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David P. Santibáñez
Universidad Católica Silva Henríquez, Escuela de Educación Inicial, General Jofre 462, Santiago, Chile.
Claudia A. Vergara
Universidad Alberto Hurtado, Facultad de Filosofía y Humanidades, Santiago, Chile & Illinois Institute of
Technology, Mathematics and Science Education Department, Chicago, IL, USA. e-mail:
Juan P. Jiménez & Hernán L. Cofré
Illinois Institute of Technology, Mathematics and Science Education Department, Chicago, IL, USA.
*e-mail: hcofrem@hotmail.com
INTRODUCCION
Uno de los más importantes factores que previenen un significativo y permanente aprendizaje de los
estudiantes son los errores conceptuales. (e.g. Palmer, 1999, Taber, 2000). Los errores conceptuales o
misconceptions en ciencia son aquellas ideas que los estudiantes desarrollan por si mismo para explicar
los fenómenos naturales y que son diferentes de los conceptos científicamente aceptados (Meheut, M.,
Saltil, E. & Tiberghien, A., 1985; Caramazza et al, 1981). El estudio de estas concepciones alternativas
tiene una larga historia en educación científica (e.g. Hancock 1940) y hasta el día de hoy sigue siendo una
gran preocupación para la investigación académica y las agencias de gobierno (e.g. AAAS 1993: Ozmel
2004; Chiu, Guo & Treagust 2007).
Pese a ser considerado como uno de los conocimientos científicos indispensables para el objetivo
de la alfabetización científica en el mundo (Harlen, 2010), la Teoría de la Evolución, es uno de los temas
en que mas se han descrito diferentes errores conceptuales, no solo en estudiantes de todos los niveles,
sino también en profesores y público en general (e.g. Miller et al. 2006; Nehm, y Schonfeld 2007;
Kampourakis y Zogza 2007; McFadden et al. 2007; Gregory y Ellis 2009; Gregory, 2009; Gutiérrez,
2009; Kim y Nehm 2010; Kampourakis in press). Esta falta de comprensión de la Teoría Evolutiva,
muchas veces va acompañada de un sentimiento de incredulidad y rechazo de ella, el cual tiene su mayor
expresión en ciertas regiones de Estados Unidos, así como también en algunos países de Europa oriental
(Miller et al. 2006).
PROPOSITOS DE LA INVESTIGACION
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, el principal objetivo de esta investigación fue realizar una
descripción sobre cuál es la comprensión que tienen un grupo de estudiantes universitarios sobre la teoría
de la evolución, específicamente un grupo de estudiantes de carreras del área científica biológica y que no
han asistido a cursos de evolución a nivel universitario. Específicamente, las preguntas de investigación
que guiaron este estudio fueron:
¿Cuál es el grado de comprensión que tienen estudiantes universitarios de primer año de carreras
asociadas al área de las ciencias naturales de los conceptos de ley y teoría?
¿Cuál es el grado de aceptación de la teoría de la evolución que tienen estos estudiantes?
¿Cuál es el grado de comprensión de la teoría de la evolución que tienen estos estudiantes?
METODOLOGIA
La muestra estuvo constituida por 248 estudiantes que cursaban primer año de tres carreras del área
científica o educativa, en tres universidades de Santiago, una de ellas pertenece al consejo de rectores (73
estudiantes) y las otras dos universidades fueron de carácter privado (140 y 35 estudiantes cada carrera).
En cada una de las carreras el instrumento fue aplicado a la totalidad de alumnos de la carrera presentes el
día de la aplicación. En general, la gran mayoría de los estudiantes (casi un 60%) provienen de colegios
particulares subvencionados, siendo menor la representación de estudiantes provenientes de colegios
municipales (25%) o particulares pagados (15%).
La recolección de los datos se realizó aplicando un instrumento diseñado a partir de dos diferentes
instrumentos ampliamente utilizados en la literatura para evaluar la comprensión y la aceptación de la
teoría de la evolución por diferentes actores (Nehm y Schonfeld 2007; Gregory y Ellis 2009; Kim y Nehm
2010). El instrumento utilizado para recoger los datos corresponde a 18 preguntas, 14 de las cuales tiene
una estructura de escala likert. Estas últimas abordaron 3 aspectos diferentes: la comprensión de la
naturaleza de la ciencia, NOS (tres preguntas), la comprensión de la Teoría de la Evolución, CTE (ocho
preguntas) y la aceptación de la Teoría de la Evolución, ATE (tres preguntas) (Lombrozo et al. 2008;
Gregory y Ellis 2009; Kim y Nehm 2010). Además, se incluyó una pregunta abierta para evaluar, en
forma cualitativa, cual es la comprensión que poseen los estudiantes consultados de la Teoría evolutiva y
de sus mecanismos subyacentes (e.g. Kampourakis y Zogza 2007).
Para analizar los datos cuantitativos en primer lugar se realizaron gráficos para cada una de las
preguntas del cuestionario. Luego de esa inspección, se procedió a agrupar las diferentes preguntas
asociadas a una misma variable y finalmente se exploró si había correlación entre las variables NOS, CTE
y ATE. Todos los análisis se realizaron en el programa SPPS 18.0. Para el análisis cualitativo se usaron
categorías ya preestablecidas, que clasifican los diferentes tipos de conocimientos que el estudiante
demuestra al enunciar los mecanismos de evolución. Estas categorías se obtuvieron a través de una
revisión de la literatura sobre preconcepciones de estudiantes en el tema de la Evolución y la selección
natural (e.g. Kampourakis y Zogza 2007; Gregory, 2009; Gregory y Ellis 2009; Gutiérrez, 2009).
RESULTADOS
El conocimiento sobre Naturaleza de la Ciencia
En cuanto a la comprensión que tienen los estudiantes del quehacer científico y ciertos conceptos
importantes como teorías y leyes, los resultados muestran una confusión importante a la hora de distinguir
entre teoría y ley, y comprender sus verdaderos alcances. Por ejemplo, la Figura 1a muestra la
distribución de respuesta de los estudiantes a la proposición: “En ciencia, el conocimiento que comienza
como una teoría puede llegar a convertirse en una ley una vez que se acumula una gran cantidad de
evidencia que lo apoya”. Este resultado muestra una gran proporción de respuesta de acuerdo o muy de
acuerdo (72%), una menor cantidad inseguro (21%) y muy pocos estudiantes en desacuerdo (7%). Pese a
eso, cuando se les propone otra oración con una explicación más correcta de cuál es la relación entre ley y
teoría, las respuestas de los estudiantes tienden a distribuirse de una forma más homogénea (42% de
acuerdo o muy de acuerdo, 24% no está seguro y 34% está en desacuerdo). Al analizar una última
proposición: “La evolución es “sólo una teoría”, así como la teoría del creacionismo”, la cual pone en el
contexto de la teoría de la evolución la aplicación del conocimiento sobre naturaleza de la ciencia, se
observa que existe un cuarto de los estudiantes que no comprende el significado de Teoría científica que
posee el conocimiento evolutivo (Figura 1b).
Figura 1. (A) Histograma de la distribución de respuestas de alumnos a una de las preguntas incluidas en la variable
conocimiento sobre naturaleza de la ciencia. (B) Histograma de la distribución de respuestas de alumnos a una de las
preguntas incluidas en la variable: conocimiento sobre naturaleza de la ciencia en relación a la teoría de la
Evolución. Respuesta de acuerdo o muy de acuerdo = 25%, inseguros = 21%, respuestas en desacuerdo o muy en
desacuerdo = 54%).
A B
La aceptación de la Teoría de la Evolución
En cuanto a la aceptación de la teoría de la evolución como explicación científica, la gran mayoría de los
estudiantes mostró un alto grado de acuerdo. La Figura 2 muestra el grado de acuerdo a la proposición
que: “El parentesco de las especies, por medio de la descendencia de un ancestro común, a través de la
evolución, es un hecho científico establecido…”. Aquí vemos que cerca del 74% del total de estudiantes
esta de acuerdo o muy de acuerdo con esta proposición, casi un 19 % no está seguro y alrededor de un 7%
está en desacuerdo. Un resultado congruente se encontró en las respuestas a otras dos proposiciones: La
única prueba de la evolución es el registro fósil, y como el registro fósil es incompleto la teoría de
evolución no es correcta (68 % respondió estar en desacuerdo o muy en desacuerdo); El parentesco de las
especies, por medio de la descendencia de un ancestro común solo es una especulación (79% en
desacuerdo o muy en desacuerdo).
Figura 2. Histograma de la distribución de respuestas de estudiantes a una de las preguntas incluidas en la variable
sobre conocimientos de la teoría de Evolución.
Figura 3. Histograma de la distribución de respuestas de estudiantes a dos de las preguntas incluidas en la variable
sobre conocimientos de la teoría de Evolución, en relación al mecanismo por el cual el cheetah habría desarrollado
su gran capacidad de desplazamiento.
El análisis de las respuestas a esta pregunta mostró que solo un 7% de las 200 respuestas esbozan, al
menos alguna parte del mecanismo Darwiniano de evolución acerca de la reproducción y sobrevivencia
diferencial basada en la variabilidad poblacional. Por otra parte, llama mucho la atención la ausencia total
de respuestas que tengan que ver con la explicación Lamarckiana de la evolución, que incluye el uso y
desuso de órganos y la herencia de caracteres adquiridos. Por otra parte, las respuestas más frecuentes
tienen que ver con explicaciones de tipo intuitivas (necesidad y/o voluntad de la especie o el organismo) o
Amecanísticas. En estas últimas, los estudiantes no explican cómo habría sido la evolución del
murciélago, sino que mencionan evidencias aisladas que apoyarían este proceso, como la presencia de
fósiles con características intermedias o semejanzas anatómicas entre las distintas especies comparadas.
DISCUSION Y CONCLUSIONES
En este trabajo se ha mostrado que gran parte del grupo de estudiantes analizados no poseen una
comprensión clara del significado de lo que es una teoría científica. Estos resultados coinciden
ampliamente con lo descrito en la literatura (Lederman, 2007; Cofré et al. ab submmited). Por ejemplo, en
Chile se ha descrito que profesores, tanto de enseñanza básica, como media, así como en ejercicio y en
formación, también poseen una visión de ciencia más bien tradicional y positivista (Contreras 2009;
Ravanal y Quintanilla 2010), donde la diferencia entre teoría y ley no parece estar clara (Cofré et al. ab
submmited).
Por otra parte, se encontró que la mayoría de los estudiantes esta de acuerdo con que la teoría de
la evolución es un conocimiento científico establecido. Esto coincide con la literatura internacional donde
se ha mostrado que el grupo de la población que posee el mayor grado de aceptación de la teoría de la
evolución es el de los estudiantes universitarios (e.g. Mc Fadden et al. 2007; Gregory y Ellis 2009;
Gregory 2009). Si bien, estos resultados no son extrapolables al resto de la población, esta primera
evaluación podría servir para levantar una hipótesis de trabajo sobre cual sería la aceptación de la teoría
de la evolución que tiene el público en general en Chile. Esta debería ser menor al 74% encontrado para
este grupo de estudiantes universitarios, ya que existen antecedentes que personas de mayor edad tienden
a aceptar menos que los jóvenes la teoría de la evolución (Mc Fadden et al. 2007).
Aquí también hemos evidenciado que una parte importante de los estudiantes presentan errores
conceptuales sobre los mecanismos evolutivos. Si bien las respuestas a las preguntas cerradas del
cuestionario muestran cerca de un 50% de grado de acuerdo con proposiciones correctas, cuando a los
alumnos se les pide dar una explicación coherente sobre un proceso evolutivo particular, las explicaciones
a través de mecanismos Darwinianos no sobrepasan el 10%, y la mayor representación corresponden a
explicaciones de tipo intuitivas, (37%), existiendo una ausencia total de explicaciones genuinamente
Lamarkianas sobre uso y desuso de órganos (0%). Este escenario es muy similar a lo encontrado por otros
autores (Kampourakis y Zogza (2007; Mc Fadden et al. 2007; Gregory y Ellis 2009) Estos resultados
sobre la comprensión de la teoría de la evolución por parte de estudiantes universitarios en Chile, develan
un escenario sobre la enseñanza y el aprendizaje de la evolución en la educación secundaria, bastante más
negativo que proposiciones anteriores (Camus 2009; Medel 2008).
RECOMENDACIONES
A pesar de las evidentes limitaciones que tiene nuestro trabajo, muchas de ellas propias de un trabajo
exploratorio y descriptivo sobre un tema desconocido en Chile, es posible realizar algunas
recomendaciones y sugerencias que pueden guiar futuras investigaciones en el tema.
Por una parte, es claro que un segundo paso es explorar la comprensión de la teoría de la
evolución en otros grupos, por ejemplo, el público en general, los estudiantes de enseñanza media o en
profesores básicos y de enseñanza media (biología). Este último grupo es el principal responsable de la
enseñanza y aprendizaje de la teoría de la evolución (Camus 2009), por lo tanto es imprescindible volcar
los esfuerzos a evaluar sus conocimientos y mejorar su preparación en el tema. Un segundo, es comenzar
a realizar estudios sobre como mejorar nuestra forma de enseñar la teoría de la evolución. Un primer
aporte que surge de esta investigación, es el hecho de haber caracterizar las preconcepciones que tienen
los estudiantes sobre los mecanismos y procesos evolutivos. Si bien las preconcepciones que presentan
estudiantes de diferentes niveles sobre la Evolución han sido extensamente caracterizadas (e.g. Alter y
Nelson 2002; Gregory 2009; Gutiérrez 2009), también se ha descrito que ellas rara vez son tomadas en
cuenta para la desarrollar una enseñanza eficiente de la evolución (e.g. Alter y Nelson 2002; Gregory
2009; Gutiérrez 2009). Para profundizar en este tema será imprescindible realizar estudios más complejos
donde, por una parte se lleven a cabo diseños cuasi-experimentales donde se evalúe la efectividad de
diferentes estrategias de enseñanza, y por otra parte, también se realicen estudios cualitativos a fondo que
describan en profundidad la complejidad de las preconcepciones que mantienen los estudiantes, así como
cuales son las practicas que hoy en día realizan los profesores en el ámbito de la enseñanza de la
evolución.