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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

LOS RIESGOS PARA LA FUNCIÓN REPRODUCTORA

DEL HOMBRE Y LA MUJER EN EL TRABAJO

Elena Muñoz Romero 1º DTB


ÍNDICE

Introducción

Factores que perjudican a los trabajadores

Factores de riesgo para la reproducción sexual de la mujer

Alteración del ciclo menstrual y producción de hormonas

Durante el embarazo

Después del nacimiento

Factores de riesgo para la función reproductora del hombre

Consecuencias de los factores de riesgo en el hombre

Esterilidad y subfertilidad

Protección de la función reproductora en el trabajo

Las políticas de exclusión

Las políticas de traslado

Opinión personal

Bibliografía
Introducción
En todo el mundo se producen y utilizan, en muy distintos lugares de trabajo, miles de
sustancias químicas peligrosas, algunas de las cuales tienen consecuencias negativas
en la reproducción de los trabajadores expuestos a ellas.

También hay agentes físicos y biológicos y muy distintas situaciones laborales que
pueden tener consecuencias negativas para la reproducción.

A pesar de que no se conoce gran cosa acerca de este tema, muchos trabajadores se
ven obligados a trabajar con los riesgos y a estar expuestos a ellos.

Los trabajadores y los sindicatos deben conocer lo más posible acerca de las
sustancias que se utilizan en los lugares de trabajo. Hay que aplicar medidas de
protección para que las trabajadoras embarazadas y los trabajadores (varones o
mujeres) que planeen tener hijos no estén expuestos a riesgos conocidos o
sospechados para su reproducción.

Factores que perjudican a los trabajadores

La posibilidad de ser afectado y el grado en que el trabajador o trabajadora y su bebé


puedan ser perjudicados, dependen de diferentes factores:

•El tipo de peligro

•La cantidad de tiempo que los trabajadores estén expuestos


•La cantidad de peligro

•La manera en que el trabajador esté expuesto

•Factores personales como la edad, la etapa del ciclo menstrual, la etapa del
embarazo o el momento en que se produce la exposición.

Factores de riesgo para la reproducción sexual de la


mujer

Debido a la naturaleza del aparato reproductor de la mujer, las exposiciones que


pueden afectar su fertilidad también pueden afectar su salud en general.

Alteración del ciclo menstrual y producción de hormonas


Altos niveles de estrés físico o emocional o la exposición a sustancias químicas —
como pesticidas, bifenilos policlorados (PCB), solventes orgánicos y disulfuro de
carbono— pueden alterar el equilibrio entre el cerebro, la glándula pituitaria y los
ovarios. Esta alteración puede ocasionar un desequilibrio de los niveles de estrógeno y
progesterona, y provocar cambios en la duración y regularidad del ciclo menstrual y la
ovulación.
Durante el embarazo
Una vez que se ha producido la fertilización, algunas sustancias dañinas pueden pasar
a través de la madre al embrión o feto en desarrollo. Se considera por lo general que
el feto se encuentra en situación de más riesgo durante los primeros 14 a 60 días del
embarazo, esto es mientras se forman los órganos principales. Ahora bien, según el
tipo y la importancia de la exposición, un feto puede resultar dañado en cualquier
momento del embarazo. Así, por ejemplo, la exposición a una sustancia determinada
durante el embarazo puede dañar un órgano, pero la exposición a esa misma
sustancia en otro momento del embarazo puede provocar un aborto.

Es importante recordar que el número normal de abortos y defectos al nacimiento


varía según los países. Cuando se producen defectos al nacimiento o abortos, hay que
tener en cuenta las pautas locales; ahora bien, no se debe pasar por alto ningún caso
que guarde relación con la exposición en el lugar de trabajo o que pueda guardar
relación con ella.

La sustancia que impide el desarrollo normal del feto se denomina teratógena. Las
sustancias teratógenas pueden pasar de la sangre de la madre a la del feto, a través
de la placenta. Muchas personas han oído hablar de la talidomida, medicamento que
se utilizaba para evitar náuseas durante el embarazo y del que se sabe en la
actualidad que tiene consecuencias teratógenas. Ahora bien, se desconocía este
hecho cuando se utilizó por primera vez y, como consecuencia, miles de niños
nacieron con extremidades deformadas o sin ellas por haber tomado sus madres ese
medicamento durante el embarazo. Afortunadamente, hoy en día se efectúan ensayos
para detectar las consecuencias de los medicamentos antes de comercializarlos.

Hay distintas sustancias químicas y agentes biológicos (por ejemplo, bacterias) y


físicos (por ejemplo, radiaciones), empleados en distintos lugares de trabajo, que se
sabe que causan defectos al nacimiento. Los defectos al nacimiento pueden consistir
en un amplio abanico de anormalidades físicas, por ejemplo deformidades de los
huesos o los órganos, y problemas de comportamiento o aprendizaje, por ejemplo
retraso mental.

En algunos casos, los factores que provocan tensión, como el trabajo repetitivo, la
inexistencia de pausas y las exigencias constantes impuestas a las trabajadoras
embarazadas, pueden guardar una relación directa con los nacimientos prematuros.

Otros factores pueden influir también en la salud del feto, por ejemplo la tensión en el
hogar, el fumar, el ingerir bebidas alcohólicas o el tomar determinadas drogas y
medicamentos. Además, estos factores pueden conjugarse con situaciones laborales
peligrosas y aumentar aún más los peligros para el feto. Las trabajadoras
embarazadas expuestas a determinadas sustancias químicas, radiaciones o factores
de tensión en el trabajo corren peligro de parir niños con un peso inferior al normal al
nacimiento, lo cual puede provocar problemas de desarrollo físico y mental.
Después del nacimiento
Las exposiciones profesionales pueden dañar también el desarrollo de un niño
después de su nacimiento. Aunque esta situación no guarda relación directa con la
reproducción sana, es importante saber que los recién nacidos y niños de corta edad
son especialmente vulnerables a los efectos de las sustancias químicas u otras
sustancias dañinas que puedan ser llevadas al hogar en la ropa, el calzado o incluso la
piel y los cabellos. Así, por ejemplo, está suficientemente documentado que niños con
exposición a largo plazo a amianto llevado al hogar en la ropa de sus padres tienen
más riesgo de contraer enfermedades pulmonares relacionadas con el amianto. La
leche materna es otra vía de exposición para los niños de corta edad. Si en la leche
materna hay sustancias dañinas, los niños pueden ingerirlas al mamar.

Factores de riesgo para la función reproductora del


hombre
• Radiación

• Pesticidas

• Diversas sustancias químicas y solventes

• Drogas legales e ilegales

• Tabaco
• Calor

Consecuencias de los factores de riesgo en el hombre

Bajos niveles de hormonas


Algunos riesgos para la función reproductora pueden cambiar el nivel de hormonas en
el cuerpo de un hombre. Esto podría afectar la manera en que se producen los
espermatozoides o el desempeño sexual del hombre. Pueden ser insecticidas, plomo,
organofosfatos, DDE, manganeso, ftalatos

Baja cantidad de espermatozoides


Algunos riesgos pueden detener o disminuir la producción de espermatozoides. Esto
significa que habrá menos espermatozoides presentes para fecundar un óvulo; si no
produce ningún espermatozoide, el hombre es estéril. Puede producirse con plomo,
emanaciones de diésel, pesticidas, bisfenol A, organofosfatos, cromo,
paraquat/malatión

Espermatozoides con formas irregulares


Los riesgos para la función reproductora pueden causar un cambio en la forma de los
espermatozoides. Estos espermatozoides a menudo tienen problemas para nadar o no
pueden fecundar el óvulo. Causados por insecticidas, plomo, disulfuro de carbono,
pesticidas, bisfenol A, petroquímicos, carbofurán, níquel

Genética irregular en los espermatozoides


Algunos riesgos para la función reproductora pueden afectar la genética (ADN) en los
espermatozoides. Al momento de la fecundación, el espermatozoide y el óvulo
contribuyen 23 cromosomas cada uno. La información genética, o ADN, guardada en
estos cromosomas determina nuestro aspecto físico y como funcionará nuestro
cuerpo. La radiación o las sustancias químicas pueden causar cambios o cortes en el
ADN. Si el ADN del espermatozoide está dañado, es posible que no pueda fecundar
un óvulo y si lo hace, ese daño puede afectar el desarrollo del bebé en gestación.
Las sustancias de riesgo son: ftalatos, estireno, organofosfatos, carbarilo,
fenvalerato, plomo, benceno.

Sustancias químicas en el semen


Las sustancias químicas peligrosas pueden acumularse en el epidídimo, las
vesículas seminales o la próstata. Estas sustancias químicas pueden matar a los
espermatozoides, cambiar la manera en que nadan o adherirse a ellos y ser llevados
al óvulo. Sustancias como: plomo, tricloroetileno, boro, cadmio

Poca cantidad de semen


Algunas exposiciones pueden reducir la cantidad de semen eyaculado. Esto puede
hacer que el líquido no transporte los espermatozoides hasta el cuello uterino (la
apertura del útero). Producido por: plomo, organofosfatos, paraquat/malatión

Baja cantidad de espermatozoides que nadan


Los espermatozoides tienen que nadar a través de gran parte del aparato
reproductor de la mujer. Los espermatozoides lentos o los que no nadan reducen la
cantidad de espermatozoides disponibles para la fecundación. Característico de
insecticidas, emanaciones de diésel, plomo, disulfuro de carbono, ftalatos, pesticidas,
bisfenol A, fenvalerato, petroquímicos, soldadura, N, N-dimetilformamida,
abamectina, paraquat/malatión

Esterilidad y subfertilidad
Alrededor del 10 al 15 % de las parejas son estériles o tienen subfertilidad, es decir, no
han podido concebir un bebé luego de haber tratado de lograr un embarazo durante un
año.

Protección de la función reproductora en el trabajo


Para proteger la función reproductora de todos los trabajadores, hay que eliminar, o
por lo menos reducir lo más posible, la exposición a sustancias químicas, radiaciones,
agentes biológicos y situaciones laborales que ocasionen tensión. Hay que suprimir
totalmente o aislar de todos los trabajadores y del entorno laboral las sustancias
mutágenas, teratógenas y carcinógenas.

Algunas industrias han adoptado varios planteamientos generales respecto de la


cuestión de cómo proteger la función reproductora de los trabajadores frente a las
exposiciones en el lugar de trabajo. Ahora bien, muchos de estos planteamientos son
desaconsejables y en realidad discriminatorios.

Naturalmente, el planteamiento menos apropiado es el consistente en permitir que los


trabajadores estén expuestos a riesgos para su función reproductora sin el menor
control ni preocupación por la situación.

Las políticas de exclusión


Muchas industrias han adoptado algún tipo de medida para proteger a los
trabajadores. A menudo, se trata de negar trabajo o trasladar a los trabajadores que
consideran más susceptibles a los riesgos para la reproducción, que suelen ser las
mujeres en edad de procrear. (A menudo se ha afirmado que esas políticas no tienen
por objeto proteger a los trabajadores, sino proteger al empleador de cualquier litigio
futuro.) Con frecuencia, no se aplican con coherencia ni uniformemente las políticas
que excluyen a las mujeres de determinados puestos laborales y así, por ejemplo, se
aplican políticas de exclusión en puestos de trabajo que tradicionalmente han estado
fuera del alcance de las mujeres, al tiempo que excluir a las mujeres de determinados
puestos de trabajo no es una política seguida en industrias en las que las mujeres han
sido y siguen siendo un porcentaje considerable de la mano de obra. En esas
industrias, a menudo se emplea a mujeres a pesar de las posibilidades de que estén
expuestas a riesgos para su función reproductora. Así, por ejemplo, aunque los
ayudantes de rayos X, esteticistas, limpiadores en seco y lavanderos, así como el
personal de los quirófanos, están expuestos a sustancias que pueden influir en la
reproducción, por lo general no se excluye a las mujeres de esos trabajos.

Uno de los problemas mayores que plantean las políticas de exclusión de las mujeres
es que, al tiempo que discriminan a las mujeres fértiles denegándoles la asunción de
determinados puestos de trabajo, o apartándolas de ellos, los hombres fértiles están
expuestos en esos mismos puestos de trabajo. Es esencial que se preste atención
también a los problemas de reproducción de los hombres. Lamentablemente, a la
fecha no se han estudiado bien las consecuencias de los riesgos en la función
reproductora de los varones.
Las políticas de traslados

Algunas industrias aplican políticas de traslados que permiten a las trabajadoras no


estar en zonas de posibles exposiciones cuando están embarazadas o planean quedar
embarazadas. Esas políticas pueden ser una opción válida hasta que el lugar de
trabajo sea seguro para los órganos de reproducción o si no se pueden suprimir los
riesgos. Ahora bien, las políticas de traslado también deben tener en cuenta la
protección de los hombres que planeen tener hijos.

Si se adopta una política de traslados, habrá que hacerlo sin disminución de los
emolumentos ni pérdida de antigüedad. El mantenimiento de los emolumentos
garantiza que no se penalice a la trabajadora que quede embarazada ni al trabajador o
la trabajadora que deseen estar protegidos porque planean tener un hijo obligándoles
a pasar a un puesto de trabajo peor pagado. De igual modo, después del embarazo, el
trabajador o la trabajadora debe tener derecho a recuperar su anterior puesto de
trabajo.

Lamentablemente, lo que sucede en muchos lugares de trabajo es que se despide a


las mujeres fértiles o embarazadas en lugar de destinarlas a otro trabajo no peligroso.
Como normalmente su familia depende de los ingresos que obtenga, la trabajadora
embarazada o fértil a menudo no tiene más alternativa que seguir trabajando, aun a
riesgo de exponerse a sí misma o al niño aún no nacido a riesgos, si no se le
proporciona otro puesto de trabajo. Lo cual quiere decir que esa opción no es en
absoluto una opción. Lo mismo sucede en el caso de los trabajadores varones,
aunque en última instancia los riesgos son menos "visibles" y por lo tanto se suele
darles poca importancia.
Opinión personal
Este trabajo me ha servido para comprender todos los riesgos para la
fecundidad y fertilidad dentro y fuera del lugar de trabajo. No debemos
mantenernos expuestos a estos factores sin protección alguna, menos aún en
estado de embarazo, ya que puede dañar al feto gravemente o producir un
aborto. Debemos informarnos sobre las sustancias con las que estamos
trabajando y protegernos; esto debería ser obligación de la empresa en la que
se trabaja, y no negarle el empleo a una mujer, despedir empleados o
trasladarlos a puestos peor pagados.
Bibliografía
http://www.elsalvador.com/riesgos/articulos/organos.htm
http://www.cdc.gov/spanish/niosh/topics/reprod/reprodFemaleHazard.html

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