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Sistema de flujo local. Son sistemas de flujo que tiene su área de recarga en un alto
topográfico y el área de descarga en un bajo topográfico adyacente, es decir,
localizados uno al lado del otro.
Sistema de flujo intermedio. Es el sistema de flujo en el que sus zonas de recarga y
descarga, no son adyacentes, ni tampoco ocupan las elevaciones más altas y bajas
de una cuenca; pero sus zonas de recarga y descarga están separadas por uno o
más altos o bajos topográficos.
Sistema de flujo regional. Se considera sistema de flujo regional, aquél que su zona
de recarga ocupa el parteaguas subterráneo y su zona de descarga se sitúa en el
fondo de la cuenca.
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Figura 2.7 Diagramas esquematicos de zonas de a) Flujo lateral, b) Descarga y
c) Recarga
En cuencas con materiales geológicos isótropos homogéneos, la topografía puede
crear sistemas complejos de flujo de agua subterránea; pero la única ley inmutable
es que los terrenos topográficamente altos son áreas de recarga y los
topográficamente bajos se consideran áreas de descarga. Para la mayoría de las
configuraciones topográficas más comunes, la línea media de los sistemas de flujo
se localizan más cerca de los valles que de las partes topográficamente altas (Freeze
y Witherspoon, 1967). Con base en esta experiencia, una carta hidrodinámica tendrá
al área de descarga en un 5 a 30% de la superficie total de una cuenca (Freeze y
Cherry, 1979).
Los rasgos superficiales relacionados con el flujo del agua subterránea incluyen
todas las observaciones de campo que son útiles para averiguar la ocurrencia del
flujo subterráneo. De ahí que el entendimiento de tal ocurrencia requiera del
conocimiento de la naturaleza de los "afloramientos" de aguas subterráneas
(Meyboom, 1966), o sea, los rasgos indicadores de sistemas de flujo. Los trabajos de
Meyboom (1966, 1967), Tóth (1966, 1972), Mifflin (1968) y Ophori y Tóth, (1989b)
muestran la gran relación que existe entre la descarga y recarga del agua
subterránea y los fenómenos naturales que ocurren en el campo. Por lo tanto, uno de
los principales objetivos de campo consiste en estimar el patrón de flujo del agua
subterránea, tanto como las manifestaciones o indicadores de campo lo permitan
Ophori y Tóth, (1989b).
Los rasgos observados en campo pueden ser producto del agua superficial,
subterránea o una conjugación de ambas. Por consiguiente, es evidente que áreas
donde el agua subterránea se mueve hacia la superficie terrestre, poseerán mayor
humedad por arriba de 1a zona saturada, a diferencia de las áreas donde el agua
subterránea se aleja de la superficie terrestre. Consecuentemente, áreas de
movimiento ascendente del agua subterránea (áreas de descarga) estarán
caracterizadas por Ophori y Tóth, (1989b):
manantiales
filtraciones o "lloraderos"
niveles freáticos someros
pozos brotantes
aguas con alta conductividad eléctrica
altos índices de sólidos totales disueltos
freatofitas
precipitación de sales
cosechas "quemadas"
arenas movedizas
exceso de humedad
algunos tipos de construcciones hechas por el hombre, aprovechando esas
circunstancias
topografía
clima
mediciones piezométricas
patrones hidrogeoquímicos
manantiales
pozos brotantes
vegetación
Otro aspecto importante de señalar es que la configuración del nivel freático tiene
gran influencia y control sobre el patrón de distribución de flujo del agua subterránea
y de su velocidad. En áreas donde la configuración del nivel freático es una réplica
relativa de la topografía, las características geométricas de la superficie terrestre se
pueden utilizar para lograr una buena aproximación para calcular los patrones de
flujo (Tóth, 1970).
Clima. Los principales factores climatológicos que afectan ciertos parámetros del
régimen del agua subterránea son la precipitación, la temperatura del aire y la
evapotranspiración actual. Por lo tanto, dentro de una región con una topografía y
geología dadas, el balance entre la recarga y descarga atmosférica determina la
configuración del nivel freático, que es el límite superior de la región de flujo del
medio de saturación; por lo tanto, los factores mencionados son los que controlan el
desarrollo del patrón de flujo (Tóth, 1970).
En regiones con un exceso de precipitación, el nivel freático será una replica más
exacta de la topografía, resultando en un máximo de diferencia del flujo potencial, en
cambio en áreas con precipitación deficiente, el relieve del nivel freático es menos
acentuado, habiendo una menor diferencia de potencial de flujo y bajo número de
sistemas de flujo local.
Hablar de la relación entre sistemas de flujo y acuífero, significa establecer que son
dos concepciones conceptuales que definen los mecanismos de flujo del agua
subterránea.
Una vez establecidas las bases de los sistemas de flujo, se analizará cuales son las
relaciones entre ellos y los acuíferos. El punto de vista acuífero se basa en el
concepto de acuíferos confinado y libre. Esta visión se enfoca especialmente al
análisis de flujo hacia pozos de bombeo y es la base de muchas soluciones
analíticas incluyendo las de Thiem, Theis y Jacob. Desde este contexto, se supone
que el flujo de agua subterránea es estrictamente horizontal en los acuíferos y
vertical en capas semiconfinantes. Por esta razón la conductividad hidráulica se
integra en la dimensión vertical, con lo que se obtiene una característica de
transmisión del agua denominada transmisividad. Una situación adicional se
presenta en la Figura 2.10, en donde se observa que para el punto de vista de
acuífero, las cargas hidráulicas en el horizonte confinante no son de interés.
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Es oportuno notar que en el enfoque de los sistemas de flujo, las líneas de flujo
pasan a través de todas las unidades geológicas, pues se considera que existe
continuidad hidráulica entre los acuíferos y las capas confinantes. Los sistemas de
flujo no tratan de identificar acuíferos y capas confinantes por si mismas, sino
construir la distribución tridimensional de cargas hidráulicas, conductividad hidráulica
y propiedades de almacenamiento en cada parte del sistema. Además, los sistemas
de flujo permiten la presencia de componentes verticales y horizontales de flujo que
atraviesan todo el sistema y por consiguientes permiten tratar el sistema real en
perfiles bidimensionales y tridimensionales (Figura 2.10). Desde este punto de vista,
un acuífero puede contener uno o varios sistemas de flujo, o un sistema de flujo
atravesar varios acuíferos en su recorrido desde las zonas de recarga hasta las de
descarga.
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variadas, por lo que esta actividad tiene que realizarse con el mayor de los detalles
investigando información histórica diversa.