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1° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago

Santiago, siete de julio de dos mil catorce.-


VISTOS, OIDOS Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que comparece don JOSÉ LEVICHE ZAPATA, RUT 13.556.200-9,
trabajador, domiciliado en esta ciudad, Avenida Balmaceda 9736, comuna de San
Bernardo, quien deduce demanda en procedimiento de tutela laboral por trasgresión de
derechos fundamentales en contra de su ex empleador la COMUNIDAD EDIFICIO
COUNTRY CLUB PLAZA, RUT 56.065.520-7, del giro de su denominación, representada
para estos efectos por su administrador don PATRICIO EDMUNDO CAMPOS GUTIÉRREZ,
RUT 6.914.846-8, ambos con domicilio en esta ciudad, Las Arañas 5805, comuna de La
Reina, a fin de que se tutele eficazmente sus derechos fundamentales que han sido
vulnerados por su ex empleador con motivo del despido del cual fue objeto y se ordene el
pago de las prestaciones que se indican.
Describe que comenzó a prestar servicios para la demandada en calidad de
conserje a tiempo parcial, desde el 07 de octubre de 2011 y en dicha calidad se
desempeñó hasta la fecha de su despido ocurrido el día 06 de 03 – 2014; indica que su
jornada de trabajo era de 21 horas semanales, que se distribuían: sábado de 22,00 a 09,00
horas y domingo: de 21,00 a 07 horas; que dentro de esos turnos tenía - teóricamente - un
descanso de una hora para colación, que en la práctica nunca se respetó; que su
remuneración estaba compuesta por: sueldo base: $20.522 por día trabajado; además
bono de colación y locomoción de $5.600 diario, por ambos. Si consideramos, mi
remuneración mensual promedio era de $208.000 por sueldo y $56.000 por colación y
locomoción. En total, $264.000.-
Señala que en el mes de febrero de 2013, cambió la administración del edificio,
llegando en esa calidad don Patricio Campos con un equipo propio de trabajo, hecho que
desde un principio marcó una diferencia en el trato con "su" personal y el personal
antiguo, y particularmente, con él.
Indica que la primera discriminación hecha hacia su persona fue bajarle
unilateralmente el sueldo diario a $19.090, (una rebaja de 7,1%), lo que se concretó en los
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meses de marzo y abril de 2013. A contar de mayo en adelante, estableció su sueldo en


$20.000 diarios, (una rebaja de 2,6%), en circunstancias que, a lo menos, desde enero de
2012 a febrero de 2013 ganaba $20.552.-
Señala que desde su llegada, el Sr. Campos quería su salida para poner a un
trabajador de "su confianza", motivo por el que empezó a dispensarlo un trato agresivo y
grosero. Es así como su interlocución con él era a gritos y sumamente desagradable, no
exento de garabatos y descalificaciones. Precisa que el día sábado 28 de diciembre de
2013, ingresó como de costumbre a las 22,00 horas en su turno, momento en que se
enteró que horas antes, es decir antes de su turno, había habido un robo en el
departamento 158 de la Torre Sur. Momentos después de ingresar a su turno, el Sr.
Campos lo llama por teléfono diciéndole, con lenguaje grosero, que yo era responsable del
robo. Luego de esto se presenta en el lugar de trabajo, sin saludar, sólo dando órdenes en
forma agresiva y prepotente. Al día siguiente, domingo 29 de diciembre de 2013, y al rato
de haber empezado su turno, recibe otro llamado del Sr. Campos insultándome,
diciéndole que era un "agüeonao", un incompetente e inservible para la comunidad.
Agrega que el día 02-01-2014, interpuso ante la Inspección del Trabajo de San
Bernardo una denuncia por vulneración de derechos fundamentales en contra de la
Comunidad demandada; luego el día 4 de enero de 2014, recibe un llamado en su casa del
conserje Sr. José Corvalán, diciéndole que tenía prohibido el ingreso a la comunidad por
órdenes del Sr. Campos. Señala que ese día le correspondía trabajar, pero no acudió dado
el claro tenor del mensaje enviado por el Sr. Campos. Continúa relatando que el día lunes
06-01-2014, recibe por carta certificada comunicación de su despido, motivado en
necesidades de la empresa - lo que no es efectivo - el que se habría resuelto el 31-12-
2013, pero del que conoció informalmente el 04-01-2014 y formalmente el 06-01.2014.
Interpone una denuncia ante Carabineros de Chile, y ante la Inspección del trabajo.
Fue citado por la Unidad de Derechos Fundamentales de la Inspección del Trabajo
Santiago Oriente, oportunidad en que ratifica su denuncia por vulneración de derechos
fundamentales y lo notifican de la inadmisibilidad de su denuncia por haber sido
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despedido el 06-01-2014, al recibir carta de despido de la demandada en esa fecha. Se me


explica que por no tener vínculo laboral vigente, la Inspección del Trabajo se abstiene de
actuar y le instruyen para acudir al Juzgado del Trabajo.
Señala que se llevó a efecto la instancia administrativa, pero la misma no tuvo
resultados positivos.
En cuanto al derecho, expresa que el término de sus servicios no obedece a la
motivación invocada por la demandada en orden a unas supuestas necesidades de la
empresa. De hecho, su función es necesaria y fue reemplazado de inmediato. El verdadero
motivo, es la culminación con el despido de los reiterados actos de acoso sufridos por el
nuevo administrador Sr. Campos. Menciona que el acoso u hostigamiento laboral ha sido
definido por la OIT como "toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de lo
razonable mediante la cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada
por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la
misma”. Por su parte, según el artículo 5° del Código del Trabajo como la doctrina
emanada de la Dirección del Trabajo (dictamen 2328/130, de 19-07-2002 y dictamen
2210/035, de 10-06-2009, ambos sobre derechos fundamentales), los derechos
fundamentales de los trabajadores y trabajadoras tienen el carácter de límites
infranqueables respecto de las potestades del empleador, en particular en cuanto al
derecho a la dignidad del trabajador o trabajadora, a su honra, a su vida privada, a la
inviolabilidad de toda forma de comunicación privada y al derecho a no ser discriminados
arbitrariamente.
Alude que la conducta de hostigamiento ya relatada vulnera su dignidad como
persona y trabajador, amparada tanto por el artículo 1, inciso 1- de la Constitución Política
al disponer que "las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos", como el
citado artículo 5, inciso 1° del Código Laboral. Como afirma el referido dictamen
2210/035, de 10-06-2009, "la dignidad no sólo es un derecho autónomo, sino el
presupuesto de todos los demás derechos. Es decir, que todos ellos tienden a la

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preservación del principio básico de la dignidad". La violencia sicológica sufrida importa


pues un grave atentado a mi dignidad, "presupuesto de todos los demás derechos".
Refiere que los actos de hostigamiento sufridos suponen, a lo menos, una evidente
transgresión a su dignidad personal y una grave falta de respeto a su condición de
trabajador, conducta que no sólo está reñida con las más elementales normas de la buena
crianza y el buen trato laboral sino que con normas imperativas que obligan al empleador
a un respeto debido al trabajador, como lo ordena el inciso 2° del Código del Trabajo: "las
relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la dignidad de
la persona
Agrega que el acoso laboral, regulado por el inciso 2° de la misma norma, señala:
"Asimismo, es contrario a la dignidad de la persona el acoso laboral, entendiéndose por tal
toda conducta que constituya agresión u hostigamiento reiterados, ejercida por el
empleador o por uno o más trabajadores, en contra de otro u otros trabajadores, por
cualquier medio, y que tenga como resultado para el o los afectados su menoscabo,
maltrato o humillación, o bien que amenace o perjudique su situación laboral o sus
oportunidades en el empleo."
Por lo que concluye que en su caso se ha transgredido claramente su dignidad
personal, tanto en cuanto persona como trabajador. Toda conducta atentatoria a la
dignidad persigue el sometimiento del ofendido ante el agresor. El doblegamiento que
pretendía el señor Campos con su conducta de acoso buscaba llevar la relación laboral a la
simple y pura degradación. Es precisamente la exigencia de un trato digno en la relación
entre patrono y dependiente lo que distancia y hace inconciliable este contrato tutelar de
la relación de dominio existente entre amo y esclavo. La exigencia de un trato digno está
íntimamente ligado a la esencia del contrato de trabajo.
La trasgresión a su dignidad personal y laboral debe ser reconducida a los derechos
fundamentales tutelados por este procedimiento: el derecho a la vida y a la integridad
física y psíquica de la persona (art. 19 N°1 CPR), la prohibición constitucional de

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discriminación laboral (art. 1 inciso 1°, 19 N°2 y 16, inc. 3, CPR) y el derecho a la honra
personal (art. 19 N° 4, CPR).
Señala que hay un atentado a la integridad psíquica toda vez que como producto
del hostigamiento sufrido debía laborar en un ambiente claramente hostil, lo que se
manifestaba en el trato humillante ya relatado, lo que unido a las condiciones
particularmente ignominiosas en que ocurrió, determinan una grave lesión moral y un
menoscabo que causan una evidente afección psicológica. Se transgrede el derecho a la
no discriminación desde luego por el acoso laboral de que fue objeto. La doctrina está
conteste en que la conducta de acoso o mobbing es de suyo una forma de discriminación.
Se afecta la igualdad de oportunidades, de respeto y de trato que merezco en mi calidad
de trabajador. El derecho a la no discriminación se encuentra amparado a nivel
constitucional en el artículo 19 de la Constitución, en su inciso primero que dispone: "Las
personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos"; en el artículo 19 N°2 que dispone
que "La Constitución asegura a todas las personas: N°2 La igualdad ante la ley"; y,
específicamente en el ámbito laboral, en el artículo 19 N°16, al disponer que: "Se prohíbe
cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad personal". Es
claramente discriminatorio no sólo el trato humillante dispensado sino también la
arbitraria, inexplicable y unilateral rebaja de remuneraciones sufrida desde la asunción
como administrador del Sr. Campos.
Finalmente se vulnera gravemente el derecho al honor personal, toda vez que fui
acusado de ser responsable de robo, sin ningún fundamento mínimamente plausible. En
efecto, en forma absolutamente irresponsable e infundada se le acusa de ser responsable
de un robo acaecido en la comunidad, en circunstancias que ocurrió cuando no estaba de
servicio, lo que no tiene más base que la falta de respeto de su empleador y su intención
de injuriarlo. Se le acusa en forma del todo inconsistente e injustificada de ser responsable
de un robo, sin la más mínima evidencia. Dicho infundio, por sí mismo representa un
gratuito agravio a su honra personal, que ocasiona un daño enorme, especialmente en el
orden moral, al causarme deshonra y descrédito al haberme involucrado como
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responsable de un delito de robo, lo que es particularmente grave en su oficio de


conserje.
Lo que revela la absoluta falta de seriedad del fundamento esgrimido para su
despido, lo que no logra ocultar que se trata de una burda excusa para encubrir el
verdadero propósito: culminación de una reiterada conducta persecutoria y de acoso.
Como consecuencia de lo anterior, solicita que se formulen las siguientes
declaraciones y que se acceda al pago de las prestaciones que se solicitan: 1. que han sido
afectados sus derechos a la dignidad personal, a la vida e integridad física y síquica, a la no
discriminación y a la honra personal, al ser despedido como culminación del permanente
acoso a que fue sometido y con vulneración de sus derechos fundamentales con ocasión
del despido; 2. que el despido de que fue objeto tuvo como verdadero motivo la
vulneración de sus derechos fundamentales; 3.que, consecuencialmente, corresponde
condenar a la comunidad denunciada a pagarle las indemnizaciones sustitutiva de aviso
previo y por años de servicio, previstas en los artículos 162 y 163 del Código Laboral, esta
última incrementada en un 30% conforme a lo previsto en la letra a) del artículo 168 del
mismo cuerpo legal; 4. que corresponde, asimismo, condenar a la denunciada al pago de
la indemnización especial prevista en el artículo 489 del Código del Trabajo, la que solicito
sea la máxima que prevé la ley atendida la gravedad de la situación denunciada o la que SS
determine; 5. que se condene a la denunciada, como medida de reparación, a entregar un
ejemplar del fallo que se dicte a cada uno de los trabajadores de su comunidad, dentro del
plazo de 15 días, para el efecto de desalentar la repetición de actos como los denunciados,
esto es, el acoso laboral, y lograr de este modo que los derechos fundamentales del
trabajador sean percibidos por los dependientes de la denunciada como algo efectivo y no
meramente retórico; o a aquella medida que se disponga; 6. que las indemnizaciones que
ha de pagar la denunciada deberán ser incrementados con los reajustes e intereses
aludidos en los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo; 7. que la denunciada deberá
soportar las costas de la causa.

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En el primer otrosí, y de manera conjunta deduce demanda por cobro de


prestaciones, en cuanto a la precisión fáctica, la da por reproducida, sin embargo en lo
que dice relación con esta acción conjunta de cobro de prestaciones refiere que como ya
se ha dicho, a contar del mes de marzo de 2013, se le rebajó su remuneración diaria de
$20.522 a $19.090 en los meses de marzo y abril y a $20.000 en los meses de mayo a
diciembre de 2013; de manera que por tal motivo se le adeudan las diferencias, que
demanda.
A su vez deduce acción de cobro de horas extraordinarias, refiere que por la
jornada extraordinaria que realizó se le pagó una suma inferior a la que le correspondía.
Es así, como se le pagaba la suma de $3.000 por cada hora extra, en circunstancias que se
le debió pagar $3.466.-, por ello demanda la diferencia de $466 por cada hora extra desde
octubre a diciembre de 2013, que fueron 18 cada mes, estos es, un total de 54, lo que da
una diferencia de $25.164.-, suma por la que demando o la mayor o menor que se
acredite.
Conforme a lo anterior y lo dispuesto en los artículos 30 y 41 siguientes, 63 y 66 y
siguientes, e inciso final del artículo 489 del Código del Trabajo y demás pertinentes,
solicita se tenga por interpuesta demanda de cobro de prestaciones laborales en contra
de la demandada COMUNIDAD EDIFICIO COUNTRY CLUB PLAZA, representada para estos
efectos por su administrador don PATRICIO EDMUNDO CAMPOS GUTIÉRREZ, para que en
definitiva la condene al pago de las prestaciones referidas en los acápites 1 y 2
precedentes, los que da por reproducidos en esta conclusión, más reajustes, intereses y
costas.
En forma subsidiaria a la acción de tutela de lo principal y para el evento de que no
se haga lugar a la denuncia formulada, y en virtud de los mismos antecedentes de hecho
expuestos, interpone demanda en contra de la COMUNIDAD EDIFICIO COUNTRY CLUB
PLAZA, representada para estos efectos por su administrador don PATRICIO EDMUNDO
CAMPOS GUTIÉRREZ, ambos ya individualizados, a fin de que se ordene el pago de las
indemnizaciones de los artículos 162 y 163, que me corresponden por el temerario
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despido de que fue objeto y para que declararlo injustificado, ordenando además el pago
del incremento del 80%.
Como consecuencia de lo anterior solicita el pago de las siguientes prestaciones: a)
indemnización sustitutiva de aviso previo: $ 264.000; b) Indemnización por años de
servicio (4) $ 528.000; c) Incremento de 30% $ 158.400.
Reconoce que de esta cantidad, $ 950.400, se debe descontar lo ya pagado por
este concepto, esto es, $392.329, que resultan de $624.000 - $65.929 indebidamente
descontados = $558.071).
Por lo tanto, la diferencia adeudada es de $392.329.-, o la suma mayor o menor
que el tribunal determine.
SEGUNDO: Que la demandada en virtud de lo dispuesto en el artículo 491 en
relación a lo preceptuado en el artículo 452, ambos artículos del Código que rige la
materia que convoca, oponer excepción de caducidad de la acción de tutela laboral,
consagrada en el inciso final del art. 486 del Código del Trabajo.
Señala sobre lo anterior que lo que se pretende demandar, según se puede
desprender del libelo pretensor de la parte demandante en su demandad principal, es una
supuesta vulneración de derechos fundamentales del actor con ocasión del despido (art.
489), pero de la demanda es posible colegir que los hechos constitutivos de la vulneración
alegada (malos tratos, acoso, etc. ) tienen su origen en febrero de 2013, cuando llega este
compareciente como administrador del edificio.
Es así que el mismo demandante asegura en el acápite “Los hechos”, lo siguiente:
4.- En febrero de 2013, cambió la administración del edificio, llegando en esa calidad don
Patricio Campos...; 5.-La primera discriminación hacia mí fue bajarme unilateralmente el
sueldo diario...que se concretó en los meses de marzo y abril de 2013...; 6. -Desde su
llegada el Sr. Campos quería mi salida para poner a un trabajador de su confianza, motivo
por el que empezó a dispensarme un trato agresivo y grosero. Es así como su interlocución
conmigo era a gritos y sumamente desagradable, no exenta de garabatos y
descalificaciones. Luego que en el acápite El Derecho agrega: 8.- Hay un atentado a la
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integridad psíquica toda vez que como producto del hostigamiento sufrido debía laborar
en un ambiente claramente hostil”; 9.-Es claramente discriminatorio no sólo el trato
humillante dispensado, sino también la arbitraria, inexplicable y unilateral rebaja de
remuneraciones sufrida desde la asunción como administrador del Sr. Campos.
Señala en relación con una culminación de una reiterada conducta persecutoria y
de acoso...”, que de acuerdo al relato del Sr. Leviche, las supuestas vulneraciones
ocurrieron durante la relación laboral a partir de febrero de 2013 y, por tanto, no
ocurrieron con ocasión del despido, sino que durante la vigencia de la relación laboral,
debiendo contarse el plazo de caducidad de la acción desde que se produzca la
vulneración a partir de febrero de 2013, vale decir, durante la relación laboral y no desde
la separación del trabajador, operando en este caso la caducidad de la acción. Señala que
en resguardo de sus derechos por el presente acto deduce la excepción de caducidad
contemplada en el inciso final del artículo 486 del Código del Trabajo, que reza: “La
denuncia a que se refieren los incisos anteriores deberá interponerse dentro de los
sesenta días contados desde que se produzca la vulneración de derechos fundamentales
alegada. Este plazo se suspenderá en la forma a que se refiere el artículo 168.”. Conforme
a lo anterior el actor debió accionar dentro de los 60 días de producida la supuesta
vulneración que se alega en la especie, que él mismo señala se origina en febrero de 2013
y, por tanto, transcurrió en exceso el plazo de 60 días que exige la ley, por lo que ha
operado por el solo ministerio de la ley la caducidad de la acción y se debe declarar, toda
vez que el inciso final del artículo 486 del precepto legal precitado es taxativo frente al
plazo y desde cuando dicho plazo se cuenta, esto es, desde que se produzca la vulneración
de derechos fundamentales alegada, con costas.
En el primer otrosí, contestar la demanda de don José Leviche Zapata y solicita
desde ya que sea rechazada, con ejemplar condena en costas, por carecer de todo
fundamento fáctico y jurídico por los argumentos de hecho y de derecho.
Indica que es absolutamente falso que hubiera prodigado malos tratos y dañado la
dignidad personal del actor haciéndole padecer, además, acoso laboral. No son efectivos
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los hechos en que se basa la demanda de tutela, y solo constituye un impropio afán de
obtener indebido uso de una acción legal destinada a conocer y sancionar verdaderas
conculcaciones de derechos garantizados por la Constitución Política del Estado, lo que no
se da en éste caso, de modo que se interpone solo con el impropio fin de obtener
indebidas y elevadas indemnizaciones, actuación ésta que constituye lo que se llama
"Fraude de Ley" o, al menos "abuso del derecho", todo ello según lo paso a exponer y
fundar.
En ese sentido señala que el trabajador asegura que desde su llegada como
administrador del edificio -en febrero de 2013- se habría marcado una diferencia en el
trato y le habría dispensado un trato agresivo y grosero para obtener su salida, insinuando
que se buscaba su renuncia, situación que es absolutamente ficticia. Después se permite
decir que “su interlocución conmigo era a gritos y sumamente desagradable, no exenta de
garabatos y descalificaciones”. Estas acusaciones sumamente graves no son reales y
prueba de ello es que no hay ninguna denuncia formulada por él en ninguna parte sobre
esos supuestos malos tratos. Señala que se debe considerar que él dice que este trato
empezó desde su llegada, en febrero de 2013, o sea, dejó pasar todo el año 2013 sin
ninguna denuncia, ninguna queja. Ni siquiera una anotación en el libro de novedades del
edificio. Alude que la temeraria denuncia de acoso y hostigamiento del trabajador se
vuelve aún más inverosímil si se considera que de acuerdo a su contrato, este señor
trabajaba sólo los sábados y domingos por las noches, así que prácticamente no lo veía al
Sr. Leviche.
Refiere que la ley exige claridad y precisión sobre los hechos constitutivos de la
supuesta vulneración de derechos. Sin perjuicio que no corresponde a la realidad, el
apuntar frases como: “empezó a dispensarme un trato agresivo y grosero” y “su
interlocución conmigo era a gritos...no exenta de garabatos y descalificaciones”..., no
cumple con la exigencia legal, puesto que no se señalan fechas, circunstancias, las
palabras utilizadas, etc. Ya este primer antecedente refleja el perfil de! denunciante y el
de su demanda.
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Reconoce que en la noche del 29 de diciembre de 2013, efectivamente llamó por


teléfono al Sr. Leviche para exigirle con firmeza, pero sin insolencias, que estuviera atento
porque se había registrado nuevamente un robo en el condominio el día anterior. La
realidad es que la comunidad había sido víctima de varios robos últimamente y era- es-
una preocupación para la administración y los residentes. Es absolutamente falso que se
le hubiera responsabilizado del robo, puesto que éste se produjo cuando el Sr. Leviche no
le correspondía prestar servicios al Edificio. O sea, no tiene ningún sentido acusarlo por
algo en que él no podía tener culpa alguna. Siendo así...por qué tendría que haberle
hablado con lenguaje grosero. ¿?. No hay explicación lógica para la denuncia de “lenguaje
grosero” del Sr. Leviche. Resulta todavía más extraño que, sin razón aparente, éste
administrador lo llamara nuevamente al día siguiente (30 de dic.) para supuestamente
seguir insultándolo y tratándolo de incompetente e inservible. El Sr. Leviche nuevamente
no explica ni detalla ninguna circunstancia del porqué de estos malos tratos recibidos.
Menciona que la llamada de la noche del 29 de diciembre fue además para consultarle por
unas instalaciones ubicadas en áreas comunes del edificio, pero el Sr. Leviche señala que
no sabía dónde estaban ubicadas. En ese momento le representa que no es primera vez
que muestra falta de conocimiento de su lugar de trabajo y le señala que ello implicaba
una falta de compromiso y que no era posible que tras más de dos años trabajando en el
edificio no supiera la ubicación de las dependencias del condominio. Leviche se molesta y
alega que se le estaba acosando y que presentaría denuncias en la Fiscalía. Finalmente
alienta a este administrador a que lo despida, (“écheme poh, écheme poh”, decía), a lo
que le contesto que no estaba siendo despedido. Dejó una anotación en el libro de
novedades en que denuncia discriminación laboral y acoso psicológico.
Indica que siempre ha tenido un trato justo y respetuoso con el demandante,
como así con otros trabajadores de la comunidad. Sin embargo reconoce ser exigente y
estricto, pero nunca grosero ni descalificador ni menos de andar relacionándose a gritos y
garabatos. Ni siquiera ha sido severo, sino que siempre justo con el trato al personal. El
día 29 de diciembre al trabajador se le representó que no estaba cumpliendo cabalmente
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con sus labores ni había compromiso de su parte. Fue una conversación necesaria y firme,
pero siempre respetuosa. El actor confunde ser grosero y agresivo con ser estricto,
cualidad que sin duda se debe poseer para tener un buen manejo de personal. Señala que
la legislación contempla la facultad del empleador de dirigir su empresa, dictando las
debidas instrucciones y órdenes, sin naturalmente llegar a violentar los derechos de sus
trabajadores. Describe que lleva muchos años administrando edificios y jamás ha tenido
una acusación como la que se ha planteado por el Sr. Leviche. Lo único que hubo fue una
amonestación, una llamada de atención, que dicho sea de paso es imposible que tenga la
gravedad que se denuncia si se considera que fue una breve llamada telefónica.
Manifiesta que el procedimiento de tutela de derechos fundamentales está
consagrado para conocer y sancionar aquellas vulneraciones graves que pudieran afectar
a los derechos fundamentales; lo que significa a contrario sensu, que las molestias de
menor envergadura que pudiesen sufrir alguno de estos derechos quedan excluidas de la
misma. De manera que siempre está la posibilidad que estas afectaciones, por ser tales-
afectaciones-, produzcan alguna consecuencia indeseada, como podría ser una molestia
del Sr. Leviche por una llamada de atención. Pues lo señalado no significa un
desconocimiento a los derechos fundamentales de los trabajadores, sino que por el
contrario, una constatación de que en la práctica se produce constantemente una tensión
entre derechos que colisionan entre ellos, por un lado los propios y característicos de la
potestad de mando y disciplinaria, que ha sido asociada al derecho de propiedad y a la
libertad empresarial y por otro los derechos que emanan del reconocimiento de que el
trabajador es un ciudadano que está amparado constitucionalmente por la protección de
su dignidad, libertad e igualdad. Este procedimiento de tutela laboral está destinado
justamente a limitar las facultades de dirección y mando del empleador, evitando abusos,
pero estas acciones de tutela deben reservarse únicamente para aquellas afectaciones
graves, de envergadura, intolerables o como señala el inciso tercero del artículo 485 del
Código del Trabajo para los casos en que se limita el pleno ejercicio de los derechos, sin

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justificación suficiente, en forma arbitraria o desproporcionada, o sin respeto a su


contenido esencial.
En cuanto a los derechos supuestamente vulnerados, según la denuncia del
trabajador, explica que en lo que dice relación con la infracción al derecho a la vida y su
integridad física y psíquica, que el demandante sostiene en primer lugar que el despido de
que fue objeto por parte del empleador, ha infringido su derecho a la vida y a su
integridad física y psíquica, garantía constitucional establecida en el artículo 19 N° 1 inciso
1 de la Constitución Política del Estado y su derecho a la honra, garantía establecida
artículo 19 N° 4 de la misma carta fundamental. Sin embargo el artículo 485 del Código del
Trabajo, restringe su protección a las vulneraciones que sean consecuencia directa de
actos ocurridos en la relación laboral, pues el artículo 485, refiriéndose a los derechos
protegidos por la tutela, menciona al artículo 19, números 1° inciso primero, siempre que
su vulneración sea consecuencia directa de hechos ocurridos en la relación laboral. Así las
cosas, la acción respecto de dicha garantía resulta improcedente y debe ser rechazada,
puesto que el actor ha interpuesto demanda de tutela con ocasión del despido.
En cuanto a la infracción al respeto y protección a la vida privada y a la honra de la
persona y su familia, esto es, infracción al art. 19 N° 4, esto es, el respeto y protección a la
vida privada y a la honra de la persona y su familia, el actor señala que se habría vulnerado
gravemente al ser acusado de ser responsable de un robo, que, como ya hemos dicho, es
absolutamente falso, puesto que el robo fue en momentos en que él no estaba en su
turno, así que malamente se le iba a acusar del mismo. Tampoco es posible sostener que
dicho derecho a la honra pudo haber sido conculcado con ocasión del despido puesto que
la causal invocada no tiene relación con esos hechos (como pudo ser falta de probidad por
ejemplo), sino que por la causal necesidades de la empresa. En el acto formal del despido
no hay ninguna imputación al supuesto robo porque no se acusó al trabajador de
cometerlo y, por tanto, no hay lesión a la honra posible. La parte demandante no indica en
su demanda cómo el ejercicio de la facultad de despedir al actor, por parte del empleador,

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lesionó este derecho fundamental del demandante, lo que necesariamente lleva a


rechazar la supuesta vulneración.
Respecto del acoso laboral, señala que el actor relaciona la discriminación
denunciada a la vulneración de la garantía constitucional del “derecho a la integridad
síquica”, la que a su vez relaciona con el término “acoso laboral”, estimando que las
conductas de su empleador se enmarcan en un acoso ó mobbing laboral. En este sentido,
cabe destacar que el concepto “mobbing” fue utilizado por primera vez por el sicólogo
alemán Heinz Leymann, por lo que se trata de un término propiamente del ámbito de la
sicología, aplicado al ámbito jurídico. Por su parte, Mahe-France Hirigoyen (doctora en
medicina) y una de las especialistas en esta materia, ha definido el “acoso moral laboral”
como “toda conducta abusiva (gesto, palabra comportamiento, actitud...) que atenta por
su repetición o sistematización, contra la dignidad o la integridad síquica o física de una
persona, poniendo en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo.” El Sr.
Leviche dice que “producto del hostigamiento debía laborar en un ambiente claramente
hostil, lo que se manifestaba en el trato humillante ya relatado, lo que unido a las
condiciones particularmente ignominiosas, determinan una grave lesión moral y un
menoscabo que causan una evidente afección psicológica”. Sin lugar a dudas, este relato
desproporcionado y falso no se condice con el hecho que el actor nunca presentó ningún
reclamo durante la relación laboral y ni siquiera exhibiera alguna licencia médica que
pudiera dar indicios de alguna afectación psicológica, como asegura ha sufrido.
Señala que existe una vasta doctrina multidisciplinaria que define las
características y alcances del acoso laboral. En general puede decirse que el acoso en el
trabajo está constituido por acciones reiteradas y sostenidas de hostigamiento, que
perduran por un tiempo determinado, y atentan contra la dignidad, salud o integridad de
algún trabajador y no un solo acto como es el caso de autos. En efecto, el actor sólo ha
especificado un solo incidente, que corresponde a dos llamadas telefónicas sostenidas el
último fin de semana del año 2013, puesto que todo lo demás han sido narraciones

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genéricas sin señalar las circunstancias de aquellas supuestas vulneraciones y. por tanto,
no se cumplen los requisitos para acreditar mobbing.
En cuanto a la discriminación, refiere que el actor, de manera muy errática, intenta
denunciar que ha sido víctima de algún tipo de discriminación aunque no precisa la forma
en que habría ocurrido, pese a citar algunas normas constitucionales, incluso sostiene que
el acoso laboral sería una forma de discriminación, en circunstancias que tienen distinto
tratamiento jurídico. Pero más allá de aquello, el artículo 485 inciso 2do del Código del
Trabajo, extiende la denuncia por tutela a los actos de discriminación que enumera el
artículo 2do del mismo código, a saber; “las distinciones, exclusiones o preferencias
basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión
política, nacionalidad, ascendencia nacional u origen social, que tengan por objeto anular
o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación. “El actor no
se ha señalado en base a cuál de estos motivos habría sido discriminado.
Indica que el artículo 19 N° 16 de la Constitución Política, también está dentro de
los derechos garantizados por el procedimiento de tutela, norma que prohíbe en su inciso
3ero cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad personal. Sin
embargo la protección del artículo 485 inciso 1° al art. 19 N° 16 de la CPE abarca sólo a la
libertad de trabajo, al derecho a su libre elección (incisos primero y segundo) y a lo
establecido en su inciso cuarto, cuando aquellos derechos resulten lesionados en el
ejercicio de las facultades del empleador. Nada se habla del inciso 3ero sobre la no
discriminación en general, puesto que para los temas de discriminación, el legislador
contempló su garantía a través del inciso 2do del artículo 485 en relación con el artículo
2do, ambos del Código del Trabajo.
Por ello refiere que el actor, en primer lugar no ha señalado los actos de
discriminación de que habría sido objeto y además se basa, para dar sustento jurídico a su
denuncia, en el artículo 19 N° 16 de la Constitución, en circunstancias que dicha norma es
improcedente para acusar discriminación mediante la presente acción de tutela.

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Concluye que conforme a las argumentaciones formuladas, la acción deducida


debe ser rechazada por cuanto no ha existido actuación de su representada que atentara
contra los derechos constitucionales que alega el actor que le fueron afectados, con
expresa condenación en costas.
En el segundo otrosí, contesta la acción subsidiaria de despido injustificado y cobro
de prestaciones e indemnizaciones, solicitando desde ya que sean rechazadas por no
tener sustento jurídico ni factico.
En ese sentido señala que el actor prestó servicios a su representada hasta el 31 de
diciembre de 2013, ocasión en la que fue desvinculado por la causal de necesidades de la
empresa, firmándose el 18 de febrero de este año, ante el notario de Ñuñoa, don Héctor
Brown, el finiquito del contrato de trabajo. Sin perjuicio que al Sr. Leviche se le pagó
escrupulosamente hasta el último peso que se le debía, tanto por horas extras, como por
vacaciones, sueldos, indemnizaciones por años de servicio y por indemnización sustitutiva
de aviso previo, el mismo trabajador declaró ante notario que “durante el tiempo que
prestó servicios a Comunidad Edificio Country Club Plaza, recibió de esta, correcta y
oportunamente el total de las remuneraciones convenidas, de acuerdo con su contrato de
trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de asignaciones familiares
autorizadas, horas extraordinarias cuando las trabajo feriados legales y que nada se le
adeuda por los conceptos antes señalados ni por ninguno otro, sea de origen legal o
contractual derivado de la prestación de servicios y/o término de los mismos , motivo por
el cual no teniendo reclamo ni cargo alguno que formular en contra de Comunidad Edificio
Country Club Plaza., le otorga el más amplio y total finiquito, declaración que formula libre
y espontáneamente, en perfecto y cabal conocimiento de todos y cada uno de sus
derechos ”. Menciona que la Excma. Corte Suprema pronunciándose sobre unificación de
jurisprudencia, ha asentado el concepto que el finiquito constituye "el instrumento
emanado y suscrito por las partes del contrato de trabajo, empleador y trabajador, con
motivo de la terminación de la relación de trabajo, en el que dejan constancia del cabal
cumplimiento que cada una de ellas ha dado a las obligaciones emanadas del contrato, sin
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perjuicio de las acciones o reservas con que algunas de las partes lo hubiere suscrito, con
conocimiento de la otra" (Manual de Derecho del Trabajo. Autores señor Thayer y Novoa,
Tomo III, Edit. Jurídica de Chile).
Concluye que el finiquito legalmente celebrado se asimila a una sentencia firme o
ejecutoriada y provoca el término de la relación en las condiciones que en él se consignan,
siempre que éste reúna los requisitos contemplados en el artículo 177 del Código del
Trabajo, esto es, debe constar por escrito y, para ser invocado por el empleador, debe
haber sido firmado por el interesado y alguno de los ministros de fe citados en esa
disposición. Además, se ha agregado a estos requisitos la formalidad conocida como la
ratificación, es decir, el ministro de fe actuante debe dejar constancia, de alguna manera,
de la aprobación que el trabajador presta al acuerdo de voluntades que se contiene en el
respectivo instrumento, indicando además el cabal cumplimiento de las obligaciones
emanadas del contrato laboral o la forma en que se dará satisfacción a ellas, en caso que
alguna o algunas permanezcan pendientes. En la especie se cumplen todos los requisitos
y, por tanto, el trabajador ahora no puede venir a cobrar prestaciones que no se adeudan
y que el mismo declaró solucionadas a través del respectivo finiquito, por lo que se debe
rechazar la demanda subsidiaria impetrada.
Sin perjuicio de lo ya señalado, el trabajador pretende cobrar mes de aviso y años
de servicio, en circunstancias que ambos conceptos le fueron pagados el 30 de enero de
2014, en el comparendo en la Inspección del Trabajo y asimismo pretende que no se le
descuente el aporte patronal del seguro de cesantía, en circunstancias que de acuerdo al
artículo 13 de la ley 19728, el aporte del empleador puede descontarse de las
indemnizaciones por años de servicio, es decir, que es un descuento plenamente válido y
legal. Finalmente concluye insólitamente que se le deben 392 mil pesos, olvidándose que
firmó finiquito de contrato sin reservas, documento que ni siquiera menciona en su
demanda.
Alude que el trabajador olvida que el finiquito tiene pleno poder liberatorio, es
decir, pone término definitivamente a la relación laboral, no existiendo a partir de su
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firma ningún vínculo que una al empleador con el trabajador. Por lo tanto, si se intenta
una demanda que pretenda discutir asuntos relativos a dicha relación laboral, esta carece
de causa.
Reitera la circunstancia que el demandante firmó finiquito SIN RESERVAS y, por
tanto, ahora no puede venir a solicitar que se declare despido injustificado porque no hizo
reservas con respecto a la causal ni con respecto a ningún concepto de la relación laboral
y, siendo así, los cobros de prestaciones, así como la demanda subsidiaria de despido
injustificado y pago de indemnizaciones deben ser rechazadas.
Sin perjuicio de lo referido respecto a la causal de despido, el demandante exige
indemnizaciones improcedentes e incompatibles, pues por un lado pide al tribunal que se
declare injustificado su despido y ordene pago con recargo del 80% (en circunstancias que
fue despedido por necesidades de la empresa y no por alguna causal del art. 160) y luego
solicita, además, recargo del 30% sobre la indemnización por años de servicio.
Concluye que tanto los cobros como la declaración de despido injustificado y las
indemnizaciones exigidas son improcedentes y solo cabe que no dé lugar a estas
pretensiones.
TERCERO: Que con fecha veintitrés de mayo de dos mil catorce, se llevó a efecto la
audiencia preparatoria que dispone el procedimiento, instancia en la cual y previo
traslado de la excepción de caducidad opuesta el tribunal procedió a rechazarla. Luego y
conforme los escritos de discusión se establecieron como hechos no controvertidos los
siguientes: 1. Existencia de una relación laboral entre las partes litigantes, en los términos
del artículo séptimo del Código del Trabajo y que esta data desde el día 7 de enero de
2011; 2. Función para el cual fue contratado el actor, esto es, de conserje a tiempo
parcial; 3. Jornada de 21 horas semanales distribuida de sábado 22:00 a 9:00 horas y
domingo de 21:00 a 7:00 horas, con un descanso de una hora por colación; 4. La
remuneración del actor asciende a $264.000; 5. Que el actor recibió carta con fecha 6 de
enero de 2014, en que se comunica su despido.

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Acto seguido se efectuó el llamado a conciliación, el que no prosperó, por lo que se


fijaron como hechos a probar los siguientes: 1. Fecha efectiva de término de la relación
laboral; 2. Existencia de actos vulneratorios de derechos fundamentales en contra del
actor y si tales actos motivaron el término del contrato de trabajo habido entre las
partes. Hechos y circunstancias que así lo demuestren; 3. Efectividad que, el despido en
cuestión, también podría estar motivado por una serie de actos discriminatorios en contra
del demandante; 4. Si los hechos contenidos en la carta de despido configuran la causal
invocada por la demandada a efectos de poner término a la relación laboral; 5.
Procedencia del descuento de $65.929.- por concepto de seguro por desempleo
correspondiente al aporte del empleador; 6. Existencia de un finiquito celebrado por las
partes de este juicio suscrita con fecha 18 de febrero de 2014. En su caso contenido y
alcance del mismo; 7. Efectividad de adeudarle al actor diferencias por concepto de
remuneración diaria y efectividad de adeudarle sumas por concepto de horas
extraordinarias.
CUARTO: Que con fecha veinticinco de junio de dos mil catorce, se llevó a efecto la
audiencia de juicio, instancia en la cual las partes procedieron a incorporar los medios de
prueba ofrecidos en audiencia preparatoria, consistentes en:
PARTE DENUNCIANTE:
Documental:
1. Contrato de trabajo de fecha 07/10/2011.
2. Liquidaciones de remuneraciones del año 2012; de enero a diciembre con excepción de
junio, agosto y septiembre de 2012.
3. Liquidaciones de remuneraciones de enero a noviembre de 2013.
4. Denuncia interpuesta por el trabajador ante la Inspección del Trabajo de fecha
2/01/2014.
5. Acta complementaria por denuncia de vulneración de derechos fundamentales de
fecha 10/01/2014.
6. Constancia dejada ante Carabineros De Chile de fecha 6/01/2014.
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7. Carta de despido de fecha 31 de diciembre de 2013, con copia del sobre.


8. Impresión de la página web de Correos de Chile de fecha 6/01/2014.
9. Acta de comparendo de conciliación de fecha 30/01/2014.
Documental que se tuvo por incorporada a través de su lectura resumida y también a
través de la digitalización en el sistema.
Confesional: de don Patricio Campos Gutiérrez, la que consta en audio.
Testimonial: de don Iván Leviche Zapata, declaración consta en autos.

PARTE DENUNCIADA:
Documental:
1. Contrato de trabajo de fecha 07/10/2011.
2. Acta de comparendo de conciliación de fecha 30/01/2014.
3. Finiquito de contrato de trabajo suscrito entre el demandante y la comunidad de
fecha 18/012/2014.
4. Carta de aviso de término de contrato de trabajo de fecha 31/12/2013.
5. Comprobante de carta de aviso para terminación de contrato de trabajo de fecha
03/01/2014.
6. Certificado de saldo de aporte del empleador extendido por AFC CHILE S.A. de
fecha 1/01/2014.
7. Comprobante de constancia laboral para empleadores de fecha 3 de enero.
8. Liquidaciones de marzo a diciembre de 2013.
Documental que se tiene por incorporada a través de su lectura resumida y también a
través de la digitalización en el sistema.
Testimonial: de don Enrique Segundo Espinoza Álvarez, y don Gerardo Cornelio Martínez
Solorza.
Otros medios de Prueba: se incorpora Oficio de la Inspección Comunal del Trabajo
Santiago Sur Oriente.

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QUINTO: Que del examen de los medios probatorios citados latamente de manera
precedente, se dan por establecidos los siguientes hechos:
a) Que aun cuando la existencia de la relación laboral habida entre las partes, fue
establecida como un hecho no controvertido del mérito del contrato de trabajo
suscrito entre las partes se logra tener por acreditado las labores del demandante,
conserje, y que efectivamente la remuneración del actor ascendía a la suma de $
20.000, como sueldo base diario, más los conceptos de colación y movilización, fijos y
diarios.
b) Que así también como la remuneración total mensual percibida por el actor no es un
hecho controvertido, se incorporaron a los autos liquidaciones de remuneraciones de
enero a diciembre de 2012, y de enero a noviembre de 2013, en virtud de las cuales
se observa que el monto de sueldo base diario desde marzo de 2013 a noviembre de
2013, sufrió una baja, de $ 20.522 a $ 19.090 en los meses de marzo y abril de 2013,
para luego mantenerse en $ 20.000.- desde los meses de mayo de 2013 a noviembre
de 2013.
c) Que a través de la carta de aviso de término de servicios, comprobante de envío
postal se tiene por establecido que la demandada dio cumplimiento a lo previsto en el
artículo 162 del Código del Trabajo, como también a través de su contenido se logra
conocer que el término de los servicios se produjo por la causal contenida en el
artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo, esto es, necesidades de la
empresa, fundado en la necesidad de reorganización de la planta de conserjes, turnos
y horarios, planes en que la función que desempeña no está considerada de la misma
forma para el futuro de la comunidad. Asimismo, la comunidad comenzará un plan de
orden interno económico que obliga a la demandada a reorganizar el gasto en
personal.
d) Que a través de constancia estampada ante la 14° Comisaría de Carabineros de San
Bernardo, de fecha 5 de enero de 2014, queda establecido que el actor estampó ante
aquél organismo policial una constancia dando cuenta que el día 4 de enero de 2014,
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a las 18.15 horas y en circunstancias que se encontraba en su domicilio particular


ubicado en Avda. Balmaceda N° 0736, comuna de San Bernardo y recibe una llamada
telefónica a su teléfono fijo, del cuidador José Corvalán, conserje y colega de su
persona, comunicándole que no tenía ingreso al edificio ubicado en Avda. Las Arañas
N° 5805, comuna de La Reina, ya que se encontraba despedido sin saber antecedente
de lo anterior.
e) Que a través de denuncia efectuada ante la Inspección del Trabajo de 2 de enero de
2014, quedan establecidos los hechos que el actor denuncia ante aquél organismo.
Asimismo a través del acta complementaria queda también establecida la
inadmisibilidad determinada por aquél organismo administrativo.
f) Que conforme consta en acta de comparecencia celebrada ante la Inspección del
Trabajo, de fecha treinta de enero de 2014, queda establecido entre otras cosas, que
en relación a los conceptos tratados existe acuerdo entre las partes respecto del
feriado legal/proporcional, indemnización sustitutiva del aviso previo, indemnización
por años de servicios. Que la sumatoria de los conceptos antes indicados dio como
resultado la cantidad de $784.000.-, a lo que se le descontó la cantidad de $65.929.-
por concepto de seguro de cesantía, arroja la cantidad de 718.071.-, pagándose en tal
acto la suma de $ 630.100.-, adeudándole la suma de $ 87.971.-; que en dicha acta en
las observaciones finales del Inspector conciliador, se deja constancia que el
trabajador hace entrega del uniforme al Sr. Administrador y se le informa al
reclamante que tiene derecho a interponer demanda en los tribunales de justicia, por
los conceptos reclamados. Que de no contar con la asesoría legal, podrá recurrir a las
oficinas de la Defensoría Laboral ubicadas en calle San Pablo N° 1224-1226-1228,
Santiago.
Que se observa en dicha acta que el reclamo formulado por el demandante dice
relación al despido, que el mismo fue verbal y en forma telefónica el día 4 de enero de
2014, que se le habría señalado al actor que no podría ingresar al recinto de trabajo.
Aparece en tal documento que se aceptan los pagos ofrecidos, sin perjuicio de la
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demanda que se iniciará ante los tribunales de justicia en todo aquello que no se haya
llegado a acuerdo en dicha comparecencia. Declara el demandante que los conceptos
reclamados dicen relación con el feriado legal/proporcional; indemnización sustitutiva
del aviso previo; indemnización por años de servicios; finiquito, diferencia de
remuneraciones período laborado (monto que se consignará en la demanda), y
descuentos no autorizados (montos que serán consignados en la demanda).
g) Que a través del documento denominado finiquito de contrato de trabajo, queda
establecido que con fecha 17 de febrero de 2014 las partes, demandante y la empresa
demandada suscribieron el respectivo finiquito en virtud del cual declaran que el
actor prestó servicios desde el 7 de octubre de 2011 y hasta el 31 de diciembre de
2013, fecha esta última en la cual se produjo la terminación de los servicios por
aplicación de la causal contenida en el artículo 161 inciso primero del Código del
Trabajo. Se deja constancia en la cláusula segunda de aquél instrumento que el
demandante declara recibir en el acto de la suscripción, a su entera satisfacción por
parte de la demandada, los valores que se indican por los conceptos que se detallan,
esto es, diferencia de indemnización determinada por el Inspector Conciliador en
comparendo de 30 de enero de 2014, esto es, la suma de $87.971.-; que a su vez en la
cláusula tercera de aquél instrumento el demandante deja constancia que durante el
tiempo que prestó servicios a la comunidad Edificio Country Club Plaza, recibió de
ésta, correcta y oportunamente el total de las remuneraciones convenidas de acuerdo
con su contrato de trabajo, clase de trabajo ejecutado, reajustes legales, pago de
asignaciones familiares autorizadas, horas extraordinarias cuando las trabajó, feriados
legales, y que nada se le adeuda por los conceptos antes señalados, ni por ningún
otro, sea de origen legal o contractual derivado de las prestaciones de sus servicios
y/o término de los mismos, motivo por el cual, no teniendo reclamo ni cargo alguno
que formular en contra de la Comunidad Edificio Country Club Plaza, le otorga el más
amplio y total finiquito, declaración que formula libre y espontáneamente, en

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perfecto y cabal conocimiento de todos y cada uno de sus derechos. Que tal
documento fue firmado por las partes ante Notario Público don Héctor Bown Ortega.
h) Que a través de carta de aviso de término de despido, comprobante de envío postal y
comunicación dirigida a la Inspección del Trabajo, se deja constancia respecto de las
formalidades que dispone el artículo 162 del Código del Trabajo.
i) Que a través del certificado de pago de cotizaciones previsionales extendido por
Previred., se colige el cumplimiento de parte de la demandada en cuanto al entero de
estos conceptos.
j) Que asimismo y a través del certificado de saldo de aporte de seguro de cesantía se
tiene por establecido que el monto aportado al empleador ascendió a la suma de $
65.929.-
k) Que a través de la declaración del único testigo del demandante, quien a su vez es su
hermano, el tribunal se pudo ilustrar acerca del trato que el actor recibió de parte del
representante legal de la empresa demandada.
l) Que a través de la prueba confesional ofrecida por el demandante y que dice relación
con la declaración del representante legal de la demandada, se tiene por establecido
el reconocimiento de parte de don Patricio Campos, en cuanto a la rebaja de la
remuneración diaria del demandante, como también de la cantidad de años que se
desempeña como administrador.
SEXTO: Que a través de la presente acción, el demandante afirma que el verdadero
motivo de su exoneración no obedece a la causal invocada por la parte demandada, sino
que el mismo obedece a la culminación de reiterados actos de acoso sufridos por el
nuevo administrador el Sr Campos, actos que a su juicio vulneran su dignidad como
persona y trabajador, lo que se encuentra amparado tanto por el artículo 1, inciso
primero de la Constitución Política de la República, y que suponen además una evidente
transgresión a su dignidad personal y una grave falta de respeto a su condición de
trabajador, relacionado con lo dispuesto en el artículo 2 del Código del Trabajo. Refiere
que la transgresión a su dignidad personal y laboral debe ser reconducida a los derechos
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fundamentales tutelados por este procedimiento, esto es, artículos 19 N° 1 de la


Constitución Política de la República, además a la prohibición constitucional de
discriminación laboral (artículo 1 inciso 1, 19 N° 2 y N° 16 inciso tercero de la Constitución
Política de la república y el derecho a la Honra, artículo 19 N° 4 de la Constitución Política
de la República.
SEPTIMO: Que al respecto cabe señalar que la acción de tutela establecida a través
de la Ley 20.260, comprende dos tipos de derechos fundamentales, aquellos que tienen
un origen constitucional y otros que se les reconoce un origen legal; que a fin de
responder y con ello detener la vulneración a tales derechos, es necesario que el
trabajador de a conocer al ente jurisdiccional, los indicios suficientes de tal vulneración,
quedando en manos del empleador, en tal caso y de manera exclusiva, la justificación de
la medida adoptada y su proporcionalidad, tal como lo establece el artículo 493 del
Código del Trabajo, como a su vez, demostrar que aquél acto obedece a motivos
razonables y necesarios.
En otros términos, se entiende que se vulneran estos derechos cuando en el
ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al empleador se limita el pleno ejercicio
de aquéllos respecto de los trabajadores, sin justificación suficiente, en forma arbitraria o
desproporcionada, o sin respeto a su contenido esencial.
Por ello la falta de fundamentación de la actuación del empleador que lesiona uno
o más derechos fundamentales o su desproporción, serán señal inequívoca de lesión de
derecho fundamental, con las consecuencias que ello conlleva en base a la Ley 20.260; en
tal sentido al empleador no le ha de bastar como argumentación frente a un reproche de
afectación a un derecho fundamental del trabajador, que se ha limitado a ejercer su
potestad de mando, sino que deberá justificar adecuadamente, el referido juicio de
proporcionalidad.
Que cabe considerar que en un juicio de tutela, a la denunciante sólo le
corresponde aportar indicios para ilustrar al tribunal que se ha producido esta afectación
y vulneración que está pretendiendo, para así generar la “duda razonable” al
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sentenciador, y la existencia de la misma; que aun cuando esta aportación de indicios,


implican la obligación de acreditar su existencia, se le aliviana la carga probatoria, pues se
le exige un menor estándar de comprobación, pues se le pide que proporcione datos o
elementos que puedan servir de base para que lo denunciado, se pueda presumir como
verdadero.
En base a lo anterior, y del mérito de la prueba citada, en el motivo anterior, a
juicio de esta sentenciadora se cumple con el tipo exigido por el legislador sobre este
punto, de tal suerte que acreditados los indicios suficientes exigidos por el legislador;
corresponde en tal escenario acreditar y explicar a la empresa denunciada los
fundamentos de las medidas adoptadas y su proporcionalidad, demostrando así la
legitimidad de su conducta o la legitimidad de la decisión que significó la separación, del
trabajador dando razón de las medidas adoptadas y desvirtuando cualquier duda al
respecto.
OCTAVO: Que, correspondiendo a la empresa denunciada explicar los
fundamentos de la medida adoptada y su proporcionalidad, a juicio de esta sentenciadora,
de los antecedentes probatorios incorporados no resultan suficientes para la explicación
esperada.
En efecto, a través de la prueba confesional rendida por el representante legal de
la empresa demandada, se observa que la justificación entregada por don Patricio Campos
no resulta suficiente e idónea acerca de la rebaja en el monto de la remuneración diaria
del demandante, desde el mes de marzo de 2013, cuyo valor si bien no fue significativo
demuestra una imposición unilateral de parte del empleador que no reviste, como se ha
dicho, motivación alguna, siendo en este caso más cuestionable en razón que fue el
mismo representante legal de la empresa demandada quien reconociendo que con sus 16
años de trayectoria en la misma labor, de administrador, sabe que cualquier modificación
en el contrato de trabajo de sus dependientes debe existir un anexo de contrato que así lo
devele, situación que en el caso del demandante no se dio. A mayor abundamiento se

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observa también que esta rebaja se produce coincidentemente con la llegada del
representante legal de la empresa demandada.
Que asimismo y a través de la prueba rendida por la parte demandada esta
sentenciadora no logra formarse plena convicción para dar por acreditada la causal
invocada y por el contrario, a través de la declaración del testigo presentado por el actor,
esta juez se logró ilustrar del trato del que era objeto de manera habitual el demandante,
trato que evidencia el poder del empleador por sobre el trabajador en la relación de
trabajo, y que escapa al afán de corrección que enuncia el empleador en su escrito de
contestación, afán que por cierto no se encuentra consagrado en la forma como lo realiza
la demandada.
NOVENO: Que, entre otras, la normativa aplicable en el presente caso, según lo
indica el demandante es el artículo 2, 485, ambas del Código del Trabajo y artículo 19 N° 1
y N° 4 de la Constitución Política de la República.
Que al respecto cabe recordar que el artículo Art. 2°, en sus incisos segundo,
tercero y cuarto, dispone lo siguiente: “Reconócese la función social que cumple el trabajo
y la libertad de las personas para contratar y dedicar su esfuerzo a la labor lícita que elijan.
Las relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la
dignidad de la persona. Es contrario a ella, entre otras conductas, el acoso sexual,
entendiéndose por tal el que una persona realice en forma indebida, por cualquier medio,
requerimientos de carácter sexual, no consentidos por quien los recibe y que amenacen o
perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo. Asimismo, es contrario
a la dignidad de la persona el acoso laboral, entendiéndose por tal toda conducta que
constituya agresión u hostigamiento reiterados, ejercida por el empleador o por uno o más
trabajadores, en contra de otro u otros trabajadores, por cualquier medio, y que tenga
como resultado para el o los afectados su menoscabo, maltrato o humillación, o bien que
amenace o perjudique su situación laboral o sus oportunidades en el empleo.
Son contrarios a los principios de las leyes laborales los actos de discriminación.

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Los actos de discriminación son las distinciones, exclusiones o preferencias basadas


en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión política,
nacionalidad, ascendencia nacional u origen social, que tengan por objeto anular o alterar
la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación.”
Por su parte el artículo 485 del Código del Trabajo, a su vez dispone lo siguiente:
“El procedimiento contenido en este Párrafo se aplicará respecto de las cuestiones
suscitadas en la relación laboral por aplicación de las normas laborales, que afecten los
derechos fundamentales de los trabajadores, entendiéndose por éstos los consagrados en
la Constitución Política de la República en su artículo 19, números 1°, inciso primero,
siempre que su vulneración sea consecuencia directa de actos ocurridos en la relación
laboral, 4°, 5°, en lo relativo a la inviolabilidad de toda forma de comunicación privada, 6°,
inciso primero, 12°, inciso primero, y 16°, en lo relativo a la libertad de trabajo, al derecho
a su libre elección y a lo establecido en su inciso cuarto, cuando aquellos derechos resulten
lesionados en el ejercicio de las facultades del empleador.
También se aplicará este procedimiento para conocer de los actos discriminatorios
a que se refiere el artículo 2° de este Código, con excepción de los contemplados en su
inciso sexto.
Se entenderá que los derechos y garantías a que se refieren los incisos anteriores
resultan lesionados cuando el ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al
empleador limita el pleno ejercicio de aquéllas sin justificación suficiente, en forma
arbitraria o desproporcionada, o sin respeto a su contenido esencial. En igual sentido se
entenderán las represalias ejercidas en contra de trabajadores, en razón o como
consecuencia de la labor fiscalizadora de la Dirección del Trabajo o por el ejercicio de
acciones judiciales. Interpuesta la acción de protección a que se refiere el artículo 20 de la
Constitución Política, en los casos que proceda, no se podrá efectuar una denuncia de
conformidad a las normas de este Párrafo, que se refiera a los mismos hechos.”

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Por su parte propone el artículo 19 de la Constitución Política de la República, en


sus numerales 1 y 4, lo siguiente: “Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las
personas: 1º.- El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.
La ley protege la vida del que está por nacer.
La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada
con quórum calificado.
Se prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo;
4º.- El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su
familia.”
Cabe expresar además que en este caso, es importante conocer cuál ha sido la
intención del legislador al regular el acoso laboral, como también descubrir en qué casos
específicos nos encontramos en presencia de un acto de esta naturaleza, en tal sentido se
debe considerar además que el Diccionario de la Real Academia Española, a partir de una
modificación de la definición del acoso sexual, define al “Mobbing”, como formas
complejas "acoso moral" o "psicológico", con que se alude a una "práctica ejercida en las
relaciones personales, especialmente en el ámbito laboral, consistente en un trato
vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente";
las consideración del legislador para sancionar esta conducta en materia laboral, es un
definirlo como una conducta consciente y sistemática, repetitiva, de hostigamiento contra
un trabajador, siendo la más común, la que se da de un jefe a un empleado (descendente),
no obstante también se puede dar entre pares (horizontal) o incluso de subordinados
hacia sus jefes (ascendente), así lo describe
Que de acuerdo con lo establecido en el inciso segundo del art. 2º del Código del
Trabajo, modificado por la ley Nº 20.607 (publicada en el Diario Oficial de fecha 08.08.12),
el acoso laboral es toda conducta que constituya agresión u hostigamiento reiterados,
ejercida por el empleador o por uno o más trabajadores, en contra de otro u otros
trabajadores, por cualquier medio, y que tenga como resultado para el o los afectados su
menoscabo, maltrato o humillación, o bien que amenace o perjudique su situación laboral
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o sus oportunidades en el empleo. La norma legal señala además que el acoso laboral es
contrario a la dignidad de la persona.
Que por su parte, la Dirección del Trabajo ha llegado a establecer mediante Ord.
3519/034 de 09.08.2012 que acoso laboral es "...todo acto que implique una agresión
física por parte del empleador o de uno o más trabajadores, hacia otro u otros
dependientes o que sea contraria al derecho que les asiste a estos últimos, así como las
molestias o burlas insistentes en su contra, además de la incitación a hacer algo, siempre
que todas dichas conductas se practiquen en forma reiterada, cualquiera sea el medio por
el cual se someta a los afectados a tales agresiones u hostigamientos y siempre que de
ello resulte mengua o descrédito en su honra o fama, o atenten contra su dignidad,
ocasionen malos tratos de palabra u obra, o bien, se traduzcan en una amenaza o
perjuicio de la situación laboral u oportunidades de empleo de dichos afectados".
DECIMO: Que del mérito de la prueba antes citada, esta sentenciadora concluye
que desde el arribo de un nuevo representante legal de la demandada, don Patricio
Campos, comenzó en contra del demandante una serie de actos de hostigamientos en su
persona, actos de hostigamientos que se traducen y evidencian en la práctica, a través de
la rebaja de la remuneración diaria del demandante, según se observa con el mérito de
sus liquidaciones de remuneraciones desde el mes de marzo de 2013 en adelante, como
también con el trato de palabra proferido en contra del demandante, al referirse respecto
de la persona del actor con garabatos.
Sin duda alguna este actuar de parte del representante legal de la demandada
implica en la persona del trabajador verse disminuido al interior de la empresa, y además
verse obligado a soportar la conducta del empleador respecto de su persona, sólo con la
finalidad de mantener su fuente de ingresos. Tan determinante fue este poder de
dirección y de mando de parte del empleador que el día 31 de diciembre de 2013, decide
sin justificación alguna, razón aparente o necesidad suficiente poner término de los
servicios del trabajador, aunque si bien invocando una causal de término de servicios que
otorga derecho al trabajador respecto del pago de las indemnizaciones legales,
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transparenta la estabilidad relativa en el empleo que contempla el ordenamiento jurídico


laboral, en virtud de la causal del artículo 161 inciso primero del Código del Trabajo, en
relación al libre despido.
En tal escenario respecto de la denuncia formulada, a juicio de esta sentenciadora,
la demandada ha incurrido únicamente en la vulneración de la garantía constitucional
consagrada en el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, como también
ha incurrido en infracción al artículo 2 del CT.
No obstante lo anterior y respecto de la vulneración denunciada, que dice relación
con el respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia,
establecida en el artículo 19 N°4 de la Constitución Política de la República, será rechazada
en razón de que no se logró demostrar la acusación que denuncia el demandante.
DECIMO PRIMERO: Que establecido lo anterior, dada la existencia de indicios
suficientes en relación a la vulneración denunciada, y la falta de fundamentación y
proporcionalidad de parte de la denunciada, en relación a la medida adoptada se colige
que ha existido de parte de la demandada la lesión a la garantía consagrada en el artículo
19 N° 1 de la Constitución Política de la República, en relación a lo establecido en el
artículo 485 del Código del Trabajo, por lo que se acoge la acción de tutela deducida y se
estima que la demandada vulneró y afectó, como se indicó la garantía fundamental
consagrada en el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política de la República, y
considerando que dicha vulneración significó la separación del trabajador de sus labores,
con fecha 31 de diciembre de 2013, por aplicación del artículo 161 inciso primero del
Código del Trabajo, esto es, necesidades de la empresa, y de conformidad a lo establecido
en el artículo 489 inciso tercero del Código del Trabajo, se ordena el pago de una
indemnización adicional, la que regula esta Juez en 6 remuneraciones.
Que el monto anterior se determina, considerando para ello la decisión adoptada
por la demandada, la que como ya se dijo significó el despido del trabajador y la pérdida
de su fuente de ingresos que le ha servido de sustento, tanto para el como para su grupo
familiar, situación que únicamente conduce a concluir que desde la llegada de don Patricio
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Campos en su calidad de empleador, siempre tuvo la intención de despedir al


demandante y para ello ejerció dos mecanismos que implicaban producir un
hostigamiento y acoso en la persona del trabajador.
DECIMO SEGUNDO: Que respecto de la acción deducida de manera conjunta esta
sentenciadora dará lugar a la misma, dado el reconocimiento que efectuó la demandada
en la persona del representante legal acerca de la rebaja en la remuneración del actor.
DECIMO TERCERO: Que en cuanto a la petición subsidiaria, y que quedara
pendiente de resolución, habida consideración de la conciliación a la cual arribaron las
partes en audiencia celebrada ante la inspección del Trabajo, y estimando que la causal
esgrimida por la parte denunciada, no fue debidamente justificada, se ordena a su vez el
incremento del 30% por sobre la indemnización por años de servicios, conforme lo ordena
la letra a) del artículo 168 del Código del Trabajo.
DECIMO CUARTO: Que en relación a la alegación de la demandada respecto del
poder liberatorio que ha significado en esta causa el finiquito suscrito entre las partes con
fecha 17 de febrero de 2014, la misma será rechazada, analizados las declaraciones
formuladas por las partes, en especial el actor, en acta de comparecencia celebrada ante
la inspección del trabajo con fecha 30 de enero de 2014, como a su vez la orden efectuada
por el fiscalizador en dicha comparecencia respecto de las sumas en las que se ha
producido el acuerdo, de manera que esta sentenciadora, en virtud del principio protector
del derecho del trabajo, no puede desconocer los derechos que ha dejado reservado el
trabajador en el acta de 30 de enero de 2014.
DECIMO QUINTO: Que en relación a la medida reparativa pretendida por la parte
demandante, se dará lugar a la misma, debiendo la parte denunciada acompañar a esta
causa un listado que dé cuenta el número de trabajadores dependientes de su empresa y
la debida constancia de la entrega de un ejemplar del presente fallo.
DECIMO SEXTO: Que se estima que será condenada en costas la demandada, al
haber sido totalmente vencida, regulándose las mismas en un 10% de los montos
ordenados pagar al demandante.-
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DECIMO SEPTIMO: Que los demás antecedentes que fueron incorporados, en nada
alteran o desvirtúan lo ya resuelto.
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 1, 7, 11, 63, 73, 161, 168,
172, 173, 420, 425 y siguientes, 485 a 495 del Código del Trabajo; se declara:
I. Que se acoge la denuncia de tutela y se declara que la COMUNIDAD
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del trabajador, consagrada en el artículo 485 del Código del Trabajo,
específicamente el N° 1 del artículo 19 de la Constitución Política de la
República y artículo 2 del Código del Trabajo.
II. Que asimismo y en relación a la acción formulada en forma conjunta, se
accede a la demanda por tales conceptos, debiendo enterar la demandada
la suma de $7.040 por concepto de diferencias en las remuneraciones del
actor entre los meses de marzo a diciembre de 2013, y además la suma de
$25.164, por concepto de horas extraordinarias.
III. Que en cuanto a la acción subsidiaria, se califica que el término de los
servicios de la denunciante, no se ajustó a derecho y es improcedente.
IV. Que asimismo la denunciada deberá pagar al actor las siguientes sumas por
los conceptos que se indican:
a) $1.584.000.-, por indemnización adicional, conforme lo establece el
artículo 489 inciso tercero del Código del Trabajo.
b) $124.800.-, por incremento del 30% establecido en la letra a) del
artículo 168 del Código del Trabajo.
V. Que se condena en costas a la parte denunciada, por haber sido totalmente
vencida, regulándose las mismas en un 10% de los montos ordenados pagar
al trabajador.
VI. Ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia, cúmplase con lo
dispuesto en ella dentro de quinto día y en caso contrario certifíquese

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dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza


Laboral y Previsional de Santiago.
Regístrese, notifíquese, hágase devolución de los documentos que fueron
incorporados por las partes ejecutoriada que se encuentre la presente sentencia y
archívense los antecedentes en su oportunidad.
RIT : T-190-2014
RUC : 14- 4-0012858-9

Pronunciada por ALONDRA VALENTINA CASTRO JIMENEZ, Juez Titular del Primer
Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.

En Santiago a siete de julio de dos mil catorce, se notificó por el estado diario la
sentencia precedente.

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