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3.1. Antecedentes
En el Perú, de todos los conceptos señalados, el único que realmente todavía puede estar
manteniendo parte de su carácter de “beneficio social” sería el del seguro social de salud
o Essalud. No importa si un trabajador gana un sueldo mínimo o si gana treinta veces
dicho sueldo, si es casado o no, o si tiene uno, diez o ningún hijo menor de edad, en todos
los casos el derecho de atención que obtiene será el mismo que para cada uno de los otros
trabajadores y, de ser el caso, para cada uno de sus dependientes. Pero aún en el caso que
el trabajador no aportara (¿?) al seguro social de salud, él tiene derecho a ser atendido en
los hospitales y postas médicas del sistema nacional de salud provisto por el Estado. En
cambio, ninguno de los otros conceptos arriba señalados califica de “beneficio social”,
no son subsidiarios ni redistributivos, ni son recibidos “gratuitamente”. Para cualquier
estudiante listo de los primeros años de economía, esto resulta bastante evidente.
Entonces queda claro que frente a una contingencia como el casa del despido arbitrario,
el trabajador tiene derecho a hacer uso de su beneficio social de previsión; máxime
cuando nuestra constitución ha estipulado en su artículo 2° inciso 24.a, “nadie está
obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe:
siendo esto así el tribunal constitucional como órgano contralor de la constitución no
puede dejar de pronunciarse frente a una evidente vulneración constitucional.”
En conclusión en aplicación a este nuevo criterio el trabajador que cobre sus beneficios
sociales e indemnización por despido arbitrario, no tendrá acceso a luego reclamar su
reposición al puesto de trabajo a través de una demanda de Amparo.
BIBLIOGRAFÍA
Arce, E. (2008). Derecho Individual del Trabajo en el Perú. Lima, Palestra Editores.
BRAMONT ARIAS, Luis. Derecho Penal parte General, Tomo I, 3ra Edición, Lima -
1978.
GÓMEZ VALDEZ, Franciso, Derecho del Trabajo, Lima Perú, Primera Edición 1996.