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¿QUÉ ES EL HIERRO?

El hierro es un metal de transición, siendo uno de los elementos más abundantes de la corteza
terrestre y composición principal del núcleo. Al estar presente de manera natural y disponer
de una resistencia y una maleabilidad sencillas, ha sido utilizado por la humanidad desde
hace siglo.

EDAD DEL HIERRO


(1200 A.C – 1950 D.C)

La edad de hierro comprende el tercer y último periodo metalúrgico de la prehistoria (última


etapa de la edad de los metales) y culmina con la invención de la escritura.

Durante la edad de hierro los hombres descubrieron la forma de extraer dicho metal (se cree
que Para su estudio se considera una división:

Edad de hierro I. (1200 A.C al 1000 A.C). Corresponde al primer periodo de la edad de hierro.
Se realizan avances sofisticados respecto al período de la edad de bronce. El hombre
comienza a utilizar dicho metal en casi todos los aspectos de su vida.

Edad de hierro II. (1000 A.C al 550 A.C). El uso de este metal se masifica y se convierte en
la etapa más importante del período.

La fecha de inicio de la edad de hierro varía según la zona estudiada, ya que el avance en la
utilización de este metal fue avanzando paulatinamente. Así, las primeras características de
comienzo de esta edad surgen en el siglo XII A.C en el antiguo oriente. Sin embargo su inicio
en Europa central data del siglo VIII A.C y en el norte de Europa en el siglo VI A.C.
En África, los primeros registros de dicha era datan del siglo XI A.C de la mano de la cultura
Nok en el actual país de Nigeria.

La edad de hierro surge cuando los hombres descubrieron la forma de extraer dicho metal.
Debido a que su punto de fusión es extremadamente elevado, se cree que este descubrimiento
fue accidental cuando parte de este mineral se arrojó por error al fuego y, al enfriarse, se
convirtió en hierro.
Este metal no es más resistente que el estaño o el cobre, pero sí es más abundante en estado
natural (por ejemplo en Europa se encuentra casi puro en zonas pantanosas) lo que lo
convierte en un material mucho más deseable y económico.
AVANCES DE LA EDAD DE HIERRO

La Edad de Hierro permitió que el ser humano lograra desarrollar artefactos mucho más
avanzados, resistentes y duraderos.

La primera y principal construcción dada al hierro en esta era fue la construcción de armas,
Los avances en agricultura en la edad de hierro (como la fabricación de puntas de arado, la
hoz) permitieron que el hombre trabajara de mejor manera las tierras y sus cultivos,
innovando nuevos sembrados y pudiendo trabajar suelos más duros. También se le conoce la
elaboración de joyas, artesanías y telas.
También fue un elemento esencial para la construcción de nuevas viviendas. Las antiguas
ladeas creadas con paja y madera quedaron atrás para la creación de edificios rocosos,
palacios e incluso templos de culto. La Edad de Hierro es sin duda una de las etapas más
importantes de la historia, un periodo de tiempo al que se le añadió aún mayor importancia
con el descubrimiento del acero.

Las herramientas de hierro como los cuchillos, lanzas, dagas, arpones y hachas se
convirtieron en parte importante de cualquier aldea y este material permitió también la
invención de piezas que protegieran el cuerpo en caso de sufrir ataques de otros pueblos o
aldeas: escudos, cascos y calzado muy primitivo que se realizó en hierro se volvió muy
resistente y útil para la supervivencia.

Muchos de estos elementos lograrían incluso una perfección en cuanto al trabajo de las
piezas, los diseños realizados sobre el metal y la complejidad de los elementos que marcaba
una clara distinción social entre los más poderosos y los más humildes de cada aldea.
El hierro cambió la velocidad del desarrollo humano ya que, tras su masificación, todo pasó
a ser diferente: El metal se convirtió en frecuente material (maleable y económico, dicho sea
de paso) para la creación de múltiples herramientas (muchas de ellas para la construcción y
hasta la agricultura) y, evidentemente, la fabricación de armas, símbolos de poder protección
para las civilizaciones.
OBTENCION DEL HIERRO Y ELABORACIÓN

En la Edad Media, y hasta finales del siglo XIX, casi todos los países europeos se utilizaba
el método siderúrgico llamado farga catalana, consiste en obtener hierro y acero bajo en
carbono utilizando carbón vegetal y mineral de hierro. Este sistema se implantó
definitivamente en el siglo XV. Se lograban alcanzar los 1200 °C. Este procedimiento se
mantuvo hasta la etapa de los altos hornos. Al principio se usa carbón vegetal en el proceso
de obtención del hierro como fuente de calor y como agente reductor. En Inglaterra en el
siglo XVIII empieza a escasear por lo que se hace más caro el carbón vegetal. Comienza a
utilizarse coque, un combustible fósil, como alternativa.

El método utilizado durante milenios para la elaboración del hierro fue la reducción directa.
Se rodeaba el mineral, previamente machacado, con carbón de leña y con fuelles para
mantener vivo el fuego e insuflar oxígeno. Tras ser precalentado de este modo, el metal era
golpeado para librarlo de residuos no ferrosos. Después, en otro horno, se trabajaba al rojo
vivo hasta obtener hierro esponja, un material todavía cargado de escoria. que debía seguir
siendo martilleado en caliente antes de conseguirse una barra de forja. Mientras tanto,
medio milenio antes de la era cristiana, en China lograban producir el primer hierro colado.
Fue gracias a que el mineral local contenía mucho fósforo, lo cual le permitía fundirse a
temperaturas menores que en Occidente. Junto con la carburación, consistente en el añadido
de carbono al hierro al calentar la forja sobre un lecho de carbón vegetal y luego enfriarla
con agua, proceso también conocido en Europa desde tiempos remotos, constituyó la base
del acero más antiguo que se conoce. Los chinos en la Antigüedad y posteriormente los
indios en la Edad Media elaboraron una versión primitiva del acero, pero solo
ocasionalmente y en cantidades limitadas.

El procesamiento del hierro se mantuvo prácticamente sin modificaciones desde los hititas
hasta la Edad Media. Se trataba básicamente de hierro forjado obtenido por el método de
reducción directa, que producía un metal de escasa resistencia y flexibilidad comparado con
el actual. Las cosas comenzaron a cambiar en el siglo XIV, cuando se popularizó en Europa
la denominada fragua catalana. El sistema, capaz de generar temperaturas de unos 1.200
grados centígrados, suministraba hierro de una mejor calidad e incluso acero, aunque de
bajo contenido de carbono. No obstante, hubo que esperar a un invento posterior para que
ambos elementos alcanzaran su apogeo.

Fue la creación del alto horno, que concebido en la Inglaterra del siglo XVIII, se convertiría
nada menos que en el desencadenante de la Revolución Industrial. Utilizando el coque,
combustible fósil que sustituyó al carbón vegetal empleado hasta ese momento, las
elevadas temperaturas de los altos hornos permitieron producir masivamente hierro colado
de calidad, más fuerte y a la vez más elástico que el forjado, y, desde finales del siglo XIX,
también acero en cantidad y calidad. Durante la Revolución Industrial y tras ella, primero el
hierro colado y luego el acero constituyeron los elementos clave en la construcción de los
puentes colgantes, los buques de vapor, los trenes y sus vías, la maquinaria textil o la
estructura de los edificios.
El siglo XX recogió el testigo con nuevos avances siderúrgicos. Fue el caso del acero
inoxidable, patentado durante la Primera Guerra Mundial, o poco antes, en el año 1907, del
horno de arco eléctrico. Este sistema, experimentado en el siglo anterior, permitió alcanzar
mayores temperaturas, 1.800 grados centígrados, y regularlas con precisión, con lo que se
conseguían fundiciones óptimas a bajo coste. No obstante, su auge tuvo lugar tras las
Segunda Guerra Mundial, cuando se apreció, sobre todo en una Europa en plena
reconstrucción, el bajo coste de este modelo de acería respecto a su capacidad de
producción. Hoy omnipresente, el “metal del cielo”, como lo llamaban los antiguos
sumerios, continúa adoptando múltiples formas, como los medicamentos basados en sulfato
ferroso para tratar la anemia
USO DEL HIERRO EN LA ACTUALIDAD

Desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días y comienzos del XIX se emplea mucho el
hierro como elemento estructural (en puentes, edificios…). Ejemplos de ellos son los grandes
puentes de hierro que hay en las principales ciudades del mundo, el palacio de cristal
construido para la exposición universal de Londres, la Torre Eiffel en París, entre otros.

El hierro es muy importante en la industria debido a que es uno de los metales duros más
utilizados. A partir del hierro puro se obtienen aleaciones como el acero, entre otras.

La utilización de hierro en la construcción de edificios o viviendas, garantiza una mayor


resistencia de las estructuras, pues al ser uno de los materiales de mayor resistencia y peso,
podrá brindar un buen soporte al peso de las mismas.

Al ser un metal maleable se pueden hacer diferentes tipos de objetos y herramientas y con
diferentes grados de dureza.

Algunos de los usos del hierro en la construcción:


 Vigas
 Columnas
 Placas
 Estribos
 Tubos
 Chapas

También es utilizado para realizar diversas estructuras, tales como rejas para puertas y
ventanas, estanterías o soportes para las mismas.

Los usos a lo largo de la historia del hierro, vemos como cobra una grandísima importancia
el reciclado de estos productos y de cómo las chatarrerías. Tienen la obligación y del deber
de hacer que éste producto sea reutilizable y no se agote en los próximos 50 años, sino que
con tu ayuda pueda ser reciclado una y otra vez hasta que haya otras formas de reemplazarlo
sin agotarlo completamente
LA IMPORTANCIA DEL HIERRO EN LA EVOLUCIÓN HUMANA

Pocos metales han influido tanto en el curso de la humanidad como el hierro. Este mineral
es el cuarto elemento más abundante de la Tierra, constituyendo el cinco por ciento de la
composición de su corteza. Los tres primeros, de mayor a menor presencia son el oxígeno,
el silicio y el aluminio. El hierro revolucionó la agricultura, el comercio, la industria y la
guerra. Y aún sigue siendo así. Su explotación generalizada a partir del I milenio a.C.
permitió comenzar a dejar atrás los últimos rastros de tecnología prehistórica e inaugurar de
lleno la era de las grandes civilizaciones. Se caracteriza por ser más duro, versátil y
abundante que el cobre y el bronce, sus antecesores en la transición de la Edad de Piedra a
la Edad Antigua.

Todos sabemos que el hierro permitió crear avances en la agricultura y en cuanto a las
armas. Estos progresos fomentaron, además, la artesanía y el comercio. El avance no se
realizó al mismo ritmo en todas las regiones. Se trató de un proceso que se desarrolló
durante siglos a diferentes velocidades en las distintas culturas. Sin embargo, una vez
desencadenado, no se ha detenido hasta hoy. En la actualidad, el hierro en su forma original
o enriquecida con carbono para constituir el acero, sigue siendo el metal más utilizado por
el ser humano.

El hierro ya había sido identificado por poblaciones de tiempos remotos, pero hubo que
esperar milenios para su explotación masiva. Civilizaciones como la sumeria, la egipcia o
algunas arcaicas de Anatolia, en Turquía, ya poseían objetos de hierro durante las Edades
del Cobre y del Bronce. No obstante, eran auténticas rarezas en estas culturas, que se veían
limitadas a obtenerlo de meteoritos. Se carecía de la tecnología para producirlo a partir de
los minerales del planeta, dado que el hierro requiere temperaturas más elevadas y un
tratamiento más laborioso que el cobre y el bronce. Debido a su escasez y elevado coste,
este metal se reservaba para elaborar objetos rituales y joyas. De hecho, su valor superaba
al del oro.

La incidencia política y económica del hierro puede evidenciarse por el interés que el
Imperio Romano tenía en Hispania, con las minas férricas del Moncayo en Zaragoza,
Cantabria y Toledo. En estos y otros centros peninsulares se extraía, depuraba, fundía y
daba forma al mineral. Esto creó numerosos puestos de trabajo, no siempre realizado por
mano de obra esclava, generó redes viarias para enlazar estos yacimientos con puertos y
ciudades, dio pie a mercados que se convertirían en asentamientos urbanos y originó las
primeras corporaciones obreras del mundo romano, cuando los hombres libres de las minas
se unieron para reclamar mejores condiciones laborales. El hierro, pues, ha contribuido a
cambiar el mundo desde perspectivas muy diversas.

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