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UD 26. Orígenes y desarrollo del feudalismo. La economía señorial.

Debate historiográfico.
INTRODUCCIÓN
El concepto de feudalismo ha sido y sigue siendo uno de los mas
complejos y debatidos de la historiografía de la historia europea. En sentido
estricto, designa al régimen político-social propio de algunas áreas de los países
del occidente europeo durante los siglos X, XI, XII y XIII. No obstante, se ha
matizado mucho el .concepto, extendiéndose el concepto feudalismo a otras áreas
en el mismo periodo o a otros momentos históricos. Así se ha hablado de
feudalismo en la Edad Moderna, "como una de las características del Antiguo
Régimen; también se emplea este concepto para designar a la estructura
socioeconómica imperante en el Egipto de los periodos intermedios, así como en
las culturas orientales (los samurais han sido considerados auténticos señores
feudales). Nosotros, evidentemente, nos circunscribimos a la historia europea de
la Edad Media. .
En primer lugar abordaremos el debate historiográfico en torno al tema.
Posteriormente nos centraremos en el origen del feudalismo, para pasar
seguidamente a analizar la sociedad y economía feudales. Por último trataremos
el desarrollo del sistema y concluiremos con unas referencias bibliográficas.

1. DEBATE HISTORIOGRÁFICO.
Hay consenso en que el feudalismo nació por dos causas: la ruralización
de la sociedad europea occidental y la crisis del poder político. Todas las teorías
confluyen en que el feudo es la pieza clave en la jerarquía de los derechos sobre
la tierra.
En un sentido amplio del término se entiende el feudalismo como el
régimen político-social de los países del Occidente europeo en los siglos X al
XIII. Pero espacialmente el feudalismo ya se predica de sociedades muy
distantes, en distintas épocas de Bizancio, India, Turquía, Rusia y Japón, y
cronológicamente se acepta que un protofeudalismo ya existió en el reino
visigodo en el siglo VII y en los reinos merovingio y carolingio en los siglos VIII
y IX.
Para algunos autores el feudalismo es la negación del Estado como ente
público y, en cambio, es una forma política estructurada mediante relaciones de
derecho privado. Pero para otros autores es una forma especial del Estado,
marcada por una división del poder del rey entre una clase aristocrática que
estableció redes de dependencia, mediante el vasallaje, en los territorios que
gobernaba. Estas relaciones de dependencia tuvieron su origen en el mundo
tardorromano y en la sociedad germánica.

TEORÍA DE PIRENNE.
La ruptura medieval en el siglo IX.
Henri Pirenne, en Mahoma y Carlomagno (1927), planteó que la ruptura
con la Antigüedad sólo llegó en el siglo VII, cuando la expansión islámica cerró
el comercio mediterráneo y, sobre todo, cuando se derrumbó el imperio
carolingio a finales del siglo IX, debido a la presión exterior de normandos,
húngaros y musulmanes y a los conflictos civiles por la sucesión, todo lo cual
conllevó la división del imperio en varios reinos y la paralela desintegración del
poder interior, repartido entre múltiples señores que recibieron de los reyes
concesiones hereditarias de beneficios de tierras. El feudalismo nació entonces.
Las relaciones vasalláticas implicaban unas obligaciones militares y
económicas del vasallo hacia el señor, que a cambio aseguraba la protección
militar y económica del vasallo. Esta relación se ritualizaba con una ceremonia
de vasallaje y se materializaba en la entrega de un feudo territorial.

TEORÍA DE LOS ANNALES.


La sociedad feudal de Bloch: el siglo X.
La visión sociológica de la ‘Escuela de los Annales’ es que fue un
fenómeno sociológico o de psicología colectiva en una sociedad en constante
cambio. Marc Bloch sostiene que nació hacia 900, aunque otros miembros del
grupo señalan otras fechas, como Georges Duby, que señala hacia el año 1000 y
cuya tesis es más aceptada por la historiografía actual.
Calmette y Bloch prefieren el término “sociedad feudal” para explicar la
sociedad medieval de los siglos X-XII, lo que les permitía reducir el uso del
término “feudalismo” al conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones
de obediencia y servicio.

TEORÍA DE GANSHOF.
La interpretación político-jurídica: los siglos X-XII; la limitación a
Europa Occidental.
La posición político-jurídica de Ganshof (1957), heredera del historicismo
pero más científica, caracteriza el feudalismo como un conjunto de instituciones
que jerarquizan a los grupos dominantes mediante el vasallaje, la encomendación
y el beneficio. Así se configura una sociedad basada en:
- Unas relaciones de dependencia hombre-hombre.
- Una jerarquía de guerreros especializados.
- La fragmentación extrema del derecho de propiedad sobre la tierra y
vinculación de esta a los hombres.
- El debilitamiento del poder central, con una pluralidad de instituciones y
poderes autónomos.
Ganshof limita su ámbito espacial a los antiguos territorios del Imperio
carolingio en Francia, Alemania, norte de Italia y la Marca Hispánica en el siglo
IX, y posteriormente se expandió a Inglaterra y el reino normando en el sur de
Italia. El centro de mayor implantación corresponde a la amplia zona entre el
Loira y el Rin. La cronología se debería limitar a los siglos X-XII, aunque en
Alemania su auge se produjo en los siglos XIII-XIV.
Estas tesis han sido aceptadas ampliamente por la historiografía, aunque
se han introducido grandes modificaciones, sobre todo en el aspecto económico.
TEORÍA DEL MARXISMO.
La visión marxista de Marx y Engels a mediados del siglo XIX, y de sus
seguidores, plantea el feudalismo como un modo de producción y afronta los
problemas terminológicos, la relación tierra-hombre y la relación superestructura
político-jurídica e ideológico-religiosa. Es la corriente que más interpretaciones
del feudalismo ha aportado, dentro del debate de la evolución de los modos de
producción.
Marx: el modo de producción feudal.
Karl Marx en La ideología alemana (1846) plantea el modo de producción
feudal como el tercer estadio de los modos de producción, entre el esclavista de
la sociedad romana y el capitalista de la Edad Moderna.
Llama modo de producción feudal o feudalismo al sistema de producción
medieval constituido por la transferencia de capital conseguida mediante el
dominio de los aristócratas sobre los vasallos.
El feudalismo parte de una infraestructura fundamentalmente rural, con el
trabajo agrícola y la tierra como el bien capital, que determinaría a su vez a la
superestructura, constituida por la ideología y el derecho medieval difundidos por
la Iglesia, la distinción entre las tres clases sociales (los tres estamentos u
órdenes), la pirámide social del poder monárquico y aristocrático, etc.
El feudalismo es, pues, un sistema rural:
“La tercera forma de propiedad es la feudal o la de los distintos
estamentos. Si la Antigüedad surgió de la ciudad y de su pequeño territorio, la
Edad Media nació en el campo. (...) Como la propiedad tribal y comunal, la
feudal también se apuntala en la comunidad; pero la clase directamente
productora con que se enfrenta no son los esclavos de la Antigüedad, sino el
pequeño campesinado sometido a la servidumbre. (...) La estructura jerárquica de
la propiedad territorial y el señorío militar que le acompañaban dieron a la
nobleza un poder absoluto sobre los vasallos.”
En las ciudades, donde reaparece la oposición con el campo, se desarrolla
la propiedad gremial, la organización feudal de los oficios, donde la propiedad
consiste en el trabajo de cada individuo.
Tanto en el campo como en la ciudad las condiciones de producción eran
muy estrechas: el cultivo de la tierra era muy primitivo y la industria era
artesanal. A pesar de existir una fuerte división en estamentos, la división social
del trabajo era muy rudimentaria, incluso en el momento culminante del
feudalismo.

(sonferrer)
3.1. EL DESARROLLO FEUDAL EN LA DINASTÍA CAROLINGIA.
Los primeros carolingios.
La decadencia franca se frenó con la llegada al poder de los mayordomos
de palacio, todavía al servicio de los merovingios, Pipino II y su hijo Carlos
Martel (716-741), que, como sus sucesores, ya reyes, Carlomán I y Pipino III
(751-768), sometieron las rebeliones y vencieron a los principales enemigos
exteriores: los musulmanes, los sajones y los lombardos.
Los primeros carolingios crearon un ejército de vasallos con beneficios
vitalicios de tierras para pagar sus equipos militares y manutención. Se formó
una clase social de carácter militar y con tierras, vinculada al rey por una relación
de dependencia, ahora prestigiosa.
Carlomagno.
Carlomagno (768-814) completó la labor de sus predecesores. Subió al
trono en 768 y comenzó de inmediato una vigorosa expansión exterior. Fueron
dominados los lombardos (774), alamanes, burgundios, sajones en una larga
guerra (772-804), frisones, aquitanos y bávaros. Mientras, eran derrotados los
enemigos exteriores bretones, vascos y gascones, ávaros, musulmanes (se creó la
Marca Hispánica hasta el Ebro), y se impuso tributo a otros pueblos vecinos
(croatas, eslovenos). El Imperio fue proclamado en 800: era la “restauratio” del
Imperio Romano, en unos límites más sostenibles.

Mapa del Imperio de Carlomagno.

Vasallaje y beneficio.
Carlomagno estableció una alianza con la aristocracia territorial, mediante
el vasallaje y el beneficio. Los servicios militares en la expansión del reino eran
recompensados con nuevos beneficios en un círculo que llegaría a agotarse con
los años al no haber más tierras para repartir y pararse las conquistas. Al mismo
tiempo los pequeños y medianos propietarios de tierras fueron colocados bajo el
vasallaje de los grandes, como un medio eficaz de extender la autoridad real
sobre toda la población del reino, lo que sería nefasto a largo plazo.
Las villas rurales se convirtieron en centros de grandes latifundios,
divididos en mansos para una familia de una superficie de 10 a 18 hectáreas, que
se repartían entre vasallos guerreros de modo que un vasallo con 12 mansos se
obligaba a mantener un caballero armado. Los vasallos tenían una media de 30
mansos y podían llegar a tener cien o más mansos. Otros beneficios eran las
dignidades eclesiásticas.
La herencia del beneficio en el siglo IX.
Con Luis el Piadoso (814-840) el sistema continuó, pero si Carlomagno
había concedido estos beneficios en usufructo, la costumbre hizo que los
herederos de los vasallos renovaran sus vínculos y sus beneficios con lo que estos
se convirtieron de facto en propiedades, que aumentaban con la presión sobre los
propietarios para que se convirtieran en patrocinados a cambio de ceder la
propiedad, lo que se reconoció en la Capitular de Mersen (847).
El vasallaje se transformó en un medio de obtener un beneficio y la tierra
se fue desligando de la autoridad real, hasta que Carlos el Calvo tuvo que
reconocer en la asamblea del reino en Quierzy-sur-Oise (877) el carácter
patrimonial y hereditario de los beneficios que se habían concedido. Fue el fin
jurídico del poder real y el nacimiento del feudalismo, aunque el sistema tardaría
más de un siglo en consolidarse.
3.2. DESARROLLO DEL FEUDALISMO “CLÁSICO” EN EUROPA.
El desarrollo del feudalismo “clásico” europeo, en los siglos XI-XII, se
centra en una zona bastante limitada del norte de Francia y Bélgica, de la que se
extiende como modelo bastante diversificado a otros ámbitos del continente.
FRANCIA.
Francia fue el lugar central y el modelo del feudalismo, desde su
desarrollo con los monarcas carolingios, con el vasallaje y la concesión de
beneficios.
El beneficio (una donación de tierras a los fieles) primero se concedió a
cambio de servicios armados, luego se asoció al vasallaje y terminó por ser
hereditario, hasta desaparecer en el siglo XI para dar lugar al feudo.
La pérdida de poder de la autoridad real permitió la independencia de
facto de numerosos señores en la periferia del reino, que alcanzaron la herencia
directa de sus feudos para sus herederos, promoviendo luchas civiles, lo que
junto a las invasiones normandas, húngaras y musulmanas, facilitó la
desintegración del poder en favor de los señores que dominaban los castillos, con
control sobre la tierra y la población rural, sobre todo en el norte de Francia. En
el sur de Francia el feudalismo se desarrolló menos, con más proporción de
tierras propiedad de los campesinos.
Desde finales del siglo XI los reyes Capetos, empero, fueron aumentando
su poder real, mediante la legitimación de la Corona, sometiendo a cierto control
a los grandes nobles.
INGLATERRA.
En Inglaterra, después de la victoria de Guillermo I en 1066 los
conquistadores normandos sojuzgaron a la población anglosajona, imponiendo
un feudalismo de origen francés, con relaciones vasalláticas de lealtad directa al
monarca, donante de toda la tierra y por tanto con un poder inmenso, comparado
con el rey francés.
ALEMANIA.
En Alemania el feudalismo fue muy original, en una tierra recién
conquistada, sin pervivencia romana, con una sociedad germánica comunal. Los
condes dominaban territorios extensos y poco poblados. El campesinado era libre
y elegía tribunales locales, mientras la nobleza de clanes no tenía vasallaje.
La amenaza húngara promovió el poder de la dinastía sajona de los
Otónidas, que renovaron la estructura política carolingia y se basaron en los
feudos eclesiásticos, que eran temporales en contraste con los nobiliarios
hereditarios.
El feudalismo sólo llegó realmente en el siglo XII y su auge se hizo
esperar hasta los siglos XIII y XIV, con la debilitación del emperador y la
expansión hacia el Este.
ITALIA.
En Italia perviven las tradiciones clásicas, con una vida urbana puesto que
el poder de la Iglesia mantiene todavía vivas las ciudades. La sociedad rural es
heterogénea: feudos al Norte, campesinos libres, terratenientes urbanos,
latifundios de esclavos al Sur. En el sur (Nápoles y Sicilia) los normandos
establecieron en los siglos XI y XII un modelo similar al francés.
ESPAÑA.
En España hay un protofeudalismo durante la fase final del reino visigodo
de Toledo, pero después de la conquista islámica este precario sistema es
destruido.
En España cabe distinguir entre Cataluña, que siguió el modelo francés, y
el resto de los reinos hispánicos, en los que el feudalismo adoptó unas
modalidades muy distintas.
Con la formación de los reinos cristianos y la Reconquista el feudalismo
toma unas características propias, con campesinos libres en las fronteras que se
mueven paulatinamente hacia el Sur, con garantías legales registradas en los
fueros, así que el feudalismo sólo llegó en los siglos XII-XIII y limitado a la
Meseta y Andalucía. Así, en Castilla-León el beneficio no estuvo unido al
vasallaje y nunca fue hereditario: se concedía a cambio de unos servicios; en el
siglo XIII desapareció, sustituido por la heredad. En Navarra y Aragón se
concedía a cambio de servicios armados.
La excepción es Cataluña, que imita el modelo carolingio ya desde el siglo
X, con las instituciones del beneficio y del condado, con un campesinado muy
explotado por una compleja organización señorial.
Mapa de Europa en el siglo XI.

4. LA ECONOMÍA FEUDAL.
Condiciones generales de la vida económica.
Los siglos VI a X fueron de estancamiento económico. Se modificó el
espacio económico al expansionarse hacia el centro de Europa y al aparecer el
Islam. La miseria era general debido a la catástrofe de las estructuras políticas y
económicas del Imperio (impuestos, moneda, seguridad, comercio, precios),
deviniendo en una “economía natural” de intercambio hasta que el feudalismo
asentó unas nuevas bases para el desarrollo.
En el siglo XI comenzó un resurgir económico, con el asentamiento
político de las monarquías feudales, el rechazo de las invasiones exteriores, el
lento resurgir del comercio y de las ciudades, el aumento de la población, etc.
Así, la población de la Europa feudal pasó de 20 millones de habitantes en 600
a 70 millones en 1300.
Actividades económicas en el medio rural.
Era un mundo del bosque, de espacios rurales recuperados por la
naturaleza. El clima evolucionó a una mayor aridez. Las costumbres alimentarias
de los germanos (caza, pesca, ganado, recolección) se mezclaron con las
mediterráneas (pan, vino, aceite). No se perdieron las técnicas agrícolas (rotación
de cultivos, herramientas de hierro, molino de agua). Los cereales eran la base de
la alimentación; la vid y el olivo se expandieron, como la ganadería.
Un factor esencial para comprender el mundo agrario y la sociedad en la
Edad Media es la mejora de la técnica agrícola: la sustitución del arado ligero de
ruedas, que sólo abre la capa superficial, por el pesado, con un cuchilla frontal
que abría profundamente la tierra y unas orejeras de hierro que la remueven; la
tracción de animales de tiro (caballos y mulas más rápidos) mediante colleras; la
difusión de nuevos cultivos y de los regadíos, etc. Todas estas mejoras explican
el aumento (aunque lento, como su misma difusión) de la producción alimentaria,
lo que llevará al aumento demográfico y la vida urbana.
Propiedad, explotación de la tierra y estructura social.
Hay una tendencia a la expansión de la gran propiedad, cada vez más en
manos de la aristocracia regional. En cambio, la propiedad real menguó cuando
los reyes perdieron su poder poco a poco. También la Iglesia acaparó grandes
propiedades rurales lo que provocó que Carlos Martel realizase la primera gran
secularización para limitar el fenómeno.
Lo importante era la producción y no la propiedad de la tierra, pues casi
no había moneda para pagar los servicios y, para la monarquía, el único
instrumento de pagos importantes era la misma tierra. Carlos Martel y
Carlomagno pagaron sus guerras de este modo.
Los dominios señoriales.
Los dominios señoriales se dividían en tres partes:
- Terra indominicata (propiedad del señor): trabajadas por esclavos y
también por colonos en ciertas épocas, lo que permitía compensar el bajo
rendimiento de los esclavos y afrontar las puntas de trabajo durante la siembra y
la cosecha.
- Mansos de los colonos arrendatarios libres. Pagaban en especie y en
servicios.
- Prados y bosque de aprovechamiento común.
El comercio y las actividades urbanas.
El comercio urbano era muy pequeño, dada la escasa dimensión de su
población pero el comercio internacional mantuvo cierto nivel pese a todo, en
especial en el Mediterráneo (con Bizancio) y el Mar del Norte. La producción
artesanal se ruraliza. La moneda decae, por la falta de poder estatal, subsistiendo
sólo la de oro hasta el siglo VII.

5. LA SOCIEDAD FEUDAL.
La búsqueda de cohesión y seguridad sociales.
El problema era cómo crear un conjunto social coherente, con garantías de
seguridad para los habitantes.
- La fusión social. Se fundieron poblaciones heterogéneas, con una
profunda aculturación (creciente a mayor número de germanos). Las aristocracias
romana y germana se fundieron con facilidad salvo en África, Italia y Bretaña.
En el campo fue muy fácil, debido a la ruralización de la sociedad; más difícil
fue en la ciudad.
- Familia y clientela. Al decaer la seguridad garantizada por el Estado los
individuos la buscaron en la familia en la que el matrimonio será una
contraprestación (una familia cede una mujer a cambio de otra), y la clientela
como base de los vínculos de poder.
El ordenamiento y la práctica jurídicos.
Al principio hay una oscilación entre los principios jurídicos de
nacionalidad (germano) y territorialidad (romano), el derecho de origen colectivo
(germano) y el de origen real (romano). Se ponen por escrito las principales
fuentes del derecho: Código de Eurico, Breviario de Alarico y el Liber
Iudiciorum en Hispania.
En la época feudal aparece ya un derecho común a germanos y romanos,
que se han fusionado. La influencia del derecho romano, desde los centros
italianos, permite hacer las primeras recopilaciones legislativas, al principio
pobres en técnica jurídica. Hasta el siglo XIII no se harán los primeros grandes
códigos medievales.
Población, grupos sociales en el medio rural.
El descenso de población en la Alta Edad Media fue general por varias
causas: hambre, guerras, enfermedades, peste, inseguridad individual y colectiva,
en un círculo vicioso de poca población y poca producción. Por debajo de la
aristocracia y la Iglesia terratenientes estaban los propietarios libres, los colonos
siervos que cultivaban los mansos de los dominios señoriales y que vivían en la
miseria normalmente y la mano de obra esclava para la “terra indominicata”.
Desde mediados del siglo XI la población vuelve a aumentar: en dos
siglos se dobla, gracias a la relativa paz, la mejora del clima y de las técnicas
agrarias, etc.
Ciudades, población urbana y grupos sociales urbanos.
La decadencia urbana comenzó con la crisis del siglo III y se ahondó en
los siglos “bárbaros”. Mantuvieron las ciudades unas funciones político-
administrativas, militares, eclesiásticas (sobre todo las sedes episcopales),
agrarias y comerciales. El resurgir desde el siglo XI fue muy lento.
La población urbana era escasa: 10.000 habitantes hacían una gran ciudad;
París y Roma alcanzaban los 20.000 y destacaban sobremanera sobre las demás.
Los grupos sociales estaban jerarquizados como la sociedad feudal: en la cúspide
el obispo y los pocos nobles urbanos, en medio los clérigos y caballeros, abajo
los artesanos y comerciantes libres, al fondo los siervos y esclavos urbanos.
LA PIRÁMIDE SOCIAL.
La sociedad señorial estaba articulada férreamente en una estructura
jerarquizada, como una pirámide, en la cumbre el monarca; en medio la nobleza,
la Iglesia, los propietarios libres; abajo los campesinos colonos y esclavos.
Fundamentalmente es la división de la sociedad medieval en tres órdenes o
estamentos: los guerreros que luchan, los sacerdotes que rezan y los campesinos
que producen.
Mapa conceptual de la sociedad feudal. [HistoriaGuadiana.blogspot.com]

El monarca.
El monarca era el máximo señor feudal, en la cúspide de la pirámide
social, y dependía de los recursos económicos de sus propios dominios y del
servicio militar de los vasallos. No tenía control sobre toda la población porque
la jurisdicción era indirecta.
Perry Anderson cree que este modelo puro, de rey sin autoridad, no existió
en realidad más que como una entelequia porque hubiera sido tan ineficaz que la
nobleza no hubiera podido mantener sus privilegios frente a los enemigos
interiores y exteriores. El fracaso del reino visigodo pudo servir de ejemplo
disuasivo.
Los nobles.
Un grupo de nobles, constituido por los que estaban situados sólo por
debajo del rey hasta el último castellano, acaparaba la propiedad agraria y la
riqueza, estratificándose internamente por sus riquezas y número de vasallos.
La Iglesia.
La Iglesia aumentó su poder y autonomía, con enormes riquezas
territoriales y pecuniarias, con grandes grupos de mansos dependientes
directamente de las parroquias, obispados, arzobispados, monasterios y abadías,
con sus propias relaciones vasalláticas. Muchos párrocos eran esclavos de
señores feudales que así se apropiaban de los ingresos de los mansos. Muchos
nobles laicos acumulaban cargos eclesiásticos, en detrimento de la calidad de la
vida religiosa.
Los propietarios y hombres libres.
El grupo de propietarios libres, que no eran vasallos de nadie o eran
vasallos con un pequeño feudo. Se unían entre sí para financiar caballeros
armados. Pero eran continuamente presionados por los poderosos para que
aceptaran el patronazgo, con impuestos ilegales, reclutamiento militar y otros
abusos. Los numerosos campesinos alodiales (con plena propiedad) vivían en
perpetua inseguridad y solicitaban la protección de los poderosos, a cambio de
sus tierras o de servicios. También había unos pocos hombres libres en las
ciudades, sin propiedades ni vasallos, pero que tenían oficios o cargos
importantes en la sociedad como artesanos, médicos o funcionarios.
Los grupos campesinos: esclavos y colonos.
En el siglo IX el campesinado occidental estaba ya unido masivamente a
la tierra, en una situación jurídica indecisa. Había varios grupos sociales en el
campesinado:
- Esclavos, con condición jurídica de “cosa”, que podían ser vendidos y
separados de su familia si se vendía la tierra. Pero entre ellos había castas: los
que cultivaban la tierra, los que servían en la casa del señor, los “servi casati”
que recibían y explotaban un fundo en su propio provecho y practicaban la
artesanía. En Francia había pocos esclavos, pero abundaban en Alemania, Italia y
Cataluña.
- Colonos, con una libertad jurídica limitada, según el lugar en que vivían,
unidos por vida a la tierra, con obligaciones de impuestos y cargas de trabajo en
la terra indominicata, artesanía de tejido, servicios domésticos, etc., y derechos
restringidos de boda y herencia. Pero tenían obligación militar y por ello podían
acceder a los tribunales y limitar sus trabajos. Cultivaban los mansos y
aprovechaban la caza y la recolección.

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