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Diana Carrid-Invernizzi (Dir,)
*mEMBAJADORES CULTURALES
TRANSFERENCIAS Y LEALTADES
DE LA DIPLOMACIA ESPANOLA
DE LA EDAD MODERNA
® Diana Carrié-Invernizzi (dir.)
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DEL DIPLOMACIA ESPANOLA DE LA EDAD MODERNA
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INDICE
Prilogo: Slain Hugon
Inroduccibn: Diana Caris-Invernizai
1, PLURALIDAD DE ACTORES EN LA EXPANSION
NEGOCIADA DE UN IMPERIO GLOBAL.
Los actores de la diplomacia hispano-magrebi a comienzos de
la Edad Moderna (1492-1516). José Miguel Etribano Paez
EI “Rey Prudente” ante el "Hijo del Cielo": una embajada agustina
de Felipe Il al emperador de la China (1575-1582). Diego Sola
Dos visiones de la diplomacia hispano-persa en el sigho XVH: Uruch Beg
y Don Garcia de Silva y Figueroa. Dolores Pepin Si
ints across the Mesiterranean sea. The 1784 Spanish Gittembassy to
Constantinople and its ross cultural diplomat practice. Pablo Hedin: Sou
2, EMBAJADORES OFICIALES Y SUS ESTRATEGIAS
CULTURALES EN LAS CORTES EUROPEAS
From Ambassador to Cardinal? Francisco de Vargas at the papal
court (1559-63). Miles Pattenden
Embodying the portrait of the perfeet ambassador: The first Count
of Gondomar and the role of print culture and cultura literacy
{in Anglo-Spanish relations during the Jacobean period, Emvesio Ovarbide
‘The diplomacy of leters of the Count of La Roca in Venice (1632-1612)
Conchi Gutirres
CopyrightManuel de Lira, Spanish Ambassador to The Hague (1671-1678),
‘The home of the ambassador and his role as agent of artists
and act collectors. Diana Carri. rmernizzi
La embajada del V1 conde de Fernin Nuiiez en Lisboa (1778-1787):
tun ejemplo de promocidn social a través dela diplomacia,
José Antonio Vigara Zahra
AGENTES INFORMALES ¥ SU MEDIACION CULTURAL
EN ROMA Y NAPOLES
La embajada extraordinaria del Condestable de Navarra ante Urbano VIII
cen 1627 y Guido Reni, David Garcia Cueto
‘Leonor Maria de Guzman (1590-1654), VI condesa de Montertey,
de “Embaxatriz" en Roma a “virreina” de Napoles, Ange! Rivas ATheldyjo
El regalo de cantatas para el marqués de Aytona y su valor
iplomético en la corte de Napoles (1688-1690). Chiara Peltocia
4, EMBAJADORES EN LOS MARGENES DEL PODER EN MADRID.
Y SUS LEALTADES COMPARTIDAS:
GGestores de la Real Justicia: recursos del arte de litgara distancia
cen la Nueva Espatia del siglo XVIt Oar Mein
““Cavaliero di belle lettre e di gentiltsimi costumi ornato”. El perfil
cultural de los embajadores napolitanos en Madd (iglos XVLy XV).
ids Maui
Juana o Johanna?: cultura mixta, doble identidad y bilingaismo
‘de las embajadoras imperiales en la corte de Madcid (1663-1676).
Leura Olivin Semtalesra
PROLOGO
1 Alain Hugon
La historia diplomética naci6 en el sigh XIX,
crédito entre Ios historiadores por su estrecha relacibn con la fundacion ideolbgica
pero conocié luego un largo des-
de los EstadosNacién const tucibn, Todos los nacionalis-
‘mos europeos, ya fueran italiano, alemén, espafol o francés, exaltaron los grandes
‘momenios de su historia, construyendo su “narrativa nacional”, un relato com
puesto por las hazafias y gestas de los hombres ilustres que destacaban en las ba
tallas; en las victorias mas que en las derrotas... Algunas veces, se presentaban en
ella las acciones militares como inscrtas en los genes del pueblo; otras, se percibian
como sancidn que rellejaba las relaciones de fuerza entze potencias. Pertenecian
una historia que parecia un largo caminar hacia la formaein de la naci6n, un
caminar a veces cabtico, pero coherente. A su ve2, los tratados diplomaticos se
concebian como fruto de a accién de hombres ilustres y producto de los aconteci-
‘mientos militares, cuyos principales protagonistas eran glorificados. El trabajo de
los diplomaticas consistia en codifiear las nuevas relaciones de fuerza entre adver:
sarios. La calidad de los negociadores, su formaci6n y origen podian influir en et
contenido de fos tratados, sin duda, pero la significacin que se les daba arraigaba
en una concepeién histérica global: la de la marcha hacia la formacién del Estado
nacional que debia llevar las sociedades a su culminaciéa.
idos o en via de consti
F1 gusto de esta historia diplomatica det siglo x1x por la deseripein factual de
las negociaciones, a 1a que relacionaba con Ia historia-batalla y con la accién de
{os hombres ilustres, entr6 en claro declive después de la Primera Guerra Mundial
Hasta entonces, los historiadores se pontian como meta reunir y empalmar, uno tras
otr9, los “hechos hisi6ricos” definides principalmente como unos acontecimientos
politico-militares con el fin de oftecer una coherencia con la “Historia nacional”
de cada pais; la conflagracion mifitar que desembocd en la més destructiva de las
‘guerras modernas trastorné las estructuras sociales y las ideologlas de aquellas so-ciedades. Si bien se puede discutir la tesis de Arno Mayer (1983), el fin de la hege
‘moni politica, social, euando no militar, dela aristocracia se hizo patente después
de 1918, acompafiado por el proceso de desintegracién de las monarquias entre las
dos guerras. Pacadbjicamente el nico seetor en que la nobleza resstia fue ede la
diplomacia, cada vez més asociada con la representacién de cierto cosmopolitisme
y no del Estado nacional.
Las rupturas procedentes de la Primera Guerra Mundial favorecieron las mira
as criticas hacia la funcién del historiador y las concepciones de Ia historia. Con
Henri Pirenne y Mare Bloch, esas eriticas dispararon sus flechas contra la histo
‘ia batalla y su socia, la historia diplomatica, en provecho de la adopcion de nuevos
‘métodos historicos y del nacimiento de nuevos objetos de estudio —demogriticos,
econémicos, sociolégicos..— de los que la Escuela de los Annales constituye una de
las expresiones mis clarasy fecundas,
Un siglo después de esta ruptura,casistimos al retorno de la historia diplomati-
a? Incontestablemente, desde finales de 10s aftos ochenta, este Ambito de la histo
a conoce una renovacin que se traduce por una metamorfosis de los campos de
analisis y por el empleo de métodos no utilizados hasta entonces. De hecho, este
libro, coordinado por Diana Carrid-lnvernizzi constituye uno de los ejemplos mis
cevidentes del vigor y la riqueza de esta “nueva historia diplomatica”: aqui no hay
descripcién de las negociaciones, ni anilisis de los tratados, ni reconstitucion de las
sitvaciones politico-militares que permitan explicar las causas de la decadencia 0
cL apogeo de un Estado o un pucblo. Claro esti, todos los estudios presentados en.
ste yolumen tratan del Imperio espaol, de diversos componentes patrimoniales
de sus soberanos (Castilla, Aragon, Napotes, Flandes, Indias de Castilla, ete) y
de las retaciones que mantenian entre sy, sobze todo, con los demés prineipadas
soberanos. A esta unidad geopolitica del Imperio espanol responde asimismo una
Unidad de tempo que coincide con los tres siglos del period moderno, con una
fuerte insistencia en el tiempo de los Austrias, desde Carlos V hasta Carlos Il. Pero
la originalidad de esta obra radica en la tomatica clegida: la “diplomacia cultural”
ue Diana Carrib-Invernizzi define en su introduccién como una apectura hacia las
culturas y las sociedades exteriores que favorece intercambios y transferencias cul-
turales a través de la presencia de representanies acogidos en el seno de potencias
extranjeras,
Aan Mugen
Pregonando asi una historia de Ia “diplomacia cultural” de la Monarguia Cats.
lica, as reflexiones presentadas en este volumen cuentan con los aportes histori:
srificos de las tes iltimas décadas a propésito de la historia cultural en el sentido
lato dela palabra (la Kieu) —incluyendo el habitus— y de la historia de las media
ciones; las relaciones de autoridad ya no son meras relaciones de mando de tipo
piramidal, sino relaciones de indole compleja y contiadictoria. En efecto, cl analisis
de la accidn diplomatica no puede limitarse a una concepeitn monolitica e indie.
renciada del poder, Este aparece de manera compuesta, multiple y a veces contradic
torla, Desde los trabajos de Michel Foucault, e estudio de las mediaciones privilegia
1a presentacion matizada de los actores y oftece perspectivas diversas sobre su tipo
y funcién, Silas reflexiones sobre a diplomacia cultura siguen tratando de los em.
bajadores, estos ya no constituyen los Gnicos actores en el extranjero. Otros agentes
contribuyen a esta diplomacia del Rey Catdlico: procuradores y diputados enviados
al soberano en nombre del libre acceso al rey ¥ del ins leationis, o también merea
dderes y rligiosos mandados a Iejanas provincias. Aprovechando los aportes de la
historia de género, la importancia de las mujeres llama la atencidn en este libro al
subrayar una vez mas la pluralidad de fos actores en términos especialmente (ecun-
dos. La existencia¢ influencia de redes oftecen tantos medios como obsticulos para
la gestion de Jos negocios: si los representantes escuchan, hablan y negocian para e
‘mayor beneficio de sus mandatarios, no olvidan sus propios intereses ni los de sus
allegados, lo cual a su ver influencia la accién diplomitica. Se ve claramente en los
servicios que los actores prestan a su linaje y parentla, asus casas de comercio o sus
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