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Mrrkernracsnr? J Codeca tere Bue o@ — -... Sat . 2002 | Hegemonia y subalternidad Alberto Moreiras Duke University La relacién entre lo local y lo global es ubicuz en el discurso eritico hoy y ha venido a aceptarse como marco epistemoldgico fundamental en los estudios cultuales. Bs sin embargo una relacién complicada que quizd ozulta mis de lo que revela. Slavoj Zizek ha oftecido recientemente un entendimiento perturbador de tal relacién en términos hegelianos: BI antagonismo politica bisico de hoy es el qus media entre Ia deroeracta liberal “cosmopolita”y universalist (Ia fuerza que core al estado desde arcba) y el nuevo cominitarianismo-populismo “orginic” (Ia fuera que corrae al estado desde abajo) [..] Este antagonism no debe concebirseni como oposicién externa ni como relacién ‘complementara de ls dos polos en la que un pelo equilib el exceso de su opuesto {.-] sino en un sentido genuinamentehegeiano cada polo delantagonismo es inherente 1 su opvest, de fgpma que legamos « él en el momento mismo en que tratamos de entender el polo opueso por s mismo, ode postuarlo “ens” (3). Si Zizek esté en lo correcto, pensar lo local sparecerfa como la mera inversion dlisléctica de la ideologia de acurmulacién flexible que acompatia al régimen presente del capital La conclusign deberia entonces ser que lalocalidad, como imagen especular del captalismo global y de sus manifestaciones polticas dominantes, no constituye el lugar prvilegiado para establecer una alternativa al dominio de lo global: es mas bien tuna de sus cara, En otras palabras, no hay opcién enre paticularismo y universalism, puesto que no puede haber apeién: uno consume ambos al mismo tiempo. Tal dfinieién de Ie relacién local/global no es inconsistente con la dada por Stuart Hall, y que ha ‘obtenido muy amplia resonancia, En palabras de Kall, “lo que lamamos ‘Io global” esté siempre compuesto de variedades de particularismos articulados. Creo que lo global es la autopresentacién de lo particular dominante. Es una manera en la que lo particular dominante se localiza y se naturaliza y asocia a sa una variedad de otras posiciones minoritarias” (67). Lo global para Hall espues simplemente una articul hegeménica especifics. En la nocién de lo global como lo local dominante vemos implicito el acuerdo con Zizek de que “cada polo del antagonismo {local/global] es inherente a su opuesto”. Alberto Macias [Nada garantiza que lo lamado por Hall “etnicidad hibrida”, o “hibridez”, como resultante préctica de la dialéctica hegembrica locaVglobal, incluso si es entendida ‘como concepto normative y no simplemente cescriptivo, pueda entorpecer el desarrollo del capitalism global osiquieralaplena coloaizacién del mundo por sus contrapartidas ideotbgicas. La “dialéctica continua entre lo local y lo global” (62) en la época ‘contemporénea colocarfa més bien al polo de lo local en una incapacidad consttutiva de generar lo que Ranajit Guba, al hablar de le funcién de lanegacién para a conciencia, subalterna, soiaba como “ruptura semidtica",y entendia como [la violacin del eddigo bisico porel que las relaciones de dominio y subordi cen cualquier sociedad particular” (36). En ls medida en que todo pensamiento de lo local pueda vincularse sistemdtica o dialécticamente al “pensantento tnico” del capital global, como argumentan Hall y Zizek, el pensamientoidentitario no puede sustraerse al e6digo basico del dominio de lo global. Exo no equivale a postular que la lucha ola tcnsién entre lo local y lo global, o entre lo particular y lo universal no sea, como dice Emesto Laclau, “una de las dimensiones bésicas” de las politicas contestatarias ‘emergentes (1). Significa més bien que la lucha entre lo particulary lo universal tiene ‘que ser redefinida precisamente al servicio de politicas democriticas. En otras palabras, tiene que ser entendida como la mascara ideol6gica de un antagonismo que puede ser ‘conceptualizado alternativamente. El punto de vista subalternista encuentra su focalizacién en el estudio de las formaciones culturales excluidas por cualquier relacién hegeménica dada, Pareceria pues haber una incompatibilidad terica bisica entre polticasculturales que tratan de iren relaciones de hegemonia y politicas subalteristas. Digamos que la palabra- cédigo “hibridez” esté hoy asociada en gran medida con polticas de hegemonta. Si esto es cierto 0 puede establecerse de forma persuasiva, entonces se hard clara la ‘necesidad de encontrar ltemativas eriicas pera pensar la hibridez desde una perspectiva subalternista, Creo que es posible empezar apensar la posibilidad de una ertica radical de as fanciones antisubalteristas de] pensamiento sobre la hibridez y al mismo tiempo salvaguardar una posicién enunciativa de catécter programatio y politicamente eficaz El presente trabajo oftecerd un principic de andlisis critica a partir de la nocién de doblearticulacién, Trataré de indicar la posbilidad de una l6gia para estudios culturales no confinada al horizonte dialéctica cle Ine selaciones entre lo local y lo global y haré ‘una propuesta para un entendimiento del concepto de hibridez a partir de su doble articulacién, en el que tal concepto quedard recuperado para un pensamiento subalterista y perspectivista, que en su fuerza de negativided podra quiz ofrecer una suerte de fundamento abismal para una critica efectiva dela totalidad social, Primero, ladoble articulacién. 1. La pots ARTICULACION Et filésofo norteamericano Michael Walzer tiene razén al decir que “la produccién de diferencia en el yo y en la sociedad es el resgo dominante de [..] lz historia wioderna” Hegemoniaysubaemidad (67, pero quizdno exactamente en el sentido en que é! lo entiende, Walzer parece no peribirque la produccién de diferencia en nuestros tempos noes solo una consecuencia Je simples particularismos, sino que es més bien, necesariamente, un acontecimiento infbrido, puesto que s6lo puede producirse dentro del horizonte dialéctico determinado porel juego de lo localy Io global, en el que cada uno de los polos es inherentea su ‘puesto. Tal fllo de percepcién mina su distincin por otra pate stil entre moralidades “densas” y “tenues”, ‘Walzer inicia su argumento desde el aserto de que hay una ecpect mundial caracterizado por un ostensible “compromiso con formas de gobierno democréticas y por otro compromiso, mas real e iualmente abarcador, con la autonomia cultural y la independencia nacional” (ix). El contraste contempordneo entre una ideologia universal y “una bisqueda extraordinariamente intensa de la ‘politica de la diferencia" (ix) podria parecer dificil de manejar para lateoria politica, pero sélo en Jamedida en que olvidemos que “lo que la raza humana tiene crucialmente en comin sel particularismo: todos participamos en culturas densas que son las nuestras. in el final del poder imperial y totalitario podemos ror fin conocer eso comin y empezar las dficiles negociaciones que requiere” (83). La moralidad densa es por fo tanto en la coneepcién de Walzer una consecuencia del particularismo..Y lo tenue, 0 el rinimalismo, es la extrapolacién transcultural de esa postulada comunidad: dirlamos que uso mi moralidad tenue cuando apruebo o sondeno préctias sociales y culturales de otros lugares, basando mi stneidn en razén prictica pero no substantiva, Para Walzer, “sino hay [..J una dnica ideologia maximalista correcta, entonces la mayor parte de las disputas [..] que se originen dentro de una sociedad y cultura particular tienen que ser solucionadas~no hay opeién- desde adentro” (49). Estamos todos atrapados dentro de nuestras practicas densas, lo que hace que “el salto del adentro al afuera, de lo particular lo general, de a inmanencia a la trascendencia’ (48) sea una mera cuestién Ge interpretaci6n tenue, pero no el objeto genuino de la filosofia: “Construir una teoria {desde una moralidad densa dada es en su mayor parte una tareainterpretativa (y no una, tarea flos6ficamente creativa)” (49). Creo que es posible reformular la distincion de Walzer notando queno hay moralidad densa que no esté siempre de antemano cruzada de interferencias tenes: en otras palabras, que toda moralidad densa es siempre esencialmente horida,o esta hibridizada por lo tenue, No hay escape posible de la necesidad de minimalismos, como e! mismo Walzer prueba (quizd malgré lui) al establecer ' “comunalidad de os particularismos” (83), Si los particularismos en cuanto tales son comunes al género humano, los particularismos son de hecho prueba de lo que Etienne Balibar llamaria “lo incondicional”. Al establecerse la comunalidai de lo minima, y al establecerse que lo incondicional esté por definicién basado en una fuerza negativa o en Ia fuerza misma de la negatividad, se nos entrega la posibilidad de ir mas alla de las ideologias densas y de las tenues; y por lo tanto se nos entrega una nueva posibilidad de experiencia, ‘istante de la percepeién tépica de que estamas destinados para siempre a movernos. centre ideologtas particularistas y universalist Je nuevo orden Albena Merce Para Baliber Ia introducein de “lo incondicional en el terreno de la politica” (65) std Iejos de ser ur gesto metaflsica en el sentida platénico, Es la mera consecuencia 4e To que llama Ia “universaidad idea, esto es, la presencia perpetu, dentro de cada particularisma, de “alguna forma de insurreccién abiertaolatente” que se expresa bajo la forma de un reo infinitoo absolute “conta los limites de toda instituci6n", por fo tanto, contra los limites de cualquier else de particulariemo (64). Ahora bien, para Baliber, “puede demostrarse que la universlidad ideal es verdaderao absolutamente Justficada solo de forma negativa, al vefutar sus propias negaciones" (66). La ‘unversalidad ideal es una demands absolute que sblo puede definir sus términos negativamente: ast, por ejemplo, dentra ce cualquier sistema la libertad se entende tniversalmente como no-coercién, y Ia igealdad como no-discriminacién (66). No es posible, en dltima instancia, irmés allé de esa determinacién negativa, La universalidad ideal de Balibaresté pues cercana, sino ese facto idéntica, alo que Walzer entiende [por minimalismo ético, Balibar opone su noci de universalided ideal la nocién de “universalidad fet total” (61), que es asu vez un concepto muy cercano en sus implicacioneséticas alo ‘que Walzer entiende por moralidad densa: [La unversalidad total fctiia es efcarcomo meio de intgracén..] porque leva los grupos dominados a lucha cone a iseriminaiéno ls desigalad en el nombre ‘mismo de los valores superores de a exmunidad: os valores legals ios de estado ‘mismo ..] Eafentar la estructura hegendnica denuncando ls fsa o contradieiones ‘entre sus valores oficiales Ia prctica el -con mayor o menor éxito esa forma més eficaz de reforzar su universalidud (61-2). Walzer se refiere a esta forma de ertica interna en cualquier émbito de moraliad densa como “Ia subversividad de la inmanenci, diciendo que “Ia critica socil en ‘érminos maximalists puede poner en cuestifn, puede incluso derribar, el maximum ‘moral mismo, al exponer sus tensionesinterasysuscontraicciones" (47) Entendamos ‘que tal insistenciaen as fsurasy las eontradicefonesinternas no puede trascender los pardmetros dados por la estructura hegeménica misma: es posible condensr Ia liscriminacténsalaral concreta s6lo desde un sistema que hays supuesto come valor supremo el principio de “a igual trabajo, igual salario”, Por lo tanto la critica interna Impulsada por le univeraalidad ctcia tiene como contrapatida una aceptecin de Ia norma y de la normalizacién social, es decir, un acuerdo siempre de antemano internalizado respecto de las reglas del juego hegeménico: “a hegerioni libra al individuo[..], pero zqué individu? Require y desarolla a subjetivided, pero jqué subjetividad? La que sea compatible con la normalidad” (Balibar 62), En términos de nuestro propésito, tendrfamos que concluir que s6lo una “subversividad de la inmanencia” es posible para cualquier tip de politica diferencal basada en le hibridez éinica en su enfrentamiento diléetico con lo global como dominante local, en a forma en que lo entende Stuart Hall. La politica de la hibridez 160 Hegemoniysueriad inion en el marco definido por lo local/gobal lega su agotamiento en la bniverslzacionpoenil de una resistencia qu el sistema mismo produce y puede pr lotanta siempre reinstuentalizrpoteneilmese Al mismo tempo, sin mbarg, Inpostlacion de una dimensidnapordtieoheterogéne, que viene dada en In nocién de mininalsmoradcalinado oen a dun universal ideal basa ena insrecion negatva infin, parecer abril as puerta a una clase diferente de pobilidad {sti y pole, Es eto lo que quiero lamar dob anteulacén La wocin misma n e eva en esos suaterns, Su formucion mi uch contin siendolamentada por Gayatri Spivak ens concept de tel estrtgieo" presentdo ena "Inodutcén” a Selaced Salter Suds, Lantenlén formal de Bpivakipa alien el abo Mio desro del grupo Hindi de exudloe subateriscore propia pricticade deconsttcl6n so sgifeabe, ef todo, mostrar ane losestidios subalterosno proceden apart dela petulicin serial oenovada de subjtvdadessualtera excepto en a medida en que tales postulcions son undas teurlacamente en cuanto "econe trea” (7; 12), La concenca subaltem, en a median que puede deermiarse como ia, sloped ser defini como “el ite theo del igre el que la hstoria enaratvz como lic” (16, exo, como una forma negative de concienea sempre de antemano sanicad or incl, por el polo dominant de a flai6nhegeménicay qu, pol ano, nova a resular en Angin trhnfo dein tocncinca o de in autodeerminacin, sno qu slo pd produce, en as suas dela rtculacinhependica, a avs de desplazamiento 0 filo cogvo Si ano fer, “sla restaraclon dela poitén de sto del subaleroenlahisari fra visa pore hsariador como el esableimiento de una ‘verdad dela cots inalienable yal etonces laf eltante ela soberan, onsistenca Ia lea [dela posein de eto baler]. habia objetiindo ineviablemeate lo subalteme y queda stapadoenel juego del conocmiento como. 5 « poder” (16) i Céino entonces dart una pritcaepistemolgia decaketerrestuatve dela pesicgnsbalera sin qudar aapadoeneleagode la objeticacidn hegeménia? | =* Spivak rconoce que “una genesogiaresarativeno puede emprenders sn (una)! cegueraestégca" que peri al genedlogo relindlear “una posetn pstva de Seto para el subatero™ (16) Hl so esatfgco del esecialsmo positivist reside tatonces en proceder como si fuera posible suspender I heterogenidd adel det ‘envienein abate pr petra come emo ifendoy determinable "al sevel> eum interés polio escrapulosamente vse” (3). De ete modo ls nociones de tutodterminacitn o de coneanladesalinada, quel sbalterasmo decara por una Parte como fuertementemaredes por idclogias wpe, elias o humanists, piensa, efron pri coir, eto del marco de intersesagico en el desplazamientoauoaiemnte de y por la concenea de coletiviad [subaera) (14). = “alcontadecin sprctecalarelacin ene eesencilsmoextatégeo contenido en as fciones teins subateralsis yn radelad misma del subaltersme como 161 bet Moreat pensamiento de la negatividad no puede concebise dilécticamente, de forma tal que ‘ada uno de sus polos pueda ser inkerente al opuesto. De hecho, estamos lidiando no ‘eon una contradiccin sina con unaelacin de cardeter aporético. La elaci6n aporética s6lo puede encontrar viabilidad préstca mediante lapostulacin ad hoc de una dabble articulacién o registro doble del pensamiento que le periita al subalternista ‘comprometers simultnea yditintamente con a negatvidad radical y con la positivided ‘stratégiea. No me parece que esto quede muy lejos de la nica forma de mediacion pocible a ser encontrada en la ifereacncign de Balibar ente una universalidad fitc ‘yuna universalided ideal La universilidadfctcia est dada virualmenteen la moralidad ‘densa postuleda pr la fccin tedric subaterista, La universalidad ideal es minimalista yy temue, y slo puede sostenerse como negacién y en la negacién, Propongo pues que imer registro de la doble articulacin le lamemos “registro fictcio” yal segundo registro ficticio debe invocars en cada caso sobre a base dl necesidad politica La relacion hegeménica es preclsamente la relacién que excluye lo subalterno como tal. Sin embargo, no puede hacerse trabajo poltico fuera del crculo determinado por Ia leborhegeméniea: a accién politica slo puede entenderse como intento de cambiar ‘ode consolidararelacién hegemérica dada en una época y lugar determinados. Ahora bien, todo cambio hegeménico procederd a un nuevo apresamiento de lo social en ‘euya clausura lo subalterno ~entencido como lo que viene a ser subordinado dentro de esa clase particular, la que sea, ¢e rearticulacién hegeménica~ reemergerd como subaterno, aunque dferentemente consttuide con respecto de su determinaci6n previa En otras palabras el eambio politico dela relacin hegeménica puede siempre abolir algunas subalternidades, nunca todas, Pero el subalternismo debe seguir siendo fil a sf mismo en la apuesta permanente a favor de lo subalterno. Por fo tanto, hay wna necesatia diferencia entre plltica egeménica, entendida como aecién politica dentro de la relacién hegeménica, y subalterismo, El subalternismo puede hacer politica hnegeménica pero nunce quedard saciado en ella, Tales la diferencia que pide Ia doble articulacign del subaternismo. TInvestigando lo que considera “un problema casi insoluble en la eseritura de la historia subalterna”, Dipesh Chakrabarty se pregunta shay formas genuinas de “Iidior con el problema de la “universaliced’, del capital sin comprometerse ewun exanghe pluralism liberal que slo subsumatoda diferenciaen fo Mismo”(13).Para Chakrabarty fa pregunta tiene que ver wou peasar el fetichisme de lamercaneia en nuestes época. Si fa forma dela mercanta es conseauencia del confico entre el llamado “trabajo real” ‘yel “trabajo abstracto”, Chakrabarty insisteen que el trabajo real no es lo mismo que Toque puede llamarse “trabajo natseal”, Lo “real” est siempre mediado socilmente, esto es, mediado culturalmente, En la expresién “trabajo real” hay siempre une referencia, no reconocida suficienemente en latradicion de pensamiento marxista, & la heterogeneidad iereducible de fo cultural: el mismo trabajo no es experimentado igualmente por un eampesino quechua y por uno kurdo. Esa referencia puede encontrar lugar en una narrativahist6rica del transicibn capitalist (0 produecion de mercancias) 162 Hegemoniny steed s6lo como traza derrideana de algo que no puede ser encerrado, un elemento que ‘constantemente reta desde dentro las petensiones del capital y de la mereanca~y por iaunidedy a universlidad” (14). Esatraza, ese elemento referencia inapresable irreducible en lo reales precisamentelatraza deo subalterno, {que aparece por tanto en Ia narrativa de lahisoria como “lo que fractura desde dentro Jos signos que cuentan de la insercién del histoiador (como sujeto del habla) en las narrativas globales del capital. Es lo que se rcoge bajo trabajo real’, ..] la figura de ‘una diferencia que los reginenes de gobermamentalidad en todas partes deben subyugar yolvilizar” (15). Si eso es asi, entonces “las historias subatemas escritas con el ojo puesto en la diferencia no pueden constitur oto intento {..] de ayudar a erigt lo subaltemo como cl sujeto de las democracias modernas, esto es, de expandir la historia de lo moderno para hacerlo més representtivo de la sociedad como un todo” (15). En otras palabras, Ias historias subalternas no son historiografla populista, En la formulacién de Chakrabarty, a la que me sumo, el objeto dela historia subalterna en cuanto tal es des- ccultarlas inconmensurabilidades y heterogeneidades “inscritas en el coraz6n” del capitalproduccién de mercancla, “O, para ponerio de otra manera, la préctica de la historia subaltena apunta a llevar la historia a sus limites para-hacer su deshacerse visible” (16). Es ast una preticacontra-repretentaional La visibilidad aa que apunta es leva de logue asta ieso nshlszn cnt iso entre el raba abstract, Peo la visblidad que pertenece a cualquier tipo de pal hegamOniea 6 Te opuestar ea ima apuria a moraren el hacerse dela historia, puesto que su meta es extablecer una nueva relacién hegeménica (0 consoliar la existent El dnfisis ene deshacerse en la contra-representacién en la deconsrcién en l trabajo de ia negative, en Inertia de ieologi, esta es, a inssenciaexchasiva encl registro negativo respcto de lapesibe dobeatcuacin, noes lo sufcientemente politica, Como dice John Bevere, "la verdad del sjto, des ocalizacitn eno Real, noes lomismoquela verdad pare syjeo[., Lasluckas sociales no son chs etre clencaeideaogi sino mis bien lucas ene clases ¢ideologias contendientes, que ‘eden ono invocar ala ciecia oa una idea de la eienciaensuautolegitimacisn[.} peroslempre implica a qu Spivak lama la ‘netalepsis' de posularal sjetosubaltemo omo causa soberana” (244.248) De ahi la necesidad para todo subalterismo de pastulagn neovecto hegeménico, de entia™- al caribo de lo politica al nivel de Ts” interpelaién y dela representasion Sip eT une politica propismente subalterista Giedar privada dei forme de etablecerIpreensén misma deeficacia dentro de cualquier antculacién hegeménica ‘anocién del doble ariculaci et pensamient parece apropiada aunareslucién dela relacinapordica ene las demandasnegativas del trabajo subltristay las necesdades polltcas de la aceiénhepeménice (esto es, de la accin efectuada dentro del eieuloy en el horizante dela artiulaién hegeménica). Un modelo de doble artculacion fie expacso explitamente por Jacques Derrida en su llamada a la 163 consttuin de ura Nueva Internacional en Species de Mars Para Derida, a primera Io que quiero llamar el reistroftcio—fnciona todavia y siempre denteo deaista como inevtblemente lo hace toda dgica populist (estos, toda ligie hegemenice): “Aceptemos provisinalmente la hipstesis de que todo lo ‘que esth mal en el mundo hoy es una medida de la brecha entre realidad empieea © ideal reulativo" (86), Dentro de esta primera articulacié,elimperativo de intervenir crkicay poicamente par rata de cerrar la brecha entre el ideal reguativa de ln democraciay fs hechos empticos que mmutenen al eal democrtio fra dele experiencia coidana de muchos es ur imperative neczsri y fundamental Convoca 8a politica hegemdnica tal como fue teorizada por Laciauy Chantal Moule camo Juchas democrdtcas y populares: es dec, lucas posicionaes y luchas sistémieas, Juchas por el reconocimientoy uch pr a reistibucén,potcasdeidemidad y pollcas de clas, potica de solidaridad ypolieas de represenacén Le segunda artiulacén de Dervde su registro negativo esl que yo eonsiderria 6 traduciria como posicién propiamentesubaltenist: “Mis all de los “hechos' més alle la supuesta“evidenca empiric’, mis all de todo lo que es inadecuado al ides, seria cuestin de pone en custin de evo en algunos de sus predicados esenciales, eleancepto mismo de cho ideal e's demoeraciaen nuestros téeminoshistrics]” (86.87, Elrepsto fetiio por su cuertallevara ana ocupaiénexclsivacon Toque ‘Wilzerlamaradeserpeions densa, gin ls eels 0 podemos alos de nuestro propio pellejooepenas podemas,estsros siempre de antemanocircunscritos nuestra ‘mundo, no noses dado libramos de metros prejuciosexperencials,y asi todo lo aque podemos ydebemos hacer es asegiraraos de que nuestros prejueios se mantienen con consistenca, Derrida eam a exo un “idealism ftalista (87). Pero la segunda aetculacén, por st misma levaria una erica sin esto, a una posicén absolutsa de negacidn y @ une especie de nismo europeo en la formulacién nitzscheano- heideggerana. Derrida fo considera “una escatlogiaabstracta y dogmica ante el rmalenel mondo®(67)- Una police suteltesta que adopeexplltament laneoes dela doble articulacin puede buscar sesratégicamentehegeménica, es der, puede ‘oscar una determinacién populist, sin sacrifear su compromiso histérico con la concieneiasubaltera y el des-obraniento del priviegi. Pera puede también ser tcticamentenegatvsa sin ear en Ic indulgencia de los suetos jecobinos de terror revolucionaro, 1, Hianibez satvars¥ RESTO: LA MIDEZ EN DOBLE ARICULACION \Volvamos en esta segunda parte a a nocién de que el concepto mismo de“hibridez” como eategorla del pensemiento socal ext atociedo en gran medida alas poiticas hhegeménicas. Puede verse asi en Ia obra de Néstor Gatefa Canclin, que ha hecho ‘quiz mis que nadie favor de laneturlizacién del hibridez como concepto clave en Jos nuevos estudios cultrals ltinoamericanos, Le hiridez en Garcia Cancin tiene ‘una vinculacién geneal6gica con lis nociones anteriores de transculturacién y 164 egenonlay bani Ieterogeneidad, Pero quis no convene insist tanto en su contnuidad como en su discontinued. “Transculturacidn” nad, en les esrtos de Fernando Ontz, como ideologiaagltinadoray cupaz de sentar las bsesideoldgices de construcién del «sindocrolstaonacional-populr en el Caribe, Cobré una gran fuerza, como muestra Jnobra de Angel Rama,s6lo porque el estado naconsl-populer,ofrdisa-keynesano, fue la formacion estat! dominanteen América Latina hasta bien entados lon tos cochent. El concept de heterogeneide, desarllado por Antonio Cornejo Pola en tn Te antigontome-supleraricdad can el de tasseulRClOie eae aos si atl dina Ininoamericana'e parti 36 procesos de etelusin, Pero la formacién eiatal lncinoamericina empieza cambiar’ part da gran erste dela deuda pblica de 1982, coinidiendo con cambios reales en la etrutr del capitals y mativada por «lls. El proceso no es por supuetopivativo de Ameries Latina, sno que ocurre en todas partes en formas ms 0 menos similares El concepto de hbridez se origina cobra fterza en el intento por desarollar desde el aparto de conocimiento una pli cultura. que pudira adaparse a controlar, o incluso dlrgr,cirtos epifenémenos derivadosde In nueva formacién esata, Hamade neoliberal por alguns, y queen lt mueva configuracién del capital queda eruzada por una muitiplicidad de procesos transestatales que son co-constituyentes, Escierto que GarlaCanelinreivndia para supropa postin deolgica el expacto entero de In modemidad latnoamericana, que insite en ocupar. Ahora bie, de la misma forma que para Garefa Canelini “sl moiemismo no es le expresion de la modernizacin socioecondmica, sino el modo en que Is elites se hacen cargo de interseccin de dierentes temporlidadeshistria ytatan de elaborar con ells un proyecto global” (71), podria ders quelahibridszcantinian, no en su formulacion descriptive sno en su volntad tebrico-normatvgexpresaigualmente la volutad de “hacerse crgo” del presente por parte de las nuevas elites inelectuales, De al que el concept de hibridez wascenda su calidad de concepto para convertirse nada menos ‘ue enum programa: “lt central de Is potas cultuales [es] hoy eémo constr sociedad con proyectos democriticos compartdes por todos sin que iguslen a odos, donde a dsgregain se leve a diversidad y ls desigualdaes (ete elses, ena 0 grupos) se reduzean a diferencias” (148). John Kraniusias fu el primero en formula eres ala poscén de Garea Canctn, Xraniausks nota qu ln desteritorilizacinfeteitorialiacion que s conve Cultrashibridas en paradigm dels process de hibridizacién cultural est sueta@ una re-binsrzacéneuyos efectos no estn lo sufientementepensados enel text, En palabras de Kraninusas, in retertrializncién capitalist pede no presetaree como tradicién, o como lo que Deleuze y Gut llaman *neoareismes”, sine come Ia produccién de nuevos sujetos de un orden socio-cultural que, como el eaital, ex especticumente transnecional (Gosnacionl) En otras palabras, la reteritarilizaciOn capitalists puede tambign 165 Aso Moris localiarse ~de hecho, puede lcalizarse especialments~ en la apertura y en el casmopolitaism [yen la hibide] (150). iacntoncesa serno tra cosa que lacobertura ideolégica de sta, fuere de la cual ueda todo aquelio que no sea sumible ‘ental retertoralizaién, y que pasa st a ocupar el lugar de lo subalterno con respecto ‘dela nueva hegemonia Si Jo subaltemo es lo excluido con respecto de toda rlacién hhegemdniea, libres reaulta un conzepto clave enel proceso mismo deneturalizacin de al exclusion. concepto de hibridez es complejo y particularmente sugestivo porque cubre ‘enomenos derivados tanto de la reterttoralizacién como de la desterritoralizacién aptalista: sien el segundo caso el érfasis atria a procesos de pérdida odesgaste de ‘denidades o posiciones previamente determinadas (es decir, a hibridez aumenta porque hay un proceso de desculturacién previo, pero la desculturacin es irreparable), 1 primero atiende a los procesos de positvidad que tal pérdida cnstitutivamente produce (ohay deseulturacién sin una reeultuacién que se piensa, puede constr una amenaza para a economia misma del sistema). Son pues dos caras de una misma moneda y son ‘esas las dos caras que me interesa estudiar como tales, con el propésito precisamente de encontrar, sies posible, una terceracar: la cara ocullaoconsttuivamenteenajenada ena economia del concepto. ‘ila posicién positivao transgresva insist en que es posible poner la hibridez (o a poscolonialidad) al servicio de una critica de las identidades hegeménicas cuye cconsecuencia ser la descolonizaciéx del imaginaro planetario todavia ocupado por ‘el euracentrismo como parangén cultural de la instancia colonizadora, la posicién negativa oreticentesuspende esa teleologiaredentora desde el postulado de que tal teleologta ya eurocéntrica, esthbasida en el rapto de la Historia desde el idealismo rodemizante y colonial y no es par Io tanto sufcientemente materialist. Ambas posiciones permanecen como pesbilidades virtualesenlaconcisa definicin dehibridez “que da, por ejemplo, Gyan Prakash:*La critica formada en el proceso de enunciacién de los discursos de dominacién (colonial) ocupa un espacio que no es i interior ni exteriora labistoria de la deminacin occidental sino que esta en wna relacintangencial con ella. Eso es lo que Homi Bhabha llama un entre-ugar, una posicién hibrida de prdctica y de negociacién” (8). Es la trancvercalidad o tangenvilidad misma de la hibridez con respecto de ‘ealquiera de los poles binarios constituidos alrededor del eje de la domina hegeménica la que le asegura la posbilidad conceptual de morar en laambivalencia,y de buscar transgresiGn 0 preferic escepticismo reticente. Pero la indeciibitidad ‘estructural de Ia posicin hibrida conlleva o impone un precio politico al obviar la rnecesidad de una prictica especi(iea a partir del des-fundamsiento euracéntrico, A esto punta Dislkalseilar que “dado que lcritia poscolonial se ha centrado enelsujeto poscolonial y no se ha preocupado or esbozar un entendimiento del mundo fuera de las posiciones de sujeto, la condicién global implicada por la poscalonialidad aparece 166 eee gems sterldad nel mejor de ls casos como una proyeccién sobre ef mundo dela subjetivided Scola!” (33). Ahora bin, la radia subetivzante de I hbridez permit re neva considerasin en si transversal respecto de fe opciones transgresivas y taicentes. Desde ella e puede dslindar el concept analitico de “hibriez salvaje", fora usar una expresén de Homi Bhabha, deste el que intentaré postriormente Fretntr la posiblidad de un eoncepo eric dehbrdez que asciends Ia opin fretcene y forme una especie de fundamento abismal para la prictica poll tle Tamadasbalerismo. - La subetvidad nord, en su mas fuerceraitalidad epstemotdgicm, imipide fier taposicén de discurs en cualquier identidado diferencia. Desde tal nocib, noes que wares podamos tener ientdady a veces podames tener diferencia, sino que ambas} 21 poricones quedan esructuraimente minadasy se hacen aporéias, La hibridez no, Eareceentonces proplamente como el ugar de una ambivalencia o entre-lugar, sino |W“ fue es mds bien el no-ugaro la ambivaleaia misma, en tanto suelo dagp6rico 0 | {34° fundamentoabismal dela constituién de! sueto en condiciones de capitalismo global. Li hibeide, enfendida bajo su modaldad mis radical, nos una condici6n de | cqgeieln atjtva a0 Ted a conrarioapunina ta cndiion de (rosie) \constucion da ca.eam su i “ntagénica con el Estado o con la dominaci6n capitalist, sino cabalmente el de asubjetividad desde el que se destinda cunlquier posible operacién de construccién de un Estado o régimen social. “Ahora bien, en cuanto que el sujto Fisunade queda efectivamente consttuid®, aun através desu de-constituein, toda vez que hay Estado, o que hay sociedad, lahibridez deriva dello su posibilided cultural, osegunca vida, en cuanto que se da como cobertura, ideoldgica en respuesta a la interpelacion socio-esttal que la anima, De ab su clara hhegemonia en el discurse cultural tardo-capitalista, que la ha convertido en su “sipnifieante vaclo" segin lo define Laclau. ‘Significante vaclo” es el lugar de uns universalidad fundante que viene a ser ceupado por cualquier elemento de una detemminada cadena de equivalencias que, por cireunstancias hist6ricas siempre contingents, desarrol una funcién hegeménica. La “relacién hegeménica” es para Laclau la reacién entre lo universal y lo particular en ‘cada momento histérico eonereto. El postulado de que la “hibridizacién” es hoy el ugar sefalado por la historia para hacer pcsible un proceso de democraizacion més activo contibuye a la ereacién de to hiorido como “significant vaio" de una nueva, relaci6n hegeménica posible, y por ello no se aleje demasiado del tipo de “politica cultural” propuesta por Garela Canclini « partir de la misma asignacién de valor demoeritico al conceplo. Lapolitica cultural” de Lacla, como la de Garcia Cancini, “acepta plenamentelanaturaleza plural y fagmentada de ls sociedades contemporéneas, pero, en lugar de permanecer en este monento particularsta, trata de inscribir tal pluraidad en légieas de equivalencis que hacen posible Ia construccién de nuevas tsferas piblieas” (Laclau 65). Laclau parece pues manejar el definido arriba como le Avera Moris concepto cultural de“hibridizacion”, esse, la hibridez come cobertura ideotégica al servicio o constituyente de la nueva (posible) relacién hegemdnice contempordnes. ‘Abora bien, Ia Logica de Laclau entrege al mismo tiempo, en mi opinién, los medios para concebir o teorlaar otro concepto de “hibridizacign” a partir de su radicalizacion aporética, Para Lactau, etna sus propios limite esto esa menos qu el sistema se haga tema}, ninguna ‘identi quedarls en Gime instarci constitu [.] Sttuvidramos una pespectiva fundacionel podrfamosapelar a tn suelo sitimo que seria I fuente de todas las Aierencias; pero so que sframosesunpluralismo de diferencias verdadero Is iferencias son conztintvas,naposemos rena bisqueda dels mies sistematcos ‘que deinen un content, ms ald Ins diferencia mismas, (2) Lo que Laclau est tratando de establecer sla aporia del pensar diferencia, Ninn pensar diferencial puede establecer claisura en su constturse sin un fundamento sistémico o fundacional que le dé lugar. Ex ausencia de tal fundamento la imposibilidad de “cieree” del sistema de diferencias es urelacion aporética. Tal aporiano podria por localizacién cultural en el mundo contemporneo. En su sentido salvaje y deslocalzado, sin embargo, la hibridez, que en su versin cultural epunta al eruzamiento de frnteras ya Is aniguilacén del Vite, eneuentra un pliegue 0 segundo cruzamiento. No nay “ms alld” de lo hibrido, puesto, que lo hibrido se insala por definicién en el “mis aIa™=Comv6 contrainte Tabridez raje es el non-phasslira de todo lite yas limite del limite, y posicién imposible. En tanto posicién imposible, es la posicién que sienta de antemano la imposibiidad de cierre de odes las ems posicionalidades, siempre nteriormente isuradas. Lahibridez ‘en este sentido podria entenderse como un concep eritco-trscendental en el sentido ‘kentano, ale vez inductor y destructor de toda furdamentacin y de toda teleologl, y semejante # lo que Kant entiende como “lo subline”. En otras palabras, es el lugar de la universalidad ideal de Balibar o de minimalismo trascendente de Walzer. Es el imposible ugar o el des-ugararticulatori de Ia coble aticulacién subalterist, El fallo mismo de consttucién de la nocién “cultural” de lo hfbrido como nocién clausurada, la imposibilidad de lo hibrido de ofrecerse como posi estable, torga 1a posibilidad de un eoneepto critco de To hibrido como posibildad teleoldgica del pensamiento y asi como posible apelacén aI idea de totlidad social. Ahora bien, la hipéstasis de lo hbrido, aunque dependient teérisamente de su posibilidad “salva sigue en general la posibilidad domada o “cultural” en menoscabo o denegecién dela 169 veto Mores primera La terceraposicién respect de lo hibrido anunciada arriba no es mas que la tadicalizacién de esta posibilidad salvaje en el concepto de hibridez a partir de su regatividad constitutive. Esta pues mts cerca de Ia posibilidad reticente que de la transgresiva, pero hace del entendimiento retiente mismo un principio de praxis ccontrahegeménica, y ast lo pone al servicio dela posicién subaltera en la constitucién {al sistema: un sistema que ahora debe ser entendido no como cuerpo hibrido pleno sino como totalidad socio-ideoldgice sélo posible mediante lanegacién orepresion de To excluido, que eel fallo mismo de In totalzacion hibrida, 0 su fisura obscena y constitutive; en otras palabras, la cara oculta oe resto dela relacién hegeménica, osu registro negativo. Sefiala Dirlik que “la hibridez a la que se refiere la ritien poscolonial es invariablemente hibtidez entre el Primer mundo y lo poscolonial” (342). La “hibrdizacin” cultural aparece siempre en su formulacién hegeménica como critica del eurocentrismo, puesto que aspira a desplazar al eurocentrismo gn su calidad de formacién hegeménica definitoria de la historia moderna del planeta. Pero Dirlik, repitiendo el argumento esbozado por Kraniauskas en su extica a Garcia Canclini cntiende que la aparentefragmentaciénideolégica que acompatiaal capitalismo global cen su vertiente superestructural “puede representarno la disolucién del poder sino su extrema concentracién” (347), Eso es lo que Kraniauskas entiende por reterritoralizacign capitalist. Desce ella en palabras de Dirlik, tos managers de esta stuaior mundial eoneeden que [..] ahora tienen el poder de ‘apropiarse de olen paral glabah de adit ultras diferentes enetreino de capita! (s6lo para deshacerlas y rehaeras sein lo requerdo por las necesiades de la produeci,y el consumo), einclasodereconsiuirsbjetvidades mis al dees fronts racionales para crest productos y eonsumidores nis a tono con las operaciones del ‘aptal. Los que no respondan (,~] no necestan ser eolonizados; son simplemente ‘arginalizados. 351) ‘Deesa marginaizaci6n nose deriva sin da una ibriizacién cultral en ninguno de los sentidos promavidos por Garela Canclinio Laclau en pro de la democratizacién de las nuevas esferas pdblicas, Pero de esa marginalizacién depende la memoria de ‘tra hibridizacion posible, que de poder llegar a producirse constituirla, en laexpresi¢n {de Ranajft Guha, una “ruptura eemiétes™ de consecuencias impredecibles para la telacién hegeménica dosiinante y sulimitado juego de particularismos y universalidades Nota * Todas las traduesiones de artslos que fguran en ngs en la ibliogrfi son del autos 170 Teena Hegemon y bead [Biouogtria ‘palibar, Etienne, “Ambiguous Universal”, Diferences 7/1 (primavera 1995): 48: 1, . Beveriey, John. "Does the Projecto the LeftHavea Future?” Boundary 224/1 (1997: 3557 Bhabha, Homi. The Location of Culture. 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