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La Salud y la
Seguridad en el
Trabajo
INTRODUCCION A LA
SALUD
Y LA SEGURIDAD
LABORALES
Objetivos
Al final de este módulo, los alumnos podrán:
A. Los accidentes
B. Las enfermedades
I. Introducción
¿En qué consisten la salud y la seguridad laborales?
La salud y la seguridad laborales constituyen una disciplina muy amplia que abarca
múltiples campos especializados. En su sentido más general, debe tender a:
Para que la práctica en materia de salud y seguridad laborales consiga estos objetivos, son
necesarias la colaboración y la participación de los empleadores y de los trabajadores en
programas de salud y seguridad, y se deben tener en cuenta distintas cuestiones relativas a
la medicina laboral, la higiene industrial, la toxicología, la formación, la seguridad técnica,
la ergonomía, la psicología, etc.
A menudo, se presta menos atención a los problemas de salud laboral que a los de
seguridad laboral, porque generalmente es más difícil resolver aquéllos. Ahora bien,
cuando se aborda la cuestión de la salud, también se aborda la de la seguridad, porque, por
definición, un lugar de trabajo saludable es también un lugar de trabajo seguro. En cambio,
puede que no sea cierto a la inversa, pues un lugar de trabajo considerado seguro no es
forzosamente también un lugar de trabajo saludable. Lo importante es que hay que
abordar en todos los lugares de trabajo los problemas de salud y de seguridad. En
términos generales, la definición de salud y seguridad laborales que hemos dado abarca
tanto la salud como la seguridad en sus contextos más amplios.
Si, por lo que fuere, las condiciones de trabajo son malas, pueden influir en la salud
y la seguridad del trabajador.
Las condiciones de trabajo insanas o inseguras no se dan únicamente en las fábricas
o plantas industriales - se pueden hallar en cualquier lugar, tanto si se trabaja en un
recinto cerrado como al aire libre. Para muchos trabajadores, por ejemplo los
jornaleros agrícolas o los mineros, el lugar de trabajo está "al aire libre" y puede
acarrear muchos riesgos para su salud y su seguridad.
Las malas condiciones de trabajo también pueden afectar al entorno en que viven
los trabajadores, pues muchos trabajadores trabajan y viven en un mismo entorno.
Es decir, que los riesgos laborales pueden tener consecuencias nocivas en los
trabajadores, sus familias y otras personas de la comunidad, además de en el
entorno físico que rodea al lugar de trabajo. Un ejemplo clásico es el empleo de
plaguicidas en el trabajo agrícola. Los trabajadores pueden estar expuestos a
productos químicos tóxicos de distintas maneras cuando utilizan pulverizadores de
plaguicidas: inhalar los productos químicos mientras pulverizan con ellos y después
de haberlo hecho; absorber los productos químicos a través de la piel; ingerir los
productos químicos si comen, beben o fuman sin haberse lavado antes las manos, o
bien si los productos químicos han contaminado el agua potable. Las familias de los
trabajadores también pueden verse expuestas de distintas maneras: inhalar los
plaguicidas que persistan en la atmósfera; beber agua contaminada o estar expuestas
a residuos que contenga la ropa del trabajador. Asimismo, otras personas de la
comunidad inmediata pueden estar expuestas de distintas maneras. Cuando los
productos químicos son absorbidos por el suelo o se difunden a las napas de agua
freática, las consecuencias negativas en el entorno natural pueden ser permanentes.
En general, las actividades en materia de salud y seguridad laborales deben tener por objeto
evitar los accidentes y las enfermedades laborales, reconociendo al mismo tiempo la
relación que existe entre la salud y la seguridad del trabajadores, el lugar de trabajo y el
entorno fuera del lugar de trabajo.
El trabajo desempeña una función esencial en las vidas de las personas, pues la mayoría de
los trabajadores pasan por lo menos ocho horas al día en el lugar de trabajo, ya sea una
plantación, una oficina, un taller industrial, etc. Así pues, los entornos laborales deben ser
seguros y sanos, cosa que no sucede en el caso de muchos trabajadores. Todos los días del
año hay trabajadores en todo el mundo sometidos a una multitud de riesgos para la salud,
como:
polvos;
gases;
ruidos;
vibraciones;
temperaturas extremadas.
Los accidentes o las enfermedades relacionados con el trabajo son muy costosos y pueden
tener muchas consecuencias graves, tanto directas como indirectas, en las vidas de los
trabajadores y de sus familias. Para los trabajadores, una enfermedad o un accidente
laboral suponen, entre otros, los siguientes costos directos:
Se ha calculados que los costos indirectos de un accidente o de una enfermedad pueden ser
de cuatro a diez veces mayores que sus costos directos, o incluso más. Una enfermedad o
un accidente laboral puede tener tantísimos costos indirectos para los trabajadores que a
menudo es difícil calcularlos. Uno de los costos indirectos más evidente es el padecimiento
humano que se causa en las familias de los trabajadores, que no se puede compensar con
dinero.
Se estima que los costos de los accidentes laborales para los empleadores también son
enormes. Para una pequeña empresa, el costo de tan sólo un accidente puede suponer una
catástrofe financiera. Para los empleadores, algunos de los costos directos son los
siguientes:
Algunos de los costos indirectos para los empleadores son los siguientes:
A escala nacional, los costos estimados de los accidentes y enfermedades laborales pueden
ascender al 3 ó 4 por ciento del producto interno bruto de un país. En realidad, nadie sabe
realmente el costo total de los accidentes o enfermedades relacionados con el trabajo
porque, además de los costos directos más patentes, hay multitud de costos indirectos que
es difícil evaluar.
Por todos los motivos expuestos, es esencial que los empleadores, los trabajadores y los
sindicatos se esfuercen en mejorar las condiciones de salud y seguridad y que:
En general, puede decirse que en la mayoría de los países industrializados han mejorado la
salud y la seguridad en el lugar de trabajo en los últimos 20 a 30 años; en cuanto a la
situación de los países en desarrollo, es relativamente incierta, en gran medida por las
carencias y los fallos de la detección y el reconocimiento de los accidentes y enfermedades;
de los registros y de los mecanismos de transmisión de informes.
Se calcula que al año se producen en el mundo 120 millones de accidentes laborales y que
200.000 de ellos ocasionan la muerte. (Como en muchos países no existen registros
fidedignos ni mecanismos de transmisión de informes, cabe suponer que las cifras son en
realidad mucho más elevadas.) El número de accidentes mortales de los países en desarrollo
es muy superior al de los países industrializados, diferencia que se debe fundamentalmente
a la existencia de mejores programas de salud y seguridad, a la mejora de los servicios de
primeros auxilios y médicos de los países industrializados y a la participación activa de los
trabajadores en la adopción de decisiones sobre los problemas de salud y seguridad.
Algunas de las industrias que tienen en el mundo el riesgo más elevado de accidentes son:
la minería, la agricultura - comprendidas la silvicultura y la explotación forestal - y la
construcción.
En algunos casos, es fácil determinar la causa de un accidente laboral, pero muy a menudo
hay una cadena oculta de hechos que han producido el accidente que ha provocado la lesión
del trabajador. Por ejemplo, a menudo los accidentes se deben indirectamente a la
negligencia del empleador, que puede no haber formado adecuadamente al trabajador, o de
un proveedor que facilita informaciones erróneas sobre un producto, etc. Las elevadas tasas
de accidentes mortales de los países en desarrollo subrayan la necesidad de programas de
formación en salud y seguridad laborales que se centren en la prevención. Es asimismo
importante promover el desarrollo de servicios de salud laboral, entre otras cosas mediante
la formación de doctores que detecten las enfermedades profesionales en sus primeras
fases.
B. Las enfermedades
La exposición
a riesgos en el
lugar de
trabajo puede
provocar
graves
enfermedades.
Desde hace muchos años se conocen algunas enfermedades laborales, que afectan a los
trabajadores de distinta manera según la índole del riesgo, la vía de la exposición, la dosis,
etc. Algunas de las enfermedades laborales más conocidas son:
Por éstos y otros motivos, cabe presumir que, en realidad, el número de trabajadores que
padecen enfermedades profesionales es muy superior. De hecho, en general, aumenta el
número de casos y tipos de enfermedades laborales, en lugar de disminuir, tanto en los
países en desarrollo como en los países industrializados.
Aunque hoy día se conocen mejor que anteriormente algunos riesgos laborales, todos los
años aparecen nuevos productos químicos y tecnologías que presentan riesgos nuevos y a
menudo desconocidos para los trabajadores y la comunidad. Estos riesgos nuevos y
desconocidos constituyen graves problemas para los trabajadores, los empleadores, los
instructores y los científicos, es decir, para todos quienes se ocupan de la salud de los
trabajadores y de las consecuencias que los agentes de riesgo tienen en el medio ambiente.
los riesgos químicos a que dan lugar líquidos, sólidos, polvos, humos, vapores y
gases;
los riesgos físicos, como los ruidos, las vibraciones, la insuficiente iluminación, las
radiaciones y las temperaturas extremadas;
los riesgos biológicos, como las bacterias, los virus, los desechos infecciosos y las
infestaciones;
los riesgos psicológicos provocados por la tensión y la presión;
los riesgos que produce la no aplicación de los principios de la ergonomía, por
ejemplo, el mal diseño de las máquinas, los instrumentos y las herramientas que
utilizan los trabajadores; el diseño erróneo de los asientos y el lugar de trabajo o
unas malas prácticas laborales.
Se pueden
concebir los
procedimientos de
trabajo de
manera que se
eviten accidentes
y enfermedades.
Hay que suprimir
los riesgos del
lugar de trabajo.
Los trabajadores no crean los riesgos; en muchos casos, los riesgos están ya en el lugar de
trabajo. La labor del sindicato en materia de salud y seguridad laborales consiste en cuidar
de que el trabajo sea más seguro modificando el lugar de trabajo y cualesquiera
procedimientos de trabajo inseguros que existan. Es decir, que la solución consiste en
suprimir los riesgos, no en esforzarse en que los trabajadores se adapten a unas
condiciones inseguras. Exigir a los trabajadores que lleven ropa de protección que no sea
adecuada al clima de su región es un ejemplo de cómo se puede obligar a los trabajadores a
tratar de adaptarse a condiciones inseguras, pasando la responsabilidad de la dirección al
propio trabajador.
Es importante que los sindicatos mantengan esta posición, porque muchos empleadores
echan la culpa a los trabajadores cuando se produce un accidente, diciendo que los
trabajadores son negligentes, actitud que implica que se podría hacer que el trabajo fuese
más seguro si los trabajadores cambiasen de comportamiento o si los empleadores
contratasen únicamente a trabajadores que nunca cometiesen errores. Todo el mundo
comete errores - así es el ser humano -, pero los trabajadores no deben pagar los errores con
la vida. Haciendo que los trabajadores tengan mayor conciencia de la seguridad no dejan de
producirse accidentes. La conciencia de la seguridad puede ayudar a ello, pero no suprime
los procedimientos ni las condiciones de trabajo inseguros. La prevención de accidentes y
enfermedades más eficaz se inicia cuando los procedimientos de trabajo se encuentran
todavía en la fase de concepción, cuando en el procedimiento de trabajo se pueden
implantar condiciones de seguridad.
Para concebir un programa de salud y seguridad que dé buenos resultados es esencial que la
dirección se comprometa firmemente y que los trabajadores participen activamente en el
esfuerzo por crear y mantener un lugar de trabajo seguro y saludable. Una dirección eficaz
aborda todos los riesgos relacionados con el trabajo, no sólo los mencionados en los
reglamentos oficiales.
Todos los niveles de la dirección deben hacer de la salud y la seguridad una prioridad.
Deben hacerlo saber acudiendo al lugar de trabajo a hablar con los trabajadores acerca de
sus preocupaciones y observar los procedimientos y equipo que se utilizan. En cada lugar
de trabajo, deben estar claras las líneas jerárquicas y los trabajadores deben saber quién es
responsable de las distintas cuestiones de salud y seguridad.
V. La importancia de la formación
Una formación
eficaz es un
elemento
esencial de
todo programa
de salud y
seguridad.
A menudo, los obreros tienen problemas relacionados con el trabajo y no se dan cuenta de
que esos problemas guardan una relación con su actividad laboral, sobre todo si una
enfermedad profesional, por ejemplo, se encuentra en sus primeras fases. Además de los
otros beneficios evidentes de la formación, como la adquisición de aptitudes,
reconocimiento de los riesgos, etc., un programa exhaustivo de formación en cada lugar de
trabajo ayudará a los trabajadores a:
Una delegada
de salud y
seguridad
Entre las medidas que le ayudarán a alcanzar estas metas están las siguientes:
No siempre es fácil ser delegado y salud y seguridad, pero ayudar a proteger las vidas
de los colegas es una tarea a la que merece la pena dedicar todo el tiempo y los
esfuerzos que usted le consagra.
Recurra a
todas las
fuentes
posibles de
información
acerca de los
riesgos
posibles o
existentes en
su lugar de
trabajo.
VII. Resumen
Sea cual fuere su ocupación, los trabajadores pueden verse enfrentados a
múltiples riesgos en sus lugares de trabajo. La salud y la seguridad laborales
tratan de la amplia gama de riesgos del lugar de trabajo, desde la prevención de
los accidentes a los riesgos más insidiosos, por ejemplo, los humos tóxicos, el
polvo, el ruido, el calor, la tensión, etc. Evitar las enfermedades y los accidentes
relacionados con el trabajo debe ser la finalidad de los programas de salud y
seguridad laborales, en lugar de tratar de resolver los problemas una vez que ya
hayan surgido.
Los riesgos en el lugar de trabajo puede asumir formas muy distintas, entre otras,
químicas, físicas, biológicas, psicológicas, falta de aplicación de los principios de
la ergonomía, etc. A causa de la multitud de riesgos existentes en la mayoría de
los lugares de trabajo y de la falta general de atención que muchos empleadores
prestan a la salud y la seguridad, los accidentes y las enfermedades relacionadas
con el trabajo siguen siendo problemas graves en todas las partes del mundo y,
por consiguiente, los sindicatos deben insistir en que los empleadores combatan
los riesgos en su fuente y no obliguen a los trabajadores a adaptarse a unas
condiciones inseguras.
Para este ejercicio, pida a los alumnos que trabajen en grupos reducidos de dos o
tres personas. Entregue varias de las ilustraciones del texto a cada grupo. Le hará
falta además un papelógrafo (o algunas hojas grandes de papel pegadas a la
pared) y rotuladores o una pizarra y tizas.
Instrucciones
1. Soldador - Un soldador puede quemarse con las chispas y siempre hay el peligro de
que el trabajo provoque un incendio. Está el problema de la luz intensa, que puede
dañar permanentemente la vista, y el de los humos que produce el trabajo, que
pueden dañar los pulmones.
2. Mecánico - Según la índole concreta de las labores que realiza un mecánico, puede
haber problemas de seguridad por cortes y caídas, etc., y exposición a riesgos
químicos: grasas, disolventes, amianto y humos de evacuación. Los mecánicos
pueden tener además problemas de espalda y de columna vertebral y del sistema
oseomuscular porque tienen que alzar piezas pesadas o estar inclinados durante
mucho tiempo.
3. Trabajador portuario -
También en este caso los riesgos
dependen en gran medida de la
índole del trabajo y en concreto de la
carga que se maneje. A menudo, los
trabajadores portuarios
desconocen el carácter
peligroso de la carga. Puede
haber una indicación en un
lado de una caja o bulto,
pero la información puede
no estar en su idioma o
redactada con palabras que
no signifiquen gran cosa
para el trabajador normal.
También es importante en
qué condición esté la carga,
pues unos recipientes que
tengan fugas o unas bolsas rajadas pueden ser muy peligrosos para quienes los
manipulen. Otros riesgos son caídas, cortes, problemas de la espalda y del sistema
oseomuscular y choques con vehículos a gran velocidad, como carretillas,
elevadoras o camiones de reparto.