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BATUKE. Nación Ewé – Oyó.

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BATUKE

Iyá Milka Yeyéimólè t’Yemojá Emìbomí


Babá Fabio Omowúrà t’Òsún Dé

1ª EDICIÓN

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BATUKE. Nación Ewé – Oyó.

© Fabio Sebastián Cruz (2014)

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Previo al comienzo de estos Apuntes sobre Doctrina, que hemos


dado en llamar “BATUKE. NACIÓN EWÉ-OYÓ”, es necesario que
hagamos dos salvedades primordiales:

• En el Batuke, no existen libros o manuales, ni “recetas”; se


debe presenciar y aprender. Cada ILÉ ASÉ tendrá su propia
modalidad de trabajo, siempre y cuando se adecue al
fundamento.
• Estos son “apuntes”, sugerencias, puntos de vista, más que
nada elaborados para acercar a los simpatizantes o iniciados
en el Batuke referencias bibliográficas e interpretaciones
sobre la Religión.

fabiosebastiáncruz@gmail.com.uy
(598) 437 60773

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“Al principio, sólo existía Olorun, el dios del


cielo. Era soberano del Sol. La Tierra no existía
todavía. Debajo, sólo había agua. Olorun hizo
descender a su hijo Obatalá, con una gran bola,
la tierra, que éste puso sobre el mar, donde se
rompió en pedazos, con los que se formaron
montañas e islas. El primer ser vivo que creció
allí fue Gabón, la palmera, de la que Obatalá
elaboró el vino de palma. Después, bebió y se
durmió. Olorun, que se enojó por ello, le envió
a su hija, Odudua para que pusiera las cosas
en orden. La acompañaba Aje, la diosa de la
riqueza y la abundancia, en forma de pavo, que
escarbó el suelo en todas direcciones, de tal
modo que la tierra se expandió más y se volvió
habitable. A continuación, Olorun dio a Odudua
una cesta llena de mijo, que ésta sembró junto
con otras semillas por todas partes, y muy
pronto crecieron plantas y árboles. Entonces
Olorun bajó a la tierra y se tumbó cerca de la
palmera, donde ahora se encuentra la antigua
ciudad de Ifé, que es el centro de la tierra.”
Mito Yoruba de la creación, extraído de “CORAZÓN DE ÁFRICA. La Magia de un continente.”, de
Muller, Klaus y Ritz-Muller, Ute, Editorial Konemann, Alemania, 1999

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a
INTRODUCCIÓN:
quiénes somos y de donde venimos
<<Divisé en la playa exvotos, velitas y canastillos blancos. Amparo me dijo que eran ofrendas a Yemojá, la
diosa de las aguas. Se apeó, caminó compungida hasta el borde del mar, estuvo allí un momento sin hablar.
Le pregunté si creía en aquello. Me preguntó con rabia cómo podía suponerlo. Después añadió: -Mi abuela
me traía a la playa e invocaba a la diosa para que yo pudiese crecer hermosa, buena y feliz. ¿Quién es ese
filósofo vuestro que hablaba de los gatos negros, y de los cuernos de coral, y decía “no es verdad, pero lo
creo”? Pues bien, yo no lo creo, pero es verdad.>>1
Umberto Eco

E
l EGBÉ TI YEMOJÁ EMÌBOMÍ – ÒSÚN DÊ abrió sus puertas como Ilé Asé (lo que aquí
denominamos ‘Casa de Religión’) durante los primeros meses del año 2002. El
linaje al que respondíamos procedía de la familia religiosa más antigua de Batuke
en nuestro país, que en la actualidad tiene como referente al Babálòrisá Marcos Haedo
de Osàlá Talabí. Con el correr de tiempo, los responsables del Ilé recibimos nuestras
subsecuentes obligaciones (incluyendo la liberación de la Iyalorisá Milka de Yemojá
Emìbomí) de manos de otros Babálòrisá acreditados. Con la venturosa guía de los
Òrisá, la casa ha ido definiendo su propio perfil entre las modalidades regulares del
Batuke riograndense, respetando siempre las características definitorias de nuestra
nación Gegé-Òyó2.
A inicios de la década de 1970, la ahora Iyàlòrisá Milka t’Yemojá Emìbomí se inició en el
ritual de Umbanda de manos del Pai Carlos Deveras de Obatalá, quien fuera hijo de
Santo del Bàbálòrisá Joao Correia Lima de Bará Esú Bí. Por aquellos años, en nuestro
país, lo corriente era que los religiosos comenzaran su trayectoria en línea de Caboclos,
y luego de aproximadamente siete años de rodado, recién iniciaran sus actividades en
Batuke.

1Umberto Eco, El Péndulo de Foucault, Bompiani, 1989: 149.


2 La mayaría de los Batukeros uruguayos sencillamente llaman a su nación Gege-Nagó,
apreciación sumamente general, ya que existen varios “lados” o naciones dentro de los Gege-
Nagó. También utilizamos el apelativo Ewé – Óyó, ya que los Gegé son llamados también Ewé.

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Quien escribe estas páginas fue iniciado en la tradición Ewé-Òyó de manos del
Bàbálòrisá Enrique Guardia de Bará Adague3 sobre el mes de marzo del año 1975,
cuando contaba con solo seis meses de edad. Mi madre, entabló una cercana amistad
con el Pai Enrique, y a pedido de Roberto Romagnoli de Òsún decidió efectuar mi lavado
de cabeza, siendo este último mi padrino de Batuke.

Iyalorisá Milka t’Yemojá Emìbomí Bàbálòrisá Fabio t’Òsún Dê junto a su


abuela Renée omoti Sangó

El Pai Ogum Iara, canalizado por la joven Milka, en la actualidad ha cumplido sus 35
años de llegar al mundo. Tiempo más tarde, los Òrisá Yemojá Emìbomí y Òsún Dé por
medio del Merindiloggún (Asé de Búzios) solicitaron su aprontamiento en la Ley del
Batuke, lo cual se llevó a cabo dentro del mismo linaje inaugurado en nuestro país por
el Bàbálòrisá Joao Correia Lima de Bará Aselú Bí (Ni). La primera hija de Santo del
naciente Ilé fue Ana María Varela t’Òyá (ahora en el reino de los ancestros); el Ilé tiene
el honor de contar como Ancestro Ilustre a Renée ti Sangó madre de la Iyá Milka;
iniciada en la Ley de los Òrisá a inicios de la década de 1970 en la mano del Babá Carlos
de Obatalá, y que trascendiera a la Gloria de Ancestro el 3 de enero de 2008.

LINAJE GEGÉ-ÒYÓ EN URUGUAY


Iyalòrisá Chininha de Agansú (Porto Alegre)

Joao de Bará (Porto Alegre – Montevideo)

Enrique Guardia de Bará


Víctor Garrón de Bará Ol’odé
Armando Ayala de Òsalá
Sergio Tobías de Bará
Jorgelina Olivera de Òsún
Yolanda Sosa de Yemoja
Roberto Aliverti de Òsalá
Miguel Piñeiro de Yemoja
Marcos Haedo de Òsalá
Carlos Deveras de Òsalá

3Enrique de Bará Esú trascendió a la gloria de ancestro de nuestra Nación el 13 de agosto de


1994.

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Iyàlòrisá Milka t’Yemojá Emìbomí y Babalòrisá Fabio t’Òsún Dé

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Desde la década de 1960, ha tenido en nuestro país un sostenido crecimiento, lo que los
antropólogos y sociólogos denominan religiosidad popular4, vinculada a los cultos de
posesión que se reivindican como africanistas. Encontramos en ella una fuerte
conmistión de tradiciones: la africanista, traída a nuestra América Indoafrolatina5 por
cientos de miles de hombres y mujeres traficados como mano de obra esclava, a fin de
sostener la gestación del sistema capitalista, encabezado en aquellos días por la
hegemonía británica; la brasileña, a su vez rica mixtura de bagajes indígenas y
europeos; y, por supuesto el aporte de miles de creyentes que han dedicado largo
tiempo de sus vidas para que nosotros, desde la América del Norte hasta los recónditos
rincones del Sur, en el Río de la Plata, podamos vivenciar la experiencia del mundo
mágico-encantado en nuestra cotidianeidad6.
Hoy son cada vez más los que asumen su pertenencia a los cultos afroamericanos sin
tabúes, y se sobreponen a los prejuicios de una sociedad, que tildaba a esta verdadera
teología como cosa de negros. Es cada día más común encontrar en los parques, playas
y esquinas ofrendas o exvotos a las potencias sobrenaturales de esta forma de
religiosidad; no nos asombramos tanto al informarnos por la prensa de la multitudinaria
asistencia a casi todas las playas del país el día de Yemojá, de fieles, simpatizantes o
agudos curiosos que se adentran en las aguas para homenajear a la Madre cuyos hijos
son los peces7.
Lo que con su ardua labor, han desarrollado los cientistas del campo social, nos ha de
servir como si fuera nuestra caja de herramientas para comprender el palpitar de la
espiritualidad afroamerindia.
Nuestras sociedades son entonces, herederas de un legado, que hemos recibido a
través de un complejo proceso de circulación, transformación, resistencias y

4 Utilizamos aquí este concepto por ser acuñado en la comunidad científica; nuestro énfasis se
halla sobre todo en el sentido de popular, como perteneciente a las clases menos favorecidas.
Aunque, cada vez más esta modalidad religiosa atraviesa transversalmente el entramado
social. Rescatamos el hecho de que la religión afroamericana ha tenido una larga tradición de
resistencia a la dominación étnica y social. En relación a que muchos fieles y simpatizantes la
viven como un culto inmediatista, también muchos otros lo hacen desde la perspectiva de la
Fe y la trascendencia espiritual. Después de todo, una cosa no tiene por que menguar a la otra,
ya que se configuran como cuerpos religiosos totales. Opinamos que la perspectiva mágico
religiosa de la vida, posee intrínsecamente la vivencia mística en mayor o menor intensidad. El
termino académico reza: <<Empleamos pues el concepto de religiosidad popular para aludir a
un tipo de experiencia religiosa que se caracteriza por la incesante búsqueda de milagros que
están relacionados con los problemas de la vida corriente […] A este respecto, es preciso
anotar que no debe entenderse la idea de prodigio como una alteración del curso de la
naturaleza operada mediante intervenciones sobrenaturales en función de finalidades
trascendentes>>. Pí Ugarte, 1998:13.
5 Concepto manejado en la obra Indoafroamérica: cinco siglos de historia franciscana,

coordinada por Mario Cayota, CEFRADOHIS, Montevideo, 1993.


6 <<[…] J.E. dos Santos y D.M. dos Santos distinguen variables homogéneas y heterogéneas en

las formas religiosas afroamericanas […] Incluyen en el primero las expresiones religiosas del
complejo Gegé – Nagó de Brasil, Lucumí y Ñañigo en Cuba, Rada de Haití, Sangó de Trinidad y
Granada; en el segundo incluyen los cultos de influencia bantú de Congo-Angola con
ramificaciones en toda América Latina y el Caribe, el complejo Petro en Haití, las varias formas
de Umbanda, Caboclo y Payelanza en Brasil, María Lionza en Venezuela, las formas Myal, Cunfa
y Poco […]>> Picotti 1998:216.
7 Etimología del nombre del Òrìshá Yemojá. En lengua yoruba, la expresión Yeye – omo - Ejá,

significa precisamente eso. En Uruguay la fecha que se le consagra es el 2 de febrero, mientras


que en otras regiones, la misma varia; hacia el centro y norte de Brasil se celebra el día 1° de
enero.

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recreaciones casi anónimas a lo largo de los últimos 250 años sobre nuestro suelo. Es
curioso y sumamente interesante el observar como todo un sistema ético, moral y
estético ha crecido a la sombra de las culturas dominantes, y se ha abierto paso firme
entre todos nosotros.
Afortunadamente, nuestra espiritualidad no posee una explícita finalidad proselitista,
que tenga por intención convencer a nadie de la verosimilitud de la cosmovisión
africanista. Los cultos de origen afro, no efectúan campañas para conseguir incautos
adeptos, han crecido y lo continúan haciendo, de la forma más tradicional y auténtica,
de maestro a discípulo, es decir desde el Padre de Santo, Cacique de Umbanda o Jefe
de Kimbanda hacia el fiel.
Baste repetir que este complejo mosaico espiritual posee un verdadero cuerpo teológico,
y que no es simplemente un cúmulo de supersticiones o recetas para hacer hechizos. Es
un camino de Fe y crecimiento espiritual, con sus propios y bien definidos códigos, al
decir de la antropóloga Diana Picotti, <<Todo pueblo y cultura se va constituyendo en
la configuración de una determinada experiencia de la realidad, que se traduce en un
logos, es decir en un modo de pensar y de lenguaje>>8
Sucediendo que no es este un simple animismo, fetichismo o grupo sectario, sino una
tradición con cosmogonías y cosmologías asentadas y transmitidas a través de las
generaciones por medio del relato oral, posee su propio sistema de significancias,
simbolismo complejo, lengua madre definida y transmitida por su sacerdocio, donde
encontramos una fuerte dificultad para traducir ciertos términos que no poseen
equivalencias en nuestra lengua, tales como Òrisá, Asé, Ebó, etc.

Es menester señalar algunas de las características generales9 de todas las


manifestaciones religiosas afroamericanas:

1- Es una teología articulada desde la resistencia ante la dominación esclavista


occidental.
2- Conforma un espacio de recuperación y transmisión del sistema cultural en la
diáspora.
3- La concepción de Dios desborda la discursividad y lo que el ser humano puede
expresar (Dios está más allá de las capacidades de comprensión asequibles al ser
terrenal).
4- Desde el punto de vista anterior, se desprende el principio de tolerancia religiosa:
todas las religiones poseen una interpretación parcial de un principio total.
5- Se puede definir como un corpus teologicum que tiende a la espiritualización del
mundo. Visión mística de las cosas, que explica las causalidades y el movimiento del
cosmos.
6- Se destaca una conjunción vida cotidiana-religión sumamente marcada. Todo es
sacro, especialmente el cuerpo, que se entiende como un altar viviente (desde el punto
de vista que el individuo es hijo particular de una divinidad y que puede ser poseído por
ésta en el trance).
7- La vida es entonces una celebración de la hierofaníai (manifestación de lo
trascendente) continua en medio de las danzas y tambores de las celebraciones rituales
cotidianas. Al decir del Babálòrisá Milton Acosta de Sangó Baím: <<Lo sagrado irrumpe
en la cotidianeidad de lo profano>>ii

8 Picotti, 1998: 10.


9 Expuestas por Picotti, 1998:214-215.

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8- Se puede afirmar que es una teología de la salud y la liberación humanas, apelando a


elementos extraños a la cultura occidental, como la magia o los encantamientos.
9- Es comunitaria por naturaleza, y aspira a la conformación de familias de religión.
10- Resalta sobre todas las cosas el valor de la Palabra, y la transmisión oral de la
tradición. La palabra crea, encanta, es acción y vida, tanto en rezos como en cánticos.

Encontramos fuertes correspondencias entre la Santería cubana, el Vudú haitiano, el


Candomblé Bahiano y el Batuke riograndense; como también colateralmente éstos se
relacionan con la Macumba Carioca. Los esclavos que llegaron a América procedían
predominantemente del África occidental, en su mayoría yorubas. Los yorubas en Cuba
fueron llamados lucumíes o nagó, mientras que en Brasil predominó la segunda
modalidad denominativa.
Entre estos pueblos, Dios es denominado Oluddumare u Olorun (dueño de todas las
cosas y dueño del mundo trascendente)iii, su fuerza vital (Asé)iv actúa en todos los seres
y todas las cosas por intermediación de los Òrisáv. <<Los Òrisá son divinidades
intermedias poderosas, que actúan con autonomía y que pueden ponerse en contacto
con las personas mediante su invocación, lo que da lugar a que se manifiesten en sus
hijos mediante la posesión. Representan fuerzas de la naturaleza y, en algunos casos,
parecería que se originaron por la divinización de héroes, reyes y reinas tribales, […]
Todo Òrisá tiene atuendos y aditamentos particulares, así como colores simbólicos
específicos. Cada uno gusta de comidas especiales y son también propios de cada uno
los animales que se les sacrifican.>>vi

LA COSMOLOGÍA AFROAMERICANA EN URUGUAY

Más allá de
Orún
Oloddumare
(Creador)

ORÚN
Òrisá
Ogum, Iyansá, Sangó, Odé y Otim, Obá,
Ossayn, Sònponnó, Òsún, Yemojá,
Òrísanlá.

Ancestros Esú, Elegba y ÒrúnMilá

Esú de
Kimbanda
Seres humanos
Líneas de
Caboclo

AIYÉ

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Ocupa un lugar relevante el culto a los ancestros, en sus diversas manifestaciones. En


lengua yoruba les conocemos bajo la denominación de Egungún. Los ancestros y su
liturgia, son un vehículo de interiorización de la pertenencia a un linaje o tradición
particular, son los guardianes del ethos comunitario y aseguran primordialmente el
conocimiento de la trascendencia de la vida después de la muerte física.
En nuestro continente, las diferentes naciones africanas también sufren sincretismos
internos, identificando divinidades equivalentes, así como ceremonias comunes.
Entendemos que estas adaptaciones a la realidad afroamerindia han gestado a partir de
estos cultos, una nueva manifestación religiosa; pero ello es sencillamente una
resemantización, para viabilizar la vigencia de los antiguos principios que les dieron
forma.
En el campo de la comprensión y análisis de esta teología de origen afroamericano, ha
sido fundamental el aporte de la teoría de los arquetipos, planteada primeramente por
Carl Gustav Jung –y ampliada por cuantiosos estudiosos del tema-, en la que se
proporcionan conceptos sumamente valiosos para los fenómenos místicos y simbólicos,
vistos en relación con las estructuras mentales profundas de los seres humanos.

<<Jung utiliza la palabra “arquetipo” para referirse a aquellos símbolos universales que
revelan la máxima constancia y eficacia, la mayor virtualidad respecto a la evolución
anímica, que conduce de lo inferior a lo superior.>>vii

Dichos símbolos universales, conforman un complejo autónomo y poseen una energía


específica, que les otorga el carácter de estructuras psíquicas; cada arquetipo es
independiente de la personalidad humanaviii.

<<[…] no se trata de representaciones heredadas, sino de cierta predisposición innata a


la formación de representaciones paralelas, que denominé inconsciente colectivo. Llamé
arquetipos a esas estructuras y corresponden al concepto biológico de “pautas de
comportamiento” […]>>ix

El inconsciente colectivo es así, una suerte de campo o estructura mental grupal,


que subyace en la consciencia individual.

<<[…] el término denota el inconsciente heredado, memorias raciales compartidas, la


suma de todo el conocimiento adquirido por la humanidad. “Nuestro cuerpo tiene una
prehistoria anatómica de millones de años, y también la tiene el sistema psíquico.”>>x

Es posible especular que con la conformación de este repositorio general, toda la


información que nos atañe como especie, puede almacenarse en él.
El propio Jung afirmaba tener contacto con entidades residentes en el Inconsciente
Colectivo, a las que denominó en su caso particular: Filemón, Elías, Salomé y Basílides.
Eran por él considerados personalidades independientes a la suya. Acuñó el concepto de
Imaginación Activa para referirse a la capacidad de generar un espacio interior en la
mente, donde es posible contactar con este tipo de personalidades autónomasxi.

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EL HOMBRE Y LA DIVINIDAD DENTRO DE LA COSMOLOGÍA AFROBRASILEÑA


PRACTICADA EN URUGUAY

Dios, el dueño de
OLODDUMARE todas las cosas. Es
incomprensible para el
ser humano.

Òrisá Bará Esú


Energías puras de la naturaleza. Son los Òrisá intermediario entre Aiyé y
intermediarios entre Olorun y sus Orún. Gobierna la línea de Esú
criaturas. El Òrìshá es cultuado en todas sus manifestaciones.
directamente en alguna de las líneas
religiosas como el Batuke, Candomblé,
Santería, etc.

CABOCLOS

Espíritus evolucionados
que trabajan por el
bienestar de los seres Esú de
humanos bajo la
supervisión de los Òrìshá. Kimbanda
Encontramos en este culto
manifestaciones de: Ogum,
Pertenece a la línea de
Sangó, Madres del Agua,
Caboclos (espíritus de los ancestros, es un
indígenas), Negros Viejos, Egún. Por su evolución
Africanos, Niños y Esús de puede desempeñarse
Umbanda. como Guía espiritual de
los seres humanos. La
Kimbanda lo sitúa como
esclavo directo de las
potencias superiores.

Apreciamos aquí el
sincretismo interno de los
cultos afrobrasileños,
integrando en un todo
armonioso los diferentes
cultos que lo conforman.
Cada línea o culto puede
ser practicado de forma
independiente.

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Explicaríamos por medio de este esquema, como en diferentes culturas, separadas por
el tiempo y el espacio, y sin conexión material comprobada, surjan manifestaciones
simbólicas similares, sino idénticas. Las formas rituales, que son símbolos en
movimiento -o símbolos encarnados- también se reiteraron a lo largo de la historia
humana con similitudes asombrosas.
Podríamos afirmar que los Òrisá, y las demás entidades o potencias espirituales, son
puntos de contacto establecidos con el inconsciente colectivo, primeramente por los
yorubas, y luego por las religiones afroamericanas en general.

En ese campo de fermento -que es atemporal-, es


donde residen los arquetipos –en la forma de
memorias reales-, y cada uno de ellos controla e
inspira un aspecto diferente de la personalidad, lo
cual nos da de lleno directamente con el concepto
de Òrisá.
<<Para que exista un perfecto balance en la
personalidad (y por lo tanto para la salud mental),
es vital que cada arquetipo sea bien desarrollado y
también asimilado por el individuo. Cada Òrisá
puede ser visto como arquetipo o complejo
autónomo […] Debido a que cada individuo tiene
características específicas que lo apartan de los
Esquema jungiano de la psique
otros, se dice que está bajo la protección del Òrisá
que comparte esas mismas características.>>xii
Cuando se da el trance de posesión, podemos que sucede una manifestación aluvional
de la energía arquetípica en la mente consciente, haciendo que el feligrés adopte
posturas y comportamientos atípicos a su personalidad corriente, <<Sin embargo no es
teatro, no se trata de un actor que recita un personaje; es el personaje desencadenado
por diversos factores externos a él […]>>xiii El Canalxiv es entonces el medio de
manifestación de una fuerza autónoma, que incluso despliega capacidades superiores,
como la resistencia física aumentada, o la precogniciónxv. Se ha escrito mucho sobre el
fenómeno del trance de posesión, y de los factores que lo producen; en un comienzo,
los exploradores europeos, hablaban de una suerte de trastorno similar a la epilepsia
entre los africanos (concepción del fenómeno como psicopatológico).
Señala brillantemente Picottixvi, acerca del trance:
1. Es experimentado en todos los ritos de origen afro. Lo normal es vivir la
experiencia de la posesión.
2. Se produce por una acumulación compleja de factores: ritmo del tambor,
aprendizaje, concentración, etc.
3. Es un fenómeno cultural, aunque sea desencadenado por factores
emocionales, en base a una potencialidad neuro-psicológica.
Este es nuestro legado, y es también lo que define nuestra misión: el transmitir la
vivencia propia de la espiritualidad afroamericana a las generaciones venideras.

¡ASÉ!

BABÁ FABIO OMOWÚRÀ T’ÒSÚN DÉ


Montevideo, marzo de 2007

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b
LA MANIFESTACIÓN RELIGIOSA: ASÉ Y EBÓ.
“El hombre es la medida de todas las cosas,
del ser de las que son,
y del no ser de las que no son.”
Protágoras.

D
esde que el hombre es hombre ha sentido el impulso de explicar el mundo y la
propia existencia, tratando de comprender los fenómenos naturales que le
rodean, y, estableciendo un orden coherente a su percepción de los mismos. A
esto, denominamos COSMOVISIÓN, es decir, una interpretación del mundo (la palabra
cosmos, del griego κοσµοσ , significa “orden”, el orden del universo, o la resultante de
como los dioses agruparon la materia preexistente que se hallaba en caos -καοσ-,
resultando el universo conocido). Dependiendo del tiempo histórico, o, de la región
geográfica en que nos hallemos, será el tipo de cosmovisión que observaremos.
De esto podemos inferir que, el medio ambiente, la edad histórica, las
condiciones económicas y sociales, etc., serán parte del constructum del
cuerpo religioso en cuestión. Al decir del Babálòrisá Milton Acosta de Sangó, “... no
existe ningún fenómeno religioso que se pueda considerar puro, porque tampoco existe
ningún fenómeno religioso que sea única y exclusivamente religioso: es –aún
reivindicándose revelado- absolutamente humano.”10

Con el surgimiento de la agricultura (denominado en Historia la “Revolución Neolítica”),


aproximadamente 10.000 años atrás, el ser humano pasa a depender más estrictamente
de su conocimiento de la tierra y de los ciclos agrarios, y al familiarizarse con ellos, los
denominó, los personalizó; tuvo temor o simpatía hacia ellos y sus consecuencias.
De alguna manera se les debía acercar, encontrar como comunicarse, ya sea por medio
de objetos y lugares sagrados, o por sacerdotes iniciados e intermediarios de las
potencias y energías de la naturaleza. También debió pensar en ofrendarles de alguna

10“Contribución al estudio de Esú. El principio dinámico de la vida, el guardián de los límites,


comunicador.”, Montevideo, Impresora Cordón, 1999.

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manera, para obtener sus favores o agradecer el deseo concedido de una buena
cosecha o la multiplicación de los rebaños. En la mayoría de los cultos antiguos, el
ofrendar en sacrificio (sacrificar es hacer de algo una cosa sagrada –res sacra-) fue la
solución a esta necesidad de contacto con las divinidades. Si determinada entidad
concedía la gracia de que los cultivos fueran abundantes, el hombre llevaba ante ella
frutas, cereales, comidas, o los animales más bellos de su rebaño. El acto de faenar un
animal contiene ciertos elementos muy importantes en este proceso de relacionamiento
dios – ser humano; al ofrendar una chiva, una oveja, el hombre estaba haciendo
partícipe de su alimento a una entidad sobrenatural, y nada más propicio para ello que
derramar la sangre de la misma, en el lugar u objeto sagrado, ya que el dios se
alimentaría de la energía espiritual de ese animal, tal como nos ilustra la Biblia con
respecto al concepto de la sangre del judaísmo: “Porque carne con su vida no
comeréis, que es su sangre...”11 . Si en la sangre reside la vida, esa energía intangible,
es de ella que partirá la energía hacia el mundo espiritual. Es así que la sangre es un
elemento que concentra una gran cantidad de Asé, y no puede ser derramada sin previa
consideración de la seriedad del hecho, y al hacerlo debe ser efectuado por una persona
ordenada (que haya “ganado” ese Asé, es decir haber recibido la “faca” o cuchillo de
sacrificios en una “obligación”). Siendo el Asé una fuerza, éste puede crecer o menguar
de acuerdo a la observancia de las obligaciones del hijo de santo. Para evitar la pérdida
del mismo, es transmitido por medio de los elementos de los reinos vegetal, animal y
mineral que lo contienen (por ejemplo podemos utilizar sangre animal o vegetal –savia-,
según las circunstancias). En suma, el Asé es un poder que recibimos, compartido y
distribuido por medio de la práctica ritual, de lo místico e iniciático que ésta contiene,
cargada de conceptos simbólicos y elementos materiales utilizados como vehículos
energéticos. Es el poder del Asé el que posibilita al Òrisá manifestarse por medio de su
hijo.
Es así que nos introducimos en dos conceptos básicos del Batuke y las religiones
africanistas: Asé y Ebó. Asé, “... es el poder con el cual Dios Todopoderoso –
Oloddumare- creó el universo. Todo está hecho de Asé, y a través del Asé todo es
posible. Los Òrisá son los depositarios del Asé de Oloddumare. (...) Asé es también
autoridad, poder de acción.” “Ebbó, por otra parte, es el concepto de sacrificio, la forma
en la cual los Òrisá son propiciados de manera que nos den su Asé. Todos los ritos y
sortilegios... son parte del concepto de ebbó.” 12 El Asé se recibe “... cuando nos
hacemos sacerdotes (...) (y) se crea un velo mágico, una fuerza que llamamos ‘Asé’,
que nos une a todos los Òrisá. Con esta fuerza (...) podremos ayudar al necesitado, al
carente de trabajo, amor y felicidad, siempre obedeciendo el principio básico de karma.
No podemos dar riqueza a aquel que precisa pasar por la miseria para crecer... Cuantos
grandes Babálòrisá vivieron y murieron en casas muy humildes y otros padecieron
dolores atroces por años y años, y otros vivieron rodeados de multitud de gente sin
encontrar a una persona que les diera el amor, que su corazón pedía. Pasaron todo lo
que tenían que pasar para poseer el Asé para conquistar lo que necesitaban. Quien
desobedece esta ley con seguridad le será cobrada antes de partir. Todo se paga a
través del abandono, enfermedades, soledades y no tener para comer. No podemos
olvidarnos nunca que la mayor riqueza no es de este mundo, ni de los ojos, sino del
alma; y la encontramos cuando nos encontramos con nuestros Òrisá. Así tendremos
realmente conquistada la plenitud de la llama creadora...”

11 Génesis 9:4, Santa Biblia.


12 “SANTERÍA. La Religión.”, Migene González Wippler, Llewellyn, Minnesota, 1999, página 4.

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EL CONCEPTO DE <<HOMBRE>> DENTRO DE


LA COSMOLOGÍA YORUBA

ÒRISÁ PERSONAL
Identidad espiritual que liga a la
persona con la naturaleza. Define sus
potencialidades y tabúes. Con la
muerte regresa a la energía general
del Òrìshá.
EMI
Soplo vital que viene
de Olorun, y vuelve a
él a la hora de la
muerte. Es reutilizado
constantemente pues
es la fuente de la
vida.

ORÍ: “cabeza espiritual”,


contiene la individualidad del
destino, desaparece con la
muerte.

EGÚN
Es la propia memoria
de la persona en su
pasaje por el Aiyé. Es
lo que se denominaría
espíritu.
Con la muerte vuelve
a Orún, de donde
puede volver
reencarnando, dentro
de su mismo linaje.

A RA
Cuerpo material. Con la
muerte se descompone,
reintegrándose a la
naturaleza.

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BATUKE. Nación Ewé – Oyó.

c
EN BUSCA DE LAS RAÍCES.
Por Babá Fabio Omowúrà t’Òsún Dé y Ana Varela omot’Òyá

H
ablar de los orígenes de nuestras creencias es, evidentemente, acercarnos a
nuestros antepasados negros forzados a emigrar de su África natal para ser la
fuerza productiva en las colonias europeas de América. Con la llegada de los
primeros europeos a nuestro continente, constatamos ya, el arribo de los primeros
negros esclavos como producto de la tradición esclavista de la Península Ibérica. En el
sur de Portugal y en las islas de la costa atlántica (Madeira, Las Canarias, Santo Tomé),
en el desarrollo de la producción azucarera se estilaba ya, a fines del siglo XIV e inicios
del XV la utilización del negro, posibilitada por las expediciones que esta nación
efectuaba al África.
La esclavitud en América reunió dos modalidades traídas del Viejo Mundo; -el uso del
africano en el servicio doméstico, y; -en la plantación azucarera (en el caso
uruguayo se daría la primer situación mencionada).
Es importante tener en cuenta que, la esclavitud es un elemento fundamental en lo que
la historia ha llamado la expansión europea, que no es más que la expansión comercial
producida fundamentalmente a partir del siglo XVI y que buscaba el enriquecimiento de
las potencias centrales del momento. Vale decir entonces que la explotación esclavista
en el caso del negro se origina ya a fines del siglo XIV y perdura hasta los inicios de la
segunda mitad del siglo XIX cuando es abolida en la mayoría de los países (ya
independientes) de América (con las tristes excepciones de Brasil y Cuba donde es
abolida en 1891).
La inmigración forzosa se inicia inmediatamente después de 1492, y se va acrecentando
paulatinamente con las necesidades de producción del conquistador/colonizador.
En una primera instancia, se intentó esclavizar a los indígenas pero fueron varios los
motivos que llevaron a declinar dicha opción: 1 – la población indígena disminuyó
considerablemente y en forma acelerada por las enfermedades que acompañaron al
conquistador, ante las que no poseía inmunidad; 2 – los focos de resistencia indígena
llevaron al exterminio violento de grandes núcleos poblacionales; 3 – la negativa por
parte de algunos pueblos a efectuar actividades relacionadas a la agricultura por ser

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considerada una labor femenina (es el


caso de los tupíes); 4 – la experiencia
europea enseñaba que el poblador del
continente africano había rehusado ya la
fe cristiana, mientras que el indígena
potencialmente era ‘evangelizable’; 5 – la
esclavitud indígena implicaba un quiebre
del ‘equilibrio’ colonial, mientras que la
importación de un elemento foráneo (el
negro) no representaba una amenaza; 6 –
muchos de los pueblos africanos
practicaban con un buen desarrollo la
agricultura.
La historia ha consagrado a algunas
personas que defendieron al indígena
como Fray Bartolomé de las Casas,
obviando el detalle de que ellos mismos
sugirieron la esclavitud del negro
(demostrando ya la existencia de
racismo); mientras, hipócritamente
disfrazaban sus conciencias afirmando que
eran los propios negros de la costa
occidental africana quienes los vendían, valiéndose así de las rivalidades intertribales de
ese continente.
Éste ultimo hecho también fue utilizado para mantener separadas a las diferentes
‘naciones’13, reforzado esto por una temprana prohibición (1526) de introducir esclavos
negros que hubieran vivido un año en los reinos españoles o en Portugal (negros
ladinos14), y se redujo la trata a negros recién importados de África (negros bozales),
eliminando la posibilidad de comunicación entre esclavos que hablaran dialectos nativos
diferentes.
Mientras se sucedieron leyes que intentaban ‘proteger’ al indígena desde comienzos del
siglo XVI, en el caso del negro hay que esperar hasta 1789 para que aparezca en una
Instrucción Real algún elemento de trato ‘humanitario’; la evolución de su estatuto
jurídico ha permitido definir la situación del negro como el de ‘una cosa con pretensión
creciente de persona’, es decir, un ser al que se le niegan todos los derechos al
comienzo y que lentamente se le van concediendo algunos (como el de ‘comprar’ su
libertad, sin lograr aun así una igualdad –hecho que trató de encubrir una realidad
flagrante: libertad no es equivalente a igualdad-). Cuando en 1815 Inglaterra procure
prohibir la trata, lo hará motivada por su desarrollo industrial, que le hace ver con
malos ojos la “desleal competencia del esclavo” tratando de encubrir sus reales
intereses con una actitud humanitaria, queriendo olvidar que la acumulación del capital
inglés rezumaba la sangre de los millones de esclavos transportados por ellos mismos
durante la ‘legalidad’ del tráfico. Acto seguido, los recién nacidos países

13De ahí que aun hoy sea imposible hablar de una “comunidad” negra, entendiendo implicada
en ese término la carencia de conflictividades.
14 Cabe destacar que este vocablo adquirió un sentido peyorativo en nuestra lengua

implicando un acto de discriminación.

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BATUKE. Nación Ewé – Oyó.

latinoamericanos comienzan a dictar leyes de ‘libertad de vientres’, iniciando así un muy


lento proceso hacia la libertad.15
Es imposible determinar a ciencia cierta la cantidad real de africanos introducidos en la
América hispano - portuguesa durante el período en que duro la ‘trata’. Las cifras
reveladas por el registro oficial de los ‘asientos’ debe ser multiplicada muchas veces por
la existencia del contrabando. Para aproximarnos a una correcta estimación queremos
señalar dos elementos: primero, la población negra no deja de crecer en América pero
no lo hace por reproducción natural (dado que la esperanza de vida era de 6 a 7 años
en las zonas de plantación, desquitando la inversión del amo en 4 años de trabajo) sino
que exige una constante reposición desde ultramar16; segundo, estimamos pérdidas en
la población africana con un ejemplo esclarecedor, la ciudad que adoraba al Òrisá Osósi
fue arrasada y esclavizada en su totalidad, de ahí que en Nigeria no exista hoy culto a
él, y sí en algunos ritos afroamericanos17.
Tal es la disparidad de criterios, basada en la carencia de fuentes fidedignas, que los
historiadores han aventurado cifras muy alejadas entre sí, desde 3.000.000 hasta
18.000.000.
Lo que no podemos dejar de hacer notar es la importancia de la población negra en la
conformación de las naciones americanas; se calcula que en 1825, en América Central y
del Sur, había un total de 4.349.000 blancos, 4.188.000 negros, 6.252.000 mestizos y
mulatos, y, 8.211.301 indios.

En cuanto a la exacta procedencia de los esclavos en nuestro país es muy difícil


determinarla ya que se deben tener en cuenta: -primero, que los barcos cargaban
negros en la costa africana en varios puntos diferentes y aún teniendo los libros de
entrada de los navíos, estos dicen de dónde eran embarcados pero ello no significa
necesariamente que el esclavo procedía de ese lugar y; -segundo, debemos agregar a
ello el contrabando, siempre muy activo e intensísimo.
Las etnias africanas llegadas al Río de la Plata cuentan con las denominaciones de las
sociedades de negros documentadas en archivos y difundidas a veces en la Prensa del
Siglo XIX18. En el Uruguay podemos citar las siguientes: Angola, Ardra, Congos de
Gunga, Benguelas, Boma, Cabindas, Congos (abundantes al igual que en Bs.
Aires), Mandingas, Nimas, Molembos y Mozambiques ( también muy abundantes
en Bs. Aires y Brasil).
La supervivencias recogidas por varios autores en ambas márgenes del Río de la Plata
ratifican el predominio Bantú y Ashanti. Pese a esto, puede afirmarse en nuestro país
la presencia de africanos de la más extendida procedencia cultural.
Los bantús han constituido, sin duda, sobre todo en ciertas épocas, el elemento
dominante de la población esclava americana. Muchas de sus tradiciones se han
conservado de Norte a Sur de todo el continente. Sin embargo, de sus religiones, en el

15 En nuestro país por ejemplo hay que esperar a la Guerra Grande (1839-1852). El gobierno

colorado de la Defensa la concederá pero a cambio de la incorporación al Ejército ( 12 de


diciembre de 1842) El Gobierno del Cerrito dirigido por Oribe la otorgará, en cambio, sin
condiciones por decreto del 28 de octubre de 1846
16 Crecimiento vegetativo negativo.
17 González Wippler, 1999:13
18 Jorge Emilio Gallardo “Etnias Africanas en el Río de la Plata”, Ed. Centro de Estudios L.

Americanos, Bs.A. l989/ Col. Ensayos Breves Nº 26

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Río de la Plata, sólo quedan algunos rastros, consecuencia de una deculturación bien
planeada y puesta en práctica por los colonizadores y sus sucesores.
A los bantúes corresponde una fuerte influencia lingüística. Las palabras negras dejaron
su sedimento en el habla platense: Batuke, bujía, bunda, cachimba, conga, catinga,
cafúa, dengue, mandinga, matungo, malambo, milonga, mucama, quilombo, tango,
tambo, candombe y algunas otras.

Desde un primer momento, las autoridades representantes de la corona –ya fuese la


española o la portuguesa- y de la Iglesia católica, tuvieron especial interés en la
conversión de los esclavos al cristianismo y en la exigencia de que el negro adoptara las
prácticas litúrgicas con el fin de asimilarlo a la cultura europea; ya que, haciéndole
perder su identidad como etnia, se haría más sencilla la dominación.
Sin embargo, en la mayoría de las regiones, el negro logró la conservación de elementos
culturales propios, por medio de lo que se ha denominado sincretismo; ocultando su
veneración a los Òrisá en una asociación19 de sus atributos e identidades con los
santos del catolicismo imperante, de acuerdo a los relatos biográficos que mencionan
aspectos de sus personalidades, de allí que por ejemplo Òrisá Bará se identificara con
San Antonio, Òrisá Ogum con San Jorge u Òrisá Òsún con la Virgen María.
Esto se pudo producir por las prácticas en secreto, sobre todo en las horas nocturnas de
los rituales, y por la participación de los negros en cofradías católicas según sus
naciones, en las que se les permitía danzar y conservar algunos aspectos de su cultura.
Ante los ojos del amo blanco, se había producido una real conversión al cristianismo,
ignorando -como menciona el Bàbálòrisá Paulo Tadeu Barbosa20- que detrás de las
propias imágenes se hallaban ocultos los okutá del culto yoruba.
Es importante resaltar que fue ésta una modalidad de resistencia ante la dominación
también cultural, y que tanto el catolicismo como el culto a los Òrisá son religiones
diferentes (aunque hasta el día de hoy, en muchas casas de religión se utilizan los
nombres e imágenes de los santos católicos). Es así que en secreto y en forma oral se
fue transmitiendo en el suelo del nuevo continente la tradición africanista, no sin sufrir
transformaciones procedentes de la adaptación de los propios Òrisá a la nueva realidad
de sus hijos. Entre ellas se debe mencionar la fusión de algunas naciones.

19 Concepto acuñado por el brasileño Norton Corrêa Lima, y citado por Diana Picotti (1998:
249).
20 1983: 26.

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SOBRE EL <<PROBLEMA>> DE LAS NACIONES AFRICANAS


EN LOS CULTOS AFROUMBANISTAS.

Grupos
Lingüísticos Sudaneses

Abarcan hoy las regiones


que van de Etiopía a
Chad; del sur de Egipto a
Uganda y el norte de

Bantúes Tanzania. Los pueblos del


subgrupo denominado
“sudanés central” son los
que conocemos como
yorubas o nagó, géges o
fon
Situados en África
Meridional hasta el Cabo
de Buena Esperanza,
hablan más de 1000
dialectos.
Dentro de los yoruba encontramos algunas
ciudades que determinaron las influencias
religiosas fundamentales en América:

• ÒYÓ (ciudad de Sangó)


En Brasil predominan la lengua • KETU (Ciudad de Oshowosi)
quicongo, hablada en Congo, • IJEXÁ (Centro del culto a Oshún y
Cabinda y Angola; y el kimbundu, Logún Edé)
• ABEOKUTÁ (ciudad de Yemoja)
también angoleño.

De este corpus cultural De este corpus cultural


nacen los Candomblés de nacen el Candomblé Gegé-
Caboclo, el Catimbó de Nagó de Bahía, el Batuke
Pernambuco y la posterior riograndense, el Tambor de
conformación de la Mina de Maranhao y el Sangó
Umbanda y la Kimbanda. de Pernambuco

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BATUKE. Nación Ewé – Oyó.

d
¿Y QUÉ ES EL BATUKE?

L
lamamos Batuke o “nación” a la religión que practicaban los esclavos negros de
origen bantú en Río Grande del Sur; se calcula que su origen como rito, se da entre
los años 1833 y 186021 bajo la influencia ejercida por esclavos traídos desde
Pernambuco22 por un lado, y de la cultura Ewé (gegé) por otro. Muy probablemente, su
punto de desarrollo y expansión fue la ciudad de Porto Alegre.
Hay registros antiguos sobre el establecimiento de los pueblos Yoruba en África
occidental (los historiadores suponen que Ilé Ifé fue fundada alrededor del siglo IX
d.n.e.); debido a su vocación expansionista, sabemos que se extendieron
conjuntamente a sus creencias por la región, y en el siglo XVIII consiguieron establecer
un estado fuerte. Durante la primera mitad del siglo XIX el reino de Oyó se desintegró
en un puñado de pequeños reinos, que posteriormente quedaron bajo el dominio inglés.
Los cultos de origen Nagó (Yoruba) han adquirido diferentes modalidades en nuestro
continente, desde la Santería cubana hasta nuestro Batuke; éste último es tomado como
una expresión de los negros libertos del nordeste quienes practicaban el “Xangó”
pernambucano y lo trasladaron al sur brasileño.
En una primera instancia el culto a los Òrisá estaba restringido a los descendientes
legítimos de los negros esclavos, quienes se agrupaban según sus “naciones”. La
palabra “Batuke” proviene del nombre que le daban los negros bantúes a sus reuniones
(batukajé), que luego se asocia a los sonidos de percusión. Hacia fines de 1800 los
practicantes del candomblé bahiano entraron en contacto con los nigerianos, hecho que
produjo la modificación y readecuación de los rituales a la modalidad puramente
africana, y es ésta una de las diferencias fundamentales entre el Candomblé y el Batuke,
que siguió manteniendo los rituales y ceremonias legadas por los esclavos Nagó.
Reconocemos que el Batuke es más sencillo en torno a su liturgia debido a las
adaptaciones que fue menester realizar en nuestro continente; no era tan sencillo
raparse al hacer obligaciones, ni rasparse en lugares visibles, aprovechaban la salida a

21Al menos tal es la información que maneja Milton Acosta (1996:9)


22Debido a las similitudes que algunos autores encuentran entre éste, y el culto afrobrasileño
denominado “Sangó” originario, precisamente, del noroeste de Pernambuco.

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BATUKE. Nación Ewé – Oyó.

la iglesia para efectuar sus obligaciones de “paseo”, etc. Esto no le quita pureza y
autenticidad como expresión religiosa afroamericana, sino que de hecho le aporta un
rasgo de singularidad e identidad propia.

Mencionamos antes, que podemos referirnos a diferentes NACIONES –con sus


respectivas modalidades ceremoniales- que responden a las tribus africanas
predominantes en la región riograndense, las que, en muchos casos mantenían fuertes
enemistades entre sí.
Entre ellas hay diferencias de culto muy importantes (como el toque de los atabaques,
las rezas y caracterizaciones de algunos Òrisá –o la presencia de algunos Santos que no
se cultúan en otras).
En el caso de nuestra nación, nos referimos a ella bajo la denominación GEGE – OYÓ (u
Òyó); siendo el primer vocablo el que nombra en América a todos los pueblos ewe
(aquellos que ocupaban el norte de la costa occidental africana específicamente a los
habitantes provenientes de la actual República de Benin –dahomeyanos-); para estos
últimos, sus divinidades son denominadas “vodunes” (equivalente a Òrisá), adoptando
luego de la invasión yoruba –siglo XVI- el apelativo que se conserva hasta hoy. En ese
momento, se sumaron tres vodunes muy importantes al panteón yoruba:

• Bará (para ellos llamado “Legba”)

• Sònponnó (denominado originalmente Lepon)

• Naná (que se llamaba Averekete y es madre de Sònponnó; entre los


gegé ocupaba el mismo lugar que Obatalá para los yoruba, de ahí
que se desposen mitológicamente al fusionarse ambas naciones).

Entendemos entonces al Batuke, en forma genérica como el culto a los Òrisá


originado en el África y adaptado a las realidades del continente americano y
a nuestra región más específicamente, si tomamos en cuenta los aspectos
rituales y doctrinales de éste. Comúnmente, quienes veneramos a los Òrisá,
denominamos su culto como “La Religión”, entre otras cosas para reivindicar
su carácter como cuerpo teológico organizado ante la discriminación blanca
que la ha tildado de “fetichismo”, “animismo”, “secta”.

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INFORMACIÓN ANEXADA AL PRESENTE CAPÍTULO: LOS YORUBÁ

El pueblo Yoruba del Suroccidente de Nigeria


y las repúblicas vecinas de Benin (Dahomey)
y Togo suman más de 10 millones. Están
subdivididos en más de veinte subgrupos,
cada uno de los cuales era tradicionalmente
un reino autónomo. A pesar de las muchas
diferencias entre los varios subgrupos,
quedan suficientes vínculos culturales para
indicar que todos ellos pertenecen al mismo
grupo étnico. Esto es en especial cierto de su
idioma que, según los eruditos, ha sido
hablado por los Yorubas durante varios miles
de años.
La antigüedad del Yoruba es calculada no
sólo sobre la evidencia lingüística, sino
también en estudios arqueológicos que
parecen indicar que las tribus emigraron del
este, tal vez del Nilo superior, al comienzo de
la era cristiana. Es durante este período que
empezamos a rastrear la extraordinaria
complejidad de los aspectos económicos,
políticos, artísticos y religiosos de la cultura
Yoruba que figura entre las más desarrolladas
en África occidental. Una de las características
más sobresalientes de la cultura Yoruba era la formación de reinos de tipo ciudad-estado en un
proceso de urbanización única entre los llamados pueblos primitivos. El centro de su
civilización, tanto política como religiosamente, ha sido tradicionalmente la ciudad sagrada de
Ile-Ife. Todas las ciudades-estados o reinos formaban una estructura socio-política piramidal, en
la cúspide del cual estaba la ciudad de Ile-Ife. La palabra Ile significa ‘hogar’ y en efecto Ife es
considerado el hogar ancestral del pueblo Yoruba. El jefe de Ife era el ooni, o rey divino, de quien
todos los otros reinos Yoruba u obas recibían el derecho de llevar la corona de cuentas que era el
símbolo de su poder. El ooni se decía que era un descendiente directo de Oddudúa, el fundador
orisha de Ife y una de las tres deidades enviadas a la tierra por el creador, Oloddumare, para
supervisar los destinos de la humanidad. Hoy la dinastía ooni todavía tiene mucho poder en
Nigeria y todavía se remonta su ancestro hasta Oddudúa. La unidad integral de la cultura
Yoruba está directamente relacionada con las poderosas creencias religiosas que durante siglos
han influenciado y penetrado su arte y estructuras sociopolíticas. Ife pronto se volvió en un
centro de peregrinaje para todos los Yorubas que venían a consultar a los sacerdotes jefes que
estaban dedicados a la adoración de las principales deidades u Òrisá. (...)... la complejidad del
panteón Yoruba es similar a la mitología griega. Como los dioses olímpicos, los dioses Yoruba
fueron atropomorfizados e identificados con las fuerzas naturales. También eran invocados en
tiempos de necesidad y propiciados a través del sacrificio. La única diferencia importante entre
las deidades griegas y las de los Yoruba es que mientras la adoración de los dioses olímpicos
pronto fue relegada a libros de mitología e historia antigua, la de los Òrisá está todavía muy
viva hoy, no solo en Nigeria sino también en el hemisferio occidental.
González Wippler, Migene (OP. CIT. Página 7)

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e
LOS ÒRISÁ YORUBÁ

E
ntre los pueblos africanos de los cuales deviene nuestra religión, Dios es
denominado OLODDUMARE (“dueño de las cosas que existen”) u OLORÚN (“dueño del
mundo espiritual”), y su noción excede el entendimiento humano, trasciende
nuestras posibilidades de tan siquiera acercarnos a comprender su naturaleza;
pero nos es posible armonizar y conocer a las fuerzas del universo por él creadas, a las
que conocemos como Òrisá. De hecho, consideran que es una falta de respeto llamarle
directamente por su nombre, por lo que se utilizan ciertos títulos:

• Eléda: el creador del universo.


• Oyigiyigi: el incomparable.
• Obá Awa-Máridií: su misterio es inalcanzable.
• AlábalAsé: el que posee todo el Asé.
• Elémi: el dueño de todas las almas.

La palabra Òrisá está ligada a la expresión yoruba “orí” que significa “cabeza”, aludiendo
a que cada persona posee un Òrisá que ‘rige su cabeza’, es decir, le gobierna, protege,
enseña y determina los elementos de la vida que sucederán (destino u ODU), así como
su carácter y personalidad. Es decir, todos somos “hijos” de un Òrisá específico, lo
sepamos y nos interese o no. Según la tradición, al nacer, Òrisá Naná entrega ese ser al
Òrisá que se responsabilizará de él, hasta el momento de la muerte. Esto significa que
cada persona tiene un origen divino en el santo que nos orienta, y que se halla física y
simbólicamente en nuestra propia cabeza (ELEDÁ). La única forma de averiguar su
identidad, es por medio del sistema adivinatorio de ÒrúnMilá.
En primera instancia, se entiende que algunos Òrisá, son antepasados ilustres
divinizados, como por ejemplo Òrisá Sangó fue rey de Òyó, Òrisá Ogum, de Iré y
Òrisá Òsún fue protectora de la ciudad de Osogbó. En estos casos se cree que
encarnaron en algún momento en la Tierra, y que, por su dominio de las fuerzas
naturales, adquirieron el rol de ‘divinidad’; y legaron el conocimiento de las
características de su ASÉ (energía propia).

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Podríamos decir entonces que Òrisá es la “… fuerza de la naturaleza que determinados


individuos, desde la aurora de los tiempos quizá, han sabido calmar, aplacar y obtener
de ella beneficios, poseyendo para ello medios mágicos. Aunque inicialmente la parte
libre de este poder fuese negociada, solo el o los aspectos controlables son los pasibles
de ser asentados –fijados- en santuarios para permitir ser tratados de forma ritual.
Posiblemente en su origen estas alianzas entre las fuerzas naturales y los seres
humanos eran un asunto particular, de beneficio exclusivo de a familia o comunidad a la
que pertenecía el negociador.” 23
Los Òrisá entonces, poseerían dominio sobre aspectos de los elementos naturales
(Yemojá es la energía de las aguas saladas, Òyá la de los vientos y rayos, Òsún la de los
ríos, etc., etc.), y en armonía con esas energías se le atribuyen animales específicos,
hierbas, plantas, lugares, etc. Dada la elevación de su evolución, ya no es un “espíritu”
o “alma”, sino energía misma del universo.
Por este carácter de su esencia, el Òrisá puede tomar posesión –es decir controlar los
actos de la ‘materia’ o cuerpo- de su hijo en circunstancias específicas; a este hecho, lo
denominamos OCUPACIÓN, para reafirmar que es por voluntad de la divinidad que se
produce; de hecho es esa una de las manifestaciones que lo hace tangible a los
humanos, ya sea para escuchar sus consejos, recibir su Asé, o verle danzar.
Cuando se da el trance de posesión, la persona se desenvuelve con el carácter y
temperamento de su Òrisá, habiendo una clara influencia también del Òrisá adjunto
(llamado “de cuerpo”) y aun la expresión de la cara o postura del cuerpo varía
(sumamente notorio en la personas que “reciben” santos ancianos); mientras que en la
vida cotidiana, el carácter del sujeto es el equilibrio establecido entre los dos santos que
le rigen. El dueño de la cabeza determina entonces el arquetipo psicológico de su hijo,
así como también de ciertos rasgos físicos.
Cuando el Òrisá “llega al mundo” (es decir, ocupa a su hijo) debe ser reafirmado en la
materia (lo que se denomina en religión “quebrar al santo”), y durante su estadía en la
materia se le debe tratar con todos los respetos; cuando se retira se le debe ayudar a la
entidad a desprenderse del cuerpo físico (“borifar”); y en ningún caso se debe comentar
al “hijo” lo sucedido; luego de la partida, la persona queda en trance de aseré24, un
estado intermedio entre el sujeto y el Òrisá, una mezcla de ambas personalidades (la
del santo y la del sujeto inconsciente o semiconsciente) entendido como transición a la
desocupación. Entre otras cosas, el aseré (o ashero) tiene el objetivo de borrar de la
mente del iniciado algunos recuerdos de la ocupación, es importante destacar que esta
combinación de personalidades posee el conocimiento y la fuerza de la divinidad y los
gustos y disgustos del “hijo” por eso es relevante tratarles con atención y respeto.
Su comportamiento en la mayoría de los casos es similar al de un niño, hablando en
forma “atravesada”, o por oposición (si hace frío dirá que hace calor, si algo es bonito
dirá que es “ruin”). Si bien no hay ofrendas específicas para ellos, es usual que se les
obsequien golosinas y presentes en general.
Cuando una persona es iniciada en el Ilê, pasa a formar parte de la familia del Òrisá jefe
o dueño de la casa, quien se encargará de educar y guiar al iniciado y a su propio santo.
Como mencionamos antes, en África, hay Òrisá específicos de aldeas, pueblos o países,
por ejemplo el Òrisá Sangó es el principal de Òyó, mientras que Òrisá Òsalá (Obatalá u
Òrísanlá) es la mayor jerarquía en Ilé Ifé, Òrisá Yemojá rige en Egbá y Òrisá Òsún en
Ijesá; se debe destacar que no todos los Òrisá son cultuados en todas las naciones.

23 Acosta, Milton. “Ípadé”, Edición digital, página 4.


24 Del yoruba asiweré, loco, confuso, extraviado.

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Usualmente el cuerpo sacerdotal pertenece a su linaje –familia, descendencia- y no


todas las personas poseen el rol de ser ocupadas por la divinidad (específicamente ellos
son denominados Elégùn, en yorubá “soporte”), algunos se encargan del financiamiento
del culto, otros la enseñanza, etc.; en América, el número de Òrisá es más reducido, y la
descendencia directa ya no posee las mismas consideraciones. De ahí que sea
fundamental la intervención de Ifá para saber qué Òrisá reclama al nuevo adepto a su
sacerdocio.

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f
LOS ÒRISÁ DE LA NACIÓN GEGÉ - ÒYÓ

L
os Òrisá reverenciados por nuestro Ilé Asé son:

1. Òrisá ONILÉ.
2. Òrisá BARÁ ESÚ.
3. Òrisá OGUM.
4. Òrisá ÒYÁ.
5. Òrisá SANGÓ.
5 Y 6. Òrisá ODÉ y OTIM (que se Veneran Juntos).
7. Òrisá OBÁ.
8. Òrisá OSSAYN.
9. Òrisá SÒNPONNÓ (Omolú, Obálúaiyé, Babálúaiyé).
10. Òrisá ÒSÚN.
11. Òrisá YEMOJÁ.
12. Òrisá NANÁ.
13. Òrisá OBATALÁ.
14. Òrisá ÒRÚNMILÁ.

Entre ellos podemos distinguir a los Òrisá de fuego y a los de agua, siendo los primeros
los encargados de mantener la creación del mundo efectuada por los santos viejos –
identificados con las fuerzas acuáticas-, aclarando que, en ningún sentido esta
clasificación pretende establecer diferencias en el carácter divino de los Òrisá, sino
mostrar sus diferentes áreas de dominio. En el plano de las ofrendas, asentamientos y
rituales, hablando en forma general, los primeros reciben aceite de dendé, por lo tanto
asociado al elemento fuego; y los segundos reciben miel, reconociendo algunos santos
que aceptan ambos (con casos excepcionales donde se utiliza aceite de oliva).

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Es así que manejamos las siguientes clasificaciones:

Clasificación de los Òrisá

DERECHA IZQUIERDA
CREACIÓN (viejos) CONSERVACIÓN
(jóvenes)
Aire, agua, lama. Fuego, tierra, naturaleza,
labor.
Colores blanco y claros Colores más oscuros a veces
(amarillo, celeste, lila). asociados al blanco.
Miel. Aceite de Oliva. Aceite de dendé. Aceite de
dendé y miel.
Animales femeninos. Animales machos y hembras.
Obatalá. Sònponnó.
Naná. Ossayn.

Yemojá. Obá.

Òsún. Odé y Otim.

Sangó.

Òyá.

Ogum.

Bará Esú.

Adaptado de “Contribución al estudio del


Batuque.Una religión natural: ni locos ni raros.” de
Milton Acosta, Montevideo, 1996.

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Òrisá Onilé
Onilé es una divinidad femenina relacionada a los
aspectos esenciales de la naturaleza, y originalmente
ejercía su patronato sobre todo lo que se relaciona
con la apropiación de la Naturaleza por parte del
hombre, lo que incluye la agricultura, la caza, la
pesca y la propia fertilidad. Cuando la sociedad
Yorubá se convirtió en patriarcal, lo que implicó la
constitución de linajes fundados y liderados por
antepasados masculinos, las mujeres perdieron el
antiguo poder que ostentaran (y que los mitos
conservan como el recuerdo de una lucha entre Òyá y
Ogum por el poder social). Los antepasados divinizados tomaron el lugar de las
divinidades primitivas y hubo una redistribución del trabajo y las funciones entre los
Òrisá. Las divinidades femeninas antiguas tuvieron entonces su propio culto
reorganizado en torno de entidades genéricas femeninas, las Iyámì Osorongá,
consideradas brujas maléficas por el hecho de que representaron siempre un peligro
para la supremacía masculina. Varios Òrisá asumieron la responsabilidad de custodiar a
la Tierra, ahora dividida en varios gobiernos: el subsuelo quedó para Omolú – Obálúaiyé
y para Ogum; el suelo para Òrisá Okó y para Ogum, la vegetación y la casa para Odé y
Ossayn y así todos los demás elementos. La fertilidad de las mujeres fue el atributo que
se dejó a los Òrisá femeninos, ya que la mujer, con su facultad de parir es la dueña de
la perpetuación de la vida. Se constituyeron entonces en las Òrisá de los ríos,
representado la propia agua que fertiliza la tierra, posibilitando la vida: son las Iyabás
Yemojá, Òsún, Obá, Òyá, Ewá así como también Naná, que como antigua divinidad de
la tierra, representa la lama del fondo del río, fértil generadora de vida. Onilé tuvo su
culto preservado en África, pero perdió muchas de sus antiguas tradiciones. En la
actualidad ella representa nuestra ligación elemental con el planeta en el que vivimos,
nuestro origen primordial. Es la base de la sustentación de la vida y de nuestro mundo
material. Su importancia es crucial en la cosmovisión yorubá, aunque en Uruguay y
Brasil es un Òrisá casi inexistente, al que muy pocos devotos recurren para su solicitar
su auxilio. Uno de los factores que contribuyó al olvido de Onilé es el hecho de que este
Òrisá no se manifiesta a través del trance, no ocupa ni reclama hijos y no danza. Otros
Òrisá que no ocupan a sus hijos o sus fieles, también fueron relegados a un segundo
plano, ya que en la conformación de los rituales afrobrasileños el espiritismo kardecista
fue muy importante, y éste le otorga un gran valor espiritual al trance de posesión. Esto
mismo sucedió con el propio ÒrúnMilá, que terminó siendo asimilado en Río Grande do
Sul a Obatalá; sucedió también con Oduduwa, Òrisá Okó, Ajalá, y con las propias Iyámì
Osorongá. Es importante recordad, a modo de ejemplo, que Ossayn no era un Òrisá que
ocupara a sus hijos en trance de posesión en África; sus sacerdotes (Olossayn) poseían
la función de ocuparse de la medicina sagrada. En Brasil, el culto a Ossayn se readaptó
su concepción, de ser el encargado de las hojas medicinales a entrar danzando en un
siré de Òrisá. En Nigeria, hasta el día de hoy se mantiene la idea de que Onilé es la base
de toda vida, tanto que, cuando de realiza un juramento, se jura por Onilé. En esas
ocasiones es todavía costumbre, disolver unos pocos terroncitos en agua, y beberlos en
señal de que, toda vida comienza en Onilé, y toda vida termina en la Madre Tierra.

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Òrisá Bará Esú

Esú existe desde antes que el mundo se ordenara. Como la vida


misma, él constantemente cambia, y fija nuevas reglas de juego
(es la típica divinidad ‘trisckster’). Es inteligente y ambiguo,
generalmente concebido como una entidad jovial, y el más
cercano de los Òrisá a la naturaleza humana, ello llevó a que en
Brasil se le haya sincretizado con el diablo, por poner trabas y
pruebas a los seres humanos; obviamente ese es un concepto
demasiado simplista de la compleja función cosmológica de este
Òrisá, ya que Bará Esú es, en realidad “... la severa advertencia
de que nosotros cosechamos lo que sembramos.”25
Es el primer Òrisá en ser propiciado, por su carácter de mensajero entre AIYÉ y ORUN,
es decir, el mundo terrenal y el divino. Cada persona puede recurrir a su propio Bará
Esú, quien será intermediario del Òrisá regente (por eso es llamado Ojisé Ebó, el que
“porta la ofrenda”). De no recibir antes que los demás una ofrenda, se afirma que
entorpecerá los rituales y ceremonias, ya que, para enseñar, prueba y castiga a sus
hijos o al creyente; si se olvida ofrendarle primero o se le ofrenda mal, creará disturbios
y problemas. Bará Esú es la energía del movimiento, de la dinámica de la existencia, es
quien mantiene el mundo y la creación en funcionamiento. Gobierna los caminos y las
encrucijadas de los caminos, por lo tanto es quien va al frente, “abriendo” o
“cerrándolos”. Es el guardián de los Templos, las casas, las ciudades y personas; él está
en todos lados y en cada cosa, ya que es el eterno intermediario entre el hombre y las
divinidades. Según uno de los patakíes (leyendas alegóricas sobre los Òrisá), Bará Esú
obtuvo su rol y preferencia por salvar a Oloddumare de una grave enfermedad, quien en
recompensa le entregó las llaves de todas las puertas y caminos. Es quien mantiene el
balance de los intercambios, produciendo los conflictos que generan la evolución
dialéctica del cosmos. Está asociado al génesis, así como al futuro, sus colores (negro y
rojo) son los del misterio y la procreación; controla la sexualidad masculina y sus
emblemas son fálicos… no hay sexo sin Esú.

CLASES O “PASAJES”: Ol’odé (dueño de exterior), L’onán (dueño de los caminos),


Adague (Àdàgè, el solitario que corta), Aselú (Aselú, el constructor de pueblos).

SALUDO: Alúpo (olú epó: “dueño del aceite” de dendé)

DÍA DE LA SEMANA: Lunes (Ol’odé, L’onán y Adague) y Viernes (Aselú).

CUENTA: 7 y sus múltiplos.

COLORES: Rojo y negro; rojo.

25 GONZÁLEZ WIPPLER, OP. CIT. Página 31.

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FRENTES BÁSICOS:
Esú Ol’odé, L’onán, Adague: Miamiá grueso (farinha de mandioca con aceite de
dendé), maíz torrado, pipoca (maíz pisingallo), 7 papines asados, opeté (1 o 7), naranja,
butiá. 1 o 7 opetés de papa cocida y amasada sin cáscara.
Bará Aselú: Asosó (maíz cocido), maíz torrado claro con miel, pipoca, papines.
Caramelos de miel (7).

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Pene, páncreas, uretra, orín, sangre, huesos de las
manos, huesos de las piernas.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Maíz, maíz pisingallo, papa rosada, papa blanca,


rabanito, pimentón, pepino, brócoli.

LUGAR DE DESPACHO:
Bará Esú Ol’odé, Bará Esú L’onán: En el crucero abierto (encrucijada de calles o
caminos), crucero en el monte, en el monte.
Bará Esú Adague: Crucero abierto.
Bará Esú Aselú: Crucero abierto en la playa, a la orilla de la playa.

ARMAS: Guadaña, cadena, hoz, llave, candado, punteras, sineta, búzios, monedas,
tridente.

METALES: Níquel y hierro.

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Òrisá Ogum

Es el patrón de los metales y la herrería, rige a policías, soldados y


cirujanos. Se dice que Ogum ataca con violencia y rapidez. Es dueño de la
calle y la guerra, controla la energía dinámica de Bará Esú,
encausándola. Rige sobre todas las cuchillas sacrificiales religiosas y
armas. Se le atribuye responsabilidad en todo accidente producido en
automóviles y aviones. Al ofrendar un animal, se dice que es quien
come primero, ya que la cuchilla sacrificial es la primera en tocar la
sangre. Se le hacen pedidos de protección y trabajo ya que es dueño
de toda industria y tecnología, él fue quien introdujo la agricultura.
Desposó a Òsún y luego a Òyá quien lo abandonó por fugarse con
Sangó, por ello vive solo en el monte muy cercano a Odé para quien
fabrica armas de cacería.

CLASES O “PASAJES”: Avagan o Abanadá (gobierna el espacio exterior), Onira (Onírè,


Rey de la ciudad de Iré), Ologbedé (Olóbe Dé, dueño de las cuchillas), Adiolá (Adi Olá,
el que se transforma en riquezas, dueño de las herramientas de labranza).

SALUDO: Ogum yè (“Viva Ogum”)

DÍA DE LA SEMANA: Lunes (Ogum Avagan), Jueves (Ogum Onira, Ogum Ologbedé,
Ogum Adiolá).

CUENTA: 5, 7 y sus múltiplos.

COLORES: Rojo y verde. Verde. Azul.

FRENTES BÁSICOS:

Ogum Avagan: Asado de costilla frito en aceite de dendé; miamiá grueso, pipoca,
huevo duro; fariña torrada; naranja, espinaca, butiá.
Ogum Onira, Ogum Ologbedé, Ogum Adiolá: Asado de costilla frito en aceite de
dendé, pipoca, miamiá grueso; fariña torrada; manzana verde, espinaca.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Dientes, nariz, costillas, sangre, músculos, huesos
de las piernas.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Rabanito, espinaca, aceituna, sorgo, puerro, endivia.

LUGAR DE DESPACHO:

Ogum Avagan: En el monte, en un crucero abierto, en un crucero del monte.


Ogum Onira: En el monte cerca de un árbol.
Ogum Ologbedé: En el monte cerca de un árbol, cerca de un árbol con piedras, en
una cascada.

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Ogum Adiolá: En el monte cerca de una playa, en un árbol cerca de la orilla de la


playa, en el monte cercano a una cascada.

ARMAS: Cobra de acero, lanza, yunque, martillo, maceta, tenaza, alicate, herradura,
siete clavos de herradura, punteras, lima, azada, monedas, búzios, espada.

METALES: Hierro y acero.

Òrisá Òyá

Òyá, conocida también como Iyansán (en nuestra nación esa es


la denominación de uno de sus pasajes), es la divinidad del río
Níger, que se conoce en Nigeria como Odó – Òyá. Está
vinculada a varios reinos, el fuego del relámpago, la centella, el
cementerio y el monte. Fue esposa de Ogum, a quien abandona
por su amor adúltero con Sangó, de quien es esposa favorita. Es
un Òrisá guerrero y aventurero, con un carácter intenso e
independiente. Rige los vientos y las tormentas que echan
abajo árboles y casas; la sensualidad y la sexualidad asumida
(por el fuego). En su aspecto positivo es quien sopla las hierbas
medicinales refrescándolas para el uso de Ossayn. No teme a los muertos (Egún) por su
asociación con el cementerio; su emblema, la cola de caballo (Iroesín, con el que
expulsa espíritus perturbadores) nos recuerda la parte posterior de este animal, es
decir, lo pasado, los ancestros. La cuenta de Òyá es 9 (3 x 3, simbolizando el
movimiento), que es la cuenta de las almas.

CLASES O “PASAJES”: Timboá (Ti Mbò Wá, la que está llegando), Dirá (vinculadas al
espacio exterior); Òyá (estrechamente ligada al fuego), Iyansán (es la Òyá de
cementerio y agua).

SALUDO: Epa yeyé o! (“madre admirable”).

DÍA DE LA SEMANA: Martes.

CUENTA: 9 y sus múltiplos.

COLORES: Rojo y blanco. Naranja. Colores relacionados al fuego, que en la concepción


Yorubá es aire en movimiento.

FRENTE BÁSICO:

Òyá Timboá, Òyá Dirá, Òyá Òyá, Òyá Iyansán: Pipoca, 3 o 9 rodajas de boniato
fritas en aceite común, boniato asado, poroto frutilla, opeté de boniato, ciruela, frutilla,
manzana, granada, frambuesa.

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PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Estómago, trompas de Falopio, vagina, sangre,
huesos de la cintura pélvica, senos.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Tomate, poroto tape, maíz pisingallo, rabanito, puerro.

LUGAR DE DESPACHO:
Òyá Timboá: En una higuera en el monte.
Òyá Dirá: En una higuera en el monte, o cercana a una cascada.
Òyá Iyansán/Òyá: En el monte cerca de un árbol, en un árbol cerca de la orilla de la
playa, a la orilla de la playa.

ARMAS: Espada, alianzas, rayo de dos o cuatro segmentos, puñal, corazón, abanico de
plumas, crin de caballo (Iroesín), cáliz, espejo, espada hecha en rayo, monedas, búzios.

METALES: Cobre, hierro, plomo, zirconio.

Òrisá Sangó

Según la tradición, fue el cuarto obá o alááfin (rey) de la ciudad de


Òyó en Nigeria (es el fundador de la dinastía NAG), ciudad que
gobernó míticamente por siete años con despótica violencia. Para
mantenerse en el poder debió luchar constantemente, aun contra sus
hermanos. Por su conocimiento de la magia, le era posible generar
rayos y tormentas, siendo venerado como un Òrisá de fuego.
Haciendo uso de sus poderes, por accidente, destruyó el palacio real,
aniquilando a sus esposas e hijos, exceptuando a Òyá, quien le
abandonó en su penoso exilio producido por el escarnio de los
súbditos. Ante el remordimiento, según algunos mitos, se ahorcó
colgándose en un árbol; acto seguido, se produjeron una serie de
tormentas. Muchas personas comenzaron a ofrecer sacrificios en su honor, y quedó
instituido el culto a este Òrisá. En la actual ciudad de Òyó en Nigeria el altar central de
Sangó se encuentra en el palacio real, cuyo rey (Alááfin) afirma ser descendiente directo
de este soberano. “Todas las leyendas de Changó y el tema central de su culto es el
poder, ya sea procreativo, autoritario, destructivo, medicinal o moral. Este poder es
visualizado o centralizado en el bastón o cayado de Changó –oshé Changó- el cual tiene
la forma generalmente de una mujer con un hacha de doble filo (edun ara) balanceada
sobre su cabeza. Esta hacha es un símbolo del rayo de Changó, que también es su
poder. Es de doble filo porque el poder puede crear o destruir.”26
Cuando Sangó ocupa a uno de sus hijos se da una explosión de energía sumamente
dinámica, caracterizada en su danza (Alujá). Es la divinidad rectora de la justicia, que
obra tanto con rectitud y misericordia como con violencia al castigar la mentira. Sangó
es el Rey de nuestra nación Gegé – Òyó, y como tal es respetado y venerado.

26 González Wippler, OP. CIT. Página 37.

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CLASES O “PASAJES”: Agansú Ibeiji (niño), Agansú (mozo), Ogodó (adulto a viejo) a
veces pronunciado Agodó.

SALUDO: Kawó Kabyesile “(Bienvenido a casa, su Majestad”).

DÍA DE LA SEMANA: Martes.

CUENTA: 6 y sus múltiplos.

COLORES: Blanco y rojo.

FRENTE BÁSICO: Amalá (pirón: farinha de mandioca con agua hirviendo, carne de
pecho con hueso frita en aceite común, cebolla, morrón, mostaza cocida, 6 bananas,
una manzana partida en cuatro pedazos –en el caso de Agansú-). El amalá se presenta
sobre una gamela, o, en caso de despacharlo completamente, en un aguidar de barro.
También se le puede ofrendar caquí, frutilla, castaña, cacao.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Lengua, glándulas salivares, esófago, boca,
sangre, bronquios, pecho, huesos de la cara, huesos de la cintura escapular, huesos del
abdomen.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Repollo, nabo, espinaca, arvejas, mandioca, mostaza,


centeno, centeno, cebada.

LUGAR DE DESPACHO:
Sangó Agansú Ibeiji: Pedrera en la playa, plaza infantil (sobre las hamacas o cerca de
ellas).
Sangó Agansú: Pedrera en la orilla de la playa.
Sangó Ogodó: Pedrera en el monte, pedrera de cascada.

ARMAS:
Sangó Agansú Ibeiji: Juguetes en general, juegos con los que los niños pueden
saltar, muñecos masculinos de madera, mamadera, chupetes, sonajero, muñecas,
estrella de seis puntas, piedras de fuego, rayo de tres segmentos, monedas, búzios.
Sangó Agansú y Sangó Ogodó: Espada, balanza, libro, tintero, puñal, rayo de tres
segmentos, estrella de seis puntas, piedras de fuego, pluma de escribir, lápiz, lapicera,
hacha de doble filo (òsé Sangó), monedas, búzios).

METALES: Plomo, cobre, bronce.

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Òrisá Odé y Otim

Son dos Òrisá dueños de la cacería que habitan en el monte, en la


floresta sagrada. Odé es nuestro equivalente a Osósi (Osówusi, “el
vigilante nocturno es popular”), un antiguo rey de Ketu cazador de
elefantes (animal asociado con la realeza). Hoy en día su culto
prácticamente se ha perdido en África, mientras que en América
goza de gran popularidad. Tiene ingerencia en asuntos relacionados
a la policía y la cárcel (por su cercanía a Òrisá Ogum, quien fabrica
sus armas). Ambos son Òrisá solitarios que habitan en la espesura de
los bosques, son escurridizos. Afirman las tradiciones que todo lo que
caza Odé, se lo entrega en obsequio a Otim su hermana melliza, quien
lo come. Ambos se asientan en bulto (muñecos de madera), Odé
acompañado del ODEMATÁ (arco y flecha unidos), y Otim de rasgos femeninos con una
quartinha sobre su cabeza. Gobiernan la “fala” de Òrisá y hombres, es por ello que se
les pide su intervención para combatir las habladurías; ningún Òrisá puede ganar el
derecho al habla sin haber asentado previamente estos Òrisá. Osósi es hijo de Obatalá y
Yemojá en las mitologías yorubá; y desposó a Òyá con quien se encontró en el bosque,
y a la que dejó encinta varias veces (hijos que luego crió Òrisá Òsún). Odé y Otim
gobiernan en el reino natural de los ancestros, el bosque, e imitan a la perfección los
sonidos de todos los animales de su entorno.

CLASES O “PASAJES”: No poseen.

SALUDOS:
- Odé: Oki aró (“celebro al monte”).

- Otim: Oki ba mi bó (“el monte debería alimentarme”).

DÍA DE LA SEMANA: Viernes.

CUENTA: 8 o 13 y sus múltiplos (3, 4, 8, 13, 16...).

COLORES: Azul, rosado, blanco.

FRENTE BÁSICO:
- Odé: Costillas de cerdo fritas en aceite común, miamiá dulce (farinha de
mandioca y miel), opeté. Butiá, coquitos de palmera, banana de monte.
- Otim: Costillas de cerdo fritas en aceite común, miamiá dulce (farinha de
mandioca y miel), opeté; 8 o 13 rodajas de papa fritas en aceite común.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGEN: Diafragma, intestino delgado, pulmones, sangre,
huesos del tórax, huesos de la cintura escapular.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Papa rosada, papa blanca, cardo, cebada.

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LUGAR DE DESPACHO: Palmera en el monte, palmera en la playa.

ARMAS: Arco y flecha, muñeco masculino de madera (ODE), muñeco femenino de


madera con quartinha sobre la cabeza (OTIM) cuchilla de monte y vaina, honda,
machete, lanza, monedas, búzios.

METALES: Estaño.

Òrisá Obá

Representa a la familia y a la esposa fiel y virtuosa, lo que no quita su


carácter fuerte y enérgico de guerrera. Es dueña de la rueda, la cocina y
el filo de toda faca o navaja. Tercera mujer de Sangó, los mitos la hacen
víctima constante de las intrigas de Òyá y Òsún, especialmente con la
última, a causa de quien se mutila una oreja y desencadena el rechazo de su
esposo (de allí que su danza se caracterice por cubrir uno de los lados
de la cabeza). Da nombre a un río nigeriano que desemboca en el río
Òsún; su energía se asocia por ende al agua.

CLASES O “PASAJES”: No posee.

SALUDO: Esó obá siré (“la elegante dueña de la rueda”).

DÍA DE LA SEMANA: Miércoles.

CUENTA: 7 y sus múltiplos.

COLORES: Rosado o marrón.

FRENTE BÁSICO: Mazamorra amarilla cocida, poroto tape cocido (saltado con aceite
de dendé y perejil), se puede ofrendar con asosó, y siete tiras de coco. Ananá, uva
rosada, coco.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Orejas, apéndice, manos, sangre, huesos de la
mano.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Cebolla, cebollín, coliflor, ajo, espárrago, perejil,


avena, maíz, lenteja.

LUGAR DE DESPACHO: En una encrucijada abierta, en el monte, en una higuera,


crucero de playa cuando el adjunto es el Òrisá Sangó Agansú.

ARMAS: Navaja, oreja, espada, rueda de madera, monedas, búzios.

METALES: Estaño, cobre.

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Òrisá Ossayn

Hijo de Yemojá y Obatalá, por lo tanto hermano de Bará Esú, Ogum y Sangó. Vive en la
floresta, por lo que es un Òrisá del espacio abierto. Es la divinidad de las hierbas
medicinales –que sanan o matan-, de las que posee todos los secretos. Es por ello que
rige a los médicos y sus instrumentos. Se lo suele representar como un hombre que
carece de una de sus piernas, falencia que corrige con una muleta. Posee una profunda
enemistad con Sangó, y en algunos relatos se señala que en combate con éste perdió
su pierna, debido a su amor por Obá; otros aseveran que Ossayn es quien robó el
secreto del fuego a Sangó para entregarlo a los seres humanos. Su intervención es
sumamente relevante debido a que, en el batuke es casi constante el uso de hierbas.
Está ligado al elemento tierra. La tortuga es uno de sus animales predilectos y que le
simboliza junto a las aves en general. Su energía se asocia al elemento tierra, sus
amigos son los pájaros (lo que le asocia a las Iyámì) y en muchos casos se le representa
con una corona con un ave posada sobre ella. Él rige el secreto del vientre, de la
concepción. Cuando Ossayn robó el fuego divino para dárnoslo, abrió la puerta a la
Consciencia, que se debe ir adquiriendo a lo largo de las iniciaciones religiosas yoruba;
él abre la puerta por medio de las hierbas que utilizamos para iniciar a un neófito: con
su permiso extraemos la savia sagrada del omíeró. Se caracteriza por ser escurridizo y
frágil debido a sus defectos físicos, pero su Asé es grande para sanar el alma y el
cuerpo. Con Sònponnó compone el grupo de los Òrisá “médicos”.

CLASES O “PASAJES”: No posee.

SALUDO: Ewé o! (“oh! Las hojas”).

DÍA DE LA SEMANA: Lunes.

CUENTA: 7, 11 y sus múltiplos.

COLORES: Verde y blanco o verde y amarillo.

FRENTE BÁSICO:
Opeté de papa cocida sin cáscara con forma de pié, miamiá gordo (farinha de mandioca
y aceite de dendé), 3, 7 u 11 hojas de tártago de base, 7 u 11 rodajas de huevo duro, 7
u 11 rodajas de chorizo. Limón, banana de monte, cacao, mamón, durazno, higo negro,
maní, higo blanco, coquito de palmera, coco, níspero, uva blanca, cerezas.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Pies, piernas, caderas, sangre, huesos del pie.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Papa blanca, papa rosada, papa roja, zanahoria,


aceituna, chucrut, palmito, sorgo.

LUGAR DE DESPACHO:
En una palmera en el monte, en una palmera en la playa, en una higuera, horqueta.

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ARMAS: Pié de madera, muñeco masculino de madera con una sola pierna, un par de
muletas, tijera, aguja, hilo para coser, bisturí, escuadra, compás, cerrucho, clavo,
martillo, formón, arco, púa, pinza, cuchillo, rastrillo, facón, lima gruesa, pipa, monedas,
búzios.

METALES: Níquel, cobre amarillo, latón.

Òrisá Sònponnó

En Nigeria, Brasil y Cuba se le conoce por alguno de sus títulos:


Obálúaiyé (“Rey dueño de la tierra”), Babálúaiyé (“Padre dueño de
la tierra”) y Omolú (“Hijo de la señora”), ya que se evita nombrarle
directamente porque ello acarrearía las más terribles pestes
relacionadas con la viruela. Es hijo de Òrisá Naná, quien lo
abandona al verlo nacer enfermo, por temor al rechazo de Obatalá.
Yemojá moza es quien lo adopta y sana, cubriéndolo con barro y
paja de la costa. Él es el Rey de la seca y agrietada tierra. A veces
es llamado “el anciano”, con todo el prestigio y poder que implica la
edad avanzada en las tradiciones de origen africano. Es un Òrisá
quisquilloso y malhumorado, que se representa como un hombre
llagado y enfermo. Es capaz de curar las más graves dolencias de
salud (“barriéndolas” con su sasará o cetro ritual confeccionado de paja), así como
causarlas, incluyendo la muerte. Es sumamente combativo, aun con otros Òrisá; fue
abandonado repetidamente, primero por su madre, luego por Òrisá Òsún de quien
estuvo enamorado, posteriormente por Òrisá Òyá. Cuando consigue desposar, con Obá,
la pierde porque ella prefiere a Sangó. Es por estos motivos que mantiene rivalidades
con Ogum y Sangó. Es sumamente solitario. A veces la enfermedad es el Signo de los
escogidos por Omolú para que sean sus sacerdotes o Elégùn. Esta divinidad recibe
comúnmente el nombre de “médico de los pobres”.

CLASES O PASAJES: Jubeteí (Jú Béè t’Eyíi, el insuperable), Belujá (Bélùjà, el que se
mete en discordias), Sakpatá (el que es firme como la roca).

SALUDO: Abao (“En paz, Òrisá”).

DÍA DE LA SEMANA: Miércoles.

CUENTA: 9 y sus múltiplos.

COLORES:
- Sònponnó Jubeteí: Rojo y negro; blanco y negro; o rosado y negro.
- Sònponnó Belujá: Rosado y negro.
- Sònponnó Sakpatá: Lila oscuro.

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OFRENDAS O “FRENTES”:
Maíz torrado, feijón torrado, maní torrado, pipoca (maíz pisingallo), opeté de papa
cocida con cáscara. Maracujá, cactus, uva negra, uva moscatel, mora negra, cereza
negra, coco, porongo, cacao, higo negro.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Piel, intestino grueso, ano, sangre, vejiga.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: feijón negro, blanco y rojo, pimienta, pimentón, maní,


aceituna, centeno, maíz pisingallo, maíz, haba.

LUGAR DE DESPACHO:

- Sònponnó Jubeteí: Higuera en el monte, en el monte.


- Sònponnó Belujá: Higuera en la playa, higuera en el monte, en monte.
- Sónponnó Sakpatá: Higuera en el monte.

ARMAS: Escoba, pipa, guadaña, crin de caballo, revólver, rebenque, monedas, búzios.

METALES: Plomo.

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Òrisá Òsún

Representa la feminidad por excelencia, la sensualidad y el


encanto seductor. Es la divinidad del río Nigeriano de la
región de Osogbó que lleva su nombre. Es la hija favorita de
Obatalá y Yemojá. Es el agua dulce de los ríos, sin la que la
tierra no puede ser fértil; es la maternidad, el amor, los hijos
y el placer. La miel le pertenece, y es con ella que seduce y
endulza a personas y Òrisá; fue con ella que, logró seducir a
Òrisá Ogum cuando éste se había retirado a los bosques
llevándose consigo los secretos de la herrería y la industria.
En África es dueña del cobre amarillo (el amarillo representa
la miel y el reflejo del sol en las aguas dulces de los ríos) por
ser el metal más valioso, en América, adapta el oro, por lo
que las joyas de este último metal le corresponden y
agradan. Es dueña de los perfumes y las esencias dulces. Su danza se caracteriza por
representar a una mujer que muestra públicamente sus joyas, y luego cepilla
delicadamente sus cabellos al son del tambor, frente a un espejo imaginario. En Nigeria
recibe el título de Iyalodé (“madre de las naciones”), el máximo
honor concedido a una mujer. La tradición esotérica asegura que
Òsún es la madre tierra misma, y los ríos sus venas. Preside la
menstruación, el útero, el embarazo y la maternidad, por lo que
ama a los niños y la crianza de los mismos. La abundancia y la
riqueza le pertenecen y se simbolizan en el fruto de las aguas (el
pez), y en el fruto de la tierra. Es una mujer feliz, sonriente,
seductora, que no se enoja fácilmente. Comanda a las brujas y la
hechicería, don que se refleja en su gusto por las aves,
especialmente las palomas; así como también la adivinación por el
Merindiloggún (juego de búzios) junto a ÒrúnMilá y Bará Esú, en la
que ella efectúa las preguntas que este último contesta a los
mortales. También, en ciertos pasajes, es guerrera, y empuña una espada,
recordándonos que la seducción es también un arma. Sus amores legendarios son
varios, es una de las tres esposas de Sangó; desposó a Osósi, a quien abandona por el
antes nombrado; seduce también a Ogum y a Omolú.

CLASES O “PASAJES”: Iyápondá Ibeiji (niña pequeña), Iyápondá (adolescente),


Ademun (joven), Olobá (adulta), Adokó (de mayor a anciana).

SALUDO: Oró ye ye o! (“Madre de las riquezas”).

DÍA DE LA SEMANA: Sábado.

CUENTA: 8 y 16 y sus múltiplos.

COLORES: Amarillo en todas sus tonalidades, blanco.

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FRENTE BÁSICO:
- Òsún Iyápondá Ibeiji: Mazamorra amarilla cocida con miel, 8 masitas, una
manzana verde partida en 4 trozos.
- Òsún Iyápondá: Mazamorra amarilla cocida con esencias y miel.
- Òsún Ademun: Harina de maíz, yema de huevo duro.
- Òsún Olobá: Mazamorra amarilla cocida con miel.
- Òsún Adokó: Mazamorra amarila cocida, mezclada con mazamorra blanca
cocida en partes iguales.

Bergamota, tangerina, melón, durazno, coquitos, uva blanca, damasco, limón, manzana
verde, mamón, mango, calabazas (que representan el útero materno).

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Corazón, útero, estómago, sangre, ovarios,
antebrazos, manos, huesos del antebrazo, huesos de la mano, huesos de la cintura
pélvica.

LUGARES DE DESPACHO:
- Òsún Iyápondá Ibeiji: Orilla de la playa, en una plaza de niños próximo a las
hamacas o sobre ellas.
- Òsún Iyápondá: Orilla de la playa de agua dulce o salada, en la orilla de una
cascada.
- Òsún Ademun: Orilla de la playa de agua dulce o salada, en una palmera en la
playa.
- Òsún Olobá: Orilla de la playa de agua dulce o salada, en una higuera junto a la
playa, en una piedra junto a la playa.
- Òsún Adokó: Orilla de la playa de agua dulce o salada.

ARMAS:
- Òsún Iyápondá Ibeiji: Juguetes en general, juegos con los que los niños
pueden saltar, muñeco femenino de madera, mamadera, sonajero, muñeca,
chupete, peine, espejo, caravanita de bebé, abanico de oro –dorado o latón-,
cadena de oro –dorado o latón-, brazalete de oro –dorado o latón-, monedas
doradas, espada, puñal, luna creciente, corazón dorado, estrella, pez, sol dorado,
anillo con piedra roja, monedas, búzios.
- Òsún Iyápondá, Òsún Ademun, Òsún Olobá, Òsún Adokó: Espejo, peine,
corazón dorado, pez, estrella, luna creciente, sol dorado, puñal, espada, monedas
doradas, brazalete dorado, cadena dorada, abanico dorado, monedas, búzios.

METALES: Oro, cobre, latón.

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Òrisá Yemojá

Divinidad de las aguas primordiales, gobierna los mares y océanos


(agua salada). Su nombre deriva de la expresión yoruba Yeye omo ejá
(“Madre de los peces”). Es en realidad y a diferencia de las clásicas
representaciones, una matrona de pechos, vientre y caderas
prominentes. Su culto se origina en Abeokuta. Madre de madres cría
hijos de otras mujeres, como a Bará Esú, quien en su pasaje Aselú, le
espera siempre en la orilla de la playa para comentarle todo lo que
sucede en la tierra firme. Su hija predilecta es Òrisá Òsún, que, como
afirma el aforismo yoruba, Òsún siempre va a Yemojá, así como el río
desemboca en el mar. Se dice que es hija de Olokun, las
profundidades del mar. En América su culto goza de gran popularidad,
incluso en nuestro país, donde su fecha conmemorativa (el dos de
febrero) convoca reales multitudes a las playas para homenajearla.
Ama las flores, sobre todo las rosas blancas, es muy coqueta y gusta
de los perfumes. En su carácter de reina, goza del derecho de uso del ebebé (corona
real de la que caen cuentas que cubren su rostro), junto a los Òrisá Òsún y Obatalá. Su
danza en la rueda de Batuke es pausada y pacífica, simulando las ondas del mar.

CLASES O “PASAJES”: Bossí (Bò Sí, la que protege, moza), Bomí (Bò Mí, la que cubre
con sus aguas, adulta a mayor).

SALUDO: Omí – iyó (“Agua salada”)

DÍA DE LA SEMANA: Viernes.

CUENTA: 8 y sus múltiplos.

COLOR: Azul claro.

FRENTE BÁSICO:
Yemojá Bossí, Yemojá Bomí: Mazamorra blanca dulce.
Sandía, coco, uva blanca, níspero, pera, vainilla, caña de azúcar, merengues.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Vesícula, hígado, testículos, vellos, cabello, sangre,
brazo, huesos del brazo, huesos de la cintura pélvica.

LEGUMBRES Y HORTALIZAS: Cebolla, cebollín, poroto blanco, poroto de soja,


alcachofa, perejil, avena, mazamorra.

LUGAR DE DESPACHO: En la orilla de la playa de agua salada o dulce.

ARMAS: Ancla, barco, joyas de plata, pez, caballito de mar, estrella de mar, espada,
media luna, remos, timón, perlas, concha, concha de madreperla, monedas, búzios.

METALES: Plata, estaño.

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ÒRISÁ NANÁ

Es la más vieja de los Òrisá femeninos, a la vez agua y tierra, barro fértil. Hay casas de
Batuke que la asocian como un tercer pasaje de Yemojá. Habita en los pantanos y
bañados. Es común nombrarla con el apelativo “Burukú”, que significa “truculenta”. No
debemos olvidar que era el Vodún principal de la nación Gegé cuando éstos fueron
invadidos por los yoruba. Es así que se la agregó a la mitología como esposa de
Obatalá, recordando a todas las tribus que era “mala”, aunque tuvo hijos con ella –Esú,
Sònponnó, Osumaré- y por robar sus ropas, éste está condenado a vestir ropa de mujer
por siempre. Es una divinidad asociada al comienzo de la Creación, el agua y el barro
primordiales. Señora de la vida y la muerte, es la que posibilita la regeneración cósmica.
Es un ÒRISÁ continente, asociado a los procesos interiores, conectada por ello al color
negro, que se expresa en la gama de lilas que le pertenecen. Regula también la justicia,
por lo que no tolera supercherías, indiscreciones o engaños de ningún tipo. Le gusta
esconderse, por lo que sus hijas suelen tener un carácter totalmente al de ella; nadie
suele sospechar que una aparentemente hija de Òsún, vanidosa y elegante, podría ser
una hija de Naná.

CLASES O “PASAJES”: No posee.

SALUDO: Salúba (sá lúpa “la que mata de un golpe y huye”).

DÍA DE LA SEMANA: Viernes.

CUENTA: 9 y sus múltiplos.

COLOR: Lila, blanco.

FRENTE BÁSICO: Mazamorra blanca, Efó (verduras saltadas en aceite de oliva),


sandía, coco, nísperos.

LUGAR DE DESPACHO: En la orilla de la playa de agua salada o dulce; a la vera de un


bañado o pantanal.

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Òrisá Obatalá

Òsalá es la contracción brasileña del nombre ORISANLÁ (“El gran


Òrisá”), también conocido en Nigeria cono Obatalá (“Rey la pureza”).
Se le considera el mayor de todos los ÒRISÁ, enviado de
Oloddumare para crear la tierra, el hombre y la mujer. Por ello
conserva en sí mismo el poder masculino y femenino de la creación,
y es dueño de todas las cabezas de los seres humanos. En algunos
de sus aspectos reúne más específicamente la feminidad y la
masculinidad (androginia) debida a la conjunción cielo y tierra. Es el
génesis en todas sus manifestaciones, la masa primigenia de agua y
de aire. “Llega al mundo” por medio de sus sacerdotes en dos modalidades o formas:
OSÓGIYÁN, un joven guerrero y OSALUFAN un anciano ancestral que porta el
OPOSORÓ (cetro). Su animal sagrado es la paloma blanca, su metal la plata, y le
pertenece también el algodón, elementos que representan su tendencia a todo lo
relacionado con la paz, concordia, orden, limpieza y pureza.

CLASES O “PASAJES”: Bokun (Bí Okun, el que es como el mar), Olokun (Olú Òkun, el
amo de los mares) Dakun (mozos), Jobokun (Jí Bokun, el que se despierta como los
mares, anciano).

SALUDO: Epa o! babá (“Oh! Padre Admirable”).

DÍA DE LA SEMANA:
- Òsalá Obokun, ÒRISÁ Òsalá Olokun, ÒRISÁ Òsalá Dakun: Miércoles.
- Òsalá Jobokun: Domingo.

CUENTA: 8 y sus múltiplos.

COLORES: Blanco.

OFRENDAS O “FRENTES”:
- Òsalá Obokun, Òsalá Olokun, Òsalá Dakun, Òsalá Jobokun: Mazamorra
blanca cocida dulce y con coco rayado.
Coco, lima, pomelo, pera, durazno blanco, limón, nuez, vainilla; merengues, uva blanca.

PARTES DEL CUERPO QUE RIGE: Ojos, vaso, riñones, sangre, huesos del cráneo.

VERDURAS Y HORTALIZAS: Acelga, haba, poroto blanco, trigo, mazamorra, poroto


tape.

LUGARES DE DESPACHO:
- Òsalá Obokun: Orilla de la playa de agua dulce o salada, en una cascada.
- Òsalá Olokun: Orilla de la playa de agua dulce o salada.
- Òsalá Dakun: Orilla de la playa de agua dulce o salada, en la corriente de las
aguas.
- Òsalá Jobokun: Orilla de la playa de agua dulce o salada.

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ARMAS: Bastón, joyas de plata, joyas de oro, caracol, sable, estrella de 8 puntas,
espada, paloma de plata, sol, monedas, búzios.

METALES: Plata y oro.

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Òrisá Òrúnmilá

En nuestro Rito, ÒrúnMilá (comúnmente pronunciado en Uruguay “Oromiláia”), es el


dueño de Ifá, el sistema adivinatorio de la Religión Yorubá en
todas sus variantes; aquí incluimos el Merindiloggún (juego de
búzios), el Okpelé (u Opelé) y el juego del Ikín; por ello es quien
se conecta con Aiyé por medio de Bará Esú, de allí que en Nigeria
se le llame Gbaye Gborun, “el que mora tanto en el cielo como en
la tierra”; es el principio de la visión espiritual, el adivino máximo,
conocedor del secreto de la creación, como participó del
nacimiento del hombre, conoce el destino exacto de cada persona
(de hecho, su nombre significa “Solamente el Cielo conoce quien
tiene la Salvación”). En algunas naciones y ritos Obatalá y
ÒrúnMilá son Òrisá asimilados como uno solo, pero debemos
tener presente que, ÒrúnMilá posee su propio culto, sus propias
reglas litúrgicas y su propio cuerpo mitológico muy bien diferenciado del de Obatalá. El
gran problema dentro del Batuke riograndense es la pérdida de la Tradición Ifá, que se
ha mantenido en África, y en algunas partes de América (como en Cuba, por ejemplo).
Se entiende que es ÒrúnMilá el único Òrisá capaz de cambiar el destino de los seres
humanos, y a él se recurre cuando hay necesidades de cualquier tipo. No se designa en
nuestra Nación nunca una cabeza a ÒrúnMilá, ya que los hijos de todos los Òrisá
pueden, potencialmente iniciarse en Ifá, el Sacerdocio específico de ÒrúnMilá.
Los frentes u ofrendas le son despachados a la orilla de los mares o ríos, o en los ríos
pedregosos. Sus colores sagrados son el blanco y el negro (este último, símbolo del
misterio y lo desconocido, que solamente ÒrúnMilá es capaz de ver).

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f
EL OMO-TI-ÒRISÁ27

Para llegar a ser un “hijo de Òrisá”, el candidato debe antes que nada haber consultado
a ÒrúnMilá para haber determinado cuál es el Òrisá que reclama el gobierno de su
cabeza. En acto posterior debe efectuarse lo que se denomina “lavado de cabeza”
(“rogación de cabeza”) en la ley del Batuke, por alguien que haya ganado los asé
necesarios; esta primer “obligación” consiste en el lavado del cuerpo con OMIERÓ (“las
aguas que calman”) consagrándose así a los Òrisá que responden por la persona.

27 El “Hijo de Òrisá” o “Hijo de Santo” como suele decirse en nuestra región.

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Reconocemos las siguientes categorías entre los hijos del Ilé:

• ABIYAN. Asisten con regularidad al Ilé, pero no han sido consagrados aun a su
Òrisá por medio de obligaciones. Pueden haber recibido lavado de cabeza, Eborí
y los Ekelé (collares) de sus Òrisá tutelares.

• IYÁWÓ. Si bien la expresión no es la más correcta, define a los hijos de santo


que han hecho obligación de cuatro pies, es decir, son realmente INICIADOS en
el culto a los Òrisá. Para ejercer determinados Asé es suficiente el EBORÍ de
cuatro pies, aunque en la mayoría de los casos, es necesario haber recibido la
feitura y asentamiento de los Òrisá en okutá. Estos practicantes de la Religión ya
son considerados Elégùn (sacerdotes) de su Òrisá. Se es Iyawó durante los
primeros 7 años de iniciado.

• EGBONMÍ. Iniciados con más de 7 años de ejercicio del Sacerdocio.

• BABALÒRISÁ/IYALÒRISÁ. Autoridad absoluta del Ilé. Han recibido el Asé


de Merindiloggún, por lo que pueden consultar a ÒrúnMilá y dirigir su casa con
casi total independencia. Entre los Bàbálòrisá encontramos algunos que han
recibido la “liberación”, es decir, ya nadie más que ellos alimentan su Orí y sus
asentamientos.

El Bàbálòrisá puede nombrar ciertos cargos de responsabilidad para la mejor


administración del Ilé:

Iyákekeré o Babákekeré: Madre o Padre pequeño, que asiste al Padre de Santo de la


Casa, es el cargo de máxima confianza del Bàbálòrisá.

Iyábasé: Encargada de la Cocina del Ilé.

Iyá Efún: Encargada de los Asé de Obatalá, cumple la función de pintar a los Iyawó al
realizar las Obligaciones.

Iyá Moro o Dagán: Encargada de las vasijas del Padé de Esú.

Los iniciados activos en religión tienen la responsabilidad de concurrir al templo en el


día de su santo de cabeza, y, de ser posible, encender una vela en el pejí (pe ejí,
“donde la sangre se demora”), con supervisión de su Bàbálòrisá o Iyalorisá. A propósito
de ello, el trabajar en el pejí se hace exclusivamente con autorización de los dueños de
la casa. La vestimenta debe ser clara y bajo ninguna circunstancia se debe llevar ropa
negra. Cuando se llega al local religioso, lo primero que se debe hacer es “batir cabeza”
a los Òrisá (foribale); los hijos de un Òrisá varón hacen foribale iká (“guerrero
sanguinario”), extendiendo su cuerpo recto en el suelo, con los brazos junto a éste
(orientando la cabeza hacia el pejí); mientras que los hijos de un Òrisá femenino
efectúan foribale dobalé, apoyando los antebrazos sobre su cabeza, flexionando las
piernas, con las caderas alternadas cada vez, apoyando primero el lado derecho del

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cuerpo y luego el izquierdo, finalmente, el cuerpo recto y los brazos extendidos. Cuando
se bate cabeza, se saluda primero, al Òrisá dueño de la casa, y luego al personal.
Recién después se saluda al Bàbálòrisá, al Padrino o Madrina, y luego a los hermanos y
demás personas.
Siempre que en la casa haya un “serao” de santo los hijos deben concurrir de blanco y
con la cabeza cubierta, usando los Ekelé que hayan sido ganados en sus obligaciones;
es menester recordar que las mujeres que se encuentren menstruando no pueden
participar.
Durante las ceremonias, ante cualquier duda se debe recurrir Babálòrisá o Iyalorisá, y
en último caso a uno de sus padrinos, pero siempre es mejor preguntar que cometer
errores. Todos los hijos de santo deben aprender las rezas para así poder participar en
la veneración a los Òrisá durante los rituales.

1 – La persona que sostiene el animal, luego de haber terminado la faena debe dirigirse
a la puerta.

2 – Frente a la puerta, lo “presenta”, es decir, flexiona las piernas en señal de


reverencia. Luego continúa la marcha en sentido siniestrocéntrico (contrario a las agujas
del reloj), de nuevo hacia el pejí.

3 – Frente al pejí, se vuelve a presentar el cuerpo del animal, para luego dejarlo sobre
el mantel.

4 – Se retrocede hacia donde haya espacio libre y se apoya el animal, es muy


importante dejarlo tal como se halla en el esquema, ya que el hacerlo diferente puede
cambiar totalmente el sentido de la ceremonia y hasta ser perjudicial para los
asistentes.

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APÉNDICE I: el trance de posesión.

ÒRISÁ, arquetipos y Jung.

TEXTO NÚMERO 1 – Postura de Migene González Wippler28.

“... los Orishás son ciertos puntos de contacto que los Yorubas –y después
los santeros- podían establecer dentro del inconsciente colectivo. Cada
Orishá parece ser lo que Carl Gustav Jung llamó un arquetipo, el cual
definió como un complejo autónomo dentro de la personalidad humana.
Debido a que cada arquetipo es independiente de la personalidad y
muestra características intensamente individualistas, a menudo se
comporta como si fuera una entidad separada y sobrenatural.
Según Jung, cada arquetipo controla un aspecto diferente de la
personalidad y/o un esfuerzo humano diferente –una definición que podría
también describir las funciones de los Orishás-. Para que exista un perfecto
balance en la personalidad (y por lo tanto para la salud mental), es vital
que cada arquetipo sea bien desarrollado y también asimilado por el
individuo.
Cada Orishá puede ser visto como arquetipo o complejo autónomo que ha
sido perfectamente desarrollado y balanceado en la personalidad del
santero. Debido a que cada individuo tiene características específicas que lo
apartan de los otros, se dice que está bajo la protección del Orishá que
comparte esas mismas características.
Cuando un Orishá desciende a tomar posesión de un santero o creyente,
las energías psíquicas abrumadoras de ese arquetipo particular son
temporalmente liberados dentro de la personalidad consciente. La persona
poseída entonces despliega extraños poderes y habilidades inusuales
precognitivas, los atributos naturales de un arquetipo formado de pura
energía dirigida a un canal específico.
El antropomorfismo de los Orishás por los santeros no es sólo ilusión, sino
una herramienta útil por medio del cual los varios elementos de la
personalidad se vuelven más fáciles de entender y de aceptar.
Elegguá [Bará Esú], por ejemplo, es el Orishá más importante porque él es
“moderador” del comportamiento social. Elegguá junta a todos los otros
arquetipos en un todo armonioso y ayuda a completar lo que Jung llama el
proceso de individuación, ocasionando una personalidad que está
perfectamente integrada, madura y bien balanceada. Cuando los llamados
28
OP. CIT. , página 64.

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de Elegguá son tenidos en cuenta, las energías psíquicas del individuo son
dirigidas a lo largo de canales constructivos y él está en control de su
destino.”

TEXTO NÚMERO 2 – El Trance, de Babalorishá Milton Acosta de Sangó29.

“El hombre religioso adherido a los cultos de posesión entra en trance. Es


más, se le prepara para esto mediante técnicas corporales y culturales cuyo
origen se pierde en el tiempo. Hasta épocas relativamente cercanas este
estado se catalogó como patológico, y aún dentro de comunidades muy
marcantes –en el sentido de promover de algún modo el fenómeno- se
consideraba como efectos de la posesión de entidades malévolas.
El trance es sin duda, una conducta cultural y por tanto pautada muy
puntualmente que comienza y cesa merced a estímulos prefijados en la
conciencia y desplazados hacia el inconsciente. La danza, el sonido, la
repetición constante de fórmulas, etc. Propician este estado en el que el
hombre religioso entra dejando de ser él para ser la forma divina o el
antepasado que lo sacraliza. Considerados el lugar sagrado y el momento
como rupturas de niveles, el hombre religioso asume el papel que se le
revelara en el proceso iniciático y todo cuanto este rol representa para sí y
su comunidad. Sin embargo no es teatro, no se trata de un actor que recita
un personaje; es el personaje desencadenado por diversos factores
externos a él y voluntariamente afirmado en su interior por su aprendizaje
dentro de la comunidad, que sanciona positivamente su calidad de
mediador entre lo sagrado y el grupo. Sin olvidarnos además que los
hechos suceden para él y para el grupo de acuerdo a como se espera que
sucedan de acuerdo a su perspectiva. El ser en estado de trance aparece
con capacidades diferentes a las que se le conocen en su estado ‘normal’:
resistencia mayor (evidenciada por ejemplo en la danza), ascenso del nivel
límite ante el dolor (en pruebas de autenticidad ritualizadas) ingestas de
elementos extraños a su dieta regular, etc. etc. (...)
También la cesación del estado de trance es un rasgo culturalmente
aprehendido. Hay un momento dado en el que las formas divinas o
antepasados deben retirarse, ‘subir’. Hay una manera de hacerlo –o
muchas- pero pautada por reglas fijas. Cuando sucede tal cosa se retira así,
cuando tal otra, de tal modo. En el caso que nos ocupa, Esú puede retirarse
girando sobre sí mismo, tanto como puede llegar del mismo modo; o puede
ser ‘despachado’ como se despacha a un orishá, doblando los antebrazos y
cruzándolos sobre el pecho, soplando sus oídos alternativamente y

29
OP. CIT. , 1999, página 35.

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asperjando agua con la boca por encima de su cabeza hacia atrás. Pero sin
duda ni orisha ni Esú teme al agua o está imposibilitado de tocarla, rituales
y seroes que ellos mismos realizan (serao, seroes –es/son todo el trabajo
que se cumple durante y después de los sacrificios a las formas divinas
afrobrasileñas) es la mejor prueba. Se considera esta aspersión de agua
(assaje) como una bendición cargada de Asé, de fuerza trascendente que
sale de quien la efectúa y tiene el poder de retirar energías negativas, que
son devueltas a su lugar de origen.”

TEXTO NÚMERO 3 - Posesión: el alma en manos de los dioses30.

“En un universo, en que los dioses constituyen la parte más pequeña, los
seres humanos forman un grupo más grande, y los antepasados y espíritus
son una mayoría en la clase de los seres ‘más elevados’, los contactos entre
todos ellos son inevitables. La actuación de los dioses se percibe en los
fenómenos de la naturaleza (en la fuerza del brillo del sol, en los ciclos de
la luna creciente y menguante, en la procedencia de las precipitaciones , en
el viento y en la violencia de las tormentas). Sólo unos pocos dioses se
muestran directamente. En cambio, los antepasados y los espíritus se
hacen a menudo visibles a los seres humanos, tal cual o a través de signos
(sucesos especiales, una enfermedad, una cosecha muy abundante, etc.).
Sin embargo, los contactos sólo son posibles a través de algún rasgo
característico común a ellos. Los dioses son de naturaleza espiritual
completamente y los espíritus lo son en su mayor parte. Pero los seres
humanos también tienen una parte de espiritualidad gracias a su alma libre
que no desaparece con la muerte, sino que pervive como antepasado, para
reencarnarse después de un cierto tiempo entre los vivos. Por consiguiente,
a través de ella, que posee la misma naturaleza que los dioses y los
espíritus y que proporciona al ser humano la conciencia, el pensamiento, la
fuerza de voluntad y el discernimiento, los seres humanos pueden entrar en
contacto con las fuerzas del más allá. A diferencia del alma de la vida, que
es responsable de la capacidad funcional orgánica del hombre, el alma libre
es independiente del cuerpo y puede liberarse de él. (...) Por lo visto, ya
muy pronto, los seres humanos sabían aprovechar esta posibilidad también
conscientemente. La condición era que el cuerpo se sumiera en un estado
parecido al sueño (eso entonces y ahora, en gran parte del mundo)
mediante un ayuno riguroso y otras mortificaciones, movimientos rítmicos,
baile, canto, o la ingestión de drogas que alteran los estados de conciencia

30
MULLER, OP. CIT. páginas 280 – 282.

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(alucinógenos), que permite que el cuerpo entre enseguida en trance. De


este modo, el alma libre puede “apearse” y entrar en contacto con los
antepasados, los espíritus o los dioses, satisfaciendo así el deseo del
interesado. Se trata del “éxtasis” (del griego éxtasis: salir, estar fuera de sí,
endiosamiento). Los chamanes eran maestros en esa “técnica”. La
utilizaban para recuperar almas perturbadas o robadas por los espíritus (la
causa de la psicosis), comunicar a los antepasados y a los dioses los deseos
de los seres humanos, descubrir la situación de la presa durante la casa y
ver el futuro. Pero naturalmente, la toma de contacto también es mucho
más fácil en la dirección opuesta. Los espíritus y los dioses que buscan a los
seres humanos para comunicarse o pedir consejo, eligen a alguien
determinado para servirse de su voz. Sólo pueden “poseer” la parte
espiritual de su personalidad, es decir, el alma libre, que es semejante a
ellos en su ser. Eso no ocurre sin los deseos correspondientes. La
materialidad que en cierto modo “molesta”, debe ser combatida; el médium
vuelve a entrar en trance. Si se busca conscientemente la encarnación de
un espíritu, se requieren las mismas preparaciones que en el caso del
éxtasis: retiro, ayuno, mortificaciones, ejercicios de concentración, oración,
movimientos rítmicos, baile y, en ciertas circunstancias también, la
ingestión de drogas. Según el tipo y también el sexo de las fuerzas
espirituales, la voz y el comportamiento del médium se transforman de
modo característico al tener lugar la “posesión”. (...) A menudo, los médium
suelen intentar imitar el aspecto externo de la fuerza espiritual que les
posee, poniéndose la ropa que se le atribuye y llevando sus objetos o
armas típicas, para intensificar el “proceso de fusión” hasta la identidad
aproximada. La posesión se practica sin excepción en sociedades
sedentarias, es decir, agrarias o urbanas, en las que los problemas sociales
van en aumento, de tal modo que cada vez es más necesario pedir que las
fuerzas “más elevadas” aclaren las situaciones confusas e intervengan en
casos de desacuerdos o los arbitren. Entonces, la posesión sólo puede
utilizarse, por ejemplo, para reconocer la voluntad de los antepasados,
determinar la causa de enfermedades o aclarar situaciones problemáticas.
Pero la posesión también está al servicio de la profecía.”

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APÉNDICE II: El pensamiento Mítico

“Personalmente, la definición que me parece menos imperfecta, por ser la


más amplia, es la siguiente: el mito cuenta una historia sagrada; relata un
acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo
fabuloso de los «comienzos». Dicho de otro modo: el mito cuenta cómo,
gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a
la existencia, sea ésta la realidad total, el Cosmos, o solamente un
fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una
institución. Es, pues, siempre el relato de una «creación»: se narra cómo
algo ha sido producido, ha comenzado a ser. El mito no habla de lo que ha
sucedido realmente, de lo que se ha manifestado plenamente. Los
personajes de los mitos son Seres Sobrenaturales. Se les conoce sobre todo
por lo que han hecho en el tiempo prestigioso de los «comienzos». Los
mitos revelan, pues, la actividad creadora y desvelan la sacralidad (o
simplemente la «sobre-naturalidad») de sus obras. En suma, los mitos
describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o
de lo «sobrenatural») en el Mundo. Es esta irrupción de lo sagrado la que
fundamenta realmente el Mundo y la que le hace tal como es hoy día. Más
aún: el hombre es lo que es hoy, un ser mortal, sexuado y cultural, a
consecuencia de las intervenciones de los seres sobrenaturales.”
Mircea Eliade, “Mito y Realidad”, Editorial Labor, Barcelona, 1991. Página 3.

“…el hombre de las sociedades arcaicas no sólo está obligado a rememorar


la historia mítica de su tribu, sino que reactualiza periódicamente una gran
parte de ella…”
Mircea Eliade, “Mito y Realidad”, Editorial Labor, Barcelona, 1991. Página 9.

“El Mito es un ejemplo a ser repetido y asimilado, pero no por una


repetición mecánica desprovista de sentido, sino mediante un rito cuya
función es abolir tiempo y espacio en el que esta acción ejemplar está
aconteciendo, esto, en la eternidad.”
Milton Acosta, “Ipadé”, Montevideo, 2005. Página 3.

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APÉNDICE III: Rezas básicas del Batuke

Los textos de las rezas han sido extraídos con adaptaciones, del libro “LOS
ÒRISÁ YORUBÁ”, del Babáláwo Christopher O. Fajemirokun, Editorial 7 Llaves,
Buenos Aires, 2000. Se debe tener en cuenta SIEMPRE que, cuando se está
rezando, estamos invocando y pidiendo al Òrisá, por lo que se debe hacer con
todo respeto y sinceridad para qué los cánticos sagrados puedan cumplir su
cometido ancestral.

ÒRISÁ BARÁ ESÚ:

Bará Esú Ol’odé

- Esú Ol’odé. (“Esú, amo de las afueras.”)


- Esú, Esú o! Bará L’oná. (“Esú, Esú, oh! Bará que estás en el camino.”)
- Bará Esú.
- Bará
- Ol’odé Esú (“Esú de las afueras.”)
- Bará.
- L’onán Esú (“Esú del camino”.)
- Bará.
- Adague Esú (“El único que puede cortar las maldades es Esú.”)
- Bará.
- Aselú Esú (“El armador de pueblos es Esú.”)
- Bará.
- So’ni, S’o ni s’o ni padá. (“Protege, protege a la vuelta del camino.”)
- Gangan gangan s’o ni padá. (“Protégenos a la vuelta del camino, en el regreso.”)
- Bará’no okó s’o ni padá. (“Bará del camino protégenos al regreso”).
- Gangan gangan s’o ni padá.

Bará Esú L’onán, Adague y Aselú

- Esú là’ná fún mi o! Bará L’onán fún’malé (“Esú abre el camino para mi, abre el
camino espiritual”).
- Esú là’ná fún mi o! Bará L’onán fún’malé

- O le Bará yá b’odu ma sá, ná bó elégba (“Tú eres fuerte Bará, salta como los
búzios y elige tu camino de regreso, el castigador”).
- O le Bará yá b’odu ma sá, ná bó elégba.

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- O le Bará yá b’odu ma k’ére k’éwe (“Eres fuerte Bará, saltas como los búzios y
recoges continuamente tus juguetes como los niños”).
- Éwe Bará yá b’odú wá ma k’ére k’éwe (“Joven Bará, salta como los búzios y
recoge tus juguetes de niño”).

- B’odu ma Oro ókeré keré keré Okóro k’oro koro B’odu ma legbara. (“Salta
como los búzios, recoge desde lejos, recogedor de espíritus, salta como los búzios,
castigador.”)
- B’odu ma Oro ókeré keré keré Okóro k’oro koro B’odu ma legbara.

- Elegbara o! E le o! Elegbara o! E le o! Mo di Bará élèfa epó (“Eres fuerte


Elegbara, eres poderoso. Me convierto en Bará, el que es atraído por el aceite de
dendé”).
- Elegbara o! E le o! Elegbara o! E le o! Mo di Bará élèfa epó.

- Bará bò o! a Laroyé a! Esú L’onán, Bará bò o! a Laroyé a! Esú L’Onan. A!


Mà de kó’ni Bará Ogum t’alá bo, Bará eléfa Esú L’onán (“Bará, deja de hablar y
ven, Esú L’onán (Esú del Camino), llega a enseñarnos; Ogum ven desde el comienzo del
camino. Bará el que atrae, Esú del Camino”).
- Bará bò o! a Laroyé a! Esú L’onán, Bará bò o! a Laroyé a! Esú L’Onan. A!
Mà de kó’ni Bará Ogum t’alá bo, Bará eléfa Esú L’onán.

-Bará rá mú sé’kú l’odá, Bará ré mú sé’kú l’odá, Bará mo r’erù, Bará rú déo,
Bará rá mú sè’kú l’odá (“Bará, de manera sigilosa atrapa y vence a la muerte, Bará
estoy cargado de problemas, Bará ven con mucha fuerza y sigilosamente soluciona mis
problemas”).
- Bará rá mú sé’kú l’odá, Bará ré mú sé’kú l’odá, Bará mo r’erù, Bará rú
déo, Bará rá mú sè’kú l’odá.
- Babá ‘iyòn’lé (“Padre de los Señores de la Noche”).
- Babá ‘iyòn’lé.

ÒRISÁ OGUM:

Ogum de Abanadá o Avagán

- Deí, Deí, Ogum Avagan, Ogum Deí.


- Deí, Deí, Ogum Avagan, Ogum Deí.

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Ogum Onire, Olegbedé, Adiolá

- Ogum Onira oná isó kerèke (Ogum Onira protégeme en el camino desde lejos.”)
- Só, só, só (“Protégeme, protégeme, protégeme”).
- Ogum ádá íbá (“Ogum, tú el del machete, te honramos”).
- Adépa Ogum farere (“Ogum llega a vencer lo malo y traer lo bueno”).

- Onírò pé Onírò pé, Ogum Oniré, Ogum má te wá, Ogum má ì lé (Ogum Rey
de Iré, gran pensador y dador de bendiciones, no nos niegues tus plegarias, no nos
rechaces).
- Onírò pé Onírò pé, Ogum Oniré, Ogum má te wá, Ogum má ì lé.

- Ogum fara fara fara, Ogum fara marajó (“Ogum, acércate al viajero”).
- Ogum fara fara fara, Ogum fara marajó.

- Ará Ogum Òrún o! Dó (“Tu que eres miembro de los guerreros de Orún,
manifiéstate”).
- A rí o! Ará Ogum Òrún o! Dó a rí o! (“Guerrero de Orún, manifiéstate para que
te podamos ver”).

- Ogum eléfa lái lái, Bará eléfa lái lái (“Ogum tu que atraes profundamente, Bará,
tu que atraes profundamente”).
- Ogum lái lái lái, Ogum eléfa lái lái (“Ogum, llega en forma profunda, Ogum, que
atraes profundamente”).

- Ogum má ka má ka kabyesi lade o! (“Ogum, no le quites a su alteza real su


corona”).
- Ogum má ka má ka kabyesi lade o!

- Kó’ lú lo (“Guía del pueblo”).


- Òyá a bè là mú já (Òyá te rogamos que apartes y selecciones guerreros para el
combate).

ÒRISÁ ÒYÁ:

- Omi laiyá omi laiyá (“El agua es muy valiente”).


- Òyá má kekeré (“Òyá, se fuerte”).

- Òyá Òyá, Òyá ní’godó, Òyá ní’godó S’apatá ní’godó (“Òyá Òyá, Òyá Agodó,
sea fuerte, Agodó”).
- Òyá Òyá, Òyá ní’godó, Òyá ní’godó S’apatá ní’godó.

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ÒRISÁ SANGÓ:

- OniSangó bayi ya, Òyá d’okó, Agansú kabíesi’le Sangó bayi yá. (“Tu que
estás ocupado por Sangó, ven ahora, porque Oiá ha llegado a su reino, Agansú su
alteza real, Sangó ven a casa ahora”).
- OniSangó bayi ya, Òyá d’okó, Agansú kabíesi’le Sangó bayi yá.

- Ogodó sá lá sá lá sá o! (“Ogodó corre y sálvame”).


- Egé bo’rewá, Ogodó sá lá sá lá sá o! (“Regresa, esquivando todos los
obstáculos, sé nuestra bendición, Ogodó corre y sálvanos”).

- Kawó kabyesí ‘le mo ji’ ré mo júba o! (“Bienvenido su alteza real a casa,


desperté bien y te doy mis saludos”).
- Kawó kabyesí ‘le mo júba o!

- Kawó (“Bienvenido”).
- Kabyesí ‘le (“Su alteza real a casa”).

ÒRISÁ ODÉ y OTIM:

- Ayá ‘pupó, la bere gé tiwa, la bere gé tiwa, ayá ‘pupó. (“Hacedor del camino,
ve y corta aquello que nos impide progresar, ve y corta aquello que nos impide
progresar, hacedor del camino”).
-Ayá ‘pupó, la bere gé tiwa, la bere gé tiwa, ayá ‘pupó.

- Kolomé kolomé.
- Odé, Odé Odé Otim.

ÒRISÁ OBÁ:

- Obá OníSangó, Sangó d’oba oba aláiye (“Oba, la que tiene a su diestra a Sangó,
mientras Sangó se transforma en rey de la tierra”).
- Obá OníSangó, Sangó d’oba oba aláiye.

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ÒRISÁ OSSAYN:

- Ossayn dògún lailai Ossayn d`gún lailai (“Ossayn mueve tus hierbas
medicinales y transfórmate en la sanación”).
- Ossayn dá rúw we o! Dògún lailai.

- Ossayn bá ìsoro èrò may ó, Ossayn bá ìsoro èrò may ó (Ossayn encuentra la
solución de mis problemas con tus medicinas, para que yo pueda celebrar).
- Ossayn bá ìsoro èrò may ó, Ossayn bá ìsoro èrò may ó.

ÒRISÁ SÓNPÓNNÓ:

- Bé ‘lú já, bé ‘lú já olóyina (“Atraviesa el pueblo, visita el pueblo, trocador del
camino”).
- Bé ‘lú já, bé ‘lú já olóyina.

- Sónponnó aiyé aiyé, Sónponnó ma dókeré, Sónponnó ma dókeré, ókeré


aiyé aiyé (“Sónponnó, vida, vida, Sónponnó llega con tu mayor fuerza, llega con tu
mayor fuerza, vida, vida”).
-Sónponnó aiyé aiyé, Sónponnó ma dókeré, Sónponnó ma dókeré, ókeré
aiyé aiyé.

-Sososo Sakpata ni soso Sakpata ni (“Eres único Sapatá, eres único”).


A! Ná ré wé alógun láya (“Ah! Expándete y purifica, tu que tienes medicina y eres
valiente”).

ORISHÁ IBEIJI
(ORISHÁ SANGÓ AGANSÚ IBEIJI y ORISHÁ OSÚN IYÁPONDÁ IBEIJI):

- T’olá ni ‘beji éjí w’owo, t’olá ni ‘beiji éjí w’owo (“La riqueza y la abundancia es
de los Ibeiji, que traen dinero”).
- Òyá se sún ‘malé, t’olá ni ‘beiji éjí w’owo (“Òyá haz que se alejen las maldades
porque la riqueza y la abundancia son de los Ibeiji, que traen el dinero”).

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ÒRISÁ ÒSÚN:

- Tàlà dé omí o! Tàlà dé yeye Pandá (“Ven desde donde comienzan las aguas,
Madre Iyápondá”).
- Òsún tàlà dé (“Òsún, ven desde la fuente de las aguas”).

- Òsún Pandá fún wa ní (Òsún Iyápondá, provéenos).


- Ònà ‘re wa o! e! (“Ven aquí, fuente de bendiciones”).

- Aláwèsí Òsún (“Òsún es la encargada de limpiarnos”).


-Ònà ‘re wa (“Nuestra fuente de bendiciones”).

- Panda ilé mo jubá o!, Panda Ile mo jiré, Panda ile mo jubá Orishá Òsún.
- Panda ilé mo jubá o!, Panda Ile mo jiré, Panda ile mo jubá Orishá Òsún.

- E bá mi Òsún kí olomi, e bá mi Òsún kí olomi, Yeyé Pandá elufá tágá ré lá,


e bá mi Òsún kí olomi (“Vamos a saludar a Òsún, la dueña de las aguas, Madre
Panda, la que triunfa, vamos a saludar a Òsún, la dueña de las aguas”).
- E bá mi Òsún kí olomi, e bá mi Òsún kí olomi, Yeyé Pandá elufá tágá ré lá,
e bá mi Òsún kí olomi.

- Òsún ó déyin o! (“Òsún, todo está en tus manos”).


- Wéléwélé wélé Òsún, wélewé (“Tranquilamente, suavemente, Òsún,
tranquilamente”).

- Òsún Dé yó l’oná, Yé yé Dé s’álé wó, ye b’omo re wó, Yé yé Dé s’alé wó,


ye b’omo re yó l’oná (“Ósún llega por el camino, Madre, llega por la noche madre,
llega por la noche a observar a tu hijo por el camino”).
- Òsún Dé yó l’oná, Yé yé Dé s’álé wó, ye b’omo re wó, Yé yé Dé s’alé wó,
ye b’omo re yó l’oná.

- Yé ká rí o, Yeyé ká rí o (“Que te veamos, madre, que te veamos”).


- Ara bodún ká rí o, ká rí o (“Cuerpo dulce, que te veamos, que te veamos”).

- Ògún fé nílé wá (“La guerra quiere llegar hasta nuestro Ilé, la discordia quiere
entrar a nuestro Ilé”).
- O! nílé wéré wéré wéré o! Nílé wara o! o! nílé wéré wéré wéré o! Nílé
wara o! (“La discordia quiere entrar al Ilé, pero ella, a su manera y tranquilamente
toma el control del Ilé y aleja a la discordia”).

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ÒRISÁ YEMOJÁ:

- Yemojá dele olódo, baba oromi o! Yemojá d’élé i táyéwo yé baba oromi o!
(“Yemojá, llega a casa dueña de las aguas saladas, ama, espíritu del mar; Yemojá llega
a casa y prueba la vida, ama, espíritu del mar”).
- Yemojá dele olódo, baba oromi o! Yemojá d’élé i táyéwo yé baba oromi o!

- Kún nene o! Kée kún nene Iyá o! Dé o kée bá o dé (“Oh! Que llénanos
totalmente, oh! Madre, llena totalmente, llega y asístenos”).
- Kée kún nene o! Kée kún nene Yemojá o! Dé o! Kée bá o dé (Oh! Que
llenes totalmente, o! Yemojá, llega y asístenos”).

- Yemojá, Naná ré wá aiyé o! (“Yemojá, Naná vendrá a la tierra!”).


- Naná ré wá, Naná ré wá aiyé o!

- Yemojá, Naná ré wá aiyé o!


- Naná ré wá, Naná ré wá aiyé o!

ÒRISÁ NANÁ

- Esú ma la díde, Esú ma la díde, Naná Burukún moko kún láiye, Esú ma la
díde (“Levántate Esú, levántate Esú, truculenta Naná, haz que se llene el campo en la
tierra; Esú, levántate”).
- Esú ma la díde, Esú ma la díde, Naná Burukún moko kún láiye, Esú ma la
díde.

- Émi r’emí e! e! e! émi r’emi rée kéwé Naná Burukún rée kúwé (“Aquí estoy
yo eee! Aquí estoy yo, truculenta Naná recoge las medicinas”).
- Émi r’emí e! e! e! émi r’emi rée kéwé Naná Burukún rée kúwé.

ÒRISÁ ÒSALÁ:

- E jí wá wá o! Baba ísóro (“Despiértate, desvíate y ven, o! Padre, que controlas los


problemas”).
- E jí yá wé baba ‘rúmale e jí yá (“Ven pronto a limpiar, padre de los espíritus, ven
pronto”).

- Baba ni sa’wé si Bocum.


- Baba ni sa’wé si Bocum.

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- Òsalá má kosé, Òrisá má kosé (“Óshalá, no te tropieces, Orishá no te tropieces”).


- Baba ibó o! Ma kosé (“Padre, te suplicamos que no tropieces”).

- Òsalá l’eró, Òsalá l’eró, ólófin l’Orisá a! Olófin o! Baba (Òsalá tiene
pensamientos, Òsalá tiene pensamientos”).
- Òsalá l’eró, Òsalá l’eró, ólófin l’Òrisála a! Olófin o! Baba.

ÒRISÁ ÒRÚNMILÁ:

-Òrisá baba ísóro, bábá ísóro OrúnMilá yá (“Òrisá, padre, amo, padre, amo,
ÒrúnMilá, desvíate y ven”).
- Òrisá baba ísóro, bábá ísóro ÒrúnMilá yá.

- Yé yé bó, Yé bó ÒrúnMilá yá (“Por favor, por favor Orún Milá”).


- Yé yé bó, Yé bó ÒrúnMilá yá.

- Òrisá ÒrúnMilá, ÒrúnMilá s’oró (“Òrisá ÒrúnMilá, ÒrúnMilá, haz lo espiritual”).


- Òrisá ÒrúnMilá, ÒrúnMilá s’oró.

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Glosario del Batuke

Abébé: Especie de abanico de forma circular, es un atributo de las Òrisá Yemojá y Òsún,
dependiendo del color (plateado o dorado).

Abiyan: Persona que ocupa el menor rango en el Candomblé, es decir, que no ha pasado por
los rituales de iniciación. En yorubá significa “aquel que va a nacer”.

Abóró: Denominación genérica de los Òrisá masculinos, por oposición a las Iyabá, que son las
divinidades femeninas.

Adahún: Ritmo acelerado en el toque de los atabaques y agogó, a fin de estimular el trance en
los sacerdotes de Òrisá. Se utiliza a modo de invocación.

Afosé: (pr. Afoshé) Procesión ritual de un Candomblé, que durante el carnaval se mezcla con
las festividad popular. Se denomina así a las fiestas profanas de carácter público (sobre todo
destinadas a los turistas).

Àgbà: Adulto, anciano, persona vieja.

Agé: Instrumento musical también llamado en Brasil agué y sekeré (shekeré). Consiste en una
calabaza grande recubierta por una red en la que hay adheridas semillas o cuentas. Es similar al
idiófono cubano llamado güiro.

Agogó: Instrumento de percusión de origen africano, compuesto por campanillas de hierro, de


tamaño desigual, sobre las que se golpea con una varilla del mismo metal.

Aiyé: Palabra que designa el Mundo, la Tierra, el tiempo de vida, y más ampliamente la
dimensión cosmológica de la existencia individualizada por oposición a Orún, dimensión genérica
y mundo habitado por los Òrisá y por los ancestros ilustres.

Àjàlá: Òrisá de la Creación, es el encargado de fabricar las cabezas, Orí; ha sido prácticamente
olvidado en Brasil y Cuba.

Àkàsa: Bolitas de masa hechas de fécula de maíz cocidas a punto gelatina, y envueltos aun
calientes en hojas de bananero.

Álá: Paño blanco utilizado en ciertas ceremonias para dignificar a los Òrisá Funfún,
especialmente a Obatalá.

Amalá: Comida votiva, el amalá más conocido es el de Sangó.

Amací: Ver Omíeró.

Apetebí: Especialmente en la Santería cubana, la mujer de un Bàbáláwo.

Asé: (Asé) Término de múltiples significados dentro de los cultos de origen afro, en primera
instancia denomina el poder y a fuerza vital. Es el principio de lo sagrado impersonal. Es la
fuerza mágica contenida con mayor densidad en ciertos elementos (como la sangre) y que
emana de Oloddumare, la fuente de todo el Asé, que sostiene y crea los mundos.

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Asentamiento: Objetos o elementos de la Naturaleza cuya substancia y configuración abrigan


la fuerza dinámica de una divinidad, ya sea naturalmente o por consagración. Los asentamientos
más comunes dentro del Batuke son los okutá, piedras consagradas como objetos en los que se
ha fijado (asentado) el Asé de un Òrisá determinado.

Ató: Pequeña calabaza usada para guardar medicinas, es emblema de Ossayn y Omolú, Òrisá
relacionados a la cura de las enfermedades.

Atotó: Uno de los saludos a Obálúaiyé.

Asógún: (Ashogún) Sacerdote especializado en la faena de los animales consagrados a los


Òrisá.

Bàbáláwo: (Babá=padre, Olú=dueño, awó=secreto) Sacerdote iniciado en los Misterios de Ifá.


Su función principal es la de servir a ÒrúnMilá por medio del uso de los sistemas oraculares:
Opelé, Ikín y también el Merindiloggún.

Babalòrisá: Director y máxima autoridad de un Ilé Asé Òrisá. A él caben todas las funciones
del culto y su distribución. Es el mediador entre los seres humanos y los Òrisá. Su equivalente
femenino es Iyàlòrisá.

Banha de Orí: Especie de gordura vegetal obtenida mediante el procesamiento de


determinados frutos de origen africano. Es conocida también como “Banha de Obátalá”.

Barco: Término que designa a un grupo de personas que se inician en conjunto. Sus
dimensiones son variables, puede haber barcos de 20 iniciados así como de uno solo. Genera
ciertas obligaciones entre los propios “hermanos de barco”.

Barracón: En Candomblé se designa de esta manera al salón de fiestas.

Borí: (o Eborí= Ebó al Orí) Consiste en dar de comer y beber a la Cabeza. El concepto de Borí
suele ser muy mal interpretado en el Batuke uruguayo, donde se lo asocia a alimentar al Òrisá.
Literalmente significa “ofrendar a la cabeza”, y es una ceremonia previa a dar ofrendas al Òrisá
personal. Simboliza la estructuración del Yo previo al viaje iniciático del sendero sacerdotal,
primero debemos entender quienes somos, y luego podremos aproximarnos a la esencia divina
que representa cada Òrisá. Si el yo no está debidamente estructurado, la experiencia de abrir el
torrente aluvional desde el inconsciente (es decir la llegada del Òrisá) podría resultar caótica
para la psique del Elégun (Sacerdote). Luego de realizar la sagrada ceremonia en la “camarinha”
(Candomblé) o en el Pejí (Batuke), el iniciado es presentado a la comunidad como un nuevo ser
recién nacido, su piel decorada con pintas blancas, azules y rojas (los colores del misterio de la
vida), el ekódidé en la frente y una protuberancia en la coronilla, cubierta de un paño blanco
(que le asemeja a Esú-Elegguá y su parentesco con él como primer ser individual de la
creación). De esta manera, el yo del iniciado se va estructurando en base a su función
sacerdotal dentro del grupo y la comunidad de iniciados.

Búzios: Del latín buccinum, nombre dado en Brasil a la concha de un pequeño caracol marino
de color blanco amarillento, procedente de la región indopacífica. Su nombre científico –cypraea
moneta- alude a que fue empleado como moneda en muchos lugares de África. Es utilizado en
un sinfín de ornamentaciones, mientras que en las regiones que hoy corresponden a los Estados
de Benín y Nigeria, se lo ha utilizado para el Oráculo de ÒrúnMilá, Òrisá de la adivinación. Ifá es
el nombre del complejo sistema utilizado por los Babálòrisá y las Iyàlòrisá o los Bàbáláwo a fin
de saber la voluntad de las divinidades. En yorubá el juego de búzios es llamado Merindiloggún
que significa 16.

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Calabaza: Fruto de la planta Cucurbita lagenaria. Su cáscara es frecuentemente utilizada en los


cultos de origen afro como instrumento musical. Simbólicamente representa la unión de Obatalá
Oduduwa (arquetipos del cielo y la tierra).

Casa de Santo: Nombre dado en nuestra región al Ilé Asé (literalmente Casa del Asé), o casas
de Religión. El otro nombre común es el de terrero (Angola). En Candomblé se le suele llamar
barracón.

Contra-Egún: Trenza realizada con paja de la costa, que se amarra en los brazos, debajo del
hombro. Su propósito es el de alejar a los espíritus de los difuntos.

Dan: La Serpiente Sagrada (Dahomey y Benín) que representa la eternidad y la circularidad del
tiempo y los ciclos. En el Batuke riograndense es emblema de Òrisá Ogum, mientras que en el
Candomblé se asocia a Osúmaré.

Defumador: Instrumento cuyo objetivo es el de incensar el templo o los ambientes a fin de


confirmar su purificación ritual mediante la quema de hierbas sagradas.

Dendé: Palmera africana aclimatada en Brasil (Elaeis Guineensis) de amplia utilización ritual. El
aceite de obtenido de sus frutos, Aceite de Dendé es considerado indispensable para la
elaboración de la gran mayoría de las comidas de Òrisá. Así como para la protección del Ilé
mediante la composición del Ekó.

Despacho: Se denomina usualmente así a las ofrendas que son entregadas en los diferentes
reinos naturales.

Dijina: Nombre Sagrado de los Òrisá. Además del Òrisá, su clase o pasaje, el Iniciado en el
Sacerdocio del Batuke recibe las dijinas o nombres específicos de los Òrisá con los cuales puede
trabajar. Denota así el punto exacto de energía del universo con la que él se halla en sincronía.
Los Òrisá que han ganado el derecho de hacer uso de la palabra cuando ocupan a sus hijos,
poseen una Dijina llamada “pública”, que es el nombre propio y específico de ese Òrisá, y por el
cual se le distingue de los demás.

Diloggún: Conocido en América como Merindiloggún (del yorubá Érìn Diloggún), es el nombre
por el cual se denomina a la adivinación mediante el uso del juego de Búzios. En este sistema,
las respuestas son dadas por Òrisá Esú.

Dóbálè: Saludación prescrita para los hijos de Òrisá femeninos en los lugares de culto o frente
al Òrisá manifestado en el cuerpo de un Babálòrisá o Iyàlòrisá. El término Iká es utilizado para
designar el saludo que realizan los hijos de Òrisá. En ambas salutaciones el cuerpo se postra
totalmente sobre el suelo.

Ebó: Término que designa genéricamente a las Ofrendas y Sacrificios. Se utiliza a veces
también como equivalente de “Servicio” o “Trabajo” o “Hechizo”.

Egbonmí: Iniciado con más de siete años de “feito”. En contraposición al Iyáwó, que es un
“feito” con menor tiempo que el mencionado. Se traduce como “Hermano Mayor” dentro del
Sacerdocio.

Efún: Nombre dado al polvo blanco con el que son pintados los iniciados, y que también se
utiliza en el Merindiloggún y el Opelé para marcar los Odú en la Tabla de Ifá.

Egún: Nombre genérico de los espíritus de los difuntos.

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Ekelé: Collar consagrado al o los Òrisá regentes de un iniciado. Dependiendo del tipo de Ekelé
podemos darnos cuenta de la Jerarquía del Sacerdote.

Eni: Nombre dado a la estera en la que se acuestan los neófitos al realizar ciertas “obligaciones”
o ceremonias iniciáticas. Es utilizada como “mesa” en el juego del Merindiloggún y el Opelé. Las
personas que hacen obligación en una misma ceremonia son llamados por ello “hermanos de
estera”.

Eré: (Asiweré, Aseré) Nombre dado a los niños, y por extensión al trance intermedio entre el
Òrisá “entero” y la salida del trance.

Ewá: (Yèwá) Òrisá de las fuentes, dueña de los cementerios. Perdida totalmente en el Batuke.

Familia de Santo: Término de referencia que designa los lazos de parentesco místico entre los
cuales se destaca el de “Hijo de Santo”, de acuerdo al vínculo con el iniciador.

Feito: Equivalente a Iyáwó.

Feitura: Proceso de Iniciación que implica la reclusión, la catulación, raspaje y pintura,


instrucción esotérica, imposición del Osú y presentación pública.

Funfún: Blanco.

Hermano de Asé: Persona perteneciente a la misma casa de religión pero hijos de diferentes
Babálòrisá.

Hijo Pequeño: Nombre dado al ahijado de religión.

Hunjebé: Ekelé consagrado a Òyá, tiene un nombre probablemente fon, del antiguo reino de
Dahomey “hun je”, cuentas del espíritu, “gbé”, cortar o inclinar la cabeza en señal de sumisión.
Su uso es exclusivo de los sacerdotes consagrados a servir a un Òrisá, y se utiliza de por vida,
aun es llevado al ataúd al morir el iniciado. Es tan íntimo y personal como el Orí. Sus cuentas
son de color marrón en las que se intercalan piezas más grandes. Simboliza la unión de las
generaciones a través del tiempo en el linaje de la religión.

Iroesín: Insignia confeccionada con una cola de caballo. Arma propia de Iyansá. Representa el
poder de este Òrisá sobre Egún.

Iyáwó: Término que designa al novicio luego de su reclusión iniciática. En yorubá significa
“esposa más joven.”

Ibirí: Insignia de Òrisá Naná, la más anciana de las hembras divinas.

Ifá: Sistema adivinatorio perteneciente a ÒrúnMilá (“Solamente el Cielo sabe quien será salvo”).
Sus colores son el blanco y el negro.

Igbá: Calabaza; genéricamente designa los asentamientos de los Òrisá.

Igbá Odú: Expresión yorubá que designa a la calabaza o recipiente donde se asientan los
elementos sagrados que determinan la existencia individualizada de cada Orí, pertenece a los
Sacerdotes de Ifá.

Ijí Apogán: Título honorífico que reciben algunos sacerdotes de Obálúaiyé.

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Ìkóòdíde: Pluma roja del papagayo de la costa. Representa la sangre vertida en el parto del
nuevo iniciado.

Irofá: Sineta bastón, usada por los Bàbáláwo para invocar a ÒrúnMilá.

Ìrókò: Árbol sagrado africano (Chlorophora excelsa, Moraceae), donde mora Oró, el espíritu de
la floresta; en Brasil, está representado en la gamelera blanca (Ficus maxima M., Moraceae),
cultuada como Òrisá en los antiguos candomblés de Bahía y Pernambuco. Totalmente perdido
en el Batuke.

Iyá: Madre.

Iyábassé: Iniciada especializada en la preparación de las comidas de Santo.

Iyá-Efún: Iniciada especializada en la pintura ritual de los iniciados.

Iyá Egbé: Título honorífico importante en la jerarquía de los Ilé Asé. Significa “Madre de la
Comunidad”.

Iyákékéré: “Madre Pequeña” segunda persona del sexo femenino en la jerarquía de un Ilé.

Iyálasé: (pr. IyálAsé) Título dado a la Madre de Santo de un Ilé, significa “madre del Asé”.

Iyàlòrisá: Directora y máxima autoridad de un Ilé Asé Òrisá. A ella caben todas las funciones
del culto y su distribución. Es la mediadora entre los seres humanos y los Òrisá. Su equivalente
masculino es Babálòrisá.

Lavado de los Ekelé: Parte de la Ceremonia de Rogación de Cabeza o Lavado de Cabeza, en


la que se lavan con Omíeró los collares del nuevo Abiyán.

Lógunède: Òrisá de la caza y la pesca; hijo de Osósi y Òsún.

Mo Jubá: Oración litúrgica en la que se invocan a los ancestros ilustres, a los propios Òrisá
durante ciertos oficios ceremoniales. La expresión alude al acto de reverenciar.

Nación: Nombre dado genéricamente al Batuke. Se refiere también a los grupos que cultúan
divinidades provenientes de una misma etnia. Podemos hablar de naciones congo, Angola, Jeje.
Ketu, Ijexá y Oyó designan a subgrupos de la etnia nagó. Son categorías bastante genéricas con
las que se designa a las agrupaciones de las múltiples etnias que el tráfico esclavista trajo a
América.

Nuez de Cola: Obí.

Nupé: Región donde se originó el culto a Obálúaiyé.

Obá: Rey. También es el nombre de la Òrisá que era una de las tres esposas de Sangó.

Obá de Sangó: Corrupción del término Mogbá ti Sangó, que quiere decir “ministro de Sangó”.

Òbe: Nombre yorubá de la daga sacrificial de los sacerdotes de la Religión. En nuestra región es
conocida por el apelativo brasileño “faca”.

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Obí: Fruto de una palmera africana (Cola acuminata) aclimatada en el Brasil. Es indispensable
en el culto a los Òrisá para las iniciaciones, Ebó y hasta en la adivinación, donde se juegan
cuatro cotiledones de Obí.

Odó: Río.

Odú: Pronunciamiento oracular por medio del sistema de Ifá, ya sea por medio del Opelé o el
Merindiloggún. Existen 16 Odú mayores o “madres”. Sus combinaciones mutuas generan un
total de 256 Odú, cuyos desbordes generan 4096 combinaciones posibles. Cada Odú es una
inteligencia cósmica en sí misma, que expresa mitos, Ebó y se relaciona con uno o más Òrisá.

Oduduwa: Òrisá de la Creación, creador de la Tierra; masculino o femenino.

Ofó: Rezo de encantamiento.

Ogó: Bastón de forma fálica perteneciente a Esú.

Ojá: Paño para amarrarse en el tórax como vestimenta ritual.

Òkè: Òrisá de la montaña, olvidado en Brasil.

Olóòjà: Expresión yorubá que significa “vendedor” o sea, dueño del mercado. Es uno de los
títulos de Esú.

Olórí: En yorubá “Dueño de la Cabeza”, designa al Òrisá personal de cada iniciado.

Olossayn: Sacerdote que se especializa en las propiedades curativas y mágicas de las hierbas y
sus combinaciones.

Oni: Señor, dueño.

Òpásooró: Báculo o bastón de madera usado por Obatalá.

Òpèlè: Rosario o collar de 8 cuentas por medio del cual el Bàbáláwo consulta a ÒrúnMilá.

Orí: Término que designa a la cabeza en la vida litúrgica de la Religión (especialmente a la


región de la coronilla o mollera); se entiende que es el doble espiritual de nuestra cabeza, es
decir nuestra mente; portadora de un destino particular en esta encarnación. De acuerdo a los
sucesos de la vida de una persona, reflejados en su Odú de nacimiento podemos hablar de un
Orí Rere (buena predestinación) u Orí Burukú (mala predestinación); cuyas fatalidades son
negociables de acuerdo a la realización de los Ebó aconsejados por ÒrúnMilá por medio de Ifá.

Orikí: Epíteto, frase de loa que acompaña el nombre de determinada familia u Òrisá y que
habla de sus atributos y actos heroicos.

Orogbó: Fruto de una planta africana adaptada al Brasil (Garcinia Kola), propia de Òrisá Sangó.

Orúko: Expresión yorubá que significa “¿Cuál es tu nombre?”, en el Batuke es parte de la


Ceremonia en la que se le otorga al Òrisá la facultad de utilizar el habla (ganar la “fala”), donde
éste dice a su iniciador y los testigos presentes cuál es su Dijina particular.

Osú: (pr. Oshú) Conjunto de sustancias mezcladas que al que se le da forma cónica y se coloca
sobre el Orí luego de la ceremonia del raspado durante la iniciación.

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Osé: (pr. Oshé) Nombre del emblema de Sangó, es un hacha de doble filo.

Ossúm: Polvo rojo, utilizado en algunas ceremonias iniciáticas.

Otá: Piedra. Algunos otá de acuerdo a sus particularidades son consagrados como asentamiento
de Òrisá determinados (allí pasan a llamarse okutá).

Oyó: Ciudad yorubá que en un tiempo fue la gran capital de los reinos yorubá. Ciudad natal del
culto a Òrisá Sangó.

Pejí: Nombre con el que se designa a los Altares principales de los cultos afrobrasileños. Allí se
encuentran los asentamientos del Asé de los diferentes Òrisá, las ofrendas a ellos realizados así
como las armas litúrgicas. Proviene de la expresión yorubá pé ejí, “donde la sangre se demora”.

Pueblo de Santo: Designación para los hijos de un mismo Ilé.

Sasará: (pr. Shashará) Insignia de Obálúaiyé.

Siré: (pr. Shiré) Rueda de danza ritual para los Òrisá.

Uborí: Viento de la tempestad. Es la energía con la que Òyá quita la vida a las personas
destinadas a desencarnar.

Wáji: Polvo azul, utilizado en algunas ceremonias iniciáticas.

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Fotos del Ilé Asé Yemojá Emìbomí – Òsún Dé

Iyàlòrisá Milka junto a sus hijos Sandra omoti Sangó y Diego t’Ósala Ana t’Òyá (en el Reino de los Ancestros)

Bàbálòrisá Fabio t’Òsún Dé y Adriana t’Yemojá


Iyàlòrisá Milka y su madre Renée ti Sangó
(en el Reino de los Ancestros)

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Roxana t’Yemojá

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De izquierda a derecha, Miguel de Obálúaiyé, Andrea t’Òyá, Babá Fabio Omowúrà t’Òsún, Sofía t’Òyá, Adriana
t’Yemojá, en el centro Renée ti Sangó (en el Reino de los Ancestros, última foto en ritual).

Asentamiento de ÒrúnMilá del Ilé Asé Yemojá Emìbomí – Òsún Dé

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Notas
ii 1999:12.

Los nombres de la divinidad varían de acuerdo a la nación que se cultúe, aquí nos referimos a
iii

la nomenclatura utilizada en la modalidad de los cultos afrobrasileños en Uruguay. Pueden


encontrarse referencias a Mawu, Naná, Nyame, Zambi en otras regiones del continente.

ivOlorun es llamado bajo el título sagrado de Alaaba l’Asé, el que es y posee todo el Asé. <<Uno
de los aspectos definitorios es el de ser un sistema religioso iniciático: es adquirido, transmitido y
desarrollado a través de la participación de los adeptos de una experiencia en la que,
mediante un interrelacionamiento directo y paulatino, van absorbiendo y desarrollando el
mencionado poder místico y simbólico que les permite integrarse e identificarse con un sistema
dinámico que ayudan a movilizar. Este es conocido con el nombre nagó “Asé” o fon “sé”, es el
principio que posibilita el proceso vital […] no aparece de forma espontánea sino que debe ser
transmitido a humanos y otros seres, sólo puede ser adquirido por introyección o contacto […] la
práctica ritual permite la acumulación y revitalización de del Asé individual y colectivo […] Una
comprensión adecuada de este poder o fuerza que alienta la existencia y el devenir es
necesaria para entender el sentido del sacrificio y las ofrendas rituales.>> Picotti, 1998: 221.

v Efectuamos la misma aclaración que en la Nota número 11. Se venera al mismo concepto con
los nombres de Òrìshá, Vodun, Inquisi, Loa, Winti, etc.

vi Pí Ugarte, 1998:162.

vii Cirlot, 1998:41.

<<[...] a menudo se comporta como una entidad separada y sobrenatural.>>, González


viii

Wippler, 1999:64.

ix Jung, citado por Cirlot, Idem.

x Watson, 1997:187. Cita a Jung.

<<Psicológicamente, Filemón representaba un modo superior de captación intelectual>>, <<A


xi

veces me parece muy real, como si fuera una persona viviente. […] representaba una fuerza
que no era yo mismo. Yo mantenía conversaciones con él, y él decía cosas que yo no había
pensado conscientemente. Porque noté claramente que era él quien hablaba, no yo. Él decía
que yo trataba los pensamientos como si los hubiera generado por mí mismo, pero en su
manera de ver los pensamientos eran como animales en una selva.>> Citado por Watson,
1997:185.

xii González Wippler, 1999:64.

xiii Acosta, 1999:35.

xivSi bien palabra médium es utilizada usualmente en los cultos afroamericanos, nosotros
preferimos los conceptos de Canal, y Canalización. Canal <<es una persona que sostiene ser
capaz de comunicar información proveniente del mundo de los espíritus, de otras dimensiones o
de otros niveles de conciencia. Con anterioridad los canales eran denominados médiums y
todavía lo son, ocasionalmente. El nuevo término ha sido adoptado probablemente para
intentar eludir ciertas características o asociaciones de los médiums tradicionales que los
canales modernos presumiblemente consideran poco halagadoras.>> Watson, 1997:56.

xvLo que ahora entendemos como fenómenos psíquicos, no serían más que facultades
mentales latentes en nosotros.

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xvi 1998:247.

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