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Los toltecas fueron personas de conocimiento que son clasificados como una raza pero se

distinguieron por ser una sociedad de científicos y artistas que estudiaban y preservaban el
conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Dentro de esta sociedad se formó una
comunidad de naguales (maestros) y estudiantes, dichos maestros se vieron obligados a esconder
su sabiduría debido a la conquista europea.

Por fortuna el conocimiento tolteca fue conservado y transmitido de una generación a otra por
distintos linajes de naguales. Estas esotéricas enseñas son retransmitidas a la gente por uno de
estos descendientes para que todo aquel que quiera tenga acceso a la felicidad y el amor.

Introducción

Espejo humeante

Hace tres mil año había un ser humano que estudiaba para convertirse en un chamán, para
aprender el conocimiento de sus ancestros pero no estaba de acuerdo con todo lo que aprendía,
en su corazón debía haber algo más.

Un día mientras dormía, soñó que veía su propio cuerpo durmiendo. Salió hacia una noche de luna
llena y vio en el cielo una infinidad de estrellas. Él se vio a sí mismo y se escuchó diciendo: “Estoy
hecho de luz; estoy hecho de estrellas”.

Miro al cielo y se dio cuenta de que las estrellas están hechas de luz y que todo lo que existe es un
ser viviente compuesto de luz. Se dio cuenta de que aunque estaba hecho de estrellas, él no era
esas estrellas y llamo a las estrellas el tonal y a la luz que había entre las estrellas el nagual.
Descubrió que lo que llamamos Dios es la manifestación de todas las cosas, todas las cosas son
Dios.

También se dio cuenta de que toda la materia es un espejo que refleja luz y crea imágenes de luz,
y el mundo de la ilusión, el Sueño, es humo que nos impide ver lo que realmente somos. Quiso
transmitir este conocimiento a los demás pero nadie podía entenderle. Se dio cuenta de que en
cada persona había un espejo en el que podía verse pero los demás no podían verse en él y esto
era porque todos soñaban sin tener conciencia de ello, sin saber lo que realmente eran. No se
podían verse en el debido a que había humo entre los espejos. Sabía que pronto olvidaría todo lo
que aprendió por lo que decidió llamarse a sí mismo Espejo Humeante para recordar que la
materia es un espejo y que el humo nos impide saber que somos.

1. LA DOMESTICACION Y EL SUEÑO DEL PLANETA

Lo que vemos y escuchamos es un sueño, la función principal de la mente es soñar las veinticuatro
horas al día. Cuando estamos despiertos hay un marco material que nos hace percibir las cosas de
una forma lineal. Cuando estamos dormidos no tenemos ese marco, y el sueño tiene a cambiar
constantemente.

Aquellos que nos precedieron crearon un sueño externo denominado “el suelo de la sociedad” o
“el suero del planeta”. Este es un sueño colectivo hecho de miles de millones de sueños más
pequeños de personas que crean un sueño de familia, comunidad, ciudad, país y humanidad. El
sueño del planeta incluye todas las reglas de la sociedad, sus creencias, leyes, religiones, culturas,
gobiernos, escuelas, celebración, etc.
Tenemos la capacidad de discernir y centrarnos en lo que queremos percibir, esta es la atención.
Con ella podemos centrarnos nuestra en nuestra mente lo que nos interesa de entre las millones
de cosas que percibimos simultáneamente.

Haciendo uso de nuestra atención aprendimos cómo comportarnos, que es aceptable y que no,
que es bueno y que es malo, todo el conocimiento, todos los conceptos y todas las reglas sobre la
manera de comportarse en el mundo. Ya estaba todo allí, el sueño externo. Este capta nuestra
atención desde que nacemos, nos enseña que creer empezando por la lengua, este código que
usamos para comprendernos y comunicarnos es un acuerdo. Una vez que entendemos el cogido,
nuestra atención queda atrapada y la energía se transfiere de una persona a otra.

Realmente no hemos escogido nuestro valores, religión o idioma porque estos ya existían, ni
siquiera nuestro nombre lo elegimos pero estuvimos de acuerdo con la información que otros nos
transmitieron del suelo del planeta. Cuando estamos de acuerdo en algo, lo creemos y eso es la
“fe”, creer incondicionalmente.

La fe es lo que nos hizo aprender desde que éramos niños, nuestra fue era tan fuerte que el
sistema de creencias que se nos había transmitido controlaba totalmente el sueño de nuestra
vida. Tal vez no revelamos a estas creencias que no escogimos, pero nuestras rebeliones no
triunfaron y nos rendimos mediante nuestro acuerdo.

Este proceso es “la domesticación de los seres humanos”. A través de esta domesticación
aprendemos a vivir y a soñar. Nos domestican con un sistema de premios y castigos al igual que un
perro. Cuando no acatábamos las reglas, nos castigaban; cuando las cumplíamos, nos premiaban,
esto se repetía muchas veces. El miedo a ser castigados y no captación la atención de nuestros
padres u otras personas nos creó la necesidad de captar la atención de los demás para conseguir
una recompensa. Al recibir el premio nos sentíamos bien, y por ellos continuábamos haciendo lo
que los demás querían que hiciéramos. Debido a esto fingíamos ser lo que no éramos porque nos
daba miedo que nos rechazaran. Al final, acabamos siendo alguien que no éramos. Nos
convertimos en una copia de las creencias de mama, de papa, de la sociedad y de la religión.

Solo al crecer nos dimos cuenta de en lo que nso convertimos, ahora sabemos decir “no” pero el
proceso de domesticación fue tan poderoso que ya nadie nos domestica en un momento
determinado de la vida, sino que somos nuestro propio domador. Somos un animal
autodomesticado

Nuestro sistema creencias es el Libro de la Ley que gobierna nuestra mente. En nuestra mente hay
algo que lo juzga todo. El juezo en nuestro interior usa el “Libro” para juzgar lo que hacemos o no,
pensamos o no. El Juez dice que somso culpables y necesitamos un castigo si hacemos algo que va
en contra del “Libro de la Ley. La parte de nosotros que recibe los juicios es la “victima”. Esta son
los pensamientos negativos que se fundamente el sistema de creencias que no escogimos. El ser
culpables nos abre heridas emocionales y cualquier cosa que ponga en tela de juicio lo qe
creemos nos hace sentir inseguros.

Se necesita una gran valentía para desafiar nuestras propias creencias, porque aunque sepamos
que no las escogimos, también es cierto que las aceptamos.
El libro de la ley gobierna nuestro sueño, todas sus leyes existen en nuestra mente, creemos en
ellas y nuestro juez interior lo basa todo en ellas. El juez no hace pagar repetidas veces por un
error pues tenemos una memoria que nos juzga, nos declara culpables y nos castiga. Cada vez que
recordamos nos juzgamos y nos volvemos a castigar. También otras personas nos recuerdan
nuestros errores y nos hacen pagar por ellos\, pero nosotros también hacemos lo mismo con los
demás. Pagar repetidas veces por un error no es justicia, El juez del Libro de la ley está mal. El 95%
de las creencias almacenadas en nuestra mente son mentiras y sufrimos por ellas porque creemos
en todas ellas. En el sueño del planeta, los seres humanos se han acostumbrado a vivir con miedo
y a crear dramas emocionales. En los distintos países del mundo está el sufrimiento, el cólera, la
venganza, adicciones y una tremenda injusticia, pero el miedo control el sueño externo. Vivimos el
sueño del infierno cada vez que sentimos emociones como la cólera, celos, envidia, odio, esto nos
hace experimentar un fuego que arde en nuestro interior, así está el suelo de la sociedad humana.
Se dice que podemos ir al infierno si no hacemos algunas cosas, pero en realidad ya estamos en él.

Toda la humanidad busca la verdad, la justicia y la belleza. Estamos inmersos en una búsqueda
eterna de la verdad porque solo creemos en las mentiras que hemos almacenado en nuestra
mente. No vemos la verdad porque estamos ciegos. Los que nos ciega son todas esas falsas
creencias que tenemos en la mente. Necesitamos sentir que tenemos razón y que los demás están
equivocados. Nuestras creencias nos hacen sufrir. Toda nuestra mente es una bruma que no nos
deja ver más allá de nuestra nariz. Esta bruma los toltecas la llamaron mitote y con ella es
imposible ver lo que realmente somos. A causa de esto nuestro mayor miedo es estar vivos,
arriesgarnos a expresar quien realmente somos. Intentamos ser perfectos para aquellos que
amamos, pero bajo ese punto de vista nunca seremos perfectos y al no serlos nos rechazamos a
nosotros mismos, esto nos hace imposible perdonarnos. Intentamos ser alguien que no somos
para ser aceptados por los demás, y al no lograrlo nos castigamos. Nuestra manera de juzgarnos es
la peor que existe. Nadie te ha maltratado más que tú mismo y por ello creemos merecer los
maltratos de otros. Necesitamos que los demás nos acepten y nos amen, pero nos resulta
imposible aceptarnos y amarnos a nosotros mismos

El preludio de un nuevo sueño.

Has establecido millares con otras personas, con Dios, la sociedad, padres, pareja; pero los más
importantes son los que has hecho contigo mismo. Estos acuerdos te han dicho quién eres, que
sientes, que crees, definen tu personalidad. Un solo no seria un gran problema pero tenemos
muchos acuerdos que nos hacen fracasar, sufrir. La única forma de vivir con alegría y satisfacción
es romper esos acuerdos que se basan en el miedo. Cuando estemos decididos para cambiar estos
acuerdos, habrá cuatros acuerdos muy poderosos que nos ayudaran a romper aquellos que surgen
del miedo y agotan nuestra energía. Al ser capaces de vivir con estos cuatro acuerdos, veremos
como el drama del infierno desaparece delante de nuestros ojos. En lugar de vivir en el sueño del
infierno, crearas un nuevo sueño: tu sueño personal del cielo.

EL PRIMER ACUERDO

Sé impecable con tus palabras.

El primer acuerdo es el mas importante y tambien el mas difícil de cumplir. Es tan importante que
solo con el seras capaz de alcanzar el nivel de existencia de “el cielo en la tierra”. Este primer
acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Parece muy simple, pero es sumamente
poderoso. ¿Por qué las palabras? Porque mediante las palabras revelamos todo,
independientemente de la lengua que hable, lo que sueñas, lo que sientes y lo que realmente
eres, lo muestras por medio de las palabras. No son solo sonidos o símbolos escritos. Son una
fuerza que permiten crear los acontecimientos de tu vida. Son la herramienta mas poderosa que
tiene el ser humano, pero son una espada de doble filo: Pueden crear el sueño mas bello o
destruir todo lo que te rodea. Uno de los filos es el uso erróneo de las palabras, que crea un
infierno de vida. El otro es la impecabilidad de las palabras, que solo engendrara belleza, y el cielo
en la tierra. Son tan poderosas que pueden cambiar una vida o destruir millones, como Hitler
quien manipulo un país entero solo con el poder de sus palabras, los llevo a guerra. Estas palabras
son como semillas que se impregnan en nuestra mente y crean una idea que puede ser buena o
mala. Estas son más fuertes durante la domesticación, pues nos creíamos lo que nos decían, lo
bueno y lo malo. Estas ideas se mantienen con nosotros desde niños, las palabras cambien nuestra
mente para bien o para mal, nuestras creencias. Impecable significa “sin pecado”. Un pecado es
cualquier cosa que haces y que va contra ti. Ser impecable es no ir contra ti mismo. Cuando eres
impecable, asumes la responsabilidad de tus actos, pero sin juzgarte ni culparte.

El pecado comienza con el rechazo de uno mismo. El auto rechazo es un pecado mortal que
conduce a la muerte, la impecabilidad conduce a la vida. Ser impecable con tus palabras e no
utilizarlas contra ti mismo. Si llamas a alguien estúpido en realidad usas esa palabra en tu contra
porque esa persona te odiara y su odio no será bueno para mí.

Debemos amarnos a nosotros mismos para expresar este amor en nuestras relaciones y ser
impecables con las palabras. Si te amo tú me amaras; si te insulto me insultaras. Ser impecable con
tus palabras significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la verdad y del amor por
ti mismo. Si llegas a un acuerdo contigo para ser impecable con tus palabras, eso bastara para que
la verdad se manifieste a través de ti y limpie todo el veneno emocional que hay en tu interior.

Siempre que escuchamos una opinión y la creemos, llegamos a un acuerdo que pasa a formar
parte de nuestro sistema de creencias. Hemos hecho un mal uso de las palabras y hemos creado
acuerdos negativos en las personas, aunque no sea nuestra intención. Las personas que nos
quieren hacen hechizos de magia negra contra nosotros, pero no lo saben, es por ello que
debemos perdonarlos.

En las relaciones humanadas diarias nos lanzamos hechizos con nuestras palabras, con el tiempo
esto se ha convertido en la peor forma de magia negra, los chismes. Los chismes son magia negra
de la peor clase, porque son puro veneno. Y lo peor es que esto lo aprendimos de los adultos que
nos rodeaban cuando éramos niños. Contar chismes se ha convertido en la principal forma de
comunicación en la sociedad humana, porque ver que alguien se siente tan mal como nosotros,
nos hace sentir mejor. Los chismes pueden hacen que pensemos con menos claridad, y en un
esfuerzo por aclarar la confusión también chismorreamos y contagiamos a otras personas con este
virus. También hay personas que buscar esparcir el veneno y hacer que alguien se sienta mal ya
sea por venganza o rencor. No somos conscientes de que el mal uso de nuestras palabras nos hace
caer más profundamente en el infierno.

Si adoptamos el Primer Acuerdo y somos impecables con nuestras palabras, cualquier veneno
emocional acabará por desaparecer de nuestra mente y dejaremos de transmitirlo en nuestras
relaciones personales, incluso con nuestro perro o nuestro gato. La impecabilidad de las palabras
también te proporcionara inmunidad frente a cualquier persona que te lance un hechizo. Puedes
trascender del sueño del infierno solo con llegar al acuerdo de ser impecable con tus palabras.
Alcanzaras el reino de los cielos con este acuerdo: Sé impecable con tus palabras.

EL SEGUNDO ACUERDO

No te tomes nada personalmente

Los siguientes tres acuerdos nacen del primero. El segundo acuerdo consiste en no tomarte nada
personalmente.

Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personalmente. Si te tomas algo


personalmente es porque estás de acuerdo con cualquier cosa que se diga. Y tan pronto como
estás de acuerdo, el veneno te recorre y te encuentras atrapado en el sueño del infierno. El motiva
de estar atrapado es lo que llamamos “la impotencia personal”. La impotencia personal, o el
tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que
todo gira nuestro alrededor. Esta creencia la aprendimos durante el periodo de domesticación,
pero nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos mismos. Todos vivimos en
nuestro propio sueño, los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive
cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos
que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo. No debes
comerte la basura emocional de los demás y convertirla en la tuya. Si te tomas algo de manera no
personal, serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno. Esa inmunidad
es un don de este acuerdo.

Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus
creencias y creando conflictos. Te esfuerzas en demostrar que tienes razón dando tus opiniones.
Cualquier cosa que hagas es una proyección de tus acuerdos.

Un día alguien puede hablar muy bien de ti, y al otro simplemente decirles a los demás que eres
malo, cruel. No te lo tomes personalmente, pues lo que piense, lo que siente esa persona es su
problema, no el tuyo. Los demás tienen sus propias opiniones según su sistema de creencias, de
modo que nada de lo que piensen de ti estará realmente relacionado contigo mismo, sino con
ellos. No te lo puedes tomar personalmente en modo alguno, y no porque no creas ni confíes en
los demás, sino porque debes saber que ellos ven el mundo con otros ojos.

Las personas crean una película en sus mentes donde ellos son el director, productor y
protagonista, y los demás tomamos un papel secundario. Esta película se basa en los acuerdos que
han tomado en su vida. Tienen miedo y debido a ello se enfadan con nosotros, nos odian, se
entristecen por nosotros y se encelan en modo alguno.

Si vivieran sin miedo, si amaran, no habría lugar para esas emociones en ellos. Cuando no tenemos
estas emociones nos sentimos bien y lo que nos rodea está bien. Amas todo lo que te rodea
porque te amas a ti mismo, porque te sientes feliz con tu vida. Estas satisfecho con la película que
creaste de ti. No te tomes nada personalmente….
Ni siquiera las opiniones que tiene sobre ti mismo son necesariamente verdad, la mente se habla a
si misma y escucha la información que está disponible de otras esferas. Tal vez las veces que
escuchamos en nuestra mente son otros seres vivos al que los toltecas denominaron “aliados”.
Tenemos la opción de creer o no las voces que oímos en nuestra propia mente, del mismo modo
en que decidimos que creer y que acuerdos tomar en el sueño del planeta.

Cuando realmente veamos a los demás tal como son sin tomárnoslo personalmente, lo que hagan
o digan no nos dañará. Aunque te mientan, no importa, lo hacen porque tienen miedo. Tienen
miedo de que descubras que no son perfectos. Si alguien no te trata con amor ni respeto, que se
aleje de ti es un regalo. Que se marche será doloroso por un tiempo pero tu corazón realmente
sanará.

Si conviertes el Segundo Acuerdo en un hábito, descubrirás que nada podrá devolverte al infierno.
Serás inmune a los chismes, al veneno emocional. Este acuerdo te hará romper docenas de
pequeños acuerdos que te hacen sufrir. Te acostumbraras a no depositar tu confianza en lo que
digan o hagan los demás, solo tienes que confiar en ti mismo para elegir con responsabilidad.

EL TERCER ACUERDO

No hagas suposiciones.

Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que
suponemos es cierto. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan (nos lo
tomamos personalmente) y después, comprendemos mal, nos lo tomamos personalmente, los
culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras.

Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos que son ciertas;
después, las defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón. Siempre es mejor
preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento. Solo vemos y
oímos lo que queremos. Cuando no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su
significado, y cuando la verdad aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no
era en absoluto lo que creíamos. Estas suposiciones incluso afectan las relaciones ya sea de
noviazgo, matrimonio, etc. El creer que la otra persona hará lo que queremos por suponer que nos
conoce muy bien, y al final resulto otra cosa, nos hará sentir heridos.

La mente humana necesita justificar, explicar y comprender las cosas para sentirnos seguros. Las
preguntas que nos hacemos necesitan respuestas y es por esto que hacemos suposiciones. Si
alguien nos dice algo, o no nos dice nada, hacemos suposiciones para satisfacer nuestra necesidad
de saber y reemplazar la necesidad de comunicarnos, esto porque no tenemos el valor de
preguntar.

Hacemos suposiciones de manera inconsciente porque hemos establecido este acuerdo,


suponemos que los demás ven la vida del mismo modo que nosotros, que piensan, sienten, juzgan
y maltratan igual que nosotros hacemos con los demás, es por esto que nos da miedo ser nosotros
mismos frente a los demás.

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