Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia
“Nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la
época de nuestra infancia y juventud.Nacidos y criados antes de la revolución electró-
nica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa. Los jóvenes de la nueva
generación, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generación nacida
en un país nuevo. Debemos aprender junto con los jóvenes la forma de dar los próximos
pasos Pero para proceder así debemos reubicar el futuro. A juicio de los occidentales
el futuro está delante de nosotros. A juicio de muchos pueblos de Oceanía el futuro
reside atrás, no adelante. Para construir una cultura en la que el pasado sea útil y no
coactivo, debemos ubicar el futuro entre nosotros, como algo que está aquí, listo para
que lo ayudemos y protejamos antes de que nazca, porque de lo contrario sería demasiado
tarde”.
Margaret Mead
* Profesor titular de la Escuela de Comunicación Social, Universidad del Valle, ha sido Presidente de ALAIC (Asoc. Latinoame-
ricana de Investigadores de Comunicación), miembro del Comité de Políticas Culturales del Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales.
En esa larga cita se desplie- secuencias lineales que dictaba la
ga el sentido del título y se sintetiza el palabra impresa” y que remite a un
propósito de este texto. Tomada de aprendizaje fundado menos en la de-
un libro1 que su autora escribió en pendencia de los adultos que en la
1970, no se qué resulta más sor- propia exploración que los jóvenes
prendente: si la lúcida valentía con habitantes del nuevo mundo
que mira nacer una cultura que la tecnocultural hacen de la visión, la
desubica, o la paradoja de que sea audición, el tacto o la velocidad.
una antropóloga, dedicada de oficio
a indagar el pasado, la que nos des- 1. Los destiempos en
cubra el nuevo rostro del futuro. En- la educación
tre ambas se teje el lado oculto del
debate entre educación y comuni- Dos destiempos desgarran
cación, y las líneas de fuerza que particularmente el mundo de la edu-
configuran la emergencia de un nue- cación en América Latina. Uno las
vo campo a la vez de investigación y “deudas del pasado”2: los objetivos no
de políticas. Pues es en la educa- cumplidos de universalización de la
ción donde se plasman en forma escolaridad básica. Pues si es cierto
decisiva las contradicciones entre los que en el plano de la cobertura la ex-
tres tipos de cultura desde los que pansión en las últimas décadas ha sido
M.Mead desentraña los lastres que considerable, el deterioro en la cali-
nos impiden comprender la enver- dad de la enseñanza no sólo ha multi-
gadura antropológica de los cambios plicado el número de los analfabetos
que atravesamos, y es desde sus di- funcionales sino que, según estima-
versas figuras de comunicación que ciones de la UNESCO, América La-
avizora la larga temporalidad en que tina es la región con mayores porcen-
se inscriben nuestros miedos al cam- tajes de fracaso escolar en el mundo.
bio, nuestras resistencias, tanto como A las dificultades que aún subsisten,
las posibilidades de inaugurar escena- entre los sectores de más bajos ingre-
rios y dispositivos de diálogo entre reemplazan a los padres instaurando sos, para acceder a la escuela básica
generaciones y pueblos. Llama Mead una ruptura generacional, que es la se añade ahora una deserción ince-
postfigurativa a aquella cultura en la que vivimos hoy, sin parangón en la sante. Y una desmoralización crecien-
que el pasado de los adultos es el fu- historia, pues señala no un cambio de te de los profesores -deterioro sala-
turo de cada nueva generación, de viejos contenidos en nuevas formas o rial, escasez de recursos, no renova-
manera que el futuro de los niños está viceversa, sino un cambio en la natu- ción de equipos que les hace fuerte-
ya entero plasmado en el pasado de raleza del proceso: la aparición de mente reacios a cualquier innovación
los abuelos, pues la esencia de esa una “comunidad mundial” en la que o mejoramiento de la calidad. El otro
cultura reside en el convencimiento de hombres de tradiciones culturales muy destiempo es el que día a día ahonda
que la forma de vida y de saber de los diversas emigran en el tiempo, la brecha de América Latina en la
viejos son inmutables e “inmigrantes que llegan a una nue- producción de ciencia y tecnología. Y
imperecederos. Cofigurativa deno- va era: algunos como refugiados y la imperiosa necesidad entonces de
mina un otro tipo de cultura en la que otros como proscritos”, pero todos ampliar y consolidar la educación su-
el modelo de vida lo constituye la con- compartiendo las “mismas leyendas” perior con miras a fortalecer la capa-
ducta de los contemporáneos, lo que y sin modelos para el futuro. Un futu- cidad de estos países en la produc-
implica que el comportamiento de los ro que balbucean los relatos de cien- ción de conocimientos y el diseño de
jóvenes podrá diferir en algunos as- cia-ficción en los que los jóvenes en- tecnologías. Inversión indispensable
pectos del de sus abuelos y de sus cuentran su experiencia de habitan- pues se trata del campo en el que se
padres. Finalmente, la cultura pre- fi- tes de un mundo cuya compleja hete- produce hoy la dependencia estraté-
gurativa es aquella en que los pares rogeneidad no se deja decir en “las gica, aquella en que se juega no sólo
la posibilidad de competir sino la de les del siglo XVII convierte la edad le indique al alumno lo que dice la
sobrevivir económica y culturalmente. en el “criterio cohesionador de la in- imagen.
Destiempos que se cruzan y que per- fancia”5 permitiendo el establecimien-
versamente vienen a reforzar las re- to de una doble correspondencia: en- Acosado por los cuatro cos-
cesiones económicas y las políticas tre la lineariedad del texto escrito y el tados, ese modelo de comunicación
neoliberales. Como lo hace patente el desarrollo escolar -el avance intelec- pedagógica no sólo sigue vivo hoy sino
acelerado proceso de retraimiento del tual va paralelo al progreso en la lec- que se refuerza al colocarse a la de-
Estado y su solapado o descarado tura-, y de éste con las escalas men- fensiva desfasándose aceleradamen-
empuje a la privatización de la educa- tales de la edad. Esa corresponden- te de los procesos de comunicación
ción. Una privatización que no remite cia estructura la información esco- que hoy dinamizan la sociedad. Pri-
sin embargo únicamente al achica- lar en forma tan sucesiva y lineal mero, negándose a aceptar el
miento y descomposición del Estado que, de un lado, todo retraso o pre- descentramiento cultural que atra-
tradicional sino también al deterioro cocidad serán tachadas de anorma- viesa el que ha sido su eje tecno-pe-
que ha conllevado la masificación es- les, y de otro se identificará la comu- dagógico, el libro. Pues “el aprendi-
colar. Y la búsqueda entonces en los nicación pedagógica con la transmi- zaje del texto (del libro-de-texto)
sectores medios de una educación que sión de contenidos memorizables y asocia a través de la escuela un modo
les permita competir en el mercado reconstituibles: el “rendimiento esco- de transmisión de mensajes y un
laboral, aceptando para ello los cos- lar” se mide por edades y paquetes modo de ejercicio del poder, basados
tos de “un contrato de servicios”3 de información aprendidos. Y es a ese ambos en la escritura”8. Segundo, ig-
obtenido en el mercado educativo. modelo mecánico y unidireccional al norando que en cuanto transmisora
que responde la lectura pasiva que de conocimientos la sociedad cuenta
Privatización que encarna, de la escuela fomenta prolongando la hoy con dispositivos de almacena-
otra parte, un nuevo modelo pedagó- relación del fiel con la sagrada es- miento, clasificación, difusión y circu-
gico centrado en la individuación: en critura que la Iglesia instaurara. Al lación mucho más versátiles, disponi-
la exaltación de la autonomía del indi- igual que los clérigos se atribuían el bles e individualizados que la escuela.
viduo, su capacidad de aprender a poder de la única lectura auténtica de Tercero, atribuyendo la crisis de la
aprender, y en un proyecto la Biblia, los maestros detentan el sa- lectura de libros entre los jóvenes úni-
meritocrático de renovación de las ber de una lectura unívoca, esto es de camente a la maligna seducción que
elites dirigentes que combina, sobre aquella de la que la lectura del alum- ejercen las tecnologías de la imagen,
la base de una alta presión selectiva, no es puro eco. “La autonomía del lo que le ahorra a la escuela tener que
la potenciación de la iniciativa indivi- lector depende de una transformación plantearse la profunda reorganización
dual con una clara recuperación de de las relaciones sociales que que atraviesa el mundo de los lengua-
los valores de la disciplina. sobredeterminan su relación con los jes y las escrituras; y la consiguiente
textos. La creatividad del lector cre- transformación de los modos de
Un segundo terreno de ce a medida que decrece el peso de leer que está dejando sin piso la obs-
destiempos es el de los modelos de la institución que la controla”6. tinada identificación de la lectura con
comunicación que subyacen a la edu- lo que atañe solamente al libro y no a
cación. La escuela encarna y prolon- De ahí la antigua y pertinaz la pluralidad y heterogeneidad de tex-
ga, como ninguna otra institución, el desconfianza de la escuela hacia la tos, relatos y escrituras (orales, visua-
régimen de saber que instituyó la imagen 7, hacia su incontrolable les, musicales, audiovisuales,
comunicación del texto impreso. La polisemia que la convierte en lo con- telemáticos) que hoy circulan. Cuar-
revolución cultural que introduce la trario del escrito, ese texto controla- to, impidiéndose interactuar con el
imprenta instaura un mundo de sepa- do desde dentro por la sintaxis y des- mundo del saber diseminado en la
ración4, hecho de territorialización de de fuera por la identificación de la cla- multiplicidad de los medios de comu-
las identidades, gradación/segrega- ridad con la univocidad. La escuela nicación a partir de una concepción
ción de las etapas de aprendizaje, y buscará sin embargo controlar la ima- premoderna de la tecnología, que no
de dispositivos de control social de la gen, ya sea subordinándola al oficio puede mirarla sino como algo exte-
información o del secreto. Paradig- de mera ilustración del texto escrito rior a la cultura, ”deshumanizante” y
ma de comunicación que desde fina- o acompañándola de un letrero que perversa en cuanto desequilibradora
de los contextos de vida y aprendiza- cio y el tiempo que viven los adoles-
jes heredados. Concepción y actitud centes, insertos en procesos vertigi- 2. Descentramiento
que lo que paradójicamente produce nosos de desterritorialización de la
del libro y
en los jóvenes es una brecha cada día experiencia y la identidad, y atrapa-
desordenamiento
más profunda entre su cultura y aque- dos en una contemporaneidad que
lla desde la que enseñan sus maes- confunde los tiempos, debilita el pa- cultural
tros, lo que deja a los jóvenes inermes sado y exalta el no-futuro fabrican-
ante la atracción que ejercen las nue- do un presente continuo: hecho a la Más que buscar su nicho en
vas tecnologías e incapaces de apro- vez de las discontinuidades de una el campo cultural ilustrado y legitima-
piarse crítica y creadoramente de actualidad cada día más instantánea, do, la nueva cultura, o quizá mejor el
ellas. y del flujo incesante y emborrachador malestar en la cultura que experi-
de informaciones e imágenes?. Está mentan los más jóvenes, desdibuja ese
la educación haciéndose cargo de campo desde la radicalizada experien-
También en el terreno de los esos interrogantes? y si no lo está cia de desanclaje9 que la moderni-
modelos y dispositivos de comunica- haciendo, cómo puede pretender ser dad produce sobre las particularida-
ción, los destiempos se entrecruzan y hoy un verdadero espacio social y des de los hábitos, las mentalidades y
refuerzan convirtiendo la ruptura en- cultural de apropiación de conocimien- las prácticas locales. Pese a la
tre generaciones en el profundo con- tos?. postfigurativa posición de los adul-
flicto entre culturas de que habla tos, aún convencidos de que los cam-
Margaret Mead. Pero la escuela es- bios que viven los jóvenes son, como
camotea ese conflicto reduciéndolo a lo fueron siempre, “una fiebre pasa-
sus efectos morales y traduciéndolo jera”, hoy vemos emerger una ge-
a un discurso de lamentaciones sobre neración “cuyos sujetos no se
la manipulación que los medios hacen constituyen a partir de identificacio-
de la ingenuidad y curiosidad de los nes con figuras, estilos y prácticas de
niños, sobre la superficialidad, el con- añejas tradiciones que definen la cul-
formismo y el rechazo al esfuerzo que tura sino a partir de la conexión-des-
inoculan en los jóvenes “llenándoles conexión (juegos de interfaz) con los
la cabeza de morbo, banalidad y rui- aparatos”10. Lo que, de un lado,
do”. Lo que esa reducción impide es introduce discontinuidades que
que ya no la escuela sino el sistema rompen escandalosa o secretamen-
educativo se haga preguntas como te -gustos vestimentarios, musica-
estas: qué signican saber y aprender les, alimenticios, modos de hablar, de
en el tiempo de la economía relación con los mayores, comporta-
informacional y los imaginarios mientos sexuales- con los
comunicacionales movilizados desde condicionamientos del origen social o
las redes que insertan instantáneamen- del contexto familiar. Nos encontra-
te lo local en lo global?, qué desplaza- mos ante sujetos dotados de una elas-
mientos epistemológicos e ticidad cultural que, aunque se ase-
institucionales están exigiendo los nue- meja a una falta de forma, es más
vos dispositivos de producción y apro- bien apertura a muy diversas formas,
piación cognitiva a partir del interfaz y de una “plasticidad neuronal” que
que enlaza las pantallas hogareñas de les permite una camaleónica adapta-
televisión con las laborales del com- ción a los más diversos contextos y
putador y las lúdicas de los una enorme facilidad para los “idio-
videojuegos?, qué saben nuestras es- mas” de la tecnología. Aprenden a
cuelas, e incluso nuestras facultades hablar inglés en programas de televi-
de educación, sobre las hondas modi- sión captados por parabólica, dispo-
ficaciones en la percepción del espa- nen de una velocidad de percepción y
articulación, especialmente de imáge- levisión expone a los niños, desde que dres de la patria que nos cuentan los
nes, que parece responder a la vez al abren los ojos, al mundo antes velado libros son héroes sin tacha, valientes,
sensorium moderno que W.Benjamin de los adultos. Pero al dar más im- generosos, ejemplares; y lo mismo los
vio emerger en el paseante de las ave- portancia a los contenidos que a la padres de la casa: también en los li-
nidas de la gran ciudad11 y a las sen- estructura de las situaciones se- bros-para-niños aparecen honestos,
sibilidades postmodernas de las efíme- guimos sin comprender el verdadero abnegados, trabajadores, sinceros. De
ras tribus en la ciudad estallada o a papel que la televisión está teniendo una manera oscura los padres captan
las virtuales comunidades cibernéticas. en la reconfiguración del hogar. Y los lo que pasa pero no entienden su ca-
Discontinuidades y también continui- que entrevén esa perspectiva se limi- lado, porque ni los niños ahora “saben
dades, deslocalizaciones y también tan a cargar a la cuenta de la televi- demasiado”, ni viven cosas que “no
arraigos: nuevas formas de juntar- sión la incomunicación que padece son para su edad”. Durante la Edad
se en la ciudad, en el barrio, en la pan- la institución familiar: como si antes Media los niños vivían revueltos con
dilla. Y en la música, especialmente de la televisión la familia hubiera sido los adultos en el trabajo, en la taber-
en esa vieja/nueva cultura del rock un remanso de comprensión y de diá- na, hasta en la cama. Es sólo a partir
en que se mezclan desazón moral y logo. Lo que ni padres ni psicólogos del siglo XVIl13, cuando el declive de
estéticas de lo desechable, nuevas se plantean es por qué mientras los la mortalidad infantil se cruza, en las
sonoridades, ruidos, estridencias y rit- niños siguen gustando de libros para clases medias y altas, con un apren-
mos de la ciudad junto a la experien- niños prefieren -en porcentajes del dizaje por libros -que sustituye al
cia cotidiana de la violencia, el 70% o más según las investigaciones aprendizaje por prácticas- cuando
anononimato y la soledad hostil. realizadas en todos los países- los pro- emerge la infancia como “un mundo
gramas de televisión para adultos. aparte”. La televisión ha puesto fin a
Radicalizando ese Cuando es ahí donde se esconde la esa separación social, y es ahí don-
descentramiento, la televisión introdu- pista clave: mientras el libro disfraza de cala la honda desazón que produ-
ce un desorden cultural que plantea su control -tanto el que sobre él se ce su desorden cultural.
retos de fondo a la familia y a la es- ejerce como el que a través de él se
cuela. A la familia, porque mientras realiza- tras su estatuto de objeto dis- El estallido de las fronteras
el texto escrito creó espacios de tinto y de la complejidad de los temas espaciales y sociales que la televisión
comunicación exclusiva entre los y del vocabulario, el control de la te- introduce en el hogar des-localiza los
adultos instaurando una marcada levisión no admite disfraces haciendo saberes y des-legitima sus
segregración entre adultos y niños, la explícita la censura. La que, de una segmentaciones. Ello modifica tanto
televisión cortocircuita los filtros parte, devela los mecanismos de si- el estatuto epistemológico como
de la autoridad parental transfor- mulación que sostienen la autoridad institucional de los lugares de saber
mando los modos de circulación familiar, pues los padres juegan en la y de las figuras de razón. No es ex-
de la información en el hogar: “lo realidad papeles que la televisión des- traño que el imaginario de la televi-
que hay de verdaderamente revolu- enmascara: en ella los adultos mien- sión sea asociado a los antípodas de
cionario en la televisión es que ella ten, roban, se emborrachan se mal- los valores que definen a la escuela:
permite a los más jóvenes estar pre- tratan... Y de otra, el niño no puede larga temporalidad, sistematicidad, tra-
sentes en las interacciones entre adul- ser culpabilizado por lo que ve (como bajo intelectual, valor cultural, esfuer-
tos (..) Es como si la sociedad entera sí lo es por lo que clandestinamente zo, disciplina. Pero al ser acusada por
hubiera tomado la decisión de autori- lee) pues no fue él quien trajo subrep- la escuela de todos los males y vicios
zar a los niños a asistir a las guerras, ticiamente el programa erótico o vio- que acechan a la juventud la televi-
a los entierros, a los juegos de seduc- lento a la casa. La televisión desor- sión devela lo que ésta cataliza de
ción, los interludios sexuales, las intri- dena las secuencias del aprendiza- cambios en la sociedad: desplaza-
gas criminales. La pequeña pantalla je por edades/etapas, ligadas al pro- miento de las fronteras entre razón e
les expone a los temas y comporta- ceso escalonado de la lectura, y las imaginación, entre saber e informa-
mientos que los adultos se esforzaron jerarquías basadas en la “polaridad ción, naturaleza y artificio, arte y cien-
por ocultarles durante siglos”12. Al no complementaria” entre hechos y mi- cia, saber experto y experiencia pro-
depender su uso de un complejo códi- tos: mientras la cotidiana realidad está fana. Lo que a su vez conecta las
go de acceso, como el del libro, la te- llena de fealdades y defectos, los pa- nuevas condiciones del saber -esas
que constituyen para Lyotard el fon- de explorar el sentir, de liberar los sen- coanálisis: primero fantasma y des-
do de la marejada que llama tidos, de hacer estallar el sentido-, pués trazo, figura18. En todo caso,
postmodernidad, lo que ella tiene de entre las revueltas de los estudiantes desde el principio la imagen fué a la
cambio de época14- con las nuevas y la confusión de los profesores, y en vez medio de expresión, de comuni-
formas de sentir y las nuevas figuras la revoltura que esos años producen cación y también de adivinación e ini-
de la socialidad15. Desplazamientos y entre libros, sonidos e imágenes, ciación, de encantamiento y curación.
conexiones que empezaron a hacer- emerge un proyecto pedagógico que Es desde su estructural infancia -
se institucionalmente visibles en los cuestiona radicalmente el carácter infans significa no habla- que la
movimientos del 68 desde París a monolítico y transmisible del conoci- imagen resiste a ser legible: “más or-
Berkley pasando por Ciudad de miento, que revaloriza las prácticas gánica que el lenguaje, la imaginería
México. Entre lo que dicen los y las experiencias, que alumbra un procede de otro elemento cósmico
graffitis” la poesía está en la calle”,” saber mosaico hecho de objetos mó- cuya misma alteridad es fascinante”19.
la ortografía es una mandarina”, ”hay viles y fronteras difusas, de De ahí su condena platónica al mun-
que explorar sistemáticamente el intertextualidades y bricolages. Y es do del engaño, su reclusión/confina-
azar”,” la inteligencia camina más que en ese proyecto de saber donde co- miento en el campo del arte, y su asi-
el corazón pero no va tan lejos”16 y mienza a abrirse camino la posibilidad milación a instrumento de manipula-
lo que cantan los Beatles -necesidad de dejar de pensar antagónicamente dora persuasión religiosa, ideológica.
escuela y medios audiovisuales. Pues
si ya no se escribe ni se lee como an-
tes es porque tampoco se puede ver
ni representar como antes. Y ello no
es reducible al hecho tecnológico
pues “es toda la axiología de los lu-
gares y las funciones de las prácticas
culturales de memoria, de saber, de
imaginario y creación la que hoy co-
noce una seria reestructuración”: la
visualidad electrónica ha entrado a
formar parte constitutiva de la
visualidad cultural, esa que es a la
vez entorno tecnológico y nuevo ima-
ginario “capaz de hablar culturalmente
-y no sólo de manipular tecnológica-
mente-, de abrir nuevos espacios y
tiempos para una nueva era de lo sen-
sible”17. Esa que empieza en la tele-
visión y continua en el computador y
el hipertexto multimedia.
3. De la magia de la ima-
gen al pensamiento visual
comunicación transmisiva y liberar estrategia estrictamente pedagógica 15.Ver a ese propósito: G.Vattimo, La sociedad
hasta un cierto punto las posibilidades sino de educación ciudadana, esto transparente, Paidos, Barcelona, 1980; M.
Maffesoli, El tiempo de las tribus, Icaria, Bar-
pedagógico-expresivas propias de ese es de participación y expresión de la celona,1990
medio. Ello sucede especialmente en comunidad, y de innovación cultu-
la “educación continuada”54 de adul- ral que busca en la experimentación 16. J.Cortazar recoge esos graffiti en Noticias
del mes de mayo, Casa de las Américas-Diez
tos, que al abordar un aprendizaje casi del lenguaje audiovisual catalizar los años, p. 246 y ss. La Habana, 1970
desescolarizado de oficios y de capa- nuevos modos de ver y oír, de leer y
citación en proyectos sociales y de narrar. 17. A.Renaud, Videoculturas de fin de siglo,p.17,
Cátedra, Madrid, 1990
renovación tecnológica posibilitaba
37. J.Baudrilard, Las estrategias fatales, Ana-
18. A.Leroi-Gourhan, El gesto y la palabra, grama, Barcelona, 1985
Univ.Central, Caracas, 1971; Ch.Metz, Le
signifiant imaginaire. Psychanalyse et cinéma, 38.M. Merleau-Ponty, Phénoménologie de la
U.G.E, París, 1977; R.Gubern, La imagen por- perception, Gallimard, París, 1945; Le doute de
nográfica y otras perversiones ópticas, Akal, Cézanne, in Sens et non sens, Nagel, París, 1966;
89. Le visible et l’invisible, Gallimard, París, 1964
19. R. Debray, obra citada. p.53 39. M. Foucault, Les mots et les choses, p.25,
Gallimard, París, 1966
20. A ese respecto: J.Derrida, De la
Gramatología, p.11 y ss., Siglo XXI,B.A.1971 40. A.Renaud, L’image: de l’économie
informationelle à la pensée visuelle, in “Reseaux”
21. S.Gruzinski, La guerra de las imágenes. De Nº 74, p.14 y ss., París, 1995
Cristobal Colón a ‘Blade Runner’, F.C.E.,
México, 1994 41. P.Virilio, La máquina de visión, p.81, Cáte-
dra, Madrid, 1989
22. O. Paz, El laberinto de la soledad, F.C.E.,
México,1978; R.Bartra, La jaula de la 42. G.Lascaut y otros, Voir,entendre, U.G.E.-
melancolia, Grijalbo, México, 1985 10/18, París, 1976; J.L.Carrascosa, Quimeras
del conocimiento .Mitos y realidades de la
23. M. Zires, Cuando Heidi,Walt Disney y intelegencia artificial, Fundesco, Madrid, 1992
Marylin Monroe hablan por la Virgen de
Guadalupe, en “Versión”Nº 4, ps.57-93, Méxi- 43.J.L.Rodríguez Illera (Comp.), Educación y
co, 1992 comunicación, Paidos, Barcelona, 88
30. E. Panofsky, Estudios sobre iconología, 56. J.M.Pérez Tornero, El desafío educativo
Alianza ,Madrid, 1972 de la televisión, Paidos, Barcelona.94.