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Los nuevos
reaccionarios
Rodrigo Agulló
¿Primeros signos de descomposición de la hegemonía del «pensamiento único» de la «izquierda divina»
instalada en el aparato mediático-cultural? ¿O tempestad en un vaso de agua? La polémica sobre los
«nuevos reaccionarios» que se abrió hace unos pocos años en Francia deja al menos entrever una evolución
en el panorama intelectual europeo en el que el cuestionamiento de las verdades oficiales de los evangelios
del progresismo apoltronado está dejando de ser patrimonio de extremistas marginales, ultraconservadores
nostálgicos y otros «malos oficiales» del sistema.
E
N el año 2002 aparecía en
Francia el libro Llamada al
orden. Encuesta sobre los nue-
vos reaccionarios 1 firmado por
Daniel Lindenberg, profesor de ciencias
políticas en París y miembro del Consejo
de redacción de la revista Esprit. El «libro»
(94 páginas de afirmaciones mal razona-
das y extrapolaciones chapuceras, en tono
de denuncia) mete en el índice a toda
una retahíla de autores franceses acusa-
dos de transgredir impunemente los códi-
gos de la «decencia» progresista, y poner
en cuestión los dogmas sagrados del mejor
de los mundos posibles en el que vivi-
mos. ¿Y cuales son esos «tabúes» tan impú-
dicamente puestos en cuestión? Daniel
Lindenberg ofrece una lista: la cultura de
masas, la libertad de costumbres, los inte-
lectuales, Mayo del 68, los Derechos del
Hombre, el mestizaje, el islam y la idea
de igualdad.
El mismo título y tono del libro reve-
la esa vocación de «policía del pensamien-
to» y ese afán depurador característicos
de la nueva izquierda «moral» y «buenis- «Para el escritor y ensayista
ta» que, instalada en el confort de la ide- Philippe Muray, el imperativo
ología oficial, ha hecho dejación de la de “ser absolutamente moderno”
es la consigna de los nuevos
esclavos.»
1. Daniel Lindenberg, le Rappel à l’ordre.
Enquête sur les noveaux réactionnaires. Seuil,
París, 2002.
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cionalmente reconocidos. Entre estos pueblos y culturas en el seno del merca- tia negra» de los biempensantes. Había
«nuevos reaccionarios» se encuentran figu- do global y del «mundo feliz». que señalar culpables —y ahí se sacó a
ras como los filósofos Alain Finkielkraut, La llegada del Frente Nacional a la escena a los «nuevos reaccionarios». La
Marcel Gauchet y Alain Badiou, los poli- fase final de las elecciones presidenciales acusación principal dirigida contra ellos
tólogos Pierre Manent y Pierre-André francesas en 2002 dio en el país vecino era la de haber favorecido, con sus ata-
Taguieff, el historiador y sovietólogo Alain la primera señal de alarma seria de que ques a los fundamentos sagrados de nues-
Besançon, el escritor y tras democracias avanza-
ensayista Philippe Muray, das, los avances —¡oh, cie-
el sociólogo Samuel los!— de la bestia inmun-
Trigano, los novelistas da del populismo de extre-
Michel Houellebecq y ma derecha, de la exclu-
Maurice Dantec, los perio- sión y de la xenofobia.
distas Élisabeth Lévy y Lo cierto es que gran
Philippe Cohen, el lingüis- parte de la reflexión de
ta Jean-Claude Milner, el muchos de esos «nuevos
escritor Régis Debray y reaccionarios» se dirige a
muchos otros. La lista es explorar las líneas de frac-
larga. ¡Se incluye hasta un tura entre la realidad ofi-
extraño rastreo de los «atis- cial y la realidad «real»,
bos reaccionarios» en una líneas de fractura que expli-
«vaca sagrada» del 68 como can sobresaltos como el de
Guy Debord! Buen traba- las elecciones presidencia-
jo para 94 páginas. Cuando les francesas de 2002. Y
de lo que trata es de denun- ello no con el objetivo de
ciar, sobran los análisis. promover un
Más allá del contexto
en el que se inscribe el pan-
fleto de Lindenberg —esa
tradición tan francesa de
denuncias estilo «J’accuse»,
de búsqueda de publici-
dad mediática y de ajustes
de cuentas entre vedettes
intelectuales— el libro, y
mucho más que el libro,
la polémica posterior gene-
rada en torno al mismo,
ponen de relieve que «algo
se mueve» en el remanso autocompla-
El escritor Regis Debray en 1975, pocos años
ciente de lo «políticamente correcto». después de haber participado en acciones
Algo que revela una tendencia que, de terroristas con la guerrilla del Che en Bolivia.
consolidarse, podría significar el princi-
pio del fin de la hegemonía incontesta- A la derecha: Regis Debray en la actualidad,
el «nuevo reaccionario» para quien
da de esa «ideología orgánica» (valga el
«no hay sociedad sin una idea de lo trascendente
término gramsciano) que se sirve como o sacro que la cohesione».
pitanza espiritual para nuestras socieda-
des. El principio del fin del discurso de
esa nueva izquierda que ya hace tiempo «algo falla» en el seno de la ciudad alegre
evacuó todos sus valores revolucionarios y confiada. Algunos empezaron a pre- modelo antidemo-
originarios, para inflarse de sentido moral guntarse qué. Quizá fuese que en todas crático —todos estos autores están muy
y de humanitarismo soft. Esa izquierda esas fiestas… se estaba quedando fuera alejados de lo que comúnmente se con-
que, tras acelerar la desvalorización de el pueblo. Pero la contestación a estos sidera «extrema derecha»—, sino en el
todos los valores, se ha sumado al nuevo aguafiestas no podía ser, evidentemente, ejercicio de algo que se supone constitu-
dogma relativista, dogma que viene a acusar al pueblo de «reaccionario» —al ye un elemento esencial del auténtico
favorecer la inercia de nuestras socieda- menos todavía no—, sino más bien orden democrático: el pensamiento crí-
des frente al proceso de hibridación de denunciar al «populismo», la nueva «bes- tico.
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la más veterana trayectoria neo-reaccio- te todo sentido de lo sacro. Este sentido, cípulo de Raymond Aron, y uno de los
naria es el antiguo comunista y conseje- como se ha demostrado históricamente, principales filósofos políticos europeos
ro de Estado de la era Miterrand, Régis puede referirse también a elementos no en activo— es un liberal en sentido clá-
Debray. Ya en fecha tan temprana como confesionales, tales como el culto a los sico. Pero es el suyo un liberalismo más
1978 Debray arremetía contra la «leyen- héroes, a los orígenes míticos de la comu- político que económico, tan cercano a
da dorada» de Mayo de 1968, al señalar nidad, a una cierta idea de la nación o de Tocqueville como alejado de los «neoli-
que este acontecimiento fue en realidad la misión de la misma. 2 berales» al uso. Manent desarrolla el aná-
«la cuna de la nueva sociedad burguesa», En el terreno del pensamiento polí- lisis político de Tocqueville, que parte de
mercantil, individualista y despolitizada. tico, el autor más destacado del grupo es la defensa del principio democrático para
Debray se interesa especialmente por el sin duda Pierre Manent. Manent —dis- advertir a continuación de los peligros
estudio de las creencias colectivas en el que conlleva la aplicación absoluta de ese
ámbito de los grupos humanos. Para principio: erosión de los valores que cohe-
Debray no hay sociedad sin una idea de 2. Régis Débray, Modeste contribution aux sionan el cuerpo social, y exacerbación
discours et ceremonies officielles du dixième
lo trascendente que la cohesione. anniversaire, Maspero, París, 1978. Una
igualitaria. Para Pierre Manent, la demo-
Trascendencia que no tiene por qué impli- vibrante reivindicación del patriotismo repu- cracia es viable en la medida en que el
car necesariamente confesionalidad reli- blicano francés se encuentra en À demain De principio de igualdad formal se conjuga
giosa: el ateísmo no excluye forzosamen- Gaulle, Gallimard, París, 1992. con el mantenimiento de determinados
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las expectativas de los pueblos, desorien- los Derechos del Hombre como valor Solo una crisis grave marcará la hora
tados y en busca de sentido». Porque, para supremo. del despertar. No se puede ignorar impu-
Gauchet, «es un gran error creer que los «La capacidad de anticipación de nues- nemente la política, tal parece ser la lec-
pueblos están dispuestos, a ese precio, a tras sociedades es muy débil, y la de nues- ción de Gauchet. Reivindicación de la
rechazar su historia y su cultura». tros dirigentes es nula.» Deserción de la voluntad política, y búsqueda de un sen-
En su obra La democracia contra sí política y de la voluntad frente a proce- tido colectivo… Indudablemente, nos
misma, Gauchet analiza el papel central sos considerados inevitables: la globali- encontramos más cerca de Carl Schmitt
de la ideología de los derechos del hom- zación es inevitable…, la inmigración es y de Heidegger que de Mayo del 68.
bre en la consagración del «individuo inevitable… ¿Cuáles serán los resultados
rey», irresponsable y titular de todos los finales, para Europa, de tanta inercia? 5
La crítica de la modernidad
derechos, desarraigado y sin puntos de
referencia colectivos. Los derechos huma- Parecida crítica a la ideología de los dere-
nos —advierte Gauchet— no son en sí chos del hombre —que él denomina «la
mismos una política. Identificar la esen- 5. Marcel Gauchet, «Les élites perdent la tête». religión de la humanidad»— se encuen-
cia de la democracia con el mero respe- En esta entrevista —que no tiene desperdi- tra en la obra de otro neorreaccionario
to de los derechos humanos es un error: cio— señala Gauchet: las élites «vuelven su ilustre, Alain Finkielkraut. Este pensa-
agresividad contra este pueblo que no quie-
ese enfoque no proporciona por sí solo re ser como los otros —mientras que ellos, dor judío-francés se sitúa por méritos pro-
los medios para cumplir con la vocación nuestros brillantes sujetos, se han sabido hacer pios a la cabeza del palmarés neorreac-
esencial de toda construcción política, cooptar por la nueva internacional de los cionario, por cuanto su obra tiene como
que es asegurar la cohesión del cuerpo biempensantes y de los bien provistos. […] hilo conductor la crítica sistemática de
social. Para asegurar esa cohesión es nece- Ello nos permite designar la urgencia, mas la modernidad. El análisis de la crisis de
allá de la derecha y de la izquierda, de una
sario proponer metas comunes que hagan reforma del discurso y del proyecto públicos.
la educación, que desarrolla a partir de
de contrapeso frente al individualismo, Pero para actualizar el modelo nacional, sería su obra La derrota del pensamiento, se ins-
frente a un individualismo alimentado preciso comenzar por reconocer que la glo- cribe entre las preocupaciones centrales
por la consagración de la «religión» de balización no es el fin del Estado-nación». de Finkielkraut. Para éste, la educación
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se entiende como transmisión de una las teorías de la «nueva pedagogía», la dis- diciones y la cultura, el dominio de la
herencia, como nexo de continuidad entre criminación positiva, el igualitarismo y Técnica sobre el hombre, y los riesgos que
las generaciones, como proyección desde el culto a la novedad «per se» en la escue- ello entraña para la supervivencia del
el pasado hacia el futuro. Esta dimensión la. La educación se ha convertido en un mundo. Con Leo Strauss coincide en la
es esencial, y sin embargo queda en nues- gran campo de experimentación de las reivindicación de los pensadores antiguos.
tros días relegada por el enfoque pragmá- teorías del progresismo a la moda, que En la línea de Nietzsche, aborda la críti-
tico que concibe la educación como mera han convertido a buena parte de los sis- ca de la fase final en la evolución de la
preparación para un mundo hipertecni- temas educativos en una grotesca «máqui- modernidad: el advenimiento del nihilis-
ficado. Retomando los análisis de na de descerebrar». 7 mo.
Heidegger sobre la Técnica, Finkielkraut En la estela de Heidegger, de Hanna La crítica de la modernidad y la disec-
alerta sobre el riesgo de desaparición de Arendt, de Leo Strauss y de Nietzsche, ción de su elemento central, la idea de
la cultura general, para ser sustituida por Finkielkraut estudia la génesis y el des- Progreso, está en el centro de la obra del
una razón instrumental al servicio de las arrollo de la modernidad, y sus conse- filósofo y politólogo P.-A Taguieff. El
necesidades de la Técnica. 6 cuencias para el espíritu y para la tierra. diagnóstico de Taguieff sobre nuestra
La defensa del estudio y del esfuerzo, De Heidegger y Hanna Arendt retoma la época es que sufre de una crisis colecti-
el vínculo con la tradición, la reivindica- reflexión sobre el desenvolvimiento de la va de depresión o de melancolía. Sumidos
ción de una cierta idea de sabiduría, todo razón instrumental, la erosión de las tra- en el relativismo y la indiferencia, los
ello entra en confrontación directa con hombres pierden la voluntad de actuar y
de ejercer sus responsabilidades. Esta fati-
7. La revista francesa Éléments en su núme- ga de vivir es la desastrosa consecuencia
ro 104 (marzo 2002) incluye un interesante psicológica del hundimiento de la idea
6. Alain Finkielkraut, La derrota del pensa- dossier sobre la crisis del sistema educativo:
«la Machine à décerveler? L´École est-elle à
de progreso heredada de la Ilustración.
miento, Anagrama, Barcelona, 1987. Para una
disección del sentido de la modernidad: Nous vendre?». Igualmente la revista El Manifiesto, Al hundirse los dos pilares —el culto al
autres, modernes, Ellipses/École Polytechnique en su número 5 (junio 2006), «Juventud: el Futuro y la fe en el Progreso— sobre los
2005. hundimiento». que reposa la religión civil de la moder-
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Alain de Benoist:
no pocos enfoques de los
«nuevos reaccionarios»
convergen con los análisis
desarrollados por
la «nueva derecha»
francesa a lo largo
de tres décadas.
forma de un turista bronceado y en ber- pacifismo, el «arte» contemporáneo, el saberlo, el primer espécimen de una muta-
mudas. Para Muray, vivimos en el «impe- «buen rollito»… Todo un catálogo de ción antropológica inédita en la historia,
rio del bien», donde lo virtual ha susti- mojigaterías contemporáneas que pasa esto es, la del hombre encerrado en su
tuido a lo real, y lo políticamente correc- por la criba de un autor que no duda en pura contingencia material, sin ninguna
to ha aplastado la libertad crítica. El «mal» gritar que el rey está desnudo. 10 dimensión de trascendencia, ya sea reli-
ha sido oficialmente proscrito, y quien Si el retrato del «último hombre» tiene giosa o profana, inerme en su inconsis-
no se someta es arrojado a las tinieblas su expresión crítica en Phillipe Muray, es tencia, desprovisto de voluntad y de sen-
exteriores por los nuevos inquisidores. La tido. La del hombre cosificado, rebasa-
obra de Muray es una corrosiva diatriba do por la ciencia y por la técnica, ante
contra los dogmas y fetiches de las socie- cuya realidad no presenta mucha mas
10. Philippe Muray, Après l´Histoire, I et II,
dades contemporáneas, desde el neo-len- relevancia que la que presentaría un insec-
les Belles Lettres, 1999 y 2000. Exorcismes
guaje políticamente correcto hasta la reli- spirituels, cuatro volúmenes, id., 1997-2005. to.
gión de los derechos humanos, desde la Festivus Festivus, Fayard, París, 2006. Philippe El mundo de Houellebecq es sinies-
omnipresencia reivindicatoria de las mino- Muray falleció en 2006. tro. Y lo es, sobre todo, porque no alber-
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