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Cataluña once veces

Ramón Tamames | 20/09/2017

Tanta tinta se ha vertido en libros, prensa, panfletos, etc. Hasta tal punto se ha hablado
en la radio y la televisión durante los últimos cinco años, que personalmente ya tenía
decidido no decir nada más sobre el tema, entre otras cosas porque en mi libro ¿Adónde
vas Cataluña?[1], ya tuve ocasión de expresarme en 2013.

Pero no, resulta que no. Tal vez haya caído en la tentación, o seguramente quedaba en
mí algo de sentido de la responsabilidad sobre la cuestión, que ahora viene a aflorar a
solo diez días del primero de octubre, fecha del pretendido referéndum.

Y para relativizar las cosas, y no darnos por sorprendidos, he preparado para los lectores
de Republica.com un resumen de las once veces, hasta 2012, en que determinadas
fuerzas catalanas -nunca la inmensa mayoría- optaron por exigir la independencia o cosa
parecida. Ahí van las once proclamas, cada una con sus propias características, desde
hace más de quinientos años. Suponiéndose que en los próximos quinientos, el
problema esté resuelto, aunque siempre quedan las dudas que propaló Don José Ortega
y Gasset:

1. Levantamiento del Conde Jaume de Urgel contra Fernando I en 1413. Con el


propósito de romper el Compromiso de Caspe (l’niquitat de Casp), y evitar así
que la dinastía Trastámara se consolidara en Cataluña; en la previsión de que su
propósito era la unión de toda España bajo una misma corona, en la que
prevalecería Castilla.

2. Sublevación de los nobles y burgueses de Cataluña contra Juan II (1462-1472),


como consecuencia de la decisión real de favorecer a los payeses de Remensa,
en sus litigios con la nobleza y la burguesía. Lo que originó una larga guerra
civil dentro de la Corona de Aragón, que iba más allá de un problema pasajero;
pues realmente se perseguía, una vez más -poner fin a la dinastía foránea los
Trastámara- y recuperar el linaje catalán perdido con Martín el Humano. En ese
trance se produjo la gran contradicción de que los catalanes ofrecieron la jefatura
del Condado de Barcelona a Enrique IV de Castilla (él mismo, un Trastámara) y
ulteriormente al Condestable Pedro de Portugal.

3. Como consecuencia de los episodios del Corpus de Sangre de 7 de junio de


1640, generado por la presencia de tropas reales en Cataluña con ocasión de la
guerra de los Treinta años -y más concretamente de las campañas contra
Francia-, se produjo un levantamiento general, contra la autoridad real. Que dio
origen a la Guerra de Cataluña entre 1640 y 1652, con derivaciones hasta 1659.
Con ocasión de la cual los catalanes anti-Conde Duque de Olivares suscitaron la
de Portugal; una contienda a lo largo del cual, Cataluña se enfeudó en la corona
de Luis XIII, a quien se otorgó el Condado de Barcelona, para acabar con más
odio a ese soberano que al propio Felipe IV.

4. Adscripción de la Generalidad de Cataluña a la causa del Archiduque Carlos


de Austria en 1705, después de haber entrado triunfalmente Felipe V en
Barcelona en 1702, donde fue recibido como legítimo rey de toda España. Pero
un cambio de posicionamiento de Cataluña para pasarse al candidato austracista
en la larga guerra dinástica (1701-1713), provocó una contienda civil contra
Felipe V, de nueve años de duración. En la que, finalmente, en 1713, ingleses,
holandeses y austriacos abandonaron a su suerte a los rebeldes catalanes, al
firmar, sin contar para nada con ellos, el Tratado de Utrecht de 1713. Y
terminando el conflicto en 1714, tras la larga resistencia de Barcelona, se
produjo la supresión de las libertades institucionales catalanas (Generalidad,
Consejo de Ciento, etc.); al introducirse el régimen común del resto de España, a
través de los Decretos de Nueva Planta.

5. Levantamiento de Barcelona de 1842 y 1843, en parte originado por las


inconveniencias que para la industria catalana representaba el arancel de aduanas
ya de corte librecambista de 1841, así como otras disposiciones legislativas, y
también por los abusos de autoridad del General Espartero. Todo lo cual
provocó el bombardeo de la Ciudad Condal por dos veces en menos de un año.
Y aunque no hubo verdadero independentismo, los rebeldes, en las dos
ocasiones, pretendieron tener poderes soberanos.

6. Intento de crear una República Catalana dentro del esquema federalista que
estaba diseñándose para España, en 1873. Proyecto que se vio definitivamente
desbaratado por la Restauración borbónica a finales de 1874. Que fue recibida
con entusiasmo en Barcelona, en gran medida por la nueva política arancelaria
más proteccionista, que se anunciaba.

7. Publicación de las Bases de Manresa (1892), de la autoría de Domenech y de


Prat de la Riba, y otros ya regionalistas/nacionalistas; un diseño que se pensaba
serviría de fundamento para una Constitución propia de Cataluña, suscitándose
su virtual separación del resto de España. Fue un ejercicio meramente político,
pero sentó las bases de ulteriores planteamientos secesionistas.

8. Intento de invasión, desde Francia, de Francesc Macià, quien con una columna
de voluntarios proyectó entrar en su propio país, para declarar la independencia
del Estat Catalá (1926). Propósito que fue abortado por la intervención de las
autoridades francesas, que se relacionaron con los servicios secretos del Estado
español, entonces en la Dictadura del General Primo de Rivera (1926).

9. Declaración solemne de la República Catalana, en la Plaza de Sant Jaume de


Barcelona, por Francesc Macià, el 14 de abril de 1931. Cuando en el resto de
España se celebraba la renuncia del rey Alfonso XIII y la proclamación de la
Segunda República española. Un planteamiento inesperado que se resolvió con
el viaje conciliatorio a Barcelona de tres ministros de la flamante República para
pactar con Macià la alternativa de un Estatuto de amplia autonomía.

10. Declaración de independencia del Estat Catalá, dentro de una Federación


Ibérica, el 6 de octubre de 1934, al socaire del levantamiento contra la
República organizado por partidos y sindicatos de izquierda; como protesta a la
entrada en el gobierno de Lerraux de diputados de la CEDA. Este levantamiento
-luego muy criticado por Josep Tarradellas-, fue reprimido con la retirada
temporal de la autonomía de Cataluña, y el encarcelamiento del presidente de la
Generalidad, Lluís Companys.

11. Planteamientos de Artur Mas de una Cataluña independiente, tras la Diada de


2012, buscando la posibilidad de celebrar un referéndum, algo bien difícil por no
decir imposible, por parte del Gobierno de la Nación.

Tras la transcripción que acabamos de hacer, queda el 1 de octubre, y ojalá -¡qué


difícil!- que de aquí a entonces haya un poco más de cordura, para evitar el célebre
choque de trenes. Los maquinistas de uno de ellos podrían recordar que en la
Constitución de 1978 que juraron con gran alegría en Cataluña, se comprometieron a
cosas de las que ahora reniegan. Señor, perdónales porque no saben de qué se
olvidan…, o no quieren acordarse.

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