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A Lorca de quien aprendí lo que pude…, y su metáfora tan especial, la Pena Negra...

Quizá por
eso decía que la poesía no debe ir desnuda. Como él opino que hay que vestirla de metáfora...
También me enseñó la gran soledad de la mujer andaluza. Cada vez que veo o trabajo para algún
alumno “La casa de Bernarda Alba” me la representa en su mayor tragedia de vivir. Creo, lo dije
en mi tesis y lo trabajé que, su capacidad de “empatía” era incalculable; empatía social e
interpersonal.

LA PENA NEGRA
La pena negra no llora,
La pena negra no es pena
La pena negra… ¡Es cantora!

Morena de verde luna,


ni altiva ni altanera,
es, la pena negra que llora... ¡La pena!

Siente calor en su voz


y frío al beber, para que no ardiera
de pena,
pudendo reír los tres;
tú, yo y…, la pena negra.

Que el río no se vuelve


lo dijo Heráclito.
Mas…, yo y otros tantos,
si al respirar…, la corriente
del río se vuelve negra
de la pena por ¡tanto!
Nos obliga a volver...

Quizá el río no se vuelva


mas, nosotros volvemos
de vez en vez.

No sé si es, de hoy o de ayer,


pero sí sé, que
la pena negra me asusta,
de hoy, de ayer…, o anteayer.

Abrir un mundo nuevo,


volver a empezar...
¡Aprender a andar y amar!
Lo he hecho tantas veces
¡Ayer!
Mas hoy, aquí en la soledad
no tengo miedo,
sólo tengo la duda de si mañana
tendré capacidad de
iniciar un nuevo sendero.

Mi necesidad vital es amar, si no


se me desgarra el alma… Mas
hoy siento miedo a después...
Si la pena negra de Lorca
en mi caminar; me acompañará.

El miedo es un sentimiento,
también la confianza y...
¡AMAR!

Maruxa Oñate Español


5 de febrero de 2017
Modificado y corregido
el 8 de febrero de 2018

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