Reporte de lectura sobre 'Preliminares metalingüísticos' de John Lyons
En el primer capítulo de Semántica lingüística su autor expone, a lo largo de siete apartados de dificultad gradual, el método con el que pretende formar en el lector los conceptos fundamentales que rigen a la teoría semántica, el cual se centra completamente en el ámbito lingüístico pues la naturaleza de su objeto de estudio involucra a otras disciplinas. Esta restricción queda explicita cuando Lyons emite algunas consideraciones sobre los supuestos de sentido de común (una palabra tiene un solo significado) que giran en torno a las materias primas de la semántica para introducir o lograr un nivel mayor de abstracción de las bases de su modelo de análisis especifico. Dicho lo anterior, comenzaré a explicar el contenido de cada sección que compone este texto. En el epígrafe 1.1, el semantista emplea algunos enunciados con el fin de demostrar que el sustantivo ‘significado’ y el verbo ‘significar’ cuentan con una infinidad de sentidos interconectados entre sí, lo que permite su expansión a distintas áreas de conocimiento. Dicha conclusión implica que la semántica, encargada de estudiar el significado, se divida en distintas ramas. Por ello, Lyons marca a la semántica lingüística como el lugar donde va a resguardar su paradigma analítico; de forma análoga, utiliza lenguas naturales para delimitar el sustantivo ‘lengua’. En la segunda sección, primeramente, el lingüista británico reflexiona la importancia de usar un metalenguaje propio de la semántica, es decir, un vocabulario unívoco y preciso (reflexividad) para evitar el problema de la multiplicidad de significados que usualmente aparece en las lenguas naturales. Sin embargo, opta por servirse de un vocabulario no técnico para nombrar al binomio sustantivo-verbo de ‘significado’; y uno técnico para crear expresiones que surjan a partir de dicha expresión. También, menciona que explotará, para los fines de su empresa, el español estándar común (no coloquial) pues es patente la riqueza de este idioma. Por último, menciona algunas convenciones de los usos metalingüísticos del lenguaje hablado y escrito, y la correspondencia que existe al momento de representar una aseveración metalingüística de un medio a otro. En el tercer epígrafe, el autor reitera la perspectiva lingüística con que abordará a la semántica pues con ello consigue examinar al lenguaje. También, menciona la capacidad de la semántica lingüística para crear su propio marco teórico y redefinir conceptos para cumplir sus objetivos. Luego establece a las lenguas naturales como sistemas de comunicación en los que actúan la semanticidad y las propiedades de concepción (la estructura gramatical y semántica). Esas características, en conjunto, le permiten expresar al lenguaje un significado: este a su vez puede ser arbitrario, es decir, que no existe un nexo natural entre la forma y el significado de una palabra o no arbitrario (iconicidad), es decir, un signo en donde sus componentes están en consonancia como en las onomatopeyas (plaf, miau, guau, etc.). Lyons encuentra que las ultimas propiedades señaladas abundan en los enunciados orales e indica a los rasgos prosódicos (entonación, acentuación) y paralingüísticos (lenguaje corporal) como los responsables de este hecho. Por último, declara a la indicidad (otro rasgo no arbitrario) con el poder necesario para brindar información extralingüística (psicológica, biológica o social) de su fuente de emisión. En la cuarta sección, el semantista europeo comienza a presentar la confusión (ambigüedad) originada por la ambivalencia categorial de la palabra del español ordinario ‘lenguaje’, la cual según la propiedad de la contabilidad puede ser un sustantivo contable, es decir, un vocablo con un sentido especifico (esto lo logra al unir un sustantivo singular y un artículo definido o indefinido) o como un sustantivo de masa (no contable) que hace referencia a una masa ilimitada de materia como el agua, la información, los números, etc. Por ello, para erradicar dicha imprecisión, el autor opta por crear los términos especializados (de Saussure) de ‘lengua’ y ‘habla’ porque el primer término hace alusión a un sustantivo contable que denota a las lengas artificiales, las cuales no se refieren a los lenguajes formales artificiales, lenguajes corporales (sistemas de comunicación extralingüísticos) ni a los sistemas de comunicación no humanos y el segundo es el producto resultante de utilizar un sistema lingüístico o lengua natural (en particular). Por lo que no hay una relación de enfrentamiento entre lengua y habla, sino una de complicidad, de correspondencia. Luego, hace una comparación entre los términos saussureanos y chomskianos (‘competencia’ y ‘actuación’) para sintetizar su tricotomía sistema-proceso-producto pues dichas expresiones no concordaron en algunos aspectos. El epígrafe 1.5, el más largo, Lyons establece las convenciones notativas de las tres funciones metalingüísticas diferentes que desempeña la forma escrita de una palabra en una situación peculiar, las cuales son: las comillas simples para designar unidades expresivas compuestas (palabras) que tengan forma y significado; letra cursiva y sin comillas para las formas orales y escritas de un enunciado, y comillas dobles para simbolizar los significados. Posteriormente, el autor manifiesta algunas especificaciones de la simbología antes expuesta: las primeras van enfocadas en la forma pues una palabra tiene más de una forma gramatical puesto que se flexiona según las propiedades morfosintácticas de número (p/s) y de género gramatical; y la forma de cita, además de referirse a la totalidad compuesta de una palabra, se utiliza para ubicar una palabra en los diccionarios (convención tradicional) pues es su aspecto más básico el que se deposita ahí (masculino singular). Las segundas se focalizan en efectuar algunas meditaciones lexicográficas acerca del significado entre ellas están la crítica a la autoridad que tienen los diccionarios para imponerse por encima de otros (DRAE), sobre la imposibilidad de saber cuántos significados tiene una palabra, la arbitrariedad de los lexicólogos para otorgar un significado a una palabra, la notación que emplea para indicar una homonimia. También, precisa los factores necesarios para que haya una homonimia: diferencia etimológica y no relación semántica entre dos palabras. Por último, habla de la identidad material (medio físico en que se realiza una forma) y la identidad gramatical (flexión). En la penúltima sección, el autor dice que las lenguas naturales tienen oraciones (expresiones dotadas de forma y significado) que cuentan con un significado propio, el cual está compuesto de palabras con forma y significado que componen el significado de la oración, pero también se toma en cuenta su función gramatical (significado y función gramatical de una palabra), de igual modo, resalta la su independencia del contexto y la relación intrínseca entre oración y uso característico. También define tanto la convención notativa (letra cursiva) como el significado del ‘enunciado’ (sucesión de símbolos inscritos en un algún medio físico). También establece la distinción del significado de un enunciado y una oración En la última sección, el autor hace un recuento de las diferentes teorías del significado que pretenden responder a la pregunta base de ¿Qué es el significado? (conductista = estímulo, condiciones de verdad = lógica). Sin embargo, a pesar de no estar, según Lyons, debidamente argumentadas construyeron los supuestos básicos que orbitan en la semántica lingüística. También, por medio de varias traducciones de dos preguntas que buscan el significado de ‘concepto’, logra explicar el significado de usuario, en donde el sentido de un verbo se relaciona con una intención comunicativa. Para terminar el texto, clasifica a los significados como descriptivos (cualidad de las lenguas naturales para expresar una aseveración falsa o verdadera) o no descriptivos (componente expresivo por medio del cual el hablante revela creencias, actitudes y sentimientos. Este va acompañado del significado interpersonal, el cual a su vez se divide, según la estructura y función de las lenguas naturales, en socioexpresivo e interpersonal).