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PODER JUDICIAL
ACTA
ASUNTO: VH02-X-2011-000026
En el día de hoy diecinueve de mayo de dos mil once, siendo las nueve horas y treinta
minutos de la mañana, presente en la sede del Tribunal el ciudadano OSBALDO JOSE
BRITO ROMERO, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad número
V-7.808.049 y con domicilio en está ciudad y Municipio Maracaibo del estado Zulia, Juez
provisorio a cargo del JUZGADO SUPERIOR PRIMERO DEL TRABAJO DEL CIRCUITO
JUDICIAL LABORAL DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA,
expone:
“….La inhibición se puede definir entonces como el acto del Juez de separarse
voluntariamente del conocimiento de una causa concreta, por encontrarse en una
especial posición o vinculación con las partes o con el objeto de ella, prevista por la Ley
como causa de recusación…” (Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano, Tomo I,
Teoría General del Proceso, Dr. A. RENGEL ROMBERG, página 409).
En este sentido, la ley adjetiva laboral establece en su artículo 31 una serie de causales
taxativas que permite que un juez se abstenga de conocer alguna determinada causa, y
dicho artículo expresamente establece:
“Artículo 31. Los Jueces del Trabajo y los funcionarios judiciales deberán inhibirse o
podrán ser recusados, por alguna de las causales siguientes:
1. Por parentesco de consanguinidad con alguna de las partes o sus apoderados, en
cualquier grado, en línea recta o en la colateral hasta cuarto grado, inclusive, o de
afinidad hasta el segundo grado, inclusive. Procederá también, la inhibición o recusación
por ser cónyuge del inhibido o del recusado, del apoderado o del asistente de cualquiera
de las partes.
2. Por tener el inhibido o el recusado, su cónyuge o algunos de sus consanguíneos o
afines, dentro de los grados indicados, interés directo en el pleito.
3. Por haber dado, el inhibido o el recusado recomendación, o prestado su patrocinio a
favor de alguno de los litigantes, sobre el pleito en que se le recusa.
4. Por tener, el inhibido o el recusado, sociedad de interés o amistad intima con alguno de
los litigantes.
5. Por haber, el inhibido o el recusado, manifestado su opinión sobre lo principal del pleito
o sobre la incidencia pendiente antes de la sentencia correspondiente.
6. Por enemistad entre el inhibido o el recusado y cualquiera de los litigantes, demostrada
por los hechos que, sanamente apreciados, hagan sospechable la imparcialidad del
inhibido o del recusado; y
7. Por haber recibido el inhibido o el recusado, dádiva de alguno e algunos de los
litigantes, después de iniciado el juicio.”
Así las cosas, del análisis de la norma anteriormente transcrita sin duda puedo manifestar
que no me encuentro incurso en los supuestos establecidos en la misma, sin embargo,
ante tal circunstancia la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en
sentencia N° 2140 expediente 02-2403 de fecha 07/08/2003, en la cual con respecto a
las causales de inhibición y recusación se estableció:
“…. En este sentido, debe señalarse que nuestro ordenamiento jurídico prevé dos
instituciones, a saber, la inhibición y la recusación, destinadas a preservar la garantía del
juez imparcial. La doctrina, tradicionalmente, ha señalado que las causales de recusación
del juez previstas en el artículo 82 del Código de Procedimiento Civil son taxativas y no
pueden ser susceptibles de ampliación por vía de analogía o semejanza (cf. Humberto
Cuenca. Derecho Procesal Civil. Tomo II. 6ª edición. Caracas, Universidad Central de
Venezuela, 1998, p. 154, y Juan Montero Aroca y otros. Derecho Jurisdiccional. Tomo I.
10ª edición. Valencia, Tirant Lo Blanch, 2000, p. 114).
Sin embargo, la Sala ha reconocido que estas causales no abarcan todas las conductas
que puede desplegar el juez a favor de una de las partes, lo cual resulta lógico, pues “los
textos legales envejecen (...) y resultan anacrónicos para comprender nuevas situaciones
jurídicas, y la reforma legislativa no se produce con la rapidez necesaria para brindar las
soluciones adecuadas que la nueva sociedad exige” (Enrique R. Aftalión. Introducción al
Derecho. 3ª edición. Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1999, p. 616).
(Omissis)
En virtud de lo anterior, visto que la recusación es una institución destinada a garantizar
la imparcialidad del juzgador, cuyas causales, aunque en principio taxativas para evitar el
abuso en las recusaciones, no abarcan todas aquellas conductas del juez que lo hagan
sospechoso de parcialidad y, en aras de preservar el derecho a ser juzgado por un juez
natural, lo cual implica un juez predeterminado por la ley, independiente, idóneo e
imparcial, la Sala considera que el juez puede ser recusado o inhibirse por causas
distintas a las previstas en el artículo 82 del Código de Procedimiento Civil, sin que ello
implique, en modo alguno, dilaciones indebidas o retardo judicial.”(Negrillas agregadas
por esta Alzada)
La Secretaria,
ASUNTO: VH02-X-2011-000026