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NOTAS

COMENTARIOS A LAS APORTACIONES


MATEMÁ TICAS DE RENÉ DESCARTES
EN EL CUARTO CENTENARIO DE SU
NACIMIENTO
José Luis Farah *

1. Nota preliminar tidumbre como el que se logra en


matemáticas" . 1
E l presente escrito surge de una Aprovechando l a oportunidad de
breve exposición ofrecida en el ITAM poner las ideas ofrecidas en la men­
en 1 996 en el seno de una serie de cionada exposición por escrito, es im­
pláticas en conmemoración del cuarto posible resistir la tentación de aumen­
centenario del nacimiento de René tar ligeramente su precisión, con lo
Descartes. Tratándose de una ponen­ cual se aprecia mejor el contenido de
98 cia para un públ ico general, los de­ los pensamientos cartesianos.
talles de las aportaciones matemáti­ En las siguientes líneas se aborda
cas de la genial mente cartesiana se este intento, manteniendo la legibili­
vieron necesariamente reducidas a su dad matemática a un estricto míni­
expresión ínfima. mo para un público general no en­
Esta s ituación resultó incómoda, trenado en la materia.
pues "el método de Descartes es, en
última instancia, el resultado de su
interés en las matemáticas habiendo 2. La geometría y los n ú meros en
creído que el método que en el cam­ el siglo XVII

po de las matemáticas había resulta­


do fructífero, podría ser extendido a Desde la Antigüedad hasta el siglo
otros campos para obtener, por par­ XVII, la geometría dominó el trata-
te del inquisidor, el mismo tipo de cer-
1B ertran d Russe l I , Wisdom 01 the
*Departamento Académico de Mate­ West,(Foulkes, P. Ed.), 1 959, London,
máticas, ITAM. Mac Donald, p. 1 95 .
N OTAS

miento de med ición de magnitudes. l ítica, y que es enseñada en todas las


Los Elementos de Euclides, repre­ escuelas de Occidente. Este sólo he­
sentaron una síntesis sumaria de los cho representa un importante tributo
fundamentos no sólo de geometría, a su trabajo.
sino de las matemáticas en general.
Este dominio l legó a un punto en el
q ue no sólo los l ímites de los objetos 3 . La idea fundamental de Descar­
geométricos estudiados, sino la pro­ tes en geometría
pia facultad visual del humano serían
apreciados como obstáculos para el Con anterioridad a la época cartesia­
avance de la teoría matemática. na, ya exi stían los conceptos de co­
Cuando este paradigma cobra su­ ordenadas para precisar puntos en un
ficiente fuerza, aparece René Des­ plano, y desde luego de ecuaciones.
cartes, para quien los números no son Respecto de lo pri mero resulta
ya esencia de objetos dados en la adecuado mencionar que Nicole de
naturaleza. Por el contrario, se per­ Oresme, en un manuscrito escrito
cibe que en su tiempo "el número probablemente antes de 1 36 1 , mues­
surge como una entelequia que hay tra claramente "el uso más efectivo
que descubrir y forzar, una relación de diagramas geométricos y de intui­
de un dominio independiente de toda ción, y de un sistema coordenado,
actualidad sensible y cuya existen­ para dar a sus demostraciones una
99
cia debe ser defendida frente a la na­ simplicidad convincente",3
turaleza". 2 Algunos autores han atribuido l a
Descartes, sometió la geometría al paternidad de l a geometría analítica
álgebra de números. Su postura, es a Oresme, sin embargo el pensamien­
la de reducir lo visual y sensible a to cartesiano que expondremos, ges­
estructuras independientes existentes tado 300 años después, estaba ausen­
en la mente. En 1 637, aparece su fa­ te en Oresme.
moso Discurso del método, que cons­ Respecto de las ecuaciones, éstas
tituye una introducción a tres trata­ eran interpretadas como un disposi­
dos de ciencias, el último de los cuales tivo que permitía descubrir el valor
dedica a la geometría, fundamento de de un número que satisfacía una re­
lo que hoy llamamos Geometría ana- lación específica.

2 J ames N ewman, El M und o de las 3 C. B . Boyer, The History of The


Matemáticas, 1 969, Barcelona-México, Calculus and its Conceptual Develop­
Grij albo, vol. 6, p. 278. ment, 1 959, Nueva York, Dover, p. 80- 1 .
NOTAS

Como i l ustración mínima, consi­ res numéricos en forma continuada, s


dérese el problema siguiente: se tra­ obtendremos valores de "la incógn i­
ta de encontrar un número que con 3 ta" x perfectamente determinados por
sume 1 0. Evitamos el resultado para la ecuación, de modo q ue al hacer
no i ncurrir en ofensas innecesarias. esto, obtendremos una colección de
Este problema, lo ponemos en pares de números (x, y). Si ahora uti­
forma simbó l ica como la ecuación l izamos la bien conocida representa­
x + 3 1 0, Y se trata de encontrar el
= ción coordenada de puntos en el pIa­
valor q ue debe tomar un supuesto nú­ no por parejas de números, lo q ue
mero, denotado simból icamente por resulta es un objeto geométrico en el
x, con esta propiedad. 4 plano. En el caso de n uestro ejem­
Hasta aquí no hay novedad, aún plo, este objeto es la l ínea recta obli­
cuando las expresiones algebraicas cua que se representa en l a figura si­
involucrando a " l a incógnita" x fue­ guiente.
sen algo más complejas (no mucho
más).

��o:0
Si en el tiempo de Descartes se
hubiese expresado simbólicamente el
requerimiento de que l a suma de dos
números resulte 1 0, se hubiese escri­
to la ecuación x + y 1 0, y por la

oo
100
=

fuerza de la costumbre, se hubiese


'20 -10 20
-10
dicho: está bien, pero no es posible
determinar el valor de "la incógn i­
ta" x si no conocemos el valor del
númeroy. Representación geométrica de la
Esta apreciación derroti sta de la relación numérica x + y = 1 0
anterior ecuación, y de las ecuaciones
en general, fue convertida por Des­
cartes en una virtud sin límites, al E n consecuencia, este bri l l ante
enseñamos lo siguiente: S i pensamos pensamiento cartesiano permite ob­
asignados al símbolo y distintos valo- tener figuras geométricas en el plano
a partir de cualquier ecuación que
4 Usamos x como incógnita para seguir

el discurso ordinario, en el que esta letra


se utiliza como arquetipo de incógnita, 5 Esto presuponía en sí, una concepción

"despej ar la equis", se dice con fre­ de número independiente de la geometría,


cuencia. y es la esencia de la i dea.
NOTAS

contenga números y expres iones triple de su producto, esto es, repre­


algebraicas con dos "variables" (x, senta la ecuación algebraica: 6
y), esencia de la nueva manera de x3 + y3 3xy
=

percibir la geometría introducida por


Descartes.
A la inversa, por este método Des­ 4. Otras aportaciones
cartes obtuvo expresiones algebrai­
cas de c írculos, parábolas, elipses e Es famosa la frase de Descartes: "El
h ipérbolas -bien conocidas por los problema de determinación de tan­
griegos-y derivó algunas de sus más gentes a una curva, con stituye no
conocidas propiedades desde el pun­ sólo el más útil general que conoz­
to de vista algebraico. Pero no sólo co, sino el que siempre he querido
eso, con estos pensamientos virtuo­ conocer en geometría. , , 7
sos, el un iverso de ecuac iones se En este problema, Descartes de­
convirtió en una fuente il imitada de sarrolló un método para determi­
pos i b i l idades geométricas y vice­ nar las tangentes a una curva que
versa. termi naba con un problema alge­
Como ejemplo adicional, presen­ braico, con lo que, de nuevo, adverti­
tamos la curva que l leva el nombre mos el leitmotiv de su pensamiento.
de Hoj a de Descartes ( 1 63 8). El Principio (algebraico) que nos
legó derivado del problema de las
101
1.6 tangentes, se conoce como la Regla
1.4 de los Signos de Descartes, el cual
1.2 se ha extendido en los dos últimos
siglos de funciones algebraicas a
0.8 sistemas más generales de funciones
0.6 hoy l l amados S i stemas-O, donde
debe ser claro e l por qué de la " O " .
Irónicamente, estas ideas algebrai­
0.2
cas cartesianas, no l legaron a ser co-
00 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6

Hoja de Descartes ( 1 63 8) 6 J.D. Lawrence, A Catalog ofSpecial


Plane Curves, 1 972, Nueva York, Dover,
p. 1 06.
Esta figura es la representación 7 C. B. B oyer, The History of The

cartesiana de las parej as de núme­ Calculus and its Conceptual Develop­


ro s la suma de cuyos cubos es el
, ment, op. cit. , p. 1 66.
N OTAS

nacidas en nuestra época a través del zando un arsenal lógico-matemático


problema geométrico que las gene­ de una envergadura imposible de vi­
ró, sino por su gran valor puramente sualizar hace 1 00 años.
analítico. La razón de esto estriba en
que su coetáneo y coterráneo Pierre
de Fermat, atacó el problema de las 5. Observaciones sobre el método
tangentes desde un punto de vista y apología
más poderoso, que fundamentó lo
que ahora conocemos como Cálculo La metodología de Descartes en
infin itesimal , abogando por la uti li­ matemáticas, rindió frutos en luga­
zación de números infinitesimales . res no esperados, así como resulta­
Este método, en conj unción con la dos l i mitados en l ugares buscados y
nueva geometría cartesiana, resulta deseados.
una herramienta que ha fundamen­ En este siglo, estamos ya famil ia­
tado y dom inado el quehacer mate­ rizados con algunas metodologías
mático y científico en los últimos 300 que aparecen como in cuestionables
años de h istoria humana. por sus grandes logros y prediccio­
Notablemente, Descartes recha­ nes, y se hacen rectoras de nuevas
zaba la idea m isma de infinitesima­ teorías, como lo fue la Mecánica ra­
les, pues en su tiempo no se esgrimía cional el siglo pasado, reina absol u­
una fundamentación sól ida de los ta de la racional idad humana. Esto
102
mismos. ha sucedido en Física, cuando en el
A pesar de los extraord inarios universo de estudio, simplemente se
avances efectuados por los grandes cambia de escala, como cuando de
maestros del cálculo de los siglos escalas de distancias y masas a nivel
XVIII y XIX, Y en ausencia de una antropomórfico (Mecánica racional),
sól ida base para su manej o, la con­ pasó a di stancias ínter-atóm i cas
cepción infin itesimal fue sustituida (Mecán ica cuántica), y después a
por los grandes anal i stas de fines distancias inter-estelares (Cosmolo­
del siglo pasado, por el riguroso con­ gía, Relatividad general), así como a
cepto de número y de l ímite. Esto dio cambios en escalas de vel ocidad de
origen a la apabul lante generaliza­ eventos (Relatividad especial).
ción de los resultados matemáticos Estos cambios de escala, son in­
que conocemos en este siglo. ducidos por el diseño de nuevos y más
Curiosamente, el concepto de infi­ finos instrumentos de medición en
nitesimal ha s ido recientemente res­ todas las variables.
catado a mediados del siglo XX, uti l i-
NOTAS

El cambio de escala en la veloci­ sublimes y preciados. En esta obra


dad y cantidad de información que además se argumenta, desde un pun­
se puede manejar adecuadamente en to de vista meramente fisiológico, lo
la actualidad, seguramente produci­ que muchos reconocemos desde hace
rá a nivel socio-cultural, paradigmas tiempo: que la racionalidad individual
que obl igarán a cambiar las percep­ humana no puede deslindarse de las
ciones que hoy en día tenemos de emociones y los sentimientos, presen­
nosotros mismos y de nuestras inter­ tándosenos las primeras evidencias
relaciones como grupos e individuos de orden fisiológico al respecto.
en todo el p laneta. A la l uz de los acontecimientos de
Desde los comienzos del siglo ve­ este siglo, ¿dónde permanece, en lo
n i mos absorbiendo c ada vez con espiritual, la herencia cartesiana?
mayor convicción la idea de que las En matemáticas, desde luego, no
metodologías de estudio o de com­ queda la menor duda de su enorme
portamiento social que adoptamos influencia en tanto que propicia una
son mucho más frági les de lo que se enorme avalancha de resultados hasta
suponía hasta el siglo pasado, y esta nuestros días, si bien hoy supedita­
fragil idad se sustenta en una creciente mos geometría y álgebra a estructu­
tendencia a emanciparse de patrones ras más generales. Pero la idea es la
establecidos. misma: crear metodologías.
Hoy no nos sorprende, por ejem­ En otros aspectos, resulta de uti­
103
plo, encontramos con un libro recien­ l idad recurrir a las siguientes nocio­
te intitulado El error de Descartes y nes de Bertrand Russell relativas al
escrito por un reconocido neuro-fi­ contenido del Discurso del método
siólogo. 8 La meta de esta obra es pre­ y que i lustran con lucidez la i n ic ia­
c i samente mostrar que la taj ante ción de la modernidad por Descar­
separación entre alma y cuerpo esta­ tes. El Discurso, dice, "está dirigido
blecida por Descartes. propició un a mostrar los preceptos q ue debiéra­
enorme rezago en las ciencias médi­ mos seguir para hacer buen uso de
cas, y que con l as nuevas pesquisas nuestro equipamiento rac ional . Des­
sobre la fisiología del cerebro, más cartes sostiene que en esto, todos los
modestamente debemos reconocer mortales somos iguales, aunque di­
nuestra frágil realidad biológica, sin ferimos unós de otros en cuanto a que
perder por ello n uestros valores más algunos lo usan mejor. En cuanto al
método, éste es adquirido por l a
8 A. R. Damasio, Descartes's Error, práctica, u n punto reconocido implí­
1 994, Nueva York, Grosset-Putman. citamente por él, pues no busca Des-
NOTAS

cartes imponer un método sobre


nosotros, sino más bien, mostrarnos
el modo en que él mismo ha emplea­
do su razón con buen éxito" . 1 0
Estos conceptos d e Russell como
los mencionados logros matemáticos
nos proporcionan la visión engrande­
cida de un hombre, que al ir forj an­
do sus propias herramientas en d i­
versas inquisiciones, y aún cuando
muchos de los temas que abordó se
vieron limitados por las mismas, ob­
tuvo para él y para la humanidad,
algunas joyas extraordinarias para el
pensamiento matemático, además de
apuntar el camino a seguir para quie­
nes buscan sin cesar penetrar los se­
cretos del mundo en que vivimos.
Su ejemplo continúa vivo en este
siglo. Sirvan estas l íneas como alien­
to a los más j óvenes y como tributo
104
a un hombre que se reconoce como
el Padre de la Edad M oderna.

10 Bertrand Russe l l , Wisdom oI the


West, op. cit. , p. 1 95 . Las negrillas son
mías.

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