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L
a alimentación es una necesidad fundamental del hombre para el
desarrollo de sus procesos y funciones vitales. Mediante esta actividad el
ser humano adquiere los nutrientes y otros compuestos requeridos para el
normal desarrollo de la vida. Las fuentes alimenticias son variadas, abarcando
principalmente los vegetales, las carnes de diversos animales y los derivados de
los anteriores, pero existen ciertos grupos humanos, que a la larga de la
evolución han introducido como parte de su dieta a ciertas especies del grupo de
los insectos.
La palabra entomofagia, deriva de las voces griegas: éntomos, "insecto", y
phăgein, "comer". Combinado ambos términos significa la ingesta de insectos,
como fuente alimenticia. Como punto de información la palabra es bastante
nueva. No existe ningún registro en el Diccionario de la Real Academia Española.
“Su primer uso para referirse al comportamiento humano, puede ser tan reciente
como la década de 1950. No hay palabras equivalentes a entomofagia en muchos
de los grupos étnicos que practican el consumo de insectos, simplemente porque
los pueblos no distinguen entre los insectos y otras variedades de comida”
(Dennis, 2009).
Los insectos consumidos por el hombre se recolectan casi siempre en el
medio silvestres, a menudo en los bosques. Los recolectores (sobre todo mujeres y
niños) saben dónde y cuándo escoger los individuos que se alimentan de plantas
que no son nocivas y no han sido contaminadas por insecticidas. Los insectos se
recogen con fines de subsistencia (Vantomme, 2010).
Según la FAO, el consumo de insectos a nivel mundial es de 2.5 mil
millones de personas. Principalmente en Asia, África y América Latina, donde el
comer insectos forma parte de una dieta común (FAO, 2004). Más de 1 400
especies de insectos son consumidos por el ser humano en todo el mundo, y la
mayor parte son cosechado en los bosques naturales. Los insectos comestibles de
los bosques son una importante fuente de proteínas y, a diferencia de los
procedentes de las tierras agrícolas, no están contaminados de plaguicidas
(Vantomme, 2010).
Cada 100 gramos de orugas secas contiene cerca de 53 gramos de
proteínas, un 15 por ciento de grasas y alrededor del 17 por ciento de
carbohidratos. Su valor energético ronda las 430 kilocalorías por cada 100
gramos. Los insectos además tienen una mayor proporción de proteínas y grasas
que la carne de bovino y el pescado, y un elevado nivel de energía. Según la
especie de que se trate, las orugas contienen abundantes minerales, por ejemplo:
potasio, calcio, magnesio, zinc, fósforo y hierro, además de diversas vitaminas. La
investigación revela que 100 gramos de insectos proporcionan más del 100 por
ciento de las necesidades diarias de los respectivos minerales y vitaminas (FAO,
2004). La composición en aminoácidos de la mayoría de los alimentos en base de
insectos resulta ser mejor que la referencia estándar recomendada por la FAO y
la Organización Mundial de la Salud (Bukkens, 2005).
La práctica de entomofagia lleva ciertos riesgos. Por supuesto lo mismo
puede decirse de la mayoría de otros tipos de consumo de alimentos, incluso los
alimentos producidos por métodos convencionales pueden tener efectos adversos
para la salud,…Sin embargo, la toxicidad de las especies desconocidas de los
insectos (y hay especies tóxicas en casi todas las familias de insectos) no es el
único problema potencial. La mayoría de los insectos comen de todo el mundo
salvaje cosechado, lo que significa que nadie puede estar seguro a lo que los
insectos se han expuesto (Dennis, 2009).
En el caso del Perú, el consumo de insectos se encuentra ampliamente
distribuido en los grupos étnicos de la selva. En la sierra los registros son casi
inexistentes de esta práctica. En presente informe se detalla los insectos que
forman parte de la dieta de dichos grupos humanos.
Los insectos son unas de las fuentes principales de proteínas para
consumo humano en la selva peruana, particularmente entre los pobladores de
vida salvaje o semisalvaje que rondan más de 300 000 habitantes (Pierret y
Dourojeanni, 1967).
1. SIQUI SAPA
Denominación vernacular, de cierto grupo de especies de la subfamilia
Myrmicinae, para los adultos sexuados durante el vuelo reproductivo o
nupcial. Los indígenas lo aprecian mucho crudos, asados o fritos
(Dourojeanni, 1965). El área de consumo comprende la selva baja.
1.1. Taxonomía
CUADRO 01: TAXONOMÍA DEL SIQUI SAPA
ORDEN Hymenoptera
Suborden Apocrita
Súperfamilia Vespoidea
FAMILIA Formicidae
Subfamilia Myrmicinae
Tribu Attini
Especies Atta cephalotes L.
Atta sexdens L.
Acromyrmex sp.
Denominaciones Siquisapa. Siqui sapa curo,
Hormiga culona. Mamaco,
Tanajuras.
Fuente: es.wikipedia.org
1.2. Descripción
Cuentan las leyendas y los mitos que su madre es una culebra de
dos cabezas. Cierto o no la verdad es que cada mes de septiembre hasta
fines de octubre y extraños meses de noviembre, los "siquisapas"
prácticamente se derraman en cada "lomada" que se pueda encontrar
(Iberico, 2008).
Las que salen de día son más grandes, ricas y aromáticas. Las que
salen de noche no lo son tanto. Para una buena colecta se requiere de
mucho sigilo y paciencia. Poco a poco van saliendo, primero los "washos";
que son las hormigas poco desarrolladas y de un color amarillo ámbar
muy característico y sabor discreto, a su paso o entre ellas aparecen los
"curuinsis"; hormigas transportadoras de hojas y entre estos también o en
seguida hacen gala las "siquisapas". Salen unos, salen otros, salen todas
pero salen. Despegar vuelo les toma casi un minuto con el vertiginoso
aleteo; así que hay que evitar que suceda esto metiéndoles en los
recipientes o sacos resistentes pues presentan unas tenazas que
destrozan todo (Iberico, 2008).
ORTIZ (2010). Plantea varias formas de preparación en la que
destacan las fritas, salteadas o la más novedosa que consiste en un
macerado en agua ardiente (cañazo) con un poco de miel de abeja. De
igual manera aconseja que antes de probarla se debe cortar los dientes,
patas y alas. Todo lo demás, cabeza y sobre todo abdomen (cola) son
comestibles. Frita sabe a cacha salada y al ser sacada del macerado tiene
un agradable dulzor.
IBERICO (2008). Menciona que la forma de preparación más común
consiste en quitarle sus alas y luego sumergirlas en agua, escurrirlas,
posteriormente asarlas hasta quitarles la humedad y estén listos para
freírlas en un poquito de manteca y sal. Están listas cuando "la colita", "el
culito" o "el potito" como suele llamarse en la selva, el cual posee grasa
queda ligeramente dorado, está casi de un color marrón muy suave. Este
exótico manjar se puede guardar en papeles especiales llamados "craff" o
papeles de sacos de azúcar. Bien acondicionado puede llegar a durar un
año. Se pueden volver a calentar muy rápidamente y despidiendo el
mismo aroma y el mismo sabor que los caracteriza.
3. OTROS INSECTOS
BUKKENS, S.G.F. 2005. Insects in the human diet: nutritional aspects. M.G.
Paoletti. 545-547.
ORTIZ, S. 2010. El suri y la siqui sapa: los insectos que forman parte de la
gastronomía peruana. Blog: Papas y Camotes – El Comercio. Disponible en:
blogs.elcomercio.pe/papasycamotes/2010/09/el-suri-y-la-siqui-sapa-los-in.html