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El Renacimiento

Contexto Histórico: Los Reyes Católicos, Carlos V, Felipe II

El Renacimiento
El Renacimiento es una época de importantes transformaciones en todos los aspectos. La clave
es el empleo de la razón como fuente del conocimiento, del saber frente a los textos sagrados y la
tradición medieval. En el aspecto religioso surgen críticas que conllevan a que la religión católica
entre en crisis. Finalmente se llega a una ruptura de la que surge la reforma luterana y la creación
de la religión protestante y la reforma en el seno de la religión católica con la Contrarreforma
aprobada en el Consejo de Trento.

La ciencia evoluciona y se producen descubrimientos geográficos. Nuevos territorios como


América se descubren y se muestra un mayor aprecio hacia la naturaleza.

En el campo de la filosofía se puede observar el cambio de la sociedad teocéntrica medieval a


una sociedad antropocéntrica. El individuo cobra además conciencia de sí mismo.

En el aspecto económico aparece el primer capitalismo que basa en el mercantilismo. Tiene


como principales características el recurso al crédito, la creación de la banca, la separación entre
capital y trabajo, la agrupación de una serie de comerciantes

El nuevo modelo político consiste en la creación de un estado moderno, expansivo


territorialmente con un monarca absoluto y un estado poderoso económica, política y
militarmente.

El cambio en la sociedad renacentista radica en el ascenso de la burguesía, la pérdida de poder


político del alto clero y también de la nobleza que frente a la nobleza guerrera medieval se
convierte en una nobleza cortesana.

El Renacimiento en España

El Reinado de los Reyes Católicos

El matrimonio entre Fernando e Isabel tiene lugar en el año 1469. Fernando es hijo del rey de
Aragón e Isabel hermana del rey de Castilla, Enroque. Cuando este muere en 1474 se plantea la
cuestión sucesoria en Castilla. Al trono aspiran Isabel y la hija del antiguo monarca Juana la
Beltraneja, llamada así por ser presunta hija bastarda de Juan de Beltrán. Se desata una guerra civil
entre los partidarios de Isabel y los de Juana y la gana Isabel. Fernando es coronado rey de la
Corona de Aragón en 1479.

El objetivo principal de los Reyes Católicos, título que les concede el papa, es crear un estado
moderno, lo cual incluye un estado expansivo territorialmente, un monarca poderoso y un estado
también poderoso económica, militar y políticamente.

Para conseguirlo utilizan en primer lugar una expansión territorial vinculada a la Corona de
Castilla. El intento de unir ambas coronas, la de Aragón y la de Castilla fracasa y cada uno es
soberano de su particular reino. En Castilla Isabel se preocupa de la política interna y Fernando de
la política externa. Las cuestiones judicial las tratan juntos.

Otro hecho perteneciente a la expansión territorial es la anexión de Granada en 1492 tras 10


años de larga guerra. Para ello la Corona de Aragón presta mucha ayuda material y la iniciativa y
los soldados corresponden a Castilla. La anexión a Castilla le proporciona medio millón de
habitantes, mayores conocimientos en las técnicas militares, prestigio en el exterior y una mayor
seguridad en el Mediterráneo. También el descubrimiento y la colonización de América son muy
importantes en el aspecto de la expansión territorial. En 1512 los Reyes Católicos se anexionan
Navarra. Tras la muerte de Gastón de Foix se plantea la cuestión sucesoria en este satélite francés.
Fernando reclama los derechos de su segunda mujer y envía un ejército castellano al mando del
duque de Alba a Navarra. Tras tres años de anexión a Aragón pasa a pertenecer a Castilla Navarra.
A parte de todos estos puntos Fernando lleva una política matrimonial de sus hijos muy hábil en
Europa con objeto de aislar a Francia.

El segundo medio que emplean los Reyes Católicos para crear un estado moderno es la
centralización del poder en torno a la corona de Castilla. Para ello consigue dominar a la nobleza
que se transforma de una aristocracia feudal en cortesana. Pierde así su poder político aunque
mantiene su poder económico y su impacto social. Pasan a ocupar cargos en el ejército, la
diplomacia y cargos públicos. También los reyes católicos tratan de dominar al clero regular
(Órdenes militares) y secular (arzobispos, cardenales). Pretenden así hacer frente al feudalismo
episcopal y frenar las intromisiones extranjeras (el vaticano elegía a los religiosos).

Además los Reyes Católicos organizan su poder de la siguiente manera. Arriba del todo se
encuentra la corona. Por debajo de ella se encuentra un ejército permanente al servicio de la
corona, los consulados en diversos países que mantenían al monarca informado de la situación en
aquellos lugares y el consejo real. Este se subdivide a su vez en una serie de consejos : Por una
parte se encuentra el Consejo de Aragón que trata las relaciones con esta corona aunque sólo lo
constituyen funcionarios castellanos. Oros consejos son el de Indias, el de la Santa Hermandad, una
policía de estado al servicio de la Corona, el consejo de Hacienda que establecía impuestos
ordinarios (aranceles, aduanas) y extraordinarios - aprobados por las cortes. El consejo de la
Inquisición era un tribunal para cuestiones religiosas con jurisdicción en Castilla y Aragón y el
consejo de órdenes militares administraba las copiosas rentas de las órdenes militares, de las cuales
los Reyes Católicos habían asumido el maestrazgo. Por debajo de estos consejos se encuentran las
audiencias, tribunales de justicia ubicados en Valladolid (incluye el País Vasco), en Granada y en
Galicia. En un escalón inferior se encuentran los municipios y los corregidores. Estos eran
funcionarios del estado con derecho a vetar las decisiones contra el rey aprobadas en cada
municipio.

La Unidad Religiosa la emplean los reyes católicos como política de estado. La Inquisición se
convierte así en un instrumento de gobierno. La Corona adquiere jurisdicción sobre los herejes (no
sobre los cardenales), puede hacer nombramientos y confiscaciones. El Inquisidor real, nombrado
por los Reyes Católicos, es el más alto cargo de la corona. Esta unidad religiosa también se plasma
con la expulsión de los judíos, competidores para las comerciantes indígenas y los terratenientes
prestamistas aunque una importante fuente de ingresos para el estado. Aunque los competidores
de los judíos consiguen expulsarles con el pretexto de herejía los monarcas les reemplazan por
competidores iguales desde el punto de vista de los antiguos competidores, pero que no son un
blanco tan fácil.

La política exterior de los Reyes Católicos tiene como objetivo principal la hegemonía europea.
Para ello quieren por una parte aislar a Francia con una serie de acuerdos y alianzas que consiguen
mediante su hábil política matrimonial - con Inglaterra, Alemania, los Países Bajos y Portugal - y la
diplomacia - con el Vaticano, Venecia y el duque de Milán.

Además emplean con el fin de aislar a Francia en ciertas ocasiones la fuerza como las guerras
en Navarra e Italia.

La segunda forma de asegurar la hegemonía europea era la expansión territorial. Esta se


desarrolla en el Atlántico, vinculada a la corona de Castilla, donde aparecen la empresa castellana
descubridora y la colonizadora, y en el Mediterráneo, donde la Corona de Aragón comercia en el
norte de África e Italia y a su vez asegura la seguridad política y económica del Mediterráneo.

La administración política de las Américas es similar a la castellana. Dos virreyes, el de Nueva


España y el de Perú, son las más altas autoridades. Éstos eran generalmente personas de confianza
del rey, muchas veces familiares directos. Por debajo de ellos se encuentran las Audiencias, órganos
judiciales y de gobierno que representan la verdadera osatura de la administración real en América.
De ellas dependen los municipios, la célula básica, en este caso no corrompida como en Castilla.

La explotación de los territorios descubiertos corría a manos de la iniciativa particular aunque


la corona controlaba. Este control se ejercía por ejemplo con la Casa de Contratación en Sevilla,
que centralizaba todas las relaciones comerciales con América.

En América se utilizan dos sistemas de explotación muy similares : la mita para las minas y las
encomiendas. En ambos sistemas un colono, premiado por una prestación de servicios especial a
la Corona, recibe un determinado territorio y entre 40 y 150 indígenas. El rey le otorga el derecho
de exigir la prestación gratuita de trabajo de los indígenas y de que le obedezcan. Pero el colono
también tiene ciertas obligaciones como garantizar la supervivencia de los indígenas
suministrándoles comida y vestidura y catequizarlos y enseñarles el Castellano.

La conquista de América supone la transferencia del sistema administrativo, político y judicial


castellano y el trasvase de costumbres, como la vivienda, la tradición (folclor), la vestidura, la
ganadería, vacuna y caballar, cultivos - la vid, el café, la caña de azúcar, el olivo- , las grandes
plantaciones, la gastronomía, la lengua y la religión. Pero la colonización también tiene aspectos
muy negativos como el descenso de la población indígena y la consiguiente necesidad de importar
esclavos africanos. La muerte de tantos indígenas se puede deber en parte a las epidemias, el
alcoholismo, las duras condiciones de trabajo, factores económicos y factores psíquicos.

El Reinado de Carlos I

El imperio universal de Carlos I abarca la Corona de Castilla con todos sus dominios, la Corona
de Aragón con todos sus dominios, Franco Condado, Flandes, Austria con sus dominios y los
derechos a ser coronado emperador del Sacro Imperio. En 1517 es coronado rey de las Coronas de
Castilla y Aragón y en 1519 obtiene el título de emperador.

En su política interna se le plantean diversos problemas. En la Corona de Castilla pide el cobro


de nuevos subsidios para la elección imperial y las Cortes le imponen como condición que expulse
a las autoridades extranjeras y permanezca más tiempo en Castilla. El monarca tiene que partir
rápidamente y las principales ciudades se rebelan. Se forman las comunidades, gobiernos
municipales extraordinarios. Carlos I toma ciertas medidas al respecto. Por una parte elimina el
cobro del subsidio y asocia al gobernador dos autoridades castellanas. También crea un nuevo
título nobiliario : grandes de España, para los nobles más importantes (18). No obstante, no la
guerra es inevitable. Lo que consigue es que la alta nobleza y el alto clero se aparten de los
comuneros. Éstos, la baja nobleza y la burguesía quedan moralmente hundidos y sin los recursos
materiales que les hubiera proporcionado la alta nobleza. Finalmente Carlos I gana, se refuerza la
alianza entre la nobleza y la burguesía y las cortes quedan prácticamente disueltas.

Otro problema que se le plantea al emperador es el de las germanías, asociaciones de gremios.


Los gremios valencianos estaban armados contra un posible ataque turco. Durante aquella época
había un brote de peste y la nobleza había abandonado la ciudad y huido a núcleos urbanos menos
poblados. Por este motivo el pueblo aprovecha la ocasión para tomar cuentas contra la nobleza
opresora. Exigen representación ante el emperador y en el gobierno municipal. Sin embargo, al
final Carlos controla la situación.

En general cabe resaltar la incapacidad de Carlos al gobernar un imperio tan grande de lograr
la unidad entre sus súbditos. Esto se debía principalmente al descontento general por los altos
impuestos necesarios para la política imperial.

La política externa de Carlos I tiene como principal objetivo manifestar la supremacía de la


dignidad imperial frente a las monarquías nacionales. Además pretende la unidad religiosa y
pública en los estados componentes del imperio.

Hechos claves en su política externa son por ejemplo la lucha contra los turcos. Estos avanzan
en dos frentes : por Europa Central, donde Carlos se limita a contener la oleada y en el Mediterráneo
occidental, donde Carlos, ante el ataque turco de posesiones españoles contraataca. Carlos
mantiene una disputa permanente con Francia por distintos territorios. Él reclamaba la Borgoña
francesa y Francisco I quería Navarra y Milán. La batalla determinante se desata en Pavía. Allí cae
prisionero el rey francés y Carlos le libera con la condición de que le entregue la Borgoña y desista
en su intento de conquistar Milán. Pero una vez en Francia Francisco I no cumple lo dicho.
Finalmente se firma un tratado, el Tratado de Cambray en el que acuerdan que Borgoña pertenece
a Francia y Milán a Carlos.

El concilio de Trento llega demasiado tarde y Carlos emprende acciones bélicas contra los
protestantes alemanes. El ataque se centra sobre todo en la zona de Sajonia. Inicialmente sale
victorioso y los protestantes se disponen a firmar la Dieta de Augsburgo. Pero en el último
momento se alían con Francia y luchan juntos contra la Corona española. En la paz de Augsburgo
(1555) Carlos firma la libertad religiosa en los estados componentes del Imperio.

El Reinado De Felipe II

El imperio hispánico de Felipe II incluye la Corona de Castilla con todos sus dominios y la Corona
de Aragón con todos sus dominios. A lo largo de su reinado consigue el reino de Portugal con
todos sus dominios y colonias. También le pertenecen Franco Condado y los Países Bajos.

Felipe II cede en su reinado la administración de la mayor parte del territorio nacional al sector
señorial que incluye los feudos señoriales y el sector municipal que abarca las tierras de realengo
(villas, ciudades), es decir, territorios que eran originariamente del rey. Por contra se reserva el
sector político. La política fiscal, la diplomacia y el gobierno general del reino dependen
directamente de él. Tiene además una gran libertad de acción ya que las cortes estaban sumamente
debilitadas desde la época de Carlos I. Este sector político lo organiza empleando una
administración colegial, es decir unos consejos especializados de entre 10 y 15 letrados se encargan
de examinar los problemas principales del reino. Al rey le presentan una relación sumaria de sus
conclusiones y éste las comenta y decide. Este organización tan centralizada hace que en muchos
casos pase mucho tiempo desde que se origina el problema hasta que se soluciona. Al ser una
monarquía tan centralizada los partidos políticos se agrupan alrededor de los más allegados al rey,
es decir de los que tienen el favor regio con el fin de obtener cargos y privilegios.

Durante su reinado hay dos importantes grupos de presión. El primero, encabezado por el
duque de Alba era muy intransigente y tradicional. Tenía intereses comerciales en Inglaterra por lo
que pretendía una guerra con los Países Bajos pero la paz con los ingleses. No obstante, cuando el
duque de Alba fracasa en Flandes pierde el favor regio. Su gobierno es sometido a inspección y
finalmente es desterrado y destituido. El otro partido es más flexible y moderado. Lo encabeza el
príncipe de Éboli, un portugués, y tenía intereses comerciales en Flandes (lana). Por este motivo
apoyaba una solución pacífica al problema en Flandes y quería una invasión de Inglaterra. En 1579
muere Éboli y su sustituto es Antonio Pérez, que mantenía una relación íntima con la mujer de
Éboli. Pérez tiene una gran influencia inicialmente pero finalmente se excede al revelar y comerciar
con secretos de estado. Por este motivo huye, al ser de origen aragonés, a Zaragoza, donde pide
el asilo político. Los fueros, el límite de la autoridad real en Aragón, se lo conceden, lo cual provoca
la irritación del monarca. Entonces acusa a Pérez de herejía y la Inquisición, el único órgano con
jurisdicción en ambas coronas, le hace prisionero. Sin embargo, se desata un tumulto popular y
Pérez escapa a Francia. Como castigo del gran desacato de la autoridad real en Aragón, Felipe II
envía un ejército a Aragón, pese a la resistencia del justicia, Lanuza. Éste es ejecutado y Felipe II
modifica la administración foral. Desde este momento es él quien designa al justicia.
Los objetivos de Felipe II en su política externa son por una parte la unidad religiosa pero
también la hegemonía del Imperio Hispánico y mantener el patrimonio heredado.

Se le plantean diversos problemas externos durante su reinado. En primer lugar mantiene un


enfrentamiento con Portugal al intentar hacer valer sus derechos a la corona portuguesa. Para ello
desplaza un poderoso ejército a Portugal y finalmente las cortes de Thomar le reconocen como
futuro rey.

Como componente de la Liga Santa, formada por España, el Vaticano y Venecia Felipe tiene
que luchar contra los turcos en la batalla de Lepanto. Hasta ese momento los turcos habían
avanzado rápidamente tomando Túnez y atacando la isla de Chipre perteneciente a Venecia.
Además los moriscos granadinos se había revelado.

En Flandes aparecen movimientos secesionistas a raíz de la incipiente mentalidad nacionalista


del Renacimiento. Los rebeldes pretenden formar una nueva nación aunque inicialmente el duque
de Alba, al mando de un poderoso ejército, consigue derrotarles y restablece la soberanía española
en los Países Bajos. No obstante, los rebeldes obtienen apoyo de Inglaterra y consiguen conquistar
las provincias del Norte. Se forman ahora la unión de Arras, integrada por las provincias del Sur,
católicas, y la unión de Utrecht, formada por las provincias del Norte, católicas.

Felipe II mantiene enfrentamientos constantes con Francia e Inglaterra. Cuando en Francia se


plantea la cuestión sucesoria, optan al trono Enrique IV, calvinista, y la hija de Felipe II, Isabel Clara
Eugenia. Es elegido Enrique IV debido a la debilidad española claramente manifestada con el
fracaso de la Armada Invencible. Con Inglaterra Felipe II mantiene una mala relación. Esto se debe
en primer lugar a la diferencia en la religión, protestante en Inglaterra. A esto se le debe añadir su
mala relación con la reina de Inglaterra, Isabel I, y su irritación por el apoyo inglés a los protestantes
de Flandes y las depredaciones británicas en el Imperio hispánico Por este motivo envía la Armada
Invencible contra los ingleses, aunque ésta fracasa.

Francia, Inglaterra y Holanda forman una poderosa coalición occidental con el tratado de
Greenwich. Juntas atacan Cádiz y Felipe II se ve obligado finalmente a firmar la paz con Francia en
Vervins y convertir Flandes en un régimen autónomo.

Arquitectura del Renacimiento


El Renacimiento en España tarda en penetrar desde Italia,
especialmente por la fuerza que el gótico final isabelino
tiene en nuestras tierras.

De hecho, la primera manifestación de la arquitectura


renacentista en España, como es el Palacio de los Duques
de Medinaceli de Cogolludo (Guadalajara) muestra una
simbiosis de estilos. Por un lado, imita con su estructura
arquitectónica los palacios del Quattrocento italiano,
incluyendo puerta y aparejo de sillería almohadillada. Sin
embargo, la crestería y sus ventanales son todavía
claramente tardogóticos. (VER IMAGEN LATERAL)

Fases de la arquitectura del Renacimiento

En el largo siglo que recorre la arquitectura renacentista en


España se sucederán las corrientes estilísticas, en especial
el plateresco y, sobre todo, en el tramo final el grave y
austero herreriano, que incluso llegará a fundirse con el
primer barroco español de comienzos del siglos XVI.

Plateresco

La arquitectura plateresca corresponde a la primera mitad del siglo XVI en el contexto de una arte
oficial dominado por la poderosa monarquía de los Reyes Católicos, primero y de Carlos V,
después. En él se combinan estructuras arquitectónicas del gótico final flamígero o isabelino con
elementos decorativos venidos de Italia, que además incorpora elementos mudéjares.

Las características decorativas del plateresco es la profusión de filigrana de piedra (de ahí su
nombre, pues imita el trabajo de los orfebres) a base de medallones en las fachadas, los frontones
y enjutas, los entablamentos y basamentos, los grutescos, los festones, las columnas
balaustradas, todo ello decorando las fachadas de los edificios que, sin embargo, tienen la típica
estructura gótica de pilares fasciculados soportando bóvedas de crucería compleja.

Una de las construcciones que mejor refleja el momento


de fusión de ambos estilos es el Palacio del Infantado
en la ciudad de Guadalajara (VER IMAGEN LATERAL)

Aunque el plateresco castellano es especialmente


abundante en ciudades como Toledo, Valladolid o
Salamanca, etc., es en esta última donde encontramos
algunas de las obras más interesantes, debido a su gran
calidad plástica y finura, hecho al que no es ajena la
buena calidad de la piedra caliza salmantina.

Sobresale especialmente la archiconocida fachada de la Universidad, de autor desconocido,


constituida como un paño decorativo, independiente del edificio, donde los temas decorativos, de
flores, medallones, escudos y grutescos, ofrecen un inusitado ritmo.
Otro edificio religioso de estilo renacentista plateresco es el monumental Convento de San
Esteban, obra de Juan de Álava. cuya fachada, interpretada como un gran paño decorativo, tiene
una portada de grandes dimensiones rodeada de escultura (VER FOTO SUPERIOR).

No olvidamos citar la fachada de la catedral nueva y, en el contexto del plateresco civil, la curiosa
Casa de las Conchas.

Estilo herreriano

El estilo hereriano es consecuencia de la situación social, religiosa y política de España durante la


segunda mitad del siglo XVI.

Y es que, a partir del reinado de Felipe II, la corriente de austeridad católica impregna la sociedad
española de la Contrarreforma alcanza también al arte y a la arquitectura.

El ejemplo más destacado, sin duda, de este periodo es el Monasterio del Escorial (1563-1584)
donde se reúne monasterio, iglesia, palacio y panteón real.

Es un edificio derivado de fuentes italianas, pero de gran sobriedad y desornamentación, lo que


unido a su colosal tamaño, le confiere una solemnidad aplastante.
Juan Bautista de Toledo inicia las obras. A él se deben la planta general del edificio, la fachada
meridional y el patio de los Evangelistas.

Le sucedió, como arquitecto general principal, el italiano Giovanni Battista Castello "el
Bergamasco", que construyó la gran escalera a la imperial del interior, la primera de este tipo en
Europa.

Juan de Herrera (que dá nombre al estilo herreriano) dirigió la obra desde 1572 hasta el final, y le
imprimió su sello característico. Este arquitecto, estudioso de las teorías del romano Vitrubio, va a
influir decisivamente en la arquitectura española del último cuarto de siglo y en el siglo XVII. Tal es
su transcendencia que a esta corriente de la arquitectura del renacimiento en España se le ha
dado un nombre propio: Arquitectura Herreriana.
Otras obras de Herrera serán la Lonja de Sevilla y la catedral de Valladolid.
Escultura Renacentista en España
La escultura renacentista llega a España gracias a artistas italianos o a los españoles que viajan a
Italia a formarse (como es el caso del gran Alonso Berruguete).

La escultura del Renacimiento español es de gran originalidad por el fuerte sentimiento religioso
del que está impregnado, siguiendo la línea anterior del gótico. Además de da mucha importancia
de la expresividad.

También es original por los materiales empleados. Por ejemplo, se utiliza mucho la madera
policromada de pino con la técnica del estofado, en la que se aplica una fina capa de pan dorado y
luego se pinta encima y se raspa para que se vea el dorado.

Se siguen construyendo sepulcros, retablos, sillerías de coro y retratos.

La escultura se divide también en las tres etapas de la arquitectura:

Escultura renacentista española del primer tercio del sig. XVI

En este periodo inicial, trabajan artistas italianos que son los que traen el estilo renacentista a
España
Domenico Fancelli
Fancelli fue el autor del sepulcro de los Reyes Católicos en la Capilla Real de Granada. Se trata de
un sepulcro exento. La cama funeraria se decora con medallones. Los reyes se encuentran en
posición yaciente.

Domenico Fancelli también esculpió el sepulcro del Infante Don Juan en Santo Tomás de Ávila,
que es similar al anterior.

Pietro Torrigiano
La obra más conocida de Torrigiano es la estatual de San Jerónimo, hecha en barro cocido.

También hay una serie de escultores más goticistas, como Bartolomé Ordóñez, autor del sepulcro
de Juana "La Loca" y Felipe "El Hermoso" en la Capilla Real de Granada. El conjunto va decorados
con tondos, guirnaldas, escudos. En los ángulos aparecen los cuatro evangelistas.

Vigarny es el autor del Retablo de la Catedral de Granada, en madera policromada.

Vasco de la Zarza esculpió el sepulcro de Don Alonso de Madrigal "El Tostado" conservado en la
catedral de Ávila. Su decoración tiene tondo central, entablamento, etc. El difunto se representa
vivo, sentado, leyendo y con los atributos propias de su cargo.

Escultura renacentista española del segundo tercio del sig. XVI.


El Manierismo

En este periodo de la escultura renacentista se impone completamente el clasicismo


desapareciendo lo que quedaba de gótico. Pero más que escultura renacentista se debe hablar ya
de Manierismo. El principal centro artístico es Valladolid.

Alonso Berruguete
Alonso Berruguete, hijo del pintor Pedro Berruguete, se formó en Italia. Se aprecia en su obra una
gran influencia de artistas italianos, como Donatello y Miguel Ángel, pero aún así crea un estilo
propio con acusado alargamiento de las figuras, expresión de angustia y posiciones inestables.

Algunas de sus mejores obras son


Retablo de la Mejorada de Olmedo
En este retablo, Berruguete crea las figuras policromadas y realizadas con la técnica del estofado.
Las figuras son alargadas, huesudas con acusada expresión y posturas inestables.

Retablo de la iglesia de Santiago en Valladolid


En la Adoración de los Reyes Magos existe una composición simétrica. Hay sensación de
movimiento.

Retablo de San Benito en Valladolid


Poseía relieves, pinturas y exentas. El retablo consta de el Martirio de San Sebastián, San
Cristóbal y el Sacrificio de Isaac.

San Sebastián aparece adherido a un tronco sinuoso, al cual


se adapta la figura. Es un claro ejemplo de la postura
inestable típica de las figuras de Berruguete. Muestra un
rostro de angustia por el martirio y se aprecia un buen
estudio del desnudo.

En el Sacrificio de Isaac apreciamos la influencia de


Lacoonte, con gran expresión trágica en los rostros.

Sillería de coro de la Catedral de Toledo


Berruguete la realiza conjuntamente con Vigarny. Realiza
gran parte con madera de nogal, por lo que no se policroma.
Aparecen San Sebastián, Job, Adán y Eva

Sepulcro del Cardenal Tavera en Toledo


Es un sepulcro exento que muestra al Cardenal yaciente. Su
rostro está muy bien representado y muy logrado en
comparación con la realidad. La decoración es la típica
renacentista.

Juan de Juni

Juan de Juni recibe influencias de artistas del quattrocento y


cinquecento italianos (por ejemplo, de Jacopo della Quercia y
Miguel Ángel). Juni esculpe sus figuras con volúmenes
rotundos.

El Santo Entierro
Se trata de una composición bien ordenada. San Juan y la
Virgen están en el centro y a los lados dos figuras que actúan
de paréntesis. Cristo se encuentra yaciente. Se refleja un
sentimiento patético, de gran dolor físico y espiritual, que lo expresa en los rostros y en los gestos.
Último tercio del siglo XVI

Destacan los artistas de la Corte. Son artistas de cámara,


que realizan sobre todo retratos de la familia real,
realizados en bronce dorado.

Familia Leoni

Carlos V dominando el furor

Se trata de un bronce dorado. Bajo la figura de Carlos V


se encuentra el enemigo sometido. Pretende ensalzar el
poder del emperador.

Estatuas de Carlos V y Felipe II en la iglesia de El


Escorial.
Aparecen en posición orante y acompañados de sus
esposas.

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Pintura renacentista y el Manierismo de El Greco

Aunque el clasicismo de la pintura renacentista italiana pugnó por entrar en nuestro país, el fervor
religioso del catolicismo español no lo permite de manera intensa. En este contexto, el desnudo
apenas existe y si lo hace es cargado e exaltación mística.

Algunos importantes pintores del Renacimiento español son la Familia Osona, Fernando Yáñez, la
Familia Masip, sobre todo Juan de Juanes, Alejo Fernández, Alonso y Pedro Berruguete,
Fernández de Navarrete, Sánchez Coello, Juan Pantoja de la Cruz, Luis de Morales "El Divino" y
por supuesto, el líder indiscutible del Manierismo español, Domenico Teothocopulos "El Greco"

El Greco nació en Creta en 1541 y murió en Toledo, donde


desarrolló gran parte de su obra.

Su pintura fue innovadora para su época y por ello no fue muy


aceptado en su tiempo. Su reconocimiento como genio de la
pintura de Renacimiento y Manierismo en España procede del
siglo XIX cuando se le "redescubre".

Su primera formación en Creta supone una fuerte influencia del


arte bizantino, en especial el mosaico, de donde tomara su alto
sentido de la religiosidad y la simetría de sus composiciones, que
durará toda su vida.

Cuando era aún joven, El Greco viajó a Venecia y Roma donde se


encuentra en su máximo esplendor la Escuela del cinquecento
(Miguel Ángel, Tiziano y Tintoretto). El Greco aprenderá de Tiziano
el uso de colores cálidos y la importancia de la luz.

Sin embargo fue en Toledo donde el Greco alcanzó su máximo esplendor. Aquí encuentra su
personalidad verdadera y da rienda suelta a su arte, realizando sus obras más interesantes. El
Greco pintará en España preferentemente temas religiosos, algunos mitológicos y retratos.
Una de sus grandes obras de su vida en Toledo fue El Expolio, del altar de la Sacristía de la
Catedral de Toledo. En esta obra, el Greco muestra su genialidad donde ya no importa ni la
proporción ni el realismo del dibujo, y donde sorprende el juego de colores que usa para perfilar las
formas.

Fue probado por Felipe II para participar en la decoración


de El Escorial pero su pintura no fue del total agrado del
rey, precisamente por salirse de la corriente general
establecida.

Efectivamente, El Greco no fue un pintor convencional del


Renacimiento. En su genial pintura, sus personajes se
alargan y se mueven en amplios escorzos, en la
búsqueda de reflejar un exaltado misticismo.

Algunos de sus cuadros más famosos, además del


Expolio son La Santa Faz, El entierro del conde de Orgaz,
Caballero de la mano en el pecho, San Andrés y San
Francisco, etc.

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