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El Museo Regional de Chiapas Al llegar al valle de Cintalapa la pareja de exploradores

y sus orígenes tuvo la oportunidad de visitar la hacienda El Rosario,


de don Jacinto Tirado, quien había encontrado algunas

|
Lynneth S. Lowe
Centro de Estudios Mayas, IIFL, UNAM

Si bien el Museo Regional de Chiapas se fundó oficial-


mente en el año 1934, los antecedentes de algunas de las
piezas que constituyeron la base de su acervo pueden
remontarse al aprecio y la labor de diversos colec-
piezas extrañas en cuevas de la región. Se trataba de
un conjunto de incensarios de diversos tipos, tanto
zoomorfos como antropomorfos, entre los cuales
destacaba la figura de un anciano cargando una vasija
sobre la espalda procedente de la cueva El Refugio
(Figura 1). Don Jacinto conservaba su colección con
gran aprecio y no quiso deshacerse de ninguno de sus
ejemplares, pero les permitió tomar fotografías
(Figura 2; Seler 1900:125-126).
cionistas locales de finales del siglo XIX. El interés
por acercarse a las expresiones materiales del pasado
floreció en diversas regiones de México en asociación
a las ideas positivistas que permeaban en la sociedad
de la época, así como a la llegada de exploradores y
viajeros en búsqueda de ciudades perdidas y antiguas
civilizaciones aún por descubrir. Los recorridos de
John L. Stephens y Frederick Catherwood por el sur
de México y Centroamérica, entre muchos otros,
marcaron un punto de inflexión en el reconocimiento
de la importancia de las culturas prehispánicas y
propiciaron un interés que en algunos casos llevó a la
creación de museos locales con apoyo gubernamental.
El Museo Yucateco, creado en 1871 a instancias del
presbítero Crescencio Carrillo y Ancona, representa 1
un claro ejemplo de esa inquietud por resguardar Figura 1.- Incensario que representa a un personaje cargando una vasija sobre la
espalda. Esta pieza fue recuperada en una cueva cercana a la hacienda El Refugio
y proteger los objetos arqueológicos e históricos, y formaba parte de la colección de don Jacinto Tirado, donde fue documentada por
además de que muestra un evidente orgullo por el Eduard Seler en 1895; posteriormente la colección fue donada para integrarse al
acervo del Museo Regional de Chiapas creado en 1932.
glorioso pasado indígena con miras a reforzar las
identidades regionales (Sellen 2013:273).
En Chiapa de los Indios los viajeros pudieron
En Chiapas, la fundación de un museo público habría apreciar una interesante colección de cerámica
de concretarse muchas décadas después; no obstante, chiapaneca del periodo Posclásico. Esas bellas piezas
resulta posible identificar la iniciativa de algunos procedían de la finca San José Bergantín y eran
personajes locales por preservar diversas piezas de propiedad de don Manuel Trinidad Marina, quien los
interés antes de que fuesen integradas a las colecci- dejó dibujarlas. Más adelante, a su paso por la ciudad
ones oficiales de ese recinto. En la narrativa del viaje de Comitán, también tuvieron oportunidad de obtener
de reconocimiento arqueológico realizado entre 1895 bosquejos e imágenes de otros objetos arqueológicos
y 1896 por el destacado arqueólogo alemán Eduard que se encontraban en posesión de personajes de la
Seler y su esposa Cecilia Seler-Sachs a través de localidad, según puede apreciarse en las anotaciones
diversas regiones de Chiapas encontramos varias del sabio explorador que aún se conservan como parte
menciones a tales acervos que vale la pena señalar. del Legado Seler en el Instituto Iberoamericano de Berlín.
Figura 2.- Incensario antropomorfo, procedente de una cueva en los terrenos de la Figura 3.- Escultura con espiga que representa a un tlacuache sedente con las
hacienda El Refugio, municipio de Cintalapa. También fue reportada por Seler en manos sobre el hocico; al parecer, fue hallada en la finca del Rosario, cerca de
1895, como parte de la colección de don Jacinto Tirado, que gracias a la labor del Comitán. A finales del siglo XIX estaba en posesión del cura don Ildefonso
profesor Marcos Becerra sería donada para crear el nuevo Museo Regional. Penagos en aquella ciudad, según fue reportado por Eduard y Cecilia Seler, y años
después fue donada para la instalación del nuevo Museo Regional de Chiapas.

Es el caso de la escultura con espiga que representa a De sus viajes trajo objetos antiguos para formar
un tlacuache sedente con las manos sobre el hocico, un museo de arqueología, historia y etnografía.
que supuestamente procedía de la finca del Rosario y Es el verdadero fundador del Museo Regional de
se hallaba en manos del cura don Ildefonso Penagos en Tuxtla Gutiérrez; las piezas más viejas del actual
aquella ciudad (Figura 3). Otra escultura con espiga, son las que él trasladó (Navarrete 1986:53)
que muestra a un personaje sedente con los brazos en
En un inicio los objetos fueron resguardados en una
el pecho, adornaba el patio de la casa de don Lisandro
bodega de la Escuela Normal, pero finalmente el pro-
Castellanos y procedía de la finca Jotaná (Seler 1900:155).
2 fesor Becerra logró que se colocaran en el edificio que
Debe resaltarse aquí el interés de los chiapanecos por
ocupó la Biblioteca Pública del Estado, en el costado
preservar las antigüedades de su región, gracias a lo cual
norte de la Catedral. Los monolitos iniciales de la
muchas de ellas llegarían a formar parte del patrimonio
colección fueron el gran jaguar de Cintalapa, la cabeza
estatal ante el surgimiento de un establecimiento
de mono de Macuilapa y varias esculturas mayas “del
oficial años más tarde.
oriente”, enviadas desde Comitán por don Mauro
Quintero, quien por aquel entonces excavaba en
Habría de ser hasta la tercera década del siglo XX que el
la región. Asimismo, se sabe que después de muchos
Museo Regional de Arqueología e Historia de Chiapas
esfuerzos consiguió que el mayordomo Luciano Toalá
abriría sus puertas como resultado de los esfuerzos de
donara al museo el célebre teponaxtle de madera de
distinguidos intelectuales de la época que comprendieron
Suchiapa (el “tinco”) (Navarrete 1986:53).
la importancia de rescatar, preservar y dar a conocer
los vestigios del pasado en la entidad: Marcos E.
Por su parte, el profesor Alberto Culebro (1892-1979),
Becerra, Adolfo Castañón Gamboa y Alberto Culebro.
autor de la obra pionera Chiapas prehistórico. Su
Además de su importante gestión pedagógica, don
arqueología (1939) y gran conocedor de las antigüedades
Marcos Becerra (1870-1940) realizó destacadas aporta-
de la costa pacífica, gestionó el envío de dos cabezas
ciones en el ámbito de los estudios históricos, filológicos
de piedra y algunas vasijas plomizas de la zona de
y lingüísticos de la región:
Huixtla, así como una gárgola de piedra de la finca La
Rioja, en Cacahoatán (Navarrete 1986:14).
El profesor Fernando Castañón Gamboa (1902-1959),
cronista e historiador destacado, fundador del Archivo
Histórico y la Hemeroteca del Estado, fue nombrado
jefe del recién creado museo a partir del mes
de julio de 1932, siendo gobernador del estado
el coronel Victórico Grajales (Rincón 1988:616).
Don Fernando relataba que algunas piezas de interés,
“muy buenas esculturas en barro con figuras de
animales, algunos monstruosos”, procedían de la
zona zoque, aún poco explorada, específicamente del
rancho Los Bordos, en el valle de Cintalapa, donde se
encontraban vestigios de antiguas construcciones:

Al profesor Becerra le fueron entregados unos Figura 4.- Incensario de tradición zoque, que representa a un personaje sedente
sosteniendo una vasija sobre los brazos; según Seler procedía de una cueva cer-
braseros de barro de regular tamaño por el propietario cana a Ocozocoautla.
del rancho, señor Tirado, quien bajó a una profunda
sima con ayuda de lazos y escaleras, y los sacó de
unos montones de vasijas y huesos. Con él hicimos el doctor Alfonso Caso develó la placa conmemorativa
el experimento de ponerles fuego en el interior, (Mellanes 1949:28). En aquellos años se menciona
y prontamente se encendieron los agujeros que la presencia en el estado de diversos arqueólogos
formaban los ojos, nariz y boca, de aquellos e investigadores, entre ellos Miguel Ángel Fernández,
terribles dioses (Castañón 1979:16). Salvador Moreno Toscano, Enrique Berlín, José Coffin,
Carlos Margáin, Jorge A. Vivó y Frans Blom (Rincón
Aparte de la confirmación de su uso como braseros, 1988:616).
debe destacarse aquí que se trataba precisamente de
aquella colección que décadas atrás habían apreciado El nuevo recinto contaba con ocho salas de exposición
con tanto interés Eduard y Cecilia Seler y que hoy dedicadas a: la cultura zoque –donde destacaba 3
podemos observar en las vitrinas del museo entre la figurilla olmeca de Piedra Parada–, los monolitos
otras expresiones señeras de la cultura material de prehispánicos, la cultura chiapaneca –aquí sobresalía
l o s gr u p o s z o q ues del occidente de Chiapas el teponaxtle de Suchiapa y un vaso de alabastro–,
(Figura 4). La colección del museo permaneció la región del Soconusco, la cultura maya, historia,
expuesta en el edificio de la Biblioteca de 1934 a 1940 y biblioteca, pintura y arte religioso (Rincón 1988: 29-30).
llegó a incluir diez monolitos y 561 piezas de cerámica, Vale la pena señalar el vigoroso programa desarrollado
reliquias del general Joaquín Miguel Gutiérrez y para la obtención de piezas, no solamente prehispánicas,
del doctor Belisario Domínguez, una banca del siglo sino coloniales, históricas y etnográficas, desde todos los
XVIII y un óleo del padre Sebastián de Grijalva. confines de Chiapas; como parte de esa colaboración,
se sabe que el profesor Culebro proporcionó un listado
Después el museo se trasladó a un edificio donado por de piezas de la costa que se utilizó para enriquecer la
el doctor Rafael Grajales, ubicado en la 2ª calle ori- colección, entre ellas el “Danzante” de Izapa, el lagarto
ente, y aumentó sus colecciones bajo la dirección del de la Boca Toma, un león colonial de piedra y tres
escritor Bernardo Reyes. En 1942, después de haberse estelas de la zona de Tonalá (Navarrete 1986:15).
adquirido los terrenos adyacentes, el nuevo local fue
inaugurado por el gobernador Rafael P. Gamboa en el
marco de la Segunda Reunión de la Mesa Redonda de
la Sociedad Mexicana de Antropología;
En 1952 el museo se trasladó al Palacio de la Cultura, Vale la pena resaltar aquí la presencia de ciertas piezas
como parte de un magno proyecto ideado por el gober- de conservación excepcional confeccionadas en mate-
nador Francisco J. Grajales que nunca llegó a concluirse. riales perecederos, como los textiles pintados y las jícaras
Tal situación no resultó positiva para las colecciones, laqueadas de la cueva de la Garrafa, así como las herra-
dado el espacio insuficiente e inadecuado del nuevo mientas y máscaras de madera de El Tapesco del Diablo
edificio. En 1979 las instalaciones fueron reubicadas en (Linares 2010:474-475).
el antiguo local del Instituto Botánico de Chiapas, frente
al Jardín Botánico, con una museografía cuidadosamente Por su parte, la segunda sala presenta el proceso
diseñada y una secuencia narrativa cronológica, bajo la histórico de Chiapas desde la Conquista hasta los
atinada dirección del escritor Armando Duvalier. Final- primeros gobiernos emanados de la Revolución
mente, en el año 1984, el museo se ubicó en su sede mexicana. Su discurso museográfico atiende los
actual, un magno proyecto arquitectónico desarrollado principales hechos de la historia chiapaneca y
por el arquitecto Juan Miramontes Nájera que se integra sus reflejos nacionales utilizando las piezas del estado
a un corredor recreativo y cultural conformado por que mejor representan cada etapa. Resultan de
el Jardín Botánico, el Instituto de Historia Natural, excepcional interés las esculturas coloniales
el Orquidario y el Teatro de la Ciudad, entre otras que muestran la mezcla del arte in d í g e n a y
instalaciones (Rincón 1988:617-618). el español, por ejemplo, el León Tequitqui y la
pila bautismal de Tapachula. Como elementos
El Museo Regional de Chiapas cuenta en la actualidad adicionales, en algunas partes de la sala se presentan
con un rico acervo de más de 10,000 piezas, tanto varias réplicas de destacados detalles arquitectónicos
expuestas al público como resguardadas en sus bodegas. de obras religiosas dominicas, entre las que se
E l m u s e o c o n s t a de dos salas de exhi bición encuentran el arco policromado del convento de la
permanente: 1) “Chiapas prehispánico” y 2) “Chiapas Merced de San Cristóbal de las Casas, las ajaracas
colonial y republicano”. La primera está dedi- de los conventos de Tecpatán y Santo Domingo de
cada a la arqueología y muestra el proceso de Chiapa de Corzo y la arquivolta del templo de San José
4 desarrollo regional antes de la conquista hispana Coneta (Linares 2010:474-475).
siguiendo las cuatro divisiones temporales básicas
de Mesoamérica: Prehistoria, periodo Preclásico, Además de ilustrar los principales eventos de la arqueología
periodo Clásico y periodo Posclásico. y la historia del actual territorio de Chiapas, el museo
ha establecido como objetivos principales la protección,
Entre las piezas relevantes se pueden destacar ejemplos difusión y conservación del patrimonio cultural
de la cerámica preclásica de los tipos Barra y Ocós, tangible e intangible de la entidad. En los últimos
considerada la más antigua de la región; el jaguar años ha tenido logros importantes que incluyen la
“Danzante” de Izapa y otras esculturas de estilo revitalización de antiguas tradiciones, como el famoso
olmeca y epiolmeca; los huesos labrados y el fragmento Día de Muertos, y la difusión de la obra de artistas
de la Estela 2 de Chiapa de Corzo, con una de las fechas chiapanecos y de la historia, la música y la danza de
más tempranas de Mesoamérica, producto de la cultura diversos municipios del estado (Linares 2010:474-475).
zoque; se incluyen asimismo importantes objetos de
la cultura maya, como las figurillas y la cerámica Asimismo, la integración de nuevas piezas e información
polícroma de Lagartero, el disco y las esculturas de relevante como producto de los avances de la inves-
cautivos de Toniná, el brasero de Comitán, las estelas tigación regional permite obtener una visión actualizada
de Tenam Puente y Chinkultic, además de algunas de más tres milenios de historia y cultura regional.
ofrendas de Bonampak.
Bibliografía

Castañón Gamboa, Fernando


1979 Cosas de Chiapas. Fonapas, Gobierno del Estado de Chiapas, México (Colección Ceiba, 4).

Linares V., Eliseo


2010 El Museo Regional de Chiapas. En Guía de arquitectura y paisaje mayas. The Maya:
An Architectural and Landscape Guide, coordinado por C. Valverde, R. Liendo y G. Gutiérrez,
pp. 474-475. CEM, IIFL, UNAM, Junta de Andalucía, Agencia Española de Cooperación al
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Mellanes C., Eliseo


1949 Una visita al Museo Regional de Chiapas. Revista Chiapas 1;2:28-31.

Navarrete, Carlos
1986 Los primeros antropólogos chiapanecos: 1) Alberto Culebro, 2) Marcos E. Becerra.
Gobierno del Estado de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez (Colección El disco verde, 1).

Rincón Montoya, Ana María


1988 Museo Regional de Chiapas. En La antropología en México. Panorama histórico. Vol. 7.
Las instituciones, coordinado por C. García Mora, pp. 615-623. INAH, México.

Seler, Caecilia
1900 Auf alten wegen in Mexiko und Guatemala. Dietrich Reimer, Berlín.

Sellen, Adam T. 5
2013 El museo de las migajas. En Miradas regionales. Las regiones y la idea de nación en
América Latina, siglos XIX y XX, editado por A. Taracena, pp. 273-293. CEPHCIS, UNAM, Mérida.

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