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UMBRAL 242 UMBRAL. Revista de Edveacién, Cultura y Sociedad FACHSE (UNPRG} Lambayeque. Af Vil N* 13-14, Octubre 2007 pp 242.251 Ana isis semidtico de un texto literario: "Los merengues", de Julio Ramén Ribeyro 1. Eltexto, Apenas st mam cores Ia puerta, Pico salt6 del colehéin y exeuchs, con el side pegad a la madera, los patos que xe iban alejando por el largo corredor. Cunn- do se hubicron defintivamente perdido, se abslanzs hacia la cocina de Kerosene y hurgs en xin de las hor- nillas malogradas. (Alf estaba! Extrayendo Ia bolsita de cuero, cont una por una las monedas -habia apren- dido 9 contae jagando a las boitas-y constats, agom- brado que habia cunrenta soles. Se eché veinte al boli- Ilo y guards el resto en su lugar. No en vano, por la roche, habia simulada dormir para espiar a su mam. ‘Ahora tein lo sufieiente para realizar ats hermoso pro: yssta, Despuds no faltaria ana excusa, En esos callejo- res de Santa Cruz, Ins puertas siempre estin entrenbier- tas y los vecinos tienen earas de sospechosos, Ajust dose los zapatos, salié desalado hacia la calle. En el camino fue pensando si invertiria todo su capital o sélo parte de dl, ¥ el recuerdo de los meren- ues -blancos, puros, vaporosos- lo decidieron por el {gasto total. ;Cunto tiempo hacia que los observaba por la vidriera hasta sentic una salvacién amarga en Ia garganta? Hacia ya varios meses que concurria ala pastelerfa de Ia exquina y s6lo se contentabs con mi- rar. El dependiente ya lo conocia y siempre que lo vein entrar, lo consentia un momento para darle luego un coscorrin y decile {Quite deed, muchacho, que molestas alos clien: bs! Y los clientes, que eran hombres gordos con titan tes © mujeres viejas con bolsas, lo aplastaban, lo pisa- ban y desmantelaban bulliciosamente Ia tienda, 1 recordaba, sin embargo, algunas escenas ama- bles. Un sefor al pereatarse un dia de ln ansiedad de su mirada, le pregunts sti nombre, su edad, s1 estaba ranco Quesquén Neciosup Lienciado en Educacién EACHSE UNPRG cen el colegio, si tenia paps y por iiltimo le obsequié tuna rosquite. El hubiera preferide un merengue pero intuia que en los favores estaba prohibido elegi. Tam- bign, un dla, la hija del pastelero le regal6 un pan de yema que estaba tin poco duro. = iEmparat- dijo, aventindolo por encima del mo teador. El tuvo que hacer un gran esfuer20 a pesse Jo cual eay6 el pan al sucla y, al recogerlo, se acordts sibitamente de su perrito, a quien ol iraba cares masticadas divirti¢ndose cuanda de un salto las emparaba en sus colmillos Pero no era el pan de yema ni los alfajores ni los piononos lo que le atraia: él sélo amaba los me gues. A pesar de no haberlos probado nunen, cons vaba viva la imagen de varios chicos que se los lle: ban a la boca, como si fueran copos de nieve, ensii- cidndose los corbatines. Desde aquel dia, los meren= ues constituian xu obsesisn, ‘Cuando lleg6 a la pasteleria, habia muchos clien- tes, ocupando todo el mostrador. Esper6 que se despe- jara un poco el escenario pero no pudiendo resistir més, comenzé a empujar. Ahora no sentfa vergiienza alguna y el dinero que empunaba lo revestia de cierta autoridad y le daba derecho a codearse con los hom- bres de tirantes. Después de mucho esfuerzo, su cabe- 22a aparecié en primer plano, ante el asombro del de- pendiente, + 2¥a estas aqui? Vamos saliendo de la tienda! PPerico, lejos de obedecer, se irguié y con una expre sign de triunfo reclamé: jveinte soles de merengues! Su voz estridente dominé en el bullicio de la pastele- Hla y se hizo un silencio curioso. Algunos lo miraban, intrigados, pues era hasta cierto punto sorprendente ver aun rapaz de esa calafta comprar tan empalagosa {golosina en tamana proporcién. El dependiente no le hizo caso y pronto el barullo se reinici6, Perico quedé algo desconcertado, pero estimulado por un sentimien- to de poder repiti6, en tono imperative: = iVeinte soles de merengues! 1 dependionte lo obacrv6 eta vex on cata per plejidad pero coninué despechando alos otros pat No a ofdo?~ insist Perio exciténdose- (Quiero vote aol do merengue THempleado se acer est vez lotr de nor 1 tts bromeando, paloma? Pirio se agesapo HA ver ene la plata Sin poder dsimula a orgullo, ec sobre el mos- tradr di putado de monedas: Hl dependiente cont dinero. n2Y quleres que te dé todo cato en merengues? 75; -teplicd Parco con una canviccon que despe- vba isn de algunos circursante, “ten empecho te vasa dar coment alguien, Perico se vlvi, Al notar qu ere obeervado con cierta benevolncia un poco lastimoss sini sbo- hornado, Como el pastlero lo olvidaba, repli: ™éme los merengue pero ea ver 90 vor habla perdido vtaidad y Peco comprendio que, por azo. Fes que na aleancaba a explcarse, etiba pldiend casi un favor, {Va a salir ono? ~ lo ncrep el dependiente “Devpécheme ante, + Quien fe ha encargado que compres eto? ‘Mima “Dabs haber ofdo mal 2Veinte oles? Anda a pre guntarle de revo o que tc fo exciba en un papel, Perco qued6 un snomento pensatvo, Exendi6 la mano hac ol dinero 10 fue rtrando lentarent Pero al ver los merengus a través de la vidreia, re aco et deseo, yo no engi sno que rogo con une vor quefrbost ~Dete, pues, vente sles de merengucs! ‘Alvergutel dependienieseacercobaaiado, proto 2 cxpulsulo, pits conmovedorament “Nraunue sea der soles, nada més! tl emplesdo,entonces, se inlin6 por encima del mostador yle do el cocacho acostumbrado pero a evita emerald ecactn Cuduay Soc, Umbra Perico le parecié que esta vez llevaba una fuerza defi- nitiva, + iQuita de acé! ZFstés loco? jAnda a hacer bromas 2 otro lugar! Perico salié furioso de la pastelerfa. Con el dinero apretado entre los dedos y los ojos huimedos, vaga- ‘bundes por los alrededores. Pronto lleg6 a los barrancos, Senténdose en lo alte del acantilado, contempls la playa. Le parecié on ese ‘momento dificil restituir ol dinero sin ser descubierto y maquinalmente fue arrojando las monedas una a tuna, haciéndolas tintinear sobre las piedras. Al ha- BivO) (iets) (Gxcos) ese — Morginados (eiaes) UeeEeS | zeae eM (5120) ee nO} 1 € [Controntacién} > S: Margnados ——» ——Marginantos (€xchicos) (incbises)” | scuminacin:€Ns (6; a0) —» (S10) 84 € lucha ganads] > Sy oy a rare: dasosselta? cascapsion o oO | UMBRAL UMBRAL 250 Unbrrall, neva somes ae tain, Cur Seema E ‘Nivel de fa enunciacién 1 : G : N ‘Nivel del enunciado ‘Lecior Relato q ; Narrator | (Secuencias narrativas, personajes | Narrararin i : } Destnador (actantes), espacio y tiempo) Dewuaane r i: c i A 7 c i 1 ° N El narrador hace creer a un enunciatatio que lo ‘que esté narrando es verdadero, comprometiéndolo con el problema. En ese sentido el enunciador se instaura en un tiempo en el enunciado para hacerle creer al lector virtual sobre los hechos que suceden. No es ahora Ribeyro, el de carne y hueso, sino un na- rrador que proyecta Ribeyro, un ente fiticio que en el relato toma la posiciOn de un presente ficticio a través de un pasado, pero que en realidad su posicion es presente. Esto se puede inferir en las cuatro primeras secuencias narrativas en donde el narrador est en. tun presente pasado, Mostrindonos todos los aconte- personaje). De Perico conoce sus recuerdos, sus sentimientos y hasta de lo que se pro- yyecta hacer. Y desde la persona de la narracién, el fenunciador no lo hace incorporandase en las accio- nes del relato, por ello actiia con una narracién heterodiegética’ y no homodiegética, es decir, no se inmiscuye desde adentro del enunciado, més bien toma una distancia, Pasado --Presente — Futuro t Posicion fica det ‘onuncador t Pasado — Presente — Futuro Pasado ~ Presente - Futuro f Poricon real et enuncador i Poscién veal et enunciador Primera a fa cuarta secuencia “sun salto hacia et futuro en el tiempo de ia historia La Teclizacia coro noes ora cosa que cl narrador omniciele, que sabe © conoce Lolo lo que va a sucoder en el rat, ‘Agus dacursoeuyo narrador no pertence como parsonaje a la historia (a diggess) que se nota. evi Saneseal de taucacin,codway seciess, Umbra Referencias Bibliogratic: 1, BLANCO LOPEZ, Desiderio y BUENO CHAVEZ, Raiil (1989), Metodologia del andlisissemistico, Lima: Ediciones Universidad de Lima, Tercera Edicin. 2. BRAVO, Dyana y BRIZ, Antonia (2004). 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