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Reforma constitucional

Cualquier Constitución se aprueba en un momento histórico


determinado y por una generación concreta. Si bien la Constitución tiene
una vocación de permanencia y de perdurabilidad, con el paso del
tiempo es necesario adaptar el texto constitucional a las transformaciones
de realidad política y social para evitar que el texto constitucional se
encuentre separador de la realidad (en la llamada reforma de la
Constitución). Al mismo tiempo, existe, una voluntad de mantener la
Constitución, un interés en la estabilidad constitucional, ya que una
Constitución es el pacto social y político que tiene de por sí un valor de
integración.

El objetivo del procedimiento de reforma constitucional

La reforma constitucional, el procedimiento de reforma constitucional,


permite alcanzar ambos objetivos. Así, la reforma facilita la puesta al día de
la Constitución, su actualización, al mismo tiempo que permite mantener la
estabilidad constitucional de manera que cualquier modificación de la
Constitución no suponga o significa una ruptura constitucional y un
cambio del régimen político. Además, la modificación del texto
constitucional, a través de los procedimientos de reforma, es mucho más
respetuosa con el principio democrático, que si esta actualización se llevara
a cabo a través de la jurisprudencia constitucional. Por la intervención del
pueblo bien directamente a través de un referéndum o indirectamente a
través de sus representantes.

El poder de reforma de la Constitución, poder constituyente constituido

El poder de reforma de la Constitución ha sido calificado como un poder


constituyente constituido. Así, el poder de reforma es poder constituyente
porque estas modificaciones se incorporan al texto de la Constitución y por
tanto es poder constituyente. Y es poder constituido porque no es un poder
libre, sino que tiene que ajustarse a los procedimientos de reforma
previstos en la Constitución. En nuestro país, la reforma de la Constitución
se encuentra regulado en el título décimo, artículos 166 a 169. El poder de
reforma siempre apela al titular de la soberanía, bien directamente, a través
del referéndum, o bien a través de sus representantes con la aprobación del
congreso y del senado.

Exigencias o límites formales en el procedimiento de reforma


constitucional

El procedimiento de reforma constitucional, tiene que ajustarse


especialmente a un conjunto de exigencias o límites formales, así en
nuestro país existen dos procedimientos de reforma constitucional.

+ Procedimiento agravado de reforma constitucional

Estaría en primer lugar el procedimiento agravado de reforma


constitucional, que se encuentra regulado en el artículo 168 y que se aplica
para aquellas reformas que supongan una revisión total de la Constitución
o una revisión parcial que acepte al título preliminar a la sección primera
del capítulo segundo título primero, que son los derechos fundamentales
que tienen amparo constitucional, o el título segundo dedicado a la Corona.

+ Procedimiento ordinario de reforma constitucional

Hay un procedimiento ordinario de reforma constitucional que se


encuentra regulado en el artículo 167, y que se aplica al resto de las
materias.

La ausencia de límites materiales en los procedimientos de reforma


constitucional en España

En todo caso, los procedimientos de reforma constitucional son más


complejos que el procedimiento legislativo para aprobar una ley, como
consecuencia de que la Constitución sea norma jurídica suprema y superior
a la ley. Una característica de nuestros procedimientos de reforma
constitucional, es la ausencia de límites materiales, es decir, que no existen
preceptos constitucionales que no puedan ser reformados, todo puede ser
reformado cumpliendo las exigencias formales que dice la Constitución. A
diferencia por ejemplo de la Constitución italiana o francesa, que dicen que
la forma republicana de gobierno no es reformable. Esto es también
consecuencia no solo del principio democrático, sino también de la
voluntad de mantener abierto para su reforma cualquier precepto
constitucional de manera que cualquier modificación no suponga una
ruptura y un cambio de régimen.

¿Quiénes tienen capacidad para iniciar una reforma constitucional?

Tienen la capacidad de iniciativa en la reforma constitucional inicialmente


los mismos que disponen de la capacidad de iniciativa legislativa prevista
en el artículo 87, quedando excluida la reforma por iniciativa popular. De
esta forma en virtud del artículo 166, que nos rendía al artículo 87.1, puede
iniciar una reforma constitucional el gobierno, enviando el proyecto de
reforma al Congreso de los Diputados para su tramitación por ambas
cámaras. También tiene capacidad para iniciar una reforma constitucional
las propias cámaras, tanto el Congreso como el Senado, pero en términos
más exigentes que para iniciar una proposición legislativa. Así, el Congreso
puede iniciar una reforma constitucional siempre que la propuesta sea
suscrita por dos grupos parlamentarios del Congreso y por una quinta
parte de los diputados. En cambio, para iniciar una proposición legislativa,
basta con que esta sea suscrita por un grupo parlamentario o por quince
diputados. Igual en el Senado, para iniciar una reforma constitucional, hace
falta disponer de cincuenta senadores que no pertenezcan a un solo grupo
parlamentario. En todo caso, la iniciativa de reforma tanto del Congreso
como del Senado, tiene que ser aprobada en una primera toma en
consideración por una mayoría simple de la cámara correspondiente,
porque la iniciativa de reforma constitucional le corresponde a las cámaras,
no a los diputados ni a los grupos parlamentarios. También tienen los
parlamentos de las comunidades autónomas la posibilidad de enviar
proyectos de reforma constitucional, tanto al gobierno como a la mesa del
Congreso de los Diputados, delegando a un máximo de tres miembros del
parlamento autonómico la defensa de la propuesta de reforma. En todo
caso, los parlamentos de las Comunidades Autónomas no tendrían
impunidad de iniciativa de reforma porque tanto el Gobierno como el
Congreso de los Diputados pueden negarse a tramitar o a tomar en
consideración la propuesta enviada por el parlamento autonómico.

+ La iniciativa de reforma constitucional, en situaciones de normalidad


política

La Constitución establece expresamente que la iniciativa de reforma


constitucional tiene que hacerse en situaciones de normalidad política. Así,
el artículo 169 de la Constitución establece que no puede iniciarse una
reforma constitucional en tiempos de guerra o cuando esté vigente el
Estado de alarma, excepción o sitio, que están regulados en el artículo 116
de la Constitución. Inicialmente, este precepto impediría que la reforma
fuera iniciada en alguno de estos estados, pero no que fuera tramitada o
concluida durante estos estados.

No obstante, la ley orgánica 2/1980, que regula el referéndum, prohíbe que


se pueda celebrar un referéndum estando vigentes los estados de excepción
y sitio o en los 90 días posteriores a su levantamiento. De esta forma, la ley
orgánica impediría una reforma constitucional por el procedimiento
agravado durante los estados de excepción y sitio.

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