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La conferencia que comparto a continuación pertenece a la prof.

Lidia Blanco quien la leyó


en la mesa de reflexión e intercambio titulada “La presencia del otro y la cuestión de la
identidad en las obras literarias en la literatura infantil y juvenil”, el pasado 25 de mayo, en
el marco de las 4tas. Jornadas internacionales de Literatura Infantil y Juvenil.

“La cuestión de la identidad en obras literarias para niños y jóvenes”


Lidia Blanco

Introducción
La cuestión social puede definirse como una trama de construcciones ideológicas,
proyectos políticos, acontecimientos que afectan el devenir de la historia de los pueblos,
es decir, sistemas de gobierno, conflictos armados, invasiones militares sobre un territorio,
formas de distribución de la riqueza, características del comportamiento de grupos
familiares, estrategias políticas hacia la búsqueda de formas de vida que posibiliten la
felicidad de los integrantes de una sociedad determinada.
El Arte puede o no adueñarse de la cuestión social y ficcionalizarla de modo que resulte
testimonial de determinado acontecimiento. Tenemos miles de ejemplos en la historia del
arte en general y de la literatura. “Juanito Laguna” de Berni, “Guernica” de Picasso. “El
tambor de hojalata” de Günter Grass, Baudolino de Umberto Eco, “Cien años de soledad”
de García Márquez El crecimiento de la pobreza y el desempleo, las dictaduras y las
revoluciones del Siglo XX, dieron tema a una multitud de obras que tienen un lugar
jerárquico otorgado desde el público lector, y desde la mirada académica.
Las dos grandes guerras mundiales del Siglo XX, que dejaron ciudades destruidas, miles de
hombres, mujeres y niños muertos o mutilados, también se transformaron en expresiones
artísticas en la plástica, el cine, la poesía, el teatro, la narrativa. En ese espacio cultural tan
especial, tienen un lugar destacado la pobreza, la discriminación racial, la violencia de
género, el despojo de la dignidad humana, y la miseria que afecta a los sectores
marginales, privados de sus derechos, y generalmente fuera del sistema productivo,
sometidos a la violación plena de los derechos que hoy aparecen en la Convención que
todos conocemos.
Voces de poetas
Pablo Neruda…
“Yo no vengo a llorar aquí donde cayeron:
Vengo a vosotros, acudo a los que viven.
Acudo a ti y a mí y en tu pecho golpeo.
Cayeron otros antes. ¿Recuerdas? Sí, recuerdas.
Otros que el mismo nombre y apellido tuvieron.
En San Gregorio, en Lonquimay lluvioso,
En Ranquil, derramados por el viento,
En Iquique, enterrados en la arena,
A lo largo del mar y del desierto,
A lo largo del humo y de la lluvia,
Desde las pampas a los archipiélagos
Fueron asesinados otros hombres,
Otros que como tú se llamaban Antonio
Y que eran como tú pescadores o herreros:
Carne de Chile, rostros
Cicatrizados por el viento,
Martirizados por la pampa,
Firmados por el sufrimiento.”
(Fragmento del Poema “Los muertos de la plaza”. Enero de 1946.Santiago de Chile. “Canto
general. Losada .1968. Página 223).
Juan Gelman…
la mujer sentada en la plaza no tiene techo
tiene un chico de cinco años que se pone a gritar en la plaza
grita bajo el cielo abierto en la plaza
hace 20 días que el chico de pronto se pone a gritar bajo el cielo

esos gritos cuelgan del aire un rato y caen sin


que nadie los vea guarde o moje para apagar /el frío
los arruga y crujen como padecimientos como hijas
como se cose en la plaza mientras
algunos preparan una reunión para defender la poesía
citan poetas por teléfono o algo
cruje ahora o padece apenas cubierto
por el otoño o la mano
(Fragmento de “Reuniones”. En ”Gelman. Antología Personal”. Instituto Movilizador de
Fondos Cooperativos.1993. Página59)
Pensar la literatura como un posible discurso solidario con las otras voces que se alzaron y
se alzan para defender formas más justas y dignas de la vida humana lo encontramos por
ejemplo, en Pedro Orgambide. En el libro “Una literatura solidaria” editado por el Instituto
Movilizador de Fondos Editoriales en el 2002, recorre obras y autores argentinos, penetra
en lo hondo de los textos que él consideró parte de una trama en la que predomina el
compromiso con los más relegados.Era su postura frente a la literatura y frente a la vida.
Periodista, militante comprometido con una tarea de creación y de denuncia, padeció
como tantos otros el exilio durante la dictadura. Reconocía como su maestro al inolvidable
Álvaro Yunque. Aportó ideas y trabajo en el Centro de la Cooperación, que justamente
edita este libro como homenaje a su valor como creador y como militante social.
Transcribo fragmentos del Prólogo de su autor a ese libro:
“-La solidaridad es el lujo de los pobres-, me dijo un amigo al fin de un viaje por una vasta
región sumergida en la pobreza. Habíamos visto cómo sus habitantes sobrevivían gracias a
la solidaridad que ellos mismos habían construido con esfuerzo, con paciencia y con
coraje. Mi amigo me preguntó entonces si los escritores habíamos registrado alguna vez
esta lucha tenaz contra la marginación de sus semejantes. Le respondí que sí, que gran
parte de nuestra literatura había dado ese testimonio. De todos modos, creí necesario
volver a revisar esos materiales, iniciar una nueva lectura desde este tiempo de crisis. Al
fin, la misma cultura estaba en juego relegada ante otras urgencias de la realidad. ¿Qué
sentido tenía hablar de literatura cuando miles de chicos se desmayaban de hambre en las
escuelas que debían abandonar? Recordé entonces la misma pregunta que se hacía Sartre
frente a la hambruna de Biafra. Y deduje que en la misma pregunta estaba la respuesta:
escribir era una forma de superar la culpa y de ejercer la crítica frente a un sistema
injusto.”(Orgambide: 13)
La mirada sobre el Otro
La discriminación es una construcción subjetiva mediante la cual unos seres humanos
conciben como inferiores y despreciables a otros seres humanos. Y esa visión legitimizada
en determinados contextos sociales favorece la explotación, la marginalidad, y la violación
del estado de derecho que plantea la Convención Internacional de Derechos Humanos.
Algunas obras contemporáneas de literatura para niños y adolescentes, abordan esta
cuestión iluminando a los protagonistas de las zonas oscuras de la sociedad planetaria.
Pobreza, género sexual, ideología política, creencias religiosas, etnias consideradas
inferiores.
A medida que el tema va ocupando espacios dentro de la sociedad, escritores y editores
del campo de la LIJ, apuestan a creaciones literarias que indagan zonas de sufrimiento de
aquellos seres humanos que no pueden vivir en plenitud por carencias que no han sido
resueltas en el Siglo XXI. Compartiremos la lectura de obras literarias que intentan revertir
la injusticia y la crueldad de la marginalidad.
Discriminación ideológica
Los agujeros negros. (2008)Yolanda Reyes. Autora colombiana Buenos Aires: Alfaguara.
Ilustraciones de Daniel Rabanal.
Este cuento fue seleccionado por Editorial Alfaguara en el 2000 para integrar una colección
de narraciones referidas a los Derechos de Infancia. Posteriormente fue nuevamente
editado con nuevo formato y es un testimonio literario y político a la vez de los conflictos
armados en Colombia.
En la edición UNICEF/Alfaguara del 2000 el prólogo pertenece a José Saramago, que así
presenta el libro:
“No estamos usando la razón para defender la vida. No hemos sabido consolidar una
acción colectiva capaz de proteger eficazmente la vida desde sus primeros pasos –los
niños. Y si no hemos sabido proteger a los niños, ¿cómo vamos a poder defender la vida
en general?
Trabajamos por la dignidad del ser humano sea cual sea su edad. Los niños, sí, todos los
niños, pero también los viejos y los marginados, los que buscan la paz y el pan y a cambio
reciben humillaciones e indiferencia.
Tal vez mi mirada sobre el mundo sea demasiado pesimista, pero, en conciencia, no creo
que el mundo, tal como es, otorgue a nadie el derecho a ser optimista.
Para cambiar de vida es necesario cambiar la vida.” José Saramago
Y resulta de interés conocer a otros integrantes de esa comisión seleccionada por UNICEF:
Mario Benedetti, Ángeles Mastretta, Elena Poniatowska, Tiago de Mello, Ernesto Sábato y
Jorge Enrique Adoum.
Pero vamos al texto de Yolanda Reyes, puntualmente. Es la historia de un niño cuyos
padres han sido detenidos por fuerzas militares cuya identidad no se aclara, y son
desaparecidos. Al niño lo cría una abuela, hay un silencio enorme sobre lo ocurrido con
sus padres, y finalmente la llegada de la verdad que lo vuelve pleno, que le otorga el
derecho a conocer su verdadera historia aunque esa historia sea tan triste. El cuento está
precedido por un prólogo de Yolanda Reyes que también lo encontramos en esta edición.
Elijo este fragmento que presenta la intencionalidad expresa de la autora:
“Quería acompañar el duelo de un niño que crece haciéndose preguntas muy difíciles,
hasta lograr entender lo mucho que sus padres lo quisieron, porque creo que el amor y la
esperanza a veces se ocultan en donde menos nos imaginamos, como esas flores silvestres
que uno encuentra en medio de un precipicio. También quería “congelar” esa última
imagen de unos padres poniendo a salvo a su hijo, pues creo que eso es lo que
deberíamos hacer los adultos: poner en primer lugar a todos nuestros niños.
Ese lugar que se merecen los niños no es un favor, sino un derecho, y está consagrado en
los tratados internacionales que protegen a la infancia, lo mismo que en las constituciones
políticas de nuestros países. Yo tengo la esperanza de que si todos conocemos los
derechos de los niños, si los tenemos presentes en nuestras decisiones cotidianas y si
exigimos su cumplimiento, las palabra irán cobrando poco a poco, una dimensión más
real.”(Reyes: 9)
Discriminación étnica
El espejo africano. (2008) De la autora argentina Liliana Bodoc. Buenos Aires: SM.
Premio Barco de Vapor.
Un pequeño espejo enmarcado en ébano nos conduce a través de historias que vienen de
muy lejos, y de muy atrás en el tiempo, hasta alcanzar un presente que también es lejano
para el tiempo actual. La novela se desarrolla a partir del año 1779, en África, y finaliza en
Mendoza, Argentina, en el año 1822. Un espejo es pues el enlace que nos permite
comprender la relación entre las diferentes narraciones que componen la novela.
Desde la voz de un narrador que nos conduce desde el comienzo hasta el final, llegan
frases que condenan el uso ilegítimo del poder de unos sobre otros, tanto en la historia de
la niña esclava, como en la de Dorel, esclavo de una mujer despótica.
Historias que abren y cierran y dejan una puerta abierta para continuarse en otra. Como
cajitas que guardan su propia coherencia interna, y un hilo que las relaciona para
componer una novela que nos lleva en cada situación, a una reflexión sobre la condición
humana, el valor de la libertad, y la lucha por conseguirla en contextos diferentes.
Paquelé. (2006) Del autor cubano Julio Llanes. Editada por Novelas del Eclipse bajo la
dirección de María Teresa Andruetto.
Novela histórica situada en los finales del Siglo XIX, desarrolla la historia del personaje
Paquelé, sus sufrimientos y exclusiones como esclavo negro, su lucha por la libertad y la
justicia, su hondo amor por su tierra, por su lugar, por su etnia, por su identidad.
Recorremos su estancia en el campo, junto a María Teresa, su madrina, a quien llama en
algunas ocasiones “mamá”. Separado de sus padres por un capricho de la señorita de la
casona, llegó al ingenio de Don Gonzalo apenas siendo un bebé.
Cada capítulo abre a los ojos del lector detalles oscuros y crueles de la esclavitud, y las
descripciones suavizadas por un lenguaje hondamente poetizado, no disimulan la
denuncia contra el amo esclavizador.
“…la señorita de la casona quería un negrito gracioso para jugar en las tardes aburridas de
la ciudad y se lo regalaron.”(Llanes: 9)
El desenlace, abierto, lleva al personaje a reunirse con su amigo Lorencito, quien ya ocupa
un lugar de combate en el monte. Se recuperan claramente los primeros pasos de la
revolución cubana, simbólicamente el monte aparece como el inicio de la batalla por
recuperar la dignidad de pueblo avasallado.
Discriminación social
Si alguien te espera (2011).De la autora argentina Lydia Carreras de Sosa. Ilustrado por
María Jesús Álvarez. Buenos Aires: Editorial Macmillan Publishers. Colección Todos
distintos.
El tema central de esta novela, es justamente el juicio crítico de una comunidad escolar
acerca de la calidad de seres humanos que han cometido delito, o están presos como
sospechosos. Y esa es la historia de Itatí, su madre está presa, ella ha compartido la prisión
con su madre y en el presente del relato será protegida por una abogada, Marcela, que
asume la defensoría del caso, y logra su inclusión como alumna en una escuela privada. La
vida de la niña transcurre normalmente, hasta que una portera cuenta lo ocultado: es la
hija de una mujer que está en prisión. Cuando circula la historia de Itatí, varias familias
reaccionan contra el director de la escuela por haber admitido a una niña con una madre
presa. Los diferentes enunciados de los adultos acerca de esta realidad nos permiten
asomarnos al tema de la discriminación, y del prejuicio.
Dice Priscila, la madre de una alumna:
“No podemos estar todos mezclados. Demasiado con los cuidados que tenemos para salir
de casa, para entrar, con las rejas, las alarmas, los perros, es una locura, ¿no te parece?
Por supuesto las mucamas siempre roban, algo roban, siempre, es normal, pero de ahí a lo
que ha hecho esta mujer, porque para estar presa algo terrible habrá hecho, hay una gran
distancia” ( Carreras de Sosa: 12)
Otro padre, Sebastián Sánchez Granel, presentado por la narradora como integrante del
Banco Galicia, se enfrenta con el director, indignado por la presencia de Itatí en la escuela:
“-Bueno, ¿nos vamos a transformar en una escuela asilo o qué?- (Carreras de Sosa: 188)
Estas opiniones confrontan con las de otro padre, de profesión camionero, que se
solidariza con el director, y cuyo discurso señala su enfrentamiento de clase social con los
otros integrantes de la cooperadora de la escuela. José Cucciarelli sostiene otra ideología y
otro registro discursivo:
“Yo hablo de frente, le guste a quien le guste. Ayer, si me perdona la expresión, lo mandé a
Sánchez Granel a la mierda. Directamente. (Carreras de Sosa: 204)
“-Mire director, yo no voy a agarrarme a trompadas con nadie por más que no estemos de
acuerdo. Quédese tranquilo por ese lado; pero tampoco voy a callarme delante de un
estirado como Sánchez y sus amigos.” (Carreras de Sosa: 205)
Desde el narrador omnisciente, en definitiva la voz de la autora de la novela, encontramos
esta imagen de Carlos Santillana, el director de la escuela:
“No podía creer ni entender el doble discurso de tanta gente. Se sentía enfurecido por la
rapidez con que se habían sacado las máscaras y habían dejado de sonreír, por la saña con
que algunos se habían vuelto contra una niña que pasó de ser pintoresca por ser
paraguaya a ser una amenaza por tener una madre en la cárcel” (Carreras de Sosa: 207)
Discriminación política
Un amigo para siempre. (2012). Marina Colasanti .Ilustraciones de Rodrigo Folgueira.
Traducción de María Teresa Andruetto. Buenos Aires: Calibroscopio. Texto original en
portugués: Um amigo para sempre.1ra.Edición: 1998.
La autora parte de un hecho real que enuncia en el encabezado del texto:
“Esta es una historia real. La historia de Luandino Vieira, escritor de Angola que luchó por
la independencia de su país. Pero es una historia tan linda que a mí me hubiera gustado
haberla inventado.” Colasanti: (s/p)
Verdadera obra de arte, con ilustraciones de fuerte marca surrealista, llega esta historia de
un preso político. El enunciado del narrador nos presenta desde el primer momento la
situación de injusticia y de autoritarismo político por la que padece prisión:
“Porque pensaba diferente de los que gobernaban su país, aquel hombre estaba preso”.
(Colasanti: s/p)
Su imaginario construye un jardín en el patio de la prisión…
“En verdad no era un jardín, porque no tenía canteros. Pero era, sí, un jardín en el
pensamiento del hombre, porque a veces tenía flores, los árboles diseñaban manchas de
sombra en el suelo, y había pájaros.” (Colasanti: s/p)
Y uno de esos pájaros, un habitante de ese jardín que el hombre había construido con su
mente, se acercó para compartir un pan, migas de pan que el hombre esparcía para que el
pájaro picoteara. El vínculo se transforma en una luminosa metáfora sobre la libertad, la
que el protagonista ha perdido. Y el texto va cobrando ambigüedades que permiten al
lector sentir la presencia del ave como un Otro verdadero.
“Y el pájaro llegaba, daba pequeños saltos, se detenía, volvía a saltar. Hasta llegar a
picotear las migas, siempre atento a las actitudes del hombre. Ese era el modo que tenían
de conversar”. (Colasanti: s/p).
El hechizo se rompe, un día el pájaro no regresa. Y el cuento deja un sabor de tristeza, y
una ventanita de luz hacia un futuro posible en los sueños del hombre preso:
“Que el pájaro había seguido su destino, fuera cual fuese. Un destino que lo llevaba lejos
de ahí. Como el de él, alguna vez lo llevaría lejos de aquel lugar, para siempre lejos de
aquellos muros”.(Colasanti: s/p).
Reflexión final
La discriminación, sea cual fuere su naturaleza, destruye la vida, interrumpe la aventura de
crear, de amar en libertad. Como el pájaro de este cuento de Marina Colasanti, dejemos
volar nuestro deseo de un mundo en el que hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes,
abran sus alas y nadie quiebre con su violencia la altura de su vuelo.
Referencias bibliográficas
Orgambide, Pedro. (2002)”Una literatura solidaria”. Buenos Aires: Instituto Movilizador de
Fondos Cooperativos.
Reyes, Yolanda. (2008) “Los agujeros negros”. Buenos Aires: Aguilar. Altea. Taurus.
Alfaguara.
Bodoc, Liliana. (2008). “El espejo africano”. Buenos Aires: SM. Premio Barco de Vapor.
Llanes, Julio. “Paquelé”. (2006) Buenos Aires: Novelas Del Eclipse bajo la dirección de
María Teresa Andruetto.
Carreras de Sosa. (2011) “Si alguien te espera”. Ilustrado por María Jesús Álvarez. Buenos
Aires: Editorial Macmillan Publishers. Colección Todos distintos.
Colasanti, Marina. (2012). “Un amigo para siempre”. Ilustraciones de Rodrigo Folgueira.
Traducción de María Teresa Andruetto. Buenos Aires: Calibroscopio. Texto original en
portugués: Um amigo para sempre.1ra.Edición: 1998.

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