Você está na página 1de 6

“UNIVERSIDAD ETAC” MAESTRIA

EN DOCENCIA MATERIA:
Profesionalizacion Docente

SESIÓN 4 / SEMANA 4
El docente como profesional de la enseñanza.
Trabajo 4
ALUMNO: FRANCISCO JAVIER MARTINEZ PADILLA
ASESORA: MA. GUADALUPE CORTES TOLEDO
7 DE FEBRERO DEL 2018
INTRODUCCIÓN

Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación


constituye un instrumento indispensable para que la humanidad
pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia
social.

La educación tiene la vocación de permitir a todos sin excepción


hacer fructificar todos sus talentos y capacidades de creación, lo
que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y
realizar su proyecto personal.

Se presenta un ensayo donde se realizó una investigación donde


como profesor y/o como alumno se habla acerca del docente
como profesional de la enseñanza, la importancia de la
profesionalización en el ámbito docente, ¿realmente se aplica?
¿Es un arte o una ciencia? ¿Cómo puedes contribuir a la calidad
de la educación?.
Una renovada institución educativa, es una nueva forma de educar, requiere una
reconceptualización importante de la profesión docente y una asunción de nuevas
competencias profesionales en el marco de un conocimiento pedagógico, científico y
cultural revisado.

Es decir, la nueva era requiere un profesional de la educación distinto. Pero no


podemos analizar los cambios de la profesión docente sin obviar que ello ha planeado
durante muchos años alrededor del debate sobre la profesionalización docente, y como
dice Labaree (1999:20): “existe una serie de razones para creer que el camino hacia la
profesionalización de los docentes se encuentra lleno de cráteres y arenas movedizas:
los problemas propios que surgen al intentar promocionar los criterios profesionales
dentro de una profesión tan masificada, la posibilidad de la devaluación de las
credenciales como consecuencia del aumento de los requisitos educativos, el legado
nivelador de los sindicatos de la enseñanza, la posición histórica de la enseñanza como
forma de trabajo propio de las mujeres, la resistencia que ofrecen los padres, los
ciudadanos y los políticos a la reivindicación del control profesional de los centros
escolares, el hecho de que la enseñanza se haya incorporado tarde a un campo
plagado de trabajos profesionalizados, la previa profesionalización de los
administradores de los centros y el poder atrincherado de la burocracia administrativa,
la prolongada tradición de llevar a cabo reformas educativas por medios burocráticos y
la diversidad de entornos en que tiene lugar la formación del profesorado.”

Aquí cabe preguntarse, ante tantas dificultades para asumir una profesionalización
docente, ¿cuáles son las competencias necesarias para que el profesional de la
docencia asuma esa profesionalización en la institución educativa y tenga una
repercusión educativa y social?.

Cuando el profesor o profesora se incorpora por primera vez al trabajo en un centro


escolar, lo hace con la ilusión y preocupación lógicas en un principiante, generalmente
joven, y durante un período no desdeñable su situación y actividad profesional están
trufadas del deseo o la necesidad de ser aceptados, de asimilar lo que hacen los
compañeros, de aplicar lo aprendido durante la formación inicial, también por la
inevitable reproducción de pautas aprendidas durante su propia escolaridad, todo ello
mezclado con el temor a no controlar la clase (la disciplina, la atención a demandas y
necesidades diversas) y cumplir la programación; en definitiva, se incorpora con una
gran inseguridad que generalmente se afronta y supera en soledad- sobre cómo
responder al día a día en el aula y en la escuela, sin haber tenido en la mayoría de los
casos la oportunidad de aprender realmente los saberes más prácticos del oficio, ni
cómo movilizar los saberes teóricos y las metodologías aprendidas, y como generar
conocimiento a partir de la reflexión sobre la práctica.

Se podría decir que esta idea de la profesionalización para el campo de la educación


no es nueva, sin embargo aparece con mayor fuerza en la actualidad.

El discurso de la profesionalización docente aparece prácticamente como omnipresente


en nuestra vida docente: las autoridades educativas recurren a este discurso, los
organismos internacionales lo hacen centro de sus recomendaciones, los medios de
comunicación lo repiten, los padres lo exigen, las instituciones educativas se hacen
eco, los sindicatos lo usan y repudian a la vez, etc. Por otra parte, este discurso
también tiene que ver con los docentes que se forman y cómo impacta en esta
formación considerar a los docentes como profesionales.

Entendemos el desarrollo profesional docente como "la capacidad de un profesor para


mantener la curiosidad acerca de la clase; identificar intereses significativos en el
proceso de enseñanza y aprendizaje; valorar y buscar el diálogo con colegas expertos
como apoyo en el análisis de datos" (Rudduck, 1991, en Marcelo, 2002).

Se exige al docente, incluso demasiado, cuando se espera que colme las carencias de
otras instituciones también responsables de la enseñanza y la formación de los
jóvenes.

Las nuevas tecnologías han hecho entrar a la humanidad en la era de la comunicación


universal; eliminando la distancia que contribuyen poderosamente a forjar las
sociedades del mañana. Como docentes y/o como alumno debemos utilizar todas las
herramientas que la tecnología u otros campos nos ofrecen para llevar a campo la tan
anhelada profesionalización ya que el trabajo del docente no consiste solo en
transmitir información ni siquiera conocimientos, si no en presentarlos en forma de
problemática, situándolos en un contexto y poniéndolos los problemas en perspectiva
de manera que el alumno pueda establecer el nexo entre la solución y otras
interrogantes de mayor alcance.

CONCLUSIÓN

Nunca se es en vano insistir en la importancia de la profesionalización docente y por

ende en la calidad de la enseñanza, ya que entre más dificultades presente el alumno

el docente debe desarrollar sus capacidades e ir más allá, de ahí nos da respuesta a la

pregunta si es ¿un arte o una ciencia? . A mi consideración es un arte, ante los retos

que nos enfrentamos en un mundo globalizado. La gran fuerza de los docentes es la

del ejemplo al manifestar su curiosidad y apertura de espíritu y transmitir la afición del

estudio y se debe cultivar en los futuros maestros las cualidades humanas e

intelectuales adecuadas.

El mundo en su conjunto está evolucionando hoy tan rápidamente que el personal

docente, como los trabajadores de la mayoría de las demás profesiones, ya que se

debe admitir que la formación inicial no es suficiente y a lo largo de su existencia los

profesores tendremos que actualizarnos y perfeccionar los conocimientos y técnicas.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 ALIATUNIVERSIDAD. (2008). Profesionalización Docente. 2018, de ETAC Sitio


web:http://etac.clientes.tralcom.com/tcetac/cursos/Profesionalizacion_Doce
nte_Contenido/S4/s4_01.html?id_examen_act=1&id_inscripcion=710601

 DELORS, J. (2008). LA EDUCACIÓN ENCIERRA UN TESORO. MEXICO: SIGLO XXI


EDITORES.
 Imbernón ,F.. (2000). LA PROFESIÓN DOCENTE ANTE LOS DESAFÍOS DEL
PRESENTE Y DEL FUTURO. 2018, de Universidad de Barcelona Sitio web:
http://www.ub.edu/obipd/docs/la_profesion_docente_ante_los_desafios_del
_presente_y_del_futuro_imbernon_f.pdf
 Sarramona, J.. (2011). ¿Qué Significa ser Profesional Docente en la
Actualidad?. 2018, de revista portuguesa de pedagogía Sitio web:
file:///C:/Users/maestra/Downloads/1333-1-3493-1-10-20120928.pdf

Você também pode gostar