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Declaraciones similares llegaron a los titulares en diciembre de 2015, tras la adopción del

llamado acuerdo de París. Es cierto que el acuerdo representa el primero de su tipo como un
acuerdo universalmente vinculante sobre el cambio climático, que establece un objetivo claro
para mantener "el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC por
encima de los niveles preindustriales". no obstante, la adopción del acuerdo de París fue un
camino largo y difícil. con negociaciones en Bali en 2007 y un intento fallido en Copenhague en
2009, la diplomacia francesa estaba ansiosa por evitar otro resultado político para la COP21.
Reuniendo a todos los interesados, desde las delegaciones al sector empresarial y la sociedad
civil, la conferencia tuvo un "impulso". Sin embargo, detrás del cuento de hadas diplomático,
un enfoque más realista podría citar una serie de emisiones en las que el Acuerdo no fue
suficiente.

Una cuestión delicada desde el punto de vista diplomático antes de la adopción del acuerdo
fue la forma que tomaría y, por ende, su fuerza legal. La hoja de ruta de Durban proporcionó
un marco para "un protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal
en virtud de la Convención aplicable a todas las Partes que se desarrollarán." Este lenguaje
resultó en argumentos sobre si el resultado de la COP21 debería ser, entre todos los
potenciales Un mes después de la apertura de la conferencia, el Secretario de Estado de los
Estados Unidos John Kerry "insistió en que el acuerdo" definitivamente no sería un tratado ".
"mientras que al mismo tiempo, la UE estaba presionando para la adopción de un texto global
y jurídicamente vinculante". la posición de los EE. UU. estaba motivada en parte por las
próximas elecciones y la probable oposición del Senado a ratificar una letanía sobre el cambio
climático en ese momento. El estado legal del acuerdo era una cuestión muy importante, ya
que su fuerza legal determinaría aún más su importancia, influencia, naturaleza y alcance, y
podría influir en la cuestión de la responsabilidad. Aunque en su forma final el acuerdo incluye
algunas disposiciones importantes y legalmente vinculantes, algunos comentaristas
argumentaron acertadamente que fue escrito de una manera que no comprometiera ningún
proceso de ratificación. De hecho, el acuerdo deja bastante a las acciones posteriores. Puede
leerse como un proceso y no como un resultado. Por lo tanto, las disposiciones legales que se
derivan de ello proporcionan más bien un proceso a seguir que un alcance alcanzado.

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