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La obra arranca con el conflicto entre Apolo y la Muerte.

Apolo viene a ser un personaje que,


dentro de un orden dado, ha venido a tener un castigo, al igual que su hijo. Pero parece que
Apolo no aprende, quiere seguir ganando. Hacer lo que no debe, ¿Qué es lo que no se debe
hacer? Podríamos decir, básicamente, que evadir a la muerte, engañarla, transar o negociar
con ella… pero esto sólo es posible si partimos de que en el terreno o la convención que sólo
un dios puede intentar hacerlo. Pero lo primero que nos dice Eurípides es que en esta obra, ni
los dioses ni los hombres pueden escaparse a algo que se llama muerte. Algo parecido a las
danzas de la muerte medievales, ¿no es así? Y la muerte lo deja claro: “No puedes poseer todo
lo que no debes”. Esa es la ley.

Enojado, Apolo, vaticina, ya que es parte de sus atributos, que La Muerte será derrotada. Lo
dice con un gran odio y sala. Queda claro que a Apolo le encanta ir en contra de la Muerte. Y la
pregunta que se abre en este momento es ¿Si ni dioses ni hombres escapan a la ley, quién se
atrevería y lograría semejante acto? Heracles.

Y lo logra, parece ser. Pero entonces, ¿Qué representa Heracles? ¿Por qué sí lo logra? ¿Qué
función viene a tener en la obra? ¿Un Deus ex machine? Veremos.

Surge una pregunta ¿Quién es protagónico aquí? ¿Esta trayectoria principal es la de Apolo y La
Muerte en su disputa, o son la circunstancia de Admeto y Alcestis? Veremos.

Entra un coro de ancianas. Aquí recordemos ¿Quiénes no quisieron morir por Admeto? Los
ancianos padres de él. Es por eso que es de gran importancia que sea un coro de ancianas que
nos vienen a hablar de las consecuencias que la muerte de Alcestis traerá a la vida de sus hijos.
Son ellas quienes nos ponen en una cuestión sería la muerte de esta mujer. Han visto muchas
muertes, saben lo que es y ellas mismas se saben más cerca de ella. No es cualquier opinión.

A todos esto ¿Qué hace Admeto por solucionar las cosas? Sabemos que es hombre rico… La
Muerte le pregunta a Apolo que si es por eso que le tiene mayor preferencia a Admeto y que si
esa es la causa de que quiera evitarle morir a él y a su esposa…

El momento exacto es cuando La Muerte presume de que al llevarse a una persona joven, ella
obtiene mayor mérito. Ese mérito ¿Cuál sería? Un mérito basado en la valoración de que una
vida jóven duele más que una vieja. Pero esto no es verdad, el dolor ante la muerte de alguien
es de igual peso sea joven o viejo. Entonces, encontramos que este personaje llamado Muerte
tiene una valoración moral sobre la vida que sólo se justifica partiendo del prejuicio de que
una persona joven ”vale” más que una persona “vieja”, ¿por lo que ésta pueda o no pueda
hacer? ¿Ese es el criterio de valoración? La muerte es un ciclo irreversible, pero en el tránsito,
son las acciones hechas lo que genera una valoración sobre la vida, las acciones mismas, no lo
prejuicios. Es aquí que encontramos que La muerte observa a partir de prejuicios, no de
acciones, todo lo contrario a Sófocles con su famoso epíteto “Nadie pueda decir que es feliz o
miserable sino hasta el día de su muerte”. Sin embargo, quizá el planteamiento de Erupides
para este personaje, para darle un carácter, es ponerle un propósito dentro de este marco de
interacción entre dioses que sería que, entre más jóvenes, mayor ganancia tiene al llevárselos.
Parece ser que queda claro que en este mundo de dioses hay competencia. Entre ellos,
cuestiones como la vida, la muerte, es decir, las cosas que afectan seriamente a los hombres,
para ellos es solo una cuestión de trabajo. Nos perdemos, la pregunta constante es la de saber
bajo que parámetros regimos las acciones y las cosas y queda claro que cuando ese parámetro
se pierde, comienza la relatividad de valores. Esto nos marca el marco de estilo en que se
mueve ésta obra.

Regresando a la disputa, más bien, negociación entre Apolo y lLa Muerte, éste quiere negociar
con ella intercambiandole la ganancia por llevarse a una persona joven, por la ganancia de que
aunque Alcestis muriera anciana, moriría con lujo. Entonces, La Muerte le contesta
cuestionandole su forma de valorar el morir, es decir, dandonos al espectador, un marco de
valoracion definido a partir de valores sociales. La Muerte le contesta:

“Estableces tal ley, Febo, teniendo en cuenta a los ricos.

¿Cómo has dicho? Mira que no haberme dado cuenta que eres una ilustrada…

Febo reconoce que La Muerte no es alguien a quien pueda darle gato por liebre, La Muerte
sabe su oficio.

Ella le contesta lo que pasaría si La Muerte estableciera su criterio a partir de los bienes
materiales:

Los que tuvieran posibles comprarían morirse de viejos.

Esto es determinante, La Muerte no se dejará engañar más. Apolo contesta enojado el


vaticinio de que alguien llegará contra el que ella no pueda hacer su trabajo.

Si nuestra línea de acción principal fueran la Muerte y Apolo, el conflicto entre ellos, el
resultado de que Heracles haya logrado sacar a Alcestis del Hades nos llevaría a pensar que, en
efecto, esta es la historia de una lección dada a la Muerte, puesto que sí había alguien que la
pudo engañar, alguien contra el que ella no contaba y Apolo logró darle una lección.

Tal afirmación solo nos llevaría a ver la obra desde su dinámica anecdótica y mítica. Falta
entonces, la otra parte el conflicto que ocurre en el mundo de los hombres, con Admeto,
Alcestis y los padres de Admeto, junto con el coro de mujeres ancianas, pues este mundo de
hombres es la otra parte de la balanza que nos equilibra para ver lo que hay en medio.
Podríamos decir o aventurar que la línea de acción principal de esta obra es el tema que se
juega en medio de ambos mundos.

Y de inmediato el tono cambia, entran estas mujeres con lamentos e incertidumbre. Temen lo
que a su reina pueda pasarle. Eso sí, nos dejan claro uno de los primeros méritos del que nos
vamos a enterar que Alcestis tiene: el de buena esposa. Desde una perspectiva, podemos
tomar como referencia lo que suele decirse en ciertos ámbitos como el de un velorio o de
cuando nos enteramos de la muerte de alguien, lo primero que ocurre, por parte de la gente
que conoció a la persona fallecida, es que la mayoría de la gente suele decir: qué lástima era
una gran persona, qué mal, ella siempre tan cariñosa, qué barbaridad, ella siempre tan
generosa; es decir, la muerte nos llevan a contemplar la zona positiva de una persona, de
cierta manera, a idealizarla, cosa que pienso es inevitable puesto que la experiencia de la
noticia siempre causa un golpe… a menos de que esa persona hubiera era hecho tantas
acciones negativas que su muerte sólo nos dejara un silencio absoluto, una sensación
terrorífica de saber que algo así iba a pasarle por ser quien era. Una reflexión, un malestar
incómodo. Pero parece ser que este no es el caso. Es importante resaltar en este momento
que la muerte de Alcestis tiene mayor peso, que la posibilidad de que Admeto pueda morir
también, aún no cobró la fuerza emotiva que tiene la cercanía de la muerte de su esposa. ¿Por
qué? ¿Qué cosa tendría que ser aquello que nos lleve a lamentar una muerte más que otra?
Aquí el asunto es el marco de valoración, ante la complejidad, no hay marco de valoración,
como en el realismo, hay un shock, donde las cosas son complejas, sólo queda el silencio. Pero
aquí, toda la estructura de la obra nos ha orillado hacernos la pregunta: “¿Y Admeto que está
haciendo para solucionar esto?” es decir, necesariamente a una comparación entre los dos. Y
donde hay comparación de esta naturaleza, hay valoración búsqueda de cualidades y
desventajas. En otras palabras lo que quiero decir es que hay una visión parcial, un marco de
relatividad de valores, un marco de conflicto desnudo, propio del melodrama. Pero como he
dicho antes, si sólo tomaramos en cuenta esta parte, nos quedaríamos en un marco
anecdótico, y el tema de la obra nos parecería sin sentido pues pareciera que es la historia de
la muerte de una mujer que fue buena. Aquí es donde encontramos entonces la conexión
entre ambas historias: ésta mujer morirá por la pelea que hay entre los dioses.

Entonces, la línea de la obra se va cerrando pues, una vez instalados en este marco de
cualidades y desventajas por parte del autor, nuestros ojos se dirigen hacia Admeto. ¿Quién
es, qué hace, cuál es su cualidad? Su principal cualidad es ser hospitalario. Al grado de poner
por encima de las cosas de la realidad incluso el luto de su propia mujer por su hospitalidad.
He aquí la Inevitable comparación porque mientras que Alcestis se lamenta por sus hijos y por
sí misma en relación a lo que ella hubiera vivido con su familia… es decir lo que le duele en
esta situación ¿En Admeto qué hay, qué le duele? Veremos.

La hospitalidad de Admeto le ha ganado amigos, grandes amigos que le han hecho grandes
favores, Apolo y Heracles. Es un hombre rico. Hasta el momento, cualidades políticas,
moralmente buenas.

¿Qué ha hecho por su familia? Mantenerla, hacerse responsable por ella. Pero, como ya nos
dijo La Muerte, esas cosas no tienen peso al momento de morir. Vemos entonces que morir es
una circunstancia una ley del mundo del universo de la que los dioses no pueden sustraerse,
los hombres tampoco pero que en ellos, esta circunstancia los orilla a mirar lo que tienen y la
posibilidad de perderlo. Es lo que le ocurre a Alcestis. ¿Y a Admeto? También. Pero hay una
gran diferencia: Admeto busca quién muera por él ¿Para no perder qué? ¿Qué es cosa tan
importante que valga la pena que sus padres o su mujer mueran? ¿Qué busca conservar? Ahí
es donde está su objetivo. Alcestis también quiere conservar algo: su familia sus hijos su casa a
su marido. Ahí es donde está su corazón. Pero sólo hay un único pago, su vida. Ni todo su
dinero, ni todas sus riquezas pueden pagar eso. ¿Qué hace? Mientras Admeto busca quién lo
sustituya, ella acepta morir con tal de mantener la vida. ¿Qué obtiene a cambio? Ser, alguna
vez, un buen recuerdo… Al final, todos seremos eso, en algún momento, un buen recuerdo
para alguien.

Alcestis quiere conservar para todos los demás un buen recuerdo de ella. Admeto conserva la
amistad de quienes lo consideran un buen anfitrión.

Así es cómo termina la obra así es cómo se dibuja el objetivo final de cada personaje la meta
de cada uno. La balanza está completa. La estructura dramática también. Una es una meta
positiva, humanamente comprensible; la otra, una meta negativa también humanamente
comprensible; ambas con consecuencias muy distintas, aprendizajes muy diferentes y
conciencias muy contrastantes entre sí.

Quién se vuelve un buen recuerdo para los demás, paradójicamente, vive más; trasciende
hacia una inmortalidad no material sino vital, basta ver a todos los grandes personajes que
recordamos con gran profundidad. Eso es lo que Alcestis les está pidiendo a todos: tengan un
buen recuerdo de mí, conservenme en su corazón, ya que ha debido hacer el máximo sacrificio
de lo que realmente puede dar.

Quién es un excelente anfitrión recibirá favores. Pero se encadena a un movimiento que es


que: desde ese momento no podrá dejar de pensar en ser buen anfitrión puesto que perdería
sus favores. Podríamos decir que es otra manera de buscar generarse un buen recuerdo en el
corazón o la mente de otra persona, pero hacerlo de esta manera se vuelve una cosa
cuestionable, pues para ello, prefiere que otro muera a perder su imagen.

Es por todo esto que concluyó que esta obra es una tragicomedia en donde Alcestis tiene la
meta positiva y Admeto la meta negativa. Y como reflexión final me llamaba la atención
justamente la cercanía que mencioné al principio del ensayo que tiene la obra con las danza de
la muerte medieval, en donde no importa quién seas, la muerte es una ley que se pone por
encima de todos. Con el matiz de que, en el contexto católico, la muerte no toca a Dios, él es
eterno e Inmortal, pero aquí la muerte es la totalidad, es la representante absoluta de la
realidad a la que están sujetas todas las cosas.

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