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discriminación laboral (art. 1 inciso 1°, 19 N°2 y 16, inc. 3, CPR) y el derecho a la honra
personal (art. 19 N° 4, CPR).
Señala que hay un atentado a la integridad psíquica toda vez que como producto
del hostigamiento sufrido debía laborar en un ambiente claramente hostil, lo que se
manifestaba en el trato humillante ya relatado, lo que unido a las condiciones
particularmente ignominiosas en que ocurrió, determinan una grave lesión moral y un
menoscabo que causan una evidente afección psicológica. Se transgrede el derecho a la
no discriminación desde luego por el acoso laboral de que fue objeto. La doctrina está
conteste en que la conducta de acoso o mobbing es de suyo una forma de discriminación.
Se afecta la igualdad de oportunidades, de respeto y de trato que merezco en mi calidad
de trabajador. El derecho a la no discriminación se encuentra amparado a nivel
constitucional en el artículo 19 de la Constitución, en su inciso primero que dispone: "Las
personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos"; en el artículo 19 N°2 que dispone
que "La Constitución asegura a todas las personas: N°2 La igualdad ante la ley"; y,
específicamente en el ámbito laboral, en el artículo 19 N°16, al disponer que: "Se prohíbe
cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad personal". Es
claramente discriminatorio no sólo el trato humillante dispensado sino también la
arbitraria, inexplicable y unilateral rebaja de remuneraciones sufrida desde la asunción
como administrador del Sr. Campos.
Finalmente se vulnera gravemente el derecho al honor personal, toda vez que fui
acusado de ser responsable de robo, sin ningún fundamento mínimamente plausible. En
efecto, en forma absolutamente irresponsable e infundada se le acusa de ser responsable
de un robo acaecido en la comunidad, en circunstancias que ocurrió cuando no estaba de
servicio, lo que no tiene más base que la falta de respeto de su empleador y su intención
de injuriarlo. Se le acusa en forma del todo inconsistente e injustificada de ser responsable
de un robo, sin la más mínima evidencia. Dicho infundio, por sí mismo representa un
gratuito agravio a su honra personal, que ocasiona un daño enorme, especialmente en el
orden moral, al causarme deshonra y descrédito al haberme involucrado como
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despido de que fue objeto y para que declararlo injustificado, ordenando además el pago
del incremento del 80%.
Como consecuencia de lo anterior solicita el pago de las siguientes prestaciones: a)
indemnización sustitutiva de aviso previo: $ 264.000; b) Indemnización por años de
servicio (4) $ 528.000; c) Incremento de 30% $ 158.400.
Reconoce que de esta cantidad, $ 950.400, se debe descontar lo ya pagado por
este concepto, esto es, $392.329, que resultan de $624.000 - $65.929 indebidamente
descontados = $558.071).
Por lo tanto, la diferencia adeudada es de $392.329.-, o la suma mayor o menor
que el tribunal determine.
SEGUNDO: Que la demandada en virtud de lo dispuesto en el artículo 491 en
relación a lo preceptuado en el artículo 452, ambos artículos del Código que rige la
materia que convoca, oponer excepción de caducidad de la acción de tutela laboral,
consagrada en el inciso final del art. 486 del Código del Trabajo.
Señala sobre lo anterior que lo que se pretende demandar, según se puede
desprender del libelo pretensor de la parte demandante en su demandad principal, es una
supuesta vulneración de derechos fundamentales del actor con ocasión del despido (art.
489), pero de la demanda es posible colegir que los hechos constitutivos de la vulneración
alegada (malos tratos, acoso, etc. ) tienen su origen en febrero de 2013, cuando llega este
compareciente como administrador del edificio.
Es así que el mismo demandante asegura en el acápite “Los hechos”, lo siguiente:
4.- En febrero de 2013, cambió la administración del edificio, llegando en esa calidad don
Patricio Campos...; 5.-La primera discriminación hacia mí fue bajarme unilateralmente el
sueldo diario...que se concretó en los meses de marzo y abril de 2013...; 6. -Desde su
llegada el Sr. Campos quería mi salida para poner a un trabajador de su confianza, motivo
por el que empezó a dispensarme un trato agresivo y grosero. Es así como su interlocución
conmigo era a gritos y sumamente desagradable, no exenta de garabatos y
descalificaciones. Luego que en el acápite El Derecho agrega: 8.- Hay un atentado a la
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integridad psíquica toda vez que como producto del hostigamiento sufrido debía laborar
en un ambiente claramente hostil”; 9.-Es claramente discriminatorio no sólo el trato
humillante dispensado, sino también la arbitraria, inexplicable y unilateral rebaja de
remuneraciones sufrida desde la asunción como administrador del Sr. Campos.
Señala en relación con una culminación de una reiterada conducta persecutoria y
de acoso...”, que de acuerdo al relato del Sr. Leviche, las supuestas vulneraciones
ocurrieron durante la relación laboral a partir de febrero de 2013 y, por tanto, no
ocurrieron con ocasión del despido, sino que durante la vigencia de la relación laboral,
debiendo contarse el plazo de caducidad de la acción desde que se produzca la
vulneración a partir de febrero de 2013, vale decir, durante la relación laboral y no desde
la separación del trabajador, operando en este caso la caducidad de la acción. Señala que
en resguardo de sus derechos por el presente acto deduce la excepción de caducidad
contemplada en el inciso final del artículo 486 del Código del Trabajo, que reza: “La
denuncia a que se refieren los incisos anteriores deberá interponerse dentro de los
sesenta días contados desde que se produzca la vulneración de derechos fundamentales
alegada. Este plazo se suspenderá en la forma a que se refiere el artículo 168.”. Conforme
a lo anterior el actor debió accionar dentro de los 60 días de producida la supuesta
vulneración que se alega en la especie, que él mismo señala se origina en febrero de 2013
y, por tanto, transcurrió en exceso el plazo de 60 días que exige la ley, por lo que ha
operado por el solo ministerio de la ley la caducidad de la acción y se debe declarar, toda
vez que el inciso final del artículo 486 del precepto legal precitado es taxativo frente al
plazo y desde cuando dicho plazo se cuenta, esto es, desde que se produzca la vulneración
de derechos fundamentales alegada, con costas.
En el primer otrosí, contestar la demanda de don José Leviche Zapata y solicita
desde ya que sea rechazada, con ejemplar condena en costas, por carecer de todo
fundamento fáctico y jurídico por los argumentos de hecho y de derecho.
Indica que es absolutamente falso que hubiera prodigado malos tratos y dañado la
dignidad personal del actor haciéndole padecer, además, acoso laboral. No son efectivos
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los hechos en que se basa la demanda de tutela, y solo constituye un impropio afán de
obtener indebido uso de una acción legal destinada a conocer y sancionar verdaderas
conculcaciones de derechos garantizados por la Constitución Política del Estado, lo que no
se da en éste caso, de modo que se interpone solo con el impropio fin de obtener
indebidas y elevadas indemnizaciones, actuación ésta que constituye lo que se llama
"Fraude de Ley" o, al menos "abuso del derecho", todo ello según lo paso a exponer y
fundar.
En ese sentido señala que el trabajador asegura que desde su llegada como
administrador del edificio -en febrero de 2013- se habría marcado una diferencia en el
trato y le habría dispensado un trato agresivo y grosero para obtener su salida, insinuando
que se buscaba su renuncia, situación que es absolutamente ficticia. Después se permite
decir que “su interlocución conmigo era a gritos y sumamente desagradable, no exenta de
garabatos y descalificaciones”. Estas acusaciones sumamente graves no son reales y
prueba de ello es que no hay ninguna denuncia formulada por él en ninguna parte sobre
esos supuestos malos tratos. Señala que se debe considerar que él dice que este trato
empezó desde su llegada, en febrero de 2013, o sea, dejó pasar todo el año 2013 sin
ninguna denuncia, ninguna queja. Ni siquiera una anotación en el libro de novedades del
edificio. Alude que la temeraria denuncia de acoso y hostigamiento del trabajador se
vuelve aún más inverosímil si se considera que de acuerdo a su contrato, este señor
trabajaba sólo los sábados y domingos por las noches, así que prácticamente no lo veía al
Sr. Leviche.
Refiere que la ley exige claridad y precisión sobre los hechos constitutivos de la
supuesta vulneración de derechos. Sin perjuicio que no corresponde a la realidad, el
apuntar frases como: “empezó a dispensarme un trato agresivo y grosero” y “su
interlocución conmigo era a gritos...no exenta de garabatos y descalificaciones”..., no
cumple con la exigencia legal, puesto que no se señalan fechas, circunstancias, las
palabras utilizadas, etc. Ya este primer antecedente refleja el perfil de! denunciante y el
de su demanda.
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con sus labores ni había compromiso de su parte. Fue una conversación necesaria y firme,
pero siempre respetuosa. El actor confunde ser grosero y agresivo con ser estricto,
cualidad que sin duda se debe poseer para tener un buen manejo de personal. Señala que
la legislación contempla la facultad del empleador de dirigir su empresa, dictando las
debidas instrucciones y órdenes, sin naturalmente llegar a violentar los derechos de sus
trabajadores. Describe que lleva muchos años administrando edificios y jamás ha tenido
una acusación como la que se ha planteado por el Sr. Leviche. Lo único que hubo fue una
amonestación, una llamada de atención, que dicho sea de paso es imposible que tenga la
gravedad que se denuncia si se considera que fue una breve llamada telefónica.
Manifiesta que el procedimiento de tutela de derechos fundamentales está
consagrado para conocer y sancionar aquellas vulneraciones graves que pudieran afectar
a los derechos fundamentales; lo que significa a contrario sensu, que las molestias de
menor envergadura que pudiesen sufrir alguno de estos derechos quedan excluidas de la
misma. De manera que siempre está la posibilidad que estas afectaciones, por ser tales-
afectaciones-, produzcan alguna consecuencia indeseada, como podría ser una molestia
del Sr. Leviche por una llamada de atención. Pues lo señalado no significa un
desconocimiento a los derechos fundamentales de los trabajadores, sino que por el
contrario, una constatación de que en la práctica se produce constantemente una tensión
entre derechos que colisionan entre ellos, por un lado los propios y característicos de la
potestad de mando y disciplinaria, que ha sido asociada al derecho de propiedad y a la
libertad empresarial y por otro los derechos que emanan del reconocimiento de que el
trabajador es un ciudadano que está amparado constitucionalmente por la protección de
su dignidad, libertad e igualdad. Este procedimiento de tutela laboral está destinado
justamente a limitar las facultades de dirección y mando del empleador, evitando abusos,
pero estas acciones de tutela deben reservarse únicamente para aquellas afectaciones
graves, de envergadura, intolerables o como señala el inciso tercero del artículo 485 del
Código del Trabajo para los casos en que se limita el pleno ejercicio de los derechos, sin
genéricas sin señalar las circunstancias de aquellas supuestas vulneraciones y. por tanto,
no se cumplen los requisitos para acreditar mobbing.
En cuanto a la discriminación, refiere que el actor, de manera muy errática, intenta
denunciar que ha sido víctima de algún tipo de discriminación aunque no precisa la forma
en que habría ocurrido, pese a citar algunas normas constitucionales, incluso sostiene que
el acoso laboral sería una forma de discriminación, en circunstancias que tienen distinto
tratamiento jurídico. Pero más allá de aquello, el artículo 485 inciso 2do del Código del
Trabajo, extiende la denuncia por tutela a los actos de discriminación que enumera el
artículo 2do del mismo código, a saber; “las distinciones, exclusiones o preferencias
basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión
política, nacionalidad, ascendencia nacional u origen social, que tengan por objeto anular
o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación. “El actor no
se ha señalado en base a cuál de estos motivos habría sido discriminado.
Indica que el artículo 19 N° 16 de la Constitución Política, también está dentro de
los derechos garantizados por el procedimiento de tutela, norma que prohíbe en su inciso
3ero cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad personal. Sin
embargo la protección del artículo 485 inciso 1° al art. 19 N° 16 de la CPE abarca sólo a la
libertad de trabajo, al derecho a su libre elección (incisos primero y segundo) y a lo
establecido en su inciso cuarto, cuando aquellos derechos resulten lesionados en el
ejercicio de las facultades del empleador. Nada se habla del inciso 3ero sobre la no
discriminación en general, puesto que para los temas de discriminación, el legislador
contempló su garantía a través del inciso 2do del artículo 485 en relación con el artículo
2do, ambos del Código del Trabajo.
Por ello refiere que el actor, en primer lugar no ha señalado los actos de
discriminación de que habría sido objeto y además se basa, para dar sustento jurídico a su
denuncia, en el artículo 19 N° 16 de la Constitución, en circunstancias que dicha norma es
improcedente para acusar discriminación mediante la presente acción de tutela.
perjuicio de las acciones o reservas con que algunas de las partes lo hubiere suscrito, con
conocimiento de la otra" (Manual de Derecho del Trabajo. Autores señor Thayer y Novoa,
Tomo III, Edit. Jurídica de Chile).
Concluye que el finiquito legalmente celebrado se asimila a una sentencia firme o
ejecutoriada y provoca el término de la relación en las condiciones que en él se consignan,
siempre que éste reúna los requisitos contemplados en el artículo 177 del Código del
Trabajo, esto es, debe constar por escrito y, para ser invocado por el empleador, debe
haber sido firmado por el interesado y alguno de los ministros de fe citados en esa
disposición. Además, se ha agregado a estos requisitos la formalidad conocida como la
ratificación, es decir, el ministro de fe actuante debe dejar constancia, de alguna manera,
de la aprobación que el trabajador presta al acuerdo de voluntades que se contiene en el
respectivo instrumento, indicando además el cabal cumplimiento de las obligaciones
emanadas del contrato laboral o la forma en que se dará satisfacción a ellas, en caso que
alguna o algunas permanezcan pendientes. En la especie se cumplen todos los requisitos
y, por tanto, el trabajador ahora no puede venir a cobrar prestaciones que no se adeudan
y que el mismo declaró solucionadas a través del respectivo finiquito, por lo que se debe
rechazar la demanda subsidiaria impetrada.
Sin perjuicio de lo ya señalado, el trabajador pretende cobrar mes de aviso y años
de servicio, en circunstancias que ambos conceptos le fueron pagados el 30 de enero de
2014, en el comparendo en la Inspección del Trabajo y asimismo pretende que no se le
descuente el aporte patronal del seguro de cesantía, en circunstancias que de acuerdo al
artículo 13 de la ley 19728, el aporte del empleador puede descontarse de las
indemnizaciones por años de servicio, es decir, que es un descuento plenamente válido y
legal. Finalmente concluye insólitamente que se le deben 392 mil pesos, olvidándose que
firmó finiquito de contrato sin reservas, documento que ni siquiera menciona en su
demanda.
Alude que el trabajador olvida que el finiquito tiene pleno poder liberatorio, es
decir, pone término definitivamente a la relación laboral, no existiendo a partir de su
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firma ningún vínculo que una al empleador con el trabajador. Por lo tanto, si se intenta
una demanda que pretenda discutir asuntos relativos a dicha relación laboral, esta carece
de causa.
Reitera la circunstancia que el demandante firmó finiquito SIN RESERVAS y, por
tanto, ahora no puede venir a solicitar que se declare despido injustificado porque no hizo
reservas con respecto a la causal ni con respecto a ningún concepto de la relación laboral
y, siendo así, los cobros de prestaciones, así como la demanda subsidiaria de despido
injustificado y pago de indemnizaciones deben ser rechazadas.
Sin perjuicio de lo referido respecto a la causal de despido, el demandante exige
indemnizaciones improcedentes e incompatibles, pues por un lado pide al tribunal que se
declare injustificado su despido y ordene pago con recargo del 80% (en circunstancias que
fue despedido por necesidades de la empresa y no por alguna causal del art. 160) y luego
solicita, además, recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicio.
Concluye que tanto los cobros como la declaración de despido injustificado y las
indemnizaciones exigidas son improcedentes y solo cabe que no dé lugar a estas
pretensiones.
TERCERO: Que con fecha veintitrés de mayo de dos mil catorce, se llevó a efecto la
audiencia preparatoria que dispone el procedimiento, instancia en la cual y previo
traslado de la excepción de caducidad opuesta el tribunal procedió a rechazarla. Luego y
conforme los escritos de discusión se establecieron como hechos no controvertidos los
siguientes: 1. Existencia de una relación laboral entre las partes litigantes, en los términos
del artículo séptimo del Código del Trabajo y que esta data desde el día 7 de enero de
2011; 2. Función para el cual fue contratado el actor, esto es, de conserje a tiempo
parcial; 3. Jornada de 21 horas semanales distribuida de sábado 22:00 a 9:00 horas y
domingo de 21:00 a 7:00 horas, con un descanso de una hora por colación; 4. La
remuneración del actor asciende a $264.000; 5. Que el actor recibió carta con fecha 6 de
enero de 2014, en que se comunica su despido.
PARTE DENUNCIADA:
Documental:
1. Contrato de trabajo de fecha 07/10/2011.
2. Acta de comparendo de conciliación de fecha 30/01/2014.
3. Finiquito de contrato de trabajo suscrito entre el demandante y la comunidad de
fecha 18/012/2014.
4. Carta de aviso de término de contrato de trabajo de fecha 31/12/2013.
5. Comprobante de carta de aviso para terminación de contrato de trabajo de fecha
03/01/2014.
6. Certificado de saldo de aporte del empleador extendido por AFC CHILE S.A. de
fecha 1/01/2014.
7. Comprobante de constancia laboral para empleadores de fecha 3 de enero.
8. Liquidaciones de marzo a diciembre de 2013.
Documental que se tiene por incorporada a través de su lectura resumida y también a
través de la digitalización en el sistema.
Testimonial: de don Enrique Segundo Espinoza Álvarez, y don Gerardo Cornelio Martínez
Solorza.
Otros medios de Prueba: se incorpora Oficio de la Inspección Comunal del Trabajo
Santiago Sur Oriente.
QUINTO: Que del examen de los medios probatorios citados latamente de manera
precedente, se dan por establecidos los siguientes hechos:
a) Que aun cuando la existencia de la relación laboral habida entre las partes, fue
establecida como un hecho no controvertido del mérito del contrato de trabajo
suscrito entre las partes se logra tener por acreditado las labores del demandante,
conserje, y que efectivamente la remuneración del actor ascendía a la suma de $
20.000, como sueldo base diario, más los conceptos de colación y movilización, fijos y
diarios.
b) Que así también como la remuneración total mensual percibida por el actor no es un
hecho controvertido, se incorporaron a los autos liquidaciones de remuneraciones de
enero a diciembre de 2012, y de enero a noviembre de 2013, en virtud de las cuales
se observa que el monto de sueldo base diario desde marzo de 2013 a noviembre de
2013, sufrió una baja, de $ 20.522 a $ 19.090 en los meses de marzo y abril de 2013,
para luego mantenerse en $ 20.000.- desde los meses de mayo de 2013 a noviembre
de 2013.
c) Que a través de la carta de aviso de término de servicios, comprobante de envío
postal se tiene por establecido que la demandada dio cumplimiento a lo previsto en el
artículo 162 del Código del Trabajo, como también a través de su contenido se logra
conocer que el término de los servicios se produjo por la causal contenida en el
artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo, esto es, necesidades de la
empresa, fundado en la necesidad de reorganización de la planta de conserjes, turnos
y horarios, planes en que la función que desempeña no está considerada de la misma
forma para el futuro de la comunidad. Asimismo, la comunidad comenzará un plan de
orden interno económico que obliga a la demandada a reorganizar el gasto en
personal.
d) Que a través de constancia estampada ante la 14° Comisaría de Carabineros de San
Bernardo, de fecha 5 de enero de 2014, queda establecido que el actor estampó ante
aquél organismo policial una constancia dando cuenta que el día 4 de enero de 2014,
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demanda que se iniciará ante los tribunales de justicia en todo aquello que no se haya
llegado a acuerdo en dicha comparecencia. Declara el demandante que los conceptos
reclamados dicen relación con el feriado legal/proporcional; indemnización sustitutiva
del aviso previo; indemnización por años de servicios; finiquito, diferencia de
remuneraciones período laborado (monto que se consignará en la demanda), y
descuentos no autorizados (montos que serán consignados en la demanda).
g) Que a través del documento denominado finiquito de contrato de trabajo, queda
establecido que con fecha 17 de febrero de 2014 las partes, demandante y la empresa
demandada suscribieron el respectivo finiquito en virtud del cual declaran que el
actor prestó servicios desde el 7 de octubre de 2011 y hasta el 31 de diciembre de
2013, fecha esta última en la cual se produjo la terminación de los servicios por
aplicación de la causal contenida en el artículo 161 inciso primero del Código del
Trabajo. Se deja constancia en la cláusula segunda de aquél instrumento que el
demandante declara recibir en el acto de la suscripción, a su entera satisfacción por
parte de la demandada, los valores que se indican por los conceptos que se detallan,
esto es, diferencia de indemnización determinada por el Inspector Conciliador en
comparendo de 30 de enero de 2014, esto es, la suma de $87.971.-; que a su vez en la
cláusula tercera de aquél instrumento el demandante deja constancia que durante el
tiempo que prestó servicios a la comunidad Edificio Country Club Plaza, recibió de
ésta, correcta y oportunamente el total de las remuneraciones convenidas de acuerdo
con su contrato de trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de
asignaciones familiares autorizadas, horas extraordinarias cuando las trabajó, feriados
legales, y que nada se le adeuda por los conceptos antes señalados, ni por ningún
otro, sea de origen legal o contractual derivado de las prestaciones de sus servicios
y/o término de los mismos, motivo por el cual, no teniendo reclamo ni cargo alguno
que formular en contra de la Comunidad Edificio Country Club Plaza, le otorga el más
amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en
perfecto y cabal conocimiento de todos y cada uno de sus derechos. Que tal
documento fue firmado por las partes ante Notario Público don Héctor Bown Ortega.
h) Que a través de carta de aviso de término de despido, comprobante de envío postal y
comunicación dirigida a la Inspección del Trabajo, se deja constancia respecto de las
formalidades que dispone el artículo 162 del Código del Trabajo.
i) Que a través del certificado de pago de cotizaciones previsionales extendido por
Previred., se colige el cumplimiento de parte de la demandada en cuanto al entero de
estos conceptos.
j) Que asimismo y a través del certificado de saldo de aporte de seguro de cesantía se
tiene por establecido que el monto aportado al empleador ascendió a la suma de $
65.929.-
k) Que a través de la declaración del único testigo del demandante, quien a su vez es su
hermano, el tribunal se pudo ilustrar acerca del trato que el actor recibió de parte del
representante legal de la empresa demandada.
l) Que a través de la prueba confesional ofrecida por el demandante y que dice relación
con la declaración del representante legal de la demandada, se tiene por establecido
el reconocimiento de parte de don Patricio Campos, en cuanto a la rebaja de la
remuneración diaria del demandante, como también de la cantidad de años que se
desempeña como administrador.
SEXTO: Que a través de la presente acción, el demandante afirma que el verdadero
motivo de su exoneración no obedece a la causal invocada por la parte demandada, sino
que el mismo obedece a la culminación de reiterados actos de acoso sufridos por el
nuevo administrador el Sr Campos, actos que a su juicio vulneran su dignidad como
persona y trabajador, lo que se encuentra amparado tanto por el artículo 1, inciso
primero de la Constitución Política de la República, y que suponen además una evidente
transgresión a su dignidad personal y una grave falta de respeto a su condición de
trabajador, relacionado con lo dispuesto en el artículo 2 del Código del Trabajo. Refiere
que la transgresión a su dignidad personal y laboral debe ser reconducida a los derechos
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observa también que esta rebaja se produce coincidentemente con la llegada del
representante legal de la empresa demandada.
Que asimismo y a través de la prueba rendida por la parte demandada esta
sentenciadora no logra formarse plena convicción para dar por acreditada la causal
invocada y por el contrario, a través de la declaración del testigo presentado por el actor,
esta juez se logró ilustrar del trato del que era objeto de manera habitual el demandante,
trato que evidencia el poder del empleador por sobre el trabajador en la relación de
trabajo, y que escapa al afán de corrección que enuncia el empleador en su escrito de
contestación, afán que por cierto no se encuentra consagrado en la forma como lo realiza
la demandada.
NOVENO: Que, entre otras, la normativa aplicable en el presente caso, según lo
indica el demandante es el artículo 2, 485, ambas del Código del Trabajo y artículo 19 N° 1
y N° 4 de la Constitución Política de la República.
Que al respecto cabe recordar que el artículo Art. 2°, en sus incisos segundo,
tercero y cuarto, dispone lo siguiente: “Reconócese la función social que cumple el trabajo
y la libertad de las personas para contratar y dedicar su esfuerzo a la labor lícita que elijan.
Las relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la
dignidad de la persona. Es contrario a ella, entre otras conductas, el acoso sexual,
entendiéndose por tal el que una persona realice en forma indebida, por cualquier medio,
requerimientos de carácter sexual, no consentidos por quien los recibe y que amenacen o
perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo. Asimismo, es contrario
a la dignidad de la persona el acoso laboral, entendiéndose por tal toda conducta que
constituya agresión u hostigamiento reiterados, ejercida por el empleador o por uno o más
trabajadores, en contra de otro u otros trabajadores, por cualquier medio, y que tenga
como resultado para el o los afectados su menoscabo, maltrato o humillación, o bien que
amenace o perjudique su situación laboral o sus oportunidades en el empleo.
Son contrarios a los principios de las leyes laborales los actos de discriminación.
o sus oportunidades en el empleo. La norma legal señala además que el acoso laboral es
contrario a la dignidad de la persona.
Que por su parte, la Dirección del Trabajo ha llegado a establecer mediante Ord.
3519/034 de 09.08.2012 que acoso laboral es "...todo acto que implique una agresión
física por parte del empleador o de uno o más trabajadores, hacia otro u otros
dependientes o que sea contraria al derecho que les asiste a estos últimos, así como las
molestias o burlas insistentes en su contra, además de la incitación a hacer algo, siempre
que todas dichas conductas se practiquen en forma reiterada, cualquiera sea el medio por
el cual se someta a los afectados a tales agresiones u hostigamientos y siempre que de
ello resulte mengua o descrédito en su honra o fama, o atenten contra su dignidad,
ocasionen malos tratos de palabra u obra, o bien, se traduzcan en una amenaza o
perjuicio de la situación laboral u oportunidades de empleo de dichos afectados".
DECIMO: Que del mérito de la prueba antes citada, esta sentenciadora concluye
que desde el arribo de un nuevo representante legal de la demandada, don Patricio
Campos, comenzó en contra del demandante una serie de actos de hostigamientos en su
persona, actos de hostigamientos que se traducen y evidencian en la práctica, a través de
la rebaja de la remuneración diaria del demandante, según se observa con el mérito de
sus liquidaciones de remuneraciones desde el mes de marzo de 2013 en adelante, como
también con el trato de palabra proferido en contra del demandante, al referirse respecto
de la persona del actor con garabatos.
Sin duda alguna este actuar de parte del representante legal de la demandada
implica en la persona del trabajador verse disminuido al interior de la empresa, y además
verse obligado a soportar la conducta del empleador respecto de su persona, sólo con la
finalidad de mantener su fuente de ingresos. Tan determinante fue este poder de
dirección y de mando de parte del empleador que el día 31 de diciembre de 2013, decide
sin justificación alguna, razón aparente o necesidad suficiente poner término de los
servicios del trabajador, aunque si bien invocando una causal de término de servicios que
otorga derecho al trabajador respecto del pago de las indemnizaciones legales,
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DECIMO SEPTIMO: Que los demás antecedentes que fueron incorporados, en nada
alteran o desvirtúan lo ya resuelto.
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1, 7, 11, 63, 73, 161, 168,
172, 173, 420, 425 y siguientes, 485 a 495 del Código del Trabajo; se declara:
I. Que se acoge la denuncia de tutela y se declara que la COMUNIDAD
EDIFICIO COUNTRY CLUB PLAZA, ha vulnerado los derechos fundamentales
del trabajador, consagrada en el artículo 485 del Código del Trabajo,
específicamente el N° 1 del artículo 19 de la Constitución Política de la
República y artículo 2 del Código del Trabajo.
II. Que asimismo y en relación a la acción formulada en forma conjunta, se
accede a la demanda por tales conceptos, debiendo enterar la demandada
la suma de $7.040 por concepto de diferencias en las remuneraciones del
actor entre los meses de marzo a diciembre de 2013, y además la suma de
$25.164, por concepto de horas extraordinarias.
III. Que en cuanto a la acción subsidiaria, se califica que el término de los
servicios de la denunciante, no se ajustó a derecho y es improcedente.
IV. Que asimismo la denunciada deberá pagar al actor las siguientes sumas por
los conceptos que se indican:
a) $1.584.000.-, por indemnización adicional, conforme lo establece el
artículo 489 inciso tercero del Código del Trabajo.
b) $124.800.-, por incremento del 30% establecido en la letra a) del
artículo 168 del Código del Trabajo.
V. Que se condena en costas a la parte denunciada, por haber sido totalmente
vencida, regulándose las mismas en un 10% de los montos ordenados pagar
al trabajador.
VI. Ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia, cúmplase con lo
dispuesto en ella dentro de quinto día y en caso contrario certifíquese
Pronunciada por ALONDRA VALENTINA CASTRO JIMENEZ, Juez Titular del Primer
Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.
En Santiago a siete de julio de dos mil catorce, se notificó por el estado diario la
sentencia precedente.