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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO BIBLICO DE PORTUGUESA


ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA.
ACARIGUA, EDO-PORTUGUESA
IMBIPAD.

GUERRA VS LA PAZ
LA EUTANASIA
PENA DE MUERTE

PARTICIPANTE:
Coromoto Pérez
C.I: 11262993
FACILITADOR:
Pastor. Alexander Rodríguez.

ACARIGUA, NOVIEMBRE 2017


Introducción

A continuación daré a conocer unos puntos que son relevantes y muy


controversial de interés en la actualidad, la cual sigue dando de qué hablar en
muchos países como lo es la guerra vs la paz, la eutanasia y la pena de muerte.
GUERRA VS PAZ

La paz no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de


las fuerzas adversarias, ni surge de una hegemonía despótica, sino que con toda
exactitud y propiedad se llama obra de la justicia (Isa 32, 7). Es el fruto del orden
plantado en la sociedad humana por su divino fundador, y que los hombres,
sedientos siempre de una más perfecta justicia, han de llevar a cabo. El bien común
del género humano se rige primeramente por la ley eterna, pero en sus exigencias
concretas, durante el transcurso del tiempo, está sometido a continuos cambios; por
eso la paz jamás es una cosa del todo hecha, sino un perpetuo quehacer. Dada la
fragilidad de la voluntad humana, herida por el pecado, el cuidado por la paz reclama
de cada uno constante dominio de sí mismo y vigilancia por parte de la autoridad
legítima.
Esto, sin embargo, no basta. Esta paz en la tierra no se puede lograr si no se
asegura el bien de las personas y la comunicación espontánea entre los hombres
de sus riquezas de orden intelectual y espiritual. Es absolutamente necesario el
firme propósito de respetar a los demás hombres y pueblos, así como su dignidad,
y el apasionado ejercicio de la fraternidad en orden a construir la paz. Así, la paz es
también fruto del amor, el cual sobrepasa todo lo que la justicia puede realizar. La
paz sobre la tierra, nacida del amor al prójimo, es imagen y efecto de la paz de
Cristo, que procede de Dios Padre. En efecto, el propio Hijo encarnado, Príncipe de
la paz, ha reconciliado con Dios a todos los hombres por medio de su cruz, y,
reconstituyendo en un solo pueblo y en un solo cuerpo la unidad del género humano,
ha dado muerte al odio en su propia carne y, después del triunfo de su resurrección,
ha infundido el Espíritu de amor en el corazón de los hombres.
Por lo cual, se llama insistentemente la atención de todos los cristianos para
que, viviendo con sinceridad en la caridad (Efe 4, 15), se unan con los hombres
realmente pacíficos para implorar y establecer la paz. Movidos por el mismo
Espíritu, no podemos dejar de alabar a aquellos que, renunciando a la violencia en
la exigencia de sus derechos, recurren a los medios de defensa, que, por otra parte,
están al alcance incluso de los más débiles, con tal que esto sea posible sin lesión
de los derechos y obligaciones de otros o de la sociedad.
El respeto y el desarrollo de la vida humana exigen la paz. La paz no es sólo
ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La
paz no puede alcanzarse en la tierra, sin la salvaguardia de los bienes de las
personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad
de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad. Es la
"tranquilidad del orden"
Las injusticias, las desigualdades excesivas de orden económico o social, la
envidia, la desconfianza y el orgullo, que existen entre los hombres y las naciones,
amenazan sin cesar la paz y causan las guerras. Todo lo que se hace para superar
estos desórdenes contribuye a edificar la paz y evitar la guerra: En la medida en
que los hombres son pecadores, les amenaza y les amenazará hasta la venida de
Cristo, el peligro de guerra; en la medida en que, unidos por la caridad, superan el
pecado, se superan también las violencias hasta que se cumpla la palabra: "De sus
espadas forjarán arados y de sus lanzas podaderas. Ninguna nación levantará ya
más la espada contra otra y no se adiestrarán más para el combate"

LA EUTANASIA

El término eutanasia se deriva del griego: "eu" (bien) y "thánatos" (muerte).


Es todo acto u omisión cuya responsabilidad recae en personal médico o en
individuos cercanos al enfermo, y que ocasiona la muerte inmediata de éste con el
fin de evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de su vida. Cabe
inicialmente destacar dos datos relevantes: para que la eutanasia sea considerada
como tal, el enfermo ha de padecer, necesariamente, una enfermedad terminal o
incurable, y en segundo lugar, el personal sanitario ha de contar expresamente con
el consentimiento del enfermo.

La Eutanasia es un proceso que consiste en quitarle la vida a alguien


mediante ciertos procesos clínicos con el fin proporcionarle a una persona el fin de
sus sufrimiento con la muerte. De la Eutanasia se sabe que hay muchos tipos, pero
los dos principales son por “Acción” y por “Omisión“. La primera de estas consiste
en administrarle al paciente una serie de medicamentos a fin de que el mismo muera
sin sufrimiento alguno, sin que sienta un trauma por dejar la vida atrás, en mucho
casos, la eutanasia por acción se le proporciona a personas sin remedios alguno y
que deseas dejar de sufrir, es en casos en los que la vida es sinónimo de dolor.

La eutanasia por acción puede ser autorizada por los familiares en los casos
en los que el paciente se encuentre en un estado vegetativo y que se sepa que no
despertara jamás.

La eutanasia mantiene en la sociedad moderna un constante debate moral


y religioso muy agitado, pues, existe un área de esta que considera que la decisión
de morir corresponde a Dios como ser divino, interrumpir la vida por cuestiones
médicas y apropósitos representa para algunos una especie de asesinato u
homicidio.

Existen países que prohíben la práctica de la eutanasia, ya que las


costumbres morales impiden que se haga efectiva, pero al contrario de estos,
existen países con clínicas de eutanasia, los Países Bajos son un ejemplo, tienen
una institución que se dedica a quitarle la vida a sus pacientes, es un servicio que
ofrecen a las personas que quieren dejar de existir. Esto ha generado tanta
controversia que se ha generado una matriz de opinión muy negativa en torno al
país que lo permitió, pues se considera que las medidas que tienen ellos a favor de
la muerte de su población son muy diferentes.

¿Qué nos dice la Biblia sobre la eutanasia?

La Biblia no menciona específicamente la eutanasia, pero sí menciona temas


relacionados a ésta. La eutanasia es conocida por diferentes términos tales como:
suicidio asistido, muerte misericordiosa, etc. En sí, es el acto de asistir a alguien en
su propia muerte y que se encuentra terminalmente enfermo, en sufrimiento y en
gran dolor. El objetivo del suicidio asistido es prevenir la continuidad del dolor.

La Biblia dice que no debemos matar (Éxodo 20:13: "No matarás."). El


homicidio es la forma ilegal de quitarle a alguien la vida y matar es, quitar, de forma
ilegal la vida de alguien. Hablando técnicamente, si una nación dice que la eutanasia
es legal, entonces, a nivel humano no sería asesinato. Pero como las sociedades
con frecuencia legislan temas morales en contra vía de la Biblia, solo por el hecho
de que una sociedad diga que la eutanasia es buena, no significa que esta lo sea.
Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29: “Respondiendo
Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres.”)

Somos hechos a la imagen de Dios (Gn 1:26), y es el Señor quien nos da la


vida (Job 33:4: “El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio
vida.”) y es Él quien ha determinado nuestros días (Job 14:5: “Ciertamente sus días
están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites,
de los cuales no pasará.”). Esto significa que Dios es Señor soberano y es quien
determina el día que moriremos. Por lo tanto, no debemos usurpar la autoridad de
Dios.

De acuerdo a la Biblia, es Dios quien le señala a las personas cuando deben


morir. El suicidio asistido es, básicamente, un intento de negarle a Dios Su derecho
soberano ya que es Él quien señala cuándo ha de morir la persona. Debemos ser
cuidadosos y no tomar en nuestras manos el derecho que le pertenece a Dios.

En la Biblia no hay nada que nos diga que debemos hacer de todo para
mantener a alguien vivo tanto como queramos. Por lo tanto, no estamos obligados
ni a prolongar ni a acortar la vida de alguien que está sufriendo. Si alguien está
terminalmente enfermo y en gran sufrimiento, debemos hacer que la persona esté
tan cómoda como sea posible durante este proceso hasta su deceso. Debemos
entonces dejar que la muerte siga su curso natural, haciendo lo posible para
consolar a quien está sufriendo.

Cabe resaltar que, la muerte es un evento natural. Algunas veces Dios


permite que una persona sufra mucho antes de que la muerte llegue; otras veces,
el sufrimiento de la persona se acorta. Nadie disfruta del sufrimiento, pero esto no
justifica el determinar que una persona está lista para morir. Con frecuencia, los
propósitos de Dios son cumplidos a través del sufrimiento de una persona. “En el
día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera, Dios hizo tanto lo
uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.” (Eclesiastés
7:14; Romanos 5:3) enseña que las tribulaciones producen paciencia. Dios se
preocupa por aquellos que imploran que la muerte termine sus sufrimientos. Dios
otorga un propósito a la vida aún hasta su final. Solo Dios sabe lo que es mejor, y
Su tiempo aún en la muerte de uno, es perfecto.

Al mismo tiempo, la Biblia no nos ordena hacer todo lo que podamos para
prolongar la vida de una persona. Si una persona ha sido mantenida viva sólo por
máquinas, no es inmoral apagar las máquinas y permitir que la persona muera. Si
una persona ha estado en un persistente estado vegetativo por un prolongado
período de tiempo, no sería una ofensa a Dios el desconectar los tubos o máquinas
que estén manteniendo viva a la persona. Si Dios deseara mantener viva a una
persona, Él es perfectamente capaz de hacerlo sin la ayuda de tubos y/o máquinas.

Tomar una decisión como ésta, es muy difícil y doloroso. Nunca es fácil
decirle a un doctor que suspenda lo que sostiene la vida de un ser querido. Nunca
debemos buscar terminar la vida prematuramente, pero al mismo tiempo, tampoco
debemos preservar una vida tanto como sea posible. El mejor consejo para
cualquiera que enfrente esta decisión es orar a Dios por sabiduría respecto a lo que
Él quiera que hagas (Santiago 1:5).
LA PENA DE MUERTE

La pena de muerte, pena capital o ejecución consiste en provocar


la muerte a un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito
establecido en la legislación; los delitos por los cuales se aplica esta sanción suelen
denominarse «delitos capitales».

La ejecución en criminales y disidentes políticos ha sido empleada por gran


parte de las sociedades en algún momento de su historia, tanto para castigar el
crimen como para suprimir la disidencia política.

Actualmente la situación legal de la pena de muerte varía mucho según las


regiones del mundo.

La pena de muerte o pena capital ha existido a la par con la humanidad, es


bien sabido que los griegos tuvieron gran influencia cultural en Roma, si bien los
romanos destacaron por su vasta jurisprudencia y aquellos por ser grandes
filósofos, binomio que hizo surgir la filosofía del derecho, de ahí la regulación de las
relaciones entre los hombres y el Estado, así como consecuente castigo a quienes
cometen violaciones a las leyes impuestas por este último.

Con anterioridad, el pueblo hebreo dejó testimonios de la existencia de esta


sanción.

En Roma el primer delito castigado con la pena de muerte fue el


PERDUELLIO, por traición a la patria, más adelante en las XII Tablas, se reglamentó
también para otros delitos y era esta, la pena imperante; un tiempo después y
aunque sin ser abolida cayo en desuso, restableciéndose posteriormente con los
emperadores.

Así pues esta sanción es conocida desde los primeros tiempos de la


humanidad, y puede decirse que en todas las culturas, teniendo algunas variantes
como por ejemplo el tipo de delitos por los que se imponía, siendo el más común el
delito de homicidio.

Se imponía, igualmente por los delitos que actualmente conocemos como


patrimoniales, delitos sexuales, delitos contra la salud (como lo era la embriaguez
consuetudinaria) delitos del orden político, así como militar, lo mismo para lo que
hoy conocemos como delitos del fuero común y federal.

Las formas de ejecución de la pena fueron muy variadas de acuerdo a los


usos y costumbres de los diferentes pueblos, había entre otras: la lapidación, la
rueda, el garrote, la hoguera, todas eran formas muy crueles ya que su finalidad
consistía en imponer el mayor sufrimiento al delincuente condenado a dicha pena.

La pena de muerte inicialmente fue concebida como una aflicción, retributiva


originada por la comisión de un delito, apareciendo así prácticamente en la totalidad
de las leyes antiguas.

Posteriormente, al llegar el cristianismo que predicaba el amor por el prójimo,


el carácter divino de la vida, sentó las bases de las tendencias abolicionistas de esta
sanción.

Por lo que respecta a las sociedades precolombinas, se sabe que aplicaban


las penas consistentes en palo tormentos o la muerte, siendo el gran sacerdote
quien las imponía, éste no solo ordenaba las ejecuciones, sino que luego se
cumplían inexorablemente.

Entre los aztecas, las leyes se caracterizaban por su estricta severidad, entre
las penas existentes, se encontraba, la lapidación, el descuartizamiento, la horca y
la muerte a palos o a garrotazos, y aun cuando las cárceles no tuvieron ninguna
significación también existía la pena de la pérdida de la libertad.

También en el pueblo de los tarascos existía la pena de muerte y en los


delitos como adulterio, la pena era impuesta no sólo al adultero, sino que esta
trascendía a toda su familia.
En cuanto al pueblo maya, al traidor a la patria se le castigaba con la pena
de muerte, y existían también otras penas como la lapidación, si bien existieron
algunas diferencias en cuanto a los delitos por los que se aplicaba, así como la
forma de ejecutarla, se puede afirmar que fue común a todas las culturas en la
antigüedad.

Ya en la República de México, al consumarse su independencia para el año


1.821, las leyes principales seguían siendo las mismas vigentes en la época colonial
(prácticamente al igual que en todos los países que se independizaban de la
dominación española), es decir, la pena de muerte seguía presente y era aplicada
principalmente a los enemigos políticos de los nuevos gobernantes de los
incipientes países.

En el siglo XX la pena de muerte se aplicó a discreción en la mayoría de las


sociedades americanas, sin embargo, la prevalencia del casicazgo político, el
ejercicio indiscriminado del poder por los dictadores que se encuentran al servicio
de las oligarquías nacionales y de ciertas potencias extranjeras, que vieron en esa
situación oportunidades para justificar y consolidar sus pretensiones imperiales
sobre países a dominar, es decir el abuso de esta sanción, motivado por la injusticia
social, trajo como consecuencia la confusión entre los criterios humanistas radicales
que pugnan por la necesidad ya no de disminuir su aplicación sino de lograr su
abolición, desconociendo de esta forma su utilidad y justificación.

Se ha considerado que la pena tomada como castigo tiende a reprimir la


conducta antisocial, sin embargo, para la doctrina, la justificación de la pena
presenta dos hipótesis, por un lado la pena tiene un fin específico, se aplica "quia
peccatum est"; (a quien está pecando); y por el otro lado se considera en forma
casuistica, como medio para la consecución de fines determinados, se aplica "en
peccetur" (para que nadie peque).
Tales supuestos dan origen a una hipótesis más, la tesis ecléctica, la que no
se conforma con darle a la pena una sola característica; a estas corrientes se las
conoce como teorías absolutas, teorías relativas y corrientes mixtas.

Las generalidades de las teorías son:

 Teorías absolutas, afirman que la pena se justifica a sí misma y no es un


medio para otros fines.
 Teorías relativas, sostienen que la pena es un medio para obtener fines
ulteriores y se dividen a su vez en teoría relativa de la prevención general; es
decir, que la pena será entendida como un propósito de prevención para los
demás; y teoría relativa de la represión especial, la pena se impone y surte
efecto en el delincuente.
 Teorías mixtas, respalda la prevención general mediante la retribución justa.
CONCLUSIÓN

La paz en la tierra no se puede lograr si no se asegura el bien de las personas


y la comunicación espontánea entre los hombres de sus riquezas de orden
intelectual y espiritual. Por lo cual, se llama insistentemente la atención de todos los
cristianos para que, vivamos una vida con sinceridad en la caridad de amor,
extendiendo nuestras manos al necesitado y también nuestras oraciones por la paz
que el mundo tanto necesita, debemos comenzar el cambio por nosotros mismo y
fomentar la paz que tanto necesitamos; mantener la paz y la armonía.

En otro orden de idea, la eutanasia es un acto u omisión cuya responsabilidad


recae en personal médico o en individuos cercanos al enfermo, y que ocasiona la
muerte inmediata de éste con el fin de evitarle sufrimientos insoportables o la
prolongación artificial de su vida.

La eutanasia por acción puede ser autorizada por los familiares en los casos
en los que el paciente se encuentre en un estado vegetativo y que se sepa que no
despertara jamás. La biblia nos enseña que en nuestras manos no está ese poder,
sino en las del Dios altísimo. Solo Dios sabe lo que es mejor, y Su tiempo aún en la
muerte de uno, es perfecto. Unos de los 10 mandamientos es “no mataras” Éxodo
20:1, ¿quiénes somos nosotros para quitarle la vida a otra persona? Dios es quien
tiene ese derecho ese poder, esa potestad de dar o quitarla.

La pena de muerte, pena capital o ejecución consiste en provocar


la muerte a un condenado por parte del Estado, la pena de muerte o pena capital
ha existido a la par con la humanidad, es bien sabido que los griegos tuvieron gran
influencia cultural en Roma. Las formas de ejecución de la pena fueron muy
variadas de acuerdo a los usos y costumbres de los diferentes pueblos.

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