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Academia y Poliarquía
Como la invitación, dentro de la esta jornada por la democracia, es para pensar acerca
de la dimensión política de la universidad, partiré de la algo me ha molestado: el
concepto de democracia. Y. me molesta porque para mí ya ese término refiere un valor
contrario incluso al sentido que poseía en su origen como producto de la experiencia
social en Grecia. Hoy día, la democracia es reconocida como simples procedimientos
consensuales. De esta malversada concepción se plantearon los hoy llamados “
mecanismos de participación ciudadana ”.
Es aquí donde, dentro de este discurso, irrumpe la reflexión sobre el tema que nos
convoca. Pero, quiero aclarar que la “ aptitud “ a la que se alude arriba, no se plantea
en términos de habilidad, ni de capacidad, sino de criterio PARA el debate. Aquí se
podría plantear, como muchos lo hacen, que la academia debe ser actor, protagonista,
en pocas palabras, “líder” de la “ transformación social “ ya que ella, por ser “ centros
inteligentes de la sociedad “ debe plantear el norte de la acción política.
Pero, no estoy de acuerdo con dicha posición. La academia no tiene por función ser
líder de ninguna transformación social, entre otras porque ella tiene un compromiso
con la ciencia, con la búsqueda del conocimiento. A la academia no se le puede atribuir
la función de ser ¨ ingeniera social”, pues dicha actitud sería contraria a su naturaleza.
Decía Karl Popper que las ciencias y específicamente las sociales ¨ que intentan dar un
marco de referencia a la ingeniería social no pueden... ser verdaderas descripciones de
los hechos sociales ¨ 3
estado social inacabado e inacabable que consta de dos dimensiones: el del debate público y el derecho a
participar. Estas dos ¨ dimensiones ¨ potencian una verdadera sociedad democrática. En Colombia no se
dan ni la participación ni el debate, principio y fin de la transformación cultural y base por ello de la ¨
democratización ¨ Primero porque no existen partidos políticos que canalicen los intereses y las acciones
provenientes de la sociedad y segundo porque los espacios de expresión pública y de conocimiento de lo
diverso son escasos
3
Ibidem pág 315
4
DURKHEIM, Emilie. Educación y Sociología Ed. Reflexión Bogotá ‘ Colombia 1998 pág 71
solución a dicha tensiones, conflictos y antagonismo. Así las cosas, la academia debe
ser centinela crítico de la evolución propia de cada grupo social, a través de la
contrastación de las tendencias planteadas por dicha sociedad y de los resultados por
ella misma obtenidos dentro de su propia búsqueda de equilibrio temporal.
Con dicha contrastación crítica, la academia puede aportar argumentos históricos que
enriquezcan el debate al interior de la sociedad. Es así como puede fortalecer la aptitud
necesaria para la democratización. Pero quiero enfatizar que estos argumentos no son
posibles desde la definición de tipo ideal alguno, y menos desde tipos ideales pre-
concebidos por la misma academia. Sólo es posible comprender las tendencias sociales
desde los conflictos internos y por ello, sólo es posible comparar racionalmente los
hechos sociales con las pretensiones mismas de cada grupo, pretensiones que son su
propio producto histórico
No creo que la universidad deba apostarle a ideal alguno pues, lo que genera esa
actitud como bien lo diría Popper, es un rechazo ¨sin argumentos y desafiando los
acontecimientos históricos, la posibilidad de reformar nuestro llamado sistema social”.
Por ello, dicha actitud de la academia proscribe la esencia misma de la democracia, en
la medida en que imposibilita el debate y la participación.