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HISTORIA

La Historia es la ciencia que estudia y sistematiza los hechos más importantes y


transcendentales del pasado humano. Dichos sucesos son analizados y examinados en función
de sus antecedentes, causas y consecuencias, y en la acción mutua de unos sobre otros, con el
propósito de comprender correctamente el presente y de preparar el futuro. Estudiar la Historia
no es un simple ejercicio memorístico, cargado de hechos, nombres, lugares y fechas sin
conexión alguna. La Historia es ante todo, la posibilidad que el ser humano tiene para conocerse
a si mismo. Es indagar en el pasado para comprender el porque de nuestro presente, y
sobretodo, ver el hombre en su dimensión; sus aciertos, sus errores y la capacidad que
la humanidad tiene para ser una especie más perfecta, mejor organizada y más justa.
HISTORIA
La historia es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. Por otra
parte, la palabra se utiliza para definir al periódico histórico que se inicia con la aparición de la
escritura e incluso para referirse al pasado mismo.
Algunos ejemplos donde aparece el término: “Un experto en historia aseguró que los primeros
habitantes estables de la isla fueron contrabandistas”, “Mi relación con Johanna ya es
historia”, “El jugador español hizo un gol que quedará en la historia de la competencia”.

HISTORIA
Historia es la disciplina dentro de las ciencias sociales que estudia el pasado de la humanidad.
La palabra historia deriva del griego y significa investigación o información.

Cuando hablamos de historia podemos referirnos a la misma en tanto ciencia, pero también a la
historia en tanto relato de ficción, o bien, a nuestra propia historia personal. Aunque cuesta
reconocer un punto de partida de la consideración de la historia como una verdadera ciencia, la
mayor parte de los expertos define al griego Herodoto como el primer historiador sistemático.
Para otros expertos, las descripciones de Flavio Josefo resultan de un nivel más objetivo, por lo
cual se lo señala como el real fundador de la historia como ciencia. De un modo u otro, las
dificultades inherentes a esta disciplina motivan grandes dificultades para la eliminación de
contenidos subjetivos, por lo cual es quizá más correcto hablar de "escuelas históricas", con
diversos sesgos de distinta envergadura.

HISTORIA
La historia es la ciencia que tiene como objeto el estudio del pasado de la humanidad y
como método, el propio de las ciencias sociales.2 Se denomina también «historia» al periodo que
transcurre desde la aparición de la escritura hasta la actualidad.
Más allá de las acepciones propias de la ciencia histórica, «historia», en el lenguaje usual, es
la narración de cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras;34 sea su
propósito el engaño, el placer estéticoo cualquier otro (ficción histórica). Por el contrario, el
propósito de la ciencia histórica es averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se
desarrollaron en el pasado e interpretarlos ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la

Jessica Valle Alavez Grado: 2° Grupo: TI-21 Turno: Matutino


N° de Act= 1 Fecha: 11 de Febrero del 2018
posibilidad de cumplimiento de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos
objetos de debate.
HISTORIA
Podemos definir la historia como una ciencia social, que nos permite conocer la evolución de los
principales procesos humanos, desde los orígenes de las primeras comunidades hasta la
actualidad.
Ella se ocupa del estudio de los acontecimientos relativos al hombre a lo largo del tiempo,
tomando como base el análisis crítico de testimonios concretos y verídicos.
La historia de la humanidad abarca millones de años. Para medir el tiempo histórico utilizamos
unidades grandes de tiempo: milenio (1.000 años), siglo (100 años) y década (10 años).

Para comprender la Historia, los hechos se ordenan de forma cronológica, es decir, desde los
más antiguos hasta los más recientes. Se llama cronología al estudio de las fechas y los periodos
del pasado.
HISTORIA
Es una rama de las ciencias sociales, que estudia al hombre como protagonista en su devenir
temporal, y los acontecimientos que ha vivido en el pasado. El vocablo historia es de origen
griego y significa pesquisa o indagación. Si bien también se usa a veces, el término historia, para
referirse a los animales, y es frecuente escuchar la expresión: la historia de los dinosaurios, por
ejemplo, la diferencia esencial entre los animales y el hombre es que el ser humano a lo largo
del tiempo ha modificado de tal modo la naturaleza que ya casi no hay paisaje que no esté
humanizado, y en uso de su libertad ha sido generador de hechos que han cambiado el curso de
lo habitual (revoluciones).
HISTORIA
Disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los
acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la
humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente.
historia contemporánea; historia moderna; historia medieval; historia del arte; historia de la
música; historia de la ciencia; historia de la teología
Conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un
grupo o por los miembros de una comunidad social.
la llegada del hombre a la Luna fue un suceso crucial en la historia de la humanidad

HISTORIA
El significado de historia se refiere tanto a la disciplina de las ciencias sociales que estudia y
relata los acontecimientos pasados de la humanidad, como a las narraciones de los hechos y
sucesos verdaderos o ficticios.
La palabra historia deriva del latín historĭa, la cual surgió del griego ἱστορία(historía), y cuyo
significado indica investigación, información.
El término historia es bastante amplio, por tal razón es importante exponer cuáles son sus
diferentes usos según sea el caso, ya que, en términos generales, siempre va a hacer referencia
a un hecho pasado.

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OBJETO DE ESTUDIO DE LA HISTORIA
El objeto de estudio de la historia son las sociedades y
sus transformaciones en el tiempo. La finalidad de la historia es
la interpretación de la totalidad de los hechos sucedidos en el pasado
de la humanidad. El historiador realiza la interpretación ubicando los
sucesos, procesos y cambios históricos en el tiempo y el espacio, así
como analizando sus causas y consecuencias para encontrar la
relación del pasado con el presente con el fin de poder hacer una
posible proyección futura.
En la actualidad, la importancia de la historia no radica únicamente en
los acontecimientos mismos, sino en su explicación y los cambios que
se dan en y por ellos. La narración de los hechos, las relaciones con su ambiente, así como su
comprensión e interpretación forman parte de cualquier estudio histórico integral.
En este sentido, la historia es un conjunto de
sucesos ya verificados para explicar el presente,
descubrir sucesos nuevos y participar en lo que
ocurrirá en el futuro. Es decir, se puede afirmar
que la historia es una ciencia dinámica, ya que no
está limitada por el tiempo.
Al reflexionar respecto a la importancia de la
historia se debe recordar que el estudio histórico
sirve, ante todo, para saber de dónde se proviene,
cómo se llegó a ser de dicha forma y, en
consecuencia, hacia dónde habría que dirigirse.

HISTORIA ¿PARA QUE?


Menciona Carlos Pereyra que a la par de las preguntas que puedan formularse sobre la utilidad
del saber histórico, se encuentran también las relativas a su legitimidad tal y como Marc Bloch lo
señalaba en la introducción a su Apologie pour l’histoire (1949): “—Papá, explícame para qué
sirve la historia—, pedía hace algunos años a su padre, que era historiador, un muchachito
allegado mío algunos pensarán, sin duda, que es una fórmula ingenua; a mí, por el contrario, me
parece del todo pertinente El problema que plantea es nada menos que el de la legitimidad de la
historia” Parece válido —y necesario— entonces que intenten buscarse explicaciones a ambos
conceptos —utilidad y legitimidad— no sólo en términos rigurosamente científicos sino también,
y sobre todo, políticos, en una serie de ensayos del propio Pereyra y de Luis Villoro, Luis
González, José Joaquín Blanco, Enrique Florescano, Arnaldo Córdova, Héctor Aguilar Camín,
Carlos Monsiváis, Adolfo Gilly y Guillermo Bonfil Batalla, que han dado por resultado un libro
titulado con la pregunta central: Historia ¿para qué? (México, Siglo XXI, 1980, 245 pp)
Casi todos los participantes coinciden —al menos esa es la impresión—, en que hay una nueva
historia apenas iniciada en la que las exigencias científicas no han sacrificado una definición
política; en que la manipulación y el control del pasado es instrumento vertebral en la dominación
del presente; en que hay un abismo entre la historia oficial “intimidatoria y tediosa” y la historia
de la sociedad civil; en que el saber histórico “dota al presente de una razón de existir” y, en
última instancia, en que personalmente se trata de uno de los goces mayores y más placenteros
Placenteros porque la historia permite, como apunta José Joaquín Blanco en El placer de la
historia, no sólo una “amplia y estimulante realización personal”, sino además porque es esencial

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“para interpretar mejor el mundo, para cambiar la vida, para reconocer raíces y procesos, para
defender algunas verdades, para denunciar los mecanismos de presión, para fortalecer luchas
libertarias” (p 86) En cierto modo, este último elemento sería justamente una de las necesidades
que con la historia deben satisfacerse: la de hacer una historia de los marginados, proscritos y
silenciados que se oponga a las visiones y versiones cerradas y falsificadas de la clase
dominante “Si para los poderosos —señala Enrique Florescano en su “De la memoria del poder
a la historia como explicación”— la reconstrucción del pasado ha sido un instrumento de
dominación indispensable, para los oprimidos y perseguidos el pasado ha servido como memoria
de su identidad y como fuerza emotiva que mantiene vivas sus aspiraciones de independencia y
liberación” (p 95)
Pero no sólo eso Para el historiador mismo, su trabajo no está limitado nada más por niveles
teóricos ajenos a la lucha social, pues si bien, piensa Pereyra en Historia ¿para qué?, el estatuto
científico de aquellos no lo da su función en éstas, tampoco debe dejarse de lado la importancia
de la historia en las luchas ideológicas: “las fuerzas políticas se definen también por su
comprensión desigual y contradictoria del desarrollo de la sociedad” Una historia así, en la que
prevalecieron indiscriminadamente la neutralidad, la objetividad, la enseñanza sumisa y las
“imágenes publicitarias” hizo que hasta 1968 la historia en México desembocara, según Carlos
Monsiváis, en la “parálisis”; y los historiadores “en el papel no de intérpretes sino de notarios
públicos”
Resulta cierto que es urgente una renovación y cambio del sentido y significado de la historia y
de las tareas de los historiadores De la historia mexicana para entender la necesidad de que
habla Héctor Aguilar Camín, de documentar, explicar e interrogar obsesivamente esa “carga
profundamente popular” del proyecto histórico de “una enorme masa de trabajadores,
campesinos, funcionarios e intelectuales que no quisieron dar por muerta a la Revolución
Mexicana y para lograrlo se apoyaron en lo que ella empezaba a descartar para mejor oponerse
a la organización política y a la realidad económica que ella había producido” (pp 167-168) De
las historias de los pueblos indios de México, para saber, dice Guillermo Bonfil Batalla, que su
historia está aún pendiente porque la actual es sólo la visión del colonizador y porque la vida de
esos pueblos no ha terminado: las suyas son “historias abiertas, en proceso, que reclaman un
futuro propio” De la historia de la Revolución Mexicana, escribe Arnaldo Córdova, para estar
conscientes de que las grandes masas populares de 1910 están siempre presentes, capaces de
construir “un verdadero poder político” y de “dictar el rumbo de su destino” Por el otro lado, los
cambios en el quehacer histórico implican ubicar el trabajo del historiador dentro del “sistema
productivo” y de la “pluralidad social” en que se genera para así, de acuerdo con Florescano,
“politizar la investigación a través de la participación representativa y democrática de quienes la
realizan”
Probablemente son estas razones suficientes para ver en la historia un factor de cohesión y de
identidad y, de manera sobresaliente, un elemento emancipador y revolucionario; para ver
además que con la historia reconstruimos un pasado para el presente y que ella ayuda a
comprenderlo y a vivirlo, como decía Febvre Que este grupo de escritores e historiadores se
pregunte hoy: Historia ¿para qué?, es absolutamente válido, urgente y necesario para una
transformación social y política
Una respuesta como la de Luis Villoro en su texto, bastaría para justificar plenamente esa
decisiva preocupación: “la historia es también una lucha contra el olvido, forma extrema de la
muerte”

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RAMAS DE LA HISTORIA
Arqueología: Ciencia que estudia lo que se refiere a las artes, a los monumentos y a los objetos
de la antigüedad, especialmente a través de sus restos.
Geología : Ciencia que trata de la forma exterior e interior del globo terrestre, de la naturaleza de
las materias que lo componen y de su formación, de los cambios o alteraciones que estas han
experimentado desde su origen, y de la colocación que tienen en su actual estado.
Paleontología: Ciencia que trata de los seres orgánicos desaparecidos a partir de sus restos
fósiles.
Historia natural: Es un término cuya definición es problemática, en tanto que diversas disciplinas
la abordan de manera diferente. Muchas de estas concepciones incluyen el estudio de las cosas
vivientes (por ejemplo, la biología, incluyendo botánica, zoología y ecología);
Cartografía: Ciencia o arte que estudia los aspectos que rodean los mapas
Cronología: Ciencia que tiene por objeto determinar el orden y fechas de los sucesos históricos.
Epigrafía: Ciencia cuyo objeto es conocer e interpretar las inscripciones.
Etimología, particularmente la toponimia: Estudio del origen y significación de los nombres
propios de lugar.
Historia del Derecho: Estudia el orden y el aspecto general de las leyes.
Lingüística histórica: Estudio teórico del lenguaje que se ocupa de métodos de investigación y de
cuestiones comunes a las diversas lenguas.
Paleografía: Estudio de la escritura y signos de los libros y documentos antiguos.

DISCIPLINAS AUXILIARES USADAS EN HISTORIA


Las disciplinas auxiliares de la historia son los campos de estudio que sin identificarse
estrictamente con la historia, están vinculadas a ella porque su aplicación en las investigaciones
históricas (permite a la historia alcanzar su objetivo y algunas de estas disciplinas constituyen
aplicaciones especializadas de Ciencias sociales, sino ciencias físicos-naturales), como
la fisiología, la antropología, la economía, la geografía(ciencia que mantienen una estrecha
relación).
La expresión, aunque es la tradicional y sigue siendo muy utilizada, puede implicar una
subvaloración, razón por la cual vienen utilizándose otras expresiones eufemísticas que
remarcan el hecho de que cada una de estas disciplinas tiene carácter autónomo y no
subordinado frente a otras, y unas metodologías muy diferenciadas. A cada una de ellas se las
considera ciencias o técnicas con entidad propia, y la razón de ser englobadas en una
denominación conjunta (sea la de auxiliares u otras como ciencias y técnicas
historiográficas o ciencias históricas) es el hecho de que, en determinados contextos, son
utilizadas en las investigaciones históricas.1
Mediante el uso directo o la interpretación de los resultados obtenidos por distintas ciencias o
técnicas, los historiadores analizan las fuentes documentales (materiales de todo tipo, originales
de un determinado momento histórico o referidos a él por cualquier razón, que permiten extraer,
ordenar y analizar información). Es usual que el historiador no esté familiarizado con todas las
ciencias y técnicas posibles para ello, por lo que debe recurrir a las conclusiones de los
especialistas de la disciplina de que se trate. Incluso en el caso de que esté capacitado para
hacerlo él mismo, en ese punto de su investigación deberá seguir los métodos de esa ciencia o
técnica, y aplicar seguidamente los de la historiografía para la inclusión de esos resultados en su
investigación.

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Algunas de estas disciplinas constituyen aplicaciones especializadas de ciencias autónomas por
sí mismas (muchas de ellas ni siquiera son ciencias sociales, sino ciencias físico-naturales),
como la filología, la antropología, la economía, la geografía (ciencia que mantiene una estrecha
relación académica con la historia),2 la química, la botánica o la zoología; otras, en cambio,
nacen para el estudio de realidades específicas que varían con el tiempo, por lo que son
imprescindibles para la datación (cronología) y análisis de las fuentes o de los documentos en sí
mismos (el soporte de las fuentes): la numismática (probablemente la más antigua),3 la epigrafía,
la paleografía, la diplomática, etc.; otras nacen en función de las subdivisiones temáticas de
la historiografía, estrechamente vinculadas a un determinado tipo de fuentes, o como
especialidades comparadas o cronológicas: la historia del derecho, la historia del arte, etc.
Posiblemente la arqueología es la ciencia que más se ha desarrollado de todas ellas,
produciendo una gran cantidad de subdisciplinas.

Ciencias auxiliares
 Antropología
 Arqueología
 Cartografía
 Cronología
 Demografía
 Ecología
 Economía
 Epigrafía
 Etnología
 Ética
 Geografía
 Geología
 Lingüística
 Numismática
 Paleografía
 Paleontología
 Política
 Psicología
 Sociología

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