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[MUSIC] Hola, vamos a proseguir con la segunda

unidad centrada en los géneros. Y concretamente con el segundo bloque


que trata de las feminidades y las masculinidades. Tenemos el placer de tener con
nosotras al profesor Diego Falconí. Quien nos dedicará el tiempo para que le
planteemos algunas
cuestiones sobre las masculinidades. El profesor Diego Falconí Trávez, es abogado
con enfoque en Derechos Humanos
y licenciado en artes liberales. Fruto de sus estudios
realizados en Ecuador, en Quito y en Kentucky, Estados Unidos. Se doctoró con
mención europea en el área
de teoría de la literatura y literatura comparada por la
Universidad Autónoma de Barcelona. Con una tesis sobre las narrativas gays,
lesbianas y queers en la zona andina. Sus líneas de investigación giran en torno
al comparatismo, el análisis literario. La normatividad discursiva y jurídica,
los estudios gay, lésbicos y queer. Las teorías pos decoloniales
y los estudios andinos. Áreas en las que ha publicado varios
artículos en revistas especializadas. A coeditado los volúmenes,
A body that could never rest, El cuerpo del significante. Y ha escrito el
monográfico, Las entrañas del sujeto jurídico: un
diálogo entre la literatura y el derecho. Actualmente es profesor contratado
del área de Letras de la Universidad Andina Simón Bolívar. Y profesor a tiempo
parcial del
Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito. Es también
profesor invitado del máster
de estudios literarios y culturales de la Universidad Autónoma de Barcelona. Y
miembro del grupo de
investigación Cuerpo y Textualidad. Profesor Falconí, es cierto que
los estudios gays y lésbicos, o incluso los feminismos. Y por supuesto, también,
las teorías queer, están vinculados
y ligados a movimientos sociales. La pregunta es, si en principio las
masculinidades se corresponden a un sujeto hegemónico, el sujeto masculino. ¿Cuál
es la historia particular
de las teorías sobre o a propósito de las masculinidades? >> Bueno, gracias Meri
por la pregunta, es verdaderamente complicado
tratar de abordar este tema. Porque pareciese,
que a todos estos movimientos sociales les correspondería inmediatamente,
ipso facto. Una serie de teorizaciones críticas que
cambiaron radicalmente el modo de ver la literatura. Pero desde luego y sobre todo,
la subjetividad. En el caso, por ejemplo,
del feminismo sabemos que la irrupción, digamos, del movimiento feminista. Hizo que
se cree un sujeto mujer
para el derecho, para la literatura. Para una serie de ramas del saber. Lo mismo
sucedió para los
movimientos gays y lésbicos. Es decir, gracias al movimiento gay,
gracias al movimiento lésbico, se pudieron hacer una serie
de revisiones al respecto. Con el movimiento queer,
es un poco distinto. Porque el movimiento queer, que es este movimiento que aparece
en
Estados Unidos en la época de los 90s. Si bien impuso un activismo. Intentó que no
haya una identificación
de un nuevo sujeto queer respecto a ese colectivo social. No obstante, creo que de
estos
tres diferentes panoramas. Es decir feminismos,
estudios gays y lésbicos y teoría queer. Hay uno que es todavía más problemático
que es el de las masculinidades. Porque cuando nos preguntamos, por ejemplo, hace
falta simplemente
abrir un periódico un fin de semana. Para darnos cuenta que no hay
movimientos de hombres que estén pidiendo cuestiones respecto a sus
derechos, en tanto que hombres. Vemos sí hombres protestando por
una serie de cuestiones políticas, históricas, identitarias. Pero no relacionadas a
su
subjetividad de hombres. Es decir, no ha habido una
problematización social, generalmente, respecto a las vicisitudes
que los cuerpos masculinos, en tanto que cuerpos sexuados,
también deben tener. Por tanto, la pregunta que ustedes
me plantean es absolutamente válida. Es decir, si no existe este movimiento, que de
algún modo acompaña
a esta reivindicación. ¿Cómo puede ser que
hablemos de masculinidades? Las masculinidades surgen
especialmente en Estados Unidos. Y surgen sobre todos en los años 70 y 80. Y son
espacios de teorización
puramente académica, hay que decir. Una serie de profesores en Estados Unidos,
empiezan a reunirse con activistas feministas que también
estaban, sobre todo, en la universidad. Y caen en cuenta que también
son cuerpos sexuados. Y es en este momento que se dan
cuenta que es fundamental también, empezar a estudiar estos cuerpos. Por tanto,
vamos a decir que el estudio
de las masculinidades dentro del género. Plantea una particularidad
especial que es la de pensar el cuerpo sexuado del hombre en
tanto que una reflexión académica. Que todavía no aterriza en lo político,
y que sin embargo también es importante. Creo que un poco va por aquí. Esta
particularidad de los
estudios de las masculinidades que algunas voces han dicho que
deslegitiman estos estudios. Y yo personalmente, creo que todo ejercicio crítico
que se realiza desde la academia. Desde luego que se enriquece
cuando tiene un aparataje social. Sin embargo, creo que en este caso es
fundamental empezar a pensar el cuerpo del hombre sexuado, además viendo la
diversidad que este cuerpo tiene. >> Entonces profesor Falconí,
intentado ser más concretos you. ¿Cuáles serían, según usted, los aportes
académicos principales de los estudios y las teorías de las masculinidades? >> Creo
que es importante ante esta
pregunta, partir justamente de la nomenclatura de esta teoría, que es de las
masculinidades, no es de la masculinidad. Creo que el primer aporte
fundamental es el de desmontar ese constructo que es el de hombre. El feminismo
tradicionalmente y desde
luego de historia tenía razón de ser en ese momento. Necesitó para la creación
de ese sujeto mujer también dar cuenta de quién había
sido el sujeto por excelencia. Hasta entonces que había sido el hombre. No
obstante,
los estudiosos de las masculinidades, y aquí probablemente Michael Kimmel,
sea el que de la mejor guía al respecto. Comenta que, si bien esta acción del
feminismo era
absolutamente necesaria en su momento. En nuestra época tiene que
también ponerse a revisión. Porque de algún modo se creó una,
y utiliza justamente este término, identidad moral respecto al hombre. Es decir, se
creó un sujeto hombre además
con unas características muy determinadas eurocéntrico, heterosexual, de raza
blanca, propietario etcétera, etcétera. Pero, Michael Kimmel dice que es
importante dar cuenta de cómo el hombre en realidad no existe, sino que existen los
hombre y diferentes maneras de ser hombre. Hay que decir que Michael Kimmel,
por ejemplo, se define a si mismo como feminista. Es decir, no hace una lectura que
se
contrapone al feminismo sino que por otro lado trata de enriquecerle. Yo creo que
de hecho Michael Kimmel
lo que hace al proponer esta nomenclatura de masculinidad, o sea, de
criticar esta identidad moral de hombre. De hecho, está nutriéndose del feminismo
o los feminismos de la diferencia. Es decir, estas mujeres como las
lesbianas, las afrodescendientes, o las inmigrantes que no encontraron una
cabida en la construcción tradicional de feminismo, que propone este sujeto mujer.
Por tanto, lo que está diciendo
de algún modo Michael Kimmel es, hay muchas maneras de ser hombre. Entonces,
definitivamente hay que intentar que esas diversidades al momento de
construir la masculinidad se expliciten. Digamos que este es para mí, el primer
pilar que marca la
importancia de las masculinidades. No obstante creo que el segundo es
verdaderamente el más importante. Tiene que ver además con esta propuesta de
Kimmel de romper con la identidad moral. Y lo que intenta basicamente es
dar cuenta de cómo las diferencias entre hombres y mujeres son importantes. Pero
acaso tan importantes son, las
diferencias entre mujeres, que lo plantea el feminismo de la diferencia,
y las diferencias entre hombres. Michael Kimmel nuevamente,
por ejemplo, se me viene a la cabeza. En Estados Unidos, empieza a investigaren
la década de los noventas, qué pasó, por ejemplo, en temas educativos
con los niños afrodescendientes. Y él se da cuenta que los
niños afrodescendientes, desde la década de los sesenta,
hasta casi el año 2.000, tenían unos niveles absolutamente
precarios respecto a la educación. Y se habían mantenido invariables. No obstante
Kimmel,
que además utiliza estadística, empieza a ver lo que había
pasado con las mujeres. Y se da cuenta que hay una progresión,
sobre todo de las mujeres blancas. Las niñas empiezan a estudiar,
empieza haber una serie de acciones, a veces de acciones afirmativas,
a veces no. En favor de estas niñas que
empiezan cada vez a educarse más. Entonces, digamos,
esa brecha del hombre tradicional, blanco, clase media alta, y las niñas disminuye.
No obstante, cuando él estudia la
diferencia entre los niños blancos y los niños afrodescendientes, se da cuenta que
esta diferencia continúa siendo la misma. Cuando se hace el mismo cálculo con las
niñas blancas que estaban educándose, se da cuenta que estaban
también muy por debajo. Y cuando estudia finalmente
a las niñas afrodescendientes, se da cuenta que las niñas
afrodescendientes incluso han mejorado. Entonces la reflexión de Michael Kimmel
es, con todo el énfasis que trajo el género y sobre todo el feminsimo
a la protección de ese sujeto mujer. Sin embargo, hubo unos sujetos hombres, que no
estuvieron considerados dentro de
lo que tradicionalmente era el hombre. Que no han subido su calidad de vida,
es decir, que han continuado siendo discriminados. Por tanto, ahí es que empiezan
todas
estas directrices de clase, de etnia, de estatus social, de estatus colonial,
que de algún modo problematiza. Esta diferencia sexo genérica
que se plantea entre hombres y entre mujeres tradicionalmente
y que luego otros estudios agrandarán, no solamente hombres y mujeres. Pero,
digamos que, para la masculinidad sí que el proyecto
es repensar ese cuerpo de hombre. Es decir, que finalmente es también un
cuerpo performativo, un cuerpo que se va construyendo con discursos y que
no se construye de la misma forma. >> Bueno, y como última pregunta,
¿qué mejoras, para hombres y mujeres traen las
teorías de las masculinidades? Quizás you no sólo para hombres y mujeres,
sino para haceres, estares y devenires en el
cuerpo y en el género. Pues eso, ¿Qué mejoras nos traen las teorías de
las masculinidades, según su criterio? >> Creo que aquí tengo que hablar
desde la experiencia, yo doy clases de literatura y género, de género y derecho,
de género y derechos humanos, y es a veces no triste,
no quiero decirlo así. Pero sí es un poco particular
que solamente en mis clases tenga generalmente mujeres y
personas sexualmente diversas. No porque estas personas
no tengan conocimiento, no tengan avidez de ese conocimiento. Sino porque creo que
las personas que
nacen con un cuerpo marcado tienen más probabilidad justamente de dar cuenta
de esas discriminaciones históricas. Yo creo que el verdadero trabajo que hay
que hacer en el género es con las personas que no han tocado nunca el tema de
género en tanto que privilegio. Es decir, con, por decir, con los
hombres heterosexuales, por ejemplo, que jamás han cuestionado
su heterosexualidad. Porque creo que, si hablamos de
violencia de género, por ejemplo, si bien hay una forma de replicar desde
muchos sectores y desde muchos cuerpos. Evidentemente se necesita hacer
un en trabajo con los agresores. Evidentemente se necesita hacer un
trabajo con los hombres que ejercen cierto tipo de violencia sobre las mujeres
o sobre otro tipo de cuerpos feminizados. Y creo que ese trabajo
no se da generalmente, entonces en mi clase por ejemplo,
cuando yo tengo hombres heterosexuales, puedo ver ese cambio radical,
en su modo de pensar. Cuando dan cuenta cuando ellos se dan cuenta justamente de
esa serie de
privilegios que han tenido históricamente. Yo creo que esto sirve justamente para
pensar el lugar de las masculinidades. La reflexión de que son cuerpos sexuados
para los hombres es fundamental. La reflexión de que somos
todos cuerpos precarios, cuerpos performativos cuerpos que
tienen una serie de discursos impuestos sobre si mismos,
es algo que es fundamental. Cuestiones, como por ejemplo,
que el hombre tenga que cortejar. Cuestiones cotidianas, que por ejemplo,
el hombre tenga que ceder el paso. Cuestiones de esta naturaleza
dan cuenta de eso. Pero creo que más grave se da en otras
cuestiones, por ejemplo, de la paternidad. Es decir, legislativamente existe
un derecho de la maternidad, que es un derecho sagrado y que tiene
que ver con la tenencia y que de algún modo replica este
ideario eterno femenino. La mujer que tiene que ser madre, y que cuando es madre es
absolutamente buena madre. Cuestión que ha sido criticada por las
feministas de modo asertivo y necesario. Ahora claro, la crítica al otro lado
también tiene que ser por qué una persona que decide ser padre, no puede ser padre
en las mismas condiciones que una mujer. Es decir,
por qué esa creación del eterno femenino también crea al mismo tiempo
en ese binario hombre y mujer. Esa noción de que el padre
tiene que ser distante, el padre no tiene que estar con sus hijos,
el padre tiene que tener menos días después de que nace el niño o la niña,
etcétera. Es decir, hay una construcción
que al hombre también, por el rol que le ha dado
el discurso históricamente. Ha tenido que acoplarse, digamos, a estos grandes
discursos como por ejemplo
el de que no tienes que ser padre. Hay por ejemplo una estadística
muy interesante en España que yo quiero analizar que es del año 2013. Las mujeres
tienen una
esperanza de vida de 85 años y los hombres tienen
una esperanza de vida de 79. Históricamente el
feminismo se ha preocupado, y todavía se sigue preocupando. Es todavía el tema
central dentro
de las discusiones jurídicas, a lo largo del mundo sobre la violencia que se
ejerce sobre los cuerpos de las mujeres. La conferencia y las convenciones de Belém
do Pará de Aceguá, etcétera, etcétera. Han arrojado documentos que dicen que
uno de los derechos básicos que han sido históricamente atentados para las
mujeres es el de la violencia. Vemos todavía esa violencia de género
que parece que no se puede frenar. Y que afortunadamente se va frenando
a partir de políticas públicas y demás. Dentro de nuestras conciencia de género,
sabemos que la violencia doméstica. Y sobre todo la violencia en
contra de las mujeres ha sido una cuestión radical al momento de cambiar lo que
tenemos que entender por
mujer y su acceso a los derechos. No obstante, cuando hablamos de los hombres,
pareciese
que los hombres no sufriesen de violencia. Y estas estadísticas que nos saca,
de cierto modo, que nos hacen pensar respecto a lo
que está sucediendo en España. Son muy importantes porque cuando se
analiza por qué hay esta diferencia de seis años en esperanza de vida, se da
básicamente porque hay
un estilo de vida distinto. Entonces aquí la pregunta es ¿cuál
es el estilo de vida masculino? Entonces ahí empiezan todas esas
reflexiones de que por ejemplo, los hombres están más
expuestos a las agresiones. En realidad porque la agresión ha sido
considerada como un valor masculino. Entonces tenemos que, justamente,
a partir de estas estadísticas, empezar a pensar Por qué los hombres
tienen que tener un estilo de vida más peligroso, o decisiones más agresivas. Creo
que justamente quienes creemos en el
género y que sin dejar de ser feministas, de creer en los estudios queer y al
mismo tiempo de las masculinidades. Lo que intentamos justamente es dar cuenta
de cómo los cuerpos finalmente somos construcciones discursivas. Que se van
adecuando,
muchas veces a las necesidades del poder. Y ahora que estamos en una
época revisionista justamente. Creo que es fundamental re
pensar ese rol de los hombres, para también denunciar
una serie de violencias. Por ejemplo, en el caso de
los hombres siguen sufriendo. Si es que especializamos el tema de
las masculinidades al día de hoy, todavía el tema del VIH SIDA continúa
siendo un problema para ciertos hombres. Por ejemplo los hombres gays,
de muchos países del mundo. No únicamente de ellos, pero digamos es un
segmento de la población de los hombres que sufre de otro tipo de violencia. Un
tipo de violencia médica que
también tiene que ver con una serie de cuestiones tales como la marginación,
etcétera, etcétera. Por tanto, la reflexión finalmente es dar cuenta de
cómo la teoría de las masculinidades desde luego que es buena para los hombres
porque dan cuenta de su cuerpo sexuado. Es buena para las mujeres, en tanto que
existe una reflexión más
profunda respecto a los diferentes roles que se van imponiendo en la sociedad
y que por tanto hay que cuestionar. Y también creo que para
las personas que están, digamos, sin estar en este binario
de hombre y mujer, están ahí con una subjetividad intermedia,
por decirlo así. Que también de algún modo
pueden beneficiarse justamente de esta reconstrucción de pensamiento
masculino, violento, heróico, tradicional que se ha impuesto sobre los
hombres y que seguramente cambiaría. Si es que desde luego hubiese
un movimiento social de hombres. Pero por ahora, que tenemos las teorías de
las masculinidades nos tiene que servir al menos para suscitar una reflexión,
desde el punto de vista académico. Y también, Ojalá desde un punto de
vista jurídico, político y social. >> Muchas gracias doctor Falconí,
gracias por su tiempo y, hasta la próxima.

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