Llevo mi cabello suelto
esta noche. —Estreché mis ojos mientras ahuecaba sus rizos rubios—. Lo siento,
Tess. Quería lucir bien en caso de que nos encontráramos con Darren.
El bien cuidado patio lateral proporcionó una perfecta cobertura: altos arbustos,
esquinas oscuras y ningún detector de movimiento. Anotación. A medida que abría
la cremallera del bolsillo delantero, miré a la luna llena, nada además de ésta
iluminaba el cielo. Ya era hora de poner esta misión a alta velocidad. Ser atrapado
irrumpiendo en la casa de Michael Garnett sería un inconveniente terrible. ¡Si
estábamos en una celda de detención, nos perderíamos la práctica de porristas!
Ella se rió.
—¡Ahí están!
—Kira, una Smitten Kitten no lleva sus bragas a todos lados en una mochila. Las
lleva bajo su ropa.
6
Hubo un ruido en el patio trasero del otro lado de la valla, y mi respiración se
detuvo. ¡Puré de papas y salsa! ¿Había alguien despierto?
Negué con la cabeza y me puse de rodillas en la hierba húmeda para pasar por los
artículos que Kira había preparado para esta misión. Obviamente, había perdido la
nota donde se requería que todos los trabajos fueran abastecidos con una ganzúa,
u horquillas. Oh, bueno, al menos ella tenía bragas en esta ocasión.
Click.
Michael Garnett había sido acusado de engañar a su novia, Caitlyn, con alguien que
había conocido en MySpace. Por desgracia, estaba constantemente cambiando su
contraseña, por lo que cada vez que hackeabamos su código, había hecho uno
nuevo. Si no lo conociera mejor, diría que él estaba en SOS. Pero lo sabía mejor.
Nadie era más listo que la Sociedad Smitten Kittens. Éramos seriamente sigilosas.
Abrí la pesada puerta de madera, Kira me siguió mientras y nos dirigimos a la parte
trasera de su enorme casa de ladrillo. El dormitorio de Michael estaba en el primer
piso, y eso era algo bueno. No estaba de humor para escalar una pared esta noche.
7
Afortunadamente, Leona había venido a principios de semana y mapeó el lugar. La
computadora de Michael estaba justo al lado de la ventana, lo que hacía esta tarea
posible. De lo contrario, nunca habría tomado la oportunidad de irrumpir. O al
menos, irrumpir mientras él estaba en casa.
En silencio y con cuidado, abrí la ventana y levanté las persianas. Perfecto. Ningún
sonido. Volví a mirar a Kira, y me dio una sonrisa con hoyuelos y un gran pulgar
hacia arriba. Agradecía su apoyo.
Estirando el brazo por la ventana, tendí mi mano por la cámara web. Era una
réplica exacta de la que se balanceaba sobre la computadora de Michael,
totalmente a la venta en spytime.com! Leona había ordenado nuevo equipamiento
que podría enviar una alimentación directa a la base de datos de SOS. Ella era
estupenda en más que patadas altas y herkies2. Era un genio de las computadoras.
Justo en ese momento, Michael gimió, y los resortes de la cama crujieron cuando
se dio vuelta. Me dejé caer sobre mi estómago en el piso alfombrado. ¡Estaba a
punto de ser arrestada! ¡Si mi novio descubriera que estaba merodeando en la
habitación de otro chico, me mataría!
8
debajo de la cama, sólo un segundo antes de ver sus pies descalzos caer al suelo.
Tragué saliva, tratando de mantener mi respiración tranquila cuando lo vi
caminando hacia adelante, rascándose su franela-empijamado trasero. Asqueroso.
Puse mi dedo en mis labios y le indiqué que llegara a la puerta. Aún acostada boca
arriba, abrí la palma de mi mano. La tarjeta SIM.
Batido de Fresa.
Kiara se calmó para cuando llegamos al carro. No era muy buena manejando el
estrés algunas veces. Sufría de estrés SOS postraumático. De hecho, después de
nuestra última misión en los cinemas Regal, Kira había tenido un ataque de pánico
y casi se ahogó con un Twizzler.
9
—Lo entiendo, pero sólo porque nos pongamos de acuerdo en dejar usar el
nombre, no quiere decir que las escuelas rivales van a dejar de usarlo. Hacemos
porras para los Wildcats, K. Tiene sentido que con nuestra buena apariencia, hayan
inventado lo de Sex Kittens. Les doy crédito por ser inteligentes.
La verdad era que sí pensaba que el nombre era ofensivo, que era por lo que me
había responsabilizado de llamarnos Smitten Kittens cada vez que fuera posible.
Tenía una mejor connotación. ¡Y además rimaba!
Aun así, la mayoría de los chicos de la escuela nos llamaban Sex Kittens, incluyendo
a mi novio. Técnicamente, nuestro nombre era la Sociedad de las Smitten Kittens
(SOS), sólo que sin la K… ¡Los acrónimos eran ridículamente difíciles!
Ambas nos echamos a reír, nuestro escuadrón rival de Templeton High era tan
estúpido.
3
Supermercados mom-and-pop: Es un pequeño negocio, manejado principalmente por
familiares.
10
Me mordí el labio mientras el semáforo se ponía verde. Quería creer esas palabras,
pero a veces, en este negocio, la transpiración era inevitable. Supe desde el
momento en el que empezamos SOS que sería difícil. Más difícil que una atrapada
doble-flip.
Fue hace dos años cuando a nuestra capitana de porritas, Mary Rudick, le habían
sido infiel. Su novio Kyle, era el chico poderoso y bueno de los Wildcats, al menos
eso habíamos creído, resultó que había estado mintiendo.
Pero en vez de felicitarla, ¡la chica se burló en la cara de Mary! Dijo que durante el
último año, Kyle había estado saliendo con ella y que Mary necesitaba apartarse.
Resulta que, ¡Kyle había estado acostándose con las dos!
Mientras la chica hablaba, Mary se quedó ahí de pie, en silencio. Sentí que tenía
que hacer algo para detener el ataque a su autoestima, así que con la autoridad de
una capitana de emergencia, le dije a la chica que se fuera. Muy severamente. La
chica sonrió antes de pegarme con el hombro y salir del gimnasio.
El timbre sonó, señalando que era nuestro momento de animar, pero Mary no se
movió. Sus pompones se cayeron al suelo con un porrazo doble. Mi corazón se
rompió. Y mi adrenalina salió a flote.
Caminé al centro de la cancha, las otras me siguieron. Animé con fuerza. El poder
era genial mientras la multitud respondía a cada una de mis palabras. Recuerdo
haber estado mirando los costados de la cancha mientras Mary retrocedía unos
pasos y se sentaba en una silla plegable, mirando al frente, sus ojos oscuros
vidriosos por las lágrimas. Animé con más fuerza.
Para el final del juego casi había perdido mi voz y Mary no hablaba. Se fue antes de
que Kyle pudiera encontrarla, pero vi que él ya sabía. Me ofreció su típica sonrisa,
pero le di la espalda y me fui.
Al día siguiente, Mary reunió a todo el escuadrón y habló de iniciar un club… uno
que atrapara infieles. Después de cuidadosas observaciones, nos dimos cuenta de
11
que nuestra escuela tenía una elevada proporción de chicos infieles. Teoricé que
quizás tenía algo que ver con el clima lluvioso.
Así que con la ayuda de internet, algunos libros de espías, y algunas cosas de
James Bonds, preparamos nuestra primera misión. Nos tomó un tiempo
equilibrarnos entre animar e investigar, pero después de unos inicios en falso,
logramos hacerlo. Mary hizo un manual, y desde ese momento, todas las Smitten
Kittens eran también cazadoras de infieles.
Después de graduarse, Mary consideró que yo tenía más espíritu que cualquiera
que hubiera conocido, así que me dejó a cargo de SOS. Tomé mi rol como líder
muy en serio. Jamás dejaría que otra chica sufriera por las actividades
extracurriculares de su novio. Jamás habría otra Mary Rudick.
Sonreí. Por suerte no tenía que preocuparme porque Aiden me fuera infiel. Era mi
chico perfecto, prácticamente un novio trofeo en tamaño real. Tan lindo y…
Me eché a reír pero luego vi el reloj del tablero y gruñí. Aunque estaba veinte
minutos adelantado —para que nunca llegara tarde—, decía que eran las tres de la
mañana.
—No hay problema. Le mandaré un e-mail a las chicas cuando entre. —Sacó su
celular y ajustó su calendario. Luego sonrió, mirándome—. Estoy segura de que
Aiden apreciará un poco más de tiempo de calidad contigo.
La golpeé en el hombro.
—Cállate. Aiden obtiene mucho de mí. —Y lo hacía. Excepto por la verdad acerca
de dónde había estado pasando mis noches. Tragué y saqué la tarjeta sim del
sujetador y se la di a Kira—. Rastrea todos los números de ésta —dije—. Quiero los
12
nombres de todos a los que Michael ha estado llamando aparte de Kaitlin. Reporte
completo mañana.
Se despidió con la mano y puse en reversa el auto hasta que estuve en la entrada
de su edificio, después de todo eran las tres de la mañana.
—Te veo en el instituto —dijo felizmente mientras salía. Amaba que le confiara
evidencia.
Observé sus rizos rubios revolotear en sus hombros mientras llegaba a la entrada
de su apartamento. Se despidió con la mano una vez más y yo hice lo mismo, más
que todo para animarla. Pero en el minuto en el que se fue, mi sonrisa se
desvaneció.
Sólo por una vez, quería no confirmar una infidelidad, encontrar al menos un chico
inocente. Pero hasta el momento, los sospechosos de SOS habían sido culpables
un cien por ciento de las veces. Y eso estaba seriamente impidiendo mi alegría.
Con una corta revisión a mi reflejo, desvanecí mi ceño fruncido y traté de verme
positiva.
Era posible. Era posible encontrar por lo menos un sospechoso inocente. Estaba
segura.
13
SOS
LA GUÍA OFICIAL
Traducido por Niii
Corregido por ★MoNt$3★
ACTUALIZADA:
14
Vestirse apropiadamente para todos los juegos y misiones. Faldas de
porrista para los juegos, pantaloncillos de spandex para las prácticas, y
uniformes negros y grises para las misiones.
LAS LEYES:
15
DISCIPLINA: Si una Smitten Kitten es atrapada rompiendo estas reglas, un
formulario disciplinario oficial le será enviado. Las infracciones podrían resultar en:
Todas las Smitten Kittens son responsables de aprender: porras, trucos, abrir
cerraduras, escalar muros, manejo y manutención del equipamiento, y volteretas.
16
Capítulo 2
Traducido por Aylinachan y Sheilita Belikov
Corregido por ★MoNt$3★
M
e aseguré de que las puertas dobles del gimnasio estuvieran cerradas
antes de cruzar el piso de madera para detenerme frente a mi equipo.
—Hay más de 200 números en la tarjeta SIM —dijo, rodando sus ojos—. ¿Quién
hubiera pensado que Michael Garnett tuviera tantos amigos? Es un estúpido.
—Lo siento. —Se encogió de hombros a modo de disculpa y luego metió la mano
en su mochila para sacar una carpeta de manila y ponérsela en el regazo—.
Imprimí los nombres y estoy haciendo una exploración ahora. Voy a necesitar otro
día.
Leona se quejó desde el final de la grada y Kira miró hacia ella, sonriendo. Leona
entornó los ojos.
―Sé buena ―le musité a Leona―. Ahora, ¿qué pasa con la webcam?
―Nada. Pero eso era de esperar, Tess. Parece ser un pervertido nocturno.
Chasqueé la lengua. El equipo había sido muy crítico últimamente. Le eché la culpa
al hecho de que habíamos atrapado a varios de sus novios engañándolas en los
últimos tres meses. Pobrecitas. Era una tragedia, la verdad.
17
―Yo tengo algo ―anunció Izzie, retorciendo un mechón de su pelo rojo alrededor
de un lápiz.
Asentí con la cabeza hacia ella, preguntándome si habría encontrado una pieza
crucial de evidencia en la cuenta de MySpace de Michael. Necesitábamos por lo
menos dos tipos de pistas de engaño para confirmar el crimen.
―Está bien, estaba en el centro comercial ayer ¡y vi ese totalmente lindo chándal
granate que sería perfecto para los días que no hubiera partido! ―Brincó sobre sus
talones, con entusiasmo, esperando con impaciencia nuestra respuesta.
La miré fijamente. Las otras chicas en el equipo dejaron de hacer lo que estaban
haciendo para volverse hacia ella. Se quedó de pie durante un minuto y luego
abrió mucho los ojos antes de sentarse en la grada. Se encogió de hombros y
murmuró:
Pero nada había cambiado. Cien por ciento culpable. Igual que siempre.
Envolví mis brazos a mí alrededor y caminé hacia las gradas para reunirme con mi
equipo de porristas. Mi espíritu escolar se había visto comprometido.
―Se levanta la sesión ―dije en voz baja y me dirigí hacia las puertas dobles del
gimnasio. Necesitaba a Aiden. Él siempre sabía cómo animarme.
18
Me hundí en mis suaves almohadas rosadas, mirando los músculos magros del
brazo de Aiden mientras sostenía mi pierna.
―Deberías haber estado allí ―le dije, recorriendo con mis dedos su piel―. Izzie
me sorprendió en el pasillo y fue como…
―Lo sé, cariño. Siempre estás pensando. ¿Puedo terminar por favor? —Sonrió, sus
ojos verdes brillaron maliciosamente.
―Está bien.
Suspiró y levantó mi pie, pasando el pincel del esmalte de uñas color rosa pasión
por encima de mi dedo meñique. Quizá parecía extraño que a mi novio le gustara
pintarme las uñas de los pies, pero yo pensaba que era encantador. Después de
dos años, verdaderamente había conseguido ser muy bueno en eso. Mucho mejor
que yo. Y, ¿por qué pagar a un desconocido que me torturara con una pedicura
cada pocas semanas, cuando a Aiden le gustaba hacerlo como juegos
preliminares? Estaba muy lindo así.
Cuando empezamos a salir, ya era súper alto y algo torpe. Algunas de las chicas
antiguas del escuadrón incluso pensaban que estaba por debajo de mí, totalmente
mediocre. Pero yo sabía, incluso desde antes de que sus bíceps se volvieran cada
vez más sexys, que Aiden sería más que la estrella del equipo de baloncesto. Era
perfecto para mí. Éramos, más bien, socios. Ninguno de los dos fallaba al otro. Era
un dar y tomar. Nosotros…
19
―Mm… ―Me encantaba cuando acariciaba mi pierna de esa manera. Cerré los
ojos, ajustando mi posición y mirando como giraba mi ventilador del techo. Mi
esmalte de uñas, sin duda, estaría arruinado en pocos minutos. Siempre se
estropeaba. Por suerte, llevaba zapatillas el 95 por ciento de las veces.
Las manos de Aiden se deslizaron hacia arriba, haciendo una pausa en mis caderas.
Me encontraba nuevamente dentro de mi esponjoso edredón blanco. Mis padres
no volverían a casa en horas. Una de las ventajas de tener padres músicos era que
se pasaban las noches en salones, dejando toneladas de tiempo libre para Aiden…
o SOS. De cualquier manera, todavía era mucho mejor que tener una madre que
trabajaba para H&R Block… pobre Aiden.
―No llevo mi uniforme para que puedas representar una fantasía de la infancia
una vez más.
Sabía que yo estaría de acuerdo. Siempre lo estaba. Quiero decir, había una razón
por la que mantenía tres faldas granate y gris extras en mi armario, aunque ésta
era mi favorita. Mi novio podía ser muy persuasivo.
La cama cambió a medida que Aiden se arrastraba hacia arriba y extendía su largo
cuerpo junto al mío, inclinándose para besar mi cuello.
―Mm-hm
―Está bien.
―Y…
20
Apretó su boca contra la mía. Sabía cómo hacerme callar.
―Tienes que ir a casa. Tu madre va a enloquecer. ―Me incliné y besé su oreja. Eran
cerca de las diez y había estado en mi casa desde que yo había llegado de la
práctica.
Él sabía que no podía, pero eso no le impedía preguntarlo cada vez. No es que me
importaran mis padres. Lo adoraban. De hecho, mi padre lo llamaba “hijo”. Mis
padres incluso decoraban carteles para levantar en los partidos. Carteles que
decían cosas como: “Los Wildcats No Pueden Ser Enjaulados” o “Gruñir Hasta Que
Duela”. Sí. Eran de esa clase de personas.
―Tu madre va a llamar aquí en, como, cinco minutos. ―Realmente no quería que
se fuera. Levanté su brazo y me acurruqué junto a él, respirando su olor natural,
deportivo. A pesar de que el desarrollo físico de nuestra relación era un hecho
reciente, se estaba convirtiendo rápidamente en mi parte favorita. Especialmente
cuando podíamos hacer esto después. Lo sostuve poco más fuerte.
―Mm ―dijo soñoliento. Envolviéndome con su otro brazo―. Pero me gusta más
en tu casa.
Lo miré fijamente. Era muy guapo. Tenía los ojos cerrados mientras su rostro
reposaba en la almohada, pero había un atisbo de sonrisa en sus labios. Sabía que
lo estaba mirando.
21
―Y otro ―susurró. Me reí.
El teléfono sonó e hicimos una pausa, nuestras bocas todavía estaban unidas.
―¿Tessa?
Dirigí mi mirada hacia donde Aiden corrió, pero oí cerrarse la puerta delantera, lo
que indicaba su salida precipitada. Estaría en la universidad el próximo año, pero
seguiríamos batiendo fresas. La Universidad Estatal de Washington no estaba tan
lejos, y con un dormitorio en su futuro inmediato, podría dormir fuera de su casa.
Mi último año iba a ser movido.
Ah, cierto.
22
—¿Quién?
—Darren me engañó.
—Charlie Meyers.
—Esa misma. —Su voz se volvió un poco más aguda que un silbato para perros.
Cerré un ojo y apreté los dientes mientras escuchaba. Ella trató de recuperar la
compostura—. La novia del primo de Kara los vio en el estacionamiento del hotel
Windmill…
—Ew. ¿Uno donde pagas por hora? —Mi boca se inundó con un sabor metálico
familiar: adrenalina.
—¿Qué vamos a hacer? —dijo lloriqueando—. Todos los chicos a los que hemos
investigado han sido culpables. ¡Todos! Y míranos. Ya ni siquiera ninguna de
nosotras tiene novio. —Se sorbió la nariz—. Nos hemos convertido en un
escuadrón de viudas.
23
—Los viudos son los cónyuges de las personas que han muerto, K.
Jadeó.
A pesar de que me sentía muy mal por Kira, estaba equivocada. Una de nosotras
todavía tenía novio. Yo.
—Espera —susurró—. Olvídalo, tú tienes a Aiden. Eres la única Smitten Kitten que
no ha sido engañada.
—¡Oh, no! —dijo lo suficientemente alto como para hacerme saltar—. ¡No voy a
poder ir al baile!
Suspiré. ¿Por qué todo estaba volviéndose tan complicado? ¿No podía sólo animar,
volver a casa, enrollarme con mi novio, e ir a dormir?
Rebuscando en mi closet, miré más allá de las filas de leotardos de una sola pieza,
pantalones para correr de spandex, cinturones multiusos con equipo de escalada, y
un montón de sombreros y bufandas específicos para misiones.
¡Ajá! Allí, cerca de la parte de atrás, estaba la única camisa negra limpia que tenía
que no era para la SOS. Mi madre la había conseguido para mí cuando estaba en
su fase de rapsodia bohemia. Era seriamente sosa. Tomó la mayor parte de mi
fuerza de voluntad no combinarla con los lindos leggings metálicos que acababa
de comprar y en su lugar elegí unos jeans oscuros. No quería que la mamá de
24
Aiden me descubriera entrando a escondidas. Eso ciertamente no ayudaría a su
actitud negativa.
Me miré en mi espejo de cuerpo entero. Grandioso. Me veía como una ninja. Qué
no haría por mi escuadrón, por las chicas en todas partes.
Até mi pelo oscuro en un moño alto, lindo pero casual y contemplé usar
delineador negro para marcar mis ojos. Olvídalo, no había necesidad de exagerar.
Agarré mi gran bolso, poniendo la correa sobre mi hombro mientras me dirigía a la
puerta.
Cuando habíamos investigado a Peter Corning el martes, había tenido que subir a
través de su techo de cedro para obtener una imagen de él engañando. ¡Él y su
cómplice femenina estaban totalmente haciéndolo en la habitación de sus padres!
Asqueroso.
¡Su novia, Marissa, estuvo tan enfadada cuando se enteró que le partió el labio en
medio del salón de clases! Fue todo un espectáculo: insultos, puñetazos, y patadas
en la ingle.
25
Mis zapatillas encajaron perfectamente entre las ranuras de la reja de madera
mientras subía. Mi pulso estaba acelerándose. Las alturas no eran lo mío. Bueno, no
a menos de que tuviera una buena base sólida debajo de mí, y esta celosía no era
tan fiable como mis chicas. Ellas nunca me dejarían caer.
—Hola —susurré mientras deslizaba mis piernas por encima del alféizar. La
habitación de Aiden estaba llena de trofeos e insignias que se remontaban a la
escuela primaria. Mi amorcito se había ganado incluso una medalla al mérito de los
Boy Scouts por hacer nudos. Pero lo que más me gustaba era que su habitación
olía como él: atlético, atractivo y reconfortante. Sus sábanas se agitaron cuando se
movió en la cama.
Me acerqué y me senté, casi lista para olvidarme de todo, pero luego la voz
sollozante de Kira apareció en mi cabeza, con sorbidos de mocos y todo.
26
blanco—. Lo siento. ¿Hablas condenadamente en serio? —Aiden se pasó los dedos
por el pelo, viéndose confundido.
—¿Lo sabías?
—¡No! Por supuesto que no. Es sólo que... lo vi hablando con ella después de
clases. Me pareció raro, pero no había nada por lo cual pedirle explicaciones.
—Tessa.
—¡Ahora tienes que hacerlo, Aiden! Tus chicos han estado fuera de control
últimamente. ¿Te das cuenta de que cada miembro del equipo inicial, excepto tú,
han engañado a su novia? ¿Crees que eso está bien? —Me sentía insegura. No me
gustaba tener que señalar algo que ya debería haber sabido. Y, además, era tan
negativo.
—¡Yo dirijo a las Smitten Kittens! Ellas me escuchan. No ves a ninguna de nosotras
correteando a espaldas de nuestros novios. —Bueno, eso no era del todo cierto.
Pero al menos no estábamos engañándolos.
27
—Además —dije, sorbiendo la nariz—. Yo debería haberlo sabido.
—Tessa. —Aiden se movió hacia atrás y me volteó hacia él, sosteniendo mi cara
entre sus manos—. No hay manera de que pudieras haberlo sabido. No es tu
responsabilidad. Eres una Sex Kitten, no la policía de la moralidad.
Asentí con la cabeza, dejándolo atraerme entre las sábanas de franela mientras la
decepción se apoderaba de mí. Había defraudado a Kira, y continuaba haciendo
algo que despreciaba: mentir.
Aiden merecía saber lo que hacía con las Smitten Kittens; lo entendería. Pero no
podía decirle porque entonces sabría que le he ocultado algo durante los últimos
dos años. Moví nerviosamente la nariz y me acurruqué más cerca de él, sintiendo
su calor y tratando de bloquear la negatividad.
28
SOS
REPORTE DE INCIDENTE DEL INFIEL
Traducido por Paovalera
Corregido por Xhessii
CASO: 046
SOS lo siente mucho por su pérdida, ofreciéndole nuestra más sincera simpatía.
Esperemos no tener que ayudarle en el futuro, pero por favor manténganos en
mente para futuras referencias.
Siga sonriendo,
29
SOS
Textos: 555-0101
30
Capítulo 3
Traducido por Paaau & LizC
Corregido por Xhessii
—P
ásame la horquilla —dije, mordiendo la esquina de mi labio
mientras jugaba con el candado del casillero de Serena Santos.
Estaba agradecida de que no fuera un candado maestro, ¡tomaba
una eternidad abrir esos desgraciados! Kira tocó sus rizos rubios por un segundo,
luego sonrió mientras sacaba una horquilla y me la entregaba.
Aunque Kira me había llamado unas dieciséis veces, su depresión por Darren sólo
duró hasta las cinco de esta mañana. Estaba orgullosa de su valentía.
—Apresúrate Tess —susurró ella, mirando hacia ambos lados del pasillo—. El
conserje estará aquí en veinte minutos.
Kira rió.
—Apuesto que Aiden pensaría que es realmente lindo que puedas abrir cerraduras.
31
Los ojos azules de Kira brillaron mientras movía sus cejas en mi dirección. No pude
evitarlo… me reí.
Ella tenía razón: ignorar a Aiden era imposible. E ignorar la culpa que sentía por
estar husmeando era incluso más difícil.
—Oye —dijo ella, poniendo su brazo sobre mis hombros—. No te veas tan triste,
Tess. Estoy segura de que él entendería si le contaras acerca de la SOS.
—Tenemos trabajo que hacer —dije y el casillero se abrió con un ruido metálico.
Kira buscó el equipo en el bolso. Sacó una caja negra del tamaño de las de joyería
y la abrió, revelando el pequeño localizador de GPS que Leona había adquirido
hacia algunas semanas con nuestro descuento de cliente frecuente.
La SOS había sido alertada de que ella era una “persona de interés” en un nuevo
incidente de engaño.
Merecían que fuera algo definitivo. En un ciento por ciento. Pero siempre eran
noticias malas en un cien por ciento.
Luego de que el chip estuviera entre las páginas, me giré hacia Kira.
—Pruébalo —dije.
Sacó el teléfono de la SOS, tecleando el código con una serie de pitidos. Incluso
aunque cada una de nosotros tenía un teléfono celular codificado, había sólo una
línea oficial de la SOS. Por lo que en cada reunión cambiábamos posiciones.
32
Ayudaba a que todas se sintieran incluidas. A Kira le gustaba especialmente
cuando era su turno: era un impulso en su autoestima.
Se escuchó un bip.
—Todo listo. —Cerré el casillero, volví a poner el candado y tomé el paquete del
piso—. ¿Qué hora es? —pregunté.
Gemí.
—Mejor nos vamos. Aiden estará en mi casa para desayunar a las seis y media.
¡El conserje nunca llegaba temprano! Puse mi dedo sobre mis labios, señalándole a
Kira que se quedara en silencio y luego nos pegamos contra los casilleros, mirando
el pasillo.
—Mierda —susurró Kira. La miré y puse de nuevo mi dedo sobre mis labios,
mostrándole que se mantuviera callada.
Luego se escuchó algo arrastrándose, junto con un chapoteo, mientras las pisadas
y el chirrido se iban en la dirección en que llegaron.
Esperamos hasta que sólo estuvo el sonido de las calderas y el zumbido de los
focos fluorescentes antes de intercambiar una mirada. Se estaba haciendo cada vez
33
más difícil mantener esto en secreto. Extrañaba ser simplemente una porrista.
Extrañaba preocuparme por dar patadas en vez de escalando muros.
—Ahora ese es un chico guapo —me susurró Kira en clases de historia—. Escuché
que acaba de ser transferido desde West Washington.
Seguí su mirada por sobre mi hombro hacia el chico en la parte posterior cerca del
estante. Él era nuevo.
Uh, eso era extraño. El director Pelli no me había hablado de ningún estudiante
transferido y como jefa del comité de bienvenida de Washington High, debería
haber sido informada. Torcí mi nariz.
—Sí, supongo —dije, girándome. El Sr. Powell aún estaba en su puesto en una
animada discusión acerca de la antigua Unión Soviética. Hacía doler mi cabeza. Era
evidente que tenía sentimientos reprimidos por la Guerra Fría, sea lo que fuera que
significaba eso.
—¿Supones? —Kira golpeó mi rodilla bajo la mesa—. ¡Mira ese cabello! Se parece
a ese surfista con el que salí el verano pasado. ¿Lo recuerdas?
Por supuesto que lo recordaba. Había visto su trasero arenoso cuando había
entrado en la casa de verano de los padres de Leona.
Exhalé y me giré de nuevo. Seguro, tenía lindo cabello a la altura del mentón que
enmarcaba perfectamente su fuerte mandíbula. Y bien, estaban sus pestañas:
largas y curvas, acentuando el suave tono oliva de su piel. Pero…
34
—Bueno, yo sí lo estaba haciendo —dijo ella y lamió sus labios—. Es delicioso.
—Está bien. —Mis ojos llegaron al Sr. Powell. El marcador chirriaba en la pizarra
mientras él escribía nombres de personas que yo no reconocía. Espera, ¡Reagan! Ja.
¡Uno que conocía! ¡Definitivamente era de Rey Lear!
—Seguro, Tess. Él sólo está bien. —Tomó su lápiz con un pompón morado y anotó
algo del pizarrón—. Eres crema batida —murmuró ella.
Levanté la mirada hacia el largo cuerpo hasta que estuve mirando el rostro del
nuevo chico, de pie usando pantalones de pana y una camiseta larga,
sonriéndome.
—Eres Tessa Crimson, ¿cierto? —Su voz era suave. Me relajé un poco.
—Um, sí. —Me deslicé en un modo cortés. Era la porrista dirigente por una razón—
. Tessa Crimson. Hola.
La tomé sin pensarlo, pero cuando su mano fría tocó la mía, sentí que mi ritmo
cardíaco se aceleró. Él me estaba apretando sólo un poco demasiado fuerte.
Discretamente, traté de lanzar mis ojos alrededor del aula vacía por ella. Se había
ido. Genial… era su culpa que lo hubiera mirado.
—¿Cómo…
No estaba segura por qué, pero este ardiente surfista me ponía incómoda. Como si
estuviera en una broma de la que no había escuchado aún el chiste. Me metí en
35
modo SOS, tratando de buscar su motivo ulterior, pero luego me detuve. Tenía que
recordarme a mí misma que estaba en la escuela y no en una misión.
Ah, era bueno que el Sr. Powell me recomendara. A pesar de que era una
estudiante sobresaliente, estaba muy lejos de ser una cerebrito. Sin duda tendría
que mandarle una nota amable de agradecimiento. Miré con admiración a su
podio.
Rápidamente me volví hacia él, dándome cuenta que no había contestado. Sacudí
mi cola de caballo para despejar mi cabeza.
—Si no te importa.
—No, por supuesto que no. Están en mi casillero y voy a ir allí ahora mismo, pero…
—Genial. Te seguiré. —Dio un paso atrás, señalándome con sus manos para que
siguiera.
Agachando mi cabeza, avancé por el pasillo apenas vacío. Esta parte del edificio
sólo tenía unas pocas aulas, así que era tranquilo, con excepción de los chillidos
que mis zapatillas estaban haciendo en las baldosas de linóleo brillante. De
repente me sentía un poco cohibida, deseando que llevar mi falda más corta de
porristas. Sin embargo, Aiden había arrugado la buena. Sonreí para mis adentros,
recordando.
36
Enderecé mi postura y miré amablemente por encima de mi hombro hacia él.
—Sip.
Su tono no pasó desapercibido para mí. Ser una porrista significa acostumbrarse a
las bromas de cabezas huecas y otros estereotipos. Por eso me pareció que era tan
importante para las Smitten Kittens mantener su dignidad intacta en todo
momento. Estúpida falda.
—Voy a tener que admitir que estoy sorprendido de obtener apuntes de una
persona que pasa tiempo en la cima de una pirámide humana. Me esperaba más
del tipo de club de ajedrez…
—Juego al ajedrez. —Me giré para mirarlo de frente. Estaba bastante segura que
mis pantaletas saltaron a la vista porque su sonrisa se convirtió en una plena
sonrisa abierta. ¿Estaba tratando de agitar mis pompones?
Algo inusual.
—Hola, nena —susurró, teniendo que agacharse hasta llegar a darme un beso.
—Hueles bien —le dije, levantándome de puntillas para besarlo otra vez. Acababa
de salir de educación física. El chico llevaba el sudor mejor que cualquier colonia.
—Mm... —Su mano suavemente acarició mi trasero—. ¿Sabes que me encanta esta
falda?
37
Alguien se aclaró la garganta detrás de mí. Cierto. Apuntes.
Sintiéndome incómoda, apreté los labios y luego bajé los brazos alrededor de él.
—Aiden. Este es Christian —le dije, señalando hacia él—. El Sr. Powell lo envió a mí
para darle los apuntes de Historia.
—Sí. Nos acabamos de mudar, y fui trasladado hoy desde West Washington.
¡Aiden estaba siendo tan amable! Sí que había recorrido un largo camino con sus
modales. No es que me importara que fuera un poco peligroso… era bastante
ardiente.
—Gracias —dijo Christian, mirando entre Aiden y yo—. Entonces, ¿la jefa de las
porristas y, supongo que, el capitán de baloncesto?
—Eso es lindo —dijo Christian. Pude notar que “lindo” no era una palabra que
normalmente utilizaría. Parecía ahogarse con ella.
4
Duck y Wildcat: Pato y Lince, en EUA los equipos suelen tener a un animal que representa los
equipos de sus escuelas.
38
—Igualmente, pero es Christian.
Suspiré. La escuela sería mucho más divertida fuera de los confines del sistema
académico. Miré de nuevo a Christian una vez mientras giraba la combinación del
casillero sin la necesidad de mirarlo. Él sonrió.
—Gracias.
Sonó el timbre, y miré hacia arriba hacia la caja resonando sobre la puerta
adyacente. Genial. Como si la clase de Economía no fuera lo suficientemente mala,
ahora la Sra. Foster me haría sentarme en la silla de tardanza en la parte delantera:
la que está conectada a su escritorio. Fantástico.
—Por supuesto. —Con otra sonrisa amable, me di la vuelta y me fui trotando hacia
el final del pasillo.
39
SOS
MENSAJE INTERNO
Traducido por Dani
Corregido por Xhessii
De: Leona
Para: SOS
40
Como Tessa ha dicho, es importante para las Smitten Kittens que todas estén al
tanto con SOS para asegurar nuestro estatus secreto. Por favor tengan sus
nominadas para el próximo martes.
Eso es todo por ahora. Háganme saber si necesitan alguna aclaración o vean a
Tessa para cualquier pregunta.
Sigan sonriendo,
Leona
SOS
Textos: 555-0101
41
SOS
ORDEN DE PEDIDO DE EQUIPO
Traducido por Dani
Corregido por Xhessii
De: Leona
Para: SOS
Nuestra orden mensual está lista para la aprobación de Tessa. Si hay algún artículo
de último minuto que necesites, por favor anótalo y mándamelo antes del
miércoles.
Artículos:
Sigan sonriendo,
Leona
42
SOS
Textos: 555-0101
43
Capítulo 4
Traducido por Susanauribe & Little Rose
Corregido por Xhessii
N
unca había estado tan agradecida por ver perros de maíz. Los fuertes
murmullos en la cafetería, unido con el olor de carne procesada, estaban
haciendo un show dentro de mí. Economía era miserable. Cálculo era peor.
Todo lo que quería hacer era recostar mi cabeza en la mesa pegajosa y descansar
mi cerebro. Esos profesores estaban invadiendo seriamente mi proceso de pensar.
—¿Dónde estabas? —preguntó Kira, mirándome desde el otro lado de la mesa con
preocupación—. Pensé que habías sido Kitten-secuestrada o algo así.
—Mi papá estaba totalmente enojado —me quejé—. Obtuve la cátedra por llegar
tarde en Economía.
—¡Trágico! —dijo Leona desde el otro lado—. Esa mujer debería ser detenida. Creo
que la Sra. Foster está infligiendo serio daño emocional en la población estudiantil
con sus políticas de asistencia. Voy a escribir una carta con palabras fuertes a la
junta de la escuela. —Ella ajustó sus gafas.
Esa era Leona. Era un gran recurso para SOS. ¡Inteligente, provocadora y fresca!
Claro, algunas veces era un poco sentenciosa —como la vez que llamó al
Entrenador Taylor un dictador por hacerla tomar una prueba de salud—, pero ella
era un genio con computadoras y accesorios de moda. De hecho, si no hubiera
estado tan melancólica, ciertamente me habría enterado de donde había obtenido
su banda para el cabello. Era fabulosa.
—Me gustan las cartas que escribes —anunció Izzie, mordiendo su perro de maíz y
asintiendo hacia Leona—. Tienes una total verborrea genial.
Leona le agradeció.
Justo entonces, una mano se deslizó por mis hombros, y miré hacia arriba,
sorprendida. Aiden se dejó caer en el asiento junto a mí, una expresión
desconcertada en su rostro.
44
—Pareces sorprendida de verme —dijo él, alejando su brazo de mí—. ¿Estabas
esperando a alguien más? —Sonrió.
—Nop. Sólo estoy deprimida. —Y lo estaba. Era como un malestar que se había
puesto uniformemente en mi pecho.
Y no era buena.
—Tú no eres así. Eres como una bola de rayos de sol. Siempre. Y quiero decir
siempre. ¿Sobre qué podrías estar triste? —Aiden se inclinó para besar mi hombro,
haciendo que mi estómago diera vueltas—. Estoy aquí, ¿no?
Obviamente, él estaba aquí. No tenía razón para estar triste. Después de todo, no
era a la que habían engañado. Pero Darren había sido el tercer adulterio de esta
semana, y su indiscreción se había entrometido totalmente con nuestros arreglo de
puestos para la hora del almuerzo. Miré hacia el asiento vacío entre Kira e Izzie y
suspiré. Darren podría no haber sido el primer engañador que no habíamos
descubierto nosotras, y eso me preocupó. Porque hasta ahora, SOS había sido a
prueba de tontos.
¿Por qué todos estos chicos estaban cachondos? Y, ¿por qué me sentía preocupada
cuando mi relación era saludable?
Mis ojos se movieron hacia los suyos. ¡Él nunca preguntaba cosas así! Aiden era
pura confianza.
—Oye, Tess —gritó Leona desde el otro lado de la mesa—. Quise preguntarte
sobre el nuevo bombón en tu clase de Historia. Escuche que él es, oh, tan lamible.
45
—Señoritas —dijo Aiden, soltándome y empujando lejos su bandeja de almuerzo,
luciendo nauseabundo—. Por favor no hablen de los hombres de la escuela como
chupetas. Especialmente a mi novia.
—Por cierto —dijo, mientras se paró de la mesa—. El nuevo chico tiene una
hermana, y ella está en mi clase de Álgebra. Una perra total si me lo preguntas.
—Perdón. Pero ella lo es. —Leona se encogió de hombros, moviéndose hacia atrás
hacia la fila del almuerzo—. Le dijo a la Sra. Kellan que ella no “hacía” problemas
de palabras. Completa cara de puchero. ¡Y sin accesorios!
Adoraba a Leona, pero tal vez ella no entendía que ser la chica nueva de la escuela
probablemente era difícil para Christian y su hermana, especialmente si se
acababan de mudar. Quiero decir, claro que usar la palabra “hacer” a propósito era
poco diplomático, pero…
—Psst —interrumpió Kira, tocando las comisuras de su boca con una servilleta de
papel—. Alerta de hermosura. —Ella lanzó una mirada emocionada por encima de
mi hombro.
46
—Me estaba preguntado, ¿si podría sentarme contigo? —Sus ojos oscuros estaban
enmarcados perfectamente por sus pestañas, haciendo su mirada intensa…
vulnerable.
—Oh —dijo Christian, sentándose al otro lado mío—. Esta es mi hermana, Chloe.
—Él señaló hacia ella, y ella puso en blanco sus grandes ojos marrones, como si no
le gustara la introducción formal.
Pero luego ella se estiró y tomo mi mano en la suya. Ella podría haber pensando
que no noté su mirada de reojo hacia Aiden. Pero lo hice.
Me volteé hacia él, y él todavía estaba jugando con sus dedos, sin prestar atención.
¿Qué pasaba con él y sus uñas? Golpeé mi rodilla con la suya, y me miró,
sorprendido.
—¿Qué?
—Uñas —le recordé. El chico había mordido sus uñas a una longitud ridícula y
luego masticó sus cutículas. Era un poco asqueroso. Traté de darle una manicura,
pero, bueno, nunca llegamos demasiado lejos. Él siempre terminaba ofreciéndose a
hacérmelo a mí.
—Lo siento, nena —dijo él, dejando caer su mano en su regazo—. Tal vez puedas
limarlas después. —Me miró de reojo.
47
Crucé mis piernas para controlar el hormigueo entre ellas. Su mirada cargada de
doble sentido.
—Es tan divertido conocer nuevas personas —le dijo Izzie felizmente a Christian
mientras masticaba el palo de su perro de maíz—. Creo es que muy cultural y esas
cosas.
Ella era dulce. La única pelirroja en la escuela que usaba el uniforme. Era bueno
tener diversidad.
Kira aclaró su garanta y sonrió hasta que sus hoyuelos estaban profundamente
puestos en sus mejillas.
—Soy Kira.
—¿Así que estás en segundo año? —le preguntó Kira entusiastamente. Ella en
verdad era muy buena en quedarse alegre.
—Sip. Y, ¿tú eres una porrista? —Ahí estaba ese tono de voz de nuevo. El mismo
que Christian tenía esta mañana. ¿Habían sido atacados por una bandada de
porristas cuando eran jóvenes? ¿Qué pasaba con la hostilidad?
Ella enderezó su espalda con orgullo. Había estado emocionada por conseguir este
título. Leona había amenazado con renunciar, pero lo habíamos resuelto.
LasSmitten Kittens no tenían animosidad entre ellas.
No me gustó su voz. Era alta y áspera, no agradable y pequeña como ella se veía.
Me hizo pensar que ella no era en absoluto como se presentaba. Un lobo en ropas
de oveja, por así decirlo. La teoría de Leona podría haberse demostrado.
—Lo soy.
48
—Y yo soy el capitán del equipo de baloncesto —dijo Aiden. Me volteé hacia él. Él
le estaba sonriendo a ella. Ella sonrió de vuelta.
—Bueno, estaba sorprendida cuando Christian me dijo que él quería almorzar con
una porrista, pero supongo que puedo ver el porqué. Eres más linda que las de
nuestra otra escuela.
—¿En serio? —Chloe abrió sus ojos oscuros, luciendo sinceramente sorprendida.
Sin embargo, Chloe me estaba molestando. Quería que ella se fuera, pero nunca
diría eso. Sería grosero.
—Mi Tessa es inteligente en todo —dijo Aiden, su voz impregnada con admiración.
Sentí mis puños abriéndose.
—Wow. —Chloe alzó sus manos en disculpa—. Eso es muy genial. Supongo que
Christian no se ha vuelto tan loco como pensé.
—¿No tienes un lugar en donde estar? —le preguntó su hermano. Miré junto a mí
para observar que sus fosas estaban hinchadas mientras él tensaba su mandíbula.
49
Se miraron, ninguno estremeciéndose. Nadie pareció notarlo excepto yo. El resto
del equipo vino a nuestra mesa, y cuando Leona regresó, ella le dio a Aiden su
perro de maíz. Ella nunca, y repito nunca, comería algo servido en un palo. Mi
novio parecía extasiado y se lo comió como si fuera un niño de cinco años en una
feria de condado.
Simplemente asentí.
—Ah sí… a ti también. —Sabía por su pausa que había olvidado el nombre de la
chica. Me hizo sentir un poco mejor. Después de un segundo, Chloe me miró y
levantó la mano en un saludo sarcástico.
Lo miré, sintiéndome desfallecer. Algo estaba mal aquí. Mis sentidos de Kitten
estaban alertas. Y necesitaba descubrir por qué.
50
Tenía una fiebre de treinta y nueve grados. ¿En serio? No había tenido fiebre en
años. Esto sería tonto si no estuviera tan incómoda. Me hundí en el sillón de mi
sala de estar, moviendo mis pies sobre los almohadones.
—Lo siento. ¿Quieres que te haga un masaje en los pies? —Había un brillo
malvado en sus ojos mientras miraba mi cuerpo.
Pequeños favores.
—Lo lamento —dijo inclinándose para darle un beso rápido a los dedos de mis
pies antes de quitárselos de encima. Se paró y estiró los brazos sobre su cabeza,
dejándome ver su estómago.
Suspiré.
Quería un cuerpo sano, pero estaba segura que Aiden sólo ofrecería el suyo.
51
—No, gracias —dije con los ojos cerrados.
Pasó sus dedos suavemente por mi mejilla antes de tomar las llaves de su auto de
la mesa de café.
Escuché cuando se iba a través de la cocina por la puerta principal. Después de que
se cerró la puerta, me quedé acostada sólo con el zumbido del refrigerador como
compañía. Lamentando no haberle pedido una aspirina, dejé que la migraña
pulsara hasta que me dormí.
—¿Tess?
Mis párpados temblaron. Mi madre estaba sobre mí, con el cabello castaño
cayéndole a los costados de la cara. Sus labios estaban apretados mientras
apoyaba su fría mano en mi frente.
—Acabo de volver de arreglar el club para esta noche. Papá me trajo, por lo que
aún tiene el auto, pero puedo conducir el tuyo si quieres ir al hospital.
Tenía el rostro preocupado. Era raro que estuviera tan embotada. Me levantó y
sostuvo mi brazo mientras me guiaba a través de la casa a mi cuarto. Me acosté en
mi cama, con el uniforme y todo, y me acurruqué. Una vez que estuve cómoda, mi
madre volvió con un vaso con agua y un Tylenol.
Varias veces sonó mi celular, pero nunca me moví. Mi madre me chequeó una
última vez antes de irse al show, pero mi fiebre no bajó. Después de saludarla
medio muerta, finalmente me dejó sola a sufrir en paz.
Me moví y desperté toda la noche, soñando con Aiden y luego con Chloe y sus
faldas cortas. Incluso tuve una incómoda pesadilla íntima sobre estar atrapada en
52
el cuarto de computadoras con Christian. Tenía la frente cubierta de sudor cuando
desperté.
El reloj de mi mesita decía que era casi medianoche. Demasiado tarde para llamar
a Aiden. Aunque intentaba relajarme, no podía evitar preguntarme qué había con
la hermana de Christian que me incomodaba tanto. Ciertamente no era la primera
que miraba a Aiden. Quiero decir, el chico llamaba la atención en todas partes. No.
Lo que me molestaba era cómo se había despedido. Como si yo no importara.
Como si no le importara a Aiden.
Maldita sea. Volví a mirar mi teléfono. Lo tomé y miré las llamadas perdidas. Kira,
Leona, Izzie, mi mamá —nada de Aiden. Fruncí la nariz.
—¿Hola?
¡Recórcholis! Su madre.
—¿Cómo está? —Intenté sonar dulce, pero sabía que no importaba. Nunca le había
agradado, desde el primer día que Aiden me llevó a su casa en uniforme.
Chasqueó la lengua.
53
—Hola, amor —dije recostándome con el teléfono en la oreja.
—¿Tessa?
—Lo siento, ¿quién habla? —Volví a mirar el reloj. ¡Era medianoche! Ninguna de
mis amigas jamás me llamaría tan tarde. Una Kitten necesitaba su sueño de belleza.
—Es Christian…
Oh, Dios.
—… de la clase de Historia.
—Fui a la oficina administrativa, y les dije que necesitaba alcanzarte tu tarea, por lo
que me lo dieron. Espero que no estés enojada —dijo—. Sólo quería asegurarme
de que estabas bien.
Sonaba avergonzado. ¡Y debería estarlo! Los chicos nuevos no tenían permiso para
averiguar mi número y usarlo, ¡sin siquiera preguntarme!
—Realmente no hacía falta que llamaras —dije cerrando mis ojos e intentando
mantener un tono calmado. Ser irritable no era propio de una Smitten Kitten.
Mi pulso se calmó. Claro, era medianoche y era un momento raro para estudiar,
pero si era algo de la escuela, podría perdonarse.
—De nada. —Aw. Eso era realmente dulce. Aprecio a la gente educada.
54
—Estaba pensando en pasar y devolvértelas en persona.
—Es…muy tarde. —Arrojé mis piernas por el borde de la cama y me puse de pie,
confundida y preguntándome qué me había perdido. ¿Por qué en el mundo
pensaba que vendría a mi casa en cualquier momento, y mucho menos a mitad de
la noche? La tensión de mi cuello subió a mi cara y se estancó en mis ojos.
—Claro. Tienes razón. Lo lamento, que idea estúpida. Te veré en la escuela mañana.
—Creo que es mejor. Además, dudo que tus padres aprecien que salgas tan tarde.
—La madre de Aiden siempre odiaba eso.
—Oh —No sabía que decir. Sonaba trágico—. ¿Bueno, quizás tu mamá…?
—No —dijo bruscamente—. Padres divorciados. Ahora vivo con papá. Por eso nos
mudamos.
De repente me sentí terrible por haber sido tan ruda. ¡Divorciados! Eso era algo
que podía entender.
—No, realmente —me cortó—. Te dejaré descansar. Buenas noches Tessa. Espero
que te sientas mejor.
—Grac…
Estaba medio decidida a llamarlo y preguntarle por sus padres. Quizás decirle de
los míos y por qué lo entendía.
Me mordí el labio y puse mis manos bajo mis mejillas mientras me recostaba.
Aunque no era mi culpa que Christian hubiera llamado, me sentía culpable por
hablar con otro chico. Quizás era la SOS en mí. El sentido del bien y el mal. O
quizás realmente estaba decepcionada de que Aiden no llamó.
55
Sonó otra alarma en mi cabeza. Me llevé las sábanas a la barbilla y traté de pensar.
El divorcio explicaba mucho… como el aspecto amenazador de Chloe, por ejemplo.
Y realmente no debería estar enojada por lo del cuaderno. Claro, era presuntuoso
de su parte pensar que podía simplemente llamar, pero quizás era su mal intento
de flirteo. No podía culparlo por ello. No todos sabían ya cómo coquetear con una
chica correctamente.
Cerré los ojos. Aiden había sido bastante ligero al ganarme. Estábamos en la
Asamblea Escolar mi primer año, y tuvo que dar un discurso sobre reciclaje. En su
lugar, se paró en el escenario frente a todo Washington High, sacó un panfleto, y
listó: “Las Razones por las que Tessa Crimson Debería Salir Conmigo”.
Aiden era mi chico. Era mi novio hermoso, perfecto, y cubierto con crema.
56
SOS
ORDEN DE SUSPENSIÓN
Traducido por Paovalera
Corregido por Mlle_Janusa
CASO: 044
Sin embargo, estamos complacidas de que sienta que el Sr. Panchilla “nunca haría
algo así”, le recomendamos no comprometerse con prácticas poco seguras que
podrían amenazar su bienestar.
También es nuestro deber informarle que el Sr. Panchilla no podrá ser investigado
en una segunda oportunidad por motivo de las leyes de doble incriminación.
SOS le desea a usted y al Sr. Panchilla felicidad y esperamos que nuestros servicios
no sean requeridos en ninguna de sus futuras relaciones. Tenga un buen día.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
57
Capítulo 5
Traducido por carmen170796
Corregido por Mlle_Janusa
—Nena —dijo Aiden, de pie al borde de mi cama y con las manos apoyadas en el
marco de hierro forjado—, no puedes ir a la escuela así.
—¡Dios, caramba! —me senté, aturdida y con náuseas—. Voy a vomitar de nuevo.
—Tratemos de llegar al baño esta vez —dijo. Había llegado hasta el pasillo veinte
minutos antes. Mis padres se estaban preparando para un gran espectáculo en
Seattle y no volverían hasta el lunes, por lo que Aiden tenía que hacerse cargo de
mi desastre. Apuesto que cuando se presentó para el desayuno, no esperaba
encontrarme en esta condición. De hecho, no creo que Aiden me haya visto
enferma alguna vez, y mucho menos limpiando mí vomito.
—Lo siento —dije mientras me inclinaba sobre el retrete. Miré atrás para observar
a Aiden sentado sobre el borde de la bañera, sus codos descansando sobre las
rodillas de su largo short de nylon.
—Estas enferma, Tess. No hay nada que lamentar. —Me sentí un poco mejor.
58
—¿Por qué no me llamaste anoche? —pregunté. Mis parpados se sentían pesados
y mis dedos estaban temblando, pero mi intestino ya no estaba retorcido. Esa era
una enorme mejora.
—¿Anoche?
—Lo lamento, cariño —dijo en voz baja—. Supuse que estabas durmiendo.
Observe sus ojos. Parecían honestos, preocupados. Tuve que recordarme que no
estaba en el modo SOS. No debía estar buscando signos de culpabilidad, como
bocas torcidas u ojos vueltos hacia arriba.
—No. —Me volví, poniendo mis manos en su pecho, mientras trataba de abrirme
paso hacia mi closet.
59
—Mejor. —Y sabía que él tenía razón. En este punto no había manera de que
pudiera funcionar en un ambiente académico. Necesitaba un día en cama. Sopa de
pollo. Posiblemente un masaje de pies.
Se sentía bien. Aun cuando había estado vomitando toda la mañana, Aiden aun
podía hacerme sentir bella.
—Necesitas ir a clases. —Pero puse mis manos bajo su camisa, contra su piel
caliente, abrazándolo.
Acurrucarse con Aiden sonaba como la mejor medicina. Pero no podíamos. Apenas
estaba pasando Artes y Letras, tal como estaba.
—¿Oh, sí? ¿Qué hay de tu mamá? —Incliné la cabeza para darle un mejor acceso a
mi piel.
—Es por eso que piensa que Darren y yo vamos a ir a acampar —dijo, burlándose
de mi tono.
Me reí.
—Me encanta acampar. —Lo habría besado en ese momento, pero… acababa de
vomitar. En lugar de eso, me eche para atrás y levante la mirada hacia sus ojos
verdes—. Te amo —dije.
Guiñó.
60
—Ya lo sé, cariño. —Aiden palmeó mi trasero antes de dejarme ir y retirar mis
sábanas.
De hecho, ellos se habían estado acostando ahí. ¡Donde nuestra comida era
almacenada! Eso sí era de mal gusto. Y completamente antihigiénico.
Kira realmente estaba mejorando. El año pasado, era una lata. Totalmente loca por
los chicos. Más o menos fácil. Pero la deje unirse a la brigada porque pude ver su
potencial. Ese era mi talento: ver lo bueno en las personas.
Ahora, si sólo pudiera encontrarle un buen chico. Había pensado que Darren lo era.
Era atractivo, talentoso y amigo de Aiden, quien incluso había ayudado a juntarlos.
61
Pero Darren la engañó, y no pude entender por qué. Kira era rubia natural ¿Quién
le era infiel a una rubia natural?
Una rápida sospecha me inundó, pero la alejé. Sólo porque Aiden lo había visto
hablando con Charlie Meyers, no significaba que sabía que ellos estaban pasando
el rato juntos. No. Aiden nunca me escondería algo así. SOS me estaba volviendo
muy desconfiada y realmente estaba colapsando mis nervios.
—Lo siento, bebe. Tienes razón. Me comportaré. —Se irguió, pareciendo muy
controlado. Y extremadamente sexy.
Mordió su labio, mirando mis ojos antes de estirarse para tomar mi mano.
62
SOS
RECIBO DE DONACIÓN
Traducido por Paaau
Corregido por Mlle_Janusa
Muchas gracias por su donación. SOS es una organización sin fines de lucro y sus
donaciones ayudarán, a otras, con las necesidades en sus relaciones, al darnos el
financiamiento para el equipo de vigilancia más reciente.
Una vez más, gracias por su generosidad y le deseamos toda la felicidad del
mundo. Tenga un buen día.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
63
Capítulo 6
Traducido por kathesweet, LizC y Lorenaa
Corregido por Mlle_Janusa
M
is pompones crujían adorablemente sobre mi cola de caballo con cintas,
mientras la multitud se calmaba. El gimnasio estaba lleno y el olor a
transpiración colgaba espeso en el aire. Los Wildcats estaban ganando en
el medio tiempo. Guardaba un lanzamiento especial para momentos como estos,
mayormente porque a estas alturas de la temporada, el equipo raramente había
ganado.
—¡Vamos a vencer a los Beavers! —Leona me alzó para que mi pie encajara en su
palma, mientras sostenía mi otra zapatilla cerca a mi cara. El público estaba
asombrado—. ¿Cuál es nuestra meta?
Uf. Eso fue ímpetu. Estaba un poco temblorosa mientras me ponían de pie. El
gimnasio entero estaba a sus pies. Leona había instalado el letrero que mis padres
habían hecho, antes de irse, cerca de la mesa del anotador. Decía: “¡Los Wildcats
son Geeeniales!”, en pintura de hojaldre marrón y gris. Eran tan dedicados.
—Psst.
64
Me senté un poco más derecha sobre mi trasero.
—Oye, Tessa —dijo alguien detrás de mí. Me giré. Era Christian, sólo unas filas
arriba, vistiendo una camiseta marrón de los Wildcats. Su hermana estaba a su lado
en un top de tubo negro, observándome con una expresión aburrida. Traté de
sonreír cortésmente.
—Vaya, gracias, Christian. Eres muy amable al decirlo. ¿No estuvo Kira genial
también? —Su atención estaba en la Kitten equivocada.
—Él dijo que estuve bien —chilló Kira en voz baja desde el suelo, a mi lado, con un
pompón crujiendo en su regazo.
Se encogió de hombros.
—Bueno, creo que podría tener un pequeño enamoramiento por ti… —Se estiró
para girar uno de sus risos mientras miraba hacia su regazo. Luego me miró de
soslayo y sonrió—. Pero no es como si tuviera una oportunidad contigo cuando
Aiden está alrededor. Y ese chico seguro no va a ir a ninguna parte.
5
Elmer’s glue: Tipo de pegamento.
65
—Definitivamente. —Me guiñó y luego se giró para mirar donde Christian estaba
sentado y lo saludó. No vi si respondió, pero por el pequeño aplauso y risita de
Kira, asumo que lo hizo.
¡Sí! Estaban en casa. Dejé mi libro de cálculo abierto sobre mi cama y salí de mi
cuarto hacia la cocina, brillantemente iluminada, feliz de que mis padres
regresaran.
—Oh, está trayendo las maletas. —Alisó mi cabello hacia mi coleta—. ¿Estás aquí
sola? —Miró más allá de mí, hacia la sala, mientras dejaba las llaves sobre el
mostrador de granito.
—Sip.
—Estará de vuelta para la cena —dije—. No creí que estuvieran de vuelta hasta el
lunes en la mañana. —Aunque a Aiden de verdad le gustaban mis padres,
ciertamente estaría decepcionado de no poder terminar lo que empezamos esta
mañana. Oh, bueno. Teníamos el resto de nuestras vidas para amarnos.
—Allí está mi niña —dijo mi padre, mientras entraba por la puerta, arrastrando dos
enormes maletas detrás de él, sus gafas húmedas con rocíos de lluvia.
66
—¡Papá! —Corrí y lo abracé.
—Tengo tus regalos —sonrió, quitándose sus gafas para secarlas sobre su camisa.
—Saben que no tienen que traerme algo cada vez que se van. Ya no tengo cinco
años. —Mi padre fingió un puchero mientras se ponía sus gafas de nuevo. Sacudí
mi cabeza hacia él.
Era difícil recordar los tiempos que no fueron así. Cuando estaba en secundaria,
mis padres se habían separado. De hecho, se divorciaron. Tragué saliva sólo de
pensarlo. Afortunadamente, lo arreglaron y se mudaron de nuevo juntos. Tenía los
mejores padres felizmente divorciados del mundo.
—No dije que no los quisiera. —Reí y tomé una de las maletas de él, llevándola
hacia la cocina, al lado de mi madre. Mi padre la besó en los labios mientras
pasamos.
Era genial saber que las cosas podían funcionar. En todo ese tiempo, sólo habían
dejado de tocar una vez. Cuando se divorciaron.
Había estado en séptimo grado cuando sucedió. Hasta entonces, siempre había
creído que mis padres eran felices. Pero un día, papá se mudó. Fue horrible. La casa
se sentía tan vacía sin él aquí, sin los sonidos de su saxofón.
67
Cuando empecé a dividir mi tiempo entre mi casa y el apartamento de mi papá en
el centro, descubrí que mis padres todavía tenían algo en común. Yo.
Así que traté de hacerlos sentir orgullosos y mantenerlos a los dos felices. Prediqué
con el ejemplo. Buenas calificaciones en mis exámenes, me uní a las porristas y lo
más importante, me volví optimista. Radiante.
Me sonrió.
—Oye, quizás tú y Aiden puedan venir con nosotros la próxima vez. Sé que a los
dos les gusta observarnos tocar. Podría ser lindo tener un viaje de fin de semana
juntos.
—Es una gran idea —dijo mi madre emocionada desde el fregadero. Caminó para
sacar una taza del gabinete blanco y llenarla con hielo del congelador—. ¡Seattle es
tan hermoso en la noche!
Asentí.
Era genial cómo Aiden encajaba perfectamente con mi familia. Y sin embargo, aún
tenía la sospecha persistente de que me estaba perdiendo algo.
Eran las siete quince, la pasta estaba en la mesa y Aiden no había llegado. Mis
padres se sentaron pacientemente, esperando para comer. Las habitaciones olían a
pan de ajo, y mi padre estaba prácticamente salivando.
68
—Sí. Su mamá dijo que no estaba en casa. —Mi novio no tenía un móvil y
usualmente no lo necesitaba. Siempre estaba con él.
—Estoy segura que estará aquí pronto —me aseguró mi madre, palmeando mi
mano. Miró a mi padre—. Toma un poco de ensalada. —Empujó el tazón de
cerámica amarillo, rebosante de lechuga romana, en su dirección.
Salté, golpeando la mesa con mi muslo, casi derribando mi vaso. Pedí disculpas
antes de salir corriendo hacia el teléfono y arrancarlo del mostrador.
Chasqueé la lengua.
—¿Qué pasó? Hemos estado esperando por ti. —Sonaba quejumbrosa, pero lo
echaba de menos.
—¿Asuntos?
—Sí. Sólo asuntos de baloncesto ¿Quieres que vaya después de eso? Podría
meterte en... —su voz se hizo baja y sexy, como si estuviera susurrando. Podía oír el
chirrido de las zapatillas sobre la madera en el fondo. Todavía estaba con el
equipo.
—Mis padres llegaron a casa —le dije sin darle importancia, porque sabía que
estaban escuchando.
—¿Ya? Mierda.
—Aiden.
—Genial.
69
Sonreí.
—Ve a jugar con tus amigos —le dije—. ¿Pero, me recoges en la escuela?
—Yo también.
—Lo sé.
—También te amo.
Colgamos y respiré hondo antes de voltear. Mis padres, ambos, me veían, con
miradas interesadas en sus rostros.
—Nop. Baloncesto.
—Bueno, eso está bien —dijo mi papá—. Tiene que practicar. Aiden tiene una
buena ética de trabajo.
Asentí con la cabeza, pero estaba deprimida cuando me dejé caer en mi silla de la
cocina.
70
El lunes por la mañana, Kira me estaba esperando en el pasillo fuera de Historia. Se
veía emocionada. Empezó a saltar al momento en que aparecí a la vista.
—Tessa —gritó, saludándome con la mano. Era un poco tonto. Estaba sólo a unos
cuantos casilleros de distancia.
Mi estómago dio un salto mortal. La enfrenté. Ella estaba muy emocionada por la
noticia, pero no creo que se diera cuenta de lo malo que podría ser si Christian
excavaba, un poco, demasiado profundo.
Inclinó la cabeza como si no entendiera y luego abrió sus grandes ojos azules.
—¡Ah, claro! Bueno, por lo que he oído —se acercó para susurrar—, es más acerca
de nuestras vidas de citas que nuestras vidas de espionaje.
—¿En serio? —Arrugué mi nariz. En cierto modo, eso me puso aún más
incómoda—. ¿Qué es lo que quiere saber?
—Estadísticas de citas, ex-novios, los horarios de clase… todo tipo de cosas —hizo
una pausa y se ajustó el amuleto de su collar—. Sobre todo de ti —dijo.
La miré, no muy segura de qué decir. Sabía que Kira estaba enamorada de
Christian, y yo estaba al cien por ciento detrás de su relación pronto-a-ser. Pero no
pude evitar que él hubiera preguntado por mí. Sin embargo, me sentía culpable.
—No hay problema, Tess. Es todo un cachorro. Sólo necesita ser entrenado. Al
igual que Aiden. —Sonrió, profundizando sus hoyuelos y luego me guiñó un ojo
antes de girar sobre sus talones y caminar por el salón de clases. Se dejó caer en
nuestra mesa, dejándome aún en pie en mis cholas, en parte atónita.
71
Había pensado que Christian entendía la situación. Yo estaba con Aiden, y
ciertamente no estaba disponible.
Tal vez…
—He traído tu cuaderno —dijo Christian, mirando a mis pies. Seguí sus ojos.
Esmalte de uñas rojo estaba untado a través de mis dedos de los pies. Me hizo
pensar sobre mi fin de semana con Aiden—. Y lamento mucho por haberte
llamado...
—Tess —susurró Kira desde nuestra mesa. Miré por encima y ella levantó el móvil y
lo agitó hacia mí.
—Por supuesto. Lo siento. —Hizo un gesto con las manos hacia adelante.
—No te preocupes —le dije—. Tal vez te veré en el almuerzo o algo así. —Hubo
una punzada en mi estómago. De repente, el ceño fruncido de su hermana
apareció en mi cabeza. Me preguntaba si era sólo porque estaba amargada por el
divorcio de sus padres y el cambio de escuelas. O, me mordí el interior de la
mejilla, tal vez era porque estaba interesada en Aiden. No sería la primera chica.
72
Uh-oh. No estaba realmente invitándolo. Más vale que no haga más daño. Me di la
vuelta y me acerqué a mi mesa, sentándome en mi asiento. Tirando de mi bolso en
mi regazo, tomé mi libro de historia, mientras miraba por encima del hombro de
Kira hacia la pantalla del móvil. Espera.
Me volví. Christian estaba al final de nuestra mesa, sonriendo. Levanté mis cejas. Él
me devolvió la mirada durante un minuto.
—Dios mío —susurró ella, sacudiendo la cabeza—. Parece que tengo mucho
trabajo que hacer con ese.
Me reí cuando ella se dio la vuelta en su asiento para sonreír y saludar a Christian.
Kira era excelente en mantener una actitud positiva. A pesar de que Darren la había
engañado sólo unos días atrás, ya estaba recogiendo sus pedazos de vuelta y
siguiendo adelante. Era valiente, de verdad. Me quedé impresionada con su
tenacidad.
—¡Kira, modales!
No era como si yo fuera el alma más pura en la Tierra, pero había algo que decir
acerca de las costumbres antiguas. Y maldecir como un marinero era impropio de
una Smitten Kitten. Se suponía que íbamos a dar el ejemplo.
—¿Así que no hubo reunión? —pregunté. Debí haber venido a la escuela el viernes.
Las chicas de Washington High me necesitaban. SOS necesitaba un líder fuerte y,
últimamente, había estado flaqueando.
Exhalé.
73
—¿Con qué?
—Um... —Sus ojos vagaron por la habitación. El Sr. Powell se levantó, caminó hacia
el podio y abrió su libro de maestro de gran tamaño. Le arrebaté el teléfono de las
manos a Kira.
—Demasiada información.
—Lo sé.
El Sr. Powell se aclaró la garganta y nos dijo que abriéramos los libros en la página
noventa y seis. Kira se inclinó para susurrarme:
—No puedo esta noche —le dije—. Voy a ir a casa de Aiden para la cena. Su madre
lo exige. —Mi estómago dio un vuelco. Hacía esto cada pocos meses, sobre todo
para asustarme. Sin embargo, nunca funcionó. Tenía algunas garras muy afiladas
para una Kitten, y estaban firmemente plantadas en la parte trasera de su hijo.
—Lo siento por ti —dijo Kira, pretendiendo atragantarse. Era tan dulce.
—Pero este fin de semana —dije—. Hay que ponerse al día en estas asignaciones.
Estamos quedándonos atrás.
—Lo sé, Tess —se quejó—. Pero es que son muchas. Quiero decir, Darren me dijo
que parte de la razón por la que me engañó con Charlie era porque nunca estaba
con él.
—Espera —susurré con fuerza cuando le toqué el brazo—. ¿Cuándo hablaste con
Darren?
74
Oh, Kira.
—Lo sé. —Sus hombros cayeron. Me dolía el corazón verla triste. Entonces le di un
rápido abrazo. Cuando me retiré, fruncí el ceño.
Se encogió de hombros.
—Sólo pasó. Darren me envió un mensaje de texto, entonces le llamé… Dios Tess.
Me siento horrible.
—Está bien —dije apretando su mano—. Si alguna vez pasara algo con Aiden, yo
querría ir por él, también. Mi estómago se revolvió. Nunca antes había pensado
que algo podría sucedernos a Aiden y a mí. Enderecé mi postura y puse voz de
capitana—. Sólo ten cuidado K, eres más que un pedazo de trasero. Lema Smitten
Kitten.
Asintió. Realmente esperaba que ella se juntara con Christian, pero ahora no
estaba segura de que fuera tan buena idea. No cuando era obvio que ella seguía
deseando a Darren. Hum. Quizás debería de hablar con Aiden. Que viera cuáles
eran las intenciones de Darren. El teléfono SOS vibró otra vez. Mi boca se abrió y
Kira reconoció mi mirada.
75
—Vale —susurré—. Míralo, luego programa una reunión SOS de emergencia para
esta noche. Nos encontraremos después de mi cena. —Eso sería si salía viva de
casa de Aiden— ¿Puedes escribir a las otras chicas y decírselo?
—Estoy en ello, Tess. —Sujetó su teléfono por debajo de la mesa, fuera de la vista
del señor Powell y empezó a mandar mensajes. Kira amaba cuando yo confiaba en
ella para las comunicaciones secretas. Incluso cuando arruinó la última sesión
informativa. Sigo creyendo en ella. Algún día quizás le deje liderar una práctica o
dos. Lo ha estado intentando tan duro.
¡Oh, puré de manzana! Tendría que empezar después de nuestra cita para comer.
6
Tater Tots: consiste en una marca registrada de los hash browns, consiste en un fritura de patatas.
Los Tater Tots son conocidos por ser crujientes, de forma cilíndrica y de pequeño tamaño.
76
directamente enfrente de Aiden. Tenía mis ojos puestos en ella. Y no quería
contestar a su pregunta. No empecé a animar hasta séptimo grado, el mes que mi
padre se mudó. De hecho, yo maduré tarde. La mayor parte de las capitanas del
antiguo equipo habían animado desde el Pop Warner.
—Tessa nació con la falda. Tiene talento natural para liderar. Puro Sex Kitten. —
Chloe se atragantó con su leche.
Me erguí.
—Es Smitten…
—Mierda. —Chloe se echó a reír en su tono grave y bajo—. ¿Acabas de decir Sex
Kitten? —Apreté la mandíbula.
—Sí —dijo Aiden inclinándose hacía ella—, es una historia muy divertida. Todo el
mundo las llama así, porque hace unos años los Ducks vinieron al pueblo para
jugar contra nosotros y el conductor encontró al equipo irresistible, en especial a
Tessa. —Se giró hacía mí y me guiñó un ojo—. Así que ya que ellos animan para
los Wildcats, empezaron a llamarlas Sex Kitten. El tipo de nombre que se pega.
—Sí —dijo Leona desde el final de la mesa—. Si yo hubiese estado aquí entonces,
les habría pateado las pelotas a esos Ducks.
—Inapropiado —susurré.
—Así esta la cosa —Aiden rió y se giró hacia Chloe—. Tessa decía que sino dejaba
que eso le molestara, le quitaba el poder a los Ducks. Eso fue de Oprah. ¿Verdad,
nena?
Yo asentí.
—Así, tomó su autoridad. No sé si alguna vez has visto alguno de sus partidos,
pero cuando los Ducks están aquí, son puro entretenimiento. Tan pronto como las
chicas se levantan en la línea, su coreografía inicial tiene a todos complementos
erectos.
77
—Aiden —dije, dándole en la pierna. No había necesidad de hablar así.
Especialmente en público. Vestido.
—Lo siento, Tess. Sólo creo que es gracioso cuando algún chico piensa que tiene
una oportunidad contigo. —Sonrió con picardía.
—No te enfades —susurró, mirando por encima de mí—. Seré un buen chico —se
lamió los labios, tentándome.
—¿Y durante cuanto tiempo han estado juntos, tortolitos? —preguntó Chloe,
sonando molesta. Mis ojos se movieron hacia ella. No me gustó su tono.
—Eso es mucho tiempo saliendo —dijo Chloe mirando hacia abajo y picoteando su
bandeja de comida—. Deben estar enfermos el uno del otro. —Levantó la vista
hacia mi novio. Y sonrío.
—¿Chloe? —dijo—, eso no es algo agradable para decir. ¿Estas insultando a Tessa?
—Por fin. La voz de la razón. Y pertenecía a Kira. Imagínate.
—Dios no. Nunca jodería a una Sex Kitten. Obviamente son arrogantes, chicas.
78
No lo miré. Tenía la mirada de marrón de su hermana bloqueando la mía. Estaba
en lo cierto en una cosa. Nadie molesta a una Smitten Kitten.
Mis labios se curvaron por una fracción de segundo pero los contuve. No quería
que nadie se enterara de que me había llegado. Moví mis pestañas y sonreí.
Pensó que podía romperme. Ni hablar. Soy una galletita más dura de lo que
aparento. Necesitaría mucho más que palabras crudas para que me rebajara a su
nivel.
—Adiós Aiden —dijo dulcemente, llegando a tocar su brazo cuando paso por su
lado.
—Lo siento, de verdad —dijo Christian en voz baja, en cuclillas detrás de mí—. Mi
hermana puede ser una verdadera perra…
—Mocosa —dijo despacio—. Ella es una verdadera mocosa a veces. Hablaré con
ella. Haré que se disculpe.
7
Cap’n Crunch: Es una línea de productos de dulce de maíz y avena, cereales para el desayuno.
79
—Gracias, Christian —dije cordialmente, sin ignorar que sus dedos estaban
masajeando mis vértebras. Mire nerviosa hacia Aiden pero estaba mirando abajo
hacia la mesa, seguía frotándose el bíceps. Tragué saliva y enderecé mi espalda,
esperando a que Christian me soltara.
—Vamos —dijo Aiden a toda la mesa justo cuando la campana sonó. Se levantó y
fijó la mirada en Christian y en mí antes de que la campana parara. No parecía
celoso. Se veía bien. Parpadee rápidamente. Tal vez debería estar un poco celoso.
—Es agradable verte de nuevo, Chris —dijo Aiden cogiendo mi mochila del suelo
de la cafetería. Me paré dejando que la mano de Christian cayera de mi cuerpo. Mis
dedos temblaban por el altercado con Chloe junto con la necesidad de Christian
por tocarme, este había sido un almuerzo muy extraño.
80
SOS
INTENTO DE INVESTIGACIÓN
Traducido por Paaau
Corregido por Mlle_Janusa
CASO: 045.
Confiamos en que este aviso permanecerá confidencial, ya que parte del contenido
puede comprometer nuestro estatus súper secreto.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
81
Capítulo 7
Traducido por Zeth
Corregido por maggih
D
ebí haber disfrutado ir a la casa de Aiden. Era bastante bonita. Una vieja
artesanía en madera intrincada y alfombras orientales, llena hasta en las
vigas de hermosos muebles de todo el mundo. También estaba, sin
embargo, llena del desdén de su madre hacia mí.
—¿Cómo te va con las animadoras? —preguntó ella. Sus ojos verdes arrugados en
las esquinas, estaban perforando en mi rostro.
—Muy bien gracias por preguntar. —Le sonreí y luego miré a través de la mesa a
Aiden. Él la estaba evitando, enrollando la pasta con su tenedor. Desearía también
poder evitar la conversación.
—Eso es genial —dijo ella. Sonó forzado. Me odiaba—. ¿Y tus notas? —preguntó.
—Tessa está en la lista de honor de nuevo —dijo Aiden. Aww. Amaba cuando
estaba orgulloso de mí. Lo miré con cariño.
—Bueno —dijo ella, chupando sus dientes—. Quizás si ustedes dos no pasaran
tanto tiempo juntos, estarías en la lista de honor, Aiden.
82
La señora Wilder bajó su tenedor con un ruido metálico y dio un respiro profundo.
Aquí venia.
—Mira Tessa —dijo con falsa dulzura—. Pienso que eres una muy buena chica, en
serio. Pero simplemente creo que no es saludable para dos jóvenes estar juntos
tanto como tú y mi hijo lo hacen. Ustedes chicos en serio necesitan un descanso el
uno del otro.
Aunque sabia que ella lo diría —de nuevo— mi rostro se afligió. Era una buena
chica —estaba agradecida de que lo había notado— pero Aiden y yo estábamos
lejos de ser enfermizos. Nos amábamos el uno al otro. ¡De una manera sana!
—¿En serio quieres irte a la universidad estando en una relación tan seria? ¿Sin
haber nunca salido con alguien más? —preguntó ella, mirándolo con enojo.
Apreté mis manos bajo la mesa. Eso no estaba bien. Aiden no necesitaba salir con
nadie más. No tenia que siquiera considerar salir con alguien más.
—Por favor, sólo detente. —Aiden puso su cabeza en sus manos mientras sus
codos descansaban en la mesa. Odiaba pelear con su madre.
Ella exhaló.
—Lo siento —dijo, sin embargo sabia que no lo hacia—. Es sólo que… me casé con
mi novio de la secundaria y mira como terminó. —Aiden se movió
incómodamente—. Simplemente quiero algo mejor para ti, Aiden. Tienes una gran
oportunidad de hacer de tu vida algo grande por ti mismo. Eres un atleta
tremendo. Deberías estar concentrado en la universidad y el baloncesto. Creo que
Tessa ha sido una gran distracción para ti.
83
—Gracias por la cena —susurré, incapaz de alzar mi cabeza. Mi pecho dolía. Quería
agradarle. En serio lo quería. En especial porque amaba a su hijo muchísimo. Pero
ella… no. Y no había nada que pudiese hacer contra eso. Asentí y caminé hacia la
puerta.
Aiden susurró algo a su madre, pero no logré entenderlo. No volvería a casa esta
noche. Ella lo sabía. Y eso era lo más rebelde que él podía ser. Mañana estaría aquí
y se llevarían bien hasta la próxima vez que cenáramos juntos. Era un círculo
vicioso de agresividad pasiva.
—Vamos, nena —dijo, abriendo la puerta para mí. Puso su mano en mi hombro y
me llevó afuera.
La noche era fría, y temblé ante ella. Cuando nos detuvimos en su auto, Aiden se
acercó y me agarró por completo con sus brazos. Me besó con fuerza en la boca,
quitándome el aliento. Cuando se separó, yo estaba jadeando y sintiéndome
decididamente mejor.
—Te amo —dijo con seriedad, como si estuviese diciendo que no lo hacia—. Te
amo jodidamente demasiado. —Mi labio inferior sobresalía. Aiden parecía como si
fuese a llorar, y yo nunca lo dejaría llorar.
Asentí.
Alcé mis cejas al oír su lenguaje pero no dije nada. Cuando se ponía así, tenía
permitido usar una o dos malas palabras. Su madre era una verdadera P-E-R-R-A a
veces.
Pero mi cielo todavía lucía apenado. Sabía que era porque su madre había dejado
a su padre. Aiden era bastante sensible hacia el asunto. ¿Y quién no lo sería? Su
padre los había dejado cuando Aiden tenía doce. Nunca llamó, nunca escribió,
nada. Cómo podría alguien olvidarse de Aiden era un crucigrama para mí.
84
—Dime que no habrá nada de darnos un tiempo —susurró, besándome con sus
ojos abiertos.
Él rió. Pensaba que era lindo cuando hablaba baloncesto. Aiden se agachó y besó
mi cuello suavemente.
Reí.
—Lo sé —le dije a Kira, caminando hacia el espejo para revisar mi brillo—. Me
siento terrible por él. No porque su padre sea un completo idiota eso significa que
8
Jetta: El Volkswagen Jetta es un automóvil del segmento C, producido por el fabricante alemán
Volkswagen desde 1980.
85
todas las relaciones estén destinadas a fallar. Esa mujer en serio necesita algo de
sol en su vida.
—Siento cancelar la cita. ¿Están seguras chicas que no les importa esperar hasta
mañana? —Odiaba fallarles, pero Aiden estaba aquí. No había manera de
escaparme con él en mi cama.
—No hay problema —dijo Kira—. Pero tenemos algunos asuntos pendientes.
Travis Murray está acusado de salir con su ex novia, o al menos, creo que es su ex
novia. Como sea, va a ser una semana ocupada.
Suspiré.
—Lo sé. Y gracias por escuchar K. sobre lo de la mamá de Aiden y todo. En serio se
metió con mi mente esta noche. Desearía que Aiden viviese aquí conmigo; sería
mucho más fácil.
—Oh, estoy segura que cuidaras de él. —Kira soltó una risita.
—Tú y Aiden son como Romeo y Julieta —dijo Kira como en sueños—. Es como
dos amantes y…
Fruncí el ceño.
Ella jadeó.
—Buenas noches, Tess. Dale a Aiden un gran y baboso beso por mí. —Rió.
9
Prozac: La fluoxetina (también conocida como Prozac, Sarafem, Fontex, entre otros) es un
antidepresivo de la clase inhibidor selectivo de la receptación de serotonina (ISRS).
86
Colgué y puse el teléfono en mi mesa de noche justo cuando la puerta de mi
habitación se abría. Me senté, admirando el cuerpo libre de grasa y húmedo de
Aiden envuelto en apenas una toalla. Él lo notó.
—Hola —dijo él, recostándose contra el marco de la puerta. Frotando otra toalla en
su pelo. Mientras lo miraba, alzó las cejas y me tiró la toalla mojada.
—Hola.
—Kira.
—¿Qué quería?
87
SOS
RECHAZO DEL CLIENTE
Traducido por Lizc
Corregido por maggih
CLIENTE: Becky Roth
Puede estar en su mejor interés hacer frente al Sr. Panchilla por sí misma o
posiblemente terminar la relación.
Siga sonriendo,
SOS
Texto: 555-0101
88
Capítulo 8
Traducido por Liseth Johanna
Corregido por maggih
Puse los ojos en blanco pero luego me estiré para tirar de mis medias. Qué fastidio.
Estas cosas eran molestas. Y elegantemente horribles. Tuve que dejar mi camisa de
utilidad en el auto, pero todavía tenía puesto el jersey de cuello alto y las medias
que iban debajo de él. Justo ahora, lucía como un mimo —sin los guantes blancos.
Que Marcus trajera a su cita hasta Applebee’s fue un inconveniente, pero él no era
ni de cerca tan bueno como pensaba. No cuando ya habíamos pinchado su
teléfono celular. Me quedé sin aliento.
La alfombra era áspera, y no había esperado que el espacio bajo la taquilla fuera
tan estrecho. Kira estaba prácticamente sentándose en mi regazo.
—¿Esta mesa está bien? —anunció la voz de la hermana de Leona. Sus zapatillas
negras se detuvieron frente a nosotras. Su trabajo de incógnito como mesera era
usualmente perfecto. Pero, ¿qué estaba haciendo? ¡No se podían sentar allí! No
había espacio para sus piernas.
89
—Naw. ¿Qué tal la que queda hacia atrás? —preguntó Marcus en su usual suave y
segura voz.
Exhalé mientras observaba los pies alejándose, notando el par de tacones rojos que
seguían las zapatillas de Marcus. Eso parecía un poco chabacano, incluso para el
Applebee’s.
—No tan cerca como nosotras dos ahora mismo —dije, moviéndola. Intenté
desdoblar mis piernas en la oscurecida área bajo la mesa, pero no era lo
suficientemente grande. Bueno, esto no era muy divertido. Y no era fácil
permanecer en modo espía cuando sabía que podría estar en el cine o besando en
el asiento trasero de un auto… algo normal. Moví nerviosamente la nariz—. ¿Se
está encargando Izzie del video desde el auto?
Kira asintió, tratando de oler su cabello. Dejaría a Izzie manejar esta noche. La
ayudaba a sentirse más involucrada. Y aunque no era genial para cosas como las
matemáticas o las ciencias, era fantástica con el material de grabación. Una
profesional total.
Asentí. Siempre se preocupaba por mí. La cosa era que, si las Smitten Kittens eran
descubiertas como miembros de SOS, los chicos en la escuela enloquecerían. A
este día, todos los infieles pensaban que sus novias los habían atrapado. Si sabían
qué habíamos estado siendo el escuadrón y yo por los últimos dos años, y algunas
de las cosas que habíamos visto, puede que no apreciaran más nuestras porras. De
hecho, puede que nos abuchearan.
90
Últimamente, los trabajos de SOS habían parecido estar saliendo a relucir. Algo
acerca del hecho de que el 100% de todos nuestros trabajos terminaban en una
confirmación de infidelidad era deprimente. Cien por ciento del tiempo.
Antes de que él pudiera regresar, había logrado llegar al helecho plástico a unos
cuantos metros de su mesa. No estaba acostumbrada a estar así de cerca a la
acción. Tenía tanto audio como imagen. Sosteniendo arriba mi cámara, cliqueé
unas cuantas tomas de la chica. No la reconocí.
—¿Dónde está tu novia esta noche? —preguntó ella, tomando su agua. Mi labio se
curvó. Sí lo sabía.
91
—Naw, no es lo suficientemente inteligente para descubrirlo. No se meterá
contigo.
Fría y serena.
—¿Tessa?
—Lo lamento, Christian. Mi aventón se va. —Miré de vuelta hacia Kira, quien ahora
se estaba escondiendo tras la cabina de la anfitriona, observando nerviosamente.
92
Les sonreí, ofreciendo un pequeño saludo con la mano. Necesitaba salir de aquí
antes de que alguien más me viera.
Alguien que supiera que yo jamás usaría un vestido así. Esa era la regla número
uno de la Sociedad de Smitten Kittens: nunca ser vista en la localización del
incidente. Christian me había visto. Esta era una enorme complicación.
—Esta —les dijo él, estirándose para tocar mi cadera. Me sorprendí—. Esta es Tessa
Crimson.
—Oh —dijo Sherrie, frunciendo sus labios rojo oscuro—. ¿La porrista?
—¿Segura?
Wow. Era más agresivo de lo que le había dado crédito originalmente. Quizá con
sus amigos, era más seguro. De cualquier forma, necesitaba seriamente evadirlo.
Especialmente ahora que me había visto en una tarea.
Kira saltó a la vista justo cuando pasé por la cabina de la anfitriona, pero esperó
hasta que salimos a la fría noche para enloquecer por completo.
—Respira —le dije, tomándola por los hombros incluso aunque mi propia voz
estaba apretada. Nerviosa—. Salgamos de aquí. Rápido.
93
—Bueno —Izzie tragó—. ¿Qué sucede ahora? El chico nuevo te vio. ¿Estamos
comprometidas? —Ella obviamente había visto la grabación de video.
Ella solo podía decir que lo sabía. ¡Pasteles de cangrejo! Jamás daría un fallo oficial
sin evidencia sólida.
—Tal vez deberías suspender —dijo Kira suavemente desde el asiento trasero—.
Decirle a Cassandra que no encontramos nada.
Tragué con fuerza y levanté la mirada. No podía simplemente hacer eso. No podía
dejar que Marcus se saliera con la suya.
—Estamos bien —les dije a las chicas, mi espalda recta—. Esperemos un poco, y
luego los seguiremos. Quiero terminar con esto.
94
SOS
REPORTE DE INCIDENTE DEL INFIEL
Traducido por Mari NC
Corregido por maggiih
CASO: 046
La pareja fue seguida más tarde a una zona de aparcamiento con vistas a Skinner
Butte. Las fotografías que documentan la interacción no eran claras debido a la
neblina de la ventana del Sr. Billings. SOS, sin embargo, recuperó un elemento que
el Sr. Billings tiró desde su ventana del conductor confirmando relación sexual.
Siga sonriendo,
SOS
Texto: 555-0101
95
Capítulo 9
Traducido por Paaau y Xhessii
Corregido por Lizzie
C
assandra estaba menos que entusiasmada de ver la fotografía de 8x10
centímetros de Marcus y Tacones Rojos. Casi rompió mi corazón,
especialmente cuando consideré su virginidad recientemente desaparecida.
Todo eso me hacía sentir, bueno, desanimada.
—¿Tessa?
—Sólo quiero disculparme por lo del otro día en el almuerzo. Sé que estaba siendo
una perra y lo siento.
—De todas formas —dijo, mirando sus sandalias. Sus dedos de los pies sólo tenían
esmalte transparente en ellos y de alguna forma, eso me tranquilizó un poco.
96
Continuó—: Sólo quería decir que lo lamentaba y que espero poder pasar tiempo
contigo este fin de semana.
¿Aiden estaba dando una fiesta? Sacudí la cabeza, tratando de recordar si me había
dicho acerca de ella. Quizás lo hizo, pero no estaba segura. La SOS había estado
tan ocupada y… espera. ¿Aiden los invitó?
—¿Cuándo hablaste con Aiden? —pregunté. ¿Era normal ver puntos negros? Eso
nunca había pasado antes.
¡Oh, dulce cielo de vainilla! Iba a vomitar. Puse mi palma en el frío metal de mi
casillero para equilibrarme. ¿Aún estaba enferma de la semana pasada?
Estaba congelada, viéndola dar la vuelta y alejarse. Sus largos rizos rubios se
balanceaban de lado a lado, rozando su espalda y su corta falda plateada. Mi rostro
estaba entumecido. Hubo un violento giro en mi estómago y me doblé hacia
adelante. Corrí por el pasillo, llegando justo a tiempo al baño de mujeres. Luego de
dos arcadas y una descarga poco ceremoniosa, me levanté, no segura de por qué
había estado tan enferma últimamente. Estaba perdiendo el control.
De alguna forma, Chloe se había metido bajo mi piel. ¿Pero qué era lo que me
hacía estar tan nerviosa a su alrededor?
Saliendo del cubículo, observé mi reflejo, decepcionada al ver círculos negros bajo
mis ojos y mi ceño fruncido. Fruncí la nariz y cuadré los hombros. Necesitaba saber
más sobre ella y su hermano. Era la jefa de la Sociedad de las Smitten Kittens.
Debería saberlo.
97
La campana sonó y suspire. Iba tarde para historia.
Te lo perdiste decía, ¡Christian obtuvo una detención para el almuerzo hace como
cinco minutos!
Mi móvil estaba muerto ya que olvidé cargarlo la noche anterior y me sentí fuera
del mundo exterior mientras me sentaba miserablemente en clases. Estaba
comenzando a transpirar. ¡Mi día había sido tan horrible que estaba sudando sin
un real esfuerzo físico! Estaba al borde de las lágrimas. Era el turno de Leona de
tener el teléfono de la SOS y ya me había informado entre clases que habíamos
obtenido una nueva asignación en el último período.
98
Me sentí agobiada. Y desde que Aiden se sentaba con nosotras durante el
almuerzo, las Kittens y yo no podríamos discutir la asignación ahí. Deberíamos
esperar hasta después de las prácticas. Sin mencionar que me preguntaba en qué
lugar de la estratosfera estaba Aiden. Esperaba que Kira no le contara sobre mi
reclusión durante el almuerzo. Él debía estar buscándome. ¿Verdad?
Firmé la lista en el escritorio del Sr. Powell mientras entraba en detención. Fruncí el
ceño cuando él me sonrió. No me importaba que me viera con mala cara. Había
estado en su clase el año pasado también.
—Lo siento, Srta. Crimson —dijo él, apuntándome con su dedo—. Reglas son
reglas. Incluso para la jefa de porristas.
Era algo lindo de su parte disculparse. Asentí con la cabeza. Sintiéndome opaca y
marchita, caminé hacia mi mesa y caí sobre mi silla. Calculé que sólo había
terminado la mitad de mis galletas de manzana y canela esta mañana. Estaba
hambrienta. Hubo un sonido de pasos arrastrándose por el pasillo.
—Tessa —dijo él, tomando su pecho—, no tenía idea de que fueras una
alborotadora.
—Sólo siéntese en alguna parte, Sr. Ferril —anunció el Sr. Powell desde el frente,
sonando enfadado. Me reí.
99
A pesar de que esto era detención, no era realmente muy estricta, especialmente
en esta sala de clases. El Sr. Powell tenía una tendencia a leer el periódico en vez
de ejercer la ley. Me gustaba eso de él.
Christian aún estaba de pie al final de la mesa, así que señalé con la cabeza en
dirección a la silla de Kira y él sonrió mientras se sentaba. Guau. Su colonia olía
bastante bien, muy natural.
—Entonces —dijo, golpeando la mesa con sus dedos—, ¿cuánto tiempo tenemos
que quedarnos aquí?
—Hasta diez minutos antes de que termine el almuerzo. —Lo miré de reojo,
notando que su cabello había caído hasta cubrir sus ojos. Parecía escurridizo.
—Bien —dijo, inclinándose hacia atrás y girándose hacia mí—. Porque estoy
hambriento. Pensé que tendría que perder todo el almuerzo.
—Claro.
—¿Te gustaría saber algo acerca de mí? —Lo miré e hizo esa sonrisa perfecta.
Realmente no podía pensar en nada, pero… no quería verme poco amigable.
—Seguro. ¿Te gusta ser un tonto? —Me acomodé en la silla, cruzando mis manos
sobre mi regazo.
—Sip. Mi turno.
Carraspeó.
Pestañeé. Había pasado un tiempo desde que había necesitado explicar mi forma
de ser.
100
—No es que sea correcta, Christian. Es como soy. Soy alegre. Soy educada. No hay
necesidad de ser pesimista y fatal. Alguien tiene que hacer que las personas se
sientan bien.
Era agradable de su parte decir eso. Y a decir verdad, no siempre era así. Hubo un
tiempo en el que era igual a todos los demás. Pero a mis padres les gustaba que
fuera así. De hecho, a todos les gustaba, así que así quedó. Se sentía natural. Me
gustaba hacer feliz a las personas.
—Es tu turno de preguntar —dijo él, doblando las manos tras su cuello e
inclinándose en la silla. Miré hacia el reloj. Aun nos quedaban veinte minutos
juntos.
Me miró.
—No sientas lástima por mí, Tessa. Sabes, al menos la mitad de los matrimonios
terminan en divorcio. —Entrecerró sus ojos—. Y como el 99% de los romances de
secundaria, no duran.
—Verdad —dijo él, retractándose. Dejó sus manos sobre la mesa frente a mí—. ¿Y
qué hay de ti? ¿Cómo es tu familia? ¿Vives en una casa hecha de jengibre en
alguna parte?
—De hecho, vivo en una casa estilo rancho en Murray Hills. Sin techos de dulce o
brujas malvadas. —Bueno, excepto por la mamá de Aiden.
101
—¿Y supongo que tus padres viven felices para siempre?
Bajé la mirada. Incluso aunque mis padres estaban felices, no significaba que no
fueran recuerdos dolorosos.
Christian hizo un sonido pero no lo miré. Había terminado con esta conversación.
Comencé a mover el borde de mi camiseta.
¿Yo? ¿Por qué tenía el camino libre? Quizás necesitaba ser más directa.
102
¡Bastardo arrogante!
—Pero… Kira…
—Pero… ¿Por qué? —¿Qué le hizo pensar que él era mi tipo? ¡Ni siquiera
practicaba un deporte!
—Sólo eres diferente. Dulce. Hermosa. Eres… perfecta. Sólo eres perfecta.
Tragué fuerte. ¿Era perfecta? ¿Él creía eso? ¿Lo creía yo?
Luego hubo un silbido, y miré hacia la puerta al pasillo. Mi pecho se hinchó. Aiden.
Como un gran trago de limonada en un día caliente, mi chico se paraba ahí en un
chándal con su cabello en un perfecto desorden. Gracias a Dios que él estaba aquí.
Sabía que vendría por mí.
—Señor Wilder —dijo el Señor Powell, sonando divertido—. ¿Qué puedo hacer por
ti, hijo? —Mi maestro movía los ojos de él hacia mí. Yo encogí los hombros.
—Sólo llévatela —dijo. Luego me miró—. Señora Crimson, ¿espero que no llegue
tarde de nuevo?
Sonreí y sacudí mi cabeza. Él hizo un gesto hacia la puerta. Salté, mirando una
última vez a Christian antes de irme. Él pasó la lengua por los dientes.
—Nos vemos —dijo. Luego miró a Aiden—. Por cierto, gracias por la invitación.
103
—No hay problema, Chris. Nos vemos el sábado. —Luego me extendió su mano.
Me apuré a agarrarla, emocionada de finalmente verlo.
Sus dedos apretaron los míos, y ellos eran cálidos, protectores. Empezamos a
caminar.
—Lo siento —dijo Aiden sin mirar atrás—. Nos vemos luego, hombre. —Y nos
fuimos.
Aiden exhaló.
—¿Llamada telefónica?
—Sí. Algún imbécil la llamó anoche y le digo que estaba jodiendo después de la
práctica o algo así…
—Lo siento. —Sacudió su cabeza—. Bueno, de todas maneras, ellos le dijeron que
estaba tomando y manejando. Así que me quitó el auto. Ni siquiera me deja usar el
teléfono para llamarte.
104
Dejé de caminar, y su brazo se cayó.
Nadie se metía con él de esa manera. A todos les gustaba Aiden. ¡Pin-pon y bates!
Esto es raro.
Moví mi nariz, avergonzada por acusar sin evidencia. Esa no era la manera de la
SOS.
—Ya pensé eso —dijo Aiden, alcanzando a poner sus brazos alrededor de mi
cintura y jalándome hacia él—. Pero mi mamá dijo que fue una chica.
—Oh, nena —dijo y se rió—. Me estaban tirando debajo del autobús, sin siquiera
pedírmelo. —Se inclinó y besó mi frente—. Retrae las garras.
—Yo te traeré —dije, tomando su mano y jalándolo por las escaleras hacia la
cafetería. Todavía tenía hambre.
—Gracias a Dios que se va este fin de semana —dijo Aiden, levantando mis dedos
para besarlos.
105
—¿Por qué invitaste a Chloe? —pregunté sin girarme. No quería decirle que había
olvidado su fiesta, incluso cuando no estaba completamente segura que me contó
sobre ella.
—¿Quién es Chloe?
—Oh, ella —dijo, haciendo una pausa por un minuto—. Sólo la invite para ser
amable.
—Sí, nena. Quería ser educado. Sabía que te gustaría. —Él hizo una cara como si
esa fuera la respuesta obvia, incluso cuando estaba segura que mi Wildcat no era
así de educado.
—Lo sé. —Agrandó los ojos, fingiendo nuestra conversación, y juntó sus labios
como si quisiera un beso. Encogí mis ojos, lista para discutir, cuando vislumbré a
Chloe sobre su hombro, sentándose en nuestra mesa del almuerzo. Nos miró, y
sentí una oleada de posesión.
Aiden se inclinó para detenerse justo cuando sus labios estaban sobre los míos.
106
Cuando llegamos a nuestra mesa, Chloe se había ido. Su necesitada ausencia liberó
totalmente la tensión que estaba sintiendo en mis hombros durante todo el día.
Aiden fue a hacer fila y me agarró una bandeja de almuerzo con rebanadas de
pavo picante. Luego se disculpó para ir a hacer unas jugadas con su equipo. Era la
sincronización perfecta. Me dejó sola con mi grupo. Al momento que se fue, todas
nos inclinamos sobre la mesa Formica al unísono.
—Tres asignaciones. Dos solicitudes de infieles y una revisión a fondo. Y desde que
dos de nuestras Kittens, Melody y Frances, salieron de la ciudad esta semana, no
estoy segura de que tenemos el poder porrista para completarlas.
—Las extraño —dijo Izzie, sorbiéndose la nariz—. Espero que regresen pronto.
Su pregunta me agarró con la guardia baja. Aunque sabía que mi grupo tenía unos
cuantos miembros menos, no tenía un Plan B. Ni siquiera estaba segura de tener
un Plan A.
—Claro que Tessa tiene un plan —dijo Kira, enojada con la pregunta de Leona.
Miré todos esos ojos que confiaban en mí, y empecé a sentir algo. Pánico. Pero
aclaré mi garganta y sintonicé las frecuencias SOS.
Ella sonrió.
107
—Estoy en eso, Tess.
Leona me miró.
No lo sabía.
Kira sonrió.
—Lo sé. —Izzie se rió junto a ella—. Era hermoso. Y, ¿qué hay de Jonathon
Stuart…?
Las chicas empezaron a hablar sobre ellas y las mejores retaguardias de la clase
júnior. Me hubiera encantado escuchar la conversación, pero estaba demasiado
ocupada mirando a Aiden del otro lado de la cafetería.
Él sonrió e hizo un guiño. Me puso inquieta, ver qué tan bien encajaba mi novio en
la mesa de los infieles. Saqué el pensamiento. Aún así, me hizo pensar en Chloe y
en el hecho que ella estaba yendo detrás de mi novio tan claramente. Y
ciertamente, no me gustaba la manera en que ella me buscaba, buscando mis
108
grietas. De hecho, deseaba que la pequeña rubia seductora se trasfiriera a otra
escuela.
Chloe se nos unió en el almuerzo al día siguiente, vestida en un par de jeans súper
ajustados y una blusa suelta. Las Smitten Kittens hicieron a un lado sus
comentarios anteriores sobre mí, una vez que se disculpó. Ellas eran tan buenas.
Pero yo no iba a olvidar tan fácilmente. Por lo menos no en el interior.
Pero estaba sorprendida y encantada de ver que Christian parecía encantado por
Kira. Incluso se había sentado a su lado. Me refiero a que estaba enfrente de mí,
pero también, junto a Kira. E incluso aunque no hablan entre ellos, ambos me
hablaban, era algo que tenían en común.
Un pensamiento feliz me pegó. La fiesta de Aiden era este fin de semana, y era
natural que las nuevas parejas se formaran en una fiesta. Incluso Romeo y Julieta se
conocieron en una fiesta. Yo podría juntar a Kira y a Christian. Entonces, quizás él
centraría su atención en otro lado.
109
SOS
REPORTE DE INCIDENTE DEL INFIEL
Traducido por Liseth Johanna
Corregido por Lizzie
CASO: 004
El Sr. Stanvick será observado en 48 horas a partir de recibida esta notificación. Por
favor recuerde que éste comprobante sólo es válido para una revisión de
antecedentes por semestre.
Gracias por sus referencias, y SOS de verdad espera que sus necesidades a la hora
de salir, sean completadas. Si necesita cancelar este trabajo, por favor envíe el
formulario de la orden de detención dentro de las próximas 24 horas. Que tenga
un gran día.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
110
Capítulo 10
Traducido por Vettina y Lola_20
Corregido por Lizzie
S
e estaba haciendo tarde. Bostecé.
Me apoyé en el reposacabezas.
Por suerte, esto era una tarea pequeña, sólo dos Kittens eran necesarias. Y Leona
era la única disponible para ayudarme. Estaba muy agradecida. Sola, me podría
haber quedado dormida.
—Él trabaja aquí, ¿verdad? —preguntó Leona. A veces era difícil estar a solas con
ella. No tenía el ánimo que Kira.
—Síp. Y mi informante dijo que estaba trabajando de una a dos esta mañana.
10
TEL: Tiempo Estimado de Llegada.
111
—Caray. —Se sentó, y pude sentir su mirada en el lado de mi cara. Me volví
lentamente hacia ella.
—Lo siento por reaccionar así —dije en voz baja—. Sólo quiero ir a casa.
Leona me miraba desde detrás de sus gafas. Estaba enojada. No le gustaba ser
regañada o que le hablaran de forma condescendiente. Y me debería hacer
controlado mejor. Estar de mal humor no era la manera de las Smitten Kitten.
Apreté mis labios.
—Las cosas han sido cada vez más difíciles —dije en tono de disculpa.
—Lo sé, Tess. Y pareces bueno un poco distraída. ¿Está todo bien con Aiden?
—Por supuesto. ¿Por qué lo preguntas? —Mi corazón latió un poco más rápido.
Se encogió de hombros.
Los ojos de Leona se abrieron por mi abrupto cambio de conducta, pero sacó su
teléfono de todos modos.
Esperé hasta que salió al estacionamiento y cerró la puerta antes de pinchar en los
números.
112
—Hola, soy Tessa. —Por primera vez, mi voz no estaba empapada con dulzura. Yo
sólo quería hablar con su hijo—. ¿Puedo hablar con Aiden, por favor? Es
importante.
Mi estómago se redujo.
—¿Qué?
—Aiden no está aquí, Tessa. Pensé que estaba contigo esta noche.
—Uh.
¿Eso era todo? ¿Eso era todo lo que tenía que decir? Traté de tomar una
respiración profunda, pero tenía problemas para respirar. ¿Qué estaba pasando?
¿Dónde estaba mi dulzura?
Hubo un golpe en la ventana del lado del conductor, y estuve a punto de saltar
fuera de mi piel. Me volví, mi mano en mi garganta.
—¿Christian?
113
Definitivamente sí, pero estaba demasiado aturdida para asentir. Espera. Estaba en
una asignación. Ahora me había atrapado dos veces en asignación. No era bueno.
—Uhm... ¿qué quieres? —No era una pregunta amable, pero necesitaba preguntar.
¡Excelente!
—¿En serio?
—Nop.
Él sonrió.
Hice una cara. No estaba preocupada de que estuviera en una cita. Solo quería que
se marchara.
114
de que estaba bastante segura de que no lo necesitaríamos. La miró, luego me
miró a mí—. ¿No hay novio esta noche?
Mi rostro picaba.
—Tal vez más tarde —dije. Pero probablemente era una mentira.
—Es una lástima. —Christian se enderezó, deslizando sus manos en los bolsillos de
sus pantalones. Busqué a Leona, pero ella estaba sentada en una banqueta del
estacionamiento observando el recorrido, sin idea de la complicación que estaba
justo afuera de mi ventana.
—¿Tú y Leona quieren unirse a nosotros para una ronda de golf? —preguntó
Christian.
—¿Qué?
—Están aquí para jugar golf, ¿verdad? ¿Por qué mas estarían aquí, Tessa?
Se echó a reír.
—¿Buena lid? Eres demasiado linda. En serio. No puedo tener suficiente de ti.
Parpadeé rápidamente.
¿Tenía elección? ¿Qué tan raro se vería si sencillamente nos fuéramos? Me detuve,
tratando de pensar en las posibles horrorosas consecuencias que vendrían por
esto. Pero no había tiempo para pensarlo. Era la capitana, y era la única
responsable de las decisiones difíciles.
115
Tomé aire.
En algún punto, un juego se convirtió en dos. Era casi la una cuando caminamos de
vuelta a mi auto, Leona riendo con Colton detrás de mí. La noche había sido
divertida. Completamente antiética pero divertida. Nos detuvimos en mi auto.
—Gracias por la compañía, Tessa —dijo Christian, deteniéndose para quedar justo
enfrente mío. Su colonia era llevada por el viento, olía realmente fresco. Limpio.
Aiden no se molestaba con colonia, olía más atlético.
Él sonrió.
116
Lo esquivé rápido, tratando de no hacer un espectáculo, pero en mi esquive, le
pegué con mi cabeza en la mandíbula a Christian.
—Eres una cosita violenta, Tessa. —Rió y bajó su mano, corriendo sus ojos por mi
cuerpo—. Digo que dejes a tu novio y vengas a practicar lucha libre conmigo
alguna vez. —Guiñó un ojo.
—¿No puedes ser siempre bueno, no? —solté. ¿Acaba de decirme que rompiera
con Aiden? Ew, ¿acaba de pedir luchar conmigo? Sin otra palabra trepé al asiento
del conductor y cerré la puerta.
Leona entró también, ajustándose sus lentes y mirándome con una sonrisa.
—Mierda. Esta fue una idea muy mala. Tendremos que mover la misión para
mañana a la noche.
—Espera. ¿Crees que sepa que somos SOS? —Su cara lucía preocupada.
Ignorando a Christian, aún parado junto a mi ventana, encendí el auto y salí del
estacionamiento, chirriando mis neumáticos.
Dejé a Leona en casa de su abuela y cuando llegué a casa estaba oscuro. Mis
padres debían seguir en el club. Me sentí solitaria. Esperaba poder sentarme con
papá y charlar mientras comíamos leche y galletas, pero no estaba aquí.
Necesitaba un consejo. Quería que me dijera que no tenía nada porqué
preocuparme.
Exhalé, atrayendo el teléfono a las sábanas mientras me hacía un nudo con ellas,
confortada por el sonido de Aiden. Lo había extrañado demasiado.
117
—¿Dónde estás? —pregunté, trayendo las mantas bajo mi barbilla. Mi pecho dolía.
Estaba tan confundida por nuestra reciente falta de tiempo de caricias.
Él rió.
—¿En serio?
Reí y luego colgué. Alejando mis sábanas, salté de la cama y tiré mi teléfono allí
antes de salir de mi alcoba descalza. Me detuve frente a la puerta delantera de
madera, tomé una gran respiración y luego la abrí. Mi cara de inmediato se
encendió. Allí estaba, inclinando su largo cuerpo contra el marco de la puerta, su
cabello hecho un lío de mechones rubios. Usaba un par de jeans con un suéter
verde oscuro, haciendo sus ojos más notables de lo usual. Se veía… fantástico.
—Hola.
Él sonrió.
—A veces sí.
—No, no usas.
Aiden frunció el ceño y empujó la puerta para entrar a la casa, sus zapatos de vestir
haciendo un ruido distinto en la baldosa que sus zapatillas normales. Se detuvo
frente a mí y miró hacia abajo.
118
—¿Dónde estuviste?
Aiden se giró y cerró la puerta, luego volvió y se acercó para quitar mi cabello de
mi hombro, antes de descansar sus manos allí.
—¿Usando colonia?
—Tess, ¿estás molesta conmigo o algo? ¿Qué pasa con la colonia? ¿No te gusta?
—Lo siento —dije, tragando con dificultad y acercándome para abrazar su cintura.
Puse mi cabeza contra su pecho pero se sintió extraño cuando no me abrazó en
respuesta como lo esperaba.
Mi estómago giró.
—Oh.
119
¿Eso era todo? ¿Había venido sólo para acostarse conmigo? Me alejé de él, mis
ojos comenzando a llorar.
—¿Por qué? Tessa, ¿qué está sucediendo? Estás asustándome en serio. —Puso sus
manos en mis mejillas mirando como caían algunas lágrimas—. Dime qué va mal.
No podía. ¿Cómo podía decirle que la SOS me había entrenado para vigilar a los
mujeriegos, y que ahora él estaba mostrando los clásicos signos? ¿Cómo podía
decirle eso al chico que amaba?
Pensé que Aiden podría llorar también. Se veía tan frustrado. Indefenso. Así que
tome su mano, la besé y la sostuve en la mía mientras lo empujaba hacia mi
habitación.
120
SOS
REPORTE DE INCIDENTE DEL INFIEL
Traducido por Susanauribe
Corregido por Lizzie
CASO: 050
Sin embargo, el Sr. Monroe fue recogido en el edificio por un vehículo diferente. El
auto estaba registrado a nombre de Yvonne Gallagher, la mejor amiga de su
madre. El Sr. Monroe y la Sra. Gallagher fueron seguidos hacia la casa de ella en
Sycamore Drive, donde fotos adjuntas fueron tomadas. Notará que confirman que
tuvieron relaciones sexuales.
Los registros telefónicos también indican una relación constante datando de varios
meses atrás, o desde que el Sr. Monroe cumplió dieciocho.
Siga sonriendo,
121
SOS
Textos: 555-0101
122
Capítulo 11
Traducido por kathesweet y Lizzie
Corregido por Niii
Justo entonces otro grupo entró por la puerta, y mi corazón se saltó un latido.
Christian y Chloe. Chloe me vio inmediatamente y sonrió. Estaba avergonzada de
admitir que estaba un poco celosa. Su largo cabello rubio era lindo, caía del
pasador liso y suave. Su minifalda de dril raído y un top sin sostén eran mucho más
reveladores que cualquier ropa que yo hubiera vestido. Pero la llevaba bien. Se veía
bastante deseable.
—Bien, bien —dijo, soplando una burbuja y luego estallándola con una explosión
ruidosa.
123
—El atuendo de Chloe es totalmente cursi. Me recuerda a esa señora Yvonne con la
que Rueben Monroe lo ha estado haciendo.
Aun cuando estaba feliz de ver que Leona y Kira estuvieran llevándose bien por
una vez, hablar tan descuidadamente sobre un escándalo era malo viniendo de una
Smitten Kitten.
Kira caminó hacia adelante, encrespando sus rizos, y luego se giró hacia mí,
sonriendo.
—Seguro, Tessa. Es la manera en que lo hace una Smitten Kitten. —Guiñó y caminó
hacia la habitación atestada, pareciendo más alegre de lo usual, su falda rosa
revoloteando con sus movimientos.
Estaba a punto de regañar a Leona por meterse con Kira de nuevo, pero ella se giró
y se fue antes de que pudiera hacerlo. Luego la voz aguda de Kira se oyó sobre la
multitud.
—Hola, Christian —dijo con entusiasmo exagerado, poniendo sus brazos alrededor
de su cintura y abrazándolo. Chloe le lanzó una mirada horrible.
—Oh —dijo Christian, pareciendo sorprendido por su atención—. ¿Qué hay, Kira?
—Lanzó una mirada rápida alrededor, encontrándome, y entonces volvió a mirarla.
—Chloe —dijo Kira, girándose hacia ella, igual de ruidosa—. Estoy tan feliz de que
estés aquí.
—¿Yo… también?
124
Kira rió, liberando su agarre sobre Christian para abrazar a su hermana. Reí
disimuladamente. Chloe parecía asustada por la hospitalidad de Kira. Mi consejero
una vez me dijo que los niños de padres divorciados a veces tienen baja
autoestima. Hmmm. Podría haber creído eso sobre Chloe si ella no estuviera
explorando la habitación, buscando totalmente a mi novio.
—Déjame mostrarte el lugar —dijo Kira, tomándola por el codo—. Aiden está
bastante ocupado.
Genial. Kira era una Kitten inteligente algunas veces. Lo último que quería era que
mi novio le diera a Chloe un paseo personalizado. No cuando estaba vestida así.
Miré de nuevo a Aiden, pero él se había ido. Mi estómago se revolvió.
—Hola, Tessa.
Salté. Christian.
—Te ves hermosa —dijo—. Ese vestido es realmente lindo. —Sonreí. Era lindo de
su parte notar mi atuendo. Pensé que un vestido de verano era perfectamente
adecuado. ¡Para una fiesta moderada!
—Sí. —Asentí.
—¿Me lo mostrarás? Estoy sintiéndome un poco nervioso. —Se detuvo, y sus ojos
oscuros parecían diferentes. Ansiosos.
Sacudí mis largos rizos para aclarar mi cabeza, a punto de cruzar la habitación.
125
—Iré contigo —interrumpió, caminando y enganchando su brazo con el mío.
Mi sonrisa se desvaneció.
—Yo…
Estaba parada al lado de Darren, pero mi novio ya no estaba aquí. Darren se giró
hacia mí, un palo de billar en su mano.
—Es Smitten. Y sí, ¿lo has visto? —Puse mis puños sobre mis caderas, sintiéndome
un poco perdida.
—Sí. —Apuntó hacia la puerta trasera—. Salió a la fogata a buscar más cervezas.
Dile que se apresuré, ¿lo harás, Tessa?
—Seguro.
Me detuve cuando caminé sobre su piso de madera. Aiden estaba en el patio cerca
al barril, riendo, sonriendo y pareciendo muy feliz… hablando con Chloe. Mi cara
ardió. Ella lanzó su cabello rubio sobre su hombro, y cuando se inclinó en frente de
Aiden para sacar un vaso de plástico de su bolsa, su escote estaba a plena vista.
Creo que incluso vi un pezón. Aiden alejó la vista rápidamente. Él también debió
verlo.
126
Puse mi palma sobre mi frente, sintiéndome enferma. Retrocediendo, giré y caminé
hacia la casa. Había ruido. Las personas estaban hablando, saludándome mientras
los pasaba. Encontré un lugar tranquilo contra la pared en el pasillo cerca a las
escaleras. Mi corazón estaba latiendo rápido.
Nada estaba pasando con Aiden y Chloe. Estaba siendo irracional. Él sólo estaba
hablando con ella, probablemente siendo amable, como siempre le había dicho
que fuera. Necesitaba calmarme. Cerré mis ojos.
Unos minutos pasaron, pero no me moví. No quería volver allí afuera. No quería
ver si se había vuelto peor.
—¿Estás bien? —Christian estaba a mi lado, hablando en una voz suave. No podía
mirarlo. Pero lo sentía inclinado a mi lado contra la pared.
—Bien.
Abrí mis ojos y me giré hacia él. Sonrió y tomó un trago del vaso de cerveza que
estaba sosteniendo. Eso era un eufemismo.
Asentí.
Incliné mi cabeza.
Era divertido. En realidad creía que era un poco astuta. Miré al otro lado del pasillo,
de vuelta a donde la fiesta estaba en pleno apogeo, preguntándome qué estaba
haciendo Aiden.
Mi estómago cayó.
—¿Perdón?
127
Los ojos de Christian encontraron los míos, mirándome de la manera agresiva en
que lo habían hecho esa noche en el golf en miniatura.
—No.
—De hecho, creo que ha hablado con Chloe más de lo que ha hablado contigo
esta noche.
Christian alejó la mirada, casi como si sintiera haberlo sacado a colación, pero
dudaba que lo sintiera. Probablemente lo vio como una entrada para llegar a mí.
No lo era.
Sacudí mi cabeza, todavía tratando de entender los celos rugiendo a través de mí.
—No gracias.
Christian rió.
—Nop. —No era como si nunca hubiera tomado alcohol antes; simplemente
prefería no beber regularmente. Pero honestamente, una cerveza no sonaba como
una mala idea ahora mismo.
128
Estaba a punto ser ofendida en nombre de todas las levantadoras de espíritu de
todas partes cuando Christian se estiró, tocando una de las gruesas ondas de
cabello que colgaba sobre mi hombro. No tenía permitido tocarme. Incluso mi
cabello. ¡Y no debería estar acariciando mis hebras así!
—Hola, Chris —gritó Aiden mientras aparecía detrás de él. Caminó hacia adelante,
dejado caer su brazo pesado sobre los hombros de Christian.
Normalmente habría pensado que era lindo de su parte notarlo, pero ahora
mismo, no estaba de humor. Quería hablar con Aiden.
—Tessa siempre es amable, ¿no es así, nena? Especialmente con los extraños. —
Dejó su cerveza sobre la mesa del pasillo y caminó hacia adelante, poniendo su
mano en mi cabello y sosteniendo unas cuantas hebras allí, con la palma hacia
arriba, como si lo estuviera revisando para ver si Christian lo había dañado.
—Un pequeño rayo de sol —continuó, separando los mechones con sus dedos.
Podía oler el alcohol en su aliento—. ¿Me extrañaste? —preguntó, encontrando mis
ojos y luego entrecerrándolos seductoramente.
Asentí, de repente completamente caliente por él, más caliente que de costumbre.
¿Era la forma en que me estaba tocando? ¿Eran Christian o su hermana? No estaba
129
segura. Pero me pasé la lengua por los labios, retando a Aiden a ser travieso. Se
dio cuenta.
Christian tosió.
Mi novio exhaló y se enderezó, tomando un segundo para mirarme hacia abajo con
adoración.
—Te amo —articuló en silencio antes de inclinarse hacia abajo a besar mis labios.
—Continúa siendo linda —me dijo, levantando la ceja—. Pero no demasiado linda.
—Sonrió, y me sentí decididamente mejor.
—Trataré —dije.
—Ahora voy a bajar al sótano para ver el partido en la pantalla grande con el
equipo. A menos, claro, que necesitaras hablar conmigo a solas, Tessa. —Sus ojos
brillaron con malicia.
Hacía que mis entrañas se volvieran harina de avena cuando hablaba sexy de esa
forma.
—Creo que podemos hablar más tarde. —Tendríamos que. Enrollarnos en una
fiesta llena de gente sería un terrible ejemplo que dar.
—Bien.
—Bien.
Sonreí mientras veía a Aiden caminar hacia las escaleras. Entonces, como si lo
hubiera pensado al último momento, se dio la vuelta.
—No la mantengas demasiado tiempo, Chris. Tessa tiene otros invitados con los
que ser cortés.
130
—Es Christian —dijo Christian, en su mayoría en voz baja.
Aiden me guiñó un ojo y luego desapareció por las escaleras. Sintiéndome mucho
mejor, vi como el resto del equipo marchaba en fila después de él. ¡Yo era el ángel
de Aiden! Todo iba a estar bien.
—¿Tessa?
—¿Qué?
El aliento se escapó entre mis labios, pero no podía hablar. Era como si mi aire se
hubiera ido. Christian y yo nos miramos el uno al otro, y él parecía casi
disculpándose. Pero él lo sabía. ¡Salto de lagartos! Él lo sabía.
—Vamos —susurró una voz baja. Miré a mi izquierda para ver a Chloe acercarse, el
ceño fruncido firmemente plantado en la boca demasiado pintada.
Estaba temblando de forma tan horrible, que tenía miedo de poder desmayarme.
Me afirmé contra la pared. Christian se acercó y puso su mano en mi cintura.
—Te veré más tarde, ¿de acuerdo? —Y él se veía arrepentido. Eso significaba que
estaba realmente arrepentido o que yo estaba muy pálida y pensó que me iba a
desmayar. Tal vez ambas cosas.
Asintió con la cabeza, casi como si entendiera mi temor. Luego se dio vuelta, tomó
a su hermana del brazo y caminó a través de la fiesta y por la puerta principal.
131
Cuando se fue, corrí al baño y vomité.
—Estás muy callada —dijo Aiden, besando mi cuello, mientras yacíamos juntos en
el sofá de cuero en su sótano. Normalmente he hecho un chillido o dos en este
punto —él encontraba eso adorable—, pero mi cuerpo estaba demasiado aturdido.
Todavía estaba en estado de shock.
Esta podría haber sido una buena noche. Se sentía como si Aiden y yo
estuviéramos de nuevo en la vía, y ahora, de repente, todo el tren se había
descarrilado moviéndose de un tirón. Y no sabía dónde estaba varada.
Aiden tiró mi rodilla sobre su cadera mientras traía su boca a la mía de nuevo,
besándome profundamente. Pero en todo lo que podía pensar era en las Smitten
Kittens. Perderíamos todo. Si todo el mundo se enteraba de que éramos las SOS,
seríamos rechazadas de la sociedad de la preparatoria. ¡Oh, Dios mío! Seríamos
carne muerta.
Todavía estaba encima de mí, pero no había nada juguetón pasando ya. Aiden se
veía bastante molesto mientras intentaba recuperar el aliento.
Quería confiar en él con nuestro secreto. Tenía tantas ganas de estar libre de ello,
pero ¿qué si no podía perdonarme por haberle mentido? ¿Qué haría entonces?
—No me pasa nada —le dije rápidamente. ¡Monumento a Lincoln! Todo lo que
hacía era mentir.
132
Aiden me miró fijamente antes de apretar la mandíbula y bajarse. Se inclinó sobre
el borde del sofá, poniendo los codos en las rodillas y la cabeza apoyada en sus
manos. Parecía abatido.
—¿Aiden?
—Es verdad. —Se frotó rudamente la cara—. Estás tan distante. Distraída. La mitad
del tiempo, ni siquiera sé si me estás escuchando.
Aiden se pasó los dedos por el cabello, mirando a través del cuarto, apretando los
labios como si estuviera tratando de que dejaran de temblar.
—Tessa —dijo sonando miserable—. Tal vez mi madre tiene razón. Tal vez
deberíamos…
Pero lo empujé hacia atrás en su sofá, y nos enrollamos aquí mismo, en su sótano.
Sin hablar.
Aiden exhaló, acurrucándose cerca de mí, con la cara apoyada contra la parte
trasera de mi cuello.
Sonreí.
133
—¿Por qué invitaste a Christian y Chloe a tu fiesta? —pregunté. Mi novio era el más
dulce en el mundo, pero no era estúpido. Si yo sabía sobre el interés de Christian
en mí, Aiden probablemente lo había leído incluso antes. ¿Por qué entonces lo
invitó aquí?
Aiden suspiró.
Arrugué la nariz.
—¿Lo hace?
—Sí.
—Porque por la forma en que estaba jugando con tu cabello, Tess, no parece
captar la imagen en absoluto.
Se burló.
—No soy un tonto. El chico mira tu trasero cada vez que pasas por ahí. ¿Me estás
diciendo que no lo has notado? —Aiden se impulsó hacia arriba, y deseé que se
hubiera puesto la camisa de nuevo. Era muy distractor cuando estaba intentando
estar magníficamente enfadada con él.
134
—Soy consciente de que Christian tiene un flechazo por mí —le dije—. Pero estoy
tratando de involucrarlo con Kira. —Aunque ahora tenía que reconsiderar eso.
Todas habíamos sido comprometidas.
Incliné mí cabeza. Era agradable ver a Aiden ponerse celoso, pero tampoco
necesitaba que fuera irrazonable. Todavía tenía que manejar de alguna manera a
Christian sin exponer a las Smitten Kittens. Enderecé mi postura.
—Espera. ¿Qué?
—No fue nada. —Le quité importancia con la mano—. Leona y yo…
—¿Fuiste a una jodida cita con él? —La voz de Aiden retumbó por la habitación,
rebotando en las paredes de cemento del sótano. Mi cara ardió de vergüenza.
—No sé, Tess. Ya nunca sé dónde estás. Estás callada todo el tiempo. Eres como
una jodida persona distinta últimamente. . .
—¡No! —¿No había querido a Aiden un poco celoso? Él debería estarlo. Christian
estaba detrás de mí. Pero tenía que distender esta situación, porque ahora,
Christian tenía el poder de arruinar mi vida. De arruinarnos a Aiden y a mí.
Retorcí mí nariz, tratando de canalizar a toda la dulce y linda porrista que todo
mundo amaba. Me encontré con los ojos de Aiden.
135
—Olvídate de Christian —dije en la voz más bella posible—. Eres más de lo que
puedo manejar, Wildcat. Y eres el único para el que ronroneo. —Me incliné hacia él
y lo besé en la mejilla, creyendo en mis palabras.
—Tessa —susurró, pero podía decir que le gustaba. Le gustaba que fuera así.
Era cierto. Los dedos de mis pies se sentían un poco estrechos, y a Aiden le
gustaba hacerlos sentir mejor. Lidiaría con Christian después. En este momento,
tenía a alguien más a quien animar. Podía ser así. Energética. Positiva. Incluso
cuando estaba muy cansada.
—Rosa pasión.
Él gruñó.
—Lo sé.
136
SOS
FORMULARIO DE RESULTADOS DE
COMPROBACIÓN DE ANTECEDENTES
Traducido por kathesweet
Corregido por Niii
RESULTADO: 004
Sentimos mucho que esta no sea la mejor noticia. A SOS le gustaría ofrecerle una
extensión en su certificado. Por favor háganos saber si encuentra otro novio
potencial. Pero le aconsejamos que para su siguiente objetivo, trate de evitar el
club de teatro.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
Desenmascarando Infieles Desde Hace Más de Dos Años.
137
Capítulo 12
Traducido por Mari NC y Zeth
Corregido por Niii
E
l domingo, Kira apareció con los planos para la siguiente tarea. Ella había
pasado la mitad del día en la biblioteca mientras trazaba la casa de Mitch
Angley y determinaba nuestro curso. Era uno difícil. Escalar paredes, amarres
de techo. Odiaba dormitorios en el segundo piso.
Me debatí decirle acerca de Christian, pero Kira se pondría realmente inestable. Eso
no funcionaría si ella iba a soportar mi peso mientras tomaba algunas fotos. No.
Este era mi problema a manejar. Después de todo, yo era la capitana.
La noche era tranquila y fresca cuando empecé a descender por la pared de la casa
de Mitch. El revestimiento estaba resbaladizo debajo de mí, y me esforcé al
máximo para conseguir equilibrarme.
—Tessa —susurró Kira desde el techo por encima de mí—. Estoy perdiendo el
control.
No era bueno. Si Kira —una base muy confiable— efectivamente perdía su agarre,
yo terminaría en una pila de rosales de Mitch Angley. Auch.
—Sólo un segundo más —le susurré. Colocando mis pies contra el alféizar de la
ventana del dormitorio de Mitch en el segundo piso, traté de tomar un poco de mi
peso del bastidor corto y compacto de Kira.
Metí la mano en mi mochila, mirando hacia abajo una vez para ver que
probablemente fallaría los rosales y en su lugar aterrizaría en la valla de patio
lateral. ¡Pijamas de seda! Eso sería doloroso.
138
Mi estómago se revolvió con ansiedad. Esta era la parte de la investigación que
odiaba. El ser un verdadero testigo. Era peor que transmitir la mala noticia, en
verdad, porque las malas noticias no vienen directamente de mí. De hecho, Leona
escribía todos los informes. Pero esto, aquí, colgando de una cuerda elástica al
lado de la casa de Mitch Angley, esta era yo.
Tomé unas cuantas fotos, con cuidado, para asegurarme de que las tomas
mostraran sus rostros. Fue un poco difícil al principio, pero por suerte, con el
tiempo intercambiaron posiciones. Después de mi última foto, había vuelto a
deslizar mi cámara en mi mochila, cuando sentí el primer tirón. Estuve a punto de
dejar caer la cámara.
—Kira —susurré. Gracias a Dios los padres de Mitch invirtieron en esas ventanas de
doble panel. La añadida barrera de sonido era esencial en estos momentos, ya que
ser descubierta colgando sería una muy mala idea.
Miré hacia arriba. Quería que Kira me subiera con cuidado o me bajara, pero... ni
siquiera estaba segura dónde estaba ella. Y sólo estaba balanceándome.
—Déjate caer —susurró una voz desde abajo de mí. Mis ojos se abrieron.
—¿Christian? —Esto no podía estar pasando. Estaba tan atrapada. Christian tenía
pruebas concretas ahora. Lo miré y él sonrió. Llevaba un gorro negro y una
camiseta oscura de manga larga. ¿Estaba disfrazado también?
139
—Tessa — susurró Christian en voz alta, levantando sus brazos hacia arriba como si
me fuera a atrapar. No era probable. Yo estaba todavía por lo menos a unos cinco
metros de altura.
Y ahí estábamos Christian y yo, jadeando, hombro con hombro contra una casa. Lo
miré de reojo.
Bueno, eso era algo lindo. Pero... ¡sándwiches de mantequilla de maní! ¿Cómo me
encontró? Esto era muy alarmante.
—¿Has estado siguiéndome? —Tal vez así había sido como se había enterado de
SOS en primer lugar. ¡Era una clase de loco acosador!
Ah, cierto. Fue sólo una coincidencia que apareciera aquí, totalmente encubierto.
140
—¿Quién está ahí? —llamó Mitch desde la ventana.
El aire de la noche estaba lleno del canto de los grillos, y esperé. Esperé por el
sonido de la ventana, pero todo lo que podía oír en este momento era el sonido
de los latidos de mi corazón resonando en mis oídos. Estaba en una posición muy
comprometida. Y no me gustaba.
Estaba sonriendo, sin duda todavía oliendo mi perfume. Pero él lo sabía. Christian
sabía algo acerca de mí que nadie fuera de las Smitten Kittens sabía. Ni siquiera
Aiden. Nosotras éramos espías. Tendría que descubrir cómo él nos había
comprometido, pero primero, tenía que escapar antes de que Mitch me encontrara
escondida entre sus rosales.
Gemí. Claro, sonaba simple, pero esta Kitten no nació ayer. Christian quería
ofrecerme algo más que un viaje a casa. ¿Tenía otra opción? Esa era una mejor
pregunta.
El teléfono SOS vibró en mi bolsillo. Mis ojos se desviaron hasta Christian. Estaba
sonriendo con locura. Me di la vuelta y puse el teléfono en mi oído. Era Kira.
141
—¿Qué? —Estaba asustada. La segunda regla de SOS era nunca para dejar a una
Smitten Kitten atrás.
—Está bien —le dije—. Tengo que ocuparme de algo. Te veré en una hora.
Podía sentir su preocupación. Pobrecita, ella no era buena para tomar decisiones
en fracciones de segundo, como aquella vez que dejó a Mike Rambler llegar a
segunda base.
—K, me tengo que ir. Espérame allí. —Colgué. Eso era de mala educación, no decir
adiós. Pero lo necesitaba para acabar con este pequeño encuentro, y no podía
dejar que mi equipo tuviera la oportunidad de convencerme de no hacerlo. Yo era
la líder. Necesitaba cortar el cable rojo. ¿O era el cable azul? ¡Maldita sea!
—¿Estás lista? —preguntó Christian como si me estuviera recogiendo para una cita.
En cambio, asentí con la cabeza y lideré el camino a través del crecido patio lateral
hacia la calle. Christian trotaba delante de mí hacia el auto y me abrió la puerta
para que entrara.
No tuve que darle instrucciones a Christian para llegar a mi casa. Ya sabía dónde
estaba. Ven, un completo acosador. Cuando se detuvo en mi camino de entrada,
apagó el motor. ¡Piratas del Caribe! ¿Qué quería ahora?
Exhaló.
—Está bien, sé que esto puede parecer un poco atemorizante, pero juro que no
soy un acosador ni nada.
—¿Estás seguro? —Estaba enojada. Estaba enojada de haberme permitido ser tan
vulnerable con un extraño. Tenía que decirle a Aiden. No debería saberlo de
Christian.
142
Me volví hacia él, sintiéndome un poco menos aterrorizada. Había tenido miedo de
eso.
Me moví incómodamente.
—Pero más que nada, sólo quiero ayudarte. Fuiste demasiado lejos. Podrías haber
muerto esta noche.
—¿No puedes dejar esto? —le supliqué—. ¿Olvidar que lo sabes? —Era una
apuesta arriesgada, pero valía la pena preguntar.
—No. No puedo.
—Sólo quiero pasar tiempo contigo. Y creo que puedo ayudar con SOS.
Eso no podría suceder. Mis ojos se nublaron con una sensación de temor.
Lo encaré.
—¿Qué ¿Te dejo ver esas? —¡Habíamos ayudado a Cassie! Ella sabía que toda
comunicación era ultra secreta. ¿Cómo pudo traicionarnos?
—En verdad no quería decirme —dijo él, como si pensara que eso me haría sentir
mejor—. Fue algo en el calor del momento…
143
—¿Te acostaste con Cassie? —Había un nudo en mi pecho. No estaba celosa o
algo por el estilo, sólo sorprendida. De acuerdo, quizás un poco celosa. Pensé que
era la única que él acechaba.
—Estuve con ella una vez. —Agitó su cabeza—. Justo después de que se enteró de
lo de su novio. Comenzó a hablar de eso de las fotos, y luego recordé verte en
Applebee’s. Así que empecé a seguirte. Luego te vi en el mini golf y después en el
pórtico de algún tipo. Uní todo, pero no le he dicho una palabra nadie, lo juro.
—Aiden no lo sabe —solté. De repente, sentí una lagrima bajar por mi mejilla.
¡Alegre gigante verde! Ahora estaba llorando frente a Christian. Estaba tan
completamente vulnerable.
Sollocé.
—Perdón.
Él me sonrió suavemente.
—No lo haré.
—Estás exagerando.
144
Christian negó con su cabeza y se acercó para tocar mi rodilla. Mi cuerpo se
estremeció, oh no. No soportaría esto.
Soltó una risita, quitando una hoja de mis pantalones y sosteniéndola ante mí.
—¿Por qué?
Él se encogió de hombros.
—Además —dijo Christian con una sonrisa—. Seria bueno para cosas. Como para
cuando caigas de edificios.
Reí. Sí. Él trató y me atrapó, y eso fue caballeroso de su parte. Exhalé, todavía
mirándolo cuidadosamente. No tenia idea de cómo manejar esto. Mi consciencia
me decía que esta era una terrible idea, y estaba completamente equivocada. Pero
de nuevo, estaba en una posición bastante incomoda. No sólo era mi reputación
en la línea, era también la de las otras Smitten Kittens. Tenia que cuidar a mis
chicas. Siempre lo hacia.
Sonrió.
—Tres.
—Dos.
145
¿Podría yo? No era algo bueno. Tenia que decirle a Aiden. De alguna manera, tenia
que decírselo antes de que las cosas fueran más allá de mi control.
—Yo… —¿Qué debería decir? ¿Gracias por ser mi trampolín? ¿Te veo el martes en
el cine para espiar a Isaac Park? Opté por mantenerlo simple—. Buenas noches. —
Tomé la manija.
—Hola —dije.
—¿Puedo ir? —pregunté. Lagrimas ardían en mis ojos. Estaría muy enojado
conmigo cuando se diera cuenta. Estaba muy asustada de contarle. Pero tenia que
hacerlo. Entonces no tendría que hacer nada con Christian, y no habría más de
andar a escondidas. Jamás.
—Por supuesto —dijo Aiden, sonando algo alerta—. ¿Necesitas que pase por ti?
—No. —Abrí mis ojos y miré mi auto, aparcado a un lado—. Entraré por la ventana.
Mi cuerpo dolió. Todo lo que quería era que SOS se desenredara solo. Debería
haberle contado a Aiden desde el principio. Ahora difícilmente podía recordar por
qué no lo había hecho.
146
—Tess, ¿estás bien?
Cerré el teléfono e hice una pausa, recordando la noche en que Mary nos contó su
idea de SOS. Todo el mundo pensó que era demente. Pero yo no. Me había
gustado. Quería que las parejas se quedaran juntas, pero de una manera honesta.
La idea era pan comido en lo que a mi respectaba. Porque siempre me había
preguntado por qué mi padre se había ido por tanto tiempo. Siempre me pregunté
si fue por otra mujer.
Eso era. Ése era el por qué no le había dicho a Aiden. Guau. No había pensado en
eso en años. Cuando la novia de Caleb vio esas fotos de él acostándose con otra
chica, ella se asustó. Era la reina de la fiesta de último año y procedió a destruir su
reputación. De hecho, se había puesto tan mal que él tuvo que cambiarse de
escuela. Aiden había estado angustiado.
Y aun así lo había dejado estresarse por eso, nunca diciéndole que fui yo… que fui
yo quien había tomado las fotos. Ahora parecía muy estúpido que esa fuera la
razón por la que lo había mantenido en secreto por tanto tiempo, ¿pero que
podría hacer ahora?
Durante los últimos dos años, ninguno de los clientes que habíamos ayudado nos
había expuesto. Era un código de chicas: vínculos de supervivencia. Pero Christian
no estaba obligado a seguir ninguna ética femenina, o posiblemente ninguna ética
y punto. Sólo esperaba que él pudiese mantener el secreto; de otra manera, las
Smitten Kittens estarían fritas.
147
Mi adrenalina me hizo subir las tablas de madera de la casa de Aiden rápidamente.
Él había dejado la ventana abierta, y se sentó cuando mis piernas se deslizaron
dentro.
—Hola nena —dijo desde la cama, luciendo como Hugh Hefner en una bata.
Rápidamente me pregunté que tendría debajo de ella. Estaba feliz que el cuarto de
su madre estuviese en el primer piso. Necesitaría más que un masaje en los pies
esta noche.
—¿Esta noche?
Rayos. ¿A dónde le había dicho a Aiden que iba a ir? Palidecí, ¡Gran Scott! Esto ya
estaba yendo mal.
—¿Tessa? —preguntó.
Encontré sus hermosos ojos verdes, y pude ver que estaban muy preocupados.
Pero era demasiado adorable para tener las cejas juntas de esa manera. Utilicé mi
pulgar para suavizar la arruga entre ellas.
—¿En serio? —Sonrió, llevándome hacia su cama. Alisó la manta a cuadros y le dio
una palmadita—. Siéntate —dijo—. Te hice chocolate caliente.
Aww. Esa era simplemente la cosa más dulce que podría haber hecho jamás. Vi la
taza del “Mejor Atleta del Mundo” y la levanté, tomando un sorbo. Mis ojos se
suavizaron mientras lo miraba.
148
—Tú… —casi lloré—. ¿Pusiste malvaviscos en él?
Él rio.
Lo miré fijamente mientras estaba de pie frente a mí, su bata atada. Cerré mis ojos.
Asentí.
—Ella era una gran capitana —dije, mis ojos habían empezado a aguarse. ¡Por el
cinturón de Orión! Por favor déjame ser lo suficientemente valiente para decírselo.
—Era buena —coincidió Aiden mientras se sentaba a mi lado—. ¿Por qué estás
pensando en ella? ¿No vive en California?
—Sí. —Ella era suertuda. Después de empezar todo esto, fue capaz de tener una
vida. Y probablemente tenía un novio al que no tenía que mentir.
Estuvimos callados por un momento, y luego Aiden se acercó para tomar mi vaso,
poniéndolo de nuevo en la mesa de noche.
Y no pude decir nada más. Prácticamente colapsé en los brazos de Aiden, llorando
suavemente mientras él acariciaba mi cabello.
—Oh nena —murmuró—. ¿Son tus padres? ¿Se están alejando de nuevo?
Sollocé pero no contesté, en vez de eso me alejé, mirando en sus hermosos ojos
azules. Todo este tiempo, pude haberle dicho. Pero ahora era demasiado tarde. No
podía enterarse. Haría lo que Christian quería, y pronto, sería como Mary Rudick.
Aiden estaría lejos en la universidad en algunos meses y luego de eso, sólo un año
más de SOS. Un año más de mentiras.
Él sonrió.
149
—Tess. —Puso las palmas de sus manos en mis mejillas y me acercó—. Nunca no
estaré a ser tu vida. Tú eres mi vida, nena.
150
SOS
REPORTE DE INCIDENTE DEL INFIEL
Traducido por Paovalera
Corregido por Niii
CASO: 054
Las fotos que documentan a los dos juntos en la habitación del hotel están
adjuntas. Las cámaras de vigilancia los capturaron besándose, además de otras
situaciones sexuales. El Sr. Penchant igualmente le regaló a la Srta. Hodges una
caja y le deseo un feliz “aniversario de un año”. Aunque no quedó claro qué
estaban celebrando.
SOS lo siente mucho por su pérdida, ofreciéndole nuestra más sincera simpatía.
Esperemos no tener que ayudarle en el futuro, pero por favor manténganos en
mente para futuras referencias.
151
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
Desenmascarando Infieles Desde Hace Más De Dos Años.
152
Capítulo 13
Traducido por Panchys y Susanauribe
Corregido por Niii
—¡R
eina de Sheba! —Jadeó Kira, dejando caer sus pompones de color
marrón y gris en el piso de madera—. ¿Él sabe? —Ella se sentó,
aturdida.
—¿Ayudar? —chirrió Kira con alivio—. ¡Eso es tan dulce! —Ella estaba radiante.
Traté de sonreír, pero mi vientre se revolvió. Christian había dicho que estaba
preocupado por mí, pero yo sabía lo que realmente ocurría. Todo lo que tenía que
hacer era complacerlo en dos asignaciones. No era como si tuviera que
engancharme con él. Gracias a Dios que él sabía que no debía pedir eso. Le habría
dado una patada en la ingle.
Pero había algo más que quería hablar con ellas. Algo de lo que me había dado
cuenta mientras me metía por la ventana de Aiden en el medio de la noche.
153
—Después de que se resuelva la situación de Christian… —Hice una pausa—. Creo
que SOS debe tomar un descanso.
—¿Qué pasa con los infieles? —chilló Izzie—. ¿Sencillamente vamos a permitir que
se salgan con la suya? Miren lo que le pasó a Emily Hodges, ¡su novio se acostaba
con su hermana! —Izzie parecía enferma. Habíamos pillado a su novio con su
prima el mes pasado.
Sus expresiones me dijeron una cosa. Yo sería una cobarde. Si no continuaba, sería
una desertora.
—Mira nada más —murmuró Leona. Me alegré de nunca haberla dejado llevar una
práctica. Su actitud era menos que brillante a veces.
Su habitual expresión de los ojos muy abiertos se había ido. Esta era la Kira real, la
que patea traseros. Se adelantó y me abrazó con fuerza.
—Lo siento. —Retrocedió y ladeó la cabeza—. Si quieres dejar SOS, voy a seguir tu
ejemplo. Después de todo, seguiremos siendo Smitten Kittens. Incluso sin el
espionaje.
154
Pero sonó la campana, lo que indicaba que todas estábamos atrasadas para el
primer período. Me aguanté mi dolor y enderecé mi postura.
—Demonios —dijo Izzie, saltando hacia la puerta del gimnasio—. ¡Voy a obtener la
silla de los atrasos!
Kira gimió y se fue corriendo a conseguir sus pompones desde el piso antes de
salir, y Leona murmuró algo para mí acerca de escribir una carta a la junta escolar,
mientras caminaba hacia fuera. Exhalé, sabiendo una cosa positiva. Sin importar
qué, las Smitten Kittens siempre estarían juntas.
No era ninguna sorpresa. Lo que era alarmante era el hecho de que Christian
estaba ausente, dejando su asiento en la última fila vacío. Me hizo pausar en mi
desconfianza hacia él. Había pensado que se iba a presentar para regodearse,
acechar, o al menos mirar, sabiendo que yo estaba más o menos a su merced. Pero
no lo hizo. Me sentí aliviada.
El alivio no duró mucho, sin embargo. Diez minutos más tarde, entró en historia. Su
pelo era detrás de las orejas, las mejillas rosadas, con lo que parecía ser un
esfuerzo atlético. Estaba... atractivo. Doblé mis manos en mi regazo y aparté la
mirada. Mi cuello se sentía un poco caliente.
—Bien por usted por aparecer, Sr. Ferril —dijo el señor Powell—. Y estoy seguro de
que será feliz de saber que llegará a compartir su tarde en detención durante el
almuerzo con dos porristas.
Christian se rió entre dientes, y cuando mis ojos encontraron los suyos, él me
guiñó. Mi estómago se revolvió, y mis dedos comenzaron a temblar. Pasó junto a
mi mesa, y Kira me tocó en el muslo con su lápiz pompón púrpura.
—Tess —susurró, sus cejas se juntaron—. ¿Crees que... crees que Christian está
ayudando porque todavía está enamorado de ti?
155
Me eché a reír. No sabía de qué otra manera reaccionar. Había sido evidente, y a
pesar de que yo lo sabía, todavía lo dejaba rondar a mí alrededor. ¿Era de extrañar
que mi vida estuviera a punto de derrumbarse? ¡Tarta de Fresa! Me sentí enferma.
Realmente enf…
—¡Oh, Tess!
Negué con la cabeza, pero eso me mareó. Puse la mano sobre la mesa fría para
sostenerme.
—Yo la llevaré —oí detrás de mí. Una mano se deslizó alrededor de mi cintura, me
enderezó. Christian.
—No —dije, tratando de empujarlo hacia atrás. Pero me sentía débil—. ¿Kira? —
Me volví para mirarla por primera vez.
Sacudió la cabeza.
156
—Déjalo, Tess —dijo en tono de disculpa—. Sabes lo mucho que odio estas cosas.
—Era cierto. La chica no iba a ninguna parte cerca de un guisado o un queso
cottage.
Una vez más, estaba a merced de Christian. Era como si él tuviera el control de
cada parte de mi vida, incluyendo mi salud.
Me tomó por el codo y me llevó fuera de la sala justo mientras el sonido del agua
salpicaba en el piso de la sala.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunté a Christan, usando mis manos para suavizar
de nuevo algunos de mis mechones de pelo.
—No…
157
—Estuviste de acuerdo a dos —interrumpió él—. Y no te retractarías, ¿verdad
Tessa? —Sonrió mientras lo decía, como si no fuera una amenaza.
Lo fulminé con la mirada y la pequeña sonrisa se quedó en sus labios. Eran lindos
labios, algo llenos. Pero ellos no eran míos. Los labios que me pertenecían se
encontraban unos diez centímetros más altos. Cerré los ojos.
—Vamos, Tessa. Salir conmigo no puede ser tan malo. ¿Realmente valdría la pena
contarle a Aiden? No es que vaya a atacarte.
—Bueno…
Me sentía débil, así que dejé que me guiara, sin decir nada. No quería que me
tocara. Por supuesto que no.
Tan pronto como Christian me dejó sola con la enfermera, me empecé a sentir
mejor. Su perfume ni siquiera me daba náuseas. Esperé a Aiden, a sabiendas de
que Kira lo encontraría y le diría lo que había sucedido. No es que él no oyera
sobre ello de todos modos. Quiero decir, vomité en clase de historia. Eso era una
novedad.
158
—¿Se siente mal otra vez, señorita Crimson? —La enfermera se veía preocupada.
Era agradable que alguien lo estuviera.
—Sí —dije—. ¿Puede usted llamar a mi mamá? Creo que necesito ir a casa.
Mi madre tragó saliva, y me di cuenta que quería hablar conmigo. Era raro que no
estuviera tarareando o hablando. Esta pausa incómoda era desconcertante.
—¿Por qué? —Pero me di cuenta por la forma en que me miraba que no me veía
bien.
—No sé —dijo ella, mirándome de reojo—. Pareces estar cansada todo el tiempo, y
realmente no he visto a Aiden alrededor.
Miré a mi regazo, mirando mis jeans y deseando vestir el uniforme. La visión de los
colores gris y marrón a veces me levantaban el ánimo.
—Hemos estado pasando mucho tiempo juntos en la noche —dije en voz baja—.
Cuando tú y papá están en el club.
Mi madre jadeó.
—Oh, no. ¿Esto es de lo que se trata, Tess? ¿Es porque hemos estado lejos mucho
tiempo?
159
Negué con mi cabeza. Ella sonó tan culpable, pobre cosita. ¿Cómo podría decirle
que era mi culpa estar triste? Eran las mentiras, los secretos y el chico que estaba
detrás de mí. ¿Cómo podía decirle que estaba perdiendo a Aiden?
—No lo es, mamá —dije—. Ustedes chicos con batidos de fresa. Es… no es nada. —
Estaba mintiendo de nuevo. A mi propia madre.
—No yo.
—En verdad, mama —dije, enderezando mi postura—. Soy oro líquido en este
momento. Sólo me siento un poco enferma. No he estado comiendo bien.
Todo en mi interior dolió, pero mientras forcé el ánimo, comencé a sentirlo. Pronto,
era yo misma de nuevo. Sonriendo, hablando.
Pero el almuerzo llegó y se fue. Fue realmente difícil vencer a mi mamá en ajedrez
cuando seguía revisando mi móvil, asegurándome de que no me hubiera perdido
una llamado o accidentalmente lo dejara en modo silencio.
A las tres, mi mamá tenía que iría a recoger a mi papá del aeropuerto. Había
volado a San Francisco hace unos días, tratando de reservar una gran presentación.
Estaba agradecida de que él estuviera de vuelta. Había extrañado nuestras charlas.
Tres treinta. La escuela había acabado hace cuarenta minutos. Nada de Aiden. Me
hice una taza de té caliente y me debatí entre si debería ponerme mi uniforme o
no, sólo por moral.
160
—Cariño —gemí—. ¿Dónde has estado?
—¿Qué?
—No. No puede…
—Estoy relajada —murmure—. Como una pluma.11 —Puse mi brazo encima de mis
ojos y recosté mi cabeza contra los cojines del sofá. Sólo quería a Christian fuera
de mi vida.
Maldición, quería que mis otras dos noches con otro chico se acabaran ya, ¿pero en
verdad podía hacer esto? Especialmente cuando parecía vomitar con un ritmo
constante estos días.
11
Relajada como una pluma: Es un juego de palabras porque en inglés relajarse se escribe como
light up, pero la palabra light significa liviana y por eso la protagonista habla de una pluma.
161
¡Napa Valley! Acaba de acordar una cita con otro chico. Gemí y colapsé en los
cojines, cubriendo mi cabeza con mis brazos. Mi móvil sonó de nuevo.
Okay, ahora él iba a tener una pelea. Me senté, mi pulso acelerándose, y llevé el
recepto a mi oído.
—Hola —dije—. Lo siento, sí. Yo… —No podía decirle que pensé que era alguien
más, ¿por qué, quién mas podría ser si no una Smitten Kitten? Y yo nunca era
grosera con ellas.
Caminé hacia la mesa de la cocina y me senté en una dura silla de madera. Estaba
hablando con mi amor; debería sentirme aliviada. En cambio, me sentí ansiosa.
Insegura.
—Lo noté —espeté. ¡Dios Santo! Estaba siendo un poco malvada. ¿Quién era yo?
Oh, Dios mío. Podía sentir los inicios de una pelea. ¡Pero no era justo! Él
simplemente no podía olvidarse de mí de esa forma. Nunca me olvidaría de él.
No sonaba como yo. Estaba actuando como loca. Paranoica. Sospechosa. SOS me
estaba atrapando. Pero Aiden hizo una pausa, y hubo un retorcijón enfermizo en
mi estómago.
162
No. Oh, no. Alejé el móvil de mi oído por un momento, exhalé y luego inhalé.
—¿Con Chloe?
—Sí. Nos quedamos después. No sabía que estabas enferma hasta ahora cuando
Kira llamó.
—Entonces —dije, tratando de sonar tan compuesta como pude—. ¿Pasaste todo
el día con Chloe?
—No lo digas de esa forma —dijo Aiden, sonando irritado—. Demonios, Tessa.
¿Dije alguna mierda cuando saliste con ese idiota?
—Detente —dije.
—No.
Mis ojos se abrieron. ¿Qué estaba pasando? Las cosas claramente estaban de
cabeza. Mi novio estaba enojado conmigo cuando yo era la que estaba siendo
ignorada. ¡Él pasó todo el día con la pequeña puma!
—Tengo que irme —dijo rápidamente—. Estoy seguro de que esta noche estás
ocupada. —Él definitivamente estaba molesto. Y correcto. Estaba ocupada.
—Algo así…
—Lo que sea. Te veré mañana o algo, Tess. Cuando sea que puedas incluirme.
Y. Él. Colgó.
163
—Hola papi. —Caminé y me puse de puntillas para darle un beso mientras entraba
por la puerta, arrastrando su maletín detrás de él.
—Hey, cariño. —Sonó confundido, juntando sus cejas—. ¿Hiciste algo con tu
cabello?
La trenza me había dado dolor de cabeza así que me la quité, dejando que mi
cabello luciera salvaje con rizos.
—Vine enferma a casa —dije, como si eso me hubiera detenido antes de lucir
mejor.
—¿Dónde está mamá? —Miré por encima del hombro de papá mientras cerraba la
puerta.
—Va al club. Nos quedamos en la ciudad hoy. Ella dijo… dijo que estabas molesta
con nosotros por estar lejos tanto tiempo. ¿Eso es cierto, Tess?
Mi papá movió sus gafas por su nariz para mirarme lentamente. Luego se las ajustó
y señaló la silla de la cocina.
Sonreí. Si sólo hubiera hablado antes, no estaría en tal desastre. Me dejé caer en el
asiento y esperé a que mi padre nos sirviera un vaso de leche y agarrara unas
galletas de avena de la alacena. Él era adorable. Era una Kitty tan afortunada.
164
Sus ojos se abrieron. Oh. Supongo que eso no era lo mejor que una adolescente
podría decirle a su padre.
—Wow, Tessa, gracias por el ataque cardiaco. ¿Ahora en qué te has metido
exactamente? —Él se empujó hacia atrás en su asiento y cruzó sus piernas,
tomando un sorbo de su vaso.
—Papi, ¿crees que Aiden está cansado de mí? —Odié esas palabras. Estaban
enteramente cercanas a lo posible.
Mi papá se ahogó con su leche, su rostro se volvió rojo mientras se inclinaba hacia
adelante. Cuando fue capaz de respirar de nuevo, puso su mano en mi brazo.
—¿Algo ha pasado con Aiden? —Estaba aterrorizado. Aiden era el hijo que había
deseado tener.
—No, no todavía
—¿No todavía? —Mi padre alzó su voz—. ¿Están teniendo problemas? ¿Es su
madre de nuevo?
—No, ella está igual. Pero papá, ¿crees… que tal vez Aiden esté viendo a otras
chicas?
—¿Qué otras chicas podrían haber? —dijo muy serio. Tuve que sonreír. A los ojos
de mi padre, yo era perfecta. Él se inclinó para desordenar mi cabello.
—Tú dejaste a mamá —dije, de repente queriendo saber por qué. Si él la amaba
tanto, ¿por qué la dejó?
165
Mi padre dejó caer su cabeza, y reconocí la mirada. La había visto tantas veces en
mi línea de trabajo. Vergüenza. Él había sido infiel. Mi padre le había sido infiel a
mi mamá.
—Cometí un error —dijo él, encontrando mi mirada—. Cometí un error, Tess, y casi
la pierdo. —Él esperó un rato, y sentí una pesadez subiendo por mi pecho,
doliendo.
—No lo sé —dijo él—. Creo que estaba solo. Pero nunca quise herirla, o a ti. Las
amo tanto. Son mi vida.
Pero yo no lo permitiría.
166
SOS
AGRADECIMIENTO POR LA DONACIÓN
Traducido por Dani
Corregido por BrendaCarpio
Muchas gracias por su donación. SOS es una organización sin fines de lucro, y
sus donaciones van directamente a ayudar a otros con sus problemas
amorosos dándonos el financiamiento para el último equipo de vigilancia.
Ayudar a su hija a salir de una relación en la que le habían sido infiel fue una
alegría por sí misma, pero su dinero es muy apreciado. Compartimos su esperanza
que Lynny considerará volver a tener citas en el futuro, aun cuando haya tomado
un juramento de celibato de por vida. Entendemos su deseo de tener nietos.
Siga sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
167
Capítulo 14
Traducido por Xhessii, Little Rose y Auroo_J
Iba a decepcionarlo.
—Bueno —dijo, encendiendo el auto—. Incluso cuando estás vestida para asaltar
un banco, eres la cosa más hermosa que he visto en todo el día.
—Gracias.
168
Miré por la ventana mientras él entraba en la calle bordeada de árboles,
preguntándome dónde estaba Aiden. Preguntándome si él estaba pensando en mí.
—Oh, por cierto —dijo Christian, golpeándose los dedos como si estuviera
recordando algo—. Hablé antes con Kira, le dije que teníamos este trabajo
encubiertos para nosotros solos.
—Esta no es una misión importante, Tessa. Estoy seguro que no necesitas una
chaperona. A menos que estés preocupada de que no serás capaz de mantener tus
manos para ti misma.
—Tienes razón —dijo él—. Necesito tener mi cara de juegos bien puesta. Seré
bueno. Lo prometo. Él tocó su corazón.
—Bien.
—Bien.
Él pensó que era astuto, pero no sabía que SOS había estado sobre él durante días.
Y su novia era un cariño total. Pobre chica.
169
El estacionamiento estaba casi desierto cuando entramos. No mucha gente iba a
una función de medianoche entre semana. Como no quería que el auto fuera
reconocido, le dije a Christian que se estacionara al final. Mientras él lo apagaba,
me tomó un minuto llegar a mi mochila, asegurándome que tenía mi cámara con
el lente de visión nocturna. Christian estaba sonriendo mientras me miraba poner
el lente.
Me giré hacia él, sin estar consciente de que lo había hecho. Las luces de la calle se
filtraban, iluminando su rostro y trayendo sombras en sus ojos, haciendo que se
viera casi siniestro.
—Revisa el tiempo —dije, sintiendo inquietud. No quería estar sola con él por más
tiempo. Quería apurarme, e ir a buscar a Aiden. Christian inclinó su cabeza sobre su
asiento, mirándome.
—No tenemos que entrar —dijo en voz baja. Él lamió sus labios, y pude ver cuánto
luchaba por estar tranquilo, suave. Pero parecía nervioso.
Christian movió su mano de su regazo y tocó mis dedos suavemente mientras los
ponía en el asiento.
170
apenas capaz de controlar mi respiración. Christian estuvo inmediatamente detrás
de mí.
—No más plática —dije. Ya no me importaba el trabajo. Sólo quería tomar las
fotografías e irme.
Christian accedió a estar callado, pero no podía evitar sentir como si estuviera
burlándose de mí. Como si todo esto era una excusa para estar a mí alrededor. Me
refiero a que, sabía que lo era, pero también pensé quería ayudar un poquito.
Ahora estaba claro que no lo hacía.
Encontramos la Sala Ocho, y sin sorprenderme, estaba casi vacía. Dejé la puerta
cerrada, bloqueando la potente luz del pasillo, y busqué entre las cabezas.
Encontré a Isaac. En realidad, él no era tan difícil de ubicar. Él usaba su cabello en
forma de faux-hawk, no uno enorme, pero era pequeño, peinado hacia arriba. Era
algo cool.
Muy individualista.
—Están dos filas arriba —le murmuré a Christian y miré a la pantalla. Iniciaba con
un asesinato. Suspiré. Qué triste.
171
Mi cámara estaba posicionada y lista, con la mira nocturna encendida. Le di al
zoom. Isaac estaba susurrando en el oído de la chica, lo que parecía dulce. Hizo
que mi estómago tuviera un nudo. Él había estado con su novia, Ángela, por casi
un año.
Usé la cámara para ver la cara de su cómplice. Ella era lo suficientemente bonita —
rubia y pechugona. Mis ojos se estrecharon. Casi me recordaba a Chloe, pero traté
de bloquear ese pensamiento. La última cosa que necesitaba era pensar en Chloe
como la cómplice en un engaño. Porque sabía exactamente detrás de quién ella
estaba.
Bien, así que nuestras bocas estaban lo suficientemente cerca. Él olía como a
menta, de, Jolly Ranchers.
Él sonrió.
¡Puente de Brooklyn! ¿Iba a dejarlo que me besara? No. Yo… no estaba atraída por
él. Amaba a Aiden.
Sacudí mi cabeza y apunté a Isaac. Él era un infiel. Yo nunca sería así. Yo no era así.
Sólo, me encontraba mirando el rostro de Christian… admirándolo. Entonces, antes
de que pudiera empezar cualquier fantasía no deseada, apagué la cámara, me
levanté y salí de ahí.
172
Le tomó cerca de veinte minutos a Christian encontrarme afuera. Trotó hacia el
auto donde yo estaba reclinada. El aire frío me golpeaba con fuerza, pero ahora
estaba agradecida por tener mi ingenio conmigo.
Me miró un minuto, luego dijo: —Lo lamento. ¿Qué, eh, santos palos de hockey, te
pasó?
Sonrió.
—No puedes —dijo. Con los ojos como platos. Avanzó un paso más cerca de mí.
Ahora definitivamente estaba demasiado cerca.
Mi rostro se tensó.
—Esto —dijo, poniendo sus manos en mis mejillas, atrayéndome a él. Apretó mis
labios con los suyos, con fuerza, apasionadamente.
173
—Basta —dije, levantando las manos para que retrocediera. Primero fue reluctante,
aun queriendo más, por lo que empujé con más fuerza, y trastabilló.
Me di vuelta y abrí con fuerza la puerta del pasajero. Nunca había besado a nadie,
excepto Aiden. Jamás. Esto había sido un gran error. Un gran, y gigante error.
—¡Puedes estar seguro de ello! Porque jamás volveremos a estar juntos los dos
solos. ¿Entendido? —Ese era mi tono que usaba cuando las Smitten Kittens
estaban dispersas y yo quería explicar algo. Sonaba muy autoritaria.
174
—Eh…no. Dejaste en claro que no eran las misiones que querías. Era a mí.
Sacudió la cabeza.
—¿Y? ¿Eso está mal? ¿Es que ni siquiera te gustó? —Parecía preocupado, y aprecié
su preocupación por el beso. Era vulnerable, y entendía eso. Pero no significaba
que podría poner su boca sobre la mía cuando le placiera.
—Tengo un novio. Los únicos labios que quiero son los de Aiden.
Mi corazón se detuvo.
Christian entrecerró los ojos, pero no abrió la boca. ¿Pero por qué habría de
hacerlo? No es que estuviera intentando meter su lengua en mi garganta. Eso ya lo
había hecho. Cretino.
—Aléjate de mí —siseé, tomando mi mochila del suelo. Salí del auto y cerré la
puerta tan fuerte como pude. Me sonreí, orgullosa de mi valentía, mientras iba a mi
casa. Luego, sólo para mí, me detuve antes de entrar a la casa y arrojé mi cabello
sobre un hombro con mi mano.
Oh no. Aiden no había llamado. No desde que me había colgado. Miré el reloj, y
era tarde. Pero después de mi ducha, tenía otra misión. Arreglarme con mi novio.
175
Me detuve frente a las rejas de lo de Aiden, mirando su ventana. Hm. Estaba
cerrada. No podía llamar a la casa, sin despertar a su madre. Pero necesitaba verlo.
Necesitaba estar con él.
Grité.
Le acaricié el estómago cuando estuvo frente a mí. Sonrió, pero sus ojos se veían
soñolientos.
—Tess —susurró, con los ojos aún cerrados. Me detuve, mirando su rostro. No
entendía.
176
—¿Y? —¿Desde cuándo la hora afectaba la energía de mi novio? ¡Queso y galletas!
¿Qué ocurría?
Sonrió.
—Mira, me alegra que hayas venido. Y lamento la discusión de antes. Quiero que te
quedes, cariño. Te he extrañado… —Tenía la voz ronca, adormecida—. Pero mamá
está aquí. —Se dejó caer en la cama y abrió los brazos para que me uniera. Me
acurruqué a su lado y me abrazó, apoyando su boca en mi cabeza.
—Te amo demasiado —dije, pero estaba lista para llorar antes de terminar.
—Mm… —dijo él cepillando sus labios contra la parte trasera de mi cuello—. Para
de hablar, nena.
—Te amo, Tessa. —Respiró, poniendo su boca sobre la mía como si lo estuviera
probando—. Te amo. Te amo —murmuró en mis labios una y otra vez. Y cada vez
que lo dijo, traté de tirar de él más cerca.
Sabía que él debía sentirlo también. Sentido que nos estábamos perdiendo el uno
al otro.
177
Cuando Salí de clases, prácticamente corrí a mi casillero para encontrarme con
Aiden, pero él no estaba allí. Él nunca pareció estar allí más.
—Hola —dijo Christian detrás de mí, mientras estaba parada sintiéndome perdida,
en mi casillero. Exhalé y me di vuelta.
—¿Qué?
—Gracias. —Está bien eso fue un poco embarazoso. No todas sus interacciones
conmigo terminaban con un beso.
Sus ojos cafés se encontraron con los míos, y sentí la misma inquietud que la
noche anterior.
—Te veré en el almuerzo, Tess. —Él presionó sus labios en una sonrisa y me dejó
en el ocupado pasillo.
Antes de que la tardía campana sonara, troté hacia clases y me prometí corregir mi
actitud. Les diría a las Smitten Kittens esta noche. SOS estaba terminado.
178
encontrado antes. En vez de eso, él no apareció. Dejé caer mi cabeza y me dirigí a
la cafetería.
Estaba lleno mientras hacía una pausa en la puerta, mirando alrededor del lugar.
Olía como a Sloppy Joes, uno de los favoritos de Aiden. Él estaba en la mesa,
adorable como siempre en unos pantalones deportivos y una camiseta. Pero un
filoso dolor se torció en mi pecho cuando noté a Chloe. Ella estaba sentada en mi
lugar, al lado de él, con su cabello recogido en una cola de caballo. Estaban riendo.
Tomé unas cuantas respiraciones para estabilizarme. Las cosas eran tan inusuales
ahora que me empecé a preguntar si alguna vez volverían a la normalidad.
Lentamente, caminé hacia mi mesa.
—Aquí está tu almuerzo —dijo Kira, deslizando la bandeja hacia a mí—. Aiden se
comió tu Sloppy Joe. ¿Por qué llegaste tan tarde?
—Oh. —Aiden juntó sus cejas—. Lo siento, Tess. El Sr. Grimmes nos mando a mí y a
Chloe a recoger unas diapositivas a la oficina. Te mandé un mensaje de texto.
Cerré mi mandíbula.
179
—¿Entonces como ha estado el laboratorio? —Estaba segura que mis crecientes, e
inusuales celos eran obvios, pero nadie pareció notarlo. De hecho Aiden, solo me
sonrió.
Chloe se rió.
—Las cosas han estado fantásticas —me dijo, no sonando para nada como ella
misma. Esa profunda, rasposa voz se había ido. En su lugar, sonaba alegre. Algo así
como… yo—. Él es realmente el mejor. —Ella le sonrió a Aiden y tocó su brazo.
—Mira esto —le dijo Chloe, y él quito su mirada de mí. Empezaron a ver una libreta
mientras ella reía. Estaban juntos, hombro con hombro. Ese era mi asiento. No
quería ser maliciosa; yo era una Kitten, pero estaba a cinco segundos de sacarle los
ojos.
Nueva porra era el código para un nuevo caso. O a veces sólo quería decir lo
primero.
—Seguro —dije exhausta. Les iba a decir que el SOS se acababa de todas formas.
Ellas estarían devastadas, pero necesitaba recuperar mi vida.
Leona mordió su labio, viéndose ansiosa. Ella nunca se veía nerviosa. Era
naturalmente relajada y segura, lo opuesto de Kira. Pero ahora estaba
enloqueciendo.
—Aterciopelado —dijo ella, y supe que era malo. Leona nunca, y repito nunca
comía comida con glaseado. Nop. Esto era algo malo. Mi estómago se redujo.
180
—¿Estás bien, nena? —preguntó Aiden.
Mis ojos se dispararon a los suyos, pero antes de que pudiera responderle, Chloe
chasqueó sus dedos.
—Mierda —dijo ella, viendo hacia Aiden—. Mejor nos vamos, A. La biblioteca está
guardando esos libros para nosotros.
—Tengo que terminar este proyecto, Tess. ¿Crees que puedas conseguir a alguien
para que te lleve a casa?
—Yo la llevaré —respondió Kira por mí. Ella siempre estaba allí cuando la
necesitaba. Además, no podía moverme; estaba muy ocupada tratando de no
llorar.
—Uh, ¿sí?
—¿Te importaría darnos un momento a las chicas? Tenemos algunas cosas súper
secretas de porristas que discutir. —Ella le guiñó un ojo.
¡Cocodrilo Dundee! ¿Leona le estaba mintiendo? Pude notar que ella tenía un
secreto. Y ahora me preguntaba si yo era la única que no lo sabía.
181
—Muéstraselo, Izzie —dijo Leona, como si estuviera ofreciéndome mi última
comida. Solo que no era langosta, era de McDonald’s.
Los ojos de Izzie estaban vidriosos mientras ella se paraba e inclinaba su cuerpo a
través de la mesa y me daba el móvil de SOS. Mis ojos se pasearon por todas ellas.
De repente, Izzie rompió en lágrimas, cubriéndose la cara con sus manos. ¿Qué
estaba pasando? Sacudí mi cabeza y sostuve el móvil en frente de mi cara.
182
SOS
FORMULARIO DE SOSPECHOSO INFIEL
Traducido por Sheilita Belikov
Corregido por BrendaCarpio
Estimados SOS,
Otro para que añadan a su lista de posibles infieles. Quién lo hubiera pensado,
¿verdad? ¿Aiden engañando a Tessa? ¡Es la líder de las porristas! Y yo creyendo
completamente que estaban enamorados. Oh, bueno, supongo que nunca se sabe.
Espero que no sea cierto.
Cassandra.
SOS
Textos: 555-0101
183
Capítulo 15
Traducido por Zulex, LizC y Dai
Corregido por BrendaCarpio
E
l mundo se vino abajo a mí alrededor. Había colores, y no los bonitos del
arcoíris, si no oscuros, sombreados. Los sonidos en mis oídos empezaron
hacer eco. Me puse de pie golpeando mi bandeja en el suelo pero no
mirando hacia abajo. Dejé caer el teléfono SOS sobre la mesa y retrocedí. La voz de
Kira estaba ligeramente ahí, llamándome, pero yo miraba hacia adelante.
—Me tengo que ir —dije con aire ausente—. Las llamaré más tarde. —Comencé a
caminar fuera de la cafetería, no muy segura de a dónde iba, solo lejos. Yo casi
esperaba que una Smitten Kitten veniera detrás de mí, pero nadie lo hizo. Estaban
devastadas. No sólo había sido Aiden el novio perfecto, él había sido mi novio. ¿Y
yo no había sido perfecta?
Mientras caminaba por los pasillos vacíos. Me atraganté cuando unos gemidos
escaparon de mi garganta, pero me recuperé. Yo nunca iba a llorar en la escuela
De ninguna manera. Sólo tenía unos cinco minutos antes de que la campana
sonara, inundando los pasillos con los estudiantes. Necesitaba escapar antes de
que eso sucediera.
—¿Tess?
Christian estaba a mi lado. Él siempre estuvo ahí. Pero en lugar de darle una mirada
sucia o educadamente decirle que se fuera, me puse a llorar. Histérica, la reina del
drama sollozando. Sus brazos alcanzaron mis hombros, y pronto nos encontramos
caminando hacia el sol del estacionamiento. No discutí, no es que pudiera, estaba
cubriendo mi cara, incapaz de controlar mi ataque.
184
—Shh… —dijo en tono tranquilizador, y eso fue calmante. Fue casi agradable. Puse
mi cabeza en su pecho, oliéndolo, tratando de contener las últimas lagrimas.
—Entra. —Abrió la puerta del copiloto de su auto, y justamente eso hice. Entré. De
nuevo.
Me aclaré la garganta.
—¿Crees que hay algo sucediendo entre Aiden y tu hermana? —Mi voz era ronca.
—Oh.
—No. —Él sacudió la cabeza, ajustando el calefactor—. Para ser honesto... —Me
miró de reojo—. No puedo creer que alguien pudiera engañarte.
—Yo no creo que sea cierto —le dije con una nueva sensación de calma que cayó
sobre mí.
185
Christian no dijo nada, pero cuando se detuvo en frente de mi casa, apagó su
motor. Dio unos golpecitos con los dedos sobre el volante.
—Gracias por traerme. Estoy bien ahora. —Estaba alegre. Si pudiera quedarme así
las cosas serían mejor.
—Lo siento. —Él sacudió la cabeza—. Escucha, voy a ser honesto, yo lo creo. Y…
Quiero sugerir algo.
—No, gracias…
—Una misión más —dijo Christian—. Sólo una. Nadie tiene que saberlo.
—Tú eres una profesional Tessa, lideras una organización sin fines de lucro con
gran éxito —dijo Christian, mirando hacia abajo del volante.
—No voy a investigar a Aiden —dije simplemente. No estaba bien. Eso significaría
que pensaba que él me estaba engañando. No lo haría.
—Yo te ayudaré —él dijo en voz baja—. Y te prometo que estaré ahí sólo para
ayudar. No te tocaré. Nada.
—Está bien, no te quería decir nada —exclamó, como si hubiera estado llevando
un secreto por mucho tiempo—. Aiden va a salir con mi hermana esta noche.
186
Mis entrañas colapsaron.
—Es hombre, Tessa —se quejó Christian—. Odio tener que ser el que te diga esto.
—Él negó con su cabeza—. Nunca le creí a Chloe. Pero ella dijo que esta noche
iban a cenar y luego irían a la casa de él. Me dijo que su madre estaba fuera de la
ciudad.
Me tapé la boca, rápidamente llegué a la puerta y la abrí para sacar las nauseas
afuera. No vomité. Mi cabeza daba vueltas, me arrastré del auto para sentarme en
la acera, poniendo mis codos sobre las rodillas y manteniendo la cabeza en mis
manos. La madre de Aiden estaba fuera de la ciudad. Eso era cierto.
Pero una fuerza onduló a través de mí, me hizo temblar, y luego se me pasó. Se
había ido. El dolor se había ido. Me había convertido en SOS. Me había convertido
en el cliente y en el espía.
—¿A dónde van a cenar? —le pregunté con mi voz gruesa. De pronto me sentí
fría. Emocional y físicamente. Yo estaba temblando.
Me volví hacia Christian y nuestras caras estaban cerca, pero no sentí ningún
hormigueo. No hubo entumecimiento. Estaba paralizada.
Sin otra mirada, me puse de pie, cruzando los brazos sobre mi pecho, y me fui
dentro de la casa.
187
¿Qué decirles a las Smitten Kittens? Ellas querrían saber lo que iba hacer con Aiden.
Me senté en el sofá, con mis zapatillas sobre la mesa, mientras trataba de pensar
una respuesta.
—¿Tess? —preguntó Kira, saltando hacia arriba. Sus zapatos chirriaron mientras
cruzaba la pista. Ella estaba mirando por encima de mi uniforme, aparentemente
preocupada. La mayoría de las chicas estaban en ropa de entrenamiento. Yo
estaba en el uniforme completo, cola de caballo, y las cintas. Me ayudaba a
sentirme mejor. Me sentía más fuerte con esto.
Callé a Kira con la mano y se paró en seco delante de mí. Normalmente, yo habría
sonreído. En su lugar, cerré los ojos.
—Lo siento chicas yo simplemente… no puedo hacerlo más. Cada día, cada chica,
en todo lo que pienso es, “¿Él está engañándola?” Entonces en la persona que
debería de estar segura sobre… —No terminé la frase. Todavía no quería creer que
era verdad lo de Aiden. Las señales de advertencias habían estado todas allí. Yo
opté por ignorarlas. Sólo había una cosa más que hacer, y luego estaría fuera del
negocio del espionaje. Para siempre.
—Todo irá bien —me dijo Kira, sus ojos azules se llenaron de lagrimas—. Tal vez…
—Lo dejo —dije otra vez, sintiendo el impacto de mis palabras—. Se acabó. No
puedo aceptar la mentira, el engaño, los corazones rotos… —Sollocé. ¡Panecillo
de maíz! Estaba a punto de llorar también.
188
—No puedo animar este fin de semana. —Me acerqué a Kira, poniendo mis manos
sobre los hombros de su top de spandex, mirando seriamente a su cara—. K, tú
estarás a cargo hasta que yo vuelva.
—Las veré luego —dije en voz baja, moviéndome hacia las puertas dobles.
Nos miramos la una a la otra. Entonces me sonrió como una verdadera Smitten
Kitten y entonces me fui a espiar a mi amor. O al menos, el chico que solía ser mi
amor.
Él se echo a reír, pero cuando no lo hice, miró hacia a la calle. ¿Me había roto?
Posiblemente. Después de esto, todo podría derrumbarse. ¿Qué diferencia habría si
estaba usando el uniforme de porrista?
—No lo necesito. —Wow. Soné bastante fuerte… como, monótona, difícil. Christian
se veía un poco asustado, pero yo estaba ansiosa. Entumecida, pero ansiosa.
—Tess…
189
—No estoy grabando nada —dije—. Esto no es una misión. Sólo necesito saberlo
¿De acuerdo? Por mi misma. —Mis ojos picaron, y cuando lo miré, él encontró mi
mirada, mirándome arrepentido. Fue muy amable que él se sintiera muy mal por
mí. Incluso me miró con culpabilidad.
Rodando la ventana hacia abajo. Puse mi cara en el viento. Podía recordar a Aiden
en el discurso de reciclaje cuando yo era una estudiante de primer año. Él presentó
las razones por las que debía salir con él. Y su número uno fue: "Porque ella
ilumina mi vida con su propia marca de sol." Incluso estaba incluido en la lista del
diagrama de flujo detrás de él.
Entonces él salto del escenario y caminó por la sala directamente hacia mí. Yo casi
muero. La gente estaba gritando, aplaudiendo, riendo.
Me giré hacia el escenario y me volví a reclinar en mi silla, hombro con hombro con
Aiden Wilder. El resto de la escuela dejó de vernos y levantó la vista hacia el
Directorl Pelli, que todavía estaba allí de pie, en una especie de shock.
Aiden ladeó su cabeza hacia mí, sin dejar de mirar hacia adelante.
Me mordí el labio, mirando hacia abajo mientras el sostenía su mano hacia mí.
Bueno si eso no era batido de fresa, entonces yo no sabía lo que era. Lo tomé de la
mano… por supuesto que lo hice. Y desde entonces, no lo había soltado. ¿Así que
por qué lo hizo? ¿Por qué Aiden me estaba dejando?
Sollocé.
190
Estaba demasiada angustiada para alejarlo. Aiden salía a cenar con otra chica. Me
pregunto si alguna vez había hecho esto antes. Poner comida en su boca solo con
otra chica.
Después de un largo minuto, Christian llevó sus dedos fuera de mi cuerpo y volvió
a ponerlos donde pertenecían. En el volante. Aparcó en la calle de Aiden y apagó el
motor.
—He traído un par de refrescos, por si tienes sed —susurró Christian, girando la
llave de encendido, de modo que podía poner la radio. Él podría haber estado
tratando de ser romántico ya que tenía a Radiohead12, filtrándose a través de los
altavoces. Estaba segura de que la falda no ayudaba a mantener las cosas
platónicas. Los chicos simplemente no respetaban esto. Los volvía tontos. Justo
entonces, Christian miró mis piernas.
A pesar de que no tenía sed, asentí con la cabeza cuando me ofreció un refresco
de una hielera en el asiento trasero.
Nos sentamos en silencio, escuchando música. Era casi las diez. ¿Podrían todavía
estar en la cena?
Espera.
Casi me tiré la lata de refresco encima. Si estaba engañándome, eso era una cosa
realmente caótica, ¿pero salir? No. No era probable.
—Lo siento. Tienes razón. Sólo quiero decir, no me ha dicho nada acerca de él.
Aparte de que iban a cenar.
12
RadioHead: Banda Inglesa de Rock Alternativo.
191
¡Rayos y centellas! Quería llorar de nuevo. No podía soportar esta montaña rusa
emocional que estaba en marcha. Todo esto era demasiado. Simplemente debería
llamar a Aiden y preguntarle qué estaba pasando. Él me diría. Aiden no me
engañaría. Él nunca lo haría...
Aiden se sentó en su auto por un largo tiempo. Su silueta era visible a través de la
ventana trasera. ¿Qué estaba haciendo? ¿Ella estaba con él? ¡Santo Dios! Iba a
darme un ataque al corazón.
—No lo sé todavía.
Sollocé.
Me puse a llorar, pero no miré hacia otro lado. Sentí los dedos de Christian tocar
mi rodilla, y estaban calientes. Él no debería haber estado tocándome, pero estaba
demasiado asqueada para que me importara. Mi corazón dolía.
192
Miraba por el parabrisas, murmurando para mí, con ganas de acurrucarme
haciéndome una bola. Aiden estaba mirando hacia abajo a Chloe, con las manos en
sus hombros, cerca de las tiras finas de su vestido, mientras hablaban. Hubiera
querido tener audio. Ella estaba toda sobre él, y por lo menos Aiden tuvo el
sentido de no hacer nada en su camino de entrada. Por lo menos tuvo un poco de
respeto por nosotros.
Luego puso su brazo alrededor de su cintura y la llevó lejos del auto para que
pudiera cerrar la puerta.
Me concentré de nuevo en Aiden. Él llevó a Chloe por las escaleras hasta el porche
grande mientras ella se agarraba a él, su camiseta apretada en su puño. La odiaba.
Nunca había odiado a nadie en toda mi vida, pero en este momento, la odiaba. Y si
hablara con ella, le diría lo mismo.
El cien por ciento del tiempo, los hombres engañaban. Pensé que tal vez Aiden
podría ser la excepción, pero seguro como el infierno que no se veía de esa
manera.
Cuando Aiden entró a su casa oscura, apenas iluminada, con Chloe y cerró la
puerta, me tapé la boca con las manos. ¡La había llevado a su interior! Él me estaba
engañando. Estaba demasiado aturdida para moverme.
Era Mary Rudick. Fue como ella cuando se enteró del engaño de Kyle. Me había
convertido en ella. Me había convertido en el significado detrás de SOS.
193
La luz en su habitación del segundo piso se encendió, y mi corazón se rompió
oficialmente.
No.
No.
No mi Aiden. No él.
Lo había perdido todo. Me incorporé y envolví mis manos detrás del cuello de
Christian a medida que continuaba temblando. ¿Qué haría? ¿Qué podía hacer
ahora?
—No llores, Tessa —susurró Christian en mi pelo. Su voz era suave. Me gustó.
—No entiendo —me atraganté a decir, dejándolo ir para limpiar mi cara. Christian
me sostenía con fuerza, y aunque sabía que tenía que apartarme de él, no lo hice.
Me sentía muy sola. Tan muerta.
194
Su rostro era un poco borroso cuando traté de mirar de vuelta a él, parpadeando a
través de mis lágrimas.
Cerré los ojos y negué con la cabeza. Mientras que una de sus manos estaba en mi
cuello, la otra me tocaba la pierna de nuevo. Lo miré, lista para decirle que se
detuviera, cuando él se inclinó hacia adelante, presionando su boca contra la mía.
Me abrazó a él mientras su lengua se deslizaba en mi boca.
—Te he querido desde el primer día de clase —murmuró entre mis labios. Su
mano se movía por mi pierna, pero al momento que sentí que me tocaba,
tocándome en el lugar donde sólo había estado Aiden, lo empujé hacia atrás,
rompiendo nuestra conexión. Espera. ¿Qué estaba pasando?
¡Oh, Diablos, no! Mi mente se aclaró, y me moví a mi lado del auto y lo miré
fijamente, presionándome a mí misma a la puerta. Mi cara estaba en llamas, y mi
aliento salía en jadeos. Había una sensación de hormigueo entre mis piernas, pero
no era porque estaba caliente por él. Me sentí... violada.
Corrí por toda la calle y salté la acera, me dirigí directo hacia la casa de Aiden. No
me importaba si Chloe estaba allí. Ni siquiera me importa si ella estaba desnuda.
Se iba. Aiden era mío. Él era mi Wildcat.
195
Se oyó el ruido de una puerta de auto, y tuve la sensación de que Christian estaba
viniendo tras de mí. Lo más probable era que la puerta de Aiden estuviera cerrada
con llave, así que me giré y corrí al costado de su casa. Llegué al enrejado y
empecé a subir como loca. Mi respiración era tan pesada, sabía que no sería capaz
de hablar cuando lo viera. Y sabía que pasaría por algo terrible cuando los
encontrara juntos. Pero no me importaba. Lo necesitaba. Mi madre perdonó a mi
padre, y yo podría perdonar a Aiden. Él era mi único chico.
No le hice caso y puse mis manos sobre el vidrio frío, deslizando el panel para
abrirlo. El enrejado no soportaría el peso de Christian, así que sabía que no podía
alcanzarme.
—¿Qué mierda estás haciendo aquí? —susurró ella, mirando hacia la puerta
cerrada.
Ricé mi labio. No sólo estaba ella en la habitación de mi novio, sino que me estaba
maldiciendo. Estallé.
Me tomó cerca de un segundo y medio llegar a ella antes de que agarrara su brazo
blanco pálido, tirándola fuera de la cama. Su cabello rubio giró alrededor,
pegándome en la cara mientras la arrojaba al suelo.
Ella miró hacia mí, su vestido de verano amarillo agrupado alrededor de sus
caderas, mostrando sus bragas blancas de encaje. Apreté la mandíbula. Ella no
pertenecía aquí. No la dejaría tocar a mi novio.
—Perra —gritó ella, y me dio un codazo fuerte en la barbilla. Alcé la mano para
ponerla sobre mi cara, sintiendo la vibración a través de mi mandíbula. Sin
196
embargo, al minuto en que levanté el brazo, ella me golpeó duro en el estómago.
Cielos. Estaba pateando mi cola.
—Él es mío ahora —escupió Chloe, poniendo sus manos alrededor de mi cuello
para ahogarme—. Él sabe que estás con Christian.
—¿Estás loca? —le gritó Aiden. Abrí los ojos para ver que se la agarraba del brazo
y la empujaba hacia la puerta—. Pensé que estabas demasiado borracha para ir a
casa, ¿pero en cambio estás asaltando a mi novia?
197
—Oh, nena —dijo, dejando ir a Chloe y avanzando hacia mí—. Estás sangrando,
Tess. —Puso su mano en mi cara y me miró. Apartó el cabello a un lado de mi
cabeza y sentí el alivio deslizarse por encima de mí; también sentí la humedad
correr por mis mejillas. Pero él me estaba mirando en la forma que siempre lo ha
hecho. Él me amaba. Todavía me amaba.
—¿Qué pasó? —preguntó en voz baja, mirando con inquietud entre mi frente —
que ya estaba hinchándose, dada la sensación de ello— y mis ojos—. ¿Por qué
estás aquí?
¡Brillaba con un tono azul especial! Podría tener una conmoción cerebral. Chloe se
limpió la esquina de su boca con el dorso de la mano, comprobando para ver si
estaba sangrando. No lo estaba, pero deseaba que lo estuviera.
—Te está espiando, Aiden —dijo Chloe—. Tu pequeña y dulce Tessa no confía en
ti. ¿Por qué iba a hacerlo? Es evidentemente que no puede confiar.
Aiden sacudió su cabeza y se dio vuelta hacia mí, agarrando una remera de su
escritorio para sostenerla contra mi cabeza. Estaba sangrando. Eso no era bueno,
pero Aiden me estaba cuidando. Sonreí, poniendo mis brazos alrededor de su
cintura.
—Lo siento —le dije, mirando sus ojos verdes. Me sentí inestable, indispuesta—. Te
amo —susurré—. Y no me importa lo que estabas haciendo. Sólo, te necesito
Aiden. Te perdono. —No estaba segura si mi discurso había sido bien pronunciado
porque Aiden apartó la vista de mí, luciendo completamente confuso.
Chloe se rió de nuevo, pero ninguno de nosotros se dio vuelta hacia ella.
—Tess —dijo Aiden—. Chloe me llamó diciéndome que había sido dejada en una
fiesta y necesitaba alguien que la llevara a casa. Entonces la recogí pero ella dijo
que estaba demasiado borracha para ir a casa y que su padre enloquecería. Le dije
que podía regresar aquí hasta que se sintiera mejor.
Él se alejó y tomó mi mano para ponerla en la remera que estaba contra mi frente.
Dejó caer su brazo.
198
Si no estuviera tan mareada, podría explicarlo. Pero mi culo acababa de ser
pateado por una repugnante rubia.
No regañé a Aiden por su lenguaje. A mi también me gustaría saber qué tenía que
ver Christian. Y su hermana.
—Ella estaba con él anoche —anunció Chloe, sonando como una niña malcriada
de cinco años.
—Vete a casa —le dijo Aiden, sin mirarla. Y estaba siendo rudo con ella. Me
gustaba.
—Pero ella estaba con él, A. Justo afuera del auto de él...
—Chloe —dijo con una voz muy controlada—. Por favor vete de mi casa antes que
llame a tu padre para que venga a recogerte.
—No —susurré. Podía decir que estaba enfadado, pero me sentí mejor que en
semanas. Nunca hubo una cita. Todo había sido una mentira, una malvada mentira
tramada.
—Podrías necesitar unos puntos —dijo Aiden finalmente, encontrando mis ojos. Sí.
Definitivamente estaba enojado.
199
—Lo siento —dije de nuevo, queriendo olvidarlo todo. Christian, Chloe, espiar. Sólo
quería a Aiden.
Apretó su mandíbula.
—Aiden.
Él se alejó de mí.
—No.
—No me digas que no maldiga. Voy a patear su trasero. —Miró por la ventana,
mirando hacia la noche—. ¿Él te trajo aquí?
Podía asegurar que el auto de Christian, que era lo que Aiden buscaba en la calle,
probablemente se había ido. Me pregunto si él llevó a su hermana a casa o si ella
había caminado. Esperaba que hubiera tenido que caminar. Podía usar alguna de
las endorfinas del ejercicio.
—No fui a ninguna maldita cena. Y en primer lugar ¿por qué estabas con él? —
demandó Aiden.
Este no era el momento para decirle la verdad sobre SOS. No cuando me estaba
mirando con tan poca amabilidad.
—¿Pensaste que estaba durmiendo con ella? Yo soy... —Se detuvo para apretar su
mandíbula—. No soy mi padre. Nunca haría algo así, Tessa.
—Aiden...
200
—Entonces tú sólo estabas sentada con otro chico en frente de mi casa ¿mirando
mi ventana? ¿Eres Nancy Drew?
—No, pero...
—¿Tú y tus amigas espían mucho a la gente, Tessa? ¿Ahí es donde has estado?
Él se burló.
—Sí. Tú sabes, las últimas noches sin contestar el teléfono. Las extrañas miradas
con el equipo. ¿Has estado...? —Él se detuvo y respiró hondo—. ¿Has estado
engañándome, nena? —Su cara era de absoluto dolor.
—No —dije con energía—. Por supuesto que no. Es sólo que últimamente todo ha
sido tan diferente y estaba triste. Luego escuché algunas cosas sobre ti y Chloe y
me perdí. Aparecimos aquí y cuando ella entró en tu casa empecé a enloquecer.
Estaba lista para irme a casa pero entonces Christian me agarró y empezó a
besarme, pero...
—Espera —dijo Aiden, sus ojos estrechos en dos rayas. Me congelé. Esto era malo.
Realmente malo. Necesitaba retroceder.
—¿Puso tus manos en ti? —preguntó tranquilo. No debería estar tranquilo. Eso era
extraño.
—Sí —dije, tratando de igualar su tono sometido—. Sus manos, sus labios, su
lengua...
—¿Lo dejaste poner su lengua en tu boca? —Aiden estaba muy pálido. Caminé
hacia él pero él levantó sus manos y cruzó el cuarto para alejarse de mí. Mi
estómago se dio vuelta.
¡Gran Scott! Cien por ciento. Era verdad, sólo que Aiden no era quien necesitaba
ser investigado, era yo. Le había regresado el beso a Christian, sin importar cuán
equivocada estaba; mi boca también estaba en su boca. Quise lavarla.
201
—Tessa —gritó Aiden, mirándome—. ¿Por qué lo harías? —Puso sus dos manos en
su cabeza—. ¿Qué demonios? ¿Por qué lo dejarías hacer eso? ¡Oh, por Dios!
Analizó el cuarto con su mirada, luego se giró de nuevo hacia mí, dejando caer sus
manos contra la pared e inclinándose hacia ella. Dejó caer su cabeza mientras
pequeños quejidos escaparon de él. Todo mi cuerpo dolió, y no sólo donde Chloe
me había golpeado. Aiden estaba llorando, sus hombros temblando violentamente.
Y era mi culpa.
Por supuesto que lo amaba. Me acerqué y lo abracé desde atrás, apoyando mi cara
en su espalda.
—Te amo, Aiden. Tanto. Y estaba devastada cuando a SOS le llegó el mensaje
sobre ti y Chloe...
—¿Qué es SOS?
¡Maldición! Este no era el momento para decirle, pero no podía seguir mintiéndole.
No después de todo esto.
Apretó su mandíbula.
Tiempo de hablar.
—Investigamos a infieles.
202
—¿Investigan?
—Sí.
—Bueno, después de que Kyle la engañara, ella fundó una especie de club. Cuando
una chica cree que su novio la está engañando, nos manda un mensaje. Nosotras...
investigamos a hurtadillas y lo averiguamos para ellas.
—Si alguien más me hubiera dicho esto, diría que están locos. Pero eres tú. No sé
por qué entraste, pero no me gusta. ¿Espías gente?
Sonaba decepcionado.
Agaché la cabeza.
—Sí.
—¿Después qué?
—Bueno, las chicas, Leona les da un informe del infiel y las dejamos decidir sobre
qué hacer.
Aiden sacudió su cabeza. Era un montón para asimilar. Podía entender eso.
—No —dije, estirándome hacia él de nuevo. Me dejó poner mis manos alrededor
de su cintura, pero no hizo ningún movimiento para tocarme.
—Sólo fue esta noche. Alguien me mandó un mensaje diciendo que estabas
viendo a Chloe. Yo...
—¿Y nunca se te ocurrió que podría ser ese idiota? ¿O su hermana? ¿O sólo
alguien enfadado contigo? Sólo lo creíste. Wow, Tessa. Wow.
203
—No quise creerlo —susurré—. Las cosas entre nosotros sólo habían sido tan
diferentes últimamente. Pensé...
—Por ti —dijo en voz alta Aiden—. Siempre estabas ocupada, Tessa. Distante. No
sabía qué pasaba. Estaba tratando de darte espacio, pero no pensé que fueras a
empezar a salir con otro.
—Y esa mierda de SOS. No puedo empezar a entender todas las maneras en que
está mal. Por Dios. ¿Entraron ilegalmente en las casas de las personas?
—Ocasionalmente.
Uh-oh.
—Dos años.
Su cuerpo se tensó.
—¿Dos años? Has estado... ¿Has estado husmeando por dos años? ¿Toda nuestra
relación? —Su voz estaba controlada, pero yo sabía que él quería gritar. Su cuerpo
había empezado a temblar. Yo, por otro lado, estaba al límite de ponerme enferma.
Mi cabeza dolía seriamente.
—Sí —murmuré. Quería que esto terminara. Quería que empezara a curar.
Empezando por mi frente.
Aiden jadeó.
—Espera. ¿Tuviste algo que ver con que Caleb y su novia rompieran?
No me moví. Sí, tuve algo que ver, pero, quiero decir, él la estaba engañando. No
era una víctima inocente o algo.
—Contéstame —dijo Aiden, me tomó por los brazos y alejó mi cuerpo del suyo. No
quería que lo tocara más.
Asentí. Su expresión era una mezcla de dolor y furia, llevó sus manos a su cara y se
la frotó.
204
Su voz era tranquila, dañada. Corazón roto. Pero yo estaba aquí. Nosotros
estaríamos bien.
—Te amo —murmuré. Había un nuevo dolor en mi pecho. Uno diferente del que
había sentido más temprano. Este era peor, porque era mi culpa. Yo había hecho
este desastre. Yo.
Los ojos de Aiden se suavizaron un poco cuando me miró. Estiró su mano para
recorrer mi mejilla con sus dedos, tan cuidadosamente que casi lloro. Pero luego
delineó mis labios con su pulgar, despacio. Tragó con dificultad.
—Lo dejaste tocarte aquí —susurró—. Y ahora... —Su pulgar se detuvo en la mitad
de mi labio—. Nunca más podré besarte.
Cayó. Mi estómago cayó cuando sus ojos se cristalizaron y luego movió su mano y
se separó de mí. Caminó a través de su cuarto, y yo traté de respirar. No estaba
segura de poder. Escuché la puerta de su dormitorio abrirse.
No podía girarme. Por favor. Que esto no sea verdad. Déjenme despertar. Por
favor.
—¿Tessa? —Estaba suplicando. Quería que me fuera. Esta era la advertencia antes
de que se convirtiera en grosero.
Parpadeando rápido, me giré hacia él. Miraba más allá de mí, a la pared sobre mi
cabeza. No iba a perdonarme.
Mis labios temblaron y quise agarrarlo. Pero él puso sus manos en mi espalda y me
empujó con cuidado por la puerta. Me condujo hacia abajo y me dejó en el porche
delantero. Ni siquiera me miró antes de cerrar la puerta, trabarla y dejarme afuera.
Sola.
205
SOS
ACCIÓN DISCIPLINARIA
Traducido por Vannia
Corregido por Paovalera
DE: Leona
PARA: Kira
Has violado una o más de las reglas de SOS y por lo tanto has sido sujeta a una
acción disciplinaria. Por la presente se te suspende a una misión por violación de
la(s) regla(s) marcada(s) a continuación:
Otras:
SOS
Textos: 555-0101
206
Capítulo 16
Traducido por Mona y Sheilita Belikov
Corregido por Paovalera
Kira me había recogido como a una cuadra de la casa de Aiden y había conducido
directamente al hospital Good Samaritan. Cuando llegamos allí, las paredes azules
de yeso estaban llenas hasta el tope con pacientes. Pero las enfermeras me
evaluaron rápidamente. Probablemente porque yo todavía estaba en uniforme.
Necesitaba una sutura, pero afortunadamente, no tenía una conmoción cerebral. Y
aunque le pregunté, si no había medicinas para un corazón roto.
—No estoy tratando de ser entrometida —dijo Kira desde la dura silla de plástico a
mi lado—. Pero, ¿qué pasó exactamente cuando Christian y tú estaban en su auto?
No quería decirle. Yo había pasado por alto los detalles la primera vez por una
razón. No, todo lo que quería escuchar ahora era la tos de los pacientes y el
zumbido de los monitores.
207
Me burlé.
—Besé a Christian —le dije, girando para mirarla fijamente—. Estaba molesta y
engañé a Aiden. ¿En qué tipo de persona me convierte eso?
—Te hace una persona normal, Tessa Crimson. No puedes estar en tu sitio todo el
tiempo. Cometiste un error. Aiden lo superará.
Ella volvió a doblar el vendaje y aplicó presión. Ella era demasiado buena conmigo,
pero estaba equivocada. Aiden nunca me perdonaría. Lo vi en sus ojos esta noche.
—No te merezco —dije, sintiendo que era verdad—. No merezco ser una Smitten
Kitten.
—¿Estás bromeando?
—El año pasado cuando yo estaba saliendo con todos esos jugadores de fútbol,
¿quién me dijo que era más que un buen trasero?
La miré.
—Lo hice.
—¿Y quién salvó a Leona de aquella pelea de gatas en la piscina con Lucy McGill
después de que Leona la llamara gorda?
—Yo.
—¿Quién le dijo a Izzie que ser adoptada era mejor que tener padres normales,
porque eso significaba que ellos la habían escogido cuidadosamente? —Asentí. Vi
lo que Kira estaba haciendo, pero no serviría de nada. Tenía la culpa tan
profundamente en mi piel que no sabía si alguna vez podría animarme.
Kira se inclinó hacia abajo, poniendo sus manos a ambos lados de mi silla.
Se acercó a mi rostro—. ¿Y quién —sus ojos comenzaron a lagrimear—, estaba allí
para mí cuando mi papá se marchó?
208
Lloriqueé.
—Yo.
—Y eso es porque tú eres una gran persona. Eres la reina de las abejas por una
razón.
—Tessa Crimson —una enfermera llamó, desde la sala de Triaje. Volteé y asentí a
Kira.
—No hay problema, Tess. Sólo recuerda, una Smitten Kitten siempre aterriza en sus
pies. —Ella tomó mi brazo y me ayudó a levantarme, luego me siguió hasta el
cubículo.
A pesar de ser un día de juego, el viernes fue fácilmente el segundo peor día de mi
vida. Tenía una bandita sobre un lado de mi frente, que no era para nada linda. Ni
siquiera era de color rosa. Y tenía una magulladura sobre mi mandíbula donde
Chloe me había golpeado.
Lo único bueno fue cuando vi a Chloe, ella tenía un ojo morado y un pequeño
rasguño sobre su mejilla. Eso me hizo sentir un poco mejor. Las Smitten Kittens
estaban al borde, observando multitudes, manteniendo nuestros oídos en la tierra.
Christian seguramente lo contaría en la escuela. Si no, su hermana no perdería la
oportunidad. Pero ninguno de los chicos hizo más que su habitual mirada
embobada. Nadie incluso parecía haberse enterado acerca de Aiden y yo.
209
Saqué mi bolígrafo y dibujé corazones en mi cuaderno, sin mirarla. Yo era un
desastre. Había un verdugón color púrpura cosido en mi frente, mi falda de
porrista estaba arrugada, y la pintura de mis uñas del pie estaba estropeada. Ni
siquiera me había molestado en amarrar mi cabello. Yo era una pobre excusa para
una capitana. Kira suspiró.
—Tessa —dijo ella—. Todo saldrá bien. Aiden todavía es crema batida, lo sé.
Sacudí mi cabeza.
—Él me odia.
Kira miró sobre su hombro hacia la parte posterior de la clase y luego se inclinó
hacia mí.
—¿Crees que Christian va a contarle a todos sobre SOS? —Su voz era inestable. No
la culpo por estar nerviosa. Kira todavía se preocupaba por su vida social, y ella
todavía quería tener citas. Si nos marginaban, ambas cosas serían aplastadas. Pero
me importaba un comino. Por lo menos acerca de las citas.
—No sé si lo va a decir —le dije, en voz baja—. Pero Chloe probablemente lo hará.
—¿Ella lo sabe?
Kira y yo lo miramos.
—Lo siento —dijo Kira y sonrió. Cerré mis ojos y suspiré. Yo estaba total y
absolutamente sin espíritu. Sólo quería que la clase terminara. Había una pequeña
posibilidad de que Aiden estuviera en mi casillero y había una oportunidad aún
más pequeña de que él quisiera hablar conmigo. Después de todo, mi madre había
perdonado a mi padre. ¿No podía Aiden perdonarme? Después de historia, había
210
dejado Kira para caminar en sentido contrario por el pasillo cuando alguien tocó
mi codo. Me di la vuelta, sorprendida.
—Quiero pedirte disculpas —dijo. Mis ojos se sentían pesados. Lo mismo hizo mi
corazón.
—¿Que yo qué? —Christian se lamió los labios, mirando los míos. ¡Qué asco! ¡Sólo
en sus sueños! Su boca nunca me tocaría de nuevo.
—¡Ew, no! —Lo empujé hacia atrás, y algunas personas voltearon a mirarnos.
Estábamos atrayendo rápidamente a una multitud.
—¡Fuiste tú! ¡Todo el tiempo eras tú, orquestando todo! —Yo estaba gritando. Yo
estaba gritando en la escuela y no estaba en el gimnasio.
211
La boca de Christian estaba abierta, sorprendido probablemente de que yo le
gritara, avergonzado de que todo el mundo nos estuviera mirando. Pero yo no
estaba dispuesta a parar allí.
—Lo siento —dijo en voz baja, con timidez—. Realmente me gustabas. Pensé que
si…
—¡Eso no es excusa! —Lo empujé hacia atrás de nuevo. Se tambaleó—. Estoy tan
harta de ti ahora mismo. —Y lo estaba. Lo mire de arriba abajo, mi ronroneo se
transformó en un susurro.
—¡No puedo creer que tu lengua estuviera alguna vez en mi boca! —La
muchedumbre en conjunto jadeó. Bien, si ellos no sabían de Aiden y de mí antes,
seguramente lo hacían ahora. No me importaba. Ya había terminado con los
secretos—. Mantente alejado de mí —le dije sin lugar a dudas.
Christian parecía aplastado, y por un segundo, me sentí mal por ello. Como si
hubiera roto su corazón. Pero entonces recordé cómo su mano se había deslizado
debajo de mi falda mientras yo lloraba. Idiota. Grandísimo estúpido idiota.
Giré, dándole la espalda y caminé entre la multitud. Pisando muy fuerte por el
pasillo y me dirigí a la clase de Aiden. Él tendría que hablarme. No lo dejaría
ignorarme. Algunas personas murmuraban mientras caminaba junto a ellos. Mi
reputación estaba arruinada, y tal vez al final del día, ellos también sabrían acerca
del SOS. Bajé al pasillo de inglés y lo vi.
—Lo siento por eso —contestó. Sus ojos verdes parpadeando sobre mi bandita—.
Escuché que necesitaste algunos puntos de sutura.
212
¿Se enteró? ¿Él estaba preguntando por mí? Eso era dulce.
—Obtuve uno —dije, tratando de sonar linda, de la forma en que solía gustarle.
Aiden se mordió el labio, mirándome, tranquilo y sereno. —Tessa —dijo, bajando
la mirada—. Creo que necesito un tiempo.
—¿Un tiempo?
Aiden miró mis labios, pero luego apretó la mandíbula y miró más allá de mí. Me
pregunté si estaba imaginando la boca de Christian allí.
—Ya no puedo estar contigo —dijo—. No después de... todo. Todas las mentiras.
—Sacudió la cabeza.
—Pero…
No quería llorar en medio del pasillo, pero sentía que necesitaba defenderme.
Quería que Aiden entendiera.
Dirigió bruscamente sus ojos verdes a los míos, retrayendo su boca en una mueca
de desprecio.
—No —dije, pero cuando extendí la mano hacia él, dio un paso atrás. Lejos de mí.
Parpadeé con rapidez, tratando de evitar que las lágrimas se derramaran. Tenía que
213
ir a casa ahora. Mi vida acababa de ser completamente apaleada. Aiden no me
quería. El chico ya no me quería.
Christian y Chloe no dijeron nada sobre la SOS. Ni siquiera estaba segura de que
Chloe supiera toda la historia. Pero si lo hacía, estaba manteniendo su carnosa
boca cerrada. Tal vez se sentía avergonzada. Avergonzada de que Aiden no la
quisiera. Incluso sin mí en su vida, seguía sin querer su cara ceñuda.
214
Miré a través de la bulliciosa cafetería a Aiden. Al mismo tiempo, él levantó su
adorable cabeza rubia. Su boca se abrió cuando nuestros ojos se encontraron, pero
luego bajó la mirada, fijándola en su bandeja. ¿Todavía me amaba? ¿Me extrañaba?
—¿Tess? —preguntó con cautela—. Hemos estado recibiendo textos. Algunos para
la SOS. Pero... las cosas no han ido bien.
Leona resopló. La miré y ensanchó los ojos, haciéndome saber que las palabras de
Kira eran un eufemismo.
—Um...
—No bien como que Izzie casi fue arrestada —habló Leona—. Y rompí mis lentes.
—Sin ti, Tess, somos un desastre detectado. De hecho… —señaló hacia la mesa—…
¡Kira terminó besuqueándose con el sospechoso! ¡Otra vez!
—Todavía te ama —me dijo Kira, como si supiera que mi verdadero trauma estaba
cerca. Sonrió, con sus hoyuelos marcándose más—. Aiden volverá.
Era encantadora por decirlo, pero no estaba tan segura. Un chico como Aiden no
andaba por la vida de soltero. Alguien pondría sus garras en él. Y probablemente
no se besuquearía con otro chico en un coche frente a su casa. Confiaría en él. Yo
desearía haberlo hecho.
215
—Tess. —Leona me lanzó una papa frita marchita—. Cuidado, Christian viene hacia
aquí.
Kira tosió cuando Christian llegó a nuestra mesa. Él me miró, con las manos en los
bolsillos de sus pantalones color canela. Ni siquiera podía soportar mirarlo.
Tampoco podía la mitad de la clase de tercer año. Los rumores en los pasillos eran
que Christian había estado conspirando para robarme desde el principio. Algunos
incluso afirmaron que Christian era un infiltrado de los Ducks para frustrar los
playoffs al meterse con el jugador estrella de los Wildcats. Sabía que no era el caso,
pero no me molesté en corregir a nadie. Me alegraba que fuera un leproso social.
—No. No puedes —contestó Kira por mí. Me encantaba cuando se ponía un poco
hostil. Era adorable. Sonreí para mis adentros y bajé la mirada a la mesa,
sintiéndome un poco mejor.
—Está bien —dijo Christian, sonando deprimido—. Es para todas ustedes de todos
modos. Sólo quería que supieran que no voy a decir nada sobre la SOS. Me doy
cuenta de que lo que hice estuvo mal. Yo... —Hizo una pausa y me preguntaba si
había admitido todo lo que había hecho. Me incliné hacia él.
216
—Pero no lo hicimos por los estúpidos playoffs —dijo Christian, retrayendo la boca
con molestia—. Y Chloe no sólo lo hizo por Aiden. Lo hizo por mí. Las cosas han
sido difíciles para nosotros últimamente y estaba tratando de ayudar.
—Ella no está hablándome tampoco —le replicó él a Leona—. No tengo nada, ¿de
acuerdo? Cometí un error y lo siento. Sólo... sólo quería que lo supieran.
—Está bien, gracias. Adiós —dijo Leona. No era de las que sentían pena por la
gente, pero eso estaba bien. Mis chicas me respaldaban. Debería haberles dicho lo
que estaba planeando hacer con Aiden. Me habrían puesto en el buen camino.
Christian se quedó un minuto, pero no levanté la vista hasta que oí que se alejó
arrastrando las sandalias. No se quedó en el comedor; en lugar de eso se marchó.
Me sentía mal por él, de verdad. Pero no quería volver a hablar con él, no después
de todo lo que había hecho.
217
restaurante. Kira y Leona habían dicho que se encargarían de la sociedad, pero
después del mal desarrollo de las últimas misiones, habían acordado que era
tiempo de dejar ir la SOS.
Leona redactó una última carta y me dejó revisarla antes de enviarla. Luego
escondimos todos nuestros viejos equipos y archivos en un garaje en el rancho de
los abuelos de Izzie. A pesar de que la SOS se había terminado, no teníamos el
valor para deshacernos de las cosas. Por lo menos, todavía no.
Chloe se unió a un nuevo grupo. Ella y Christian parecieron arreglar las cosas
cuando él empezó a sentarse con ella otra vez en el almuerzo. Su grupo estaba
formado por otros estudiantes de segundo año que no eran tan temperamentales
como ella. Esperaba que pudieran darle un poco de orientación en el
departamento de actitudes. Sin duda la necesitaba.
Sin embargo, los Wildcats jugaron bien. Nuestro equipo había llegado a los
playoffs por primera vez en tres años, y como capitana de las Smitten Kittens,
debería haberme puesto eufórica. Pero no fue así. Habían pasado cuatro semanas,
y mi ex-novio aún no me hablaba. No había nada inspirador en eso.
Ni siquiera estaba segura de ser capaz de dirigir las porras para el gran partido. Ya
no estaba segura de nada.
218
SOS
CULMINACIÓN DE SERVICIOS
Traducido por Niii
Estimados Clientes,
SOS agradece todos sus años de referencias y donaciones. Esperamos haber hecho
de la preparatoria un lugar más seguro para sus corazones.
Sigan sonriendo,
SOS
Textos: 555-0101
219
Capítulo 17
Traducido por kathesweet
Corregido por Paovalera
― Si te hace sentir mejor, Tess, Aiden se ve como una mierda. ―Kira sonrió en
una muestra de apoyo. El gimnasio rugió a nuestro alrededor cuando los Wildcats
corrieron de una esquina de la cancha a la otra durante la ronda final de los
playoffs. Pero Aiden parecía cansado, driblando el balón con menos energía.
Animar en los playoffs había sido difícil. Era bueno que este fuera el último juego.
Mi autoestima estaba en el desagüe. Era un modelo a seguir horrible, y aún peor,
era una infiel. Más o menos. Quiero decir, seguro, había sido manipulada, pero
nada excusaba el hecho de que mis labios rosa pasión estuvieron sobre la boca de
alguien más que mi novio. Incluso usé mi lengua. Asqueroso.
Dejé caer mi cabeza, mirando abajo a la madera brillante del piso del gimnasio. Mis
pompones colgaban sin vida a mis costados. No había porra que pudiera
ayudarme ahora.
¿Por qué había sido tan rápida en pensar que él estaba engañándome? Mi
sospecha había ido de cero a sesenta en un nanosegundo. Seguro, estaba SOS y el
historial de infieles, pero Aiden no tenía un historial. Quizás simplemente nos
habíamos apartado. Sollocé.
220
Nunca alejaría su cabello húmedo de su cara de nuevo. O escucharía sus tiernos
susurros en mi oído mientras masajeaba mis hombros. Lo arruiné completamente.
Mi vida era un desastre.
―Tess ―llamó Kira, golpeando mi hombro con un pompón color gris y granete.
Hubo un chirrido distinto mientras mis pies en zapatillas cruzaban los tablones
hacia la mitad de la cancha. Demasiado pronto fue seguido por el sonido de otros
ocho chirridos. Miré a la multitud. Estaban emocionados. La gente en realidad
había pintado sus caras para verse como gatos. Normalmente, eso me habría
hecho sonreír. Pero ahora, sólo podía forzar una sonrisa.
Repitieron.
221
Mis zapatillas dejaron un sonido alegre ciertamente adorable mientras volvía a las
líneas laterales. La multitud estaba canturreando, “¡Sex Kittens!”. Probablemente
deberían haber estado diciendo, “¡Wildcats!” o incluso, “¡Smitten Kittens!” Pero de
lo qué importaba, al menos estaban haciendo ruido.
Me dejé caer con las piernas cruzadas sobre el suelo y doblé mis manos
delicadamente sobre mi regazo. Mi escuadra caminó hacia mí observándome como
si estuvieran asustadas de que pudiera sacar una navaja y asesinarlas en cualquier
segundo. Fui consciente de que todas se sentaron a al menos un metro de mí.
Los jugadores tomaron la cancha, algunos riendo. Aiden me lanzó una mirada,
todavía con los ojos bien abiertos. Casi le sonreí, pero él alejó su mirada antes de
que pudiera. El árbitro regordete se paró entre Dwayne y un Duck. Estaba
levemente divertida de que el jugador rival en realidad se pareciera a su mascota.
Los Ducks eran tan patéticos.
Aiden estaba lento. Observándolo ahora, me di cuenta de lo acertada que fue Kira.
Él se veía como una pila de terrones de azúcar. Su camisa ni siquiera estaba
metida.
Los siguientes veinticuatro minutos fueron una masacre. Los Wildcats sólo
anotaron doce puntos. Los Duck habían anotado cuarenta y ocho. Cuando la
campana de medio tiempo finalmente sonó, el gimnasio entero dejó escapar un
suspiro de alivio. Simplemente había cierta cantidad de dolor que un grupo de
espectadores demasiado ansiosos podía aceptar.
―¿Sí?
―Um. ¿Tienes una porra específica en mente para el medio tiempo? ―Se veía
asustada. Me di cuenta que nunca me había escuchado maldecir antes. Debo
haberme hecho ver bastante dura.
222
―K… ―Me detuve y miré al resto de la escuadra. Habían perdido la fe en mí. Había
sido una completa depresiva por semanas y, como resultado, las Smitten Kitten
habían perdido su ronroneo. SOS estaba muerto. Sólo había una cosa por hacer.
Hacerme a un lado―. Lidera tú ―le dije a Kira, levantando mi barbilla hacia ella.
Jadeó. Luego el resto de la escuadra jadeó. Bueno, excepto Leona. Ella dijo algo
más cercano a: ―Debes estar bromeando.
Kira empezó a alegrarse y sonreí. Ella se merecía este momento. Había sido leal
todo este tiempo. Había sido engañada, había perdido a Christian, y aun así, nunca
dejó que eso afectara su animación. Debería liderar el gran juego.
Me miraron simpáticamente. Yo era una Kitty triste. Podían ver que necesitaba un
descanso. Con un abrazo rápido, Kira me agradeció y corrió entusiasmadamente
hacia el centro de la cancha mientras los jugadores se iban a los vestuarios.
La verdad era, no había razón para que estuviera más aquí. De hecho, seguramente
yo era la razón de que Aiden estuviera arruinándolo. Probablemente estaba
deseando que me fuera. Nunca me perdonaría, y mucho menos hablaría conmigo.
Iba a ponerme de pie cuando sentí una mano sobre mi hombro. Giré sobre mi
trasero y me encontré de frente con la entrepierna de Christian. Mis labios se
curvaron.
223
―Tienes razón. No quiero.
Fruncí mis labios. Joder. No podía creer que hubiera caído por sus mentiras. No
podía creer que supiera a qué sabía él.
―¿De verdad?
Su sonrisa titubeó.
―Como el cristal.
224
Mis cejas se juntaron. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué no estaba involucrado en la
charla de medio tiempo del entrenador? Mientras más cerca estaba, la voz de Kira
se desvanecía mientras ella lo observaba dar zancadas al lado de la escuadra.
Oh. Dios. Mío. Estaba caminando hacia mí. Yo todavía estaba de piernas cruzadas
sobre el suelo, con mi error de besuqueo cerniéndose sobre mí.
La cara de Aiden estaba roja. ¡Santa boca de dragón! El chico parecía molesto.
Parecía…
Giré mi cabeza para mirarlo justo cando un puño conectó con su mandíbula con un
sonido fuerte. Grité, mis ojos siguiendo la longitud del brazo bronceado que
estaba atado al cuerpo de Aiden.
―Qué…
―Tú… golpeaste a alguien allí ―le dije a Aiden mientras él resollaba en frente de
mí. Fue todo lo que pude pensar en decir.
―Lo sé.
225
―También sé eso. ―Aiden volvió a mirar a los bancos, donde Christian estaba
sosteniéndose la mandíbula, observándonos―. ¿Quieres ir a ayudar a tu novio?
―preguntó en voz alta.
―¿De verdad? ―Aiden puso sus manos sobre sus caderas―. ¿Qué? ¿Rompieron o
algo así?
Aiden pareció considerar eso. Se acercó más a mí, usando la parte posterior de sus
palmas para limpiar el sudor de su frente.
Sacudí mi cabeza.
―No. Nunca.
Reí.
―Tal vez.
226
―Me mentiste, Tess ―dijo con seriedad―. Me mentiste mucho.
Miré sobre mi hombro hacia las gradas. Mi madre estaba sentada allí con una señal
de los Wildcats en su regazo y su mano sobre su boca. Mi padre inclinado hacia
adelante, sus codos descansando sobre sus rodillas mientras nos observaba.
Cuando me vio notarlo, saludó. Luego miré a la mamá de Aiden, casi esperaba que
estuviera sosteniendo una señal “Hasta la vista, Tessa” pero parecía solidaria hacia
nosotros. Quizás las cosas habían cambiado.
―Tessa. ―Se detuvo―. Te perdono. ―Cuando lo miré, sus hermosos ojos verdes
estaban vidriosos.
―Pero…
Mi corazón se hundió.
Él me miró.
―No sé si podamos arreglar esto. Estoy… herido, nena. Estoy tan herido.
Quería hacerlo mejor, rebobinar el tiempo y borrar lo que había hecho. Pero todo
lo que pude hacer fue tratar de sonreír.
―Siempre eres tan valiente ―dijo con adoración―. Siempre sonriendo para mí.
227
―Porque me haces feliz ―balbuceé, no queriendo que me dejara.
Quería rogar, pero no lo hice. Porque sabía que necesitábamos tiempo para
resolver las cosas si esperábamos resolverlas en absoluto. Esta era mi oportunidad
de descubrir quién demonios era realmente, porque ya no estaba segura. Había
sido una Smitten Kitten, una operativa de SOS, una hija perfecta, y la novia de
Aiden. Pero ahora necesitaba encontrarme.
―Tienes razón ―dije finalmente―. Creo que más tiempo separados es una buena
idea. ―Y rompía mi corazón decirlo.
Aiden cerró los ojos, sus fosas nasales llameando mientras estaba de pie frente a
mí, respirando y con la cabeza gacha. Hubo un par de gritos de la audiencia, cosas
como: “Bésala” y “Vuelve al juego”. Era lindo de su parte preocuparse. Aiden y yo
habíamos sido perfectos juntos. O casi perfectos.
Él rió.
―Algo así.
Alguien empezó un aplauso lento. Levanté mi mirada para ver a mi papá de pie,
golpeando sus manos ruidosamente. Mi madre se paró a su lado y se unió. Pronto
el gimnasio completo estaba animándonos, aplaudiendo el rompimiento más triste
en la historia de los rompimientos. Y aun así sabía que estaba bien. Aún apartados,
Aiden y yo todavía podríamos amarnos.
―Oye. ―Aiden se inclinó más cerca, sonriendo, mirando de soslayo hacia los
bancos―. Dame un beso ―susurró―. Ya sabes, para la multitud.
Lamí mis labios más-que-ansiosos y me elevé sobre las puntas de mis pies para
presionarlos contra los suyos. Estaba tan feliz de que hubiera tocado mi boca otra
228
vez que agarré su camisa en mi mano y lo acerqué más. Aiden y yo nos besamos,
justo allí en el centro de la cancha. Como espectáculo de medio tiempo.
La multitud estalló. Era tan fuerte que tuve que estirarme y cubrir mis orejas. Aiden
rió y me soltó, dándole a la multitud doble pulgares arriba. Luego se giró de nuevo
hacia mí.
―Gracias.
Justo entonces, la puerta del vestuario se abrió y sonó fuertemente contra la pared
de cemento del gimnasio. El Entrenador Taylor salió pisando fuerte. Mi corazón se
aceleró. Algo me dijo que él podría estar un poco enojado con Aiden. Cuando nos
alcanzó, cruzó sus brazos rechonchos sobre su pecho y miró.
―¿Qué pasa? ―El Entrador Taylor parecía listo para saltar―. Oh, no sé, hijo. ¿Qué
hay del hecho de que abandonaste mi discurso, atacaste a otro estudiante, y estás
haciendo un espectáculo en el centro de la cancha durante el medio tiempo? ¿Es
eso suficiente?
Aiden rió.
229
ásperamente, tirando hacia arriba y ajustando la pretina de sus caquis―. ¿Crees
que voy a permitir que mi jugador estrella sea echado de las finales?
Estaba contenta de que sus prioridades estuvieran en orden. Los playoffs estaban
primero.
―No, señor.
—Entonces ―dijo Kira, golpeando mi cadera con su pompón―. ¿Qué fue esa
sesión de besuqueo? ¿Todavía van a romper y esa mierda?
―Kira. Lenguaje.
―Bienvenida, Tessa. Las Smitten Kittens te han extrañado muchísimo. ―Chica lista.
Había estado probándome.
Envolví mis manos con pompones a su alrededor y le di un abrazo. Era una amiga
genial y ―por el resto de la temporada― capitana. Aun cuando la temporada
terminaba esta noche.
―Muy bien ―anuncié mientras me echaba hacia atrás―. Vamos a ganar este
juego con nuestro espíritu escolar.
230
Ella saltó de arriba abajo. El resto de las chicas se unió a nuestro entusiasmo, y la
escuadra estuvo en plena vigencia. Incluso Leona estaba sonriendo.
Veinte minutos y quince porras después, los Wildcats perdieron por tres puntos.
Fue decepcionante, pero estaba bastante segura de que Aiden y yo aún estaríamos
de buen humor. Mientras el entrenador sacudía su cabeza en la línea, Aiden siguió
mirándome y saludando. Él era crema batida, aún si ya no me pertenecía.
Me tomaría algo de tiempo, revaluaría mis metas. Quizás inventaría algunas porras
nuevas. Y entonces, quién sabía lo que sucedería.
Siempre habría tiempo para Aiden. Después de todo, las Kittens tienen nueve
vidas.
231
SOS
BAJO NUEVA ADMINISTRACIÓN
Traducido por Niii
Corregido por Paovalera
E
stimados Clientes,
Si su novio está actuando de forma sospechosa, envíe un texto con una solicitud
de infiel a nuestro número 555-1863, pero sea específica. Para atraparlo en el acto,
necesitaremos saber exactamente con quién está involucrado. Una vez más,
estamos emocionadas de ayudar a las chicas de Washington High en su búsqueda
de un novio decente. En estos momentos estamos actualizando a los sujetos en
nuestra Lista Traviesa, así que envíen un texto con cualquier información
importante.
Existe ahora una tarifa por nuestros servicios, pero con motivo de nuestra gran
reapertura, ofreceremos un 50% de descuento a los primeros diez clientes.
SOS, XOXO.
SOS
Textos: 555-0101
232
Siguiente Libro
So many boys
Luego de su rompimiento en medio de la
cancha con Aiden, Tessa deja a SOS detrás
de ella. Despues de todo, ¡los infieles
nunca prosperan! Ahora ella está ocupada
trabajando en su "relación de imitación"
con Aiden y negociando en las poco
familiares aguas de "técnicamente soltera
y seudo-saliendo".
233
Sobre la Autora
Suzanne Young
Suzanne Young vive actualmente en Portland, Oregon,
donde usa el clima lluvioso como una excusa para
quedarse en casa y escribir obsesivamente. Después de
conseguir su diploma en escritura creativa, Suzanne pasó
varios años enseñando lenguaje de las artes en la escuela
media. Ahora puede ser encontrada en casa persiguiendo
a sus dos niños y perros de pobre comportamiento y
escribiendo novelas para adolescentes. Puedes visitarla
online en www.suzanne-young.blogspot.com
234
Créditos
Moderadoras:
Niii
Kathesweet
Staff de Traducción
Auroo_J Lizzie Paovalera
Aylinachan Lola_20 Sheilita Belikov
carmen170796 Lore_Mejia Susanauribe
Dai Lorenaa Vannia
Dani Mari NC Vettina
Kathesweet Mona Xhessii
Liseth Johanna Niii Zeth
Little Rose Paaau Zulex
LizC Panchys
Staff de Corrección
★MoNt$3★ Mlle_Janusa
BrendaCarpio Niii
Lizzie Paovalera
Maggih Xhessii
235
http://bookzinga.foroactivo.mx/
236