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A PLENO PULMÓN

ASTRÓLOGOS Y BRUJOS

Federico Henríquez Gratereaux

Si no hubiese quienes creyeran en los horóscopos, los periódicos


no se ocuparían en publicarlos. Hay agencias de servicios periodísticos
que suministran horóscopos a centenares de diarios en todo el mundo.
Los astrólogos siempre han vivido muy bien, amparados en la
credulidad de la gente. Existen tiendas especializadas en la venta de
broches y prendedores con los signos del zodíaco. Una señora de
mediana edad entró en “un dispensario zodiacal” y preguntó: ¿Tiene un
brazalete con el signo de sagitario? –Si, señora, lo tenemos; este le
cuesta ochocientos pesos; es de plata con adornos de bronce. La
señora abrió su bolso, pago y pidió que le empacaran el brazalete
“como regalo”.

Mientras el tendero sacaba el brazalete del exhibidor con cristales,


interrogó a la compradora. -¿Cree usted en la influencia de los astros?
-Claro que sí; si los planetas y las estrellas afectan las mareas y
determinan el clima de cada época del año, pueden influir también en
la vida de las personas. Conozco individuos mansos y tranquilos; y
sujetos revoltosos, turbulentos, que “pasan la vida dando guerra”. Esto
se debe al signo del zodíaco en que han nacido. “Eso no lo despinta
nadie”. Hay tipos que nacen para mandar; otros vienen al mundo para
obedecer. Unos tienen energía de sobra; otros son “blandongos”.

Me han contado la historia de un médico cirujano, de


nacionalidad cubana, que entraba al quirófano con el atuendo propio
de sus colegas profesionales… pero descalzo; para que la operación
quirúrgica que iba a realizar resultara satisfactoria era preciso “pisar la
tierra”, afirmaba este cirujano, intimo amigo de Fidel Castro. Según la
mitología griega, para vencer a Anteo el todopoderoso Hércules tuvo
que levantarlo en vilo, a fin de que no tocara la tierra, de cuyo calor y
humedad extraía enorme fuerza.

Hombres y mujeres de todas las épocas, sin importar las


condiciones sociales, ni los niveles de educación, han llamado a las
puertas de astrólogos y adivinos para intentar saber “como seria su
destino”. Los políticos, quienes usualmente tienen en sus manos los
destinos de muchos ciudadanos, también consultan astrólogos.
Algunos prefieren brujos del rito “voudu” y viajan a Haití para
“someterse a exámenes”; o a buscar resguardos y amuletos.(9/9/2012)

henriquezcaolo@hotmail.com

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