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Antonio Melis
En una carta de 1927 al escritor Enrique Es- gación de un profesor de Derecho Constitucio-
pinoza (Samuel Glusberg), quien le había so- nal de la Universidad de San Marcos a expo-
licitado sus datos biográficos, José Carlos Ma- ner a sus alumnos las disposiciones constitu-
riátegui escribía, entre otras cosas: "soy un cionales relativas a la convocación de eleccio-
autodidacta [ . . . ] en Europa frecuenté algu- nes extraordinarias. Es un texto sumamente
nos cursos libremente, pero sin decidirme nun- interesante, sobre todo porque representa la
ca a perder mi carácter extra-universitario y primera alusión al problema de una cultura
tal vez si hasta anti-universitario".1 académica alejada de la vida práctica y de la
Esta colocación peculiar de Mariátegui, sociedad, a fin de proteger determinados in-
sin embargo, no había impedido, antes bien tereses concretos del poder constituido.
había tal vez favorecido, su interés precoz y En el propio 1918, el año que ve el
agudo hacia los problemas de la reforma uni- estallido del movimiento reformista de Córdo-
versitaria y de la escuela en general. ba, Mariátegui publica artículos sobre las lu-
Su primer artículo sobre la Universi- chas universitarias reprimidas por el gobierno
dad, que aparece en el año 1915,2 refleja una de Pardo.4
atención todavía genérica y prepolítica. No En esta trayectoria, un acontecimiento
hay que olvidar que estamos hablando de años de gran importancia es la fundación en 1919
anteriores al movimiento reformador de Cór- del diario La Razón, creado en colaboración
doba. El problema universitario no se había con César Falcón.5 Antes que la censura lo
presentado aún en la forma contundente con clausure, aparecen artículos de apoyo caluroso
que se difundió a partir de 1918. al movimiento estudiantil en lucha por la re-
Otro antecedente que se puede consi- forma.,
derar es un artículo aparecido en 1916 en El Otra fecha significativa, que represen-
Tiempo,3 Objeto de esta intervención es la ne- ta el comienzo de una nueva etapa, es la de
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1923. En ese año Mariátegui inicia sus cursos gui cabe dentro de este programa martiano:
o, mejor dicho, sus "contracursos" (para em- "Injértese en nuestras repúblicas el mundo;
plear un vocablo típico de la ola estudiantil pero el tronco ha de ser el de nuestras repú-
de 1968), en la Universidad Popular "Manuel blicas". 9 Muchas veces se citan en forma se-
González Prada" de Lima. Utilizamos volunta- parada estas proposiciones de Martí, acentuan-
riamente este término, aparecido en Europa do inoportunamente el uno o el otro aspecto
durante la "contestación" de la década pasa- de una unidad indivisible.
da, para plantear un problema de gran relie- En la Universidad Popular "Manuel
ve, pero que por razones de espacio y opor- González Prada", Mariátegui dictará un curso
tunidad no podemos tratar en esta ocasión. sobre la crisis mundial, es decir sobre un te-
Nos referimos a ese curioso adelanto del mo- ma que se puede definir antiuniversitario por
vimiento estudiantil latinoamericano que ante- su contemporaneidad. Pero estamos hablando
cede en medio siglo el estallido europeo, con ya del período sucesivo al viaje a Europa. A
un lenguaje singularmente afín. partir de su regreso, Mariátegui vuelve a tra-
Volviendo al proyecto de Universidad tar los temas universitarios en forma constan-
Popular, encontramos otros aspectos dignos de te. En el mismo año 1923 publica un artícu-
ser destacados. En primer lugar hay un pa- lo en la revista Claridad.10 La presentación
ralelismo significativo entre esta Universidad de este texto por el periódico es sumamente
Popular y la que organizó en Cuba, por estos significativa, puesto que en ella se habla de
mismos años, Julio Antonio Mella.6 Hasta en Mariátegui como "La voz de una de nuestras
el nombre mismo hay una coincidencia, que más fuertes mentalidades no universitarias"
plantea un problema de procedencia política El autor subraya el carácter cíclico de las agi-
e ideológica muy importante. La Universidad taciones estudiantiles, afirmando que eso indi-
Popular animada por Mella en Cuba se llama ca "que las causas del malestar universitario
"José Martí", señalando a partir de su nom- no han desaparecido". 12 Entre estas causas,
bre la exigencia de buscar una continuidad Mariátegui asigna un papel muy importante a
con el pasado de lucha democrática, y al mis- la falta de maestros, que representen un pun-
mo tiempo una superación. to de referencia seguro para la juventud. En
Sería muy sugestivo ahondar en estas contraposición a esta carencia, nombra una
derivaciones, que podemos encontrar en este serie de personalidades que en países euro-
período en muchos países. El día en que se peos e hispanoamericanos han alcanzado la au-
empiece a escribir una historia orgánica del téntica categoría de maestros. La Universidad
pensamiento marxista en América Latina, se de Lima, en cambio, "es un mediocre centro
registrarán muchos casos parecidos. Sea sufi- de linfática y gazmoña cultura burguesa". 13
ciente en esta ocasión citar, también como pro- En 1925 publica en Mundial una serie
puestas para otras tantas investigaciones, la de artículos conectados con el proyecto de un
línea González Prada-Mariátegui en Perú, la lí- Congreso Ibero-Americano de Intelectuales.
nea Ingenieros-Ponce en Argentina, la línea Aunque no se refieren expresamente a la Uni-
Martí-Mella en Cuba.7 A esta última se pue- versidad, sino más bien al problema general
de agregar la relación, en este caso más di- de la enseñanza, son interesantes para seguir
recta y personal, en la misma isla del Caribe, el rumbo ideológico del autor. El primer ar-
entre Fernando Ortiz y su secretario Pablo de tículo 14 señala inmediatamente la distancia de
la Torriente Brau.8 Mariátegui de los planteamientos liberales, afir-
En efecto, al observar los proyectos de mando que el ideal de la instrucción laica es-
las Universidades Populares, nos damos cuen- tá estrechamente vinculado con el capitalis-
ta de que ellas se presentan como la realiza- mo. La huella de los años pasados en Euro-
ción práctica de un programa martiano. Cuan- pa se advierte claramente en la referencia a
do José Martí escribe en 1891 su magistral ar- la relación entre protestantismo y capitalismo.
tículo "Nuestra América", afirma con fuerza Pero la idea fundamental es que la escuela
que hay que enseñar la historia de América laica y burguesa carece de ideales que corres-
"al dedillo", como se enseña la historia de los pondan a la sed de absoluto. Es significativo
arcontes de Grecia. Toda la obra de Mariáte- que se nombren con entusiasmo pensadores
Melis: Mariátegui y la reforma universitaria 75
como Georges Sorel y Adriano Tilgher. de primaria. Según Mariátegui, por su proce-
El segundo artículo,15 animado por una dencia de los sectores más humildes y su con-
misma actitud desmitificadora, denuncia el ca- tacto con las masas populares, los maestros re-
rácter ambiguo y falaz de la libertad de la presentan la categoría más sensible a las nue-
enseñanza. La posición al respecto de la Igle- vas ideas. Para ellos el autor emplea en for-
sia le sirve para ilustrar este concepto. En ma explícita el término "proletarizar". Otro
efecto, según Mariátegui, la Iglesia defiende aspecto notable del artículo es la referencia
la libertad de la enseñanza solamente donde al problema de la organización sindical de
existe una escuela laica. La conclusión de la los maestros. Mariátegui rechaza cualquier for-
experiencia francesa de los compagnons, con ma de separación de los sindicatos obreros,
su tentativa de crear una escuela libre, es un reivindicando la plena dignidad de trabajador
fracaso. Es la consecuencia inevitable de una del maestro. Al mismo tiempo afirma la ne-
situación definida en forma cortante: "La li- cesidad de superar la separación total que exis-
bertad de la enseñanza no es, pues, sino una te entre la escuela primera y la Universidad,
ficción". 16 puesto que el ingreso de los maestros en las
El tercer artículo 17 a partir del mis- aulas universitarias puede significar la intro-
mo título desarrolla en forma ulterior el aná- ducción de un aire nuevo.
lisis estructural de los primeros. Pero al mis- La preocupación por los maestros se
mo tiempo rechaza cualquier interpretación expresa también en el último artículo publi-
burdamente economicista de este enfoque. La cado en Mundial en 1925.21 Señalando la apa-
polémica contra el positivismo aparece con rición de nuevas revistas pedagógicas, Mariá-
gran evidencia. Contra el clasicismo reaccio- tegui se propone también la tarea de alentar
nario no es suficiente la exaltación acrítica de todos los esfuerzos de renovación cultural que
la ciencia. El autor señala una posible sali- se manifiestan en el país. Es un anuncio de
da positiva a través del desarrollo de una es- la que será la actitud dominante en Amauta.
cuela del trabajo. Subraya la situación pecu- El año sucesivo, 1926, marca un punto
liar de América Latina, que "necesita más téc- fundamental en la evolución del pensamiento
nicos que rectores".18 de Mariátegui sobre la Universidad y la edu-
El cuarto artículo 19 remata el carác- cación en general. Es el año en que aparecen
ter clasista de la organización educacional. Por en Mundial los artículos sobre la instrucción
eso la consigna de la enseñanza única tiene pública en Perú que formarán parte del cuar-
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una vigencia muy superior a todas las propo- to de los Siete ensayos. Pero es sobre to-
siciones sobre la enseñanza laica. La desigual- do el año de la aparición de la revista Amau-
dad de los alumnos es un reflejo de la desi- ta. En ella los problemas de la educación en-
gualdad social. En la lucha para proporcionar cuentran un espacio muy amplio, desde el pun-
a todas las inteligencias las mismas posibilida- to de vista del pensamiento pedagógico así
des, hay una coincidencia entre posiciones re- como de las instituciones de la educación. Ya
volucionarias y reformistas. Pero la experien- en la publicación que precede inmediatamen-
cia demuestra que Lunacharskij es el único te la salida de Amauta, el boletín Libros y
Ministro de Educación que ha realizado una Revistas, había aparecido un artículo de V.
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escuela realmente unitaria. Por lo que se re- Modesto Villavicencio, donde se destacaba el
fiere a América Latina, Mariátegui afirma que carácter alternativo de los seminarios con res-
el carácter clasista de la educación se mani- pecto al verbalismo de la cultura académica
fiesta en forma aún más brutal. Por eso re- corriente.
chaza la división entre una escuela de élite y Entre las cuestiones tratadas en la re-
una para las masas auspiciada por Francisco vista figuran la crítica de los exámenes basa-
García Calderón, que él considera un repre- dos en el nocionismo mnemónico, la organiza-
sentante orgánico de la burguesía conserva- ción y el papel de la instrucción profesional.
dora. Se analizan también importantes experiencias
Hay otro artículo publicado en Mun- de reforma intentadas en el extranjero. Es el
dial 20 que analiza el papel de una figura par- caso, por ejemplo, de la reforma planeada
ticular del mundo de la escuela: el maestro en Chile por el conocido escritor Eduardo Ba-
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inocuos, tolerados benignamente por el poder. no", evolucionan hacia una organización de ti-
Hasta en las canciones populares queda el eco po asamblear, rechazando la designación de
de esta situación, como cuando en un amargo delegados permanentes.
canto antibelicista de la primera guerra mun- La lucha se desarrolla así en dos fren-
dial se dice: "Sian maledetti quei giovani stu- tes. Por un lado contra el revanchismo de los
denti che questa guerra l'hanno voluta". sectores reaccionarios que, como subraya Ma-
Si queremos buscar, en cambio, analo- riátegui, atacan las conquistas reformistas. Por
gías en experiencias contemporáneas, tenemos el otro lado contra las seducciones de la co-
que dirigir nuestras miradas hacia Asia. Es gestión subalterna de la institución universi-
el propio Mariátegui el que nos lleva hacia taria. En esa última lucha los estudiantes se
esta hipótesis, no sólo en las alusiones con- ven impulsados por tendencias contradictorias.
tenidas en el ensayo sobre la educación,45 si- Al lado de la exigencia de conservar su au-
no también en observaciones de carácter más tonomía, actúa también el rechazo pequeño-
general sobre el "tono asiático" de un país burgués hacia toda forma de organización.
como Perú. Para terminar, el movimiento estudian-
Aquí está una clave decisiva para com- til se presenta en esos lejanos años en Amé-
prender no sólo el problema de la reforma rica Latina, en época más reciente en Euro-
universitaria, sino todo el pensamiento maria- pa, como un hervidero de potencialidades dis-
teguiano. Por un lado el autor rechaza todos tintas y hasta opuestas. No es casual que de
los modelos escolares europeos y norteameri- sus filas salgan personajes tan diferentes co-
canos, por el otro indica no ya nuevos mode- mo Julio Antonio Mella y Haya de la Torre,
los, sino una condición común de opresión. Por Aníbal Ponce y Rómulo Betancourt. El punto
eso destaca la importancia de los movimien- de partida, el material sobre el cual hay que
tos estudiantiles de China y de Japón. Y va- trabajar es el mismo: un movimiento con una
le la pena recordar que entre los protagonis- matriz pequeño-burguesa. Pero donde los ca-
tas del movimiento chino del 4 de mayo de minos se apartan ya definitivamente es en la
1919 figuraba un joven provinciano destinado relación opuesta establecida con este fondo
a dejar una huella importante en la historia pequeño-burgués. Algunos líderes pretenden
de este siglo: Mao Tse-tung. construir movimientos políticos, quedando den-
Los objetivos de los movimientos es- tro de estos marcos clasistas. Otros en cambio
tudiantiles latinoamericanos son, en un primer tratan de superar esta limitación, este pecado
tiempo, reivindicaciones como la participación original, sometiendo el movimiento estudian-
al gobierno de la Universidad y la docencia til a la dirección de una ideología proletaria.
libre. Pero muy rápidamente se afirma una Este es el camino que persiguió con coheren-
visión más política de esta misma problemáti- cia en Cuba Julio Antonio Mella. Es el cami-
ca. Adelantándose, también en esto, a sus co- no que emprende en Perú José Carlos Mariá-
legas europeos de medio siglo después, los es- tegui, con su táctica característica de acumula-
tudiantes peruanos llegan a cuestionar las mis- ción de fuerzas para el proyecto revolucio-
mas propuestas de colaboración del rector Vi- nario.
llarán. Después de haber pedido el "co-gobier-
NOTAS
1/ La carta, fechada 10 de enero de 1927, fue pu- 3/ "Silencio", El Tiempo, Lima, 28 ds noviembre
blicada por su destinatario en La Vida Literaria, de 1916. El profesor aludido es Manuel Vicente
Buenos Aires, II, 20, mayo de 1930 y luego repro- Villarán, tantas veces nombrado en el ensayo so-
ducida en varios libros y revistas. Nuestra cita bre la instrucción de los Siete ensayos.
está sacada de la revista Textual, Lima, 5°-6°, di- 4/ Véanse sobre todo los artículos "Escenario del
ciembre 1972, p. 16. drama" y "Fin de mes", El Tiempo, Lima, 31 de
2/ "El año universitario", La Prensa, Lima, 5 de agosto y 1° de setiembre de 1918.
enero de 1915. 5/ Una reconstrucción "novelada" de la breve vi-
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da de este diario ha sido publicada por Juan Gar- 24/ Véase el artículo de Luis E. Galván, "El plan
gurevich. La Razón del joven Mariátegui. Crónica de la reforma educacional en Chile", publicado en
del primer diario de izquierda en el Perú, Lima, dos partes en los números 18 y 19 de Amauta (oc-
Editorial Horizonte, 1978. El tema del movimiento tubre y noviembre-diciembre de 1928 pp. 59-66 y
estudiantil se desarrolla sobre todo en los capítu- 77-83). Es interesante la nota redaccional que pre-
los IV y V. cede el artículo, donde se aclara que su publicación
6/ Sobre esta actividad de Mella señalamos so- "no importa la menor benevolencia hacia el gobier-
bre todo el libro Julio Antonio Mella. Documentos no reaccionario del General Ibáñez", y sirve en cam-
para su vida, La Habana, Comisión Nacional Cu- bio para apreciar "el valor técnico del plan de los
bana de la UNESCO, 1964. Cfr. también nuestro "II maestros chilenos" (art. cit., p. 59). El propio Ma-
leninismo a Cuba: da Mella a Martínez Villena", riátegui se expresará sobre la reforma chilena (v.
Ideologie, Roma, 5?-6?, 1968, pp. 148-153. más adelante la nota 39).
7/ Hemos tratado de enfocar el sentido de estas 25/ Alberto Arca Parró, "El Profesor Tello y la Re-
relaciones en "Gli intellettuali nella storia latino- forma Universitaria", Amauta, Lima, III, 14?, abril
americana. Dal potere alia rivoluzione", Resisten- de 1928, pp. 28-30.
za, Torino, XXIV, 5?, maggio 1970, p. 10. 26/ V. sobre todo "El caso y la teoría de Ford",
8/ Curiosamente, también Aníbal Ponce fue secre- Variedades, Lima, XXIII, 1034?, 24 de diciembre de
tario de Ingenieros, y Rubén Martínez Villena pre- 1927 y "Yanquilandia y el socialismo", ibid., 1035?,
cedió a Pablo de la Tómente Brau como secreta- 31 de diciembre de 1927. Los dos artículos se hallan
rio de Fernando Ortiz. ahora reunidos en el t. 5 de las Obras completa?
9/ José Martí, "Nuestra América", en Obras com- de Mariátegui, Defensa del marxismo, Lima, Biblio-
pletas, La Habana, Editorial Nacional de Cuba, teca Amauta, 1974, VI ed., pp. 150-154 y 155-159.
1963-1965, t. VI, pp. 15-23. 27/ V. nuestro "Mariátegui primer marxista de
10/ "La crisis universitaria. Crisis de maestros y América" en Mariátegui. .Tres estudios, Lima, Biblio-
crisis de ideas", Claridad, Lima, I, 2?, julio de 1923, teca Amauta, 1971, p. 23. (El trabajo se publicó por
pp. 34; reproducido en el t. 14 de las Obras com- primera vez en Crítica marxista, Roma, V, 2?, marzo-
pletas de Mariátegui, Temas de educación, Lima, abril de 1967, pp. 132-157).
Biblioteca Amauta, 1970, pp. 80-85. 28/ Antonio Gramsci, Note sui Machiavelli, sulla
11/ Ibid., p. 80 (subrayado en el texto). politica e sulio stato moderno, Torino, Einaudi, 1955,
12/ Ibid. IV ed., pp. 311-361 (trad. esp. en la editorial Lautaro
13/ Ibid., p. 82. de Buenos Aires).
14/ "Introducción a un estucho sobre el proble- 29/ Luis E. Galván, "¿Qué hace nuestra Universi-
ma de la educación pública", Mundial, Lima, VI, dad por la investigación científica?", Amauta, Lima,
257?, 15 de mayo de 1925, reproducido en Temas I, 6?, febrero de 1927, pp. 4-8.
de educación, cit., pp. 17-23. 30/ Antenor Orrego, "Cultura universitaria y cul-
15/ "La libertad de la enseñanza". Mundial, Lima, tura popular", Amauta, Lima, III, 16?, julio de 1928,
VI, 258?, 22 ^e mayo de 1925, reproducido en Temas pp. 35-36. Se trata del texto de una conferencia pro-
de educación, cit., pp. 24-31. nunciada en el Ateneo Universitario de Trujillo.
16/ Ibid., p. 30. 31/ V., por ejemplo, Carlos Velásquez, "Los tests
17/ "La enseñanza y la economía". Mundial, Li- psicológicos y la nueva educación", Amauta, Lima,
ma, VI, 259?, 29 de mayo de 1925, reproducido en I, 6?, febrero de 1927, pp. 14-16 y, del mismo autor,
Temas de educación, cit., pp. 32-39. "La enseñanza de la psicología en la Universidad de
18/ Ibid., p. 38. San Marcos", Amauta, Lima, II, 11?, enero de 1928,
19/ "Enseñanza única y enseñanza de clase". pp. 27-28.
Mundial, Lima, VI, 260?, 5 de junio de 1925, repro- 32/ V. "Bases para reformar la Universidad del
ducido en Temas de educación, cit., pp. 40-46. Cuzco", Amauta, Lima, II, 10?, diciembre de 1927,
20/ "Los maestros y las nuevas corrientes", Mun- pp. 52-53.
dial, Lima, VI, 261?, 12 de junio de 1925, reprodu- 33/ Carlos Sánchez Viamonte, "La cultura frente
cido en Temas de educación, cit., pp. 47-51. a la Universidad", Amauta, Lima, I, 1?, setiembre
21/ "El nuevo espíritu y la escuela". Mundial, Li- de 1926, pp. 5-6.
ma, VI, 287?, 11 de diciembre de 1925, reproducido 34/ Ricardo Martínez de la Torre, "La reforma
en Temas de educación, cit., pp. 52-56. universitaria en la Argentina", Amauta, Lima, IV,
22/ Los artículos aparecen en los números 326 (10 30?, abril-mayo de 1930, pp. 48-52; 31?, Junio-Julio
de setiembre), 327 (17 de setiembre), 333 (29 de de 1930, pp. 35-40; 32?, agosto-setiembre de 1930,
octubre), 334 (5 de noviembre), 335 (12 de noviem- pp. 37-48, 53-64.
bre), 336 (19 de noviembre), 337 (27 de noviembre), 35/ Ricardo Martínez de la Torre, De la reforma
383 (3 de diciembre) y, con una organización dis- universitaria al partido socialista, Lima, Ediciones
tinta, se publican en los números 14, 15 y 16 de Frente, 1943.
Amauta (respectivamente abril, mayo-junio y ju- 36/ Aparecen bajo el título común de "La refor-
lio de 1928, pp. 6-8, 13-14, 22-24). ma universitaria" en los números 369 (8 de julio),
23/ V. Modesto Villavicencio, "Tópicos de la nue- 370 (15 de julio), 372 (28 de julio), 379 (16 de se-
va Universidad. Los seminarios", Libros y Revistas, tiembre), 380 (23 de setiembre), 381 (30 de setiem-
Lima, I, 2?, marzo y abril de 1926, pp. 4-7. bre), 382 (7 de octubre), 383 (14 de octubre) y, con
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una organización distinta, se publican también en firma como "Necrología", destaca que "Mella era
los números 12 (febrero de 1928), pp. 1-8, y 13 uno de los verdaderos revolucionarios salidos de
(marzo de 1928), pp. 13-15 de Amauta. las filas de la Reforma Universitaria, de esa varia-
37/ "Voto en contra", Amauta, Lima, II, 7?, marzo da y extensa gama de renovadores de toda especie,
de 1927, p. 1. El editorial no está firmado, pero es que no han sabido en su mayor parte superar un
evidente el estilo de Mariátegui. Véase, por ejem- confuso estado de ánimo pre-revolucionario".
plo, esta frase: "En la Universidad Mayor de San 41/ V, la reseña de su libro La reforma universi-
Marcos, el doctor Manzanilla no ha sido nunca un taria por Luciano Castillo, en la sección Libros
Maestro; no ha sido sino un profesor". y Revistas, II, 1?, p. 2 de Amauta, Lima, II, 9?, ma-
38/ "El problema de la Universidad", Mundial, yo de 1927.
Lima, VIII, 403?, 2 de marzo de 1928, ahora en 42/ cit. por José Carlos Mariátegui, Siete ensayos
Temas de educación, cit., pp. 86-89 y "Estudiantes de interpretación de la realidad peruana, Lima,
y maestros". Mundial, Lima, VIII, 404?, 9 de marzo Biblioteca Amauta, 1968, XIII ed., p. 101.
de 1928, ahora en Temas de Educación, cit., pp. 90-93. 43/ cit. por Mariátegui, ibid., pp. 101-102.
39/ "La crisis de la reforma educacional en Chi- 44/ Hemos destacado estas coincidencias en Crisi
le", Mundial, Lima, VIII, 446?, 4 de enero, 447?, 11 dell' universita e ruolo político del movimiento
de enero y 448?, 18 de enero de 1929, ahora en Temas studentesco, Napoli, Guida, 1971, sobre todo en las
de educación, cit., pp. 68-79. pp. 3441.
40/ "Julio Antonio Mella", Amauta, Lima, 20?, 45/ José Carlos Mariátegui, Siete ensayos..., cit.,
enero de 1929, p. 96. El artículo, que aparece sin p. 102.