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LA MAYEUTICA DE SOCRATES EN LA FORMACION HUMANA. ArricuLo e Carlos Hernandez Reyes* *Profesor de Pedagogia por la UNAM/FES Aragén. ‘Candidato a Doctor en Pedagogia por la UNAM. INTRODUCCION Continvando la revisién de la sin-razén, que este trabajo se propone destacar para ax. darle sustento y argumeniacién en la formacién humona, desde una mirada hermenéutico a través de Ia historia de la filosofie, Nos acercamos ahore al pensamiento de Sécrates, primer exponente del pensamiento filosético griego. Reconociendo que su obra es amplia y que puede obordarse desde olros puntos, destacaremos de su trabajo conceptosno-racionales. Algunas Ideas Basicas del pensamlento de Socrates Al parecer existen dificuliades para ubicar justamente las ensefianzos filoséficas de Sécrates: “El problema socratico es el de fijar con exactitud cuéles fueron sus ensefianzas filoséficas. Las caracierisicas de las fuentes de que disponemos obras socréticas de Jenofonte (Memorables y Banquele), Didlogos de Platén, varias afirmaciones de Aristételes, las Nubes de Aristéfanes hacen que este problema sea dificil. Por ejemplo, si nos bosamos sélo en Jenofonie, socaremos la impresién de que a Sécrates le interesabo sobre todo formar hombres de bien y buenos ciudadanes.... Se trataria de un morolista popular. Si, por otra parte, basamos nuestra concepcién en los Didlogos de Platén tomodos en conjunto, nos parecerd un metatisico de primerisima categoria...que ‘eché los fundamentos de una filosofia trascendente, caracterizoda por su doctrine acerca de un mundo metatisico de las Formas. Por olro lado, las _ afirmaciones de Aristételes...nos dan a entender aue...noes de AY, él mismo la doctrina de las Formas subsistentes o Ideas, que especuliar del platonismo”. (Copleston, 2004; p.112} 3 Educativa a> Es obvio que se necesita una lectura completa y profunda de todos ellos para tener unaidea cabal de las ensefianzos socrélicas y de ese modo se enlen- deria dénde esté el pensomiento del mocsiro y dénde esié el pensamiento de los discipulos Alortunadamente esto se he realizado por especio- listas de todos los tiempos y aunque existen ciertas diferencias, se han estoblecido bésicamente los en- sefianzas filoséticas de Sécrates, de los cuales se destaca lo siguiente: * Las definiciones universales o sea, lo posibilidad de llegar a conceptos precisos y fos. Rechazando con ello la tendencia sofisia del relativismo de sus doctrinas * Su método de conversacién dialéctico, que el llamé mayéutica (obstetricia) en aguda alusién a su madre partera, manifestando asi, su clara intencién de hacer que los demés diesen a luz en sus mentes, ideas verdaderas con vistos @ la accién justa 4 Educativa “Siendo esto asi, compréndese facilmente porque Sécrates daba tanta importancia a la definicién. No era.un pedante, sino que estaba convencido de que, pora el recio gobierno de la vida es esencial tener ideas verdaderas, en la clora definicién, no con fines especulativos, sino con un fin préctico. De ahi su preocupacién porla ética”. (p. 119) De este modo se debe entender porque Sécrates consideré lan importantes las definiciones univer- soles y la definicién de los objetivo. Interesado sobre todo por lo conducta éfica, observé ave la definicién es una sélida base que sirve de sustento y asidero a los hombres en medio de las especu- laciones y ambigiedades del pensomiento teori- zante de los sofistos. Es decir, el conocimiento sive 1o para ieorizaro especular sino para hacer de él un modo ético de vida Asi las definiciones universales y la mayéutica consfituyen el contro filoséfico de la ensefianza so- crética, desde el cual podemos establecer un did- logo con algunos fragmenios de sus obras, notando como estos conceptos estén presentes continua- mente en la preocupacién de este filésofo de Grecia Anfiguo, para educor al hombre en sv despertar ético a lavida La Apologia de Socrates en la Formacion Humana. Una vez eslablecidas estas nociones bésicas para la comprensién del pensamiento de Sécrates, lo abordaremos, desde lo perspectiva del émbito pe- dagdgico, que tiene como objetivo mostrar el aporie, segin nuesira propuesta de trabajo: la im- portancia de le sin-razén en la formacién del hombre, estudiando la obra trascendente plasmada porPlatén en la Apologia de Sécrates. Ubiquemos el argumento central de la Apologia de Sécrates, {escrito por Platén} en el aio 400. C., en el cual Anilo, rico y poderoso terratenienie, Melito, poeta mediocre y rico, y Licén, politico rico y conservador, acusaron al Maesiro de 70 afios de no creer en lo religién del Estado y de corromper a la juventud, por lo cval lo juzgaron y condenaron. Sin embargo ni la muer'e inminente bast6 para hacerle renunciar a la virtud, la justicia y la independencio, que fueron la norma de toda su vide. Tampoco empled los arfficios de la elocuencia, ni recurrié o las siplicas y lagrimas; no permitié que su mujer e hijos, dafiondo su dignidad, acudieran a conmover a los jueces. Su defense fue virl, sencilla y mag- nénima, Lisias, el famoso orador, le presenta un escrito impecable para su defensa, pero el maestro no acepta tan bello discurso, pues quiso hacer su propia defenso con la frente alta ante sus acusadores yiveces. Su delensa ofrece tres partes: En primer lugar, cuando es acusodo se defiende admirablemente; en lo segunda declarodo culpable por los jueces, discute el costigo que los jue- ces le imponen y no acepia que sus discipulos paguen la injusta y enorme fianza, y posteriormente el destierro que le impondrion; en la tercera, condenado a morir, se ofrece en holocausto a le virtud, elevandose asi hacia la inmortalidad Después de la muerte de Sécrates sus discipulos fundaron escuelas para difundir su mensaje, las cuales son diferentes las unas de las otras, lo que permite colegir la complejidad so- cratica. Por ejemplo inspiré a An- tistenes, el fundador de la escvela ci nica, que practicaba la tensién y la austeridad, y que influyé en el pos- terior estoicismo de Arislipo que des- preciaba el esparcimiento y el placer. Asimismo inspiro a Euclides, fundador de la escuela de Megara, célebre por su dialéctica. Platén, destacé porque supo plasmar en sus didlogos e! valor no-racional yliterario, y porque en la Soy escuela que funds llevé a cabo la doctrina de su maestro, preservada en sus diélogos. Por otra parte, “la puesia en escena” de diélogos en los que Sécrotes esié en el papel del interrogador no fue un invento de Platén, sino una tradicién entre los discipulos de Sécrates. Esta forma literaria nos permite entrever lo forma en que el Maestro ejercia svensefianza. En esta obra Platén colocé a Sécrates enel ceniro y al autor fuera del escenario pues nun- ca aparece en ellos, ni reclamando autoria ni en las escenas de discusién entre los interlocutores. “Es pues a menudo muy dificil distinguiren algunos dié- logos la parle socrética y la platénica. Sécrates (se transforma}, poco tiempo después de su muerte en una figura mitica. Pero es precisamente este mito de Sdcrates el que dejé una huella indeleble en toda la historia de la filosofia”. (P37) Continuames con el estudio de la Apologia de Sécrotes en e! cual se encuentra, el discurso que ésle pro- nuncié ante sus jueces durante el proceso en el que {ve condenado a morir, ademés relata como uno de sus amigos, Querofonte, pregunté al ordculo de Delfos si habia alguien més Seen sabio que Sécrates y la pitonisa le contesté que nadie era més sabio que Sécrates. No conforme el Maestro se lanza a una larga indagacién con politicos, poetas, orlesanos, para descubrir a alguien més sabio que él. Se hace odioso ante todos ellos pues se da cuenta que creen saberlo todo, cvando no saben nado. Concluye que efectivamente él es sabio, porque no cree saber lo que no sabe. Por eso el oréculo ubica a Sécrates como el més sabio de los seres humanos. Esta es la aciitud co- rrecia del filésofo el que no sabe na- da, pero es consciente de su no-saber. 5 Educativa “Yo soy més sabio que esle hombre. Puede que ninguno de los dos sepa nada de bello ni de bueno; pero él cree que sabe algo. Paréceme, pues, que soy algo més sabio, cvando menos en que yo no creo sober lo que no sé". [Platén; Apologta, p.23) De esta forma, la labor filoséfica, de Sécrates fue la de hacer conscientes a los hombres de su no-saber, como preémbulo pora llegar mediante el didlogo mayéviico ala propia construccién del conocimiento verdadero. Para llevar a cabo esta lares, Sécroles asumia la actitud de alguien que no sabe nada, y de esta forma, genvina y no fingida empezaba siempre un proceso renovado de consirucci6n del saber verdadero con sus interlocuiores. Es decir, para Sécrates no habsa une férmula nico ni un andamiaje preconcebido para establecer una discusion. En este sentido Sécrates se manlenia siempre renovado ante sus discipulos y oyentes, porque no partia de prejvicio alguno. Asi se puede esablecer que no se Iralabe de una ignorancia fingida de Sécrates, sino de la actitud abioria del que siempre quiere aprender algo nuevo a pariirdel no sabery no dela outosuficiencia del que creer saber cuando en realidad no sabe. Es decir, la de alguien que esl cerrado ante lo nuevo por este © Educativa tipo de prejuicio, de alguien que sélo vive de memoria. El penetraba en el conocimiento y lo hacia propio todo el fiempo, pariendo el conocimiento en st mismo. “Me da verguenza, alenienses, el deciros lo verdad; pero no lengo més remedio... Reconoct, pues, que no es la razén la que dirige al posta, sino una inspiracién natural, un entusiasmo semejante al que fransporta a los adivinos y a los que predicen lo porenir; todos ellos dicen cosas muy bellas, pero no comprenden nada de lo que dicen... Me separé, pues, de ellos, convencido también de aue les era superior de la misma manera que éralo ya de los hombres politicos”, (p. 30) Més aiin, cuando Sécrates pretende no saber, es porque rechaza la concepcién tradicional del saber, ‘que consiste en imponer de manera velads o tacita el saber y Io verdad, como si éslos se pudieran recibir acufados, cuando en realidad deben ser engendrados por el propio interesodo. En otras palabras, en los didlogos con Sécrates no esta en ivego aquello de lo que se pregunta sino al que se pregunta. Es decir, se coloce el saber y la verdad en relacién al discipulo y no ol contrario, “Ademas de esto los jvenes que tienen més rato libre y que pertenecen a los més ricas familias, me siguen con gusto y se complacen en ver cmo pruebo «los hombres; y muchas veces hasio me imitan intentan probar a otros: que no faltan, por Jove, genies que presumen de saber algo, pero que no saben nade, © casi nada. De aqu nace que lodos ‘aquellos que de este modo resultan conviclos de ignorancia, se irritan contra mi, no contra sf mismos, como debieran, y se van por ahi diciendo que Sécrotes es un malvado, un infame, que corrompe a losiévenes”. (p. 34) El maesiro Sécrates conduce a sus alumnos 0 exominarse a si mismos, a darse cuenta de su propia ignorancia, no para burlarse o para sentirse superior, sino para que ellos mismos constaten lo que no saben, y asi pongan més cuidado de si. Se trata no s6lo de poner en duda el saber aporente sino tam- bién de un cuestionamiento de s{ mismo y de los valores que rigen su propia vide. “iEh, mi amigo, Cémo es que siendo ateniense, ciudadano de la ciudad més grande y més famosa por su poder y sabiduria, no fe avergienzos de no pensar en olra cosa sino en adquirrriquezas, gloria, honores, sin cuidarte para nada de la sabiduria, de la verdad y del mejoramientodetu olmo?”. (0. 56) El problema verdadero no es el nivel de saber mucho de esto 0 aquello (erudicién), sino el nivel de ser de fal o cual manera (virud). Y éste es el centro de gravedad no-racional y diferente de Sécrates ante el embate del pensamiento erudito y teorizante de los sofistas muy alejados de la virtud “Y sialguno de vosotros me lo niega y dice que si, que se cuida de ella, no me separaré de él tan pronto, no me iré, no, sino que lo interrogaré, que lo ‘exominaré, que le confundiré; y si veo que no es virluoso, bien que lo presume, le reprenderé por tener en menos estima lo que vale mas y en més lo que vale menos. Eso es lo que haré con cualquiera ‘que encuenire, joven 0 viejo, civdadano o exlran- jero, pero sobre todo con vosotros que me tocéis de més cerca; porque sabedlo bien, eso es lo que el Dios me ordena.” (idem) Filosofar para Sécrates ya no es como pretendian los sofisias, adquirirun determinado saber, una eru- dicién, sino que es el cuestionarse a s{ mismo con el sentir de no ser lo que se deberia ser. Esta es lo nueva concepcién del filésofo, del hombre deseoso de la sabidurfa. Y este sentir, procede del hecho de haber sido rescatado del accidente de la vida comtin, por Sécrates, quien con sv sola presencia acerca al hombre hacia esle centro de gravedad, es decir, ol cvidado de si mismo antes que de cualquier ira cosa. Y es en este sentido como se entiende el significado del nombre mismo de Sécrates: El que posee autoridad. Sécrates delenta entonces, la posesién de la sabiduria, que puede despertarla conciencia en sus Soy discipulos, en el sentido de cuidar el interior de si mismos antes ave olre cosa “Hoy que insistir bien en este punto. Sécraies influye en quienes lo escuchan, de una manera rracional, porla emocién que provoce, por el amor que inspira. En un didlogo escrito... Sécrates dice a propésito de Alcibiades, que si él, Sécrates, no es capaz de ensefar algo itil a Alcibiades (lo que nada liene de sorprendenie puesto que Sécrates no sabe nada), cree sin embargo poder volverlo mejor, gracias al amor que siente por él y en la medida que vive con él” (Hadot, 2000; p. 43) Se enireve que el no-saber socrético, consiste en ensefiar a pensar por si mismo y a descubrir la verdad por si mismo. También se reviste de un Eros pedagégico, ya que se trata de ensefiar a los ciudadanos @ ocuparse de s{ mismos (antes que de sus bienes 0 riquezas). Y que el propio Sécraies declara en la Apologia: se trata de una misién divina, que no abandonaré ontes de exhalar el Ultimo. suspiro; se trata también de uno tarea desinieresada, por lo que no pide relribucién alguna, la lleva a cobo por pura benevolencia. Mas ain, ol ensefar a ocuparse de sf mismos, ensefia a ocuparse de la propia ciudad. Por lo tanto, en lugar de condenarle sus jueces harian mejor en recompensor a Sécrales por haber ensefiado a los otros a cuidarde si mismos, ‘Memon de Sector 7 Educativa ae “Esloy seguro de que lo mejor que os haya podido ‘ocurrir en la Repiblica es esta sumisién perfecta de mi parle a los mandatos del Dios. No hago otra cosa que ir por todos lados para persuadiros sedis j6venes o viejos, que lo primero no es el cvidado del cuerpo ni el acumular riquezas, sino que lo primero 2s el cuidado y mejoramiento del alma; no ceso de repeliros que las riquezas no dan la virlud sino que lavirlud, es la que da olos hombres las riquezas y los dems bienes, asi pUblicos como privades. Y si con tales méximas pervierto a los jévenes, son, por lo visto, perniciosas; pero si alguien dice que yo en- sefio otras, se engafia y os engafia miserablemente, De todas maneras, hagdis caso de Anito 0 no ha- gdis, me absolvdis 0 me condenéis, nunca jamés obraré de otto modo, asi tenga que sufrir mil muertes”. (Apologia; p. 56) Sécrates bebié de manera voluntaria la cicuta (un veneno morial} el afio 399 a, C. De la raiz de esle outosacrifico, brofa una nueva forma de espiritu, como una hazaria de superacién heroica dela vida. AA igual que los trabajos de los héroes de Homero, del combate de Sécrates surgié, la fuerza humana creadora de un nuevo arquelipo e ideal de filésofo y hombre de Occidente. Por eso, Pierre Hadot hace una interesante reflexién: “Lo figura de Sécrates tuvo una inflvencia decisive €en la definicién del filésofo que Platén propone en su diélogo el Banquete y que es uno verdadera oma de conciencia de la situacién paradéjica del filésofo en medio de los hombres. A ello se debe que tendremos que detenernos en forma detollade no en el Sécrates histérico, dificilmente conocible, sino en la figura mitico del pensador tal cual fue presentada por la primera generacién de sus discipulos”. (Hadot, 2000; p. 35) Posiblemente lendriamos una idea més com- pleta de Sécrates silas obras de las escue- las fundadas por sus discipulos hubie- ran sobrevivido. Y si se hubiera conser- vado toda lo literatura de los diélogos, Plann y Evi Educativa que ponian en escena al maestro conversando con sus interlocutores. No obstante se establecié un punto comin a todas las escvelas, con ellas apore- ce el concepto y la préctica de la filosofio, concebide, como un discurso vinculade con un modo de vida y como un modo de vida vinculado con undiscurso. Concluyamos este diélogo con el maestro en su Jitimo mensaje a los jueces que lo condenaron a morir: “ih, mis jveces!, esperad, pues, en la muerte llenos de confianza y no penséis sino en une verdad, la de que no hay mal ninguno para el hombre de bien, ni en esta vido ni luego de morir, y nunca los dioses lo abandonan. Lo que me posa ahora amino es efecto del azar: yo estoy seguro de que el mori, desde luego, y verme libre de los cuidados de la 4 vido, era lo mejor que podia sucederme. Por eso la voz divina no me ha hecho hoy ninguna adver- fencia, ni me ha disuadido de nada, No guerdo, pues, el menor resentimiento contra los que han condenado ni contra mis acusadores. Ciertamente sv injencién no ha sido buena ol condenarme y ‘acusarme, antes han creido hacerme dafio; y en este respecto podria quejarme, si Pero vean el nico favor que les pido: que cuando mis hijos lleguen a mayores, los molesten, los atormenten, come yo lo hice con vosottos, sise ve que prefieren las riquezos © cualquiera otra cosa, « la virlud; y si se creen algo, ‘aunque no lo sean, reprendédselo @ mis hijos como yo 0 vosotros: censurddles lo que hacen, olvidar lo ‘ue es digno de toda su solicitud, y creerse algo cuando no son nada... Si esto hiciéreis otenienses, ni yo, ni mis hijos tendremos que quejarnos de wuestra justicia”. (pp. 94-95) CONCLUSION Concluimos esta lectura pedagégica acerca de Sécrates en torno al papel que la virlud desempené en la formacién del hombre. Aqui, Sécrales refle- xioné en torno a la sabiduria que consiste en hacer ‘ue sus discipulos aprendieran a pensar correc- Soy famente, esto es consiruyendo su propio conocimiento a partir de una ocltud despierta y abierta y sin apa- rentar saber lo que no sé sabe. Més oun el saber y lo verdad sirven, segin Sécrates, para hacernos me- jores seres humonos y no pora olra coso. Esta propuesta de formacién contrasté con la de los sofistas que educaban, segiin ellos, para el dis- frute de riquezas y el aribismo po- litico. Sécrates nos muestra un as- pecto que muy poco se ha consi- derado en la educacién, y que en este trabajo se puso de manifesto, la odquisicién de la cultura no pare es- peculor o teorizar sino para cuidar de simismo, con un sentido ético. Asi, se develé ante nosotros, me- diante este didlogo con Sécrates, lo ensefianza que contenia su préctica mayéutica, que consistia en examinarse a si mismo, en relacién al conocimiento, pora saber si con ello se ibo por el camino de la Virlud. Porque esto no era motivo de simulacién y especulaci6n alguna. Por el contrario el propio Sécrates encorné su propia ensefianza haciéndola un modo de vida, que la lievé hasta sus dltimas consecuencias siempre en aras de la virud, la iusticia y la liberiad. Mostramos que Sécraies creé una escuela donde se templaban los individuos pora el advenimiento de hombres virtuosos y duefios de si, a través del ejercicio de valores no-racionales y racionales del individuo, teniendo como ejemplo el modelo sublime del propio maestro. As! apren- dimos con Sécrates, que toda consideracién de la vida como algo leorizante y erudilo, es decir, sin comprensién alguna es en realidad miserable y terrible, pero eso se supera cuando se experimenta la vide @ través de los valores de lo sin-raz6n, contenidos y ensefiados por e! maestro. En otras polobras, no basta transiter por la vida, sino frascenderla como lo ensefié. Es muy importante constatar la vida con todos sus momentos, pero eso no se puede hacer sise aparenta saber lo que no se g menttnin Educativa a> sabe realmente o se sabe sélo de memoria. Menos 5 se hace de! saber y la verdad algo ambiguo y relativo. Tal como pretendié el pensamiento sofista, Por lo tanto, la vida no se debe reducir al papel de la simuloci6n por la razén para obtener honores y riquezas. Sino por e! trabajo del cuidado de si, que es lo ue le da volor al hombre. Por eso, proponemos que el desarrollo del hom- bre, no se refiera a desenvolver s6lo cualidades inlelectuales, como las que hemos conseguido en nuesiras insiituciones educativas modernas y que han servido para formar generaciones de eruditos carentes de la comprensién humana, sino también cualidades que se desarrollan mediante valores de la sin-raz6n y la razén, que también deben vivirse intensamente, y que Sécrates enseid como Virtud y Justicio. De otra forma el devenir educativo, se convierte en un proyecto de formacién humane inconcluso. Asi, proponemos como el centro de gravedad de la pedagogio, esta nocién de formacién, que funda- menta de manera amplia al trabajo pedagégico, con una visién incluyente para la formacién humane y que Sécrates denominé cuidado de st. 10 Educativa -———.TT————4 BIBLIOGRAFIA COPLESTON, F: (2004). Historia de la filosoffa 1.Grecia y Romo. Ariel, Borcelone. HADOT, P (2000). 2qué es la filosoffa antigua? FC.E., Mixico. JAEGER, W. (2000). Peideia, FC.E., México. PLATON. (1990) Apologia de Sécrates. Austral, México. Le

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