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UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL

“FRANCISCO MORAZÁN”

CATEDRATICO:
LIC. KENNY XAVIER MONTENEGRO

ASIGNATURA:
HISTORIA DEL ISTMO
CENTROAMERICANO

TRABAJO: TRIFOLIO DEL CAPITULO 15,


EN BUSCA DE UN NUEVO MODELO DE
CRECIMIENTO ECONOMICO

SECCIÓN: E2, GRUPO: #3

INTEGRANTES:

1– BIONICA MACLIN
2- LORY EMELINA
3– YURY GONZALES
4– YOGER CASTELLON
5– BETTY RODRIGUEZ
FECHA: ENERO DEL 2018
INDICE
PORTADA ---------------------------------------------------------- 1

INDICE -------------------------------------------------------------- 2

INTRODUCCION -------------------------------------------------- 3

DESARROLLO ----------------------------------------------------- 4-10

CONCLUSION ------------------------------------------------------ 11

BIBLIOGRAFIA ---------------------------------------------------- 12

ANEXOS ------------------------------------------------------------ 13
INTRODUCCION
En el siguiente trabajo daremos a conocer como los países
centroamericanos debieron encontrar su camino para poder salir
adelante durante una crisis económica que afecto a todos los países del
mundo.
La crisis de los años treinta y el entancamiento económico reflejo muchas
debilidades económicas de todas las potencias del mundo, los efectos, la
primera guerra mundial mucho más esta crisis, la posguerra y su
modernización y deterioro, la integración centroamericana y sus
consecuencias, las frustraciones acumuladas de los gobiernos de ese
momento conllevaron a muchas alianzas y a muchas enemistades
gubernamentales.
DESARROLLO
La crisis de los años treinta y el estancamiento
del Modelo Económico
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) se llamó precisamente así
porque puso en evidencia que lo que pasaba en un país afectaba a muchos
otros, aunque se encontraran lejanos. Para 1914, casi todos los países
eran parte de un sistema de alianzas políticas, militares y económicas, ya
sea como colonias de una potencia imperial o como socios comerciales y
financieros en un mundo cada vez más interrelacionado. Esta
interdependencia se mostró, de forma igualmente dramática, a poco más
de diez años de terminada esa guerra, cuando la economía mundial se vio
sacudida hasta sus raíces por los efectos de la llamada “caída de la bolsa”
de Nueva York, en octubre de 1929. En un plazo de pocos meses, el precio
de las acciones que se negociaban en esa bolsa y en los otros grandes
centros financieros, como Londres y Paris, se vinieron a pique ¿Por qué
ocurrió esto?. En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial se
incrementaron las actividades económicas en los Estados Unidos,
Inglaterra y Francia, las grandes potencias que habían resultado
ganadoras en el conflicto. Sus fábricas aumentaron rápidamente su
producción, anticipando buenas ventas. Muchos consumidores se
endeudaron para poder adquirir los bienes que se ofrecían. Al mismo
tiempo los precios de las bolsas subían, lo que estimulo la especulación
bursátil, la compra de acciones un día para venderlas varios días o meses
después a un precio más alto y obtener ganancias. Muchas de estas
actividades se realizaron sin los controles adecuados, de esta manera la
especulación financiera había vuelto insolventes a muchas empresas, en
determinado momento todo el andamiaje financiero se vino abajo y
muchas industrias y bancos quebraron, miles de personas se quedaron
sin trabajo y todas las actividades económicas se redujeron, dándose una
situación llamada ¨depresión económica´´ para ese entonces, una
depresión en las economías más ricas necesariamente tenía que afectar a
todo el mundo. Muchísimos países dependían de los que le vendían y les
compraban, y esa situación se agravo todavía más cuando en las
economías poco diversificadas como las del istmo centroamericano,
donde las exportaciones eran en altísimo grado de café y bananos.
Los efectos de la crisis
En realidad, los países centroamericanos ya habían pasado por varias
crisis antes de 1929, debido a las bajas cíclicas de los precios del café y el
banano. Pero la caída de los precios a partir de año fue mucho mas rápida
y profunda, lo cual significo para Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa
Rica, y Nicaragua una reducción brutal en los ingresos de sus
exportaciones. En el caso de Honduras, que para 1928 era el principal
productor de banano del mundo, la caída del precio de esta fruta produjo
efectos un tanto severos, pero siempre significo la ruina de muchos
productores independientes, además de esto las plantaciones fueron
atacadas por la enfermedad de la ´´sigatoka´´ que obligo a suspender el
cultivo o a trasladarlo a otras partes. Todos los países tuvieron problemas
en cuanto a las importaciones, que disminuyeron drásticamente creando
una situación casi desesperada para los gobiernos, cuyos ingresos
provenían casi exclusivamente de ese rubro. En Panamá el impacto de la
crisis produjo una disminución de los ingresos por el tránsito por el canal,
debido a la caída general en los intercambios comerciales y la
consecuente reducción del movimiento marítimo. La crisis trajo consigo
la reducción en la producción, baja en los salarios y un enorme
desempleo, tanto en el campo como en las ciudades. Pero en El Salvador
con tan poco territorio agrícola disponible, la miseria se extendió
desoladoramente por todo el campo. Por otro lado la desocupación
cundió en las ciudades, ya que la caída de las importaciones perjudicó a
muchas actividades. No resulta sorprendente que se produjera un gran
número de protestas de parte de los trabajadores organizados, ejemplo
destacado de esto fueron las huelgas bananeras de Honduras, en 1932 y
en Costa Rica en 1934. A un nivel mucho más dramático en El Salvador se
produjo el alzamiento campesino de 1932, reprimido sangrientamente
por el gobierno de turno.
Los Gobiernos y la Crisis
Los gobiernos de la región reaccionaron de diversas maneras ante la
crisis, en general buscando proteger a los exportadores tradicionales,
ejemplo de esto fueron las “Leyes moratorias” decretadas en Costa Rica y
El Salvador, entre 1931 y 1932, que permitieron posponer el pago de
deudas de los cafetaleros, muchos de los cuales estaban siendo forzados a
entregar sus propiedades a los bancos cuando se ejecutaban las hipotecas.
Los gobiernos adoptaron también “planes de estabilización”, como el
abandono del patrón oro y la introducción de controles de mecanismos de
cambio de sus monedas ante la escasez de divisas. El Salvador, Guatemala
y Costa Rica no tuvieron más remedio que reconocer que no podían
seguir pagando los intereses de la deuda pública adquirida con el
extranjero, el costo de las medidas de estabilización fue muy grande. No
todo fue estancamiento durante la depresión, aprovechando que las
importaciones de productos de consumo interno habían bajado, su
producción local creció con mucha velocidad, dando trabajo a muchos
desocupados y una opción para inversiones que no podían dirigirse a otra
parte. En nuestros gobiernos no había interés de invertir en las
industrias, orientaron sus inversiones al desarrollo de la infraestructura,
en particular carreteras, en lo que se destacaron Guatemala y El Salvador.
Centroamérica y la Segunda Guerra Mundial
La declaración de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) aparecieron
estímulos adicionales para la recuperación económica. Uno de ellos fue la
construcción de la carretera Panamericana, impulsada por Estados
Unidos con el fin de favorecer la defensa del Canal de Panamá, pero que
tuvo efectos inmensos en la comunicación de todos los países del Istmo,
aparte de proporcionar trabajo a miles. Durante la guerra el temor de la
influencia alemana e italiana en América Latina impulso a los Estados
Unidos a asegurarse aliados en la región, desde el punto de vista
económico, la acción más importante para ello fue la adopción del
Acuerdo Interamericano del Café, firmado en 1940, que permitió la
estabilidad del precio de este producto y su acceso regulado al mercado
estadounidense. Durante la guerra se desarrollaron cultivos no
tradicionales, como el caucho, la cabuya y la cinchona, considerados de
importancia estratégica. Al final del conflicto se podía decir que se había
superado el periodo depresivo de las economías de la región. El costo de
vida se había elevado enormemente pese a que los gobiernos intentaron
controlarlo y había signos evidentes de que los beneficios del poco
progreso logrado tendían a concentrarse en muy pocas manos. Sobre
todo, quedo claramente demostrada la debilidad de un modelo económico
totalmente dependiente de la exportación de un par de productos. Había
que encontrar alternativas.
La Modernización de la Posguerra, Auge y Deterioro
Desde principios del siglo XX muchos intelectuales centroamericanos,
especialmente aquellos con responsabilidades en los gobiernos, se
preguntaron cómo lograr un desarrollo económico sólidamente
sustentado. Decían que la agricultura si bien había servido de fundamento
a las repúblicas después de su independencia, se había convertido en una
constante amenaza dada la inestabilidad de los precios internacionales.
Dos alternativas se empezaron a proponer, una era la diversificación
agrícola y la otra la industrialización, lo que en su conjunto se llamó
“modernización”. A partir de la Segunda Guerra Mundial fue posible,
finalmente, tomar estas medidas. La modernización produjo un profundo
cambio en todos los aspectos de la vida de la región, pero el desarrollo fue
mucho más efectivo en lo económico que en lo político y social. La
agricultura de subsistencia aunque ahorraba divisas, no generaba
ingresos propios, por lo que había que encontrar nuevos y variados
productos que se pudieran vender bien en el exterior, de manera que si el
precio de uno bajaba, los otros impedirían que eso pusiera en bancarrota
toda la economía, el algodón fue uno de los productos adoptados para
esto, aprovechando que existían muchas tierras aptas para su cultivo en la
vertiente del Pacifico. De 1950 a 1969 la superficie y la producción de
algodón se multiplicó cuatro veces, la concesión de créditos y la aplicación
de pesticidas fueron claves de ese crecimiento, aunque el ultimo tuvo
consecuencias serias en la ecología y la población. Otro rubro importante
también estimulado por el mercado norteamericano, fue la exportación
de carne de ganado vacuno, especialmente en Nicaragua, en donde se
instaló la primera planta empacadora en 1954, para 1973 existían 22
plantas empacadoras de carne para exportación en toda la región, en
Panamá también se desarrolló la ganadería, el apoyo estatal que se brindo
a esta actividad tuvo como consecuencia migraciones internas con el fin
de colonizar bosques que se transformarían en potreros.
Los Efectos de la Modernización
La introducción de ciertos cultivos y la ganadería, tuvo efectos muy
importantes en la sociedad centroamericana, así como en el medio
ambiente. Gracias al algodón, surgió un nuevo tipo de empresario
agrícola, aquel que sin tener recursos propios, contrata los tres factores
de producción: toma en arrendamiento las tierras, obtiene el capital de
trabajo a través de créditos bancarios, y contrata trabajadores temporales
para realizar el cultivo algodonero en sus varias etapas. Incluso, los
productores de algodón se organizaron para realizar directamente la
comercialización del producto. La expansión del algodón y la ganadería
desplazo a muchas familias campesinas en Nicaragua, El Salvador y
Guatemala, y crecieron las poblaciones de trabajadores sin tierras a lo
largo de los caminos y en torno a las aldeas de la costa del Pacifico. La
contaminación de suelos y aguas como consecuencia del uso abundante
de insecticidas y abonos químicos afectó no solo la salud de la gente y los
animales domésticos sino que alteró los ciclos biológicos de especies
acuáticas que viven en ríos, esteros y zonas costeras. Los bosques
empezaron a desaparecer rápidamente, a lo que también contribuyó por
cierto, la expansión de los cultivos tradicionales. Panamá por su lado,
logro uno de los índices más altos de crecimiento económico del mundo
(6.4% entre 1950 y 1979), en parte se debió al notable incremento del
tráfico por el Canal de Panamá, también ayudó la introducción de la pesca
del camarón y el cultivo de frutas y vegetales, estimulados por los
norteamericanos y por un mayor consumo en las zonas urbanas del país.
Para el resto de los países centroamericanos el banano y el café
continuaron ocupando un puesto central en las exportaciones. Los precios
para el primero subieron aceleradamente, de 1945 a 1954. Estimulando
la ampliación de cultivos y la producción incluso en Nicaragua y
Honduras, gracias también a la introducción de nuevas técnicas y
variedades de cafeto, como la “caturra” que no necesitaba sombra y era
más fácil de recolectar. Igualmente sucedió en el cultivo del banano con la
variedad “cavendish”, resistente a las enfermedades. En ambos casos se
produjo un incremento de las empresas medianas, sobre todo cuando
tenían acceso al crédito como en Costa Rica. En conjunto la producción de
agropecuaria centroamericana elevo su producción a 1, 827 millones, en
1970, de la cual la mayoría provenía del banano y el café, lo lamentable
fue el precario desarrollo del sector de producción de alimentos para
consumo interno, víctima de pobres condiciones técnicas y poco apoyo
gubernamental. Igualmente siguió la tenencia de las tierras en pocas
manos, todo esto abonó las tensiones sociales que se acentuaron al final
de la década de los años sesenta. Otro aspecto de la modernización fue la
industrialización, México, Argentina y Brasil demostraron que era posible
desarrollar la producción local de manufacturaciones que antes se
compraban en el exterior; con lo que se lograron varios objetivos: se
ahorraron divisas, se crearon fuentes de trabajo y además de creó un foco
de desarrollo que balanceo la inestabilidad de la producción agrícola, a
esto se le llamó “industrialización sustitutiva de importaciones”.
La Integración Económica Centroamericana
La agricultura permitió que hubiera capitales para la industria, pero se
requería una intervención estatal más enérgica para lograr que se
canalizaran A una actividad nueva, a la que muchos le tenían desconfianza
como fuente de ganancias. El mayor problema fue que como países
pequeños se dudaba que ninguna empresa pudiera lograr el volumen
necesario para ser una producción eficiente. Las empresas con esas
limitaciones buscaban el mercado externo, para vender sus mercancías en
otros países, pero aquí no se tenía la capacidad de competir con países
que ya estaban en una etapa más avanzada de desarrollo y vendían
productos mejores y más baratos. La CEPAL organismo técnico de la
Organización de las Naciones Unidas, desde fines de la década de los años
cuarenta había planteado la idea de sumar el pequeño mercado
centroamericano y fundar las llamadas “industrias de integración” sobre
el principio económico de producir para un mercado más amplio y que
tuviera a mayor producción menor costo y mejor competitividad. En la
década de los años cincuenta, diversos gobiernos centroamericanos
firmaron tratados bilaterales para facilitar el intercambio comercial entre
sus respectivos países. El paso decisivo se dio en el año de 1960 con la
suscripción del Tratado General de Integración Económica.
Los Tratados y sus Resultados
La firma del Tratado de Managua, permitió crear un espacio geográfico en
el que los cinco países, pudieran intercambiar productos como si lo
hicieran localmente, mientras que las mercancías que quisieran ser
introducidas desde afuera pagarían impuestos similares. Con eso se
lograría un mercado mucho mayor que se llamaría MCCA en el cual se
intentaría también desarrollar proyectos de interés común, incluyendo la
tantas veces frustrada unión política. En apoyo a la integración se fundó el
Banco Centroamericano de Integración Económica, con sede en
Tegucigalpa, con capital oficial de los cinco países, también se creó el
Instituto de Investigación y Tecnología Industrial (ICAITI) con sede en
San José, Costa Rica, para resolver problemas técnicos de la
industrialización. Para agilizar los pagos que tenían que hacer los
comerciantes e industriales cuando compraban a un productor de un país
del MCCA, se estableció una Cámara de Compensación Monetaria
Centroamericana. Para que sirviera como organismo rector de todo el
proceso, se fundó en la Ciudad de Guatemala, la Secretaria de Integración
Económica de Centroamérica (SIECA). El MCCA tuvo un éxito
extraordinario en cifras globales, el comercio en la región se multiplicó
por siete. Pero ese crecimiento no fue equilibrado, porque los beneficios
de concentraron en determinados países, resultando perjudicados más
Honduras y Nicaragua en el intercambio, además el ímpetu inicial se fue
perdiendo al no poder pasar a etapas más avanzadas de industrialización
que requerían no sólo más capital sino también tecnología apropiada.
Estas cosas fueron creando resentimientos y temores que obstaculizaron
la búsqueda de soluciones alternativas al modelo integracionista. A finales
de los sesenta ya era evidente que la forma de llevar la integración
adolecía de serios defectos.
Las Frustraciones Acumuladas
La modernización económica no solo cambio el escenario físico de la
región sino que impacto en las estructuras sociales, las ciudades crecieron
y surgieron sectores sociales nuevos, como el empresario agrícola e
industrial y claro los trabajadores ligados a esas actividades. Hizo crecer
también el estrato de los funcionarios, estos sectores fueron adquiriendo
una fisionomía propia y demandando la satisfacción de sus intereses
particulares, al principio se pensó que todos serian satisfechos pero las
cosas fueron distintas por las limitaciones de la modernización. El
conflicto armado que se desato entre El Salvador y Honduras en Julio de
1969 aunque fue breve, ilustró dramáticamente las fallas sociales y
políticas de los proyectos modernizantes en la región. Las limitaciones de
la economía como de las administraciones públicas, fue solo el telón
donde se montó el drama, los acuerdos e instituciones creadas no
pudieron prevenir este conflicto, este sucedió en las poblaciones más
pobres de ambos países cuyas expectativas de mejoramiento en la
modernización se vieron frustradas. Los aspectos sociales fueron los más
descuidados por la modernización, y solo en contaos casos se hicieron
esfuerzos para enfrentar los problemas más apremiantes, ejemplo de ello
fueron los intentos de reforma agraria en la llamada “revolución de
octubre” y el periodo “torrijista”, en todos los casos se trataba no sólo de
proporcionar tierra y elevar los rendimientos, sino también de
desarrollar la organización campesina en la producción y elevar el nivel
de vida. Uno de los factores que contribuyó más al deterioro de las
condiciones de vida en toda la región fue el alza extraordinaria del precio
del petróleo a partir de 1973, esto encareció los precios de todos los
productos, sobre todo los de materia prima requeridos por la industria.
Pese a la expansión de la exportación agricultura y a los esfuerzos que se
hicieron para obtener una mejor capacidad de negociar en el mercado
internacional. Las economías de la región entraron en un franco
deterioro, aunque los gobiernos intentaron estimular la economía con
mayores inversiones públicas, esto a la vez incrementó el endeudamiento
externo, un problema que se volvió en dimensiones inimaginarias nunca
antes vistas. La deuda se había incrementado a L.6, 800 millones para
1973.
CONCLUSION
Durante la realización de este trabajo hemos podido notar que la forma
en que las economías regionales se sacudieron ante la crisis mundial y
como tuvieron que recurarse lentamente volviéndose más complejas, lo
que trajo sucedió fue una transformación social global que aunque lenta,
ha sido ininterrumpida. Los grupos sociales que emergieron participaron
del optimismo de una primera etapa de modernización que aunque
parecía buena, pronto mostró sus limitaciones provocando una enorme
frustración en la población.
BIBLIOGRAFIA
- Libro de Historia del Istmo Centroamericano, Tomo II, capítulo 15.
- www.google.com
ANEXOS

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