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ENKVIST, Inger,

Repensar la educación,
Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid,
2006.

E l presente trabajo es u n lúcido estudio sobre lo que acontece en el


á m b i t o de la educación actual. Inger Enkvist, catedrática de la
Universidad de L u n d , Suecia, es autora t a m b i é n de otras publicacio-
nes, entre las que se p u e d e n n o m b r a r La educación en peligro (2000)
o Pensadores españoles del siglo XX (2005).

La obra se c o m p o n e de los siguientes núcleos temáticos: 1. El ser


humano; 2. La educación en la familia, 2.1. Los padres, 2.2. La psicolo-
gía pedagógica de hace medio siglo; 3. La educación en la escuela, 3.1.
Lengua y pensamiento, 3.2. La relación entre alumno y profesor, 3.3.
Ejemplos de buena enseñanza, 3.4. ¿Cómo reformar un sistema educati-
vo?; 4. La nueva pedagogía, 4.1. La sociología de la educación, 4.2. El
igualitarismo, 4.3. El derecho a la diferencia, 4.4. La teoría del entorno,
4.5. El constructivismo, 4.6. Elpedagogismo, 4.7. La destrucción de la
cultura; 5. El trasfondo filosófico e ideológico, 5.1. La libertad, 5.2. El
relativismo, 5.3. El nihilismo, 5.4. Críticasfilosóficas al constructivismo,
5.5. Del estructuralismo marxista al multiculturalismo, 5.6. Una educa-
ción totalitaria; 6. Tres problemas agravados por elpedagogismo, 6.1. El
impacto de la televisión, 6.2. La violencia en la escuela, 6.3. La integra-
ción de los inmigrantes; y 7. Recuperar la educación.

E l libro se p r o p o n e llamar la atención de padres, maestros, profeso-


res, investigadores, empresarios y políticos que quieran e n t e n d e r el
trasfondo filosófico e ideológico de las "reformas educativas" que
desde hace algunas décadas hasta h o y se ensayan en los sistemas
educativos de O c c i d e n t e , y cuyos resultados son manifiestamente
insuficientes, c u a n d o n o peügrosos.

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L a obra analiza, primero, por qué es necesario para el ser h u m a n o


educarse y qué se entiende por educación; en segundo lugar, m u e s -
tra cómo se ha ido desvirtuando gradual e intencionalmente d u r a n -
te años la educación occidental; por último, la autora señala qué se
debería hacer para renovar la labor educativa de m a n e r a fecunda.

Se habla ahora de "crisis" en educación cuando la mayoría de los p a í -


ses desarrollados habían considerado resuelto el p r o b l e m a con la
expansión cuantitativa de los sistemas educativos durante los últimos
cincuenta años. Sin embargo, en estos países cunde la alarma porque
se observan transformaciones dramáticas en la educación familiar y
escolar, que se relacionan principalmente con preocupantes formas
de conducta violenta (ver Vióleme in schools, S m i t h , 2003) y con la
aparición de u n a nueva especie de analfabetismo entre los escolares.

Inger Enkvist intenta responder la siguiente pregunta: ¿qué es lo que


ha convertido a la educación en u n sector en crisis? (p. 9). Su tesis
fundamental es que la crisis de la educación se explica p o r q u e se h a n
introducido en las escuelas, en n o m b r e del progreso científico, u n
conjunto de ideas erróneas acerca de lo que es educar personas.

La razón de fondo, para la autora, radica en la necesidad de actuar


tanto en orden a la consecución del principio de igualdad de o p o r -
tunidades en el acceso a la educación, cuanto al cuidado de la cali-
dad de la educación en sus contenidos, concepciones pedagógicas,
filosóficas e ideológicas que orientan esta tarea.

D e s d e hace algunas décadas, se ataca a la escuela pública por ser


supuestamente u n i n s t r u m e n t o de adoctrinamiento "burgués", lo
que se ha concretado en u n ataque a sus reglas de c o m p o r t a m i e n t o ,
a la exigencia en el estudio, a los contenidos de enseñanza y a la for-
mación docente. E s t o ha sido cuidadosamente p e n s a d o y planifica-
do por corrientes ideológicas diversas, pero que se p u e d e n sintetizar
bajo la c o m ú n d e n o m i n a c i ó n del "pedagogismo", m o v i m i e n t o que
ha i m p r e g n a d o el á m b i t o educativo en t o d o O c c i d e n t e , y cuyas
características principales se p u e d e n expresar en los siguientes p u n -

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tos: desprecio por el conocimiento sistemático y los contenidos esco-


lares (principalmente p o r la literatura, la historia y la filosofía), d e s -
valorización de la lectura y del uso correcto del lenguaje, visión i d e -
ológica progresista de la educación, sobrevaloración del desarrollo
social en d e t r i m e n t o del desarrollo intelectual del a l u m n o , n o exi-
gencia en el estudio ni en el c u m p l i m i e n t o de n o r m a s de conducta,
igualitarismo social, justificación de la violencia escolar, función
pasiva de maestros y profesores, desautorización de docentes y direc-
tivos de escuela, relativismo moral y nihilismo cultural.

L a política h a conquistado la escuela a través de estas ideologías, que


n o tienen c o m o m e t a la adquisición de conocimientos ni la forma-
ción ética de los educandos sino el "cambio social". L o que h o y se
llama crisis de la educación es la consecuencia lógica de n o permitir a
la escuela y a los docentes d e s e m p e ñ a r su función propia, la enseñan-
za. E n cambio, se les h a asignado cometidos ajenos a su naturaleza
y finalidad. Se puja p o r utilizar a la escuela c o m o u n i n s t r u m e n t o
político, que hace prevalecer el "igualitarismo" en función de los
votantes. L a educación es vista c o m o u n a "mercancía política" en la
que lo esencial es la imagen, el n o m b r e y la ilusión (p. 64). E n este
sentido, se utiliza a las instituciones educativas para intentar paliar
los efectos de erróneas decisiones políticas que h a n llevado a los
grandes cambios que h o y sufren la vida familiar y social.

L a escuela se h a abierto ahora a la vida en el sentido de abrirse a la


calle; los docentes ya n o forman la inteligencia y el carácter de los
estudiantes, sino que dicha tarea h a q u e d a d o librada a la "educación
de la televisión", cuya programación se p u e d e sintetizar en tres pala-
bras: violencia, sexualidad y c o n s u m i s m o . Se h a dejado entrar en los
colegios el m u n d o de lo trivial y h a salido la verdadera cultura.

Las consecuencias de t o d o esto ya son visibles: hay u n descenso


general del nivel intelectual y de los conocimientos en la población.
La escuela se ha cerrado al esfuerzo p r o l o n g a d o , a las exigencias, al
entusiasmo p o r el estudio y el p e n s a m i e n t o . Se h a p r o d u c i d o t a m -
bién u n a proletarización y u n desprestigio creciente de los colegios

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públicos, a la par que u n a revalorización de algunos centros privados.


A h o r a hay colegios públicos en los que los alumnos n o a p r e n d e n casi
nada, y colegios privados con buenos profesores e instalaciones, y,
sobre t o d o , con alumnos que estudian y avanzan. Se h a creado así
u n a clase baja, inculta y violenta, que constituye u n a verdadera a m e -
naza para la sociedad (p. 34).

A n t e este p a n o r a m a cabe preguntarse: ¿cómo reformar el sistema


educativo y revertir esta situación? Finlandia se convirtió en el año
2 0 0 4 en noticia en el m u n d o de la educación, p o r q u e resultó ser u n a
de las naciones mejor posicionadas educativamente. L o s finlandeses
atribuyen sus buenos resultados a los siguientes factores: los m a e s -
tros y profesores tienen u n a b u e n a preparación académica, las
madres tienen u n alto nivel educativo y ayudan a sus hijos con las
tareas; la familia apoya al profesorado; el sistema escolar tiene metas
claras; el E s t a d o h a invertido y sigue invirtiendo en la educación de
manera constante (p. 54). Las experiencias exitosas en educación se
basan en constantes semejantes a las señaladas: u n a enseñanza de
b u e n a calidad intelectual y lingüística, llevada a cabo p o r profesores
bien preparados y dedicados a su oficio, d e n t r o de u n sistema esco-
lar con metas claras, y que aceptan c o m o normales las evaluaciones
públicas de calidad de la educación.

F i n a l m e n t e , m e n c i o n a la autora en su trabajo algunos factores clave


para recuperar la educación: r e t o m a r con seriedad la educación fami-
liar, que los padres se interesen y supervisen el aprendizaje de sus
hijos, vigilancia de las famiÜas ante las m o d a s pedagógicas que
i n t e n t a n c o n t i n u a m e n t e ingresar en las escuelas, n o sujeción de la
educación a los vaivenes y tiempos de la política, consolidar la ense-
ñanza escolar en asignaturas nucleares (lengua y literatura, m a t e m á -
ticas, historia, filosofía, etc.). E l nivel m e d i o tiene que enseñar a
estudiar, pensar, escribir y hablar, mejorar y elevar la formación
docente; los profesores universitarios tendrían que reaccionar con
mayor vigor y preocupación ante el "pedagogismo" y otras m o d a s
semejantes (p. 145).

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E l trabajo se encuentra seriamente d o c u m e n t a d o en investigaciones


recientes. L l a m a p o d e r o s a m e n t e la atención c ó m o los fenómenos 225
mostrados en este estudio, que tiene c o m o escenario educativo a los
países de E u r o p a , t a n t a similitud con lo que ocurre h o y en la educa-
ción argentina.

Sólo queda r e c o m e n d a r la lectura de este trabajo por su destacada


claridad explicativa sobre la crisis actual de la educación y sus posi-
bles vías de solución. E s necesario repensar la educación para p o d e r así
recuperarla.
Rodolfo Mauricio Bicocca
(mauricio.bicocca@um.edu.ar)

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Z A N O T T I , Gabriel J .
El método de la economía política
Ediciones Cooperativas, Buenos Aires, 2007.

E n este libro, Gabriel Z a n o t t i plantea lo que considera que debe ser


el m é t o d o de la economía política y organiza u n p r o g r a m a de inves-
tigación para esa ciencia. Para ese fin t o m a elementos de los episte-
mólogos P o p p e r y Lakatos, de los economistas y epistemólogos
(pertenecientes a la Escuela de E c o n o m í a Austríaca) M i s e s , H a y e k
y M a c h l u p y rodea a todos ellos de u n metasistema filosofico-gno-
seologico de corte realista-tomista, en el cual, además de Santo
T o m á s de A q u i n o se e n c u e n t r a n algunas aportaciones de H u s s e r l y
Gadamer.

A u n q u e en la obra aparecen varias referencias a las contribuciones


que la Escuela de E c o n o m í a Austríaca hace a los contenidos concre-
tos de economía política (relativamente revolucionarias para el para-
digma reinante en los escritos sobre la materia), el autor aclara
expresamente en la introducción que su propuesta está en relación
con la "(...) reestructuración metodológica de esos contenidos, y no
de los contenidos m i s m o s " (p. 14).

Comentarios sobre algunas cuestiones de relevancia


1. Inclusión de la metafísica y de u n nivel n o conjetural y cierto del
conocimiento h u m a n o . C o m p l e m e n t a c i ó n entre P o p p e r , Lakatos y
T o m á s de A q u i n o .

Z a n o t t i afirma que "(...) la metafísica p u e d e establecer proposiciones


con sentido y, además, p u e d e ser fuente de conjeturas e m p í r i c a m e n -
te testeables" (p. 20). Y agrega "(...) consideramos que existe u n nivel
del discurso metafisico que n o sólo se acerca a la verdad sino que

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puede probar deductivamente la verdad de ciertas proposiciones" (p.


20). Ese nivel no-conjetural del conocimiento tendrá vital i m p o r t a n -
cia cuando se afirmen "(...) otros niveles, no conjeturales, de las cien-
cias sociales, tales como el praxeológico y el fenomenològico" (p.
21).

D e esta manera el autor se ubica en u n lugar de gran originalidad,


abriendo el camino a la consideración de u n estudio de las cuestio-
nes económicas n o divorciado de la profundización y la f u n d a m e n -
tación metafísica. A s í se distingue de otros autores c o n t e m p o r á n e o s
que h a n tratado temas de índole filosófico-social sin considerar la
posibilidad de u n a metafísica (como, por ejemplo, aquellos que par-
ten de concepciones de corte n e o - k a n t i a n o ) .

A su vez Z a n o t t i considera que los elementos metafísicos (que luego


constituirán la fundamentación última del sub-núcleo central de su
programa de investigación en economía política) n o son susceptibles
de comprobación empírica, lo cual n o implica que n o sea ciencia,
sino simplemente que el m é t o d o utilizado en ese "sistema" metafisi-
co n o es el m é t o d o hipotético-deductivo. A d e m á s agrega que dicho
sistema es "revisable" a través del análisis de los razonamientos efec-
tuados y de las evidencias de las que se parte. Y si bien considera que
tanto P o p p e r c o m o Lakatos p o d r í a n admitir la introducción de ele-
m e n t o s metafísicos en u n sistema de investigación, piensa que ellos
n o admitirían fácilmente que se les asignara certeza. E l autor consi-
dera que los elementos metafísicos son absolutamente ciertos, dis-
tinguiéndose así de los epistemólogos señalados . 1

1 Como el propio autor señala con respecto a las aportaciones al método de la eco-
nomía política que incorpora de Popper, uno de los principales es el de la sistema-
tización lógica del método hipotético-deductivo.

De Lakatos, además de la definición de programa de investigación, el autor incor-


pora a los fines del método de la economía política las nociones de núcleo central
del programa (no faisable por convención), la de hipótesis ad hoc (faisables) y la de
regresividad o progresividad (teóricas o empíricas) del programa.

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2. Crítica y valoración de L u d w i g von M i s e s : incorporación de ele-


m e n t o s del economista austríaco. 229
Z a n o t t i t o m a de von Mises el desarrollo de la praxeología, e n t e n d i -
da c o m o "(...) la ciencia de la conducta h u m a n a desde el p u n t o de
vista de las impÜcaciones formales de la descripción de conducta
h u m a n a " (p. 27). Y realiza u n a especie de intervención quirúrgica:
m a n t i e n e (al igual que Mises) d e t e r m i n a d o s fundamentos filosóficos
que p e r m i t e n afirmar de m o d o no-conjetural lo que la acción racio-
nal es en sí m i s m a , pero "critica" al economista austríaco diciendo
que éste intentaba llegar (equivocadamente) a esa certeza por m e d i o
de u n a filosofía neokantiana (filosofía que desde sus bases i m p i d e
conocer con certeza algo de la realidad en sí). Para nuestro autor, la
filosofía que p e r m i t e dar f u n d a m e n t o filosófico es el realismo t o m i s -
ta .
2

3. Crítica y valoración de H a y e k .

E l autor t o m a de H a y e k la teoría del o r d e n espontáneo, que n o está


necesariamente relacionada con el metasistema filosófico en el cual
este discípulo de M i s e s hace sus afirmaciones (metasistema c o m -
puesto principalmente p o r u n agnosticismo metafísico, n e o k a n t i s m o
y cierto n o m i n a l i s m o ) . P e r o además agrega que ésta alcanza u n nivel
de expücación superior con u n metasistema filosófico realista de tipo
tomista . 3

2 Cabe agregar que además del desarrollo de la praxeología, el autor incorpora de


von Mises otras dos aportaciones destacables: el conjunto de condiciones no-pra-
xeológicas y el desarrollo de la economía política.

3 Para los fines de este libro, Zanotti toma de F.A. von Hayek otros aportes des-
tacables, como la concepción sobre el objeto de estudio de las ciencias sociales, el
individualismo metodológico, su noción del factor "aprendizaje" como postulado
"empírico" de la economía y la noción de pattern predictions.

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4. Crítica y valoración de M a c h l u p

U n a vez más, Z a n o t t i incorpora nociones de u n autor modificando


su metasistema filosófico. E n este caso t o m a la noción de las funda-
mental assumptions de M a c h l u p , aunque considera que su f u n d a m e n -
to filosófico es relativamente no-realista (el economista c o m b i n a la
fenomenología de A . Shutz con el verstehen). Y lo hace p o r q u e logra
solucionar el problema de la coherencia metafísica: f u n d a m e n t a las
fundamental assumptions en la praxeología de von Mises (a la que
sostiene, a su vez, desde el realismo tomista).

O t r a aportación interesante que t o m a de M a c h l u p es la concepción


amplia de la ciencia, t é r m i n o que n o restringe a u n concepto u n í v o -
co del m é t o d o , sino a u n concepto análogo, que a d m i t e distintos
m é t o d o s . E s t a concepción amplia p e r m i t e al discípulo de M i s e s "(...)
criticar al 'complejo de inferioridad de las ciencias sociales', c o m p l e -
jo que se p r o d u c e cuando estas últimas tratan de imitar a las n a t u r a -
les - e n su versión inductivista- creyendo que sólo así serán 'científi-
cas"' (p. 5 4 ) .
4

5. C o n c e p c i ó n del p r o g r a m a de investigación y sus elementos

E s i m p o r t a n t e señalar, a m o d o de aclaración, que Z a n o t t i (en la


línea de Lakatos) n o llama programas de investigación a "(...) u n a
mera hipótesis aislada (...)" (p. 23), sino a "(...) u n conjunto de t e o -
rías sistemáticamente entrelazadas a efectos de la resolución de u n
determinado problema" (p. 23). E n este sentido, el p r o g r a m a de
investigación propuesto para la economía política consta f u n d a m e n -
talmente de tres elementos: u n núcleo central (de nivel universal), u n

4 Además, el autor se nutre para los fines de este libro, de las nociones de Machlup
de "testeo empírico indirecto global" de todo el sistema de economía y de las fun-
damental assumptions como aquello que puede someterse al testeo empírico indi-
recto global. También toma la noción de las assumed conditions como factor clave
de la aplicación del sistema a un caso particular.

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conjunto de hipótesis auxiliares (de nivel singular) y la progresividad


o regresividad empírica del p r o g r a m a .

6. Propuesta metodológica.

F i n a l m e n t e , h a r e m o s u n a p e q u e ñ a consideración sobre la propuesta


metodológica del autor. P r i m e r o , incluye el "(...) análisis f e n ó m e n o -
lógico de la esencia de cada interacción, cada u n a de las cuales se
caracteriza p o r el finis operis del conjunto de las personas que está
interactuando, conocido p o r u n acto de intelección del investigador
social en cuestión" (p. 87). E n segundo lugar, incluye el análisis pra-
xeológico y, por ú l t i m o , el á m b i t o conjetural de las ciencias sociales,
en el cual "(...) la relación entre el conjunto de circunstancias y el
c o m p o r t a m i e n t o n o es necesaria, t a n t o p o r razones metodológicas
c o m o p o r razones ontológicas. L a razón metodológica es que la rela-
ción así concebida es conjetural. L a razón ontológica es el libre albe-
drío, c o m o tesis t o m a d a prestada de la antropología filosófica" (p.
103).

C a b e decir que m u c h o s de los p u n t o s claves del libro se encuentran


desarrollados p o r Z a n o t t i en algunos de sus otros escritos. L o s fun-
d a m e n t o s filosóficos del axioma central praxeológico y de los veinti-
cuatro teoremas que se d e d u c e n de él se encuentran expuestos en
detalle en su tesis doctoral: Fundamentos filosóficos y epistemológicos de
la praxeología.

A su vez, si bien en este libro se plantea u n a reestructuración sólo


metodológica de los contenidos de la economía política, cabe aclarar
que el autor posee otra serie de escritos en los que trata los temas de
c o n t e n i d o económico en sí m i s m o s . E n t r e ellos cabe citar su Nueva
introducción a la escuela de economía austríaca y sus Elementos de
Economía Política (obra conjunta).

Para u n estudio histórico y m u y minucioso de la epistemología de la


economía, véase Caminos abiertos (partes I y I I ) . A s i m i s m o , para una
profundización de m u c h o s de los conceptos de base de este libro y
del capítulo 4 en particular, véase su obra Hacia una hermenéutica
realista (ensayo sobre una convergencia entre Santo Tomás, Husserl, los
horizontes, la ciencia y el lenguaje).

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Valoración personal
El método de la economía política no es u n manual, ni u n a i n t r o d u c -
ción al m é t o d o de la economía política. E s u n libro que se n u t r e de
muchas fuentes -todas ellas m u y ricas-. E n cada u n a de sus p r o p o s i -
ciones habita, claramente, u n universo en el que se podría profundi-
zar. A s í pues, en primer lugar, esta obra m e parece u n ejemplo de
síntesis que n o sólo abre ventanas a desarrollos teoréticos, autores y
programas de investigación, sino que p r o p o n e a su vez u n a tesis de
radical originalidad.

E n segundo lugar, Z a n o t t i incluye (en la b ú s q u e d a del m é t o d o de la


economía política) autores que provienen de escuelas que difícil-
m e n t e h a n dialogado anteriormente. E l realismo de T o m á s de
A q u i n o , la sistematización lógica del m é t o d o hipotético-deductivo
de Popper, la praxeología de Mises, etc. Y lo hace filosóficamente.
Entonces, se le puede preguntar: ¿por qué?, ¿para qué?... y "escu-
char" su respuesta, que es (como K u h n hubiese querido) clara, p r e -
cisa, coherente, amplia y fecunda. Y n o sólo lo hace en este libro,
sino en la totalidad de su obra (a la cual El método de la economía polí-
tica puede ser u n a b u e n a puerta de ingreso).

E n este sentido Z a n o t t i recuerda a T o m á s de A q u i n o , que logró res-


catar elementos de filósofos que provenían de cosmovisiones s u m a -
m e n t e diversas (filósofos anteriores, coetáneos, europeos, árabes,
"paganos", m u s u l m a n e s , j u d í o s , cristianos: P l a t ó n , Aristóteles,
Avicena, Averroes, M a i m ó n i d e s , A g u s t í n , etc.). Quizás la (mala)
costumbre de estudiar su corpus filosófico centrándose principal y
casi ú n i c a m e n t e en las "respuestas" a las cuestiones p l a n t e a d a s , nos
5

5 Y dejando así las otras tres partes de las que se conforma cada artículo de su obra
principal: primero el planteamiento conciso de la cuestión en términos precisos;
luego la exposición de los argumentos en los dos sentidos opuestos que tiene cada
cuestión y, finalmente, después de la solución de Santo Tomás a la cuestión plan-
teada, una solución a cada uno de los argumentos contrarios a la solución presen-
tada.

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ha h e c h o olvidar el espíritu de diálogo de sus escritos (o mejor dicho,


el espíritu de diálogo de T o m á s , reflejado incluso en sus escritos).

E l diálogo, el p r o p o n e r la crítica (Popper), el identificar y valorar las


verdades que hay en el otro ( T o m á s ) y la t o m a de conciencia de los
horizontes de c o m p r e n s i ó n ( G a d a m e r ) son elementos que p e r m i t e n
avanzar en el c o n o c i m i e n t o de la verdad. Si n o se opta por esos ele-
m e n t o s , habría que preguntarse si n o es p o r q u e se desconfía de la
inteligencia h u m a n a c o m o capaz de la verdad (aunque siempre sea,
claro, u n a capacidad limitada, imperfecta, h u m a n a , pero capacidad
de conocer "algo" de la realidad). Quizás sea p o r q u e en lugar de
conocer se busca i m p o n e r ideologías, en el sentido marxista del tér-
m i n o , c o m o sistemas interesados, adulterados, falseados, que c o n s -
ciente o inconscientemente buscan enmascarar la realidad. Dialogar
n o significa obtener u n a "verdad" p o r consenso (como si el diálogo
fuese su f u n d a m e n t o ontológico), ni t a m p o c o significa ceder o n e g o -
ciar en u n a supuesta lucha por la "propiedad" de esa verdad. Dialogar
es abrirse en el escuchar y donarse en el comunicar, para profundi-
zar y c o m p l e m e n t a r s e así "con" el otro (y n o "contra" el otro) en el
c a m i n o de la verdad.

P o r ú l t i m o , cabe decir con el autor que la propuesta de fondo, "la


causa final" del libro, es contribuir a que "(...) m e n o s gente sufra las
consecuencias de incorrectas políticas económicas, consecuencias
que p u e d e n ser dramáticas para la vida de cada persona en particu-
lar" (p. 12). E s t a intención m e parece digna de destacar en u n
m u n d o en el que p u e d e agobiarnos el sinsentido de las publicaciones
y de las investigaciones, insertas en u n a mera racionalidad instru-
m e n t a l (tan criticada p o r los filósofos de la Escuela de Frankfurt) del
sistema académico. P o d e m o s decir, pues, que se trata de u n libro
original, inteligente, c o m p r o m e t i d o con "la realidad material, c o n -
creta y básica", pero con profundidad filosófica.

P o r todas las razones anteriores considero que El método de la econo-


mía política es u n a obra valiosa y o p o r t u n a que debe ser leída y criti-
cada. C o l a b o r a r en el p l a n t e a m i e n t o filosófico (es decir, profundo,

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234 desde los fundamentos) de ciertos supuestos generalmente n o discu-


tidos de la "ciencia económica" tiene sus resultados en la realidad
económica concreta. Y huelga decir que gran parte de nuestro pla-
neta se encuentra frente a importantes niveles de pobreza y de injus-
ticia económico-social que urge resolver.

Emanuel López Muro


Pontificia Universidad Católica Argentina
(emanuellopezmuro@yahoo. com. ar)

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PETTIT, Philip,
Examen a Zapatero,
Temas de Hoy, Madrid, 2008.

Examen a Pettit
A nuestra política n o le atraen los pensadores. Se admira y se aplau-
de la llegada de u n exitoso empresario, cuando n o se dedica apenas
atención al h e c h o de que intelectuales de u n á n i m e reconocimiento
colaboren activamente en la fundación de u n partido político. ¿ Q u é
es u n Savater o u n Vargas Llosa al lado de u n Pizarro? P o r esta des-
preocupación, apenas contamos, sobre t o d o si se compara con lo que
ocurre en países de u n cierto nivel cultural, con obras dedicadas a
examinar el p e n s a m i e n t o político, la teoría más primaria y directa-
m e n t e práctica que alimenta a nuestros políticos. T a m p o c o en este
p u n t o hay diferencia con los principales regímenes políticos actua-
les. A excepción del Vaticano, ú l t i m o lugar en el que el rey-filósofo
sigue i m p e r a n d o , n o son intelectuales de r e n o m b r e y prestigio quie-
nes dirigen nuestros partidos, aunque sea n u m e r o s a la n ó m i n a de
pensadores que se definen de "izquierdas" y que orgullosamente
defienden cualquier acción del P S O E por enrevesada, incoherente o
directamente contradictoria con el ideario más o m e n o s clásico de la
izquierda occidental.

C i e r t a m e n t e las pocas excepciones a esta antiintelectual sociología


política vienen por la m a r g e n izquierda de la política. T a n t o I U (que
se encuentra en serio peligro de extinción) c o m o el P S O E h a n m o s -
trado cierto interés por estar a la m o d a intelectual y por extraer a
alguno de sus m a n d o s de la academia. E l partido socialista, por
ejemplo, cuenta en su primera fila de m a n d o con algunos catedráti-
cos: u n a de historia (Mercedes Cabrera) y varios de derecho, sobre

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todo en la especialidad de constitucional (Diego L ó p e z G a r r i d o o


L ó p e z Aguilar quizá sean los más renombrados).

A u n q u e sin llegar al rango de doctor, Z a p a t e r o parece haber profe-


sado en la misma área jurídica. Esa ambición intelectual del presi-
dente puede explicar el carácter m a r c a d a m e n t e ideológico de este
segundo socialismo gobernante, m u c h o más c o m p r o m e t i d o ideoló-
gicamente que la primera época, pragmática y exitosa electoralmen-
te. D e s d e el inicio de su gobierno Z a p a t e r o se declaró admirador del
esotérico profesor de la Universidad de P r i n c e t o n , Philip Pettit, cuya
fama hasta entonces se circunscribía al á m b i t o académico, y anunció
que sus políticas iban a guiarse por los principios del "republicanis-
m o " definido por este irlandés de renegado pasado clerical. Esta
información n o proviene de u n a suerte de paparazzo académico sino
que el propio Pettit nos cuenta sus traumáticas experiencias en el
seminario justo al comienzo de su principal obra: Republicanismo.
Una teoría del poder (traducido p o r T o n i D o m é n e c h , Paidós,
Barcelona, 2004). T r a s confirmar su adhesión a los postulados de
Pettit, Z a p a t e r o pedía a este filósofo que c o m p r o b a r a si los princi-
pios del republicanismo, que n o tienen directamente con ver con la
formación de u n a república en el sentido histórico del t é r m i n o , se
habían aplicado en la E s p a ñ a que los españoles le habían encargado
gobernar. E s decir, Z a p a t e r o pedía a P e t t i t que enjuiciara su p r i m e -
ra legislatura. E n esta obra, Examen a Zapatero (traducido p o r José
Luis M a r t í ) , Pettit nos informa de sus experiencias españolas para
acabar calificando el "republicanismo" de Z a p a t e r o .

Si una de las acciones más difíciles para el intelectual consiste en


ofrecer u n análisis preciso, imparcial y profundo de u n a realidad y u n
presente que conoce bien, c o m o los de su p r o p i o país (es notable la
cantidad de tonterías que h a b i t u a l m e n t e respetables y sabios escrito-
res dicen sobre su propio país), esa labor parece del t o d o imposible
cuando quien se lo p r o p o n e carece de u n a b u e n a información acerca
del país sobre el que ha de opinar. A causa de esa desinformación, la
obra de Pettit pierde sentido y n o resulta atractiva. T a n pobre resul-

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ta su conocimiento de E s p a ñ a que n o p o d e m o s saber si sus descabe-


llados análisis se deben a u n p e n s a m i e n t o político descabellado (el
republicanismo cívico) o, simplemente, al déficit de conocimiento
teórico necesario para establecer juicios.

E n p r i m e r lugar, P e t t i t desconoce absolutamente el proceso consti-


tucional español y, con fantasía, considera que en E s p a ñ a las a u t o -
nomías crearon el E s t a d o . E n la historia ficción que se h a inventa-
do, defiende que las c o m u n i d a d e s a u t ó n o m a s existían antes que
E s p a ñ a y que su r e u n i ó n crea este nuevo E s t a d o : " E s p a ñ a es u n país
verdaderamente atípico al tener u n a C o n s t i t u c i ó n que p e r m i t e que
u n conjunto de c o m u n i d a d e s a u t ó n o m a s que se constituyeron a sí
mismas se relacionen con el centro del E s t a d o en formas diversas
que posibiliten grados t a m b i é n distintos de a u t o n o m í a " (p. 73).
Pettit ni siquiera h a echado u n vistazo a nuestra C o n s t i t u c i ó n . Es
plausible que lo irreal, lo imaginario, lo ficticio le sorprenda por atí-
pico.

T a m b i é n es notable su desconocimiento de la historia reciente del


país, cuando defiende que el P S O E hizo u n a oposición tranquila (p.
61). S e g u r a m e n t e n o está al t a n t o ni de las agitadas manifestaciones
contra el gobierno de A z n a r y los asedios a las sedes del P P , ni de los
ataques a los militantes d u r a n t e el p r i m e r año de guerra en Irak. A
los ojos de P e t t i t estas reivindicaciones p o d r í a n resultar justas; si las
conociera (confiamos en su inteligencia) n o las consideraría "tran-
quilas". E s t a desinformación de P e t t i t proviene n o sólo de u n a esca-
sa d o c u m e n t a c i ó n sobre el país sino de u n a d o c u m e n t a c i ó n c o m p l e -
t a m e n t e sesgada.

Existen al m e n o s tres p u n t o s en los que los juicios de P e t t i t d e n o t a n


esa m i r a d a desinformada y parcial: la negociación con E T A , la cues-
tión de las a u t o n o m í a s y la relación entre la Iglesia y el E s t a d o . E n
este examen republicano, el filósofo irlandés aprueba la negociación
que el gobierno de Z a p a t e r o ( 2 0 0 4 - 2 0 0 8 ) estableció con la b a n d a
terrorista E T A . Su a r g u m e n t o más repetido se centra en el principio
de Exalpolitik de que hay que r o m p e r huevos para hacer u n a tortilla,

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o de que nada se consigue sin ensuciarse. D e b i d o a su experiencia


como irlandés, asegura que "concierne al más p u r o sentido c o m ú n "
negociar aun antes de que los terroristas hayan renunciado al terro-
rismo (p. 45). E l E s t a d o debe preocuparse por sus ciudadanos y
cenar con el d e m o n i o del terrorismo para evitar al pueblo los males
que le puede causar si el maléfico se encuentra con ellos (p. 77).
Pettit respalda la negociación no sólo p o r ese principio de m a n c h a r -
se las m a n o s sino p o r q u e el propio A z n a r , y p o r eso "la condena del
P P resulta falsa" (p. 45), negoció con los terroristas. Resulta más que
dudoso que las negociaciones de A z n a r con E T A se desarrollasen en
los m i s m o s términos que la de Z a p a t e r o . A d e m á s , en n i n g ú n
m o m e n t o Pettit se eleva a argumentar c o m o u n filósofo, c o m p r o m e -
tido con la verdad y n o con el partido, y a sugerir que quizá, si A z n a r ,
González, Calvo-Sotelo y Suárez habían fracasado en sus cenas, n o
convenía volver a invitar al diablo. Vencidas las elecciones de 2 0 0 8 y
con el cambio de estrategia antiterrorista del P S O E , n o cabe d u d a
de que P e t t i t suena más papista que el Papa. Incluso el actual gobier-
no se m a n t i e n e h o y en u n a actitud m u c h o más cauta hacia la n e g o -
ciación con los terroristas, más aún tras el asesinato de Isaías
Carrasco.

Se puede volver a suspender a P e t t i t por otro juicio: el que i n c u m b e


a las autonomías. Q u i z á este sea el p u n t o de la obra d o n d e los aná-
lisis resultan especialmente desinformados y sinsentido. Pettit, y en
esto se le p u e d e dar la razón, considera que, tal c o m o están las cosas,
el país se deshispanizará, pero que esto n o tiene nada de grave (p.
71). Sin embargo, esa deshispanización n o se p o d r á comparar a lo
ocurrido en los Balcanes (p. 59 y 71), sino que E s p a ñ a atravesará u n
proceso de silicificación (p. 71). C i e r t a m e n t e , el m o d e l o es atractivo,
ya que cualquiera prefiere Suiza a la interminable guerra de los
Balcanes; sin embargo, el a r g u m e n t o resulta c o m p l e t a m e n t e inváli-
do desde u n p u n t o de vista histórico. L a diferenciación histórica y
regional de Suiza no tiene nada que ver con la de E s p a ñ a , que a su
vez difiere n o t a b l e m e n t e de la balcánica. Pettit, c o m o b u e n político,

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no hace sino enfrentar u n a tontería (balcanización) con otra (suicifí-


cación). E l profesor dice que n o pasa nada si los niños n o se educan
en castellano c u a n d o van a Cataluña; eso, para él, es u n "hecho de la
vida simplemente inevitable", si la c o m u n i d a d a u t ó n o m a tiene esa
competencia ya se sabe lo que va a pasar (p. 73). D e b i d o a la falta de
rigor lógico, se p u e d e dudar de que la m a n e r a en que u n a c o m u n i -
dad a u t ó n o m a decide la organización pública sea u n hecho de la vida.
Sin duda, n o nos e n c o n t r a m o s ante u n h e c h o inevitable, sino sólo
ante u n a acción responsable y modificable. A d e m á s , Pettit se olvida,
aunque ya sabemos que n o la h a leído, de lo que proscribe la hasta
h o y irreformada ley fundamental del país que gobierna su pupilo
Z a p a t e r o . P a r a terminar su riguroso análisis sobre las autonomías,
añade que el partido que h a ampliado los estatutos de Valencia y
Andalucía es de u n "centralismo agresivo" (p. 59). Se h a creído la
p r o p a g a n d a y n o entiende que al P P n o lo caracteriza u n "centralis-
m o agresivo" sino s i m p l e m e n t e u n m u c h o más dócil " a u t o n o m i s m o
incoherente".

E l ú l t i m o p u n t o en el que Pettit muestra la debilidad de sus argu-


m e n t o s estriba en la relación entre Iglesia y E s t a d o . C o m i e n z a por
considerar injusto el concordato de 1979 (p. 48). T a m b i é n le m e r e -
ce u n a crítica el h e c h o de que hasta el año pasado el E s t a d o pagara
el déficit de la Iglesia, c u a n d o en los acuerdos se preveía que la
Iglesia se autofínanciara. D i c e que, si n o se h a n retirado esos subsi-
dios, se debe a que el gobierno tenía m i e d o de que la Iglesia le
enfrentara a sus fieles (p. 49). E s t a afirmación parece dudosa, p o r -
que los subsidios n o se h a n retirado incluso c u a n d o la Iglesia, para
bien o para mal, h a dirigido a los creyentes contra las políticas del
gobierno de Z a p a t e r o . T a m p o c o entiende p o r qué la mayoría de la
población debe m a n t e n e r u n a institución religiosa (p. 49). P o r
supuesto, n o recuerda que nuestra C o n s t i t u c i ó n , d e n t r o del marco
sagrado de la libertad religiosa, reconoce la especial colaboración que
se m a n t e n d r á con esta institución. E n n i n g ú n caso m e n c i o n a la
labor, que m u c h a gente acepta i n d e p e n d i e n t e m e n t e de su falta de fe,

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240 que la Iglesia realiza entre los más desfavorecidos. T a l vez podría
echar u n vistazo al diálogo sobre la República de Viroli y Bobbio.

Este libro poco aportará a quienes, desde la izquierda o la derecha,


quieran conocer mejor la figura intelectual de Z a p a t e r o . E n esta obra
Pettit sólo se retrata a sí m i s m o y al irrefrenable deseo del intelectual
m o d e r n o de estar a buenas con el p o d e r político, incluso cuando u n o
dispone de u n c ó m o d o y seguro refugio en Princeton. L a obra resul-
ta pobre n o sólo p o r el incierto republicanismo al que P e t t i t afirma
adherirse y renovar ("si Salutati, Bruni o Maquiavelo; si Cicerón o
Aristóteles levantaran la cabeza, qué vergüenza sentirían con el test
republicano de mirar a los ojos", (p. 38): ¡que revele P e t t i t en qué obra
republicana florentina h a e n c o n t r a d o semejante test!) sino por la
falta de seriedad para enjuiciar u n país extranjero. L o s libros de
Pettit de ciencia y filosofía política, a u n q u e históricamente dudosos,
son obras serias y d o c u m e n t a d a s . P u e d e n n o convencer, pero m u e s -
tran u n a visión cimentada y desiderativamente original de alguno de
los principales problemas que se debaten en la filosofía política
anglófona actual. N i n g u n a de esas virtudes a c o m p a ñ a n a este libro,
desordenado, imprevisto, deseoso de aprovechar u n tirón de ventas
del que j a m á s hubiera disfrutado si cierto extraviado y exitoso profe-
sor de derecho constitucional n o lo hubiera citado.

Pettit escribe sobre E s p a ñ a con escaso c o n o c i m i e n t o del país y juzga


sus principales instituciones sin haber leído la C o n s t i t u c i ó n . Se ha
nutrido de escasas fuentes y se h a apresurado a aprobar el m o d e l o
republicano de Z a p a t e r o . Salvo p o r dos pegas relativamente i m p r e -
cisas (la excesiva densidad carcelaria y la indebida influencia política
sobre los jueces), n o p o n e n i n g u n a objeción republicana a u n gobier-
n o que le puede resultar simpático, pero que h a sido s u m a m e n t e
conflictivo en muchas cuestiones claves para el desarrollo político de
cualquier "república". Existe u n vacío de obras escritas sobre el p e n -
samiento de nuestros políticos. L a m e n t a b l e m e n t e este panfleto n o
constituye u n b u e n cuadro para rellenarlo.

Miguel Saralegui

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