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Las estaciones
del corazón
Sal Terrae
Colección «PROYECTO» John Powell, SJ
55
Las estaciones
del corazón
Presentación 7
INVIERNO
Enero . . . .* 11
Febrero 42
Título del original en inglés:
Through Seasons ofthe Heart
Marzo 71
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Presentación
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car en el futuro todo lo que yo escribiera. De modo que nos es-
trechamos las manos y formamos un equipo. Argus Press se
convirtió en Argus Communications y recientemente adoptó el
nombre de Tabor Publishing.
Ya han pasado veinte años desde aquel apretón de manos, y
Tabor ha publicado hasta la fecha casi trece millones de ejem-
plares de diez libros míos, que han sido traducidos a diez idio-
mas. También los programas audiovisuales producidos y edita-
dos por Tabor son ya muchos millones. Se trata de un vigésimo
aniversario muy feliz.
Nadie está más sorprendido que yo de todo ello. En lo más
profundo de mi interior hay un tímido chaval que parpadea des-
lumhrado preguntándose: «¿Todo esto me está sucediendo de
verdad?» Mi corazón no deja de repetir las palabras del salmis-
ta: «¿Qué puedo dar al Señor a cambio de todas las cosas que él
me ha dado?» Gracias, Señor.
Y gracias también a ti, Loretta. Gracias Dick Leach. Gracias
queridos lectores. Y, por íavor, recordad que os amo.
Invierno
JOHN POWEIX, SJ
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JL ú y yo miramos la realidad (nosotros mismos, los demás, la JLodo niño que viene a este mundo es un interrogante viviente.
vida, el mundo, Dios...) con los ojos de nuestra mente. Pero todas Y la primera pregunta que se hace se refiere a sí mismo: ¿Quién
esas cosas las vemos de manera diferente. Tu visión de la realidad soy yo? El niño procede inmediatamente a descubrir la realidad
no es la mía, y viceversa. Tanto tu visión como la mía son limita- física: sus manos, sus pies, etc. Luego vienen experiencias como la
das e inadecuadas, aunque no en idéntico grado. Tanto tú como yo de sentirse húmedo o la de tener hambre... Finalmente, sobrevie-
hemos malinterpretado y distorsionado la realidad, pero lo hemos ne el descubrimiento de la realidad emocional personal: seguri-
hecho de maneras diferentes. Cada uno de nosotros ha visto una dad, inseguridad, necesidad de gratificación y de cuidados... En
parte de verdad y de belleza que el otro no ha sido capaz de ver. Lo algún momento, a lo largo de este progresivo proceso de autocon-
decisivo es que las dimensiones y la claridad de dicha visión son cienciación, el niño empieza a descubrir que él no es toda la reali-
las que determinan las dimensiones de nuestros mundos respec- dad, que los demás seres no son una mera prolongación suya. Se
tivos y la calidad de nuestras vidas. En la medida en que no haya- inicia aquí el sorprendente descubrimiento de la otrrídad: ¿Quiénes
mos sabido ver ó hayamos distorsionado la realidad, en esa misma son esos seres? Unos son cálidos, otros son fríos; a unos se les
medida han quedado reducidas nuestras respectivas vidas y nues- puede manipular llorando, a otros no...
tra felicidad. Por tanto, si queremos cambiar (crecer), primero ha Lo que todas las demás personas tienen en común con el niño
de producirse un cambio en dicha visión o percepción fundamen- es que están ahí, que forman parte del mundo, y el niño tiene que
tal de la realidad. aprender a relacionarse con ellas. Así pues, desde los primeros
Suele admitirse que una auténtica y plena vida humana se días de su vida, el niño ha de abordar la tarea de interpretar la rea-
asienta en tres factores que son como las tres patas de un trípode: lidad y acomodarse a ella. A medida que sus ojos van captando la
la dinámica intrapersonal, las relaciones interpersonales y el realidad física, su pequeña mente comienza su propia labor de
marco de referencia. En mis anteriores ensayos me he referido comprensión, interpretación y evaluación. Es el comienzo de una
principalmente a los dos primeros. Ahora me interesa fijarme en «visión» que habrá de configurar una vida humana.
el tercero: el marco de referencia, la percepción básica de la reali- El cuerpo humano tiene una capacidad instintiva de adapta-
dad por la que integramos, valoramos e interpretamos a nuevas ción: los poros se cierran cuando hace frío; las pupilas se contra-
personas, acontecimientos e ideas. Cuando una persona lo sufi- en con la luz... Del mismo modo, a medida que va creciendo, el
cientemente flexible continúa integrando lo «nuevo», su propia niño irá desarrollando todo un repertorio de reacciones psicológi-
percepción o visión básica resulta transformada. Pero es siempre cas de adaptación comparables a las del cuerpo; y así, cada vez que
dicha visión, aunque cambie, la que controla la calidad de la vida perciba en su mundo un nuevo ser, tendrá que hacer un reajuste.
humana y la participación en ella. Con el tiempo, este proceso dará lugar a la interpretación perso-
nalizada de la realidad y la adaptación a la misma propias de un
De Plenamente humano, plenamente vivo. ser humano que siempre será único.
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JL odos hemos nacido con un valor único e incondicional. A lo • J a importancia de la autoimagen está acertadamente ilustra-
largo de la historia de la humanidad, cada uno de nosotros es un da en el cuento de hadas Rapunzel, que es la historia de una joven
misterio irrepetible, creado a imagen y semejanza de Dios. Pero encarcelada en una torre con una vieja bruja. La chica era real-
sólo podemos conocernos a nosotros mismos cuando nos refleja- mente muy bella, pero la vieja bruja le decía insistentemente que
mos en los ojos de los demás. Consecuentemente, nuestra dota- era fea. Naturalmente, ésa era la estratagema de la bruja para
ción básica de autoestima es, en gran parte, regalo de nuestros mantener a la joven presa en la torre. La liberación de Rapunzel se
padres. Sin embargo, la mayoría —y pienso que todos en cierta produjo un día en el que ella contemplaba el exterior desde la ven-
medida— hemos percibido que su amor por nosotros era sólo con- tana de la torre, a cuyo pie se hallaba su Príncipe Encantado.
dicional, que sólo nos lo manifestaban cuando satisfacíamos sus Rapunzel dejó que su cabello, en largas y bonitas trenzas, cayera
condiciones y que desaparecía cuando dejábamos de hacerlo. De por la ventana (las raíces de sus trenzas, por supuesto, permane-
lo cual hemos concluido que su amor no se basaba en lo que cían unidas a su cráneo), entonces el príncipe realizó una escala
somos, sino que estaba condicionado por nuestros resultados. Y con el cabello de Rapunzel por la que ascendió para rescatarla. En
así hemos terminado pensando que nuestro valor está, en cierto realidad Rapunzel no estaba encarcelada en la torre, sino presa del
modo, fuera de nosotros mismos. Dentro de nosotros no hay moti- temor ante su propia fealdad, tal como la bruja se la había descri-
vo alguno para el amor, la estima y el aprecio verdaderos por noso- to con tanta frecuencia y eficacia. Sin embargo, cuando Rapunzel
tros mismos. No hay ocasión para la celebración. vio reflejado en los ojos de su amante que era bella, se liberó de la
auténtica tiranía de su imaginaria fealdad.
Cuando el merecer el amor es cuestión de aprobar exámenes
y satisfacer condiciones, comenzamos a experimentar más fraca- Esto no sólo ocurre en el caso de Rapunzel, sino en el de todos
sos que éxitos. Y ante la experiencia del fracaso repetido, aparecen nosotros, que necesitamos desesperadamente ver en el espejo de
el conflicto, el miedo, la frustración, el dolor y, por último, alguna los ojos ajenos nuestra bondad y belleza si queremos ser verdade-
forma de autoaborrecimiento. Por eso pasamos el resto de nues- ramente libres. Hasta que llegue ese momento, también nosotros
tras vidas intentando escapar de ese sufrimiento a través de algu- permaneceremos encerrados en nuestras propias prisiones. Y si
na estratagema. O intentamos adoptar alguna apariencia que bien el impulso del amor nos exige salir de nosotros mismos y pre-
agrade a los demás y nos proporcione la aceptación deseada. ocuparnos de la felicidad y la plenitud de los demás, no amaremos
Renunciamos a ser nosotros mismos y jugamos a ser alguien dis- lo suficiente hasta que hayamos tenido esta visión.
tinto, alguien que sea digno de reconocimiento y amor.
De Why Am I Afraid To Love?
De El secreto para seguir amando.
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X iF o cabe duda de que la actitud que cada uno de nosotros tiene JL JLdce algunos años, un psicólogo llamado Cari Rogers propor-
hacia sí mismo es la más importante de todas las actitudes. cionó a sus colegas unas ideas revolucionarias. Su planteamiento
Hemos comparado la actitud con una lente de la mente. Siguien- era que, en realidad, todos tenemos el mismo problema, aunque
do con esta comparación, la lente o actitud con la que cada cual se presentamos síntomas diferentes. Según Rogers, independiente-
ve a sí mismo está siempre ante los ojos de la mente. Cuando reac- mente de los síntomas, el problema real es siempre el mismo: no
cionamos ante algo, otras lentes o actitudes pueden superponer- nos comprendemos, aceptamos y amamos a nosotros mismos.
se, pero esta visión a través de la lente del «yo» afectará favorable Este problema puede manifestarse con diversos síntomas, pero
o desfavorablemente al modo en que vemos todo lo demás. sigue siendo radicalmente el mismo: que no nos proporcionamos
Nuestras diversas actitudes siempre están dispuestas a interpre- comprensión, aceptación y amor. Por ello, Rogers sugiere que, en
tar, evaluar y dictar una respuesta apropiada en función de lo que lugar de centrarnos en el síntoma, debemos simplemente aceptar
se trate. Sin embargo, es importante caer en la cuenta de que la a las personas tal como son. Lo que tenemos que decir a cuantos
actitud hacia uno mismo está siempre en acción, afectando al resto forman parte de nuestra vida es esto: «Te acepto. Te comprendo.
de nuestras actitudes y matizando nuestro modo de ver cada parte Me preocupo por ti». Si podemos aceptarnos así los unos a los
de la realidad. Ésta es, sin lugar a dudas, la actitud básica y fun- otros, creceremos todos individualmente en autocomprensión y
damental en todos y cada uno de nosotros. autoaceptación.
Puede que la función y el resultado más cruciales de esta acti- Pensad en vuestros esposos y esposas, en vuestros hijos, vues-
tud hacia uno mismo sea que cada uno de nosotros lleva a la prác- tros padres y vuestros amigos. En cierto sentido, tenemos el des-
tica su autoimagen. Por ejemplo, si me percibo como un perdedor, tino de cuantos amamos en nuestras manos. Si los aceptamos y
actúo como tal y me aproximo a cada nueva persona o situación amamos, serán capaces de aceptarse y amarse a sí mismos. No-
con mentalidad de perdedor. Todas mis expectativas están sotros somos como un espejo situado frente a ellos que les dice:
impregnadas de dicha percepción de mí mismo. Y, como todos «¡Mirad! Sois bellos. Sois estupendos. Claro que tenéis problemas,
sabemos, la expectativa suele ser la madre del resultado. Nuestras no lo niego; pero quiero insistir en que sois espléndidos y deciros
expectativas de fracaso originan nuestros fracasos reales. Y cuan- que os acepto como sois y me preocupo por vosotros». De acuerdo
do de hecho perdemos o fracasamos, nos ratificamos en nuestra con el concepto de Rogers, cuando unas personas facultan a otras
actitud original de autoderrota. «¿Lo ves? ¡Ya te dije que yo no ser- para comprenderse, aceptarse y amarse a sí mismas, los proble-
vía! He fracasado otra vez». Es verdaderamente un círculo vicioso. mas sintomáticos (sean cuales fueren) desaparecen milagrosa-
mente. No se trata de un tema para debatir, sino de algo que tene-
De The Christian Vision. mos que poner en práctica en nuestras vidas.
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Si nuestra actitud hacia nosotros es mutiladora, nuestra capa- 1. El amor estima y afirma el valor incondicional y único de la
cidad de amar se ve proporcionalmente menoscabada. El dolor persona amada.
causado por una pobre autoimagen es como una violenta guerra 2. El amor reconoce e intenta satisfacer las necesidades de la
civil en nuestro interior que centra toda nuestra atención en noso- persona amada.
tros mismos y nos deja muy escasa libertad para ir hacia los
demás. Cuando sufrimos, incluso por algo tan simple como un 3. El amor perdona y olvida los fallos de la persona amada.
dolor de muelas, estamos mínimamente disponibles para los
demás. Si nuestra actitud hacia nosotros mismos nos provoca el Cuando se nos pide «amar al prójimo como a nosotros mis-
dolor del vacío, no tenemos ni fuerzas ni deseos de ir hacia los mos», lo que subyace, evidentemente, es que cualquier cosa que
demás. Sin embargo, a medida que esa actitud hacia nosotros hagamos por nuestro prójimo estemos dispuestos a hacerla tam-
mismos se vaya haciendo más positiva y alentadora, nuestro dolor bién y sobre todo por nosotros mismos. En otras palabras, es un
se irá reduciendo en la misma proporción, y seremos más libres acuerdo que lo incluye todo. Son dos las personas a las que tienes
para interpretar las necesidades de los que nos rodean y respon- que amar: tú y tu prójimo. No puedes amar a uno realmente sin
der a ellas. En suma, cuanto mejor sea nuestra autoimagen, tanto amar al otro.
mayor será nuestra capacidad de amar. Por el contrario, cuanto
mayor sea la influencia del dolor, tanto menor será nuestra capa- De El secreto para seguir amando.
cidad de amar y de preocuparnos por los demás.
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Jtmagina que eres una de esas personas a las que amas de veras.
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\^J ada vez es mayor el convencimiento de que tenemos una ne-
Distancíate un poco y pregúntate: ¿He intentado realmente ver y cesidad tan fundamental y tan esencial que, si se satisface, es casi
afirmar mi valor incondicional y único tal como lo veo y afirmo de seguro que todo lo demás se armonizará en una sensación gene-
ellas? ¿Intento verdaderamente considerar y satisfacer mis pro- ral de bienestar. Cuando esa necesidad se alimenta como es debi-
pias necesidades tal como considero y satisfago las suyas? ¿Me he do, todo el organismo humano está sano, y la persona es feliz.
perdonado realmente a mí mismo por mis faltas y errores del Esta necesidad es la de un verdadero y profundo amor a uno mismo,
mismo modo que les he perdonado los suyos? Medita sobre ello. una auténtica y gozosa autoaceptación, una verdadera autoestima, cuyo
¿Piensas de ti mismo con la misma amabilidad y afecto con que lo resultado es un sentido interior de celebración: «¡Es bueno ser uno
haces de aquellas personas a las que más amas? ¿Te concedes a ti mismo... Estoy feliz de ser yo mismo!».
mismo el mismo afecto y comprensión que les ofreces a ellas?
¿Te has sentido incómodo e inquieto al leer esto? Condicio-
Supongamos que alguien te pide un favor. El amor te pide que nados como estamos por nuestra cultura, parece que somos emo-
intentes satisfacer la necesidad de tu amigo, pero hay alguien más cionalmente alérgicos al vocabulario que habla del amor a uno
al que debes considerar con igual atención: a ti mismo. Veamos mismo. La idea de alegrarnos y celebrar nuestra propia y singular
tus necesidades. Una de tus necesidades primarias es darte con bondad nos resulta extraña y fuera de lugar, porque la asociamos
amor a los demás. La única forma de ser amado es amar. Las úni- inmediatamente con el egoísmo, la vanidad y la autosuficiencia.
cas personas verdaderamente felices son las que han encontrado Sospecho que la mayoría de nosotros nunca hemos atravesado la
a alguien o alguna causa a la que amar y pertenecer. Sin embargo, corteza de este difícil vocabulario y de estas sospechas para des-
puede que tengas también otras necesidades que debas tener en cubrir la realidad más importante de cualquier vida humana y el
cuenta. Puedes tener necesidad de descansar, o puedes tener otra principio de todo amor humano.
obligación más urgente. Es posible que, consideradas todas las
cosas, tengas que negarte a complacer la petición de tu amigo. De El secreto para seguir amando.
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JL e amas realmente a ti mismo? ¿Puedo pedirte que hagas una M—i as personas que acuden a los profesionales en busca de ayu-
pequeña prueba que tiene que realizarse por la noche en el baño? da, suelen hacerlo porque sus reacciones emocionales de carácter
Asegúrate de cerrar bien la puerta, porque cualquier observador se negativo se han hecho demasiado problemáticas o porque tienen
quedaría asombrado. Dirígete al espejo y di, «¡Eh tú, te amo!» la sensación de que su mundo se les viene abajo. El primer pro-
Ahora bien, ésa no es la prueba —ya supongo que eso eres capaz blema con que se topa al tratar de ayudar a estas personas lo cons-
de hacerlo—, sino la siguiente: ¿cómo te has sentido al decirlo?; tituye ese período de desintegración o desorientación que atravie-
¿puedes pronunciar esas palabras con convencimiento o tienes la san al pasar de lo viejo a lo nuevo: una especie de «limbo» incier-
sensación de que tal acto de amor hacia uno mismo es una tonte- to y caótico, aun cuando el dolor es muy real y muy convincente.
ría y una ridiculez? El gran psiquiatra Cari Jung observó en cierta Puede haber individuos que, hartos ya de luchas, de depresiones,
ocasión que todos estamos familiarizados con las siguientes pala- de constantes estados de ansiedad o de hostilidad latente, hayan
bras de Jesús: «Cada vez que hagáis eso al más pequeño de mis tocado fondo y estén deseando salir nuevamente a flote, dispues-
hermanos, a mí me lo haréis». Y Jung planteaba una cuestión tos a realizar el necesario esfuerzo y a asumir los riesgos de pen-
exploratoria: «¿Qué ocurriría si descubrieras que el más pequeño sar y obrar de distinta manera. Hay que tener en cuenta, sin
de los hermanos de Jesús, el que más necesita de tu amor y al que embargo, que hay personas que parecen no llegar nunca a «tocar
más puedes ayudar amándole, la persona para la que tu amor ten- fondo» y que tienen, literalmente, que romperse en pedazos antes
dría mayor significado..., qué ocurriría si descubrieras que el más de decidirse a recomponer éstos de una forma nueva y diferente.
pequeño de los hermanos de Jesús... eres tú?». Otras personas, en cambio, «tocan fondo» enseguida y están fácil-
mente dispuestas a cambiar, porque intuyen que la trayectoria que
Del programa de vídeo Free To Be Me. siguen no las va a llevar, lamentablemente, a ninguna parte y, con-
siguientemente, están dispuestas a realizar una reevaluación y a
adquirir una nueva visión.
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• ' a persona plenamente humana mantiene un equilibrio entre m 4 a «interioridad» implica que una persona se ha explorado y
«interioridad» y «exterioridad». Tanto el introvertido extremo experimentado a sí misma. Esa persona es consciente de la vitali-
como el extrovertido extremo están des-equilibrados. El introver- dad de sus sentidos y emociones, de su mente y de su voluntad, y
tido está interesado casi exclusivamente en sí mismo; él es el cen- no le producen extrañeza ni miedo las actividades de su cuerpo y
tro de gravedad de su propio universo; y, debido a la preocupación de sus emociones. Sus sentidos le hacen experimentar tanto la
que siente por sí mismo, es ajeno al vasto mundo que le rodea. Por belleza como el dolor, y no rechaza ninguna de las dos cosas. Es
su parte, el extrovertido extremo se prodiga hacia fuera, pasando capaz de experimentar toda la gama de emociones, desde la aflic-
de una distracción externa a otra; su vida no es en absoluto re- ción hasta la ternura. Su mente es viva y perspicaz; su voluntad
flexiva y, consiguientemente, apenas tiene profundidad. Como busca poseer cada vez más todo cuanto es bueno y, al mismo tiem-
dijo Sócrates: «La vida sin reflexión no merece la pena ser vivida». po, saborea lo que ya posee. Esta persona se ha escuchado a sí
La primera condición pare el crecimiento humano es, pues, el misma y sabe que nada de lo que ha oído es malo o aterrador.
equilibrio.
De ¿Por qué temo decirte quién soy?
El equilibrio entre «interioridad» y «exterioridad» es lo que se
entiende por «integración de la personalidad». Todos somos capa-
ces de exagerar, y todos podemos volcarnos excesivamente hacia
dentro o hacia fuera. Todos podemos hacernos esclavos de nues-
tros placeres sensoriales, sin pararnos a reflexionar sobre nuestra
paz anímica o sobre nuestra necesidad social de amar y darnos a
los demás. O podemos también exagerar en sentido contrario y
dejarnos esclavizar por el «intelecto» y vivir únicamente del cuello
hacia arriba.
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M—i a «interioridad» implica autoaceptación. La deseada interio- J /a «exterioridad» implica que la persona está abierta no sólo a
ridad significa que esa persona «que funciona plenamente», «que sí misma y a su interior, sino a su entorno exterior. La persona ple-
se auto-realiza» y que es «plenamente humana» no sólo es cons- namente humana está en profundo y significativo contacto con el
ciente de sus necesidades y actividades físicas, psicológicas y espi- mundo exterior a ella. No sólo se escucha a sí misma, sino que
rituales, sino que además las acepta como buenas. Se siente a escucha también las voces de su mundo. La amplitud de su propia
gusto con su propio cuerpo, con sus emociones (tanto afectuosas experiencia individual se ve infinitamente multiplicada gracias a
como hostiles), con sus impulsos, pensamientos y deseos. Y no una sensitiva empatia con otros. Sufre con los que sufren y se ale-
sólo se siente a gusto con lo que ya ha experimentado en sí gra con los que están alegres. Renace con cada primavera y siente
misma, sino que esta persona está abierta a nuevas sensaciones, a el impacto de los grandes misterios de la vida: nacimiento, creci-
nuevas y más profundas reacciones emocionales y a distintos pen- miento, amor, sufrimiento, muerte... Su corazón late al ritmo del
samientos y deseos. Acepta su condición cambiante, porque el cre- de los jóvenes enamorados y comparte en cierto modo su júbilo.
cimiento es cambio. Su destino último como ser humano, es decir, También conoce la filosofía de la desesperación del «ghetto» y la
lo que será al final de su vida, es algo deliciosamente desconoci- soledad de los que sufren sin remedio, y la campana nunca dobla
do. No hay ninguna pauta de crecimiento humano que pueda ser sin que, de alguna extraña manera, doble también por él.
pre-estructurada para todos. No ambiciona llegar a ser como cual-
quier otra persona, porque ella es ella misma; y su yo potencial, «Crea en mí, oh Dios, un corazón atento», reza el salmista.
que se realiza a diario a base de nuevas experiencias, posiblemen- Lo contrario a esta apertura es una especie de actitud defensi-
te no sea susceptible de ser definido en ninguna fase de su creci- va del que oye únicamente lo que quiere oír y ve exclusivamente
miento. Su potencial es explorado constantemente. lo que quiere ver, conforme a su manera de ser y a sus pre-juicios.
La persona defensiva no puede crecer como es debido, porque su
La persona plenamente humana se acepta tal como es física, mundo no es mayor que ella misma, y su horizonte es un círculo
emocional e intelectualmente. Sabe que lo que ella es, es bueno; y cerrado.
sabe que su yo es aún mayor en potencia. Pero es realista acerca
de sus propias limitaciones, y por eso no pierde el tiempo en soñar De ¿Por qué temo decirte quién soy?
en lo que querría ser ni emplea el resto de su vida en tratar de con-
vencerse de lo que es. Ha escuchado y escudriñado en su interior y
ha amado lo que realmente es. Confía en sus propias dotes y
recursos y en su capacidad para adaptarse y hacer frente a todos
los desafíos que la vida le presente.
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x l parte de todo lo demás que pueda y deba decirse del amor, es E humano sentir una fuerte tentación de juzgar a las personas
bastante evidente que el verdadero amor exige olvidarse de uno en términos de sus actos o máscaras. Es muy raro que seamos
mismo. Para todas aquellas personas que utilizan la palabra y rei- capaces de ver a través de la apariencia y la simulación que en-
vindican la realidad sin conocer el significado del término o sin mascaran un corazón inseguro o herido que al mismo tiempo se
poder apenas amar, la prueba es la siguiente: ¿Podemos realmente está camuflando y protegiendo de ulteriores daños. Por consi-
olvidarnos de nosotros mismos? Hay muchos productos falsificados en guiente, nos resistimos con los puños de hierro de la crítica y el
el mercado a los que se llama amor, pero de hecho no les corres- sarcasmo o intentamos arrancar las máscaras de nuestros herma-
ponde ese nombre. Algunas veces podemos etiquetar la gratifica- nos humanos con una ira feroz. No nos damos cuenta de que las
ción de nuestras necesidades como «amor»; incluso podemos máscaras sólo se llevan puestas mientras se necesitan. Únicamen-
hacer cosas por los demás sin amar realmente. La prueba de fuego te la certeza de un amor que acepta y comprende hará que las per-
es siempre la pregunta por el auto-olvido. sonas ansiosas, presuntamente culpables y supuestamente infe-
riores abandonen sus defensas. Puede que también nosotros este-
¿Podemos realmente situar el foco de nuestra mente en la feli- mos ocultos tras máscaras y muros y, en consecuencia, sólo logre-
cidad y la plenitud de los demás? ¿Podemos realmente preguntar mos un mínimo encuentro y comunicación humanos...; sólo una
no lo que los demás harán por nosotros, sino lo que nosotros máscara frente a otra máscara, un muro frente a otro muro.
podemos hacer por ellos? Si queremos amar de verdad, debemos
hacernos estas preguntas. Por lo general podemos reconocer las máscaras. Tenemos la
sensación de que nuestro hermano o hermana no es auténtico,
De Why Am I Afraid To Love? sino un presuntuoso, y le calificamos de farsante. No nos damos
cuenta de que en las raíces ocultas de estas fachadas sólo hay un
grito de dolor y la necesidad de ser comprendido y amado en la
vida. La mayoría de las características detestables que encontra-
mos en los demás son resultado de algún tipo de convergencia
defensiva sobre uno mismo, y nos contraría esta postura egocén-
trica. Entonces es cuando debemos recordar la pregunta del psi-
quiatra: «¿Has tenido alguna vez dolor de muelas?» Debemos
aprender a ver a través de la apariencia y la simulación de nues-
tros hermanos humanos. Debemos intentar aliviar el dolor y el
solitario vacío que han construido esos muros defensivos. Los ata-
ques directos a estas defensas sólo provocarán su reforzamiento.
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M—J o recuerdo bien. Cuando yo era niño, mi familia tenía gran-
-«—/ncontrar a Dios en otros seres humanos es la parte mas cos- des dificultades para salir adelante, mientras que la familia veci-
tosa del diálogo entre Dios y nosotros. Nuestra naturaleza nos na era de las que se conocen como «acomodadas». El pequeño de
exige que, de algún modo, nos pongamos en contacto con Dios de esa familia era de mi edad, y su padre le había regalado un coche
una manera física o perceptible a través de los sentidos. En el An- de juguete que era una auténtica maravilla. Tenía pedales, pero
tiguo Testamento, Dios se presenta como un trueno y un relám- también era posible empujarlo. ¡Debió de haber costado por lo
pago sobre el Sinaí, y su voz emerge de una zarza ardiente. En el menos cincuenta dólares! Bobby y yo lo pasamos en grande con
Nuevo Testamento, la bondad de Dios hacia nosotros es incluso aquel coche. Subíamos y bajábamos la calle embalados, todo lo
más sorprendente. Se hace hombre y es alzado en agonía sobre rápido que nuestras pequeñas piernas nos lo permitían. Fue un
una cruz por ti y por mí. «Esto es lo que quiero decir cuando digo coche magnífico y una época magnífica de nuestra vida. Pero un
que os amo». En la Encarnación, Dios nos ofreció sus dones en la día Bobby me trajo malas noticias: iba a desprenderse de nuestro
vasija de barro de la humanidad para poder hablar nuestro len- bonito coche, se lo iba a dar a los niños del orfanato. «¿Por qué?
guaje y para que nosotros pudiéramos saber cómo es realmente. —le pregunté—, ¿está roto o algo por el estilo?» «No —respondió
Del mismo modo que Dios esperaba que le encontráramos serena pero firmemente—, no se lo regalaría si estuviera roto». Así
bajo el velo de la humanidad, aun cuando esa humanidad fuera que me rasqué la cabeza y le pregunté de nuevo: «Entonces, ¿por
una máscara roja de sangre y agonía, ahora espera que le encon- qué se lo vas a regalar?» Bobby me lo explicó: «Bueno, ya sabes,
tremos bajo otros velos humanos. Y nos resultará sumamente cos- los chicos que viven allí... no tienen madre ni padre como noso-
toso si nos tomamos en serio las palabras de Dios: tros». Entonces yo le sugerí: «¿Y por qué les vas a regalar nuestro
coche?, ¿por qué no les regalas una madre o un padre?».
«...porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me dis-
teis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me Bobby y yo nos turnamos, empujándonos el uno al otro, cami-
vestísteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a no del orfanato. Justo antes de llegar, le pregunté por última vez:
verme. «Bobby, ¿estás seguro de que quieres regalárselo?» Bobby me
...Y el rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno explicó que su madre y su padre únicamente le habían pedido que
de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis"». lo pensara. Le dejaron tomar la decisión final, y lo que íbamos a
(Mt 25,35-36.40) hacer era lo que él había decidido. Fue un día triste, pero siempre
me he alegrado de haber recibido aquella lección: los valores se
De Why Am 1 Afraid To Love? adquieren, no se enseñan. Aquel día aprendí algo importante
sobre el valor del amor, sobre el valor de dar algo a los menos afor-
tunados; y aprendí a hacerme la más importante de todas las pre-
guntas: «¿Qué es lo que el amor me incita a hacer?» Aquel día
aprendí mucho acerca del amor.
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X ir uestra llamada al Reino, la que cada uno de nosotros debe JL JL ay una historia sobre el evangelista Juan, el que escribió,
afrontar, es ésta: no puedo pronunciar mi «sí» de amor a Dios, sin «Dios es amor... Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su her-
pronunciar mi «sí» de amor a ti. Tampoco tú puedes pronunciar tu mano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien
«sí» de amor a él, sin incluirme a mí en tu acto de amor. Jesús es ve, no puede amar a Dios, a quien no ve». De este mismo Juan se
muy claro a este respecto. Si nos acercamos a depositar nuestra cuenta que, en el crepúsculo de su larga vida, se sentaba durante
ofrenda de amor sobre su altar y recordamos que sentimos un ren- horas con sus jóvenes discípulos reunidos a sus pies. Un día, tal
cor imperdonable, debemos darnos media vuelta. Primero debe- como se relata en esta vieja tradición, uno de sus discípulos se
mos estar en paz los unos con los otros, y sólo entonces podremos quejó: «Juan, siempre hablas del amor, del amor de Dios por noso-
acercarnos a él con el don de nosotros mismos, el «sí» del amor. tros y de nuestro amor mutuo. ¿Por qué no nos hablas de algo más
Él no desea mi ofrenda de amor, a no ser que también te la ofrez- aparte del amor?» Y el discípulo que en cierta ocasión, cuando era
ca a ti; ni desea tu ofrenda de amor, a no ser que la compartas joven, había reclinado su cabeza sobre el corazón de Dios hecho
conmigo. hombre, contestó: «Porque no hay nada más, sólo amor... amor...
amor».
«Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro
gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los
unos a los otros como yo os he amado... Lo que os mando es que El amor es el único camino hacia nuestro destino humano y
os améis los unos a los otros» (Jn 15,11-12.17). hacia los pies de Dios, que es amor.
En el Reino de Dios nunca soy menos que un individuo, pero De Why Am I Afraid To Love?
nunca soy sólo un individuo, sino que soy siempre un miembro de
un grupo, llamado por Dios a una respuesta de amor que debe
incluir a todo el grupo o es realmente inaceptable para Dios.
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r
V J onsidera la siguiente conversación:
* A a mayoría de nosotros practicamos juegos con los demás en
nuestra conducta habitual. Provocamos a los demás para que
Autor: «Estoy escribiendo un librito que va a titularse ¿Por qué temo reaccionen ante nosotros tal como nosotros deseamos que lo
decirte quién soy?». hagan. Y puede ser que, por ejemplo, no lleguemos jamás a madu-
Interlocutor: «¿Deseas una respuesta a tu pregunta?». rar en auténticas personas, porque hemos decidido seguir siendo
niños pequeños y necesitados. Emitimos nuestras señales de de-
Autor: «Ésa es precisamente mi intención, responder a la pregunta». samparo con el tono de nuestra voz y la expresión de nuestro ros-
Interlocutor: «Pero, ¿deseas saber mi respuesta?». tro, y condicionamos a los demás para que reaccionen ante noso-
tros con la mayor amabilidad posible. Damos la impresión de estar
Autor: «Por supuesto que sí». tan desvalidos como un niño, y la mayoría de la gente es tan ser-
Interlocutor: «Temo decirte quién soy, porque, si te digo quién soy, vicial que obedece dócilmente nuestras instrucciones «escénicas».
puede que no te guste cómo soy, y eso es todo lo que tengo».
Otros asumen un papel mesiánico e insisten en querer salvar
Este breve diálogo, que es parte de una conversación real y total- a los demás a toda costa. Desean ser «los ayudadores» y convertir
mente espontánea, refleja en cierto modo los tremendos temores en «ayudados» a todos los demás con quienes se relacionan.
y dudas que nos paralizan a la mayoría de nosotros y nos impiden Ocurre a veces que el «niño perpetuo» establece un curioso mari-
avanzar hacia la madurez, la felicidad y el verdadero amor. daje con el «mesías», y ambos hacen de ello un juego para toda su
vida. Y como la cosa funciona bastante bien, ninguno de los dos
De ¿Por qué temo decirte quién soy? tendrá necesidad jamás de madurar.
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• / os «juegos», en este contexto, no son en realidad divertidos. LJ i realmente deseo «verlo tal como es... y contarlo tal como es»,
Se trata de reacciones estereotipadas ante determinadas situacio- debo hacerme a mí mismo una serie de difíciles preguntas acerca
nes vitales; reacciones que han sido programadas para nosotros en de las pautas de acción y reacción que aparecen en mi conducta,
algún remoto momento de nuestra personal historia psicológica. y debo preguntarme qué es lo que dichas pautas me revelan acer-
A veces estos juegos son extremadamente reñidos, porque todo el ca de mí mismo.
mundo juega para ganar... para ganar algo. Al objeto de lograr una
comunicación sincera con los demás, experimentar la realidad de Lo que tú y yo realmente necesitamos es un momento de la
los demás, llegar a integrarse y madurar, resulta sumamente útil verdad y un hábito de sinceridad con nosotros mismos. En la tran-
que seamos conscientes de nuestras reacciones estereotipadas, de quila y personal privacidad de nuestra mente y de nuestro cora-
los juegos que jugamos. Si nos hacemos conscientes de dichos jue- zón, tenemos que preguntarnos: ¿En qué juegos participo? ¿Qué
gos, tal vez consigamos abandonarlos. es lo que trato de ocultar? ¿Qué es lo que espero obtener?
Los mencionados juegos son casi siempre pequeñas manio- Mi firme voluntad de ser sincero conmigo mismo y con es-
bras de las que nos servimos para eludir la auto-realización y la tas preguntas será el factor decisivo y esencial para crecer como
autocomunicación. Son como pequeños escudos que llevamos de- persona.
lante de nosotros cuando entramos en la dura batalla de la vida y
que han sido pensados para protegernos de los golpes y ayudarnos De ¿Por qué temo decirte quién soy?
a obtener algún pequeño trofeo para nuestro ego. Eric Berne de-
nomina estas pequeñas victorias con el deportivo término de
«strokes» (golpe, jugada, tacada, etc): pequeñas victorias o éxitos
que nos proporcionan protección y reconocimiento. Los juegos son
de lo más diverso, porque la historia psicológica y la programación
es siempre algo único en cada caso, y porque además hay una
diversidad de «estados del ego» que podemos adoptar, según las
necesidades del momento y la situación vital.
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1 é a comunicación no es sólo el alma del amor y la garantía de \ ^ u i e n haya pensado alguna vez en asumir el riesgo de la
su crecimiento, sino que es la esencia misma del amor en la prác- transparencia emocional se habrá preguntado también: «¿Puedo
tica. Amar es compartir, y compartir es comunicar. Por tanto, confiar en ti?; ¿hasta qué punto puedo hacerlo?; ¿vas a compren-
cuando decimos que la comunicación es «el secreto para seguir der mis sentimientos o a rechazarlos?; ¿te vas a reír o te vas a com-
amando», lo que realmente queremos decir es que el secreto para padecer de mí?...» El procedimiento habitual consiste en jugar al
seguir amando consiste en amar, en seguir compartiendo, en bañista que comprueba la temperatura del agua metiendo prime-
seguir viviendo el propio compromiso. Por supuesto que hay un ro los dedos del pie. Desgraciadamente, la mayoría de nosotros
primer «sí», un primer compromiso con el amor; pero ese primer decidimos esperar hasta estar seguros, y por eso terminamos no
«sí» conlleva un número ilimitado de pequeños «síes». entrando en las benéficas aguas del diálogo.
Una de las formas más comunes de huir de realidades como la Lo de esperar hasta tener la absoluta garantía de poder confiar
del amor consiste en sustituir la acción por la discusión. me recuerda un caso que escuché en cierta ocasión. Al parecer, la
Preferimos discutir, pensar y cuestionar dichas realidades, en madre de un niño dijo a los amigos de su hijo que le invitaban a
lugar de ponerlas en práctica. Es mucho más fácil discutir las ver- ir a nadar: «No permitiré que Michael se meta en el agua hasta
dades que vivirlas. que aprenda a nadar». Obviamente, el único modo de aprender a
nadar es meterse en el agua. Análogamente, el único modo de
Lo mismo sucede con el amor. Preferimos discutirlo a vivirlo. aprender a confiar consiste en confiar.
No hay cuota de entrada en los foros de debate, pero la práctica
del amor sí requiere un costoso aprendizaje. Como escribía Dag El diálogo no puede aplazarse. El tribunal no puede llegar a un
Hammarskjóld en su libro Señales: veredicto hasta que no se lleve a cabo el juicio. Por eso el diálogo
requiere un acto de voluntad: «Voy a confiar en ti. No puedo estar
«El "gran" compromiso oscurece con demasiada facilidad el seguro, y quizá me decepciones, pero voy a arriesgarme; voy a pro-
"pequeño"». bar fortuna y a revelarte mis sentimientos más profundos, porque
quiero darte mi don más preciado..., porque te quiero. Y porque te
De El secreto para seguir amando. quiero, el primer don que voy a ofrecerte es mi confianza».
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\*J na prevención muy común es la siguiente: «Si me abro por JL JL ace algunos meses, en un encuentro, se me acercó un hom-
completo a ti, tendré que cargar contigo». Otros dicen lo mismo bre de aspecto triste y me dijo que había leído muchos de mis
desde una perspectiva distinta: «La gente no quiere saber nada libros, pero admitió tener una duda persistente: «¿Por qué tengo
acerca de mí. Bastante tienen con sus propios problemas». ¿Es que decir quién soy?; ¿en qué va a beneficiarme?» Yo recurrí al pri-
verdad? vilegio, supuestamente irlandés, de responder a una pregunta
planteando otra. «¿Cree que yo me enriquecería si usted compar-
La auto-revelación en sí misma nunca es una carga. Es impor- tiera su historia conmigo?» «No —dijo moviendo la cabeza con
tante de que nos demos cuenta de que en nuestro interior hay un tristeza—, no pienso semejante cosa». «Pues bien —le respondí en
don y de que nosotros mismos somos dones. Si ofrecemos ese don mi torpe intento de terapia de «shock»—, ahí es donde usted se
como un acto de amor a través de nuestra auto-revelación since- equivoca».
ra, no constituirá un lastre, sino que será el don incondicional de
la comunicación. Los regalos nunca son cargas, a menos que con- A veces temo que la mayoría de nosotros somos como este
lleven ataduras. Cuando nos comunicamos, no debemos pedir querido amigo. Creemos que tenemos que poseer un cielo tacho-
nada, excepto una escucha empática. Nuestra auto-revelación no nado de estrellas, una historia impactante, para poder comunicar-
debe plantear más demanda que la de ser acogida con las manos los. Imaginamos que un verdadero regalo debe contener el aroma
amables y agradecidas de la aceptación. Al entregar ese don, esta- de las rosas y estar enmarcado por bordados de oro. La verdad es
mos verdaderamente entregándonos a nosotros mismos. Es nues- que cualquier historia humana, si se transmite como un acto de
tro más valioso, y quizá nuestro único, don verdadero. amor, dilatará la mente y alegrará el corazón del interlocutor.
De El verdadero yo : ¡en pie! Con aquel hombre aprendí mucho acerca del corazón humano
y del sentido de un espíritu humano quebrantado. Sé que me he
vuelto más tolerante y menos ansioso de juzgar o etiquetar a los
demás, porque aquel buen hombre compartió su «dudoso» regalo
conmigo.
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29 DE FEBRERO 1 DE MARZO
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JL JL1 principio, el consejo de ser sinceros con nosotros mismos
E s bastante obvio que la mente consciente sólo contiene nues-
tras percepciones presentes. El nivel subconsciente de la mente es
parece superfluo, porque ¿cómo podemos mentirnos a nosotros el centro de almacenamiento de los materiales que podemos tras-
mismos? Sin embargo, los gurús de la comunicación insisten en ladar a la mente consciente cuando sea necesario. Por ejemplo, la
que el primer obstáculo a la comunicación con otra persona no es mayoría recordamos la tabla de multiplicar si la necesitamos y en
una dificultad entre ambas, sino que se encuentra en el propio el momento en que nos es precisa. Pero el inconsciente es el alma-
interior. Es obvio que si no nos decimos la verdad a nosotros mis- cén de aquellos recuerdos, emociones y motivaciones con los que
mos, menos se la podremos decir a los demás; si no estamos en «simplemente no podemos vivir». Se le ha denominado el sóta-
contacto con los sentimientos y actitudes que están en nuestro no de la mente, donde se almacenan los «monstruos» que están
interior, nos resultará imposible compartirlos con otro; si nos enterrados en lo más profundo de nuestro interior. Pero, desgra-
engañamos a nosotros mismos, no cabe duda de que también ciadamente, están sepultados vivos, no muertos, y por eso conti-
engañaremos a nuestro interlocutor. núan influyéndonos. El proceso de su enterramiento se llama
De El verdadero yo: ¡en pie!
represión y no es consciente o deliberado, sino que enterramos
nuestras posesiones no deseadas sin ni siquiera darnos cuenta o
recordarlas.
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C / n a vez más vuelven esas preguntas-«boomerang»: ¿creemos E evangelio de san Juan describe el día en que Jesús perdió a
realmente que debemos ser sinceros con nosotros mismos para ser todos sus seguidores. Al comienzo de aquel día, Jesús intentó
auténticos con los demás?; ¿deseamos de verdad ser sinceros con tener una reunión privada con sus apóstoles, pero enseguida una
nosotros mismos?; ¿deseamos de verdad ser sinceros con los de- gran multitud se congregó en torno a él, y Jesús pasó el día ente-
más?; ¿queremos compartir con los demás nuestro auténtico don ro hablándoles. Hacia el final de aquel día preguntó a sus apósto-
o preferimos mantenerlo a buen recaudo y ofrecer sólo una farsa? les si aquellas personas tenían algo que comer. («¿Qué pueden
Nuestra actuación es el precio que pagamos por nuestra seguri- tener? Has estado hablándoles todo el día»). Entonces uno de los
dad; es la armadura que evita que resultemos heridos, pero tam- apóstoles encontró a un chiquillo que ofreció cinco panes y dos
bién es una barrera interior que estanca nuestro crecimiento, así peces. («Venga, hombre, ¿cómo vamos a alimentar a esta multitud
como una muralla que impide a los demás llegar a conocer nues- con cinco panes y dos peces?»). Y entonces ocurrió el milagro. La
tro auténtico yo. Se necesita mucho valor para renunciar a actuar, multiplicación de los panes y los peces por todas partes. Cuando
porque se corre un riesgo real al salir de detrás de nuestro muro. la gente se dio cuenta, pidió que Jesús fuera su rey. Y le siguieron
Y tendremos que redactar de nuevo nuestro mensaje: «Éste es mi por el lago repitiendo su petición: «¡Sé nuestro rey!», mientras los
auténtico yo. Lo que ves es lo que hay». Tened paciencia. No será apóstoles hacían voluntariamente de «animadores».
fácil. Sospecho que el viejo Polonio lo sabía cuando aconsejó a
Laertes: «Usa de sinceridad contigo mismo, y no podrás ser falso Entonces Jesús puso de manifiesto las verdaderas raíces de la
con los demás». petición de la multitud. «Han sido los panes y los peces, ¿verdad?
Queréis un Mesías militar hacedor de milagros que pueda multi-
Sin embargo, si estamos dispuestos a correr ese riesgo, nues- plicar las espadas y los escudos y que os libere de los grilletes de
tro valor obtendrá grandiosas recompensas: la estatua cobrará Roma. Pues bien, ése no es mi Reino. Mi Reino es un reino de fe,
vida. Empezaremos a saber quiénes somos realmente. Quizá per- y entraréis en él si creéis en mí». Entonces aquellas personas pro-
cibamos por primera vez dónde termina nuestro papel y dónde clamaron ser grandes creyentes, que incluso creían que Dios ali-
comienza nuestro yo real. Nuestro auténtico yo surgirá de detrás mentó con el maná a sus antepasados en el desierto. Y por eso
de la máscara, del engaño, de la simulación. Nuestras relaciones Jesús se enfrentó a ellos con un gran desafío de fe: «Vuestros
comenzarán aflorecer,y nos transformaremos en el mejor yo posi- Padres comieron el maná en el desierto y murieron. Yo soy el pan
ble. Los antiguos griegos lo sabían bien cuando admitieron como vivo bajado del cielo. Si coméis de este pan, nunca moriréis».
resumen de toda sabiduría la siguiente fórmula: «Conócete a ti
mismo». Pero ellos no aceptaron el desafío y reaccionaron airadamen-
te. «¿Quién se cree éste que es?; ¿y quiénes piensa que somos
El viaje más largo es el viaje hacia el propio interior. nosotros? ¿Acaso no conocemos a su madre?» Y le abandonaron.
Entonces Jesús preguntó entristecido a sus decepcionados apósto-
¡Bon voyage!
les: «¿También vosotros queréis marcharos?» Y Pedro, en uno de
De El verdadero yo: ¡en pie!
sus mejores momentos, respondió: «¿A quién vamos a acudir? Tú
tienes palabras de vida eterna».
Nuestra fe en Jesús es nuestro consuelo. También es nuestro
desafío. ¿Creo realmente?
De la cassette The Growing Edge OfLife.
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X_ios prejuicios están por todas partes. No hay un brillante ¿ JLe has preguntado alguna vez, como hemos hecho la mayoría,
Camelot en el que se proscriban todos los prejuicios o se impida la si realmente crees en Dios, en la religión y en la realidad de la
programación psicológica. La mayoría de las decisiones humanas Iglesia? Para muchos de nosotros, cuando en algún momento de
se toman en las glándulas, no en el cerebro. Pero hay algo en crisis se nos planteó la cuestión de la fe, fue doloroso y descon-
nuestro interior que quiere deshacerse de los prejuicios, la progra- certante, una pesada carga en el estómago, como una comida
mación y el lavado de cerebro. Odiamos los cordones umbilicales indigesta. Tal vez para ti llegara en una época difícil, en un perío-
que nos encadenan a nuestro pasado destruyendo nuestra libertad do en el que te preguntabas si merecía la pena recurrir a orar, dado
de opción. No queremos a Dios, con sus velas, su incienso y sus que las palabras de la oración se te atragantaban, un tiempo en el
vidrieras, sólo porque hemos sido «educados» de ese modo. que tu mente se cuestionaba si la oración era algo real o sólo una
superstición sin fundamento.
La religión y el patriotismo son áreas especialmente sospecho-
sas, porque parecen fomentar las verdades «convenientes» del tipo Puede que fuera un domingo por la mañana, cuando las cam-
que los prejuicios aprovechan: las que consuelan a las personas panas de la iglesia cercana convocaban a los fieles a alabar y supli-
que lo necesitan y controlan la conducta de la gente. car a Dios, y tú, en la cama, te diste la vuelta desasosegado antes
Pero no todos los tiranos que nos esclavizan están fuera de de volverte a dormir. O cuando planeabas tu matrimonio, y te
nosotros. Los parásitos de la inseguridad humana nos han invadi- encontraste intentando decidir entre una iglesia o los despachos
do a todos, son pequeñas termitas de terror que nos dicen que es del juzgado local. O quizá sucedió cuando alguien a quien conocí-
más seguro creer, tener algo a lo que aferramos. Pero Dios —si as y querías falleció, y el pensamiento acerca de qué ocurre des-
realmente existe—, sea lo que sea, no es una aspirina. pués de la muerte te alcanzó como un rayo.
Los prejuicios presentan otras formas. Puede que un diablo Escuchaste esta pregunta que nunca deja de resonar: «¿Creo
aún más enfadado se revuelva en mis tripas: un viejo rencor laten- realmente en Dios?».
te por los santos supersticiosos que me han atormentado con un
sentimiento de culpabilidad: mamá, papá, la tía solterona, el clé- De A Reason To Live, A Reason To Die.
rigo santurrón soltando sermones en los que en realidad no creía,
la hermana «supermonja» que amenazaba con convertir en esta-
tua de sal a quien se atreviera a mirar hacia atrás, las biografías
retrógradas de los santos que iban al cielo y los pecadores que iban
al infierno... Puede que yo quiera rechazar la fe simplemente para
que todos ellos estén equivocados.
Pero, en cualquier caso, no podemos permitir que los prejui-
cios tomen nuestras decisiones. Debe haber un terreno interme-
dio entre las presiones de la indoctrinación y el prejuicio de la
rebelión.
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JL ara la palabra «crisis», los chinos utilizan una combinación de • / a mayoría de nosotros, en nuestro deseo de una fe auténtica,
dos caracteres, que son los que designan el «peligro» y la «oportu- le decimos a Dios: «¡Muéstramelo, y creeré!» Pero este plantea-
nidad». Esta disyunción parece tener lugar en todas las crisis. Se miento no funciona nunca. Dios nos ha manifestado con absolu-
trata de un punto de inflexión, y, dependiendo de hacia dónde nos ta claridad, a través de la vida y la enseñanza de su Hijo Jesús, que
dirijamos, podemos encontrar peligro u oportunidad. Las bifurca- el proceso debe ser el inverso. Nos dice: «Creed en mí, y os lo mos-
ciones en el camino de la vida humana que nos exigen tomar deci- traré». La fe en él es un pre-requisito absoluto de la experiencia
siones son siempre encrucijadas del peligro y la oportunidad. religiosa del poder de Dios en nuestra vida. Observad en el Nuevo
Como en el uso médico de este término, cuando se declara que un Testamento la cantidad de veces que Jesús dice a las personas
paciente está en estado «crítico», entendemos que puede encami- favorecidas por él que ha sido la fe de dichas personas la que ha
narse hacia la vida o hacia la muerte. desencadenado su poder. Al centurión romano le dice que su cria-
do se curó por haber «tenido fe» (Mt 8,13). Por otra parte, cuando
En el proceso de la fe deben producirse dudas y crisis. Paul los discípulos preguntan a Jesús por qué ellos no habían sido
Tillich señala que la fe sólo puede madurar a través de las crisis. capaces de expulsar al demonio de un joven, Jesús les dice simple
La duda desgasta la vieja relación con Dios, pero sólo así puede y llanamente:
nacer una nueva. Y lo mismo ocurre con nuestras relaciones inter-
personales humanas, pues crecen desde una fragilidad inicial «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un
hasta su permanencia a través de la prueba de la duda y la crisis. grano de mostaza, diréis a este monte: "Desplázate de aquí allá",
Por eso Kahlil Gibran dice que podemos «olvidar a las personas y se desplazará, y nada os será imposible» (Mt 17,20).
con las que nos hemos reído, pero nunca podremos olvidar a
aquellas con las que hemos llorado». De A Reason To Live, A Reason To Die.
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3—J os soldados que crucificaron a Jesús tenían su propia versión JL ™ o hay prueba científica de las afirmaciones y los contenidos
de la fútil fórmula: «Muéstramelo, y creeré». Mientras Jesús ago- de la fe, así como tampoco hay ninguna posibilidad de objetivar ni
nizaba en la cruz, le gritaban: «Si eres realmente el Rey de los judí- justificar ninguna de las etapas en el proceso de la misma. La
os, sálvate a ti mismo... Si te vemos bajar de la cruz, creeremos». experiencia de llegar a la fe sencillamente no está abierta a este
Por supuesto, no hubo más respuesta a tal demanda que el eco tipo de investigación científica. Ninguna ciencia natural puede
silencioso de su oración previa: «Padre, perdónalos porque no establecer como un hecho la entrada sobrenatural de Dios en la
saben lo que hacen». En mi opinión, éste es justamente el tema historia de la humanidad o en una vida humana individual. Estos
que impregna toda la vida y la enseñanza de Jesús: ¡Creed primero, acontecimientos están fuera del alcance de las ciencias naturales.
y entonces veréis el poder de Dios! No vengáis a mí pidiendo ver Sin embargo, existe lo que podríamos llamar una verificación
signos y maravillas para poder creer. Creed en mí primero, y os «existencial» o experiencial de la fe, que es similar a la prueba
mostraré más signos y maravillas de los que podéis imaginar. De experiencial de disfrutar de un helado de chocolate o de la belle-
hecho, os encontraréis haciendo cosas más grandes de las que yo za de un día de otoño cuando las hojas están cambiando y el aire
mismo he realizado. es frío y vigorizante. Hay, sin duda, muchas realidades que sólo
pueden conocerse a través de la experiencia personal.
Esto da ocasión a una pregunta y una respuesta sinceras. Si
descubrimos que únicamente tenemos una fe muy débil, si expe- En la película A Patch ofBlue, una joven ciega le pregunta a su
rimentamos más duda que certeza dentro de nosotros, ¿qué debe- abuelo: «Abuelito, ¿cómo es lo verde?» El abuelo, irritado, respon-
mos hacer? La respuesta que yo voy a dar puede parecerles a algu- de: «Lo verde es verde, estúpida. Y deja de hacer preguntas». A
nos simplista o incluso rechazable, pero es la siguiente: debemos esto le sigue una patética escena en la que la joven palpa la hier-
leer el Nuevo Testamento lenta y devotamente, intentando man- ba con la mano y frota su mejilla con una hoja en un vano inten-
tener abiertos la mente y el corazón. Si es verdad que Dios real- to de experimentar la realidad del verdor.
mente toma y mantiene la iniciativa en materia de fe, le corres-
ponde a él actuar en nosotros. Nuestra única responsabilidad, El dramaturgo William Alfred, autor de Hogan's Goat, dijo en
dado que no podemos suscitar la fe, es estar abiertos a Dios. cierta ocasión: «Las personas que dicen que Dios no existe son
Debemos abrir nuestros corazones a su suave atracción y nuestras como niños de seis años diciendo que no existe el amor apasiona-
mentes a su iluminación. do: simplemente aún no lo han experimentado». El evangelista
Billy Graham dice: «Sé que Dios existe por experiencia personal.
Jesús nos insta a preguntar una y otra vez. El resto es cosa de Sé que le conozco. He hablado con él y he caminado con él. Se pre-
Dios. ocupa por mí y actúa en mi vida cotidiana». La experiencia de Dios
debe estar al alcance de la mayoría, porque un reciente sondeo de
De A Reason To Uve, A Reason To Die. Lou Harris revelaba que el 97% de los americanos creen en algún
tipo de Dios personal. Aunque las estadísticas no son, y nunca
pueden ser, la última palabra. La fe sigue siendo una experiencia
personal, como el helado de chocolate, un día de otoño y el verdor.
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X J L veces se me ocurren unas preguntas aterradoras: ¿es todo K cierta ocasión hice un retiro en Bad Schónbrun, que se
esto un sueño, un maravilloso cuento de hadas?; ¿es esta comu- encuentra en lo alto de los Alpes suizos. La primera noche fui a la
nidad de amor a la que llamamos Iglesia un hecho o una ficción?; capilla para asistir a la oración vespertina, y de detrás de mí sur-
¿nos hizo realmente Dios a su imagen y semejanza, o somos noso- gió una de las voces de tenor más hermosas que he escuchado en
tros los que hemos creado un Dios de amor? Yo creo. He creído con mi vida. Cuando coloqué de nuevo el libro de himnos en el banco,
suficiente profundidad y suficiente fuerza como para apostar mi me di la vuelta para mirar al propietario de la voz que había esta-
vida por la realidad de la Iglesia. De hecho, puedo repetir con con- do admirando. A la salida de la capilla le felicité (en alemán). Iba
vicción las siguientes palabras del Becket de Jean Anouilh: «Me he a decirle que tenía una voz natural tan buena que realmente debía
arremangado y me he echado toda esta Iglesia a la espalda. Y nada haberla educado, pero no me venía a la memoria la palabra ale-
conseguirá jamás persuadirme de que la baje». mana para decir «educar». Mientras estaba intentando recordarla,
me tendió su tarjeta en la que decía: «Walter Hegge, tenor solista
Aún hay partes de mí que la fe no ha reclamado. Oro dicien- de la Ópera de Zurich». (Y enrojecí). Después de unas palabras en
do: «Creo, Señor, pero ayuda a mi incredulidad». Intento amar mis alemán, me preguntó: «¿Habla inglés?» Yo le dije que hablaba algo
preguntas incrédulas hasta que pueda vivir las respuestas creyen- parecido, «norteamericano». A continuación me comentó sus pro-
tes. Sin embargo, una cosa parece cierta: toda vida debe basarse pios orígenes en Sudáfrica y me invitó a dar un paseo después de
en algún tipo de acto de fe. La fe es básicamente un juicio; un jui- cenar. Sendero de la montaña arriba le pregunté: «Walter, ¿qué
cio respecto de la verdad o la falsedad de la palabra de Dios. Si la estás haciendo aquí, un retiro?» Y su respuesta fue muy hermosa.
fe es un juicio sobre algo para lo cual no hay ninguna prueba lógi- «No —me replicó—, voy a ser bautizado el domingo y estoy dedi-
ca o científica, entonces, tarde o temprano, todos debemos tomar cando esta semana a rezar y a prepararme para el momento más
una decisión, realizar un acto de fe en este terreno. Debemos grande de mi vida». Entonces me contó la historia de su vida y su
apostar nuestra vida por algo. No decidir en este aspecto no es una amorosa búsqueda de Dios, en cuya comunidad iba a entrar al
manera inteligente de escapar al error. No decidir es en sí una cabo de unos días. Poco después encontramos un tronco, y me
decisión. senté y le pedí que me cantase un solo. Así que el tenor solista
cantó una aria de Puccini para mí. Mi mente y mi corazón se des-
Respecto de mí mismo he tomado una decisión y he adoptado bordaban. La historia del amor de Dios por aquel hombre..., su
un compromiso en mi vida. También he pensado que si el amor de bautismo el domingo..., la belleza de los Alpes suizos..., aquella
Dios, la llamada del Reino y la realidad de la Iglesia son sólo un impresionante voz y Puccini... Sentí que podía tocar el rostro de
sueño, entonces lo opuesto sería una pesadilla. El juicio o el acto Dios. Quería que se detuvieran todos los relojes y calendarios y no
de fe contrario nos consideraría a todos simples animales en busca bajar nunca de la montaña. Y supe lo que Pedro debió de sentir en
de su presa. Entonces, el fuerte devoraría al débil; el rico compra- el monte de la Transfiguración.
ría y vendería al pobre; el discapacitado sería destruido por defec-
tuoso e improductivo... Y al final nuestro único destino sería con- De My Vision And My Valúes.
vertirnos en polvo y en alimento de los gusanos.
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3—J\ tercer punto de mi síntesis espiritual es el siguiente: ¡a pro- m á\ cuarto punto de mi síntesis espiritual dice lo siguiente:
videncia de Dios gobierna nuestras vidas. Estrictamente hablando, en Nuestra respuesta a Dios es amarnos ¡os unos a ¡os otros. Un tópico teo-
Dios no existe el tiempo, no existe un «antes» o un «después». Sin lógico es que a Dios no podemos darle nada, porque ya lo tiene
embargo, nosotros somos criaturas temporales y, en nuestra forma todo. Sin embargo, en la revelación de Jesús claramente se nos
limitada de comprender a Dios, debemos concebir sus acciones co- orienta a responder al amor de Dios con nuestra caridad para con
mo temporales. Por eso debemos decir que, antes de que Dios el prójimo. De hecho, a este amor que sentimos los unos por los
creara este mundo, conocía todos los mundos posibles que podía otros Jesús lo considera el «signo distintivo» de sus discípulos: «Os
crear. Y en alguno de los mundos posibles que Dios podría haber doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros.
creado, tú y yo existíamos, mientras que en otros mundos no. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos
En algunos de los otros mundos que Dios podría haber creado, tú a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos» (Jn
y yo habríamos tenido tipos muy diferentes de existencia, distin- 13,34-35). Tal vez todo esto le resulte obvio a cualquiera que haya
tas circunstancias vitales, otros talentos, diversos sufrimientos y leído el Nuevo Testamento con atención. Pero lo que quizá no es
alegrías... tan obvio es que la capacidad de amarnos los unos a los otros es
un don de Dios. Nosotros no obtenemos el favor de Dios amándo-
Sin embargo, en el acto de creación de Dios, él dijo que no nos los unos a los otros, sino que es el favor de Dios el que nos
quería esos otros mundos, sino éste. En su propio decreto de cre- capacita para amarnos mutuamente.
ación eterna, él quería que esta brizna de hierba brotara a través
de la tierra precisamente en el momento en que lo hizo, y que esa San Juan dice: «Sabemos que hemos pasado de la muerte a la
hoja de árbol cayera en el momento preciso de un día otoñal. vida, porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece
Quería que tú y yo naciéramos de los padres que nos dieron la vida en la muerte» (1 Jn 3,14). Toda la primera carta de san Juan es un
en el preciso momento que él eligió. Él sabía cómo seríamos, cómo hermoso tratado sobre este hecho maravilloso pero misterioso.
nos comportaríamos, lo que seríamos capaces e incapaces de San Pablo, cuando escribe a los Corintios, les habla de los muchos
hacer. Él conocía las agonías y los éxtasis que la vida pediría de dones de Dios, y en el famoso capítulo decimotercero de la Primera
nosotros y nos otorgaría. A este mundo es al que Dios dijo su «sí» Carta a ios Corintios describe el don más excelso de Dios: la cari-
creador. Tras haber visto la totalidad de nuestras vidas desde toda dad. Finalmente, hay una descripción de Jesús del Juicio Final en
la eternidad en el misterio del tiempo, Dios nos da estas vidas la que presenta la llegada de los salvados a la bienaventuranza
pieza a pieza, como si fueran los elementos de un «puzzle» que celestial:
debemos realizar. Al encajar las piezas de este «puzzle» debemos
creer que él, que nos las ha ofrecido, conoce la belleza final cuan- «Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi
do la última de ellas —el acto de nuestra muerte— se sitúe en su Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde
lugar. la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer;
tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; esta-
ba desnudo, y me vestísteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel,
De A Reason To Live, A Reason To Die. y vinisteis a verme"... "En verdad os digo que cuanto hicisteis a
uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis"»
(Mt 25,34-40)
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3—i\ quinto y último punto de mi síntesis espiritual es éste: Dios JLJ sta síntesis o visión de fe sitúa la vida en una perspectiva
es nuestro destino. Hace algunos años, una mujer llamada Florence llena de significado. Nos capacita para entrar en una relación per-
Chadwick, después de no haber logrado cruzar a nado el Canal de sonalizada con Dios en todas las dimensiones de la realidad hu-
la Mancha por unos cientos de metros, declaró que la razón de su mana. Sólo los ojos de la fe pueden ver bajo la superficie de las
fracaso se debía a la densa niebla matinal que se abatía sobre el cosas, y sólo la esperanza de la fe da coherencia a los aspectos dis-
canal. Sus palabras fueron: «Si hubiera podido ver la orilla, lo pares de la existencia humana. Lo cual nos adentra no sólo en
habría conseguido». La visión cristiana de la vida ve a Dios como nuestra unidad con Dios, sino también en nuestra unidad recí-
el Alfa y Omega de la existencia humana. En esta vida y en este proca. Lo primero que vemos es un cuerpo, una apariencia exter-
mundo, somos peregrinos de regreso a nuestro hogar. Ninguna na. Pero bajo la belleza o fealdad superficiales, en un modo de
síntesis vital proporcionada por la visión de la fe estaría completa existencia más profundo, hay una persona: una persona con sue-
sin una visión de la orilla. En el misterio de la transfiguración de ños rotos y esperanzas nuevas, una persona de soledad y amor. Y
Jesús, cuando la belleza de Dios irradió momentáneamente de la de alguna manera, en un modo de existencia incluso más profun-
persona de Jesús, la reacción de Pedro fue típicamente humana: do, en el centro de esa persona está Dios. El modo más profundo
quiso levantar tres tiendas para permanecer en aquel monte para de existencia en toda la creación es la presencia de Dios, cuyo ser
siempre. se comparte y se refleja en todos los aspectos de la misma. Dios
está en la luz del cielo, en lo imprevisto de la tormenta, en el pri-
Fue típicamente humana, porque todos queremos hacer eso mer vagido del recién nacido y en el último aliento del moribun-
mismo: queremos cristalizar nuestros momentos de extrema feli- do. Su pulso es el latido del universo.
cidad y permanecer en ellos para siempre. Pero nuestros relojes y
calendarios siguen su curso, y debemos descender de esas cum- En esta visión de la fe encontramos a Dios en la alegría, en el
bres de suprema felicidad. Sin embargo, si la vida y la muerte han amor, en el dolor y en la soledad. No hay nada en la creación que
de tener un significado para nosotros, es muy importante recordar no haya sido tocado por su presencia. Todos los movimientos que
que algún día ascenderemos el monte de Dios y contemplaremos agitan la creación revelan la vida de un Dios trascendente profun-
su belleza durante toda la eternidad. Habrá un momento en que damente inmanente en todas las cosas. Dios está presente en la
los relojes y los calendarios hayan finalizado su tarea para todos oscuridad de la desesperación y en la luz de la esperanza. Está en
nosotros. Éste es el sentido cristiano del destino. San Pablo escri- las risas y en el grito de dolor, en el mediodía y en la madrugada.
be a los romanos: «Estimo que los sufrimientos del tiempo pre- No hay estrella lejana, ni gota de agua en el fondo del más pro-
sente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en fundo océano, ni montaña, ni roca, ni frágil brizna de hierba que,
nosotros» (Rm 8,18). de algún modo, no comparta su vida ni revele su persona.
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kj esús nos ofrece a cada uno de nosotros el mismo amor que sin- ejemplo de la bondad de Jesús podemos verlo reflejado en
tió por las personas de su tiempo. Hay muchos pasajes sobre su los doce apóstoles. Como cualquier otro rabino y predicador itineran-
bondad. Y debemos recordarlos, porque Jesús es el mismo hoy, te de su tiempo, Jesús eligió un pequeño grupo de doce hombres
mañana y ayer. Fijémonos, por ejemplo, en Dimas, el buen ladrón a los que invitó a ser sus compañeros constantes y los predicado-
(Le 23,39-43). San Lucas nos cuenta que uno de los malhechores res de su evangelio (Me 3,14). Todos aquellos hombres, excepto
crucificados con Jesús le insultaba diciendo: «¿No eres tú el Cris- Judas Iscariote, están canonizados, para que los admiremos e imi-
to? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!» El otro ladrón intentó callarle temos. Pero, para ser honestos, no «nacieron santos». De he-cho,
diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma con- cuando Jesús los llamó eran una miscelánea bastante extraña de
dena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con miseria humana. Y son ejemplos clásicos de hombres que fueron
nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Entonces, amorosamente conducidos a la grandeza por la paciencia de
quizá elevando sus ojos al letrero colocado sobre la cabeza de Jesús. Toda grandeza, según parece, nace de algún modo de la
Jesús, que indicaba el «crimen» por el que iba a morir, Dimas leyó: paciencia del amor; y aquellos hombres no fueron una excepción.
«Éste es Jesús de Nazaret, el rey de los judíos». El letrero formaba Todos ellos fueron aprendices bastante lentos. Encontraron en la
parte de la ceremonia de crucifixión, para que los espectadores y prudencia egocéntrica la mejor parte del valor cuando su propia
los transeúntes supieran la razón del castigo. La muerte por cruci- seguridad se vio amenazada; y fueron cobardes. El grupo incluía
fixión era normalmente una forma muy lenta de morir que solía un bocazas, dos niños mimados, un cabezota, y un indudable
durar dos o tres días. Recordemos que Poncio Pilato se sorprendió cabeza de chorlito. Simplemente fueron tan débiles como tú y
de que Jesús hubiera muerto en unas dos o tres horas. como yo.
Entonces, el hombre al que llamamos Dimas dijo su oración, De A Reason To Live, A Reason To Die.
tal vez la única oración sincera de su vida:
«"Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino". Y Jesús le
dijo: "Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso"».
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Primavera
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r
X^/uando Jesús estaba agonizando clavado en la cruz, seguro
C
t j h a l o m . . . La paz sea con vosotros... Lo comprendo» son las pa-
que sus ojos buscaron entre la multitud que le escarnecía los ros- labras constantes de Jesús a sus apóstoles y a nosotros. Paz en
tros de sus queridos amigos, los apóstoles. Él había entregado a todas las tormentas de la vida. Paz cuando vuestro corazón está
aquellos hombres su confianza y su amor, y ahora daba su vida sumido en el fracaso. Paz cuando vuestro mundo parece derrum-
por ellos. Sin embargo, mientras los brazos de Jesús se encontra- barse sobre vosotros. Paz en la monotonía e infinitud de las
ban extendidos como para abrazar todo el pecador mundo en el pequeñas cosas. Paz en la vigilia y en la espera, cuando vuestro
acto de su muerte, los apóstoles estaban ocultos en una habita- corazón está ansioso y vuestras manos no sirven para nada. Pero,
ción, con las puertas atrancadas y el cerrojo echado. El Domingo sobre todo, paz en vuestra debilidad humana, cuando parece que
de Ramos fueron figuras públicas muy visibles, pero el Viernes no podéis hacer nada bien. «Shalom. Lo comprendo».
Santo se habían desvanecido, recluyéndose en la seguridad de la
«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en
oscuridad. Jesús tuvo que morir solo. La vieja forma de ver las mí... Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el
cosas, caracterizada por el egocentrismo y la autoprotección, toda- mundo...» (Jn 14,1.27).
vía estaba fuertemente implantada en la mente de los apóstoles,
que resultaron ser lo que podríamos llamar «amigos en la prospe- De A Reason To Live, A Reason To Die.
ridad». Pero Jesús se comprometió a amarlos para que alcanzaran
la integridad humana y la plenitud de la vida.
De modo que Jesús se presentó ante los apóstoles el Domingo
de Resurrección por la mañana para compartir con ellos su triun-
fo sobre la muerte. Con benevolencia y paciente comprensión
intentó tranquilizarlos. «¡Shalom!», les dijo. «La paz sea con voso-
tros». Los apóstoles, atemorizados, no daban crédito a sus ojos.
«¡Estamos viendo un fantasma! Debemos de estar sufriendo una
alucinación colectiva». Habían olvidado las predicciones de resu-
rrección que Jesús había hecho previamente. Por eso, Jesús se
ofreció gentilmente a comer su pescado, algo que los fantasmas
no suelen hacer. Y pacientemente les permitió que le tocaran para
asegurarse.
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J L / é hecho, desde nuestra concepción hasta la muerte, todos • ^a persona que trata no sólo de «apañárselas» más o menos
estamos inmersos en un proceso de cambio y crecimiento que da bien durante una época difícil, sino de librarse de una existencia
vueltas continuas en espiral: nacimiento-muerte-renacimiento en engorrosa y rutinaria y descubrir la plenitud de la vida, tendrá que
todas las fases de nuestra personalidad. Cada etapa de la vida con- revisar su «visión básica». Y esto, se cuente o no con la ayuda de
lleva ciertas tareas relativas al desarrollo. Para realizar cada tarea un profesional, significa «terapia de reconstrucción». Como hemos
y, de ese modo, avanzar en nuestro desarrollo personal, debemos venido repitiendo, nuestra participación en la plenitud de la vida
estar inmersos en el cambio continuo. Y es obvio que el cambio es siempre proporcional a nuestra visión. Quien no vive plena-
implica abandonar los antiguos y cómodos comportamientos para mente no ve como es debido. Ahora bien, renunciar a una visión
adoptar otros nuevos y más maduros. en aras de una perspectiva radicalmente diferente conlleva siem-
pre el paso por el «limbo» de la indefinición, de la «tierra de
En cada cambio hay una muerte y un nacimiento. Y cada nadie», por la experiencia temporal del caos. Por eso es por lo que
muerte, sea pequeña o grande, requiere que atravesemos las cinco siempre se presenta un período inicial de desorientación o desin-
etapas del proceso de morir: negación-ira-negociación-resigna- tegración, que es una etapa necesaria del proceso de crecimiento.
ción depresiva-aceptación pacífica. Según parece, tenemos que
atravesar estas cinco etapas antes de poder aceptar y experimen- Quien haya tenido alguna vez la experiencia de atravesar un
tar la nueva vida. Si los que nos aman nos aceptan sencillamen- río de montaña saltando de roca en roca sabe que, mientras se
te como seres «en proceso», su amor nos hará el mayor regalo quede parado en una de ellas, experimentará una sensación de
posible. seguridad, de estar a salvo. Claro que, en tal caso, no hay movi-
miento ni avance, ni se experimenta más satisfacción que la de
El viaje a lo largo de la vida tiene muchos valles que no pode- sentirse seguro. El reto que supone seguir adelante —dar el paso
mos rodear y también muchas montañas que escalar y sobre las a la siguiente roca— es difícil y arriesgado, justamente porque en
que no podemos limitarnos a saltar. También es verdad que nece- esa operación hay un momento en el que ninguno de los dos pies
sitamos espacio y libertad para cometer nuestros propios errores. se asienta con firmeza en la roca. Ese sentimiento de precariedad
El ensayo y el error son las únicas vías a través de las cuales apren- y de temor es comparable al que sentimos en el momento en que,
demos y crecemos. La vida es ante todo y fundamentalmente un debido a una nueva y profunda percepción («insight»), nos vemos
proceso, y un proceso en zigzag. tentados a abandonar nuestra rigidez y pasar a una nueva visión
y a una nueva vida. Pero, del mismo modo que es absurdo buscar
De El verdadero yo: ¡en pie! a un dentista o a un médico que nos cure al instante y sin experi-
mentar ninguna molestia, es igualmente absurdo pensar que el
crecimiento humano puede lograrse instantáneamente y sin
dolor. No se accede impunemente a una vida nueva y plenamente
humana.
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c
\^j orno dijo un gran psiquiatra: «Los niños son excelentes obser-
m / n mi libro Plenamente humano, plenamente vivo cuento la his-
toria de la avería repentina de mi coche en una transitada auto-
vadores, pero malos intérpretes». Observan todo lo que hacen los pista de Chicago. De pie en el arcén de la autopista, junto al iner-
demás, pero interpretan mal esas acciones; saben exactamente lo te automóvil, eché un vistazo al barranco que se encontraba a uno
que haces, pero no saben con exactitud lo que ello significa. de los lados, observando la alta valla y el denso follaje del fondo.
Una conocida mía me contó en cierta ocasión que cuando su Al mirar al otro lado de la autopista me encontré con seis carriles
padre murió, ella era sólo una niña, pero observó que su madre no de denso tráfico. El resultado fue un pánico instantáneo. No sabía
lloró ante la muerte de su padre. Y más tarde la madre me dijo lo qué hacer. Lo que no revelé acerca de este episodio en el libro
siguiente: «Intenté mantener el tipo por los niños. Quería que mencionado es que, varios meses después, Loretta Brady, una mu-
supieran que su padre estaba en el cielo y que la muerte no es una jer que trabaja conmigo, llegó tarde a una reunión. «Lo siento
tragedia. No quería mostrarles de ningún modo mi propio dolor». —dijo—, mi coche se ha averiado». Yo le hice unas cuantas pre-
Por eso puso buena cara, y la niña sacó la siguiente conclusión: guntas amables y averigüé que su coche se había estropeado en el
«Tú no querías a mi padre, ¿verdad? No le querías nada. ¡Yo que- mismo lugar en que había tenido lugar mi tragedia (¡uno no
ría a mi padre, y tú no!» Debido a ello, la pequeña odió a su madre puede por menos de acordarse del «triángulo de las Bermudas»!).
durante años con todas sus fuerzas. Y todo estaba basado en la Sé que resulta un poco extraño, pero es verdad.
excelente capacidad de observación de una niña y en su defectuo-
sa interpretación. «¿Qué has hecho?» —le pregunté—. «Descender por la ladera
del lado oeste de la autopista —me respondió con una sonrisa
Del programa de vídeo Free To Be Me. ligeramente triunfal—. Después encontré un teléfono bajo el paso
elevado y pedí ayuda». (Larga y penosa pausa). «¿Puedo hacerte
una pregunta personal? ¿Cómo te sentías mientras hacías todas
esas cosas?», le pregunté (¡válgame Dios!) adoptando el tono de
«Padre confesor». Ella (¡válgame Dios!) me respondió: «¡Divina-
mente!». Y yo murmuré entre dientes: «Te odio».
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Pm /s muy importante que todos afrontemos la cuestión de la JL JLace algunos años di un retiro en un colegio femenino de
autocomprensión y del perdón a uno mismo. Una idea sumamen- segunda enseñanza de Chicago, y una de las chicas que se acercó
te útil en este aspecto es la siguiente: del mismo modo que debe- a hablar conmigo me preguntó: «Padre, ¿recuerda el terrible in-
mos esforzarnos por ser benévolos en nuestro trato con los demás cendio que se produjo en el colegio de primaria "Nuestra Señora
y perdonar, también debemos extender esa misma benevolencia y de los Ángeles"?» «Sí, lo recuerdo», respondí. «Bueno, pues yo
capacidad de perdón a nosotros mismos. Somos tan complejos estuve en ese incendio —me dijo—. Y quiero contarle una cosa.
que no podemos juzgarnos adecuadamente ni estar seguros de Nos dijeron que no podíamos salir por la entrada, porque las lla-
hasta dónde llega nuestra responsabilidad. Esto no quiere decir mas habían invadido los pasillos, de modo que teníamos que sal-
que nos escabullamos con proyecciones del tipo: «El diablo me tar por las ventanas de nuestra clase. Pero yo era tan pequeña que
obligó a hacerlo». Tenemos que estar dispuestos a aceptar nuestra no pude subirme al alféizar. Todas las demás niñas de mi curso
responsabilidad sobre nuestras acciones y sobre sus consecuen- salieron, y yo me quedé la última. Todavía estaba intentando al-
cias, pero es difícil estar seguros de nuestras intenciones subjeti- canzar el alféizar, cuando una chica más alta que estaba a punto
vas. Somos fraccionarios, y las raíces de nuestras motivaciones de saltar miró hacia atrás y me vio. Entonces vino a por mí y me
están muy enmarañadas. subió al alféizar. Luego me empujó fuera. Cuando aterricé en el
patio del colegio y miré hacia arriba, lo único que salía por la ven-
Sin embargo, podemos afrontar el hecho de que nuestras ac- tana eran las llamas. Aquella chica no lo consiguió. Siempre me
ciones han sido desordenadas y de que hemos podido causar daño acordaré; es un recuerdo que nunca se borrará. Ella murió, pero yo
a otros. Siempre permanecerá en el misterio, incluso para noso- vivo. Dio su vida por mi».
tros mismos, el grado de responsabilidad subjetiva que tuvimos en
aquellas acciones. Por lo tanto, aunque debemos aceptar nuestra Los recuerdos se forman a partir de nuestras experiencias del
responsabilidad, también debemos seguir esforzándonos por com- pasado y, como grabaciones, siguen sonando dentro de nosotros.
prendernos y perdonarnos. En cualquier caso, nunca está de más Las cosas que nos han ocurrido retornan a nosotros como un re-
que nos disculpemos ante aquellos a quienes hemos herido por frán o una pieza musical. Yo creo que es muy importante que la
acción o por omisión. familia lo sepa y lo medite. Las experiencias de hoy serán los recuer-
dos del mañana. Y los recuerdos perviven por siempre.
Al mismo tiempo, reconozco que soy un ser en proceso y que
«Dios aún no ha terminado conmigo». No estoy a punto de disol- Del programa de vídeo Families.
verme en un mar de arrepentimiento por no haber sido perfecto.
Tengo que ser generoso conmigo mismo y evitar todos los juicios
severos.
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JLeóricamente, la mayoría de nosotros admitiría que las emo- * Jc sumamente importante comprender este punto. La no-
ciones no son ni meritorias ni pecaminosas. El sentirse frustrado, represión de nuestras emociones significa que debemos experi-
el estar enfadado, el tener miedo o el encolerizarse no hacen que mentar, reconocer y aceptar plenamente nuestras emociones. Lo
una persona sea buena o mala. En la práctica, sin embargo, la cual no implica en modo alguno que debamos siempre obrar de
mayoría de nosotros no acepta en su vida cotidiana lo que estaría acuerdo con ellas. Sería trágico y demostraría la más absoluta inma-
dispuesto a admitir en teoría, y todos practicamos una censura durez el que una persona permitiera que sus sentimientos o emo-
bastante estricta de nuestras emociones. Si nuestra conciencia ciones rigieran su vida. Una cosa es sentir y reconocer ante uno
censora no acepta determinadas emociones, reprimimos éstas en mismo y ante los demás que uno tiene miedo, y otra cosa es per-
nuestro subconsciente. Los expertos en medicina psicosomática mitir que ese miedo le venza a uno. Una cosa es que yo sienta y
afirman que la causa más frecuente del cansancio y de auténticas reconozca que estoy enfadado, y otra cosa es que te aplaste la
enfermedades es la represión de las emociones. Lo cierto es que nariz de un puñetazo.
hay emociones que no estamos dispuestos a reconocer. Sentimos
vergüenza de nuestros miedos, o nos sentimos culpables de nues- En la persona integrada las emociones ni están reprimidas ni
tra ira o de nuestros deseos físico-afectivos. ejercen el control. Sencillamente, son reconocidas (¿Qué es lo que
siento?) e integradas (¿Deseo obrar de acuerdo con este senti-
Antes de poder estar lo bastante liberado como para practicar miento o no?).
esa comunicación «gut-level», en la que uno se muestra emocio-
nalmente sincero y transparente, hay que estar convencido de que De ¿Por qué temo decirte quién soy?
las emociones no son una realidad moral, sino simplemente/acfzca.
Mis envidias, mi ira, mis deseos sexuales, mis temores, etc., no
hacen de mí una buena o mala persona. Por supuesto que esas
reacciones emocionales deben ser integradas mental y afectiva-
mente; pero antes de que puedan ser integradas, antes de que yo
pueda decidir si deseo o no deseo seguirlas, debo permitirles que
se manifiesten y debo oír con toda claridad lo que están diciéndo-
me. Debo ser capaz de decir, sin el más mínimo sentido de repre-
sión moral, que estoy enfadado, o que estoy airado, o que estoy
sexualmente excitado.
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JLJL ay algo en nuestro interior que explica nuestras reacciones JL-Jas tres razones principales por las que reprimimos aquellas
emocionales; pero ello no significa que ese algo sea malo o lamen- emociones que consideramos indeseables son las siguientes:
table. Mi temor a que exista una discrepancia entre mis palabras
y mi vida no es malo ni lamentable. Sencillamente, forma parte de 1) Porque hemos sido programados para hacerlo. Las denominadas
mí. También puedo airarme al ver cómo un matón abusa de una «grabaciones parentales» de nuestro primer indoctrinamiento es-
víctima indefensa, y puedo descubrir que el origen de mi ira, lo tán constantemente haciendo sonar sus mensajes en nuestro inte-
que hay dentro de mí, es un sano sentido de la justicia y una com- rior. Nuestros padres y otras personas que han tenido influencia
pasión activa por los desvalidos de este mundo. en nosotros educaron durante los cinco primeros años de nuestra
vida nuestros instintos más profundos. 2) Porque «moralizamos» las
Lo importante es darse cuenta de que cada una de nuestras emociones. Según cuál sea nuestra educación, tendemos a etiquetar
reacciones emocionales nos dice algo acerca de nosotros mismos. ciertas emociones como «buenas» o como «malas». Por ejemplo, es
Debemos aprender a no descargar en los demás la responsabilidad bueno sentirse agradecido, pero es malo sentir ira o envidia. 3) La
de estas reacciones, prefiriendo culparles a ellos en lugar de consideración final que nos impulsa a negar ciertos sentimientos
aprender algo sobre nosotros mismos. Cuando yo reacciono emo- humanos válidos es un «conflicto de valores». Por ejemplo, si «ser un
cionalmente, sé que no todos reaccionarían de la misma manera. hombre» se ha convertido en una parte importante de mi identi-
No todos tienen en su interior las mismas emociones que yo. dad y mi autoimagen, en un valor que considero fundamental,
Cuando se trata con muchas personas, hay una gran variedad de casi con toda seguridad habrá ciertas emociones que consideraré
reacciones emocionales: esas personas son diferentes, sienten nocivas para dicha imagen, por lo que tendré que controlar cuida-
diferentes necesidades, tienen un pasado diferente y persiguen dosamente mis emociones para preservar mi masculinidad.
diferentes objetivos. Consiguientemente, sus reacciones emocio-
nales son también diferentes, en función de lo que haya dentro de No estoy seguro de que estas tres razones para la represión no
cada una de ellas. Lo más que yo puedo hacer es estimular esas puedan reducirse a una muy simple. Lo que necesito para seguir
emociones. De modo análogo, si deseo saber algo acerca de mí viviendo es autoaceptación, autoestima, autoaprecio y autocom-
mismo, de mis necesidades, de mi autoimagen, de mi sensibili- placencia, y he intentado construir algún tipo de estructura que
dad, de mis condicionamientos psicológicos y de mis valores, me proporcione todo ello. Reconozco que es como un castillo de
entonces tengo que escuchar mis propias emociones y aprender de naipes que debo proteger de toda clase de amenazas: las que vie-
ellas. nen de fuera y las que proceden de dentro. En cuanto a estas últi-
mas, si las considero incompatibles con mi autoaceptación, pue-
De El secreto para seguir amando. den poner en peligro la precaria torre inclinada de mi autoimagen.
Y eso no puedo tolerarlo. Por eso sufro dolores de cabeza, alergias,
úlceras, resfriados y espasmos. Las emociones reprimidas son
como las personas rechazadas: nos hacen pagar un elevado precio
por haberlas rechazado. No hay nada más de temer que una emo-
ción desdeñada.
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P
a Jr
> cierta manera, nuestros sentimientos resumen toda nues- ^«£uien haya visto alguna vez a un equilibrista habrá observa-
tra historia; no son una mera reacción sumamente personal ante do que lleva una «barra de equilibrio» que hace oscilar con sumo
un individuo o una situación determinada, sino que tienen su ori- cuidado para no caerse. Pues bien, la vida es algo análogo: todos
gen en nuestras más tempranas experiencias humanas, en los tenemos que negociar las difíciles, aunque distintas, trayectorias
mensajes introyectados por nuestros padres y por otras personas de nuestras vidas. La vida implica acción, y la acción significa
importantes en los primeros años de nuestra vida. Moldeamos otras personas; esas otras personas implican que habrá fricción, y
nuestras reacciones emocionales basándonos en las de nuestros la fricción con frecuencia provoca estrés. Ahora bien, una parte de
padres, hermanos y hermanas. Pero nuestras respuestas emocio- este estrés es útil y positiva, pero otra es negativa y dañina, así que
nales nunca son copias exactas, porque también son expresión de nos son imprescindibles unas barras de equilibrio.
nuestras propias experiencias personales y únicas. De hecho, sin-
tetizan y reflejan las raíces de nuestra sumamente individual exis- Algunos opinan que el tratamiento de la tensión debe ser
tencia humana. holístico: debe afectar a todas las dimensiones de nuestro ser. Por
tanto, debería enfocarse:
Consideradas sólo en el contexto del aquí-y-ahora, nuestras
emociones son las reacciones psicofísicas a nuestras percepciones. Físicamente: haciendo ejercicio físico y manteniendo una dieta
Si percibimos a alguien como amigo, cuando estemos con él, nos equilibrada.
sentiremos seguros. Lo primero es la percepción, y la emoción es Emocionalmente: expresando todos nuestros sentimientos sig-
consecuencia de esa percepción. Históricamente, nuestras percep- nificativos en el momento en que los sintamos.
ciones, la forma en que vemos o captamos un objeto determina-
do, se han conformado en gran medida por la influencia de deter- Socialmente: llamando por teléfono a un amigo, celebrando una
minadas personas o acontecimientos significativos de nuestras fiesta, quedando con personas que nos gustan...
vidas. Y esas personas o acontecimientos son como mensajes gra- Intelectualmente: alimentando la mente con la lectura, hacien-
bados que se han depositado sobre nuestras máquinas mentales. do un crucigrama, asistiendo a una conferencia...
En consecuencia, al confiar nuestros sentimientos, de algún Espiritualmente: admirando la belleza del mundo, escuchando
modo estamos compartiendo toda nuestra vida: las personas que música, dedicando diez minutos diarios a la meditación o
nos han influido y las experiencias que nos han modelado. Es ver- la oración...
dad que nuestros sentimientos se pueden inclinar en una u otra
dirección dependiendo de lo que últimamente hayamos dormido De El verdadero yo: ¡en pie!
o comido o de lo que nos haya salido bien o mal a lo largo del día.
Aún así, compartir nuestros sentimientos es nuestra auto-revela-
ción definitiva. Al confiar nuestros sentimientos, estamos dicien-
do que una persona que ha tenido nuestros padres y nuestras
experiencias reacciona de esta forma cuando está cansada o ham-
brienta. Cuando compartimos nuestros sentimientos, siempre
estamos manifestando dónde hemos estado y quiénes somos.
De El verdadero yo: ¡en pie!
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T JL ara mí, es evidente que cada nuevo día —con todas las perso-
m é a practica de la apertura emocional tendrá como resultado
final dos habilidades sumamente valiosas: aprenderemos a identi- nas y acontecimientos que dicho día nos depara— nos interpela,
ficar nuestros agentes estresantes negativos y seremos capaces de de hecho, si dejamos que lo haga. La persona indigente y carente
reevaluarlos. Como hemos dicho anteriormente, el estrés en sí de todo atractivo me interpela acerca de mi capacidad de amar. La
mismo puede ser una fuerza positiva o negativa. Es como la ten- muerte de un ser querido me interpela acerca de lo que realmen-
sión de la cuerda de un violín o de una guitarra. Si está demasia- te creo sobre la muerte y acerca de mis posibilidades de afrontar
do tensa, se romperá; pero, si no hay tensión, tampoco hay músi- provechosamente esa clase de pérdida y la consiguiente soledad.
ca. Por eso el estrés, en sí mismo, es neutral, y es nuestra manera La belleza de las cosas o de las personas me interpela acerca de mi
de reaccionar ante él, basada en nuestras creencias y valores per- capacidad de disfrute. La soledad me interpela acerca de mi ver-
sonales, la que da a un agente estresante su poder positivo o nega- dadera autoestima y mi capacidad de disfrutar de mi propia com-
tivo sobre nosotros. Frecuentemente, el ordenador biológico del pañía. Un buen chiste me interpela acerca de mi sentido del
cuerpo nos ayuda a saber distinguir; no obstante, si examinamos humor. Una persona con un carácter y una educación muy distin-
nuestra vida cotidiana mediante la escucha y el aprendizaje de la tos de los míos me interpela acerca de mi capacidad de empatia y
expresión sincera de nuestras reacciones emocionales, poco a poco de comprensión. El éxito y el fracaso me interpelan acerca de lo
iremos localizando y aprendiendo a identificar los agentes estre- que yo pienso precisamente sobre el éxito y el fracaso. El sufri-
santes negativos que hay en nuestras vidas. miento me interpela acerca de si realmente creo en la posibili-
dad de crecer a pesar de la adversidad. Las críticas negativas diri-
En otras palabras, bajo cada emoción subyace una actitud, gidas a mi persona me interpelan acerca de mi susceptibilidad y
dirigida hacia el éxito, el conflicto, las expectativas, el tiempo, la de mi confianza en mí mismo. La entrega y la dedicación a mí de
perfección, el complacer a los demás... No obstante, si estamos otra persona me interpelan acerca de mi capacidad de dejarme
dispuestos a experimentar y a expresar nuestros sentimientos, querer...
podemos descubrir y explorar esas actitudes. Tenemos que dar la
bienvenida, reconocer y expresar esos sentimientos antes de poder Evidentemente, cada día nos interpela de mil modos. Sin em-
aprender de ellos. bargo, la mayoría de nuestras respuestas no brotan automática-
mente, porque las hemos puesto «en cuarentena», lejos de nuestra
Por tanto, tengamos nuestros sentimientos, asumámoslos y vista. La «desatención selectiva» ha sepultado en la oscuridad
expresémoslos, y, sobre todo, aprendamos de ellos. muchos de mis recuerdos, pensamientos y emociones. Mi yo «ilu-
sorio» ha hecho las funciones de un «censor» que yo mismo me he
De El verdadero yo: ¡en pie! impuesto y que me permite contactar con aquellos pensamientos
y emociones que se consideran aceptables, pero no con aquellos
otros que podrían ser una amenaza para mi identidad ficticia.
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30 DE ABRIL 1 DE MAYO
E mayor regalo que podemos ofrecer a otro es, sin lugar a • J a vocación de «poner derechas» a las personas, de arrancar-
dudas, el sentido de su propia valía. Es la mayor contribución que les sus máscaras, de obligarlas a hacer frente a la verdad reprimi-
podemos hacer a la vida de cualquier ser humano. Y sólo a través da, es una vocación altamente peligrosa y destructiva. Eric Berne
del amor podemos hacer ese regalo y esa aportación. Sin embar- previene contra el peligro de desilusionar a las personas con res-
go, es esencial que nuestro amor sea liberador, no posesivo. En pecto a sus «juegos»: puede que, sencillamente, no lo soporten.
todo momento debemos dar a aquellos a los que amamos la liber- Habían escogido un «rol», habían comenzado a jugar un determi-
tad de ser ellos mismos. El amor afirma a los otros como otros. No nado juego y a llevar una determinada máscara, precisamente
los posee ni manipula como propios. Vienen aquí muy a propósito porque ello iba a hacerles la vida más vivible y tolerable...
las palabras de Frederick Perls: «Tú no viniste a este mundo para
satisfacer mis expectativas, ni yo para satisfacer las tuyas. Si nos Por eso debemos ser muy cuidadosos —extremadamente cui-
encontramos, será estupendo; si no, ¿qué se le va a hacer?». dadosos, de hecho— y no asumir la vocación de hacer ver a los
demás sus errores. Todos sentimos la tentación de desenmascarar
Amar es liberar. El amor y la amistad deben capacitar a los que a los demás, de hacer pedazos sus defensas y dejarlos desnudos y
amamos para dar lo mejor de sí mismos, de acuerdo con su leal perplejos bajo la implacable luz de nuestros focos. Pero el resulta-
saber y entender. Lo cual significa que desear por mi parte lo do podría ser trágico. Si las «piezas» psicológicas se despegan,
mejor para ti y tratar de ser lo que tú necesitas que yo sea, sólo ¿quién va a recogerlas y a recomponer de nuevo la frágil porcela-
puedo hacerlo respetando tu libertad para sentir, pensar y decidir na del pobre Ser Humano? ¿Tal vez tú? ¿Podrás hacerlo?.
a tu manera. Si estimo tanto tu persona como la mía, que es lo que
el amor exige, debo respetarla con todo el cuidado y la sensibili- De ¿Por qué temo decirte quién soy?
dad del mundo. Cuando te afirmo a ti, mi afirmación se basa en
tu valor incondicional como misterio único, irrepetible e incluso
sagrado de la humanidad.
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2 DE MAYO 3 DE MAYO
jL^ebemos ser conscientes de que somos capaces de utilizar a • J »tr.y bastante seguro de que la mayoría de las personas que
las personas en nuestro propio beneficio, para la satisfacción de conozco identifican el amor con un sentimiento o una emoción.
nuestras profundas y acuciantes necesidades humanas. Y pode- Se «enamoran» y se «desenamoran» de acuerdo con un ritmo desi-
mos engañarnos pensando que se trata de verdadero amor. Un gual. La llama del amor se extingue en sus vidas hasta que vuelva
joven que afirma amar a una joven puede engañarse pensando a surgir la chispa.
que la gratificación de sus propios impulsos egoístas es realmente
amor. Y la joven que llena el vacío de su propia soledad con la Ahora bien, todo el mundo saben que los sentimientos son
compañía y la atención de un joven puede confundir esta satis- como yoyós, que suben y bajan dependiendo de cosas tan volubles
facción emocional con el amor. Del mismo modo, la madre y el como el barómetro, la meteorología, la digestión, la época del mes
padre que tratan ansiosamente de conseguir el éxito de sus hijos, o el lado de la cama por el que nos levantamos por la mañana. Los
pueden fácilmente racionalizar su deseo de una experiencia vica- sentimientos son inconstantes, y las personas que identifican el
ria de éxito y convencerse a sí mismos de que son unos padres que amor con los sentimientos se convierten en amantes veleidosos.
quieren a sus hijos. La cuestión esencial sigue siendo el auto-olvi-
do. ¿Se olvidan realmente de sí mismos, de su propia convenien- Es evidente que los sentimientos están relacionados con el amor.
cia y de su satisfacción emocional el joven y la joven y el padre y La primera atracción del amor suele experimentarse en forma de
la madre, para buscar únicamente la felicidad y la realización de sentimientos muy intensos. Y yo no puedo —a menos que sea una
las personas amadas? No se trata de meras preguntas teóricas. El especie de héroe o un masoquista— poner tu satisfacción, tu
hecho es que, para la mayoría de nosotros, nuestras propias nece- seguridad y tu evolución en pie de igualdad con las mías si no
sidades son tan palpables y reales que es enormemente difícil que siento por ti un profundo amor. Sin embargo, a lo largo de una
la semilla caiga en la tierra y muera a sí misma antes de poder relación amorosa tendremos que atravesar de vez en cuando
vivir una vida de amor. inviernos de desajuste emocional para encontrar en primavera
alguna novedad en nuestro amor. En la medida en que el oropel
De Why Am I Afraid To Love? del amor juvenil se vaya puliendo con el tiempo, para convertirse
en el oro más valioso del amor maduro, habrá ocasiones en que la
satisfacción emocional brillará por su ausencia; y habrá otras
veces en que los sentimientos negativos nublarán el cielo de nues-
tro mundo. Pero ciertamente el crecimiento en el amor supone y
necesita, por lo general, un buen clima emocional.
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4 DE MAYO 5 DE MAYO
De Unconditional Love.
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E problema es que todos nos aferramos a nuestros propios sal- i j ó l o se puede amar realmente a los demás cuando el centro de
vavidas. Cada uno de nosotros debe decidir cómo quiere pasar su nuestras mentes y el objeto de nuestros deseos es otra persona,
vida. Si decidimos pasar nuestras vidas persiguiendo nuestra pro- cuando todos nuestros actos tienen su origen en la preocupación
pia felicidad y realización, estamos destinados al fracaso y a la por otra persona, no por nosotros mismos. Si realmente amamos
desolación. Si decidimos pasar nuestras vidas buscando la realiza- de este modo, seremos amados y podremos aceptar el amor de los
ción y la felicidad de los demás, y esto es lo que el amor implica, demás. Sin embargo, el error que hay que evitar a toda costa es
seguramente alcanzaremos nuestra propia felicidad y realización. amar para recibir amor a cambio. Debo, como Cristo sugiere, per-
der la vida antes de poder ganarla. Debo descubrir que la única
Las personas que sólo quieren su propia realización, o que de- forma real de recibir es dar. Tengo que perder mi vida, y no puedo
ciden amar para poder realizarse, descubrirán que sus esfuerzos perderla si siempre la tengo ante mi mente.
son vanos, porque el centro de atención está situado en sí mismas.
Las personas sólo pueden crecer en la medida en que sus horizon- En otras palabras, amor significa preocupación, aceptación e
tes lo permitan, y quienes deciden amar para realizarse y ser feli- interés por las personas que me rodean y a las que intento amar.
ces se decepcionarán y no crecerán, porque su horizonte seguirá Es una autodonación que puede convertirse en un altar de sacri-
siendo ellos mismos. Por consiguiente, no podemos de ninguna ficio. Sólo puedo amar a los demás en la medida en que verdade-
manera concebir el amor como un medio de auto-realización, por- ramente sean el centro de mi mente, de mi corazón y de mi vida;
que, si lo hacemos, seguiremos estando dentro de un traicionero y sólo puedo encontrarme a mí mismo olvidándome de mí. El
círculo vicioso, partiendo siempre de nuestras necesidades, pasan- amor es verdaderamente costoso y exigente. Debido a los dolores
do por los demás, para regresar a nosotros mismos. No podemos internos que todos soportamos, a las cicatrices que forman parte
utilizar a los demás como medios, sino que deben ser siempre el de nuestra herencia humana y a la competitividad y el ejemplo de
objetivo final del amor. Sólo alcanzaremos la madurez en la medi- un mundo avaricioso, nos resultará difícil hacer el sacrificio de
da en que traslademos el centro de atención de nuestras mentes nosotros mismos que implica amar. El amor siempre conlleva al
alejándolo de nosotros mismos y de nuestras necesidades y dese- menos este sacrificio: la orientación de mis pensamientos y dese-
os egocéntricos de satisfacer dichas necesidades. os hacia los demás y el abandono del propio yo y del propio inte-
rés. Es innecesario decir que tal abandono siempre implica un alto
De WhyAm lAfraid To love? coste para uno mismo.
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^^yna vida de amor es difícil, pero no es una vida desolada ni Jl.ero ¿cómo podemos amar si nunca hemos sido amados? Entre
ingrata, sino que de hecho es la única vida verdaderamente el negro y el blanco siempre hay una zona gris. Todos tenemos
humana y feliz, porque está llena de preocupaciones tan profun- alguna capacidad de amar, alguna capacidad de desplazar el cen-
das como la vida, tan amplias como el mundo entero y tan tras- tro de nuestra mente de nosotros mismos y situarlo en las necesi-
cendentales como la eternidad. Sólo cuando hemos consentido en dades, la felicidad y la realización de los demás. En la medida en
amar, y hemos aceptado olvidarnos de nosotros mismos, podemos que lo hagamos, en la medida en la que hagamos realidad este
alcanzar nuestra realización; realización que llegará imperceptible potencial que está latente dentro de nosotros, seremos amados.
y misteriosamente como la gracia de Dios, pero la reconoceremos Aun cuando al principio sólo podamos amar un poco, al menos
y se reconocerá en nosotros. Habremos hecho la revolución coper- nos amarán un poco; y el amor que recibamos nos permitirá salir
nicana que resitúa el centro de nuestra mente y de nuestro cora- cada vez más de nosotros mismos e ir hacia los demás, en la direc-
zón en el bien y la realización de los demás; y aunque esta con- ción que marca el amor. Éste es, pues, el desafío que subyace en
versión no ha buscado nada para sí misma, lo ha recibido todo. La cada uno de nosotros: debemos utilizar cualquier capacidad para
persona amable, a fin de cuentas, es la que ha consentido en amar. amar que tengamos, ya sea pequeña o grande. En la medida en
que estemos dispuestos a hacer el esfuerzo y tener la dedicación
Solemos exigir que los demás nos amen sin estar dispuestos a que el amor implica, seremos alimentados y fortalecidos por el
hacer el sacrificio y llevar a cabo el abandono de nosotros mismos amor que recibiremos a cambio; pero debemos recordar que, al
que son necesarios para hacernos amables. Sin embargo, quien hacer esta autodonación, el centro de nuestras mentes debe siem-
haya superado la paradoja complicada y profunda que el amor pre alejarse de nuestro yo, y esto excluye pedir o pensar que vamos
implica y haya estado dispuesto a darse a los demás sin reservas y a recibir algo a cambio. Cuando preguntamos «¿qué has hecho por
sin pedir nada a cambio, no cabe duda de que será amado y alcan- mí?», hemos dejado de amar.
zará la plenitud.
De WhyAm I Afraid To Love?
De Why Am I Afraid To Love?
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r
3—i A fórmula bíblica para una vida buena es ésta: «Ama a las " J" los evangelios (Le 1,26-38) leemos que un ángel se acercó
personas/Utiliza las cosas». Cuando Dios creó el mundo, vio que a una joven con una pregunta totalmente inesperada: «¿Quieres
era muy bueno. El mundo está verdaderamente grávido de la ser la madre del Mesías?» Intentando recuperarse de la asombro-
grandeza de Dios. Y él nos llama a unirnos a él para afirmar: «¡Es sa sorpresa, la joven hizo la única pregunta importante: «¿Es real-
muy bueno!» Somos invitados a utilizar y disfrutar todas las cosas mente ésa la voluntad de Dios?; ¿quiere Dios verdaderamente eso
buenas de Dios. Pero se nos advierte que no permitamos que de mí?» Pues ése había sido siempre el deseo de su corazón: cum-
nuestros corazones sean propiedad de las cosas. Si amas las cosas, plir la voluntad de Dios en todas las cosas. El ángel le aseguró que
pronto empezarás a utilizar a las personas para conseguir esas co- era la voluntad de Dios, y la joven, María, inclinó su cabeza con
sas que amas. Guarda tu corazón para amar, y guarda tu amor un «sí» inmediato: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí
para las personas. según tu palabra» (Le 1,38). Y así, en aquel momento, la Palabra
se hizo carne. El Hijo de Dios recibió su humanidad a través del
El imperativo bíblico se ilustra con un ejemplo tomado de la cuerpo de María y del poder de Dios, y aceptó residir en ella, bajo
vida de Martin Buber, el filósofo del «Yo-Tú». Buber dirigió su su inmaculado corazón.
especulación filosófica hacia los temas del «Yo-Tú», hacia la pri-
macía de las personas, después de un triste incidente. Cierto día, Cuando María dijo «Hágase», no comprendió todos los demás
un joven se presentó en el despacho de Buber pidiendo que le con- «síes» que conllevaría su primer «sí». Los estudiosos de la Escritura
cediera un poco de tiempo. «Necesito verle», le dijo. Buber no le no creen que ella supiera que el Mesías de quien había consenti-
atendió argumentando que estaba preparando una ponencia para do ser madre sería de hecho el Hijo de Dios. Yo también estoy
un congreso que se celebraría unos días después. Aquella noche, seguro de que, cuando se hizo evidente que estaba embarazada,
el joven se suicidó, y su suicidio afectó profundamente a Buber. De no sabía cómo explicar su maternidad a José, que resolvió «repu-
una forma renovada y dolorosa aprendió la importancia de amar diarla en secreto». Pienso que ella se preguntaba con frecuencia
a las personas y utilizar las cosas. cuál iba a ser el futuro de aquel pequeño que tenía en sus brazos
aquella noche en Belén. Después de todo, no comprendía esa mi-
Esto de «Amar a las personas/Utilizar las cosas» supone un rada distante que se percibía en los ojos de su criatura; una mira-
delicado equilibrio que fácilmente se descompensa. En el momen- da que parecía ver en el futuro. Era casi como si él supiera que su
to en que comenzamos a amar las cosas, empezamos a utilizar a destino era hacer algo que cambiaría el curso de la historia huma-
las personas para conseguir las cosas que amamos. Consiguien- na. También creo que María se quedó perpleja por la respuesta de
temente, la Biblia no dice que «el dinero es el origen de todo mal», su hijo a su inquieta pregunta tras haber permanecido en el tem-
sino que «el amor al dinero es el origen de todo mal». Tu corazón plo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos esta-
estará donde se encuentre tu tesoro. Así, por ejemplo, cuando nos do terriblemente preocupados intentando encontrarte», y Jesús se
hacemos dependientes de la adoración y la adulación, sólo permi- limitó a responder: «¿No sabíais que tenía que ocuparme de los
timos la entrada en nuestro mundo a quienes traen consigo la asuntos de mi Padre?». Estoy seguro de que María no lo entendió.
necesaria cuota de admisión. Cuando nos hacemos dependientes
de nuestros propios placeres y satisfacciones, nos negamos a dar
De The Christian Vision.
un lugar en nuestro mundo a quienes podrían resultar una carga
o una incomodidad. No aceptamos el desafío del amor.
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M
JL r JLaría no estaba con Jesús el Domingo de Ramos. No escuchó
• / stoy absolutamente seguro de que cuando confiamos nues-
tros sentimientos a alguien, tenemos la sensación de que estamos
los «¡Hosannas!» ni experimentó la excitación de su aclamación realmente compartiendo nuestro yo verdadero. No tenemos muchos
pública y su entrada triunfal en Jerusalén. El retrato evangélico pensamientos completamente originales —al menos, yo no re-
final de María es la terrible escena del Calvario, donde permane- cuerdo haber tenido ninguno—; tampoco hemos adoptado mu-
ció valientemente a los pies de la cruz, viendo a su hijo morir lenta chas decisiones novedosas; pero nadie, a lo largo de toda la histo-
y dolorosamente. Y cuando el cielo se oscureció, sostuvo el cuerpo ria de la humanidad, ha tenido exactamente los mismos senti-
muerto de su hijo entre sus brazos temblorosos. mientos; nadie ha sentido nunca como nosotros. Nuestros senti-
Miguel Ángel esculpió en mármol un hermoso tributo a esta mientos son tan únicos y originales como nuestras huellas dacti-
mujer. Es como un tributo a su «sí» a la voluntad de Dios. En la lares. Por ejemplo, alguien podría resumir su persona diciendo:
escultura, María sostiene a Jesús en sus brazos, mirando el cuer- «Soy cristiano, abogado, y mi familia es mi vida». Claro y preciso.
po desgarrado de su hijo con ternura maternal y amorosa compa- Pero, en realidad, no se llega a conocer a la persona individual a
sión. Miguel Ángel llamo a su escultura la «Pietá». Pietá es una partir de tales resúmenes generales. Porque la mayoría de los nor-
palabra italiana que significa «fidelidad». Y María es la mujer que teamericanos se identifican con el cristianismo, y en el país hay
deseó la voluntad de Dios con todo su corazón, que dijo su «sí» sin un abogado por cada siete mil habitantes, además, los devotos de
comprender todo lo que implicaba. Pero confiaba en Dios, confia- la familia también son muy comunes.
ba en que él la amaba, confiaba en su sabiduría y en sus caminos,
aun cuando ella no comprendiera. El resumen de Miguel Ángel Las personas que sólo están dispuestas a compartir de este
para la increíble proeza de María es la palabra «PIETÁ». modo sus pensamientos y opciones lo hacen de la misma manera
en que podrían estar explicando el último libro que han leído. Pero
María dijo «sí» a la voluntad de Dios y fue fiel hasta el final. si una persona se nos confía y nos describe sus sentimientos —su
soledad y sus luchas, sus temores y sus alegrías, la paz de la cer-
El cristiano que realmente ha asimilado la mente de Cristo teza y el dolor de la duda—, entonces tendremos la sensación de
sabe que el Señor nunca habló de éxito, sino sólo de «fidelidad», que estamos llegando a conocer quién es realmente esa persona.
de pietá. Cuando vemos nuestras vidas cristianas en la perspectiva Dime lo que piensas, y posiblemente podré encasillarte en una
del evangelio, la fidelidad a la voluntad de Dios es la única corona categoría; dime lo que sientes, y llegaré a conocerte.
real y eterna del éxito.
De El verdadero yo: ¡en pie!
Puede que un ángel escriba sobre nuestras tumbas, la tuya y
la mía, el epitafio apropiado que resuma nuestras vidas en la tie-
rra: «PIETÁ».
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A. JLlguien ha tenido el acierto de distinguir cinco niveles de co- * J a persona encerrada en sí misma evoca lo que Viktor Frankl
municación en los que las personas podemos relacionarnos unas escribe en su libro, Man's Search for Meaning, acerca de sus compa-
con otras. Para comprender dichos niveles, tal vez sea útil imagi- ñeros de infortunio en el campo de concentración nazi de Dachau.
nar una persona encerrada en una prisión. (Es el ser humano, Algunos de aquellos prisioneros, que anhelaban tan desesperada-
urgido insistentemente desde dentro a salir hacia los demás y, sin mente su libertad, habían estado encerrados durante tanto tiem-
embargo, temiendo hacerlo). Los cinco niveles de comunicación po que, cuando al fin fueron liberados, salieron a la luz del sol,
representan otros tantos grados de disponibilidad a salir fuera de parpadearon nerviosamente y regresaron en silencio a la ya fami-
sí mismo y comunicarse con los demás. liar oscuridad de los barracones, a la que se habían acostumbrado
al cabo de tanto tiempo.
El hombre de la prisión —todo hombre— ha estado en ella
durante años, aunque, paradójicamente, las rejas no están cerra- Éste es el dilema, un tanto dramático, que todos nosotros ex-
das. Puede salir, pues, de su prisión, pero durante su larga estan- perimentamos, en un momento u otro de la vida, a lo largo de
cia en ella ha aprendido a temer los posibles peligros con que nuestro proceso de ser personas. La mayoría de nosotros nos limi-
podría encontrarse. Así pues, ha llegado a sentir una especie de tamos a dar una débil respuesta a la invitación de llegar a un
seguridad y protección tras los muros de la prisión, en la que está encuentro con los demás y con nuestro mundo, porque nos resul-
preso por propia voluntad. La misma oscuridad de la prisión le ta incómodo y violento exponer nuestra desnudez de personas.
impide tener una visión clara de sí mismo, y no está seguro del Algunos sólo están dispuestos a aparentar semejante «éxodo»,
aspecto que puede tener a la luz del día. Pero, sobre todo, no está mientras que otros consiguen reunir el valor suficiente para reco-
seguro de cómo habrían de recibirlo el mundo que él ve desde rrer todo el camino hacia la libertad.
detrás de sus barrotes y las personas a las que ve moverse en dicho
mundo. De modo que se siente desgarrado entre, por una parte, la De ¿Por qué temo decirte quién soy?
necesidad casi desesperada de ese mundo y esa gente y, por otra,
el temor igualmente desesperado al riesgo de ser rechazado si
decidiera poner fin a su aislamiento.
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" •/a comunicación en el quinto nivel, la conversación tópica, R el cuarto nivel de la comunicación no nos aventuramos
representa la más débil respuesta al dilema humano y el más bajo demasiado lejos de la prisión de nuestro aislamiento para aden-
nivel de autocomunicación. De hecho, puede decirse que no hay trarnos en la verdadera comunicación, porque no revelamos casi
comunicación alguna, a menos que sea por puro accidente. En es- nada de nosotros mismos. Nos contentamos con referir a otros lo
te nivel hablamos con frases hechas, tales como: «¿Cómo estás?... que ha dicho Fulano o lo que ha hecho Mengano. Pero no hace-
¿Y la familia?... ¿Dónde te has metido?...». Y decimos cosas de este mos ningún comentario personal, auto-revelador, sobre tales
estilo: «¡Me encanta el vestido que llevas!»; «Espero que volvamos hechos, sino que nos limitamos a referirlos. Del mismo modo que
a vernos muy pronto...»; «Ha sido fantástico verte...». En realidad la mayoría de nosotros nos escudamos a veces en tópicos, así tam-
no queremos decir casi nada de lo que, de hecho, decimos o pre- bién recurrimos en ocasiones al cotilleo, a la trivialidad y a la
guntamos. Si a nuestra pregunta, «¿Cómo estás?», se pusiera el anécdota ajena. Ni damos nada de nosotros ni pedimos nada de
otro a responder en detalle, nos quedaríamos pasmados. Afortu- los otros a cambio.
nadamente, lo normal es que el otro sea perfectamente conscien-
te de lo superficial y convencional de nuestro interés y de nuestra De ¿Por qué temo decirte quién soy?
pregunta, y se limite a responder de un modo igualmente con-
vencional: «Muy bien, gracias».
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1 / n el tercer nivel de comunicación ya comunico algo de mi • ' a comunicación en el segundo nivel implica compartir mis
persona. Estoy dispuesto a dar este paso, para salir de mi solitaria sentimientos (emociones). «Gut-level». Puede que muchos de no-
reclusión, y a asumir el riesgo de referirte algunas de mis ideas y sotros creamos, que una vez que hemos revelado nuestras ideas,
revelarte algunas de mis opiniones y decisiones. Sin embargo, lo opiniones y decisiones, no nos queda realmente mucho más que
habitual es que mi comunicación siga estando sometida a una compartir. Pero lo cierto es que las cosas que más claramente me
estricta censura. Mientras comunico mis ideas, etc., te observo diferencian y me individualizan respecto de los demás, que hacen
atentamente. Es como comprobar la temperatura del agua antes que la comunicación de mi persona sea objeto de un conocimien-
de zambullirte en el mar. Quiero estar seguro de que vas a acep- to realmente único, son mis sentimientos o emociones.
tarme con mis ideas, mis opiniones y mis decisiones. Si arqueas
las cejas o frunces el ceño, si bostezas o no dejas de mirar el reloj, Si deseo realmente que sepas quién soy yo, debo hablarte con
probablemente me batiré en retirada y me apresuraré a refugiar- las tripas («gut-level») tanto como con la cabeza. Mis ideas, opi-
me en el silencio, o cambiaré de tema de conversación, o peor aún: niones y decisiones son absolutamente convencionales. Si yo soy
me pondré a decir cosas que sospecho que quieres que diga. un convencido conservador o un convencido liberal, también lo es
Trataré de ser como a ti te gusta. muchísima gente; si estoy a favor o en contra de la exploración del
espacio, siempre habrá otros que piensen lo mismo. Pero los senti-
Tal vez algún día, cuando haya hecho acopio de valor y desee mientos que subyacen a mis ideas, opiniones y convicciones son
intensamente crecer como persona, tal vez entonces descubra exclusivamente míos. Nadie apoya a un partido político, o tiene
ante ti todo cuanto contienen mi mente y mi corazón. Entonces una convicción religiosa, o está comprometido con una causa, con
será mi momento de la verdad. mis mismísimos sentimientos de fervor o de apatía. Nadie experi-
menta mi mismo sentimiento de frustración, padece mis mismos
De ¿Por qué temo decirte quién soy? miedos y siente mis mismas pasiones. Nadie se opone a la guerra
con la misma indignación con que yo lo hago, y nadie defiende el
patriotismo con el mismo sentido de la lealtad con que yo lo
defiendo.
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JL ara comprender los efectos de la comunicación cumbre imagi- JL ermítaseme ahora describir lo que trato de decir al hablar de
nemos a un hombre que permanece solo todo el día en su aparta- experiencia cumbre en la comunicación. Ante todo, supongamos
mento. Mientras está en él, tiene una sensación de seguridad; no que en dicha experiencia cumbre te abres de tal forma que el otro
tiene necesidad de interacción alguna con otras personas que pue- se ve llamado a salir de sí mismo y de todas sus inveteradas y
den amenazarle e incluso herirle; sabe dónde están las cosas (la petrificadas posturas y cálculos para acceder a una nueva expe-
lamparita, el cuarto de baño, las aspirinas...). Al menos, en su ais- riencia. Esta nueva experiencia no consiste tan sólo en un conoci-
lamiento está protegido del peligro. El mundo exterior a su peque- miento más profundo de la realidad de tu propio yo, sino que ade-
ño apartamento no existe para él. Está vivo, pero no demasiado. más, y en virtud de la refracción y la asimilación posteriores, cons-
Respira, pero no vive realmente. De repente, un día se asoma a la tituirá una nueva experiencia para el otro, cuya capacidad y reali-
ventana y ve a otra persona que está experimentando un momen- dad se verán incrementadas. Semejante experiencia transformará
to de intensidad emocional. Aquello le resulta tan interesante y para siempre esa realidad y hará que la persona sea más abierta,
tan cautivador que se olvida de todos sus miedos. Abre la puerta, más afectuosa y más viva.
sale al exterior y, en ese maravilloso y liberador momento, experi-
menta otro mundo. Empieza a respirar un aire limpio y fresco; la Dado que las emociones son las que definen y revelan el yo
luz y el calor del sol caen sobre él por primera vez... Y entonces esencial, necesariamente estaré revelando mis sentimientos en el
sabe que la vida que había en él se ha expandido; que ya nunca momento de mi transparencia. Es el hecho de compartir mis sen-
podrá regresar, que nunca volverá a ser él mismo ni a vivir una timientos el que te proporcionará la oportunidad de conocerme a
experiencia tan reducida y que ya no encajaría en ese mundo; y mí y de conocerte a ti mismo de una nueva manera, y de cambiar
todo porque ha salido de sí mismo y ha ido hacia alguien distinto mediante ese conocimiento. Tal vez ello suceda mientras te relato
de un modo verdaderamente profundo. Todas las dimensiones de un incidente o te expreso mi amor; pero será el sentimiento o el
su mundo, todas las previsiones y prejuicios en los que había esta- contenido emocional el que ocasione ese cambio y te ofrezca la
do encerrado, se han desvanecido de alguna manera. experiencia de mi persona. A menos que abra mis propios y sin-
gulares sentimientos, tú no harás más que «proyectar» en mí tus
A raíz de las experiencias cumbre, sus protagonistas, si bien propias emociones. Por ejemplo, si te cuento que he fallado en
no de un modo siempre espectacular, experimentan una autén- algo, sin describir vividamente mi reacción emocional exacta ante
tica alteración, porque toda la relación adquiere una nueva pro- ese fallo, tú pensarás que mi reacción fue como habría sido la tuya
fundidad e intensidad. Cada uno verá al otro desde una nueva en una situación similar; y nunca es así. Si te niego el acceso a la
perspectiva. profundidad de mis emociones, jamás llegarás a conocerme ni te
enriquecerás con el tipo de experiencia cumbre de que estoy
De El secreto para seguir amando. hablando.
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JL*re todas las amenazas a que está expuesto el auténtico diálo- LJ i tengo que decirte quién soy yo realmente, debo hablarte de
go, la que hay que evitar con mayor cuidado es la intrusión de los mis sentimientos, tanto si voy a obrar de acuerdo con ellos como
juicios, bien sobre uno mismo, o sobre nuestro interlocutor. Ya si no. Puedo decirte que estoy enfadado y explicarte el hecho de
hemos dicho que nadie puede causar nuestras emociones, sino mi enfado sin inferir juicio alguno sobre ti y sin tratar de obrar
simplemente estimular unas emociones que ya están dentro de sobre dicho enfado. Puedo decirte que tengo miedo y explicar el
nosotros. La puerta de entrada más habitual de los juicios que hecho de mi miedo sin acusarte de ser tú la causa de él y, al mismo
arruinan el diálogo es mi creencia de que tú has causado mis emo- tiempo, sin sucumbir al mismo. Pero, si debo abrirme a ti, tengo
ciones, o el pensamiento de que hay una conexión tan obvia entre que permitirte tener la experiencia (encuentro) de mi persona,
tu acción y mi emoción que «cualquiera habría reaccionado como para lo cual debo hablarte de mi enfado y de mi miedo.
yo lo he hecho». Ambas reacciones están basadas en juicios, y
ambos juicios tienen que ser falsos. Se ha dicho con razón que o verbalizamos nuestros sentimien-
tos o los somatizamos. Los sentimientos son como el vapor que se
Por ejemplo, acordamos encontrarnos a determinada hora y acumula en el interior de una olla: si se guardan dentro y se per-
en cierto lugar. Tú llegas media hora tarde, y yo estoy enfadado. mite que acumulen intensidad, pueden acabar haciendo saltar la
Debería decírtelo como un simple hecho, dando únicamente a «tapadera» humana que los reprime, lo mismo que el vapor puede
entender que hay algo en mí que reacciona airadamente cuando hacer saltar por los aires la tapadera de la olla.
me hacen esperar. Pero piensa en los posibles juicios acusatorios
que podrían acompañar a mis palabras, las inflexiones de mi voz Cuando enterramos nuestras emociones, no han muerto, sino
o las expresiones de mi rostro: que siguen vivas en nuestro inconsciente y en nuestras visceras,
lastimándonos y afligiéndonos. El explicitar nuestros verdaderos
«Podrías haber sido más puntual...». «Has sido muy desconsidera- sentimientos no sólo favorece mucho más una auténtica relación,
do». «No te importan mis sentimientos». «En realidad no me quie- sino que además es esencial para nuestra integridad física y para
res». «Siempre llegas tarde». «Eres un egoísta». «Lo has hecho para nuestra salud.
herirme o para desquitarte». «Ésta es la razón de que no tengas
amigos». «No piensas en las consecuencias». «Cualquier otro habría
De ¿Por qué temo decirte quién soy?
salido con tiempo para llegar».
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5 DE JUNIO 6 DE JUNIO
R todos nosotros hay una necesidad real de ser amados. Por JL JLace muchos años leí un libro sobre cómo hablar en público.
ello es muy importante que podamos asimilarlo y saborear su rea- El primer capítulo se titulaba: «No trates nunca de ser mejor ora-
lidad cuando alguien nos ofrece un amor sin condiciones. El amor dor que persona, porque el auditorio se dará cuenta». Era una
es incondicional cuando es ofrecido como un simple regalo, sin paráfrasis de la definición de buen orador que da Quintiliano: una
lazos que lo aten. Se expresa cuando alguien dice (y es eso lo que buena persona que habla bien. Es evidente que implica que nor-
quiere decir): «Sencillamente, te amo. No tienes que dar nada a malmente nuestros motivos se transparentan a pesar de nuestros
cambio de mi amor. Lo único que tienes que hacer es aceptarlo. Te intentos por camuflarlos. Todos hemos notado que en ocasiones
amo». Cuando se ofrece amor de esta forma, debemos saber cómo éramos malinterpretados, y de hecho lo hemos sido; pero en con-
asimilarlo. Y para ello tenemos que caer en la cuenta de que somos junto las intuiciones de los demás sobre nuestras motivaciones
dignos de ser amados. son normalmente acertadas, aunque sean incompletas. Por lo
tanto, las personas que intenten dialogar deberán ser sumamente
Por otra parte, es igualmente necesario ser totalmente hones- sensibles a sus motivos. Yo sugiero tres posibilidades a las que hay
to en la comunicación de uno mismo. Tenemos que decir quiénes que prestar especial atención.
somos realmente y negarnos a representar cualquier papel que
nos puedan sugerir. Si decido ser únicamente yo mismo, puede Ventilación: Cuando ventilamos una habitación, la aireamos.
que me pregunte si eso me costará tu amor. «¿Piensas que soy Nos deshacemos del aire viciado y de los olores. Las emociones
dulce y paciente?; bien ¿y que ocurriría si me enfadara y perdiera también pueden acumularse dentro de nosotros hasta el punto de
la paciencia?, ¿seguirías amándome?» No puedo permitir que me hacernos sentir la necesidad de ventilarlas, de «desahogarnos» de
arrincones o que me subas a un pedestal en el que me sienta incó- una vez. Puede haber ocasiones en las que esto sea necesario, pero
modo e incapaz de moverme. Debo insistir en mi derecho y en mi cuantas menos sean, mejores serán el diálogo y la relación.
necesidad de decirte quién soy realmente. Si vas a amarme sin
condiciones, debes ofrecerme una atmósfera de libertad para que La ventilación es esencialmente egocéntrica: si quiero sentir-
pueda decirte quién soy verdaderamente. me mejor, te utilizo como un cubo de basura para mis desechos
emocionales. La necesidad ocasional de este tipo de ventilación es
Del programa de vídeo Free To Be Me. comprensible, pero nadie quiere convertirse en un cubo de basura
ni en un paño de lágrimas. Volcar mis problemas emocionales so-
bre ti para sentirme mejor es egocéntrico. Quien convierte esto en
un hábito, se vuelve egoísta, y una persona egoísta tiene muy poca
capacidad para el diálogo y el amor.
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7 DE JUNIO 8 DE JUNIO
M r
\^jomunicaríón: El único motivo que puede dar origen a un ver-
-L W JLanipulación: El segundo posible motivo que debemos consi- dadero diálogo es el deseo de comunicación. Ya hemos dicho que
derar es la manipulación. Ya hemos dicho que el amor es esen- comunicarse significa compartir, y que compartimos nuestro yo
cialmente liberador. El amor se limita a preguntar: «¿Qué puedo real cuando compartimos nuestros sentimientos. En consecuen-
hacer por ti?; ¿cómo necesitas que sea yo?» La pregunta implícita cia, el único motivo válido para el diálogo es ese deseo de dar al
en la manipulación es justamente la opuesta: «¿Qué puedes hacer otro lo más preciado que puedo darle: mi propio ser en la auto-
por mi?» La manipulación es como un juego de manos para obli- revelación, en la transparencia que se alcanza en el diálogo.
gar al otro a satisfacer mis necesidades. Obviamente, habrá veces
en las que yo necesite que tú me ayudes, que estés conmigo, que NOTA. Estoy seguro de que, como yo, también tú has sentido algu-
me escuches. Y debo sentirme libre para pedírtelo sin miedo al na vez que los demás no están realmente interesados por ti. Ni
rechazo. siquiera quienes supuestamente nos aman y a los que supuesta-
Sin embargo, la manipulación como motivo del diálogo impli- mente amamos parecen muy interesados en escucharnos. He co-
ca que expongo y describo mis sentimientos a otra persona para nocido a muchas esposas que tienen esta falta de interés respecto
que haga algo al respecto. Como manipulador hago que la otra de sus maridos, y a muchos maridos que tienen esa misma falta
persona se sienta responsable de mis emociones. Por ejemplo, de interés respecto de sus esposas. Y lo mismo suelen decirme los
puedo decirte que me siento solo. Se trata del simple hecho de jóvenes cuyos padres aparentemente no se interesan por ellos. En
estar atravesando un período de soledad, y quiero que lo sepas, realidad, yo creo que muchos o la mayoría de estos casos pueden
porque quiero que me conozcas. O puedo decírtelo de tal modo explicarse por el hecho de que la parte «postergada» estaba utili-
que se vea claramente que te hago responsable de llenar el vacío zando uno de los dos primeros motivos para la auto-revelación: la
de mi soledad. Mediante sutiles inflexiones de voz, gestos, etc., te ventilación o la manipulación. Sé por propia experiencia que me
hago sentir la necesidad de satisfacer mis necesidades. Indirec- siento incómodo cuando noto que estoy siendo utilizado o mani-
tamente y mediante sugerencias, estoy utilizando la influencia pulado por alguien. Empiezo a mirar al reloj y a buscar un modo
emocional que tengo sobre ti para conseguir que resuelvas mis de escapar. La naturaleza humana es esencialmente gregaria, y la
problemas. ley de la «societariedad» está grabada en nuestros corazones. No
obstante, este anhelo de conocer y ser conocido no incluye el
deseo de ser un cubo de basura o un resolvedor de problemas.
De El secreto para seguir amando.
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9 DE JUNIO 10 DE JUNIO
JL^urante mi infancia, cuando me encontraba en lugares sagra- jLXecir «¡Sí!» al don de amor y vida de Dios significa, ante todo
dos, me conmovía la sensación de cercanía a Dios. Me quedaba y sobre todo, elegir el amor como principio vital. Sin embargo, decir
impresionado, como si se tratara de alguna superstición o de la «¡Sí!» a Dios no es nada sencillo, porque convertir nuestra vida en
imaginación de un niño, pero de una forma muy vaga sabía que una vida de amor no es fácil. Elegir el amor como principio vital
tal o cual iglesia era la casa de Dios, y pensaba que era bueno que significa que mi modo de pensar o pregunta básica debe ser la
Dios tuviera ventanas de colores (vidrieras) y una fragancia espe- siguiente: ¿Qué es lo que el amor me lleva a ser, hacer o decir?
cial (posiblemente el persistente olor del incienso o de las flores Mi respuesta consecuente a cada acontecimiento de la vida, a cada
del altar). Todo era muy impreciso, y tal vez algún psicólogo con persona que entra en mi vida, a cada exigencia de mi tiempo, mis
nada mejor que hacer lo analizaría en términos de programación emociones y mi corazón, debe de algún modo transformarse en un
religiosa. Pero de algún modo yo sabía que no era meramente eso. acto de amor. Sin embargo, a fin de cuentas, este «¡Sí!» es el que
Dios me había tocado, y los primeros indicios de mi propia fe, así me abre a Dios. Al elegir el amor como principio vital, el cáliz de
como los primeros deseos de Dios, se estaban formando en mí. mi alma se dilata, para que Dios pueda derramar en mí sus dones,
gracias y poderes.
Recuerdo que cuando se acercaba el día de mi Primera Comu-
nión, escribí la fecha en la palma de mi mano con tinta indeleble. De Unconditional Love.
Quizá sólo era la nota recordatoria para sí mismo de un niño, pero
me inclino a pensar que, incluso en aquellos primeros días de fe,
hallar a Dios en alguno de los lugares de encuentro era algo espe-
cial para mí.
De He Touched Me.
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11 DE JUNIO 12 DE JUNIO
Jl.engo que ser honesto al preguntarme a mí mismo si realmen- el encabezamiento del libro he escrito que «hacer tu volun-
te deseo conocer y cumplir la voluntad de Dios o si lo que quiero tad, O Dios, es mi deleite. Heme aquí, que vengo» (Salmo 40).
es que Dios haga mi voluntad. ¿Me dirijo a Dios con la seguridad
de que sólo quiero conocer y cumplir su voluntad, o prefiero hacer Todos los días rezamos la oración del Señor, «Hágase tu volun-
primero mis propios planes y luego insistir en que Dios haga rea- tad en la tierra como en el cielo». Todo esta ahí, ¿verdad?. A mí no
lidad mis sueños? me cabe duda de que el desear y el hacer la voluntad de Dios es lo
que da la medida de la santidad de una persona. Es la medida de
Me parece que no buscaré y cumpliré la voluntad de Dios a la fe. Es la medida de nuestro amor. La santidad no se mide por la
menos que esté convencido de dos cosas: 1) que Dios desea mi intensidad o devoción con las que oramos; no se mide por las gra-
felicidad incluso más de lo que la deseo yo mismo; y 2) que Dios cias que hemos recibido o la unión con Dios de la que hemos goza-
sabe mucho mejor que yo lo que me hará verdaderamente feliz. do. La única medida de la santidad o la cercanía a Dios es nuestro
anhelo de querer y hacer su voluntad. «Hágase tu voluntad».
Debo preguntar a lo más íntimo de mi persona si realmente
creo en estas dos verdades. El desear realmente la voluntad de En el capítulo séptimo del evangelio de Mateo, Jesús dice: «No
Dios por puro gozo personal dependerá de mi creencia en ellas. todo el que me diga "Señor, Señor" entrará en el Reino de los
Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial».
De la cassette The Growing Edge OfLife.
De la cassette The Growing Edge OfLife.
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22 DE JUNIO
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X X h o r a interpreto y enfoco la oración como la comunicación en
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X J L u n q u e hablar a Dios no es sencillo, mi experiencia me ha
una relación de amor, un hablar y un escuchar en la verdad y la con- convencido de que escucharle en el diálogo de la oración es inclu-
fianza. Hablar a Dios con sinceridad es el comienzo de la oración, so más difícil. ¿Cómo se comunica Dios conmigo?; ¿cómo me
pues sitúa a la persona ante él. Creo que el «don» primordial del revela quién es después de que yo me haya revelado a él?; ¿tengo
amor es el don de uno mismo a través de la auto-revelación. Sin que esperar horas, días, semanas o incluso años para ver lo que
esa auto-revelación, no hay un auténtico don, porque sólo en ese Dios hará con mi apertura a él, o hay una respuesta más inme-
momento es cuando estamos dispuestos a situar en primera línea diata y directa? Yo creo que sí la hay.
a nuestro auténtico yo, a ser admitidos para bien o para mal, a ser
aceptados o rechazados; y sólo entonces empieza el verdadero Me hago preguntas como la siguiente: ¿puede Dios introducir
encuentro interpersonal. No comenzamos a ofrecernos a nosotros una nueva idea directa e inmediatamente en mi mente?; ¿puede
mismos hasta que no nos ofrecemos de esta manera, porque el darme una nueva perspectiva para ver mi vida, con sus éxitos y
amor exige presencia, no presentes. Todos mis dones (presentes) sus fracasos, sus agonías y sus éxtasis?; ¿puede Dios poner nuevos
son meros gestos, hasta que no haya dado mi auténtico yo (pre- deseos en mi corazón y nueva fuerza en mi voluntad?; ¿puede tocar
sencia) en una auto-revelación sincera. Lo mismo que sucede en y calmar mis turbulentas emociones?; ¿puede realmente susurrar
todas las relaciones interpersonales, sucede en la relación con palabras en los oídos de mi alma a través de la facultad interna
Dios: no me pongo en sus manos o hago frente a su libertad de que es mi imaginación?; ¿puede estimular Dios ciertos recuerdos
opción para aceptarme o rechazarme, para amarme u odiarme, almacenados en el cerebro humano cuando se necesitan? Estoy
hasta que le haya dicho quién soy. Sólo entonces puedo pregun- seguro de que Dios no sólo puede, sino que de hecho llega a noso-
tarle si me acogerá, si permitirá que sea suyo y si él será mío. tros de estas maneras.
Según Martín Luther King, la primera norma para una buena ora-
ción es no mentir a Dios. Al hablar con Dios en el diálogo de la ora- Oro diciendo a Dios quién soy y escuchándole cuando me
ción, debemos revelarle nuestro yo desnudo y verdadero. revela no sólo quién es él, sino también quién soy yo y lo que mi
Debemos contarle la verdad de nuestros pensamientos, deseos y vida y este mundo significan para él. Mi escucha es la silenciosa
sentimientos, cualesquiera que sean. Puede que no sean los que a entrega a él de las cinco facultades o poderes de percepción a tra-
mí me gustaría, pero no son buenos o malos, verdaderos o falsos, vés de los cuales creo verdaderamente que viene a mí.
sino míos.
De He Touched Me.
Le he contado dónde vivo realmente, en la creencia y en la
increencia. Le he hablado de mi desgana a la hora de responder a
su llamada, de mis resentimiento emocional por ser u n instru-
mento público, un siervo al que no se sabe valorar. He sido como
Job en el Antiguo Testamento, maldiciendo el día en que me creó,
y como el profeta Jeremías, acusándole de hacer de mí no un pro-
feta sino un tonto. He sido un rey David cantando su misericordia
y su perdón, de los que siempre he necesitado a lo largo del cami-
no de mi peregrinaje.
De He Touched Me.
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V-^ómo nos habla Dios? Ya hemos dicho que hay cinco antenas D ios actúa también en mi voluntad. Lo que he aprendido res-
a través de las cuales Dios se comunica con nosotros. La primera pecto de mí mismo en los últimos cuarenta años de mi vida es que
de estas antenas es la mente. soy débil. Sin disimulos ni vergüenza. Sin falsa humildad. Soy
verdaderamente una persona débil con una enorme necesidad de
Dios actúa en mi mente. Después de situarme ante el Señor, él redención. En los días de mis primeros fervores al servicio de Dios,
viene a mí para ayudarme a ver, a través de sus ojos y de su pers- tras entrar en el noviciado, solía ofrecerle mi día al despertarme.
pectiva eterna, a la persona y los problemas que le he descrito. Le prometía un día «perfecto», un día de perfecto amor y servicio.
Pone sus ideas en mi mente, y en especial sus perspectivas. Am- Después, en mis oraciones nocturnas sólo podía ofrecerle mi arre-
plía mi visión, me ayuda a ver lo que es realmente importante en pentimiento. He tardado mucho tiempo en llegar a desconfiar sin-
la vida y a distinguirlo de lo que no lo es. Siempre he definido la ceramente de mi fuerza y en entregarle mi vida.
falsa ilusión como la confusión de lo que es importante en la vida
con lo que no lo es. Yo personalmente me pongo nervioso y saco
las cosas de quicio en especial cuando mi ego se siente amenaza- Sólo cuando estuve dispuesto a admitir mi insignificancia, co-
do. Entonces emprendo batallas sin sentido sobre temas de en- menzó Dios a hacer algo conmigo. Su fuerza se hizo manifiesta en
frentamiento erróneos. Después, cuando oro, le hablo de todo ello. mi debilidad. Pero, en lugar de limitarse a armar de valor mi vo-
Entonces él viene a mí y, con su proverbial delicadeza, llena mi luntad para afrontar el desafío del costoso discipulado, vino a mí
mente con sus pensamientos y su visión. Y me rescata de mis fal- en la oración y puso nuevos deseos en mi voluntad. Tanto psico-
sas ilusiones. lógica como espiritualmente, es muy importante que seamos per-
sonas de deseos. Estoy seguro de que todo gran logro en la histo-
De He touched Me. ria de la humanidad comenzó con el nacimiento de un deseo en
algún corazón humano.
De He Touched Me.
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JLSios actúa en mis emociones. Cuando me encuentro emocio- JLJios actúa en mi imaginación. Las mismas personas que creen
nalmente amargado o desanimado, cuando experimento ese dolor que Dios puede entrar en la mente con ideas y perspectivas, en la
sordo de la soledad o estoy triste por alguna crítica o fracaso, él voluntad con su fuerza y sus deseos o en las emociones con su paz,
viene a consolarme. Es como si su poder sanador se extendiera por se muestran reacias a aceptar que Dios pueda estimular nuestra
mis sentimientos neuróticos. Si puede hacer que un leproso quede imaginación para escuchar interiormente palabras reales o ver
limpio, puede hacer que un neurótico se vuelva normal. Suelo visiones auténticas. Mi propia madre me contó en cierta ocasión,
pedirle a Jesús que alce la mano que calmó los vientos y las olas muy confidencialmente, que Dios le había hablado con frecuencia
de Genesaret sobre mi alma turbulenta: haz que yo también me dándole directrices bastante concretas sobre su vida. Y me dijo:
calme y me tranquilice. Sin embargo, creo firmemente que Dios «No se lo contaría a nadie más, porque los demás pensarían que
no sólo viene a confortar al afligido, sino también a afligir al que estoy un poco loca». Recuerdo que yo le aseguré que era cosa de
se encuentra confortablemente instalado. familia, porque yo también había oído a Dios y percibido interior-
mente una amorosa mirada de Jesús, y creo que se trató realmen-
Hay ocasiones en las que viene no a inquietarme, sino única- te del toque de Dios estimulando mi imaginación.
mente a reorganizar mis valores o a hacerme consciente de al-
guien necesitado; y siempre a incitarme a crecer. Nunca le he pe- Éste, naturalmente, fue el problema de Juana de Arco y sus
dido una vida sin problemas o una tranquilidad inquebrantable. voces. Lo que sigue es un corto extracto de la obra de George
Sólo le pido esa paz que sabe lo que es importante y lo que no lo Bernard Shaw, St. Joan:
es, sólo esa serenidad que sabe que he sido amado y que estoy lla-
mado a amar. Robert: ¿Qué quieres decir?; ¿voces?
Joan: Oigo voces que me dicen lo que tengo que hacer.
De He Touched Me. Proceden de Dios.
Robert: Proceden de tu imaginación.
Joan: Por supuesto. Así es como nos llegan los mensajes de Dios.
No cabe duda de que puede ser difícil distinguir las palabras que
provienen del estímulo de la gracia de Dios de las que pueden pro-
venir simplemente del autoestímulo o la autosugestión; pero la
realidad no se debe negar simplemente porque la gracia de Dios
dentro de nosotros pueda ser estimulada. Dios tiene acceso a
nosotros a través de este poder de la imaginación. En cierta oca-
sión discutía esta vía que Dios emplea para llegar a nosotros con
una psicóloga que oraba, y su opinión era que siempre habría
«algo sorprendente, distintivo y duradero» en la comunicación de
Dios. Creo que tenía razón.
De He Touched Me.
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A b u r a n t e los últimos años de su vida, mi querida madre pade- 3—i a seguridad es una necesidad muy intensa en nosotros, ¿ver-
cía una artritis que la inmovilizaba seriamente. En algunas oca- dad? Tenemos tantas preguntas estremecedoras e inquietantes
siones, yo la tomaba en mis brazos para subir y bajar las escaleras palpitando en nuestros nervios y músculos...: ¿Qué me ocurriría si
de nuestra casa de Chicago. La rutina era predecible. Después de me dejo llevar?; ¿tendría suficiente —suficiente tiempo, dinero,
bajar varios escalones, mi madre extendía su mano y se agarraba seguridades para la vejez, personas para cuidarme, inteligencia,
firmemente a la barandilla. El diálogo que seguía era siempre más salud...? Y por eso, me aferró con fuerza a mis barandillas de segu-
o menos así: ridad, que me permiten sentirme a salvo, pero me mantienen
paralizado, de modo que son un obstáculo para la gracia.
— Mamá, tienes que dejarte llevar. Si no te dejas llevar, no nos
podemos mover. El Señor debe reírse de mí como yo me reía de mi querida
— Tengo miedo de que me tires. madre porque tenía miedo de que pudiera dejarla caer. Debe que-
rer responder mis inquietas y trémulas preguntas sobre «si tendré
— Si no te dejas llevar, voy a contar hasta tres y a dejarte caer.
suficiente» con un confortador pero desafiante: «Confía en mí. ¡Yo
Una... Dos...
SERÉ LO QUE TÚ NECESITAS!».
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Verano
1 DE JULIO
De He Touched Me.
199
2 DE JULIO
3 DE JULIO
M
J~ FXiraba los austeros alrededores y cumplía tristemente las V ^ c u r r i ó un viernes por la noche al principio de la primavera,
formalidades de aquella espartana vida del noviciado. De hecho, mientras colocaba en su sitio el reclinatorio para el examen de
en mi corazón había un funeral constante. Dios me había dejado conciencia vespertino. Con la misma brusquedad y sorpresa de un
solo en aquel solitario lugar. Pensé que había perdido la fe. El ataque al corazón, me sentí lleno de la consciencia experiencial de
maestro de novicios, que en teoría debía guiarnos a través de la presencia de Dios en mí interior. Suele decirse que nadie puede
transmitir una experiencia a otro, sino que lo único que puede
aquel desierto, no parecía estar demasiado alarmado por mi re-
ofrecer son sus reflexiones sobre esa experiencia. Estoy seguro de
pentino ateísmo. Me aconsejaba paciencia conmigo mismo y con
que es verdad. Lo único que yo puedo decir, al intentar compartir
Dios. Pensé que no había percibido realmente el impacto pleno mi experiencia contigo, es que me sentí como un globo que esta-
de mi problema; él no había notado que todo mi mundo se ba siendo hinchado con el puro placer de la presencia amorosa de
convulsionaba. Dios, incluso hasta el punto de sentirme incómodo y dudar de
Aquella «noche oscura» de descreimiento duró cuatro sombrí- poder resistir más tiempo aquel repentino éxtasis. Pienso que la
os y desolados meses. Y entonces algo sucedió. Fue el comienzo canción «¡El me tocó!» es el modo más adecuado de describir la
del resto de mi vida, la experiencia religiosa cardinal de mi histo- experiencia de aquella noche. Estoy convencido de que todas las
ria personal. Por la noche, los novicios teníamos quince minutos experiencias humanas, pero en especial la experiencia de un Dios
de examen de conciencia durante los cuales nos arrodillábamos infinito, son fundamentalmente incomunicables. De algún modo,
en un reclinatorio, con las manos posadas en la mesa y la mente Dios excederá siempre los límites de nuestro entendimiento hu-
repasando el día en busca de los fallos, por acción u omisión, de mano. Precisamente porque es infinito, no puede ser situado bajo
pensamiento, palabra y obra. Lo único que yo hacía bien, o al la lente de una mente humana finita. Nuestros encuentros con su
menos eso me parecía, era colocar el reclinatorio en el lugar ade- infinitud no pueden nunca encajar en nuestros conceptos o pala-
cuado. Un reclinatorio bien colocado, solía decirme humorística- bras finitas. Lo único que puedo decir es que «Él me tocó (y ya
nada me pareció lo mismo)». Si hay un período de «luna de miel»
mente, es la mitad de la batalla.
en la relación de alguien con Dios, la mía fue el siguiente año.
Hubo «toques» repetidos siempre en un momento inesperado,
Y aquella noche, sin duda alguna, Dios me tocó. siempre sorprendentes y siempre increíblemente cálidos. Durante
aquel año leí por primera vez el poema de Gerard Manley Hopkins
De He Touched Me. «El naufragio del "Deutschland"» y encontré en él las palabras
poéticas para decir lo que yo estaba experimentando.
«¡Tú dominándome,
oh Dios dador del aliento y el pan;
ribera del mundo, vaivén del mar;
Señor de vivos y muertos;
Tú has aglutinado en mí huesos y venas,
has fijado mi carne,
y después, casi me has deshecho con un horror
del que eres responsable,
¿y vuelves a tocarme de nuevo?
Una y otra vez siento tu dedo
y te encuentro».
De He Touched Me.
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JL odos tenemos una visión, debido a la naturaleza misma de la 3—i a visión cristiana de la realidad nos llama a salir del aisla-
mente y a su instinto de interpretar la realidad. Pero, además, miento y nos introduce suavemente en el amplio mundo, en el
necesitamos especialmente dicha visión, porque ella hace que drama de la existencia humana. La visión cristiana no tolera fácil-
nuestra vida sea coherente y predecible. El tener una visión nos mente las «áreas cómodas» de la cobardía y el escapismo. Los
permite saber cómo hemos de actuar. Sin una visión, del tipo que puños cristianos, firmemente cerrados, aferran todo el espectro de
sea, seríamos seres psicológicamente ciegos y andaríamos a tien- la experiencia humana. Se nos reta a estar vivos en todos nuestros
tas y tropezando continuamente por un territorio completamen- sentidos para percibir los signos y sonidos, el calor y el frío, las
te desconocido. Y no tardaríamos en sentirnos confundidos y alturas y las profundidades, el ruido y el silencio del vasto mundo
fragmentados. de Dios. La visión cristiana nos reta a la apertura emocional, a
estar dispuestos a sentir tanto el dolor como el placer, el consuelo
La mencionada visión nos sirve como recurso interior con el del amor y la desolación de la soledad, las agonías del fracaso y los
que poder elegir las reacciones apropiadas a personas, lugares y éxtasis del éxito. La mente cristiana no lleva anteojeras, no cons-
cosas, además de que constituye la fuente de nuestras reacciones truye barricadas ni planta altos arbustos alrededor de su territorio.
emocionales. Como ya hemos dicho, todos nuestros esquemas y Sabe que en algún lugar un recién nacido reposa en los brazos de
reacciones emocionales se basan en nuestras percepciones. Lo de su madre y, al mismo tiempo, en algún otro lugar un ser humano
menos es si la percepción es correcta o no lo es; lo cierto es que la suda y se retuerce de dolor sin esperanza de alivio inmediato.
reacción emocional será inevitablemente proporcional a nuestra Finalmente, el corazón cristiano, que es el único que puede ver
percepción. Imaginemos, por ejemplo, que un niño deja olvidada correctamente, tiende la mano para, amando este mundo, llamar-
en el jardín una serpiente de juguete. Si yo la percibo como una lo a la vida.
serpiente de verdad, poco importa que lo sea o no lo sea. Mi reac-
ción emocional corresponderá a mi percepción. Debo elegir esta visión cristiana. Es la elección más importan-
te que haré en mi vida. Es la elección que verdaderamente me
Las emociones son siempre el resultado de una percepción y liberará, pero debo ser yo quien la elija. Las bienaventuranzas de
una interpretación determinadas. Sin embargo, las reacciones Jesús son fórmulas para la felicidad, pero debo apropiarme de
emocionales a una percepción determinada pueden producir un ellas, hacerlas mías, si voy a tener un corazón que cante y un espí-
profundo efecto en ulteriores percepciones e interpretaciones. ¿Te ritu que lo celebre.
has encontrado alguna vez completamente solo en una inmensa
casa perdida en un remoto lugar? Imagínalo. E imagina también De The Christian Vision.
que por la noche oyes un ruido que no eres capaz de localizar ni
de explicar. Puede haber sido el golpe de una ventana cerrada por
el viento. A partir de ese momento, cualquier crujido y cualquier
sombra resultan sospechosos. Es una especie de círculo vicioso.
Una percepción origina unas reacciones emocionales, y la reacción
emocional colorea y deforma ulteriores percepciones.
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-ZJLl comienzo de su actividad como rabí o maestro a la edad Vrf/n principio vital es una intención generalizada y aceptada de
usual, que era los treinta años, Jesús empezó a reclutar discípulos. llevar a cabo un propósito, que se aplica a decisiones y circuns-
Todos los rabís de la época lo hacían. Sin embargo, doce de lo ele- tancias concretas. Por ejemplo, «Se debe hacer el bien, y evitar el
gidos por Jesús fueron llamados a desempeñar un papel especial mal». Si éste es uno de mis principios vitales, cuando tenga que
e invitados a una particular intimidad. tomar una decisión concreta en la que estén implicados el bien y
el mal, mi principio me llevará a decidirme por lo que sea bueno y
Jesús dedicó la mayor parte de los siguientes tres años a pre- a evitar lo que sea malo.
parar a aquellos doce hombres. La visión del maestro fue gradual-
mente expuesta ante ellos mediante la persona y la enseñanza del Lo que yo sugiero es que todos tenemos un principio vital do-
propio Jesús. En su enseñanza, el Señor solía utilizar una forma minante. Puede que sea difícil sacarlo de las oscuras regiones sub-
literaria que comenzaba del siguiente modo: «Bienaventurados conscientes para afrontar un examen a plena luz, pero ahí está. En
(dichosos) los...». Llamamos a esto bienaventuranzas, porque la cada uno de nosotros hay un conjunto de necesidades, objetivos o
palabra latina beatus significa «dichoso». Estas bienaventuranzas valores que nos preocupan psicológicamente. En todas las idas y
fueron y son la fórmula de Jesús para una felicidad auténtica venidas de la vida cotidiana hay algo que domina todos nuestros
y una vida plena. Llaman a una profunda entrega en la fe. demás deseos. Este principio vital está presente en la estructura
«¡Bienaventurado (dichoso) quien deposite su fe en mí!» (véase de nuestras decisiones como el tema dominante en una pieza
Lucas 7,23). musical: es recurrente y se escucha en diferentes situaciones. Na-
turalmente, sólo tú puedes responder por ti mismo, del mismo
Estas nuevas bienaventuranzas pusieron en cuestión muchas modo que sólo yo puedo responder por mí mismo la pregunta
de las viejas actitudes de los doce. De hecho, Jesús les decía que sobre cuál es mi principio vital.
sus apuestas vitales habían sido mal situadas. Las cosas que ellos
pensaban que les harían felices, Jesús les decía que eran ilusiones Por ejemplo, algunas personas buscan ante todo y sobre todo
vacías que sólo podían desilusionarlos. Con frecuencia daba la seguridad. Evitan todos los lugares donde el peligro pueda estar al
sensación de que su enseñanza pedía cosas casi imposibles. acecho, aunque la oportunidad pueda también estar esperándolos
en ese mismo lugar. No se arriesgan, no apuestan. Permanecen en
En cierta ocasión me dio por pensar que los doce apóstoles casa por la noche y no revelan a nadie su yo más profundo. Dicen
eran un poco cortos de entendederas, que no poseían las suficien- que es mejor sentirse seguro que lamentarse. La misma clase de
tes luces o la inteligencia para aprender las lecciones de su minúscula reseña puede hacerse de una persona cuya principal
Maestro. Había encontrado diecisiete lugares en los evangelios preocupación y principio vital sea el deber, el reconocimiento, el dine-
donde Jesús les pregunta: «¿Seguís sin entender?» En nuestra ro, la fama, la necesidad, el éxito, las relaciones, la aprobación de los demás
jerga actual probablemente lo traduciríamos así: «No entendéis ni o el poder.
jota, ¿verdad?» En el pasado pensé de este modo, pero ahora no.
Ahora pienso que el auténtico desafío de Jesús no era una cues- De Unconditional Love.
tión de inteligencia, sino, en última instancia, un desafío para
renunciar a la vieja visión y aceptar la nueva. Era una cuestión de
fe radical y de profunda confianza.
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\ J na de las frases más sorprendentes que he leído en un libro * J a parte más importante de la visión de la realidad es la visión
es de El diario de Ana Frank. Ana escribió el libro mientras era per- de mí mismo. Si, por ejemplo, yo me considero una persona inú-
seguida por los nazis. Cuando se estaba literalmente jugando la til, puedo ciertamente prever que habré de experimentar muchas
vida, Ana Frank escribió en su diario: «Estoy convencida de que, y muy persistentes emociones dolorosas (desaliento, depresión,
en lo más profundo de su corazón, todas las personas son buenas». tristeza y hasta sentimientos suicidas). Pero si, gracias al amor
Cuando leo esta frase y considero las circunstancias en que fue incondicional de otra persona que me ayude a afirmarme, consi-
escrita, me pregunto siempre: «¿Lo crees de verdad, Ana? Con go verificar que en realidad soy una persona decente y digna de
toda la maldad que estás experimentando, en medio de todo ese amor y de estima, entonces se modificará radicalmente toda esa
odio hacia ti porque llevas en las venas sangre judía, mientras pauta de reacciones emocionales. A medida que la distorsión vaya
estás escondida y aterrorizada por cualquier ruido, ¿puedes real- desapareciendo de mi autopercepción, poco a poco me iré trans-
mente creerlo?; ¿es verdad que todas las personas, en lo más pro- formando en una persona segura de sí misma, confiada y feliz.
fundo de su corazón, son buenas?».
Si yo te considero a ti mi amigo, cuando me encuentro conti-
go mis emociones serán cálidas y positivas. En cambio, si te veo
También recuerdo haber encontrado un punto de vista bas-
como un enemigo y un competidor, mis emociones serán justa-
tante saludable respecto de los demás en la penitenciaría estatal
de Illinois, a la que fui a visitar a un preso. Mientras entraba junto mente las contrarias. Tal vez recuerdes estos versos:
a los demás visitantes, me encontré caminando al lado de una «Dos hombres miraban
a través de los barrotes de su celda.
anciana negra que rezumaba amor y acogida a cuantos la rodea- El uno no veía más que fango;
ban. De hecho, aquella encantadora señora hacía cuanto podía por el otro, en cambio, veía estrellas».
alegrar la deprimente atmósfera de la prisión. Finalmente le dije:
«Me parece que usted reparte una gran cantidad de alegría por En la búsqueda de la plenitud de la vida humana, todo depende
este mundo. Le gustan realmente las personas, ¿verdad?» Y ella de ese marco de referencia, de esa perspectiva habitual, de esa vi-
me respondió: «Muchas gracias. En mi mundo no hay extraños, sión fundamental que tenemos de nosotros mismos, de los demás,
¿sabe usted? Todos son hermanos y hermanas, aunque a algunos de la vida, del mundo y de Dios. «Sólo se obtiene lo que se ve».
de ellos aún no los conozco». Me quedé mirándola y vi que lo decía
Consiguientemente, si tú o yo hemos de cambiar y llegar a ser
realmente convencida. En su yo más profundo estaba persuadida.
personas más plenamente humanas y más plenamente vivas, cier-
No es de extrañar que fuera tan feliz y cariñosa.
tamente tendremos que ser conscientes de nuestra visión y esfor-
zarnos pacientemente por corregir sus desequilibrios y eliminar
Del programa de vídeo Free To Be Me. sus distorsiones. Todo crecimiento real y permanente debe
comenzar por aquí. Una persona tímida puede ser convencida de
que debe adoptar un aspecto de confianza y seguridad en sí
misma; pero eso no será más que una máscara que vendrá a ocu-
par el lugar de otra máscara distinta. De hecho, no puede produ-
cirse en nosotros un verdadero cambio ni un verdadero creci-
miento mientras no cambie nuestra percepción fundamental de la
realidad, nuestra visión.
De Plenamente humano, plenamente vivo.
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x^rfuanto mejor entiendo a Jesús y su buena nueva, mas me
T
m 4 a comprensión crucial que abre toda una dimensión del cre-
parece que la espiritualidad cristiana implica tanto un espíritu de cimiento espiritual es la siguiente: algo en mí —mis actitudes, mi
posesión como de desposesión. El genio de la espiritualidad cris- visión de la realidad— determina todas mis acciones y reacciones,
tiana radica en ser capaz de integrar y armonizar estos dos espíri- tanto emocionales como conductuales. Algo que hay en mí escri-
tus. El espíritu de posesión nos lleva a abrazar la vida en todos sus be la historia de mi vida, haciéndola triste y penosa o alegre y
aspectos. La gloria de Dios es la persona que está plenamente viva. pacífica. En última instancia, algo que hay en mí hace que la
El espíritu cristiano de posesión ve una belleza única en cada una aventura de mi vida sea un éxito o un fracaso. Cuanto antes lo
de las estaciones del año, oye la música y la poesía del universo, reconozca, asumiendo la responsabilidad de mis acciones y reac-
percibe la fragancia de un día primaveral y acaricia los suaves ciones, tanto más rápido avanzaré hacia mi destino: la plenitud de
pétalos de la flor. El espíritu de posesión tiende a hacerme plena- vida y la paz, que son el legado del Señor.
mente vivo en mis sentidos, emociones, mente y voluntad. Me
ayuda a funcionar plenamente en todos los aspectos de mi talen- No debo permitir que esto quede en meras palabras, en un
to único. reconocimiento de dientes para afuera, sino que debo preguntar-
me si lo creo realmente. ¿Estoy realmente convencido de que mis
El genio de la espiritualidad cristiana consiste en integrar este actitudes internas evalúan a las personas, los acontecimientos y
espíritu de posesión con el espíritu de desposesión. El espíritu de las situaciones de mi vida y regulan todas mis reacciones? Si es
desposesión impide que las cosas buenas y maravillosas de este así, debo seguir adelante y preguntar: «¿Creo realmente que tengo
mundo se adueñen de mí, me posean o me encadenen. La despo- el poder de cambiar estas actitudes, siempre que sea necesario, en
sesión implica que yo siempre soy libre, mi propia persona, libera- orden a tener una vida plena y llena de sentido? Si estoy conven-
da de la tiranía que la posesión puede fácilmente ejercer sobre cido de ambos aspectos, entonces debo cerrar todas las puertas de
nosotros. huida de la realidad y caminar valientemente por el pasillo de la
responsabilidad personal. Debo resistir la omnipresente tentación
Un viejo adagio dice: «Todos nacemos con los puños cerrados, de culpar a otras personas, de quejarme de las circunstancias
pero debemos morir con las manos abiertas». Me gusta este sim- pasadas y presentes de mi vida, incluido el clima y la posición de
bolismo de los puños cerrados y las manos abiertas. Ambas expre- las estrellas. En su auténtico sentido, debo convertirme en «dueño
siones simbolizan bien los espíritus de posesión y desposesión en de mi destino» y, ante Dios, asumir la responsabilidad de mi pro-
la espiritualidad de la encarnación cristiana. Extiendo los brazos pia felicidad.
para tomar entre mis manos la plenitud de la vida y la creación.
Pero no aferró nada con tanta fuerza que no pueda renunciar a En consecuencia, la pregunta clave y útil no es: ¿se cumplirán
ello. hoy mis deseos?; ni tampoco: ¿tendré oportunidades?; ni: ¿cómo
puedo cambiar a todas estas personas que me rodean, me oprimen
De The Christian Vision. y me arrastran consigo?; sino que la única pregunta clave y útil es:
¿qué hay en mí? Lo que configurará, influirá y dictará la historia
de mi vida no es lo que me sucede a mí, sino lo que sucede en mí.
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JL ara eliminar un patrón de pensamiento distorsionado, una acti- I ™o cabe duda de que el «contrarrestar» o el uso de la «contra-
tud paralizante, tenemos que encontrar una enunciación de la lógica» me ha cambiado a mí y mi vida. Me he repetido muchas
verdad simple y directa que sustituya al error de nuestra actitud veces la contralógica: «Soy mayor que esto». Siempre he creído
paralizante. A esta enunciación se le llama «contralógica» o «con- que el tamaño de una persona se mide por el tamaño de las cosas
tradesafío», y a su uso o al proceso se le llama «contrarrestador». que la perturban, y yo no quería ser del tamaño de esas trivialida-
Investigaciones recientes denominan a este método «Inhibición des que habitualmente me irritaban. Cuanto más repetía «Soy
Cortical Voluntaria» o «icv», porque inhibimos voluntariamente mayor que esto (una insignificante irritación o fricción)», cuanto
los viejos pensamientos o patrones cerebrales (corticales). Cuando más pensaba y sentía de ese modo, tanto más crecía y tanto más
se encuentra una contralógica efectiva, se utiliza como un arma libre me hacía.
ofensiva, para atacar la falsedad en nuestro pensamiento habitual.
Otra contralógica útil, al menos para mí, es: «Soy un actor, no
Por ejemplo, si siento la tentación de pensar que no soy nadie, un reactor». Esto para mí significa que no permitiré que ninguna
cada vez que surja en mí este pensamiento o sentimiento, lo de- otra persona decida cómo voy a actuar. Si alguien decide ser mez-
tengo o inhibo con mi contralógica: «Soy alguien. ¡Soy el único y quino, yo no tengo por qué seguir hábitos de comportamien-
singular yo!». to mezquinos. Si alguien decide estar enfadado o ser malpensado,
yo no tengo por qué apartarme de mi decisión personal de ser
El pensamiento y la expresión están tan estrechamente uni- una persona amante. Yo decido cómo actuar. Soy un actor, no un
dos en nosotros que son como una mano enguantada. Siempre reactor.
que pensamos algo, inconscientemente verbalizamos nuestro
pensamiento. Si cambiamos la verbalización, también cambiare- Finalmente, un amigo psiquiatra respondió en cierta ocasión
mos el pensamiento. Como la mano enguantada, si cambio la una pregunta importante para mí haciéndome otra. Siempre que
posición de mi mano dentro del guante, la posición del guante me enfrentaba al egoísmo, me sentía decepcionado. Sufría real-
cambiará también. Análogamente, si verbalizo mi nueva actitud, mente siempre que lo percibía, y me resultaba muy frustrante. Y
mi pensamiento cambiará con ella. Cuanto más diga: «Soy al- el bueno del doctor me preguntó: «¿Te han dolido alguna vez las
guien», tanto más convencido estaré. Y cuanto más lo piense, muelas?» «Sí», respondí. «¿Y en quién pensabas cuando te dolían
tanto más arraigado estará el nuevo hábito, que, finalmente, se las muelas?», me volvió a preguntar. «En mí, por supuesto», le dije
convertirá en una parte de mí. Los viejos patrones de pensamien- bruscamente. Entonces me replicó: «Ahí tienes la respuesta. Las
to paralizantes y limitadores de la vida son inhibidos por una personas egocéntricas son personas heridas, y su dolor magnetiza
decisión consciente y sustituidos por unas actitudes nuevas y toda su atención». Yo he utilizado esa misma pregunta: «¿Te han
vivificantes. dolido alguna vez las muelas?» como una contralógica siempre
que me he encontrado con algo similar al egocentrismo, y me ha
De la cassette The FullyAlive Experience. ayudado a ser más compasivo y, ciertamente, mucho más feliz.
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JLodos tenemos «áreas cómodas», ámbitos en los que nos senti- E tercer modo de cambiar una actitud paralizante y reductora
mos a gusto. Estas áreas cómodas tienen que ver con nuestro es lo que llamamos «expandirse». Básicamente significa que al
modo de vestir, con las emociones que podemos expresar cómo- salir de lo que denominamos «áreas cómodas», expandimos nues-
damente, con las cosas que intentamos, con las profundidades en tra conciencia del potencial personal. Cuando nos «expandimos»,
las que nos revelamos, con nuestra apertura al cambio, etc. (respiramos profundamente y luego) hacemos algo correcto y ra-
zonable, algo que nunca nos habíamos atrevido a intentar.
Mientras permanecemos dentro de estas áreas cómodas, nos
limitamos a repetir lo que siempre hemos hecho. No cambiamos. Por eso muchas veces nos escabullimos diciendo: «¡Soy inca-
No crecemos. Cada día es muy similar al anterior, y el mañana paz de hablar ante una gran audiencia!»; «Ése no soy yo. Yo soy
será muy similar al día de hoy. Todos nuestros días son copias una persona muy reservada». Al decir este tipo de cosas, nos limi-
unos de otros. tamos a nosotros mismos, enterramos nuestro potencial. Los estu-
diosos de la naturaleza humana dicen que la persona media úni-
Y nos gustan nuestras áreas cómodas, aunque no hay duda de camente utiliza alrededor de un diez por ciento de su potencial.
que reducen el mundo en que vivimos. Sabemos cómo movernos
dentro de ellas. Sabemos cómo arreglárnoslas en nuestras fami- Al aprender a expandirnos, no debemos comenzar con saltos
liares áreas cómodas. En ellas nos sentimos «seguros». de gigante, porque podríamos sentirnos desanimados. Es preferi-
ble disculparse; admitir que se estaba equivocado; expresar una
Si me prometes que vas a quedarte dentro de tu área cómoda, emoción que siempre producía pánico; reservarse algo de tiempo
podré decirte cómo serás al final de tu vida: serás igual que ahora, sin sentirse culpable; hacer un favor a alguien anónimamente;
pero con tus características aún más acentuadas. hablar a alguien a quien se ignoraba; elogiar a alguien que nunca
te ha elogiado; decir «no» a una petición sin dar explicaciones o
Si me prometes que vas a expandirte, a salir de tus áreas sentirse culpable; tomar la mano de alguien; intentar algo en lo
cómodas, no puedo predecir tu futuro. El límite es el cielo. que se puede fracasar y, de este modo, perder el miedo al fraca-
so; dar el primer paso al comenzar una relación; compartir un
De la cassette The Fully Alive Experience. secreto acerca de uno mismo que siempre ha resultado muy difí-
cil revelar...
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JLJL ay dos medios de cambiar: podemos pensar en una nueva \^J na vez que una persona comienza a expandirse, a salir de las
forma de actuar, o podemos actuar de acuerdo con una nueva viejas áreas cómodas e intentar lo nunca antes intentado, pronto
forma de pensar. desarrolla una «mentalidad de expansión». Al menos ésa ha sido
mi experiencia y la de otros que me la han confiado. Cada vez que
Expandirse es un ejemplo de lo último. Siempre que nos ex- me expando, siento que me voy adueñando de mis miedos, noto
pandimos saliendo de nuestras áreas cómodas, expandimos la que mi mundo se hace más amplío y descubro en mí talentos que
conciencia de nuestro potencial. Y después de habernos expandi- ignoraba.
do, pensamos de manera diferente. Por ejemplo, puede que me
considere una persona incapaz de hablar en público o de decir a Recuerdo que, cuando estaba en el jardín de infancia, era el
alguien que le amo, así que me expando, me fuerzo a hacerlo, niño más tímido de mi clase, y mi existencia era penosa. Estoy
salgo de mi área cómoda. realmente agradecido a las personas que me impulsaron a expan-
dirme, a participar en debates y en concursos de oratoria cuando
Después pensaré en mí como alguien que puede hablar en pú- estaba en la enseñanza secundaria. Ahora la antigua timidez ha
blico o compartir su amor. Puedo hacerlo. Sí, puedo, porque ya lo desaparecido, y soy libre para ser yo mismo.
he hecho. Así ocurrió la primera vez que nadamos sin la ayuda de
nadie. «¡Sé nadar!», anunciamos al mundo. Y nuestro concepto de Recordar los éxitos del pasado y gozar de las recompensas de
nosotros mismos fue diferente después de aquello. Antes pensá- mi expansión me ha ayudado a hacer de ésta un modo de vida.
bamos que no podíamos, pero después pensamos que sí éramos Estoy deseando enfrentarme a los desafíos que cada día conlleva,
capaces de hacerlo. porque sé que cada desafío que soy capaz de afrontar me propor-
ciona una nueva libertad: la de vivir, amar y utilizar los talentos
Habíamos actuado de acuerdo con una nueva forma de que Dios me ha dado.
pensar.
De la cassette The FullyAlive Experience.
De la cassette The FullyAlive Experience.
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E último método para cambiar una vieja actitud paralizante es • ' a oración debería impregnar toda la «terapia de la visión».
la «oración». La practica de la oración ha sido muy importante en Deberíamos pedirle a Dios que nos ilumine para localizar las acti-
la configuración de mi vida; de hecho, creo que ha sido la fuente tudes que nos paralizan y distorsionan nuestra visión de la reali-
de cambio más importante para mí. dad. Deberíamos orar para recibir la gracia de cambiar, de encon-
trar la contralógica que verdaderamente resitúe nuestros patro-
Pienso en Dios como en una toma de corriente eléctrica. nes de pensamiento. Deberíamos orar para encontrar los modelos
Hay tanta fuerza que extraer... Suficiente para iluminar una ha- que están a nuestro alcance y sacar provecho de ellos. Deberíamos
bitación, calentarla, proyectar una película, etc., etc. Pero tienes orar para tener el valor de expandirnos, de alcanzar la estrella
que estar conectado a todo ese poder. Y la oración es la que te inalcanzable.
conecta.
La oración debería invadir nuestras vidas. Para ser sincero,
Un pre-requisito para tener éxito al conectarnos al poder de tengo que referirme al momento en que estaba a punto de hablar
Dios es estar dispuestos a ser honestos y a estar abiertos en su pre- ante mi propia comunidad de jesuítas. Me encontraba sorpren-
sencia. Si represento un papel con Dios, si le digo lo que creo que dentemente nervioso; tenía la boca seca y las manos frías. Cuando
quiere escuchar, pero no lo que yo realmente pienso o siento, no se acercaba el momento de dirigirme a ellos, comencé a orar.
puede haber una comunicación auténtica. Y lo mismo sucede con Después de varios intentos, no ocurría nada, así que le pregunté a
nuestros fracasos humanos en la comunicación. Si me pongo una Dios: «¿Intentas decirme algo?» Y Dios me dijo claramente que me
máscara o represento un papel ante ti, sencillamente no puedes estaba preparando para ofrecer una «representación teatral». Me
comunicarte conmigo. No te he dado un «yo real» con el que inte- aseguró que de mí no necesitaba representaciones, sino única-
ractuar. No es más que teatro. mente actos de amor. «Te estás preparando para ofrecer una repre-
sentación a tus hermanos, para que sepan lo bueno que eres. Pero
En la oración tengo que abrirme por completo; tengo que ex- eso no es lo que ellos necesitan. Lo que necesitan es que los ames,
poner a Dios todas mis actitudes conocidas; tengo que estar des- para que sepan lo buenos que son».
nudo ante él. Éstos son mis miedos, mis dudas y mis dones, tal
como yo los veo. A Dios le puedo decir cosas que no puedo decir a Esto produjo un importante y radical cambio en mi vida.
nadie más. Puedo decirle verdaderamente lo que pienso y cómo Desde entonces no he hecho nada —incluidas las clases que im-
me siento. Y además debo hacerlo, porque sólo entonces puede parto, las cosas que escribo y las conferencias que doy— sin pedir-
Dios interactuar conmigo y poner nuevas ideas en mi mente; sólo le al Señor: «Ayúdame a hacer de esto un acto de amor. Por favor,
entonces puede darme nuevas perspectivas y actitudes. Estoy no permitas que sea simplemente una representación teatral
seguro de que la mayoría de las intuiciones que me han cambiado más».
han sido resultado de este tipo de oración.
De la cassette The Fully Alive Experience.
Orar, en definitiva, es abrirme tan honestamente como pueda
en un acto de auto-revelación, y después abrirme lo mejor que
pueda para recibir la iluminación de Dios.
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f o y a sugerir unas cuantas formas prácticas de hacer de la «tera- JL JL ace algún tiempo, me contaba un amigo que, hallándose de
pia de la visión» un modo de vida: vacaciones en las Bahamas, vio cómo se congregaba en el muelle
del puerto una gran cantidad de gente. Tras inquirir el motivo de
Es muy útil tener siempre presentes la «contralógica» y los aquello, se enteró de que el objeto de tal interés lo constituía un
«modelos». Yo tengo los míos pegados al espejo, para que sean lo joven que estaba ultimando los preparativos para un viaje en soli-
primero que veo por la mañana. También tengo mi «contralógica» tario alrededor del mundo en una embarcación que él mismo se
en los marcapáginas de los libros. Y tengo imágenes de mis mode- había construido. Todas las personas que se hallaban en el mue-
los en las paredes de mi despacho. lle, sin excepción, expresaban abiertamente su pesimismo, y todas
se esforzaban activamente en hacerle ver al arriesgado marino la
En tu diario personal, haz una lista de las actitudes que limi- infinidad de dificultades que habría de afrontar: «¡El sol te achi-
tan tu vida. Expresa en una contralógica casera la verdad que co- charrará!... ¡Te quedarás sin víveres! ... ¡Tu barco no resistirá los
rrige el desequilibrio de cada actitud paralizante. Después, anota embates de una tormenta!... ¡Nunca lo conseguirás!...».
los nombres de las personas que parecen practicar las actitudes
que a ti te gustaría tener: las personas que no se preocupan, si tu Cuando mi amigo oyó todas aquellas desalentadoras adver-
eres de esas que se preocupan en exceso; las personas que son rea- tencias, sintió un irresistible deseo de infundir ánimos y optimis-
les y auténticas, si tú te sientes como una farsa viviente. mo al emprendedor joven. Y cuando la pequeña embarcación
empezó a alejarse del muelle, rumbo al horizonte, mi amigo corrió
Posteriormente, pon esas actitudes en acción en tu vida. hasta el extremo del muelle y se puso a agitar enérgicamente los
Recuerda lo que el famoso William James dijo en cierta ocasión: brazos como si fueran semáforos que deletrearan la palabra «con-
«El descubrimiento más importante de nuestra generación es que fianza». Y gritaba: «.'¡Bon voyage! ¡Eres un valiente! ¡Estamos conti-
cambiando las actitudes internas de la mente podemos cambiar go! ¡Estamos orgullosos de ti! ¡Buena suerte, hermano!».
todos los aspectos externos de nuestra vida».
A veces tengo la sensación de que existen dos clases de perso-
De la cassette The FullyAlive Experience. nas: las que se sienten obligadas a decirnos todo lo que puede
salimos mal cuando nos disponemos a adentrarnos en las desco-
nocidas aguas de nuestra irrepetible existencia («Espera y verás,
amigo, lo que te espera en este frío y despiadado mundo... Haz
caso de lo que te digo...») y las que, de pie en el extremo del mue-
lle, no dejan de animarnos y de tratar de contagiarnos su con-
fianza: «¡Bon voyage!».
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Del programa de vídeo Free To Be Me. Del programa de vídeo Free To Be Me.
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E amor, en general, debería estar apoyado por sentimientos M—i\ compromiso de amar supondrá para mí una escucha más
favorables, pero no es en sí mismo un sentimiento. Si lo fuera, atenta y activa. Quiero realmente ser lo que tú necesites que sea,
sería una realidad muy voluble, y quienes lo construyeran como hacer lo que tú necesites que haga y decir aquello que fomente tu
un sentimiento serían personas muy volubles también. El amor es felicidad, seguridad y bienestar. Para descubrir tus necesidades,
una decisión y un compromiso. Mi vocación cristiana consiste en debo ser atento y cariñoso y estar abierto a lo que dices y a lo que
amar a todo el mundo, y esto significa que debo intentar hacer por no puedes decir. Sin embargo, la decisión final acerca de cuál es el
cada persona con la que interactúo todo cuanto pueda para «acto de amor» debe ser mía.
fomentar su crecimiento y su felicidad. Sin embargo, no puedo
iniciar una relación de amor real y duradera con todas las perso- Esto significa que mi amor puede ser «duro», no todo dulzura
nas. Por lo tanto, debo decidir —y debería ser una decisión cuida- y mimos. Puede que me pidas otra copa cuando ya estés borracho,
dosa— a quién y en qué nivel de compromiso deseo ofrecer mi o que me pidas que me una a ti en alguna impostura. Evidente-
amor. mente, si te amo de verdad, debo responder a estas demandas con
un «¡No!» enfático. Si sigues un camino autodestructivo, como el
Una vez tomada tal decisión, y presuponiendo que mi oferta del alcoholismo, encontrarás en mí un amor firme que te planta-
de amor haya sido aceptada y sea correspondida, me encuentro, rá cara. Pero, cuando lo necesites, mi amor también será «tierno».
por libre y propia elección, comprometido con la felicidad, la segu- Si lo has intentado y has fracasado y necesitas una mano en la
ridad y el bienestar de la persona que amo. Haré cuanto pueda tuya en la oscuridad de la decepción, puedes contar con la mía.
para ayudar a esa persona a cumplir cualquier sueño que tenga. A
esto me comprometo cuando ofrezco mi amor. Cuando me inte- Puede que en alguna ocasión te malinterprete y juzgue erró-
rrogue acerca del lugar que el amor ocupa en mi vida, deberé pre- neamente tus necesidades. Me ha sucedido con mucha frecuencia
guntarme si hay alguna persona en mi vida cuyo crecimiento y en el pasado. Pero quiero que sepas que mi decisión es amarte y
felicidad sean tan reales o más reales para mí que los míos. Si es mi compromiso tiene que ver con tu verdadera y duradera felici-
así, el amor ha entrado realmente en mi vida. dad. Estoy dedicado a tu crecimiento y realización como persona.
Si te fallara, por falta de inteligencia o por exceso de debilidad, por
Incluso podría preguntar si hay alguna persona o causa por la favor, perdóname, trata de percibir mi intención y estáte seguro de
que daría mi vida. Jesús nos dijo que éste es el amor más grande: que intentaré hacerlo mejor.
«Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos»
(Jn 15,13) De Unconditional Love.
De Unconditional Love.
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XZay dos «mensajes» que todos los seres humanos necesitamos i " o hay una tercera posibilidad: el amor es o condicional o in-
recibir y grabar: el de la afirmación y el de la responsabilidad per- condicional. O impongo condiciones a mi amor por ti, o no. En la
sonal. Estos dos mensajes son como las dos piernas sobre las que medida en que impongo condiciones, no te amo realmente. Sólo
una persona puede atravesar con éxito la vida. El mensaje de la te estoy ofreciendo un intercambio, no un don. Y el amor verda-
afirmación dice: «Eres un ser humano singular, el único y exclusi- dero es y debe ser siempre un don gratuito.
vo tú. Eres una criatura de Dios, hecha a su imagen y semejanza.
Pero después de hacerte, rompió el molde. Nunca ha habido ni El don de mi amor significa que quiero compartir contigo todo
habrá otro tú. Eres un auténtico don para este mundo y una per- lo bueno. Tú no has ganado un concurso o probado tu valía para
sona de inestimable valor». Y el mensaje de la responsabilidad es obtener este don. No se trata de merecer mi amor. No me hago ilu-
el siguiente: «A medida que vas madurando y te haciéndote adul- siones pensando que ambos somos las mejores personas del
to, debes ir tomando tu vida en tus manos. Debes asumir la plena mundo. Ni siquiera supongo que, de todas las personas disponi-
responsabilidad de tu vida, tus emociones y tus actitudes. El bles, nosotros somos los más compatibles. Estoy seguro de que
desenlace de tu vida está en tus manos. Cuando te miras al espe- en alguna parte hay alguien que sería «mejor» para ti o para mí.
jo, ves a la única persona que es responsable de tu felicidad». Pero yo he elegido darte a ti mi don de amor, y tú has elegido amar-
me a mí.
Alguien ha comparado estos mensajes con «las raíces y las
alas». Debemos entregar a los demás ambas cosas, las raíces y las El mensaje esencial del amor incondicional es un mensaje de
alas. Las raíces de cualquier existencia humana son las raíces de liberación: puedes ser como quieras y expresar todos tus pensa-
la valía personal, de la confianza en uno mismo, del convenci- mientos y sentimientos con absoluta confianza. No tienes que
miento de la propia singularidad. Y el mensaje que ofrece raíces es temer que el amor se esfume; no serás castigado por tu apertura o
el del amor incondicional. Las alas de una existencia humana son sinceridad. No hay cuota de admisión para mi amor, ni tampoco
las alas de la responsabilidad personal. Dar a una persona alas es alquiler ni pago a plazos. Puede que haya días en los que estemos
transmitirle el mensaje que dice: «Tienes cuanto necesitas para en desacuerdo y se interpongan entre nosotros algunas emociones
volar, para cantar tu propia canción, para dar calor al mundo con perturbadoras; puede que haya veces en las que nos separen
tu presencia. La dirección de tu vuelo, la canción que cantarás y el muchos kilómetros psicológicos y físicos; pero te he dado mi pala-
calor que proporcionarás a este mundo son responsabilidad tuya. bra con mi compromiso; he puesto mi vida en ese camino, y no me
Debes tomar tu vida en tus manos. No debes culpar a los demás retractaré de la palabra dada. Por lo tanto, siéntete libre para ser
ni quejarte de tu falta de oportunidades. Debes asumir la plena tú mismo, para contarme tus reacciones positivas y negativas,
responsabilidad por el curso y la dirección de tu vida». El mensa- para hablarme de tus sentimientos cálidos y fríos. Yo no puedo
je de las raíces dice al individuo: «¡Tienes lo que hace falta!» El predecir siempre mis reacciones o garantizarte mi fuerza, pero hay
mensaje de las alas dice: «¡Ahora, a por todas!». algo que sé a ciencia cierta y que quiero que tú sepas: ¡no te recha-
zaré! Me he comprometido con tu crecimiento y tu felicidad y
Del programa de vídeo Families. siempre te amaré.
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JLre acuerdo con la leyenda, hubo un tiempo en el que Irlanda E joven de la antigua leyenda irlandesa (la lectura de ayer) se
estaba regida por reyes, y el rey reinante no tenía hijos. Envió, dirigió un tanto inseguro al castillo, vestido con los harapos del
pues, a sus mensajeros a poner carteles en los árboles de todas mendigo y sin provisiones para su vuelta a casa. Una vez llegado
las ciudades de su reino. Los carteles anunciaban que todo joven
al castillo, un lacayo del rey le hizo pasar. Tras una larga espera,
cualificado debería solicitar una entrevista con el rey como posi-
finalmente fue admitido en la sala del trono del rey. El joven se
ble sucesor al trono. Sin embargo, todos los solicitantes debían
cumplir estos dos requisitos: 1) amar a Dios; y 2) amar a sus inclinó ante su rey. Cuando alzó la mirada, se quedó pasmado.
semejantes.
— «Usted..., usted es el mendigo que encontré a la orilla del
camino».
El joven al que esta leyenda se refiere vio los carteles y refle-
xionó sobre ello: él amaba verdaderamente a Dios y a los demás — «Sí, yo era el mendigo» —respondió el rey.
seres humanos. Sin embargo, era tan pobre que no tenía ropa — «Pero no es realmente un mendigo. Usted es el rey».
apropiada para comparecer ante el rey ni disponía de medios para
comprar provisiones para el viaje al castillo. Así que mendigó y — «Sí, soy el rey».
pidió prestado, hasta que por fin tuvo suficiente dinero para ad- — «¿Por qué me hizo eso?» —preguntó el joven.
quirir la ropa adecuada y las provisiones necesarias. Finalmente, — «Porque quería averiguar si de verdad amas, si amas real-
partió hacia el castillo, y casi había llegado a su destino cuando se mente a Dios y a tus semejantes. Sabía que si me acercaba a ti
tropezó con un pobre mendigo que estaba sentado a la orilla del como rey, te habrías sentido muy impresionado por mi corona de
camino. El mendigo temblaba porque estaba vestido sólo con oro y mis vestiduras regias. Habrías hecho todo lo que te hubiera
harapos. Sus brazos extendidos imploraban ayuda, y su débil voz pedido por mi apariencia real. Pero entonces nunca habría sabido
suplicó: «Tengo hambre y frío, ¿podría, por favor, ayudarme?». lo que hay realmente en tu corazón. Por eso me acerqué a ti como
un mendigo, sin más exigencia que el amor de tu corazón. Y he
El joven se sintió tan conmovido por la necesidad del pobre descubierto que verdaderamente amas a Dios y a tus semejantes.
mendigo que inmediatamente se desprendió de su ropa nueva, se Así que tú serás mi sucesor y poseerás mi reino».
puso los harapos y, sin pensarlo dos veces, le dio al mendigo todas
sus provisiones. Porque amaba a Dios y a sus semejantes. De The Christian Vision.
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el capítulo veinticinco del evangelio de Mateo, Jesús des- «i • J\ amor funciona!», me lo sigo repitiendo. Pero aparente-
cribe el día del juicio final. mente el amor sólo funciona para quienes lo trabajan. El amor
«Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi funciona para aquellos que eligen el camino menos transitado y
Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde corren los riesgos de la apertura emocional completa. No cabe la
la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de menor duda de que nuestros sentimientos son únicos y resumen
comer...». y reflejan toda nuestra experiencia vital y nuestra unicidad perso-
nal. Si el verdadero don del amor es el don de nosotros mismos a
Y entonces los justos, desconcertados, preguntarán al Señor: través de la auto-revelación, entonces debemos confiar nuestros
sentimientos a quienes amamos.
«¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer?».
Y a aquellos que amamos debemos decirles: por favor, acoged
Y la respuesta de Jesús será la siguiente:
estos sentimientos con manos benévolas. Y, cuando lo hagáis,
«Yo era el mendigo a la orilla del camino de vuestra vida. Me acer- recordad que son una parte muy importante de nosotros. Gracias.
qué a vosotros, no con la majestad y el esplendor de Dios, sino
como un pobre y sencillo mendigo. No tenía más exigencia que el De El verdadero yo: ¡en pie!
amor de vuestro corazón. Tenía que averiguar si erais capaces de
abrir vuestras manos y vuestro corazón a las necesidades de vues-
tro prójimo. Donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón, y
tenía que descubrir dónde estaba vuestro corazón. He encontrado
en él un gran amor. Y por eso tendréis para siempre un lugar en mi
reino. Poseeréis el gozo que nunca han visto los ojos humanos, que
nunca han escuchado los oídos humanos, que nunca se ha atrevi-
do a soñar la imaginación humana. Entrad en la casa de vuestro
Padre, donde he preparado un lugar especial exclusivamente para
vosotros».
En definitiva, en ese último día y en ese juicio final sólo será im-
portante una cosa: todos seremos juzgados por el amor que Dios
encuentre en nuestros corazones.
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13 DE AGOSTO 14 DE AGOSTO
JL or supuesto que es arriesgado revelar abiertamente nuestros * ' a razón más frecuente por la que no explicitamos nuestras
sentimientos a alguien, así como acoger los sentimientos de otra emociones es porque no queremos reconocerlas, por la razón que
persona. Es difícil abrirnos con generosidad y escuchar con sensi- sea. Tememos que los demás puedan no pensar bien de nosotros,
bilidad. Pero debemos hacerlo si queremos decir a los demás lo o incluso rechazarnos, o castigarnos de alguna manera por nues-
que todos necesitamos escuchar: «Aquí está el don de mí mismo. tra franqueza emocional. En cierto modo, hemos sido «programa-
Es el auténtico don que puedo ofrecerte... Y gracias por el don de dos» para no aceptar como parte de nosotros determinadas emo-
ti mismo. Creo saber algo de lo que sientes». ciones que, más bien, nos producen vergüenza. Eso sí: podemos
racionalizar y decir que no podemos manifestar nuestras emocio-
Cuando las personas parecen odiosas, tal vez estén intentan- nes, porque no serían comprendidas, o que el manifestarlas servi-
do decirnos: «No estás escuchando cómo me siento. No te pido ría para perturbar una relación pacífica o para provocar en el otro
que estés de acuerdo conmigo; no necesito que estés de acuerdo una reacción emocionalmente borrascosa; pero todas nuestras
con lo que pienso o intento decir. Pero sí necesito realmente que razones son esencialmente fraudulentas, y nuestro silencio sólo
me aceptes y me comprendas a mí y mis sentimientos. ¿Puedes? puede producir relaciones igualmente fraudulentas. Quien no
¿Lo harás?». construya una relación sobre la transparencia y la sinceridad
construye sobre arena, y semejante relación jamás podrá superar
Resulta igualmente difícil revelar los propios sentimientos, la prueba del tiempo; y ninguna de las partes obtendrá de dicha
correr el riesgo de la transparencia emocional. Es como desnudar- relación ningún beneficio que valga la pena.
se en público. Puedes volver a vestirte, pero los demás van a recor-
dar siempre tu aspecto. Abrirnos a otra persona, dejar de mentir De ¿Por qué temo decirte quién soy?
sobre nuestra soledad, dejar de ocultar nuestros temores y heri-
das, estar abiertos acerca de nuestros afectos y decir a los demás
lo que significan para nosotros es el difícil pero esencial trabajo
del amor.
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• J a comunicación es un libre intercambio de dones. El emisor ^ ^ n buen receptor nos da la libertad de ser quienes somos.
ofrece el don de su yo a través de su auto-revelación, y el receptor Pues somos casi dolorosamente conscientes de que el otro es dife-
acoge ese don con manos benévolas y comprensivas. Y esta res- rente de nosotros; de que nuestros pensamientos no son sus pen-
puesta del receptor es en sí misma un don tan alentador y positi- samientos, y sus pensamientos no son los nuestros; nuestros
vo que merece algún tipo de expresión de gratitud. temores no son sus temores; nuestras preocupaciones pueden no
encontrar ningún eco en su interior; las cosas que despiertan en
Cuando alguien está dispuesto a escuchar, lo primero que debe nosotros ira y rencor puede que él las sobrelleve con facilidad... Y,
hacer es dejar a un lado su propia vida para conceder al otro el aún así, nos da la libertad de ser diferentes: de temer lo que él no
tiempo que necesita. Al escuchar, se ofrece lo que más necesario teme, de preocuparnos por lo que a él no le causa ninguna inquie-
nos es a todos: el alivio de que alguien se interese por nosotros. A tud y de sentir rencor hacia personas por las que él sólo siente
veces me imagino el proceso en términos de espacio físico. El compasión.
receptor deja un espacio libre en su vida en el que el emisor pueda
moverse, sentarse y extender las piezas de su «puzzle» personal. El Un buen receptor nos ofrece incluso más que esta aceptación
receptor tiene que hacer espacio al emisor. Un buen receptor no es de nuestras diferencias, porque sale de sí para experimentar indi-
sólo un cordero para el sacrificio que obra de acuerdo con las
rectamente lo que estamos intentando compartir con él. El buen
reglas de una virtuosa auto-oblación, sino que el buen receptor
oyente se esfuerza por entrar en nuestro interior, por mirar a
desea realmente saber quién es la persona que le habla.
través de nuestros ojos, por sentir nuestros temores, por revivir
con nosotros nuestras reacciones... El buen receptor dice sim-
«Gracias por dejar de lado tus propias necesidades y preocu- plemente: «Sí, claro» o «Ya veo», y de inmediato nos sentimos
paciones. Gracias por desear saber quién soy en realidad. Esto, comprendidos.
naturalmente, hace que me sea mucho más fácil compartir conti-
go mis propios espacios interiores». El buen receptor nos ofrece ese gran regalo de la empatia que
nos asegura que no estamos solos. Este don de salir de sí mismo y
De El verdadero yo: ¡en pie! situarse, de alguna forma, a nuestro lado es un presente suma-
mente valioso.
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r
V-¿ uando le damos las gracias a nuestro oyente por escucharnos, • > a primera y más obvia ventaja de la comunicación honesta y
estamos implícitamente aclarando que eso era lo único que le abierta es que da lugar a una verdadera y auténtica relación y a
pedíamos. Porque no pretendíamos que resolviera nuestros pro- eso que hemos dado en llamar un verdadero «encuentro» entre
blemas por nosotros: eso sería una muestra de inmadurez por personas. Un encuentro en el que no sólo va a darse una comuni-
nuestra parte; tampoco estábamos intentando manipularle cación mutua entre personas, con el consiguiente compartir y
mediante alguna acusación sutil, ni juzgarle, ni tampoco retándo- experimentar recíprocamente el ser personal de otro, sino que va
le a valorar nuestras confidencias. a desembocar en un sentido cada vez más claramente definido de
la identidad de cada una de las partes de la relación.
Lo único que le estábamos pidiendo era el gran don de que
durante un rato dejara a un lado su propia vida y sus asuntos pen-
dientes y compartiera nuestras preocupaciones; le estábamos Hoy somos muchos los que nos preguntamos: «¿Quién soy
pidiendo el don de que nos permitiera ser distintos de él; le está- yo?» Ésta ha llegado a ser una pregunta socialmente admitida y
bamos pidiendo el regalo de que nos aceptara en nuestra situación hasta de buen tono, e implica que uno no conoce realmente su
de este preciso momento. Una sencilla palabra de gratitud expre- propio yo de persona. Ya hemos dicho que la persona es lo que uno
sa todo esto y le hace saber que apreciamos los muchos presentes piensa, juzga, siente, etc. Si yo he comunicado estas cosas con
implícitos en el don de su escucha. Al mismo tiempo, nuestra gra- libertad y abiertamente, con toda la transparencia y sinceridad de
titud nos recuerda a nosotros mismos que él no es un objeto que que soy capaz, constataré un crecimiento evidente en mi propio
podamos utilizar ni una persona que podamos no apreciar en su sentido de la identidad, así como un más profundo y auténtico
justa medida. conocimiento del otro. Se ha convertido en un verdadero tópico
psicológico eso de que sólo comprenderé aquello de mí mismo que
haya sido capaz de comunicar a otros.
Con mucha frecuencia, cuando compartimos nuestros senti-
mientos denominados «negativos», puede dar la impresión, sin
pretenderlo, de que estamos juzgando, desafiando o buscando la De ¿Por qué temo decirte quién soy?
confrontación. Pero si al final decimos: «¡Muchas gracias por per-
mitirme ser yo y por dejarme contártelo!», situamos las cosas en la
perspectiva debida y también proporcionamos un contexto a la
comunicación que clarifica nuestra auto-revelación y la presenta
como el don de nuestro yo. La manifestación de nuestra gratitud
subraya que ese «don» no era una acusación sutilmente velada ni
una manipulación, sino sencillamente un presente, sin condicio-
namientos añadidos.
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x J L l deseo de escuchar debe añadirse el deseo de aprender, lo C
que para la mayoría de nosotros es bastante difícil, pues nos exige 4-J i yo tengo la costumbre de juzgar las intenciones o la motiva-
abandonar el lugar en el que nos encontramos e ir hacia donde se ción del otro, debería esforzarme por superar tan adolescente cos-
encuentra el otro, e incluso requiere que dejemos a un lado nues- tumbre, porque, de lo contrario, sencillamente no podré camuflar
tras propias convicciones (pero no renunciemos a ellas) para mis juicios, por más aclaraciones previas que haga.
experimentar las suyas. No cabe duda de que si le reflejamos no Si yo deseo realmente saber la intención, o motivación, o reac-
sólo nuestra empatia, sino también nuestra comprensión de su ción de otra persona, no hay más que una forma de averiguarlo:
«coherencia interna», estará sumamente agradecido, pues se sen-
debo preguntárselo.
tirá comprendido. Y este tipo de escucha con la intención de
aprender es un don mucho más valioso que escuchar apenas el
Quizá sea éste el momento de decir una palabra sobre la dife-
tiempo suficiente para preparar nuestras respuestas.
rencia entre juzgar a una persona y juzgar una acción. Si yo veo
Yo he pensado a veces que este «escuchar y comprender» del cómo alguien roba el dinero a otro, puedo juzgar que esa acción es
que estamos hablando es comparable a buscar las piezas de un moralmente mala, pero no puedo juzgar a esa persona. El juzgar la
«puzzle». La primera entrega de auto-revelación que alguien hace responsabilidad humana es cosa de Dios, no tuya ni mía. Sin
es frecuente que, en sí misma, carezca de significado, del mismo embargo, si no pudiéramos juzgar de la rectitud o iniquidad de
modo que una pieza de un «puzzle» apenas tiene sentido por sí una acción, ello significaría el final de toda moralidad objetiva. Y
misma. Pero después llegará otra pieza, si escuchamos con sensi- no debemos caer en el error de pensar que no hay nada objetiva-
bilidad y con auténtica empatia. Y lentamente, una a una, las pie- mente malo ni objetivamente bueno, sino que todo depende de la
zas irán apareciendo y se irán ensamblando; gradualmente, la forma en que uno lo vea. Ahora bien, juzgar de la responsabilidad
imagen comenzará a tener sentido. Por supuesto, nunca com- del otro sigue siendo cosa de Dios.
prendemos por completo a alguien, incluyéndonos a nosotros
mismos; pero podemos llegar a percibir lo que supone ser «otro»; De ¿Por qué temo decirte quién soy?
podemos entender algo de la «coherencia interna» de los pensa-
mientos y sentimientos de otro ser humano. Y cuando alguien nos
ofrece una comprensión de este tipo, experimentamos un mo-
mento de consuelo supremo. «Gracias a Dios, por fin alguien sabe
lo que supone ser yo». La persona que verdaderamente ha sido
escuchada y comprendida, probablemente se transformará para
siempre gracias a ese inapreciable don.
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J—Jas personas son muy complicadas. Son tan «otras», tan dis- T
tintas de nosotros, que no podemos proyectar en ellas nuestros ' J a presencia personal implica mucho más que ser un mero
pensamientos, sentimientos o motivos, sin correr riesgos. Mi- cuerpo cálido en la misma habitación. Estamos presentes perso-
rando su exterior, no podemos leer lo que hay en su interior. nalmente ante otro cuando le brindamos toda nuestra atención.
Espero que el lector pueda encontrar en su memoria alguna Durante ese tiempo, todo lo demás ha quedado excluido, y nues-
ocasión en la que pensara que había descifrado correctamente los tras lentes mentales enfocan a esa persona y lo que comparte con
motivos e intenciones de otra persona y luego descubriera que la nosotros.
realidad oculta era bastante distinta. Espero que se quedara asom- A la mayoría nos resulta difícil desarrollar una sinceridad y
brado y sorprendido al descubrir, por ejemplo, bajo una cara muy una franqueza verdaderas. Por consiguiente, necesitamos el
sonriente, el vacío de la más completa soledad. Espero que haya ambiente y el apoyo de una presencia auténtica para hacer el
averiguado por experiencia personal lo misteriosos que podemos intento de comunicarnos en profundidad. No queremos correr los
ser los seres humanos. Un sólo descubrimiento de este tipo puede evidentes riesgos de la auto-revelación si el otro parece aburrido o
bastar para darnos que pensar. Nuestros juicios erróneos deben distraído; no deseamos poner en sus manos una parte tierna y
hacer que nos replanteemos nuestra habilidad para leer las men- sensible de nuestro ser para verle bostezar o para percibir su in-
tes y juzgar las intenciones ajenas. tento de cambiar de tema; no nos apetece compartir con él nues-
A veces no acierto por muy poco, pero casi siempre meto la tra alegría o nuestro éxito si da la sensación de estar demasiado
pata hasta dentro... Me he equivocado cada vez que he intentado preocupado como para celebrarlos con nosotros.
hacer adivinaciones y juzgar intenciones, así que he llegado a la
conclusión de que la única forma de saber lo que alguien piensa o El concepto de «accesibilidad» está íntimamente relacionado
se propone hacer es sencillamente preguntárselo. Es obvio que con lo que venimos diciendo. Todos sabemos lo que supone llamar
todos estamos de algún modo engañados acerca de nosotros mis- a una puerta y no obtener respuesta; sabemos lo que implica mar-
mos, y por eso puede que lo que el otro nos diga en respuesta a car un número de teléfono con una sensación de urgencia y no
nuestras preguntas no siempre sea exacto o ni siquiera verdadero, obtener más que la señal de comunicando. Pues bien, la mayoría
pero seguro que se aproxima más que nuestras más perspicaces experimentamos una reacción de decepción similar cuando dese-
suposiciones. Además, preguntar siempre promueve un intercam- amos verdaderamente compartir alguna parte profunda de noso-
bio comunicativo; del mismo modo que la adivinación del pensa- tros mismos y comprobamos que nuestro supuesto receptor no
miento y el juicio tienden a destruir las líneas de comunicación y parece estar accesible. Tenemos la sensación de que esa persona
a distanciar a las personas. preferiría que no la molestáramos con nuestros problemas.
Por lo tanto, la próxima vez que nos sintamos seguros de Cuando nos llega la «señal de ocupado», normalmente nos limita-
algo, debemos revisar nuestras premisas. Los seres humanos mos a colgar y sentimos la tentación de abandonar.
somos demasiado complicados y distintos para dedicarnos a hacer
adivinanzas. De El verdadero yo: ¡en pie!
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JL V Aediante la empatia compartimos la experiencia del otro y
M
2. v J a l y un temores nos mantienen encerrados en la solitaria
sus pensamientos, sentimientos y actitudes de manera mucho reclusión del «extrañamiento». A algunos les aterra ponerse a llo-
más plena. A través de la empatia nos ponemos en la piel de la rar y romper en sollozos, como si fueran niños; a otros les frena el
otra persona. Gracias a los poderes de nuestra mente y de nuestra temor a que la otra persona no perciba la tremenda importancia
imaginación, pensamos sus pensamientos, queremos lo que ella que el secreto de uno tiene para uno mismo. Por lo general, pre-
quiere y sentimos lo que siente; en suma, experimentamos lo que sentimos el profundo dolor que experimentaríamos si nuestro
el otro está experimentando. secreto fuera recibido con indiferencia, incomprensión, disgusto,
Para desarrollar nuestros poderes de empatia, tenemos que enfado o irrisión. También nos da miedo el que nuestro confiden-
tomar conciencia de la alteridad de todos los seres humanos; te pueda enfadarse y revelar nuestro secreto a otras personas que
debemos ser capaces de dejar a un lado nuestro marco de referen- no querríamos que lo supieran.
cia y nuestros propios instintos y asumir los de los demás. En cier- Puede que en un momento dado de mi vida haya tomado yo
to sentido, la empatia es la habilidad básica del receptor dentro una parte de mí y la haya expuesto a la luz para que pudiera verla
del proceso de comunicación. otra persona. Y puede que esa persona no lo comprendiera y que
yo, totalmente arrepentido, me refugiara en una dolorosa soledad
No es fácil caminar una milla en los mocasines de otro. Sin emocional. Pero puede que también haya habido otros momentos
embargo, si deseamos realmente penetrar en los pensamientos y en los que alguien haya escuchado mi secreto y aceptado benévo-
actitudes de otra persona y captar su experiencia global, podremos la y delicadamente mi confidencia. Puede que aún recuerde las
hacerlo, pero el primer paso ineludible consiste en quitarnos nues- palabras que dijo para tranquilizarme, la compasión que había en
tros propios mocasines. su voz, la comprensiva mirada de sus ojos, la dulzura con que me
tomó de la mano y la ligera presión que ejerció sobre ella para
En mi opinión, la invitación a la empatia comienza con esta darme a entender que me comprendía... Aquélla fue una expe-
pregunta: ¿Qué se siente siendo tú? Y si nos hacemos esta pre- riencia grande y liberadora, a raíz de la cual me sentí muchísimo
gunta al relacionarnos con otra persona, nuestro interlocutor la más vivo: me había sido satisfecha una inmensa necesidad de ser
percibirá como una demostración de interés: «Me preocupo por realmente escuchado, tomado en serio y comprendido.
ti». Tanto si estamos de duelo como de celebración, a los seres
humanos nos resulta difícil la soledad. Una reacción empática por De ¿Por qué temo decirte quién soy?
parte de otra persona es siempre consoladora y reconfortante,
pues expresa de modo claro e innegable: «No estás solo. Yo estoy
contigo porque me intereso por ti».
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31 DE AGOSTO 1 DE SEPTIEMBRE
LJ upongamos que somos nosotros los que estamos escuchando E único camino seguro para no crecer es hacer autostop en la
de modo atento y acogedor, sin intentar adivinar los pensamien- mente y la voluntad de otra persona, pues nunca maduraremos si
tos de nuestro interlocutor, sino limitándonos simplemente a tra- permitimos que otros piensen y elijan por nosotros. En conse-
tar de imaginar lo que se siente siendo él. Sin embargo, aún con cuencia, decir a otro lo que tiene que pensar, interpretando por él
estas buenas intenciones y esfuerzos, seguimos sin estar seguros la realidad, equivale a cercenar su proceso de maduración. Del
de comprenderle, no tenemos la certeza de entender de verdad lo mismo modo, decir a otro lo que tiene que hacer, es ser cómplice
que está tratando de decirnos y no queremos obviar este obstácu- de su inmadurez y su dependencia infantil.
lo adivinando o presumiendo que sabemos lo que pretende decir,
porque podría resultar peligroso. Queremos estar seguros de que Por lo tanto, ¿qué tengo que hacer cuando aparece alguien y
le comprendemos y entendemos lo que quiere decir, y deseamos veo su dedo de autostopista pidiendo un viaje gratis? En ocasio-
que él esté seguro de que le estamos realmente comprendiendo. nes, tengo que esforzarme por contener mi antiguo impulso de
Por tanto, ¿qué podemos hacer? transformarme en una impresora de ordenador que suelta todo
En este caso, tenemos que esforzarnos en clarificar su mensa- tipo de interpretaciones y consejos. He trabajado personalmente
je, y hay tres clases de clarificaciones, cada una de las cuales con la técnica de la pregunta bien situada en el lugar preciso. Es
corresponde a un nivel diferente de comprensión. La primera es algo similar a lo siguiente: «Vaya, no sé qué debes hacer. ¿Tú que
muy simple, consiste en pedir más información. Si el mensaje que piensas?; a tu juicio, ¿cuáles son las posibilidades?» Algunas veces
estamos recibiendo nos parece indirecto o incompleto, tenemos se puede dejar caer una sugerencia en la conversación mediante
que buscar y localizar lo que falta. La segunda clase de clarifica- una pregunta: «Dime, ¿has pensado alguna vez en volver a estu-
ción es verificar los significados de las palabras, porque puede que no diar y conseguir un título?»; o «¿Crees que tu actitud hacia las
se trate más que de los términos que se utilizan, pues los signifi- figuras de autoridad se ha visto afectada por tu relación con tu
cados que el otro da a sus palabras pueden ser bastantes distintos padre?» Pero soy lo suficientemente mayor y sabio como para sa-
de los que nosotros captamos. En este caso, debemos pedirle que ber que no puedo pensar o elegir por nadie, excepto por mí mismo.
nos explique sus definiciones. Finalmente, al tercer tipo de clari- Sólo soy experto en mí mismo. Debo asumir la responsabilidad de
ficación podemos denominarlo verificación de nuestra comprensión de tener mis propios pensamientos y de tomar mis propias decisio-
la experiencia. En este caso, el contenido y los significados de las nes, pero no puedo hacerlo por ninguna otra persona.
palabras pueden ser claros, pero, por alguna razón, no estamos
seguros de haber comprendido todos los matices o el impacto
emocional de la experiencia. De El verdadero yo: ¡en pie!
Al buscar una clarificación en cualquiera de estos tres niveles,
lo más importante es dejar claras nuestras intenciones a nuestro
interlocutor. Y esas intenciones deben ser siempre:
— el interés en el hablante;
— la delicadeza y la paciencia durante el proceso;
— y el deseo de comprender en su totalidad lo que el otro nos
está exponiendo.
Cruzarnos como barcos en la noche es una alternativa solita-
ria y dolorosa.
De El verdadero yo: ¡en pie!
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X _ / s extremadamente importante que tú y yo insistamos en LJ ea lo que sea lo que el amor pueda pedirnos en un caso con-
nuestro derecho a vivir plenamente y a expresar libremente todos creto, hay dos dones indispensables que siempre forman parte de
nuestros sentimientos. «Éste soy yo: para lo bueno y para lo malo, él, y podemos estar seguros de que siempre son necesarios. El pri-
en la salud y en la enfermedad, ya tenga una vida larga o corta. mero es el don de uno mismo mediante la auto-revelación. Todos
Éste soy yo». Sólo cuando nos hayamos comprometido con la demás dones del amor —como las flores, las joyas, los puros y los
comunicación sincera, sólo cuando nos mostremos tal como so- dulces— son simples signos y expresiones simbólicas. El don
mos en lugar de fingir lo que no somos, podremos ser amados esencial del amor es siempre el don de uno mismo. Si no te entre-
efectivamente. Cuando hayamos sido abiertos y honestos en go mi auténtico yo, no te entrego nada. Sólo te he dado ficción y
nuestra comunicación y alguien nos diga que nos ama, lo habre- engaño. Te he permitido observar mi farsa.
mos conseguido. Entonces y sólo entonces podremos realmente
creer en el amor que se nos ofrece. Entonces y sólo entonces El segundo don esencial del amor es la afirmación del valor de
podremos decir: «Me conoces de verdad y me amas de verdad». la otra persona. Si te amo, debo apreciarte y hacerte ver el aprecio
Éste es el comienzo de una autoimagen auténtica y sana. Y sólo que siento hacia tu bondad y tu talento únicos. No puedo interac-
una autoimagen sana nos liberará, nos llevará a la plenitud de tuar contigo sin hacer alguna contribución, ya sea positiva o nega-
vida, para que nos unamos a la danza de la vida y cantemos sus tiva, a tu siempre importante autoimagen. Tampoco puedo inte-
canciones. Sólo cuando hayamos sido honestos y subsecuente- ractuar contigo sin experimentar algún aumento o disminución
mente amados, podrá haber una resonancia real e interna entre lo en mi propia percepción de mi valor personal. Todos somos como
que sentimos verdaderamente en nuestro interior y lo que las per- espejos los unos de los otros y, en gran medida, nos percibimos a
sonas nos dicen desde el exterior. Es de vital importancia interio- nosotros mismos en el «feedback» de las reacciones mutuas. Siem-
rizar lo que el amor nos ofrezca, pero el amor sólo puede ser efi- pre estamos contribuyendo, positiva o negativamente, a la autoi-
caz en nosotros después de habernos mostrado tal como somos, magen ajena. Sólo puedo saber que soy valioso en el espejo de tu
después de haber dicho a los demás quiénes somos realmente. En rostro sonriente, en el sonido cálido de tu voz y en la caricia suave
cierta ocasión alguien me dijo: «Te querría aunque fueses malo». de tu mano. Y tú sólo puedes comprender tu valor en mi rostro,
Yo tragué saliva. No sabía qué decir. Pero recuerdo que me sentí mi voz y mis caricias.
bien, seguro. Después reflexioné sobre ello y descubrí que era una
de esas raras expresiones de amor incondicional. No había cuota De The Christian Vision.
de admisión. Yo no tenía que hace nada, ni siquiera tenía que ser
bueno. Sólo tenía que ser yo mismo. Sencillamente me quería.
Creo profundamente que éste tipo de amor incondicional es el
comienzo, el origen de toda auténtica vida. Nuestras vidas las
moldean quienes nos aman... y quienes se niegan a amarnos.
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Pero también veo el mundo de la religión. Veo a algunos de Señor Dios, me siento llamado por ti a contribuir de alguna
mis hermanos y hermanas intentando ser religiosos sin ser plena- manera al esfuerzo que supone unir estos dos mundos, y sé dónde
mente humanos. A veces parecen un poco rígidos e incluso into- debo comenzar: conmigo mismo. Debo unir estos mundos dentro
lerantes al querer ser santos, pero no humanos. Parecen estar de mí si quiero ser lo que puedo llegar a ser: ¡libre para ser yo! Por
ganando un lugar en el cielo, sin percibir ni gozar la belleza de la eso necesito tu poder sanador: para iluminar todo lo que está
tierra. Cumplen los diez mandamientos, pero su observancia pare- oscuro dentro de mí, para reparar lo que está roto, para enderezar
ce tan triste... Un mundo así resulta pequeño, y el aire de ese lo que está torcido y para revivir la vida y el amor que pueden
mundo está viciado. haber muerto dentro de mí.
Del programa de vídeo Free To Be Me. Y como yo trabajo en ello, bajo la benévola influencia de tu
amor y tu gracia, haz de mí un cauce de vida y amor para mis her-
manos y hermanas. Haz de mí un emisario de buenas noticias, un
puente sobre las aguas turbulentas y divididas. Ayúdame a unir la
humanidad y la divinidad, el corazón del hombre en todo su
esplendor y el corazón de Dios en toda su hermosa magnificencia.
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De A Reason To Live, A Reason To Die. Del programa de vídeo Jesús As I Know Him.
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c
\±J onocer y amar a Jesús no es fácil. De hecho, conocer y amar
c
¿V^/ómo aceptamos libremente los dones de Dios?; ¿como co-
nunca es fácil. Nosotros somos criaturas que nos hacemos falsas rrespondemos a sus iniciativas y cooperamos con su trabajo en
ilusiones y, como el pueblo de Israel en el curso de su éxodo hacia nosotros? Personalmente, estoy convencido de que la respuesta
la tierra prometida por Dios, sentimos la tentación de la idolatría. está tanto en la naturaleza humana como en la palabra revelada
Conocer y amar exigen decisión y resolución. Hay un desapego en de Dios: llegar a conocer a Jesús. Observad que no se nos urge a
cada apego, un vaciarse que precede al llenarse, una muerte en saber cosas acerca de Jesús, sino a conocerle a él. Como dijo en
cada vida... Nadie puede servir a dos señores. Por eso debemos ser cierta ocasión el cardenal Newman: «No construimos catedrales
conscientes de que nuestros corazones están divididos y de la por principios intelectuales, sino para las personas. Sólo las perso-
posibilidad de que haya otras fuerzas en acción en nuestras vidas nas nos subyugan, enternecen y conquistan». La fe no es algo que
que pueden hacer que nuestro compromiso de fe sea anémico y deba comprenderse intelectualmente, sino algo que debe experi-
débil. Hay ídolos, algunos hermosos y otros horrendos, que dilu- mentarse y vivirse; es, en su esencia más profunda, una vivifican-
yen nuestro amor y sofocan nuestra unión con Jesús. El odio te relación de amor con Dios, con y a través de su Hijo, Jesús. San
hacia uno mismo, el orgullo y la mojigatería puritana, así como la Juan escribe:
excesiva indulgencia egoísta, el miedo y la temeridad, la adoración «Éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta
y el odio de la propia mente y el propio cuerpo son formas idóla- vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no
tras de preocupación por uno mismo que orientan nuestros ojos tiene al Hijo, no tiene la vida» (1 Jn 5,11-12).
hacia nuestro interior y los apartan de Jesús. La respuesta a los
muchos problemas que conlleva una vida de fe siempre es la El propio Jesús dijo: «Yo he venido para que tengan vida y la ten-
misma: llegar a conocer a Jesús. gan en abundancia» (Jn 10,10). «Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Y Pedro, predican-
Sólo él puede ayudarnos a ver nuestras vidas y todo cuanto do a sus contemporáneos judíos, dijo de Jesús: «No hay en el cielo
hacemos como parte de nuestra relación con él. Cuando llegue- otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos sal-
mos a conocer a Jesús, la falsa dicotomía entre la fe y la vida desa- varnos» (Hch 4,12). Éste es, pues, el secreto de la fe y el don espe-
parecerá. Nuestras alegrías y tristezas, éxitos y fracasos, ganancias cial del creyente: cultivar una relación profunda y cálidamente
y pérdidas, se verán como parte del plan amoroso de Dios, como personal con Jesús, para que todo lo que se haga sea un acto de
su revelación en nuestras vidas y en nuestro mundo. Este llegar a amor por Jesús y de fidelidad a él. Construir argumentos para
estar vivo en la fe, esta visión renovada de nuestro propio signifi- demostrar la verosimilitud de la fe y debatir su racionalidad no
cado, este logro de identidad en Cristo, sólo es posible a través de produce amantes, santos o héroes. El núcleo de la cuestión es
una relación vivificante y amorosa con Jesús. conocer y amar a Jesús.
De A Reason To Live, A Reason To Die. De A Reason To Live, A Reason To Die.
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T
D eberíamos estar agradecidos a Dios por venir a nuestro
mundo como un bebé. Nadie tiene miedo de un bebé, porque no
A 4 a prostituta (Le 7,36-50): En cierta ocasión, cuando Jesús
estaba comiendo con un fariseo llamado Simón, un suceso muy
es más que un pequeño manojo gorjeante de humanidad en los extraño interrumpió la comida. Una mujer entró en la estancia. La
brazos de su madre o de su padre. Por eso, no deberíamos temer- presencia de una mujer en los banquetes de ese tipo no estaba
le, pues vino a nosotros como un bebé. Además, Jesús vivió en una permitida. Pero ella no era sólo una mujer; era una de las prosti-
pequeña localidad que nunca habría aparecido en ningún mapa si tutas locales. La liturgia identifica a esta mujer con María
él no hubiera vivido allí. Y permaneció en ella la mayor parte de Magdalena. La prostituta se arrojó a los pies de Jesús y empezó a
su vida en absoluta oscuridad. Más tarde, cuando llegó la hora de bañárselos con sus cálidas lágrimas, después se los enjugó con su
su muerte, murió en una cruz, la peor y más vergonzosa forma de cabello y se los ungió con un fragante perfume. Simón, el estricto
castigo del mundo en que vivía. Después de su muerte, fue ente- fariseo con poca compasión por la debilidad humana, permaneció
rrado en la tumba de otro hombre, porque aparentemente no a su lado con indignada superioridad moral. Así que Jesús le pre-
podía permitirse una tumba propia. Casi parece que cuando Dios guntó quién ama más: aquel a quien se le ha perdonado más o
se introdujo en nuestra historia, llegó a nosotros en la impotencia aquel a quien se le ha perdonado menos. Cuando Simón dio la res-
y la oscuridad: llegó como un bebé y murió con una multitud rién- puesta obvia, Jesús sencillamente le dijo:
dose de él. Yo supongo que no quería que temiéramos acercarnos «"¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los
a él. Nadie tiene miedo de los bebés ni de las personas que están pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas y los ha
sufriendo. Jesús ha hecho que nos resulte muy fácil sentirnos secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró,
no ha dejado de besarme los pies. No ungiste mi cabeza con aceite.
cómodos y a gusto con él. Parece estar siempre haciéndonos la
Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan
pregunta que en una ocasión hizo a sus apóstoles: «¿Por qué tení- perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho
ais miedo?; ¿no sabíais que yo estaba con vosotros?». amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra". Y le dijo a
ella: "Tus pecados quedan perdonados". Los comensales empeza-
Del programa de vídeo Jesús As 1 Know Him. ron a decirse para sí: "¿Quién es éste que hasta perdona los peca-
dos?" Pero él dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado. Vete en paz"».
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Por lo tanto, es extremadamente importante que mantenga- (Yo le prometí que si alguna vez contaba la historia de san
mos una relación personal con Jesús. Juan de la Cruz, contaría también la historia de Charlie).
De la cassette The Growing Edge OfLife. De la cassette The Growing Edge OfLife.
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kj esús murió como había vivido, amando incondicionalmente. E n las denominadas narraciones de la tentación que se reco-
Bajo cada crucifijo —que representa al Señor con su corazón gen en Lucas 4,1-13 encontramos a Jesús, al comienzo de su vida
abierto y sus manos extendidas como si fuera a abrazar a todos los pública, clarificando sus propios principios vitales. Más concreta-
débiles y heridos del mundo— debería haber una leyenda que mente, le encontramos rechazando tres principios vitales que el
dijera: demonio le sugiere.
«¡Esto es lo que quiero decir cuando digo que os amo!». Podríamos decir que la primera tentación fue que aceptara el
principio vital del placer. Jesús había ayunado —un ayuno total de
Si la parábola del hijo pródigo es la historia del amor incondicio- cualquier alimento— y estaba muy hambriento. La promesa del
nal, Jesús en la cruz es la imagen de ese amor. Como el amor
demonio fue la satisfacción de su hambre física. Y la respuesta de
mismo, la persona de Jesús es a la vez un consuelo y un desafío.
Jesús fue: «En la vida hay cosas más importantes que el pan».
El consuelo es más profundo que cualquier otro que hayamos
experimentado. Ese «¡Shalom! Estad en paz. Lo comprendo», se
nos ofrece siempre, y en especial en esos momentos en los que nos Después, el demonio le llevó a un lugar elevado, le mostró
sentimos como el bueno de Pedro, una Roca y algunas veces un todos los reinos del mundo y le prometió poder sobre todos aque-
montón de arena: «¡Aléjate de mí, Señor —dijo Pedro lamentán- llos lugares y gentes. Pero Jesús rechazó este principio vital con
dose—, porque soy un pecador!» Pero, por supuesto, el amor firmeza: «Debemos adorar a Dios y sólo a él». Jesús no entregará
incondicional nunca se aleja. Jesús sólo le preguntó a Pedro, como su corazón ni a la búsqueda del placer ni a la adulación del poder.
nos pregunta a nosotros: «¿Me amas?» No nos pregunta por nues-
tra debilidad, sino por nuestro amor. Y esto es muy consolador. Entonces Satanás le llevó al pináculo del templo y le incitó a
tirarse. «Deja que tu Padre te recoja con las manos de sus ángeles»,
se mofó el demonio, pero Jesús estaba decidido: no abdicaría de
Su desafío es: «¡Amaos los unos a los otros como yo os he su responsabilidad personal respecto de su vida. Yo veo esta terce-
amado!». ra tentación de este modo. Implica que realmente no somos libres.
Nos pide que aceptemos una forma de determinismo que supone
De Unconditional Love.
un rechazo de la responsabilidad. Pero Jesús se mantiene firme: «No
pongas a prueba la paciencia de Dios».
De Uncondictional Love.
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E stoy seguro que esto fue lo que Jesús tanto deseaba aclarar a
Pedro y a los discípulos. Todos los días que pasó con ellos, pero en
especial en la Última Cena, en sus últimos momentos a su lado,
quiso subrayar la verdad: ¡Mi Reino es un Reino de amor! No es
un lugar donde impera el poder o compiten las personas. No es un
patio de recreo o un refugio para quienes no tienen el arrojo de
hacer un esfuerzo. El requisito solemne y único para entrar en el
Reino de Dios es la elección del amor como principio vital. Sólo
hay un signo de identificación: «En esto conocerán todos que sois
discípulos míos: en que os améis los unos a los otros como yo os
he amado» (Jn 13,35).
De Unconditiona! Love.
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¿JL JLas experimentado alguna vez la sensación de estar con otra * Ja persona «plenamente humana» es la persona que consigue
persona en una importante encrucijada de su vida? Si es así, pro- ser «ella misma»; que no se doblega ante cualquier viento que
bablemente has visto la importancia que tiene que esa persona pueda soplar ni está a merced de la mezquindad, la vileza, la im-
elija el camino menos transitado. Yo tengo la misma sensación. paciencia y la ira de los demás; que no se deja transformar por el
Cada uno de nosotros se encuentra, en mi opinión, en una encru- ambiente, sino que es ella la que influye en éste.
cijada vital y puede optar por el camino de culpar: a las otras per-
sonas que hay en su vida, a su «modo de ser», a la situación en la Por desgracia, la mayoría de nosotros nos sentimos como una
que se encuentra, al tiempo, a los astros, etc., etc. Este camino de embarcación a merced de los vientos y las olas. Cuando los vien-
atribuir a los demás la responsabilidad de las propias reacciones es tos rugen y las olas se encrespan, nos falta lastre y decimos cosas
un callejón sin salida en cuyo final lo único que hay es muerte: la como: «Me pone enfermo...»; «Me saca de mis casillas...»; «Sus
muerte del propio crecimiento como cristiano, la muerte de la paz observaciones me hacen sentirme terriblemente violento...»; «Este
y la muerte de lo que podría haber sido. El crecimiento empieza tiempo me deprime increíblemente...»; «Este trabajo me aburre
únicamente donde la culpabilización termina. soberanamente...»; «Sólo con verle me pongo triste...».
Tengo la sensación de que también podemos elegir el camino Obsérvese que todas estas cosas me afectan a mí y a mis emocio-
menos transitado, el de la pregunta: «¿Qué hay en mí?» Como es nes. No tengo nada que decir acerca de mi enojo, de mi depresión,
natural, este camino tiene algunos zigzags, así como baches y de mi tristeza, etc. Y, al igual que todo el mundo, me limito a cul-
giros bruscos. Habrá que escalar montañas y cruzar ríos. A lo largo par a otros, a las circunstancias y a la mala suerte. La persona ple-
del camino nos sentiremos a veces muy abrumados por las tareas namente humana, como dice Shakespeare en Julio César, sabe que
que la honestidad nos impone. Pero, si elegimos este camino, «la culpa, querido Bruto, no es de las estrellas, sino nuestra...».
alcanzaremos finalmente la plenitud, porque nos haremos pro- Podemos alzarnos por encima del polvo de la batalla cotidiana que
fundamente cristianos. Nos asemejaremos más al Cristo de nues- a tantos de nosotros ciega y sofoca; y esto es precisamente lo que
tra fe. Y experimentaremos la paz y poseeremos la plenitud de se espera de nosotros en nuestro proceso de crecer como personas.
vida que Jesús prometió como su don y su legado a los creyentes.
De ¿Por qué temo decirte quién soy?
De The Christian Vision.
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jLXios nos llama a la plenitud de vida. La promesa y el legado de JLoáo el proceso de maduración depende de cómo reaccionemos
Jesús a sus seguidores es una profunda paz personal. Cuando la ante las dificultades o los desafíos de la vida. La persona inmadu-
plenitud de vida y la paz personal se ven obstaculizadas por la ra sólo ve las dificultades: están tan próximas a sus miopes ojos
incomodidad, ya sea física, emocional o conductual, la experien- que sólo puede ver los problemas y presta muy poca atención a su
cia de incomodidad constituye una invitación a la introspección y propia reacción que es, de hecho, lo importante y definitivo. Las
la reflexión personales. «¿Qué hay en mí?» es la pregunta necesa- dificultades pasan, pero nuestra reacción ante ellas no. Cada reac-
ria y a veces dolorosa que hay que hacerse. No puedo cambiar a ción, madura o inmadura, persiste en nosotros como el comienzo
los demás, ni el mundo que me circunda, ni el clima, ni la posi- de un hábito. Las reacciones maduras repetidas tienden a produ-
ción de las estrellas; lo que sí puedo hacer es cambiarme a mí cir los hábitos de madurez que nos definen. Mientras que las reac-
mismo. A través de la reflexión y la oración puedo seguir la pista ciones inmaduras repetidas se convierten en una mala costumbre.
a mi incomodidad hasta las actitudes que la originan. Puedo ver
con claridad lo que hay en mí, y ésta es el área de mis actitudes El cristiano debe siempre aceptarse en su actual condición
que puedo controlar y cambiar. Puede que haya ocasiones en que humana peregrina que, inevitablemente, conllevará fracasos. Los
mi actitud esté en plena armonía con mi fe cristiana, pero la ideales deben siempre ser pasados por la prueba de la experiencia
mayoría de las veces, si el lector es como yo, encontrará una acti- real. En esta prueba, nuestros ideales, que suelen parecer hermo-
tud neurótica y no cristiana en el origen de su incomodidad. sos, nos exigen una lucha, una renuncia, una batalla por el con-
trol del yo, una disposición a comenzar de nuevo tras los fracasos,
Por tanto, tengo que preguntarme por las actitudes alternati- una aceptación lúcida del misterio de la cruz.
vas. Tengo que ir hacia los demás en mi necesidad, para explorar
la mente y las actitudes de quienes no parezcan afligidos por mi El problema —en este caso, el fracaso aislado— no es lo esen-
incomodidad. También puede serme de ayuda recoger en un dia- cial, definitivo o primordial, sino nuestra reacción ante él. La reac-
rio una descripción escrita tanto de la antigua actitud de la que he ción del cristiano debe caracterizarse siempre por una confianza
de desprenderme como de la nueva que tengo que adquirir. alimentada por la convicción de que Dios y él constituyen una
mayoría más fuerte incluso que la propia debilidad. El proceso
De The Christian Vision. de maduración como cristiano y como ser humano estará marca-
do inevitablemente por los fracasos, pero el único fracaso real es
el abandono. Cuando las circunstancias son duras, el cristiano
debe ser más duro aún. Debemos ser mayores que nuestros pro-
blemas. Al final, esa determinación hacia el amor nos pondrá a los
pies del Amor mismo, que es nuestra victoria eterna en el Cristo
victorioso.
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12 DE OCTUBRE 13 DE OCTUBRE
JL ensemos en todos los grandes hombres y mujeres de la histo- JL oda persona tiene una tendencia natural e innata a crecer. El
ria de la humanidad. Imaginemos a Juana de Arco lloriqueando: crecimiento personal es similar al crecimiento físico. Cuando
«Pero si ni siquiera soy capaz de montar a caballo, ¡y mucho me- miramos el cuerpo de un niño pequeño, sabemos que lo único que
nos de dirigir un ejército!» ¿Qué habría ocurrido si Cristóbal Colón ese niño necesita es tiempo y una alimentación adecuada. Con el
hubiera dicho: «No es posible que yo tenga razón y todos los tiempo, el pequeño cuerpo infantil crecerá hasta su pleno desa-
demás estén equivocados. ¿Y si fracaso y nos perdemos en la rrollo. Del mismo modo, cuando encontramos a un ser humano en
inmensidad del océano? ¿Qué dirán entonces de mí?» Suponga- un momento determinado del curso de su proceso y progreso per-
mos que Thomas Jefferson se hubiera refugiado en sus miedos: sonales, tenemos que tener fe en que, con el tiempo y la alimen-
«¿Escribir yo una Declaración de Independencia para un nuevo tación adecuada, esa persona alcanzará su plena madurez.
país? Estáis bromeando. Yo nunca he escrito una Declaración en
mi vida». La alimentación adecuada para el crecimiento personal es la
aceptación y el estímulo amorosos de los demás, no el rechazo y
Podemos reaccionar diciendo: «Es verdad, pero ellos fueron las sugerencias impacientes de mejora. Los seres humanos, como
grandes y famosos personajes, y yo no soy ni grande ni famoso». las plantas, crecemos en la tierra de la aceptación, no en la atmós-
Y se nos puede responder: «De acuerdo. ¡Pero ellos tampoco lo fera del rechazo. Hemos dicho que el crecimiento personal recuer-
eran antes de expandirse!». da al crecimiento físico: todas las energías y tendencias están
presentes.
De El verdadero yo: ¡en pie!
Si somos aceptados allí donde nos encontramos, se liberarán
todas nuestras energías y deseos de crecimiento. Si se nos tran-
quiliza diciéndonos que está bien que estemos donde estamos,
tendremos valor para ir más allá. La aceptación amorosa nos hará
crecer gradualmente hasta alcanzar la plenitud de vida.
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X A . modo de descripción general, digamos que las personas ple- " • /ac personas plenamente vivas son además vivas de mente.
namente vivas son aquellas que utilizan todas sus facultades, Son perfectamente conscientes de la sabiduría que encierra la sen-
capacidades y dotes humanas, y que las utilizan «a tope». Estos tencia de Sócrates de que «la vida irreflexiva no es digna de ser
individuos hacen un uso exhaustivo de sus sentidos externos e vivida». Por eso son personas que cultivan constantemente el pen-
internos. Se sienten a gusto y están absolutamente abiertos a la samiento y la reflexión. Son capaces de hacerle a la vida las pre-
plena experiencia y expresión de todas las emociones humanas y guntas apropiadas, y son lo bastante flexibles como para permitir
son personas vibrantemente vivas de mente, de corazón y de vo- que la propia vida les haga preguntas a ellos. No están dispuestos
luntad. En mi opinión, la mayoría de nosotros sentimos un miedo a vivir una vida irreflexiva en un mundo inexplorado.
instintivo a viajar con nuestras máquinas a todo gas. Por razones
de seguridad, preferimos tomarnos la vida a pequeñas e inofensi- Pero, sobre todo, estas personas están vivas de voluntad y de
vas dosis. La persona plenamente viva, en cambio, «viaja» con la corazón. Aman mucho. Aman de veras y se respetan sinceramente
certeza de que, si uno está vivo y explota plenamente todas sus a sí mismas. Todo amor empieza por ahí y se construye desde ahí.
dotes y facultades, el resultado será la armonía, y nunca el caos. Las personas plenamente vivas sienten la alegría de estar vivas y
de ser quienes son. Y aman a los demás de una manera delicada y
Las personas plenamente vivas lo están en todos sus sentidos, sensible. Su actitud fundamental hacia todos es de solicitud y de
tanto externos como internos. Ven un mundo maravilloso; escu- amor, y hay en sus vidas personas que les son tan queridas que la
chan su música y su poesía; aspiran la fragancia de cada nuevo día felicidad, el éxito y la seguridad de dichas personas son tan reales
y saborean el exquisito gusto de cada momento. Por supuesto que para ellas como la felicidad, el éxito y la seguridad propias.
sus sentidos también se sienten ofendidos por lo feo y por lo féti- Además, son fieles y se entregan totalmente a aquéllos a quienes
do. Estar plenamente vivo significa estar abierto a toda la expe- aman de un modo tan especial.
riencia humana. Subir una montaña requiere un gran esfuerzo,
pero la vista que se divisa desde la cima es verdaderamente es- Para estas personas, la vida tiene el color de la alegría y la
pléndida. Las personas plenamente vivas poseen una imaginación música de la celebración. Sus vidas no son un perenne cortejo fú-
sumamente activa y un depurado sentido del humor. Y están nebre. Cada mañana es una oportunidad que se espera con ilu-
igualmente vivas por lo que se refiere a sus emociones. Son perso- sión. Tienen una razón para vivir y una razón para morir. Y, cuan-
nas capaces de experimentar toda la gama de sensaciones y senti- do mueren, sus corazones están rebosantes de gratitud por todo
mientos: admiración, reverencia, ternura, compasión, agonía y cuanto les ha sucedido, por su propia manera de ser y por haber
éxtasis. podido vivir una hermosa y satisfactoria experiencia. Una amplia
sonrisa iluminará todo su ser cuando pasen revista a lo que ha
De Plenamente humano, plenamente vivo. sido su vida. Y el mundo será siempre un lugar mejor, más feliz y
más humano por haber ellos vivido, reído y amado en él.
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Bon Voyage!
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\^j reer. Después de haber aprendido a superar el interés pura-
JL ertenecer. El quinto y último componente de la vida en plenitud
sería, indudablemente, «un lugar llamado hogar», el sentido de la
mente egocéntrico, las personas que viven plenamente descubren comunidad. Una comunidad es una unión de personas que tienen
un «sentido» en sus vidas. Un sentido que reside en lo que Viktor algo «en común», que comparten mutuamente lo más valioso que
Frankl denomina «vocación o misión específica en la vida». Con- poseen: ellas mismas. Son personas que se conocen y están abier-
siste en el compromiso con una persona o una causa en las que tas unas a otras, que están al servicio de las otras, que comparten
uno puede creer y a las que puede consagrarse. Este compromiso con amor su ser y su vivir. Las personas que viven plenamente
de fe configura la vida de las personas que viven plenamente, poseen este sentido de pertenencia (a sus familias, a su iglesia, a
haciendo que todos sus esfuerzos resulten significativos y valio- la familia humana...). Para ellas hay otras personas con las que
sos. La dedicación a semejante proyecto de vida les hace elevarse sienten absolutamente cómodas y a gusto y con las que experi-
por encima de la pequenez y la mezquindad que inevitablemente mentan un sentido de pertenencia mutua; existe un lugar en el
corroen y devoran las existencias carentes de sentido. Cuando la que se notaría la ausencia de dichas personas y se lloraría su
vida humana no tiene dicho sentido, uno se ve casi necesaria- muerte. Cuando están con esas otras personas, las personas que
mente abocado a buscar desesperadamente sensaciones, y lo viven plenamente encuentran la misma satisfacción en dar que en
único que puede hacer es «experimentar», buscando continua- recibir. Naturalmente, el sentido contrario, el de aislamiento, es
mente nuevos «placeres», nuevas formas de romper la monotonía siempre reductor y destructivo y nos conduce irremisiblemente a
y el aburrimiento de una vida «estancada». Una persona carente los abismos de la soledad y la alienación, donde no hay más alter-
de sentido en su vida suele perderse, por lo general, en la selva del nativa que perecer. La ineluctable ley impresa en la naturaleza
autoengaño químicamente inducido (drogas, alucinógenos, etc.), humana es ésta: siempre seremos individuos, pero nunca seremos
en la neblina del alcohol, en la orgía sin fin y en la constante meros individuos. Ningún hombre es una isla. Las mariposas son
urgencia de rascarse aún cuando no exista picazón. Debemos libres, pero nosotros necesitamos el corazón como hogar de nues-
encontrar una causa en la que creer; de lo contrario, nos pasare- tro propio corazón. Las personas que viven plenamente poseen esa
mos el resto de la vida tratando de resarcirnos de su falta. profunda paz y contento que sólo puede experimentarse en un
De Plenamente humano, plenamente vivo.
hogar como ése.
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• / sto es sólo ficción, ¿eh? Sin embargo, la pequeña historia que • •* as personas que viven plenamente encuentran la manera de
voy a compartir ilustra muy bien lo que me gustaría transmitiros, disfrutar con lo que para otros puede ser un deber desagradable.
a saber, que nuestra manera de ver las cosas condiciona nuestra Tales personas no tienen que hacerlo, sino que quieren hacerlo. Son
reacción ante ellas. En cualquier caso, la historia trata de dos conscientes de que hay espinas, pero se concentran en las rosas.
niños, gemelos univitelinos, uno de los cuales era un redomado Cada día tiene su propia novedad y nunca es un calco del día ante-
optimista y el otro un igualmente redomado pesimista. Aquello rior. Nadie es hoy lo que era ayer, ni siquiera estas personas. Y,
tenía muy preocupados sus padres, de modo que los llevaron a un como su visión es siempre provisional y abierta a todo tipo de
psicólogo infantil, que dijo: «Creo que ya sé lo que podemos hacer. modificación, las personas que viven plenamente están siempre
En su próximo cumpleaños, compren al pesimista los mejores ilusionadamente abiertas a nuevas percepciones que las renueven
juguetes que puedan, y al optimista una caja de estiércol. Eso los a ellas y su visión de la realidad.
equilibrará».
Pero, ¡cuidado! El describir a las personas que viven plena-
Y los padres así lo hicieron. Colocaron a los pequeños en dos mente, su visión y sus interrogantes básicos me produce un cier-
habitaciones separadas con sus «regalos» correspondientes. to desasosiego: no quisiera dar la sensación de que estoy descri-
Cuando los padres miraban a hurtadillas al pequeño pesimista, le biendo un ideal que es esencialmente irrealista. Hay muchos psi-
vieron mirar abatido sus hermosos juguetes quejándose: «No me cólogos de vía estrecha que afirman con toda seriedad que lo
gusta este color. Esto probablemente se romperá. Conozco a un único que tenemos que hacer es pensar de una manera positiva y
chico que tiene una calculadora mejor que ésta». Los pobres optimista, ignorar nuestros fallos y avanzar por un camino de
padres se miraron el uno al otro apesadumbrados. rosas: ¡eso lo cambia todo! Lo cual es un evidente y peligrosísimo
disparate. El peligro del slogan «¡Sonría, por favor!» es que este
Después atravesaron el pasillo y miraron en la habitación del tipo de romanticismo y embellecimiento de la realidad desembo-
pequeño optimista. Estaba tirando el estiércol alegremente al aire ca siempre en amarga desilusión cuando la realidad se impone.
y diciendo: «¡No podéis engañarme! Donde hay tanto estiércol,
tiene que haber un poney por algún sitio». Por otra parte, tengo la sensación de que los «entusiastas» son
capaces de imponer esa clase de felicidad, basada en una actitud
«Manten los ojos en la rosquilla, no en el agujero». mental positiva, a personas cuya visión fundamental es, de hecho,
negativa y pesimista. Lo cual es en realidad de una crueldad extre-
Del programa de vídeo Free To Be Me. ma, porque equivale a urgir a la persona a que oculte con una
máscara sonriente su esencial tristeza.
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\ J na de las falsas ilusiones más persistente y ampliamente \ J n misionero negro, muy amigo mío, me contaba que cuando,
aceptada es que una persona puede hacer a otra feliz. Tú no pue- siendo él u n adolescente, se convirtió Jesús en algo muy real para
des otorgarme la plenitud de la vida, tengo que optar yo por ella. él, un buen día, antes de que comenzaran las clases, entró sin ser
Algunas veces, en las relaciones, una parte puede caer en la tram- visto en su aula y escribió en el encerado con grandes letras:
pa de intentar hacer al otro feliz y siempre sin alcanzar un com- «¡JESUCRISTO ES LA RESPUESTA!» Cuando, más tarde, regresó allí con
pleto éxito. El hecho es que nadie puede hacerme feliz; ni yo los demás alumnos para asistir a clase, comprobó que alguien
puedo hacer feliz nadie. Cada cual tiene que conseguirlo por sí había escrito debajo: «Si, PERO ¿CUAL ES LA PREGUNTA?» «SÍ», pensó
mismo. Como intento educarme en este sentido, cada mañana él, «¿cuál es la pregunta?».
miro el cartelito colgado de mi espejo que me recuerda lo siguien-
te: «Estás viendo el rostro de la persona que hoy es responsable de Con el paso de los años, mi amigo descubrió que no hay una
tu felicidad». El que los puños apretados se abran a la experiencia única pregunta. La vida nos hace muchas y muy diferentes pre-
plena de la vida depende de mi propia decisión, de mi propia elec- guntas. La vida nos pregunta cuánto somos capaces de amar, de
ción. Si voy a amar feliz y plenamente, será porque yo he decidi- disfrutar y de soportar. La vida diaria nos exige distinguir entre lo
do hacerlo así. La felicidad es, de hecho, una «tarea interior». Yo que es realmente importante en la vida y lo que no lo es; es decir,
he elegido hacer mía la visión de Cristo. He elegido unirme a Dios nos exige establecer prioridades. La vida nos exige ejercer el juicio
en su pronunciamiento acerca de la creación: «¡Es muy buena!». en conciencia: escoger lo que parece justo y evitar lo que parece
injusto. Pero tal vez la más profunda pregunta que nos hace la
De The Christian Vision. vida es la pregunta acerca del significado y del sentido. Todos te-
nemos que tener en la vida alguna finalidad o misión que nos
proporcione un sentido de singularidad y valía personales. Necesi-
tamos creer que nuestra vida tiene especial significación para al-
guien o para algo. «¿De qué va todo esto?» Por supuesto que no
hay respuestas sencillas y prefabricadas que puedan obtenerse,
por así decirlo, en máquinas automáticas. El poeta alemán Rainer
Maria Rilke nos aconseja que tengamos paciencia con todo cuan-
to queda aún por resolver en nuestros corazones, y sugiere que
debemos aprender a amar las propias preguntas mientras espera-
mos y elaboramos las respuestas.
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26 DE OCTUBRE 27 DE OCTUBRE
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V^uando digan: «Los seguidores de Jesús: ¡en pie!», quiero le-
• é& pregunta básica para mí es: ¿quieres realmente amar?;
¿estás dispuesto a ser el «instrumento público», la fuente pública
vantarme con orgullo. Quiero ponerme en pie y que me cuenten que está ahí para que todos la utilicen?; ¿deseas realmente que
como uno de los seguidores de Jesús. Pero tengo que confesarte Jesús se reencarne en tu humanidad? Jesús es el «hombre para los
que me aterrorizaría ser el único en levantarme. Necesito que te demás». Si te ofreces a él, inmediatamente te pondrá al servicio de
integres conmigo en las filas de la Iglesia, de los seguidores de los demás de una forma u otra. ¿Quieres realmente ofrecerte
Jesús. Necesito que mi débil voz se una a la tuya en el coro que voluntario para vivir esta vida de amor? No puedes hacerlo por ti
canta la alabanza del Señor y reza la oración del Señor. Sí, he sen- mismo: él debe actuar en ti. ¿Tendrás suficiente fe para liberar su
tido el toque del Señor en mi vida y su mano en la mía. Pero ten- poder en tu vida? Éstas son las únicas preguntas pertinentes.
dría muchas dudas respecto de mis propias experiencias si tú no
te pusieras en pie a mi lado y me confirmaras en mi fe a través de
tu propio testimonio de la gracia. Ahora estoy profundamente convencido de que el poder del
amor procede de Dios. Creo que ningún ser humano puede amar
Éstos son, en mi opinión, el significado más profundo y la verdaderamente a menos que Dios esté activo dentro de él. Oigo
función fundamental de la Iglesia. Como ya he dicho, la pregunta decir a Jesús: «Sin mí no podéis hacer nada. No podéis dar fruto.
no es: ¿qué constituye la Iglesia?, sino: ¿quién constituye la Iglesia? Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. Si os separan de mí, mo-
«Tú» eres el corazón y el centro mismo de la palabra Iglesia. Si rís». Oigo a san Juan decir que sólo la persona que conoce a Dios
nosotros, si tú y yo, vamos a constituir la Iglesia, entonces sé que puede conocer el significado del amor. Oigo a san Pablo describir
te necesito, y te necesito verdaderamente, para que te pongas en el amor como el mayor y más excelso don del espíritu. Allí donde
pie a mi lado, un Dios con piel. Necesito escuchar tu voz eleván- he encontrado amor, he sentido la presencia de Dios, a Dios tra-
dose con la mía en la oración. Necesito saber por la experiencia de bajando en las mentes, los corazones y los músculos de los seres
tu cercanía que Dios te ha hecho mi hermana, mi hermano, y que humanos.
todos juntos somos su familia. Necesito rezar contigo por la llega-
da de su Reino. Necesito escucharte pronunciar tu «sí» que reafir- Mi experiencia de Dios ha estado realizando esta transforma-
me mi propio «sí» con una nueva fuerza. En todo lo humano hay ción también en mí. Aún soy una persona muy egoísta. Dios no ha
un contagio inevitable. Y por eso necesito el apoyo de tu presen- terminado todavía conmigo. Algunos pueden pensar que no soy
cia, de tu amor y de tu persona. Dios llega a mí a través de ti, y un amante muy eficaz, pero ellos no conocen el antes y el después;
llega a ti a través de mí. Y si en algún momento y por razones per- no pueden leer las razones del corazón. El proceso de divinización,
sonales decides «abandonar la Iglesia», por favor no pienses que a través del cual Dios nos hace cada vez más a su imagen y seme-
sencillamente has salido de un edificio o de una organización janza, es lento, gradual y con frecuencia doloroso. Todavía soy un
marcada por la debilidad. Lo cierto es que nos has abandonado a peregrino. Pero he sido tocado y estoy parcialmente transformado.
nosotros, que te necesitamos y que echaremos de menos a tu per- En esto se basa mi esperanza. El Dios que me ha tocado en el
sona y tu amor. pasado actuará una y otra vez en mi vida. De nuevo sentiré su
dedo y le encontraré.
De The Christian Vision.
DeHeTouchedMe.
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28 DE OCTUBRE 29 DE OCTUBRE
De El verdadero yo: ¡en pie! Te debería haber dicho desde el principio que Dios me habla
(me figuro que, puestos a mencionar nombres, puedo mencionar
el realmente importante). Permíteme decir sencilla y llanamente
que, en esta ocasión, Dios me habló. En algún lugar de mi interior
escuché con claridad: «Te estás preparando para ofrecer otra repre-
sentación (yo sabía que mi vida había estado repleta de represen-
taciones), y no necesito más representaciones de ti, sino única-
mente actos de amor. Te estás preparando para ofrecer una repre-
sentación a tus hermanos, para que sepan lo bueno que eres. Pero
eso no es lo que necesitan, sino que los ames, para que ellos sepan
lo buenos que son». Sé que estas palabras procedían de Dios. Y
aquella noche y aquel mensaje cambiaron mi vida.
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3 1 DE OCTUBRE
30 DE OCTUBRE
\*J na vida con significado sólo puede ser resultado de la expe- JL JLace algunos años, mi madre se estaba muriendo. Había
riencia del amor, y esto implica un compromiso con el otro y una entrado en coma y, aparentemente, estaba inconsciente. El médi-
dedicación a él. El amor rechaza la pregunta «¿Qué voy a sacar de co nos dijo: «No se recuperará. Morirá mientras duerme». Inme-
esto?» como criterio único de realización personal. El amor entien- diatamente decidí que pasaría todo el tiempo que pudiera a su
de por experiencia directa las palabras, frecuentemente citadas, de lado. Mientras estaba sentado allí, escuchándola respirar con difi-
san Francisco de Asís: «Es dando como recibimos». La preocupa- cultad, mi mente regresó a los años del pasado y, sobre todo, a lo
ción egoísta y la concentración en uno mismo sólo pueden llevar- que mi madre había significado para mí. Recorrí minuciosamente
nos a la pérdida del yo, paradoja extraña y dolorosa que todos los años y años de dulces recuerdos. Me gustaría contarte uno de
debemos aprender. La percepción más profunda del personalismo esos recuerdos que en aquel momento me vino a la memoria.
contemporáneo es que sólo nos convertimos en personas si recibi-
mos de alguien nuestra condición de tales a través del don de la Cuando éramos niños, solíamos ir a un parque cercano y allí
afirmación. Si nunca me siento valorado por los demás, nunca me nos metíamos en la boca lo que llamábamos, «hielo seco». Tenía-
valoraré a mí mismo. mos que moverlo continuamente dentro de la boca, porque de lo
contrario, nos «quemaba». Sin embargo, cuando exhalábamos
Entregar el don de mí mismo por amor deja en mi la profun- vapor húmedo, pensábamos que todo el mundo nos miraba, con-
da y duradera satisfacción de haber hecho algo bueno con mi vida. fundiéndonos con Puff el dragón mágico. En una de aquellas oca-
Vivo con el dulce recuerdo de haber contribuido con un don de siones, cuando más gente había en el parque, yo estaba exhalan-
amor a las vidas de los demás. Análogamente, me deja una sen- do el vapor de mi boca cuando alguien me empujó y... ¡me tragué
sación de haber utilizado bien los dones que Dios ha invertido en el trozo de hielo seco! Supe que me iba a morir. Por supuesto, me
mí. El amor lleva su tiempo, exige una historia de dar y recibir, reír fui corriendo a casa y le conté a mi madre lo que había sucedido.
y llorar, vivir y morir. Nunca promete una gratificación instantá- «Me he tragado..., me he tragado el hielo seco. Me voy a morir».
nea, sino únicamente una plenitud definitiva. El amor significa
creer en alguien, en algo. Supone una disposición a la lucha, al Ella se lo tomó con bastante serenidad. «Bueno, puede que no
trabajo, al sufrimiento y a la unión en la alegría. Dudo mucho que te mueras todavía...» Llamó al médico que vivía en la casa de al
se haya documentado alguna vez algún caso de realización pro- lado, que le recomendó inundar mi estómago de leche, y así lo
funda y duradera de una persona cuyo pensamiento básico y hizo. Recuerdo que entonces me colocó en su regazo, y también
única pregunta fuera: ¿qué voy a sacar de esto? me acuerdo de la dulce sensación de sus brazos rodeándome.
Recuerdo el balanceo de la silla, y también me acuerdo con clari-
Por supuesto, ésta es la paradoja de los evangelios: la sa- dad de haber pensado: «No puedo morirme. Partiría el corazón de
tisfacción y la realización son consecuencia de la dedicación al mi madre. Me quiere tanto que le rompería el corazón si me
amor. Pertenecen únicamente a aquellas personas que pueden ir muriera». Mientras estaba sentado al lado de mi madre en sus
más allá de sí mismas y para las que dar es más importante que últimos momentos de vida, me acordé de todo ello. Pensé en
recibir. aquellos brazos que me sostuvieron y lloré en silencio lágrimas de
agradecimiento.
De Unconditional Love.
Del programa de vídeo Families.
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1 DE NOVIEMBRE 2 DE NOVIEMBRE
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5 DE NOVIEMBRE 6 DE NOVIEMBRE
±. ^f uestras vidas son moldeadas por los que nos aman y por los
T
I / a verdad acerca del amor, en mi opinión, es que se trata de
que se niegan a amarnos. Yo doy clase en la Universidad Loyola de un profundo consuelo, pero también de un monumental desafío.
Chicago, y me interesan especialmente dos tipos de estudiantes: El amor me desafía directamente a prescindir de mi fijación en mí
busco a aquellos que parecen necesitar una ayuda especial, pero mismo. Me arrastra a lo largo de todo el camino que va desde mi
también estoy muy interesado por los que se encuentran bien. Me yo infantil hasta una completa autodonación a una causa o a una
interesa tanto conocer las fuentes de la salud y la felicidad perso- persona a través de un amor libremente entregado. El amor exige
nales como las fuentes de la destrucción y el daño humanos. que aprenda a centrar mi atención en las necesidades de aquellos
a quienes amo. Me pide que me convierta en un oyente sensible.
Hace algunos años, una joven que se matriculó en mi clase Algunas veces, el amor insiste en que posponga mis propias grati-
parecía ser la personificación de la salud personal. Mostraba una ficaciones para satisfacer las necesidades de los que amo. El tipo
actitud maravillosa hacia todas las cosas y hacia todas las perso- de comunicación que es la esencia del amor me exige entrar en
nas. Un día, cuando salía de clase, le pregunté: «Noreen, ¿cómo contacto con mis pensamientos más enterrados y compartirlos en
consigues ser como eres?» Ella lo entendió como un cumplido y el aterrador acto de la auto-revelación. El amor me hace vulnera-
contestó: «Mi familia es la responsable de que yo sea como soy. ble; me abre a las reacciones honestas de aquellos a quienes he
Tengo una familia maravillosa. Tienes que conocerlos en alguna permitido penetrar en mis defensas. Y si he construido muros pro-
ocasión». Yo acepté con entusiasmo. tectores alrededor de mis zonas vulnerables, el amor los derriba.
Y la ocasión fue una fiesta, una celebración. Pude percibir la El amor me enseña a dar y a recibir sin medida, porque tras-
atmósfera de contagiosa afirmación por todos lados. Todos parecí- ciende la balanza de la justicia. Si el amor divide las cargas de la
an apreciar y afirmar a los demás. Si verbalizáramos los mensajes vida por la mitad, al compartirlas, también duplica las responsa-
que se intercambiaban de diversos modos, dirían: «Tú realmente bilidades. Dos personas no comen tan barato como una, a no ser
cuentas. Cuando entras en esta casa, eres especial. Todo el mundo que una de las dos no coma. También es verdad que dos no pue-
es aquí especial». Fue una experiencia magnífica. Me fui sintién- den tomar decisiones tan rápidamente como uno, etc., etc. Si pre-
dome más grande. Cuando me despedí, les dije a los padres: fieres ser una isla, un recluso, un narcisista, y eliges vivir en un
«Estáis haciendo realmente algo grande con vuestra familia. Os mundo de un único habitante, el amor te arrancará de las manos
agradezco mucho la experiencia que he tenido esta noche». El todo lo que quieres y aferras con tanta fuerza.
padre de Noreen replicó con bastante modestia: «Bueno, hacemos
lo que podemos. ¿Sabes lo que les digo a estos chicos?, pues que Y aún así, me parece obvio, y estoy seguro de que a ti también
no poseemos mucho, pero somos ricos en esta familia, realmente te lo parecerá, que estos auténticos desafíos de una verdadera
lo somos». relación de amor que asaltan nuestro egocentrismo son el puente
hacia la madurez y la realización humanas definitivas.
Me fui pensando: «Tienes razón, Noreen. ¡Es por tu familia!».
De Unconditional Love.
Del programa de vídeo Families.
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7 DE NOVIEMBRE 8 DE NOVIEMBRE
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9 DE NOVIEMBRE 10 DE NOVIEMBRE
Xommy había sido el ateo de mi curso de Teología de la fe. algunas cosas que a todos nos resultan sumamente dolo-
Cuando entregó su examen final, me preguntó si yo creía que él rosas, como la soledad. La soledad es la cárcel del espíritu huma-
llegaría alguna vez a encontrar a Dios. «¡No!», solté impulsiva- no. Cuando estamos solos, deambulamos sin rumbo en pequeños
mente y, cuando se dio la vuelta para marcharse, añadí: «Tú no le mundos cerrados. Creemos que nadie nos entiende y no nos pre-
encontrarás a Él. Será Él quien te encuentre a ti, Tom». No pare- ocupamos demasiado por entender a los demás. En la otra cara de
ció muy impresionado o afectado, de modo que pensé que no me la moneda, la mayoría hemos experimentado, al menos momen-
había entendido. táneamente, la alegría de compartir nuestros pensamientos y sen-
timientos. Quizás hayamos estado con alguien a la orilla del mar
Cinco años después vino a mi despacho. Se estaba muriendo. contemplando una maravillosa puesta de sol, y significaba tanto
Su cuerpo estaba gravemente dañado por un cáncer terminal. Sólo poder dirigirnos al otro y decirle: «¡Qué bonito!, ¿verdad?» O pue-
le quedaban unas cuantas semanas de vida. Me recordó aquel de que hayamos compartido con alguien una ilusión o un dolor
último día de clase. Me contó cómo, cuando supo que tenía un secreto, y recordemos el profundo consuelo de sentirnos com-
cáncer terminal, le rogó a Dios que viniera a consolarlo. Luego me prendidos; nos sentíamos tan bien al saber que alguien se preocu-
dijo que un día perdió toda esperanza de llegar a entrar en con- paba por nosotros, que no estábamos solos...
tacto con Dios. Pero recordó otro día de clase en el que yo dije que
había dos tragedias esenciales en la vida: una era vivir sin amar, y En otras palabras, dentro de la naturaleza humana existe un
la otra era amar sin compartir ese amor con los demás. Hay per- sistema de recompensas y otro de sanciones. Tenemos una nece-
sonas que necesitan nuestro amor, y nosotros se lo negamos. sidad interna de conocer y ser conocidos, y la satisfacción de esa
Me contó cómo fue temblando a decir a su padre: «Te quiero, necesidad nos proporciona una sensación de plenitud humana.
papá». Y después a su madre y a su hermano pequeño. Luego aña- Cuando levantamos muros de separación entre nosotros y los de-
dió: «Entonces, cierto día, me di la vuelta y Dios estaba allí. No más, nuestra reacción interna inmediata puede ser una impresión
vino a mí cuando se lo supliqué. Aparentemente, hace las cosas a de seguridad; pero, a la larga, el resultado es la inanición del espí-
su modo y a su hora. Pero lo importante es que estaba allí. Él me ritu, una omnipresente sensación de soledad. Hemos construido
encontró, tenía usted razón. Él me encontró después de haber nuestras propias cárceles. No nos preocupamos por nadie, y nadie
dejado de buscarle». se preocupa por nosotros: estamos solos.
Invité a Tom a venir a mi clase para contar cómo, al abrir
De El verdadero yo: ¡en pie!
nuestros corazones a aquellos a los que amamos, abrimos la puer-
ta a Dios en nuestras vidas. El amor es sin duda la gran puerta de
entrada de Dios. Tom dijo que acudiría a mi clase, pero no lo hizo.
Sin embargo, justo antes de su muerte, mantuvimos una última
conversación. Me dijo que no iría a mi clase, y luego me pregun-
tó: «¿Se lo contará por mí?, ¿Se lo contará... al mundo entero por
mí?» Le prometí que lo haría. «Haré todo lo que pueda, Tom. Se lo
contaré».
Gracias por haberme atendido.
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\_>ada uno de nosotros es un conglomerado de misteriosas ^ ^ u i s i e r a introducir aquí una distinción entre dos tipos de co-
necesidades e impulsos que necesitan ser ventilados. Necesitamos municación, en función de su contenido. El primero, consistente
poder expresarnos acerca de nosotros mismos, hablar de nosotros en comunicar o compartir emociones o sentimientos, lo denomi-
sin temor al rechazo ajeno. Con demasiada frecuencia, los proble- naré diálogo. El segundo, consistente en compartir ideas y valores,
mas que mantenemos sumergidos dentro de nosotros permane- en trazar planes o tomar decisiones conjuntamente y hacer, en
cen en la oscuridad de nuestro propio interior, indefinidos y, por general, cosas de naturaleza predominantemente intelectual, lo
tanto, destructivos. No vemos las verdaderas dimensiones de lo denominaré discusión. Naturalmente, ésta es una distinción un
que nos causa problemas hasta que lo definimos y establecemos tanto arbitraria, y estoy seguro de que no todos aceptarán el uso
sus líneas de demarcación en una conversación con un amigo. que hago de estas palabras. Pero, en realidad, no me parece esto
Dentro de nosotros permanecen tan nebulosos como el humo; tan importante como el que quede claro lo que intento decir. Ne-
pero, cuando nos confiamos a otra persona, adquirimos una cier- cesito esta distinción, o alguna similar, para expresar algo que
ta sensación de dimensión y crecimiento de nuestra propia iden- considero de enorme importancia.
tidad y de la capacidad para aceptarnos a nosotros mismos tal
como somos. Y ese «algo» es lo siguiente: entre dos personas implicadas en
una relación amorosa debe darse una clarificación emocional
Puede que nuestros muros y nuestras máscaras dificulten (diálogo) antes de que puedan entablar con ciertas garantías una
todo ello. Nuestro auténtico temor es el de ser rechazados, el te- deliberación (discusión) sobre sus planes, preferencias y valores.
mor a la incomprensión ajena. Y por eso esperamos y esperamos Lo que subyace a esta distinción y a la razón de la prioridad con-
tras nuestros muros hasta escuchar las palabras tranquilizadoras cedida al diálogo es que la ruptura del amor humano y de la
de otra persona, o miramos por la ventana de nuestra torre bus- comunicación se debe siempre a problemas emocionales. Dos perso-
cando un príncipe maravilloso que venga a rescatarnos. Mientras nas enamoradas pueden seguir profundizando en su afecto mutuo
tanto, lo único que podemos hacer es sucumbir. Es muy probable y, al mismo tiempo, mantener opiniones opuestas en casi todos los
que si nos negamos a hablar de los problemas que permanecen aspectos de la vida. Pero ello no constituirá un obstáculo para el
sumergidos dentro de nosotros, éstos se manifiesten a través de amor mientras una o ambas partes no se sientan emocionalmen-
nuestros actos. Pondremos de manifiesto nuestra hostilidad a tra- te amenazadas.
vés de la crítica destructiva a cuantos nos rodean o pondremos de
manifiesto nuestra necesidad de ser amados a través de una exce- De El secreto para seguir amando.
siva dependencia emocional de los demás.
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17 DE NOVIEMBRE 18 DE NOVIEMBRE
Es una calle de doble dirección: si tú has de ser sincero con- De El verdadero yo: ¡en pie!
migo y hacerme partícipe de tus éxitos y tus fracasos, de tus an-
gustias y tus éxtasis, ello me ayudará a encararme conmigo mis-
mo y a ser una persona íntegra (total). Yo necesito tu apertura y
sinceridad, y tú las mías. ¿Querrás ayudarme? Te prometo que yo
he de intentar ayudarte a ti y decirte quién soy realmente.
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19 DE NOVIEMBRE 20 DE NOVIEMBRE
A C
uTJL veces no lo percibimos, pero todos somos un misterio único. 4 j i vamos a ayudarnos mutuamente, yo me abro a mí mismo
El misterio que cada uno de nosotros es no ha existido en el pasa- para ti y te abro mi mundo para que puedas entrar; y tú te abres
do, y nadie exacto a nosotros volverá a existir jamás. La combina- a ti mismo para mí y me abres tu mundo para que también yo
ción de cualidades y dones que cada uno es constituye un con- pueda entrar. Yo te he permitido experimentarme como persona,
junto que nunca antes se había reunido; es tan única como nues- en toda la plenitud de mi ser personal, y tú me has permitido a mí
tras huellas dactilares. Y sólo cada cual puede decidir compartir su experimentarte de la misma manera. Y por eso debo decirte quién
misterio y su don con otro. También es verdad que del mismo soy y tú debes hacer lo mismo conmigo.
modo que cada copo de nieve y cada grano de arena que encon-
tramos en la orilla del mar tiene una estructura exclusiva, noso- Este tipo de comunicación es el único camino hacia las más
tros somos diferentes de cualquier otro ser humano que haya exis- profundas riquezas de la relación humana. El compartir verdade-
tido en la historia de la humanidad. El tesoro de nuestra singula- ro y profundo con otra persona es absolutamente necesario para
ridad nos pertenece, y podemos decidir revelarlo u ocultarlo. nuestro crecimiento como personas. La mayoría de nuestras reac-
ciones tienen fundamentalmente que ver con cosas prácticas
Si decidimos no revelar nuestro don, impediremos que los de- como resolver problemas y hacer planes. Pero el hincapié primor-
más compartan el misterio y la experiencia únicos que somos; de dial debería hacerse en este compartir profundo de lo que somos
manera análoga, ellos pueden negarnos la experiencia indirecta como personas.
de qué se siente dentro de su piel; de modo que esas ocultaciones
mutuas nos dejarán en la carencia perpetua. Pero también pode- De ¿Por qué temo decirte quién soy?
mos hacer realidad la posibilidad contraria; podemos enriquecer-
nos para siempre si nos abrimos y compartimos mutuamente
nuestros pensamientos y sentimientos, porque la participación
indirecta en la existencia única de otra persona es siempre enri-
quecedora. Y ése es el gran don de la comunicación.
Cuando el otro nos diga quién es, cuando comparta con noso-
tros su singularidad, nos llevará a un mundo distinto, a una época
y a un lugar diferentes, a una familia distinta. Compartirá con
nosotros su antiguo barrio y nos contará las historias que escuchó
de niño; nos mostrará valles y cimas de montañas que nunca
hemos visto; nos guiará hasta secretos sótanos de experiencias
que no han formado parte de nuestras vidas; nos introducirá en
emociones, esperanzas y sueños que nunca fueron nuestros... Y
todo ello dilatará nuestra mente y nuestro corazón: la comunica-
ción nos enriquecerá perpetuamente. El tamaño de nuestro
mundo de experiencias se dilatará para siempre gracias a su gene-
rosidad para con nosotros.
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21 DE NOVIEMBRE 22 DE NOVIEMBRE
JL odos experimentamos fracasos comunicativos de vez en cuan- • é a amistad y la auto-revelación mutua tienen que hacer fren-
do: son parte de las relaciones. Decir que nunca ocurrirán, sería te a la novedad día tras día, porque el ser una persona conlleva
negar la realidad de la vida. Estos fracasos comunicativos no mar- cambio y crecimiento diarios. Mi amigo y yo crecemos, y las dife-
can necesariamente el final de una relación, sino que son simples rencias resultan cada vez más patentes, porque no nos hacemos
crisis en la comunicación. Se parecen mucho a las crisis situacio- una misma persona, sino que cada cual se hace él mismo. Yo des-
nales en las que una persona se encuentra temporalmente abru- cubro en mi amigo otros gustos y preferencias, otros sentimientos
mada por un acontecimiento. y esperanzas, otras reacciones ante nuevas experiencias. Descubro
que este asunto de decirle quién soy yo no puede liquidarse de una
En primer lugar, y fundamentalmente, nuestra actitud ante vez por todas. Yo debo decirte constantemente quién soy yo, y tú
esas crisis tendrá un efecto considerable sobre su resultado. Pero, si debes decirme constantemente quién eres tú, porque ambos estamos
pensamos que no debería haber crisis en la comunicación, lo nor- en continúa evolución.
mal será que nos sintamos dolorosamente sorprendidos y frustra-
dos ante ellas. Si aprendemos a aceptar las crisis como una parte De ¿Por qué temo decirte quién soy?
normal e inevitable de la comunicación, nos libraremos de mu-
chos sinsabores. Después de todo, dos personas absolutamente
únicas intentan compartir sus distintos y personalísimos puntos
de vista sobre la realidad. El hecho de que la comunicación ge-
neralmente funcione es casi más sorprendente que esas crisis
ocasionales.
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23 DE NOVIEMBRE 24 DE NOVIEMBRE
JL uede ocurrir que las mismas cosas que antes me atraían hacia JL ara ser unos comunicadores eficaces debemos «expandirnos»
ti parezcan ahora obstaculizar la comunicación. Al principio, tu abandonando la seguridad de lo ya conocido. El problema es que
emotividad parecía compensar mis inclinaciones de tipo más inte- nos acurrucamos prudentemente dentro de esas «áreas cómodas»
lectual, tu estilo extrovertido complementaba mi introversión, tu y, si son reducidas, nos quedamos apresados en un mundo minús-
realismo servía para contrapesar mi intuición artística... Lo nues- culo. Sin embargo, la mayoría preferimos permanecer en nuestras
tro era algo así como una amistad ideal. Tú y yo parecíamos dos prisiones a pagar el precio de la incomodidad por aventurarnos
mitades que se necesitaban mutuamente para formar un todo. fuera. Nos reducimos a una pequeña esquina de la vida; nunca
Pero ahora, cuando yo deseo que tú compartas mi forma intelec- descubrimos los límites de nuestras habilidades, porque nunca los
tual de ver las cosas, me fastidia que no te intereses en mis razo- exploramos; no disfrutamos plenamente de nuestras capacidades,
namientos objetivos. Ahora, cuando quiero hacerte ver que tu porque en realidad nunca las ponemos a prueba. Se dice que el ser
emotividad no es lógica, no parece importarte lo más mínimo. Al humano medio utiliza sólo el diez por ciento de sus capacidades;
principio parecíamos encajar perfectamente. Ahora, tu deseo de el otro noventa por ciento permanece enterrado en las tumbas del
extroversión y mi natural más introvertido parecen dividirnos. miedo. Tenemos miedo al fracaso, tenemos miedo a parecer ton-
tos; tenemos miedo a que nos ridiculicen; tenemos miedo a las crí-
Por supuesto que nuestra amistad aún puede perdurar. Se- ticas... Por eso nos rendimos y nos instalamos en nuestro seguro
guimos teniendo a nuestro alcance lo que es más humanamente rincón, y cada nuevo día comienza a parecerse demasiado a ayer y
útil y hermoso, y ahora no debemos volvernos atrás. Todavía po- a mañana: nos ponemos la misma ropa, decimos las mismas co-
demos compartir todas las cosas que antaño compartimos con sas, quedamos con las mismas personas, seguimos la misma ruti-
tanto entusiasmo, cuando por primera vez nos dijimos mutua- na... porque así es como nos sentimos cómodos.
mente quiénes éramos tú y yo, respectivamente; sólo que ahora
compartimos de un modo más profundo, porque somos más pro- «Expandirse», en el sentido en que utilizamos el término aquí,
fundos. Si yo sigo escuchándote a ti con la misma sensación de significa «abandonar la seguridad de lo ya conocido». Supone so-
admiración y de gozo con que lo hacía al principio, y tú me escu- ñar el sueño imposible, alcanzar lo antes inalcanzable, intentar lo
chas a mí del mismo modo, nuestra amistad echará más firmes y nunca intentado, arriesgarse a la posibilidad del fracaso, atrever-
profundas raíces, y el oropel de nuestro primer compartir madu- se a entrar en lugares donde nunca se ha estado...
rará en oro de ley. Podemos y queremos estar seguros de que no
hay necesidad de que nos ocultemos nada el uno al otro, de que lo De El verdadero yo: ¡en pie!
hemos compartido todo.
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25 DE NOVIEMBRE 26 DE NOVIEMBRE
JLo suelo concebir nuestras emociones como niños en torno a • > a buena comunicación requiere que los que se comunican le
sus padres: Madre Mente y Padre Voluntad: Frecuentemente, los dediquen tiempo. Un tiempo de calidad implica que no nos devo-
niños intentan hacer equilibrios sobre las vallas, asomarse a los re la prisa y que no haya una multitud a nuestro alrededor. En el
acantilados y acariciar a los osos pardos, y lloran y patalean cuan- tiempo de calidad podemos buscar con confianza las palabras que
do no se les permite hacer fogatas peligrosas o lanzar cuchillos afi- expresen con exactitud lo que pensamos y sentimos; disponemos
lados. La Madre Mente e el Padre Voluntad tienen que ser fuertes del tiempo libre necesario para buscar todo lo que yace escondido
y firmes. Algunos padres insisten en que es un hecho que la locu- en nuestro interior y entrar en contacto con ello. La mayoría con-
ra es hereditaria: la transmiten los hijos. sideramos que la auto-revelación es difícil, incluso aunque no
tengamos que preocuparnos por los límites del tiempo u otras
Cuando una persona acepta por primera vez el reto de expan- distracciones.
dirse, de salir de sus viejas «áreas cómodas» y entrar en nuevas
zonas, es muy probable que los niños (las emociones) hagan de Nos atemoriza ocultarle a otra persona las cosas que hemos
las suyas. Empezarán sus pataletas y chillidos, sus lloros y protes- mantenido ocultas en la oscuridad durante mucho tiempo. Y por
tas. La imaginación (un sentido interior) pintará horribles cua- eso es de gran ayuda encontrar un momento y un lugar en los que
dros de vergüenza y fracaso y emitirá sonidos terroríficos: «Se aca- no tengamos prisas ni distracciones. Es más fácil localizar las pie-
bará el mundo con otro "Big Bang" o, al menos, habrá una formi- zas ocultas de nuestro rompecabezas humano cuando nos senta-
dable explosión, y alguien, seguramente yo, perderá el conoci- mos junto a alguien al finalizar el día.
miento para siempre. Prevalecerá una vez más la Ley de Murphy:
"Lo que puede ir mal, irá mal"». También necesitamos a un oyente que no tenga prisa y que no
esté distraído, que pueda proporcionarnos su «presencia» y su
Pero si la Madre Mente y el Padre Voluntad son los suficiente- «accesibilidad». Siempre es mucho más fácil comunicarnos cuan-
mente fuertes, se impondrán. Y, lo creamos o no, el mundo no do sabemos que alguien se interesa suficientemente por nosotros
estallará; no habrá explosión; nadie se desmayará ni morirá; y el como para escucharnos. Porque, de hecho, la calidad del tiempo
viejo Murphy no dará ni la más mínima señal de vida. Pero éstas condiciona la calidad de la escucha; y la calidad de la escucha
no son más que algunas de las cosas que no sucederán. La conse- afecta directamente a la calidad de la comunicación. El deseo y la
cuencia de nuestra expansión será que nuestro mundo se dilata- determinación de establecer de antemano ese tiempo especial será
rá, nuestras vidas serán más plenas y satisfactorias y descubrire- proporcional a nuestra ansia de comunicación.
mos talentos ignorados. ¿Te acuerdas de la primera vez que nadas-
te sin que nadie te mantuviera a flote o la primera vez que conse- Los tiempos especiales pueden ser la inversión más acertada
guiste una gran victoria en tu deporte favorito? «¡Puedo hacerlo!», de nuestra vida.
anunciaste a ti mismo y al mundo. Ni te ahogaste ni fallaste: ¡lo
conseguiste! En aquel momento nacieron para ti una nueva con- De El verdadero yo: ¡en pie!
fianza en ti mismo y un nuevo mundo. Eso mismo sucede siem-
pre que nos expandimos.
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27 DE NOVIEMBRE 28 DE NOVIEMBRE
E contacto físico es una importante forma de comunicación. A. ^1 o forma estrictamente parte del diálogo, dado que conlleva
Hay ocasiones en que el más ligero contacto físico puede resultar un juicio y una decisión; pero sí es un elemento casi mágico que
significativo, pues expresa un afecto que no se puede transmitir posibilita y facilita el diálogo. Me refiero a esta sencilla pregunta:
con palabras. «¿Me perdonas?» El comienzo de la mayoría de las disfunciones
humanas que sabotean el amor y el diálogo es lo que yo denomi-
Pero hay algunas personas que experimentan el contacto físi- no un «espíritu herido». Si, por ejemplo, te hablo de una manera
co como una amenaza. Es probable que bajo todos esos temores «condescendiente» o te digo algo que te hiere, puede que perciba
reales e imaginarios se oculte ese miedo a la auténtica intimidad o no los efectos que mis palabras producen en ti, pero lo que es
que nos acompaña siempre. De un modo u otro, tenemos la sen- indudable es que, en mayor o menor grado, tú estás hecho polvo.
sación de que el contacto físico puede ser una poderosa fuerza vin- También puede ocurrir que tú no me hables de tu dolor, pero que
culante. La vinculación afectiva nos conduce al compromiso y se me lo hagas llegar de algún modo. Entonces, fácilmente podemos
origina en él; el compromiso, por supuesto, implica una obliga- quedar atrapados en un auténtico toma y daca. Cuando esto
ción; y la obligación del compromiso nos atemoriza a la mayoría. empieza a producirse, las líneas de comunicación se interrumpen,
Por eso percibimos y tememos las consecuencias del contacto físi- la relación se pudre, y se hace preciso sanearla.
co afectivo.
Lo que intento decir es que la mayoría de las relaciones pro-
Debemos pensar en nuestros sentidos como dones de Dios y blemáticas pueden restaurarse casi milagrosamente haciendo esta
en antenas para el aprendizaje. De hecho, una de las leyes de la simple y sincera pregunta: «¿Me perdonas?» Al preguntarlo, no
asimilación de conocimientos es que, cuantos más sentidos estén estoy asumiendo toda la culpa ni determinando quién tenía razón
involucrados en el proceso de aprendizaje, tanto más a fondo asi- y quién no. Simplemente estoy pidiéndote que me reintegres de
milaremos las lecciones y más tiempo las recordaremos. Por eso es nuevo a tu amor, del que me he visto apartado. Reconocer la nece-
un buen ejercicio dedicar un tiempo a recordar las imágenes sen- sidad de perdón es el recurso más efectivo para sanar los espíritus
soriales de la propia infancia; si nos llevaban en brazos a la cama heridos, sin lo cual no es fácil que dure una relación.
y nos arropaban; si nos besaban y consolaban cuando nos caía-
mos; si nuestro padre nos llevaba a hombros o si nuestra madre De El secreto para seguir amando.
nos agarraba fuertemente de la mano en los grandes almacenes
llenos de gente... Imágenes de protección y seguridad.
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29 DE NOVIEMBRE 30 DE NOVIEMBRE
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XJLdmitir nuestros fallos y pedir que nos perdonen es una fór-
r
V-rf uando racionalizamos, no podemos ver la verdad de forma
mula casi mágica para remover muchos de los obstáculos a la objetiva, porque estamos demasiado ocupados elaborando nuestra
buena comunicación. Una disculpa sincera derrumba al instante autojustificación: «Tú te lo buscaste. Me hiciste lo mismo a mí
todas las técnicas defensivas que suponen la muerte del diálogo; hace tres semanas. Sólo te estoy dando a probar tu propia medici-
además, la disculpa comunica nuestra vulnerabilidad personal de na». La mayoría nos perdemos en los círculos sin fin de la racio-
la mejor manera posible. Aún así, a la mayoría nos resulta suma- nalización: distorsionamos la verdad, reconvertimos nuestro len-
mente difícil disculparnos; en nuestro interior está al acecho un guaje e incluso falsificamos los hechos, y todo este esfuerzo está
temor que nos dificulta el reconocimiento sincero de nuestros diseñado con el exclusivo fin de justificarnos y blanquear nuestros
errores. errores. Una vez que la racionalización se completa, ya no nece-
sitamos admitir sinceramente ni los fallos ni la necesidad de la
Naturalmente, parte de nuestra dificultad para pedir perdón disculpa.
se debe a que tenemos un problema con nuestra sinceridad inte-
rior. Para llegar al momento y al acto de la disculpa, antes tene- Para evitar la falta de honestidad del proceso de racionaliza-
mos que ser muy sinceros con nosotros mismos acerca de nuestros ción, debemos preguntarnos: ¿aceptamos nuestro yo verdadero,
fallos y limitaciones. Y para ser sinceros con nosotros mismos, nuestro yo defectuoso e imperfecto, el que carece de fuerzas, el yo
necesitamos toda la ayuda posible. El espíritu de la verdad debe agotado?; ¿nos aceptamos realmente como personas que cometen
estar presente en toda disculpa sincera. Después, debemos esfor- errores?; ¿hemos aprendido a reírnos de nosotros mismos, y de
zarnos por admitir con sinceridad nuestros fallos ante las perso- nuestras «gilipolleces»? Tenemos que meditarlo seriamente, por-
nas que se han sentido heridas u ofendidas por nuestros errores. que, a menos que nos aceptemos a nosotros mismos de verdad, no
«Estaba equivocado. Lo siento. Por favor, perdóname». En mi opi- podremos ser verdaderamente sinceros o auténticos. Y si no so-
nión, es muy raro que se niegue el perdón a una persona que mos verdaderos, nuestras vidas se convertirán en una perpetua
admite sinceramente su error y pide disculpas. Cuando se busca y comedia.
se obtiene, el perdón se convierte en una fuente de liberación. Se
borran los antecedentes: quien es perdonado no tiene que seguir De El verdadero yo: ¡en pie!
soportando el lastre de la culpa, y quien perdona no tiene que
seguir cargando con el resentimiento.
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JL ndependientemente del hecho de que los románticos hayan JLJos soledades que se protegen, se juntan y se acogen mutuament
intentado describirlo como la cosa más dulce del mundo, y a pesar Esta es la única realidad digna de ser llamada «amor». Cada uno
del sarcasmo con que los cínicos afirman que se le concede exce- renuncia, aunque sea gradualmente, a la imagen proyectada que
siva importancia, el amor es la verdadera y esencial respuesta al constituyó su primera fuente de atracción y descubre la realidad
enigma de la existencia humana. Es el componente esencial de la aún más bella del otro, dispuesto cada uno de ellos a reconocer y
plenitud y la felicidad humanas. Vivir es amar. Aun así, debemos respetar la otreidad del otro. Cada uno valora y trata de promover
admitir que los cínicos tienen a su favor un buen número de esta- la visión interior y el misterioso destino del otro, y para ambos
dísticas. Y no me refiero únicamente al número de demandas de constituye un privilegio asistir al crecimiento y la realización de la
divorcio que se amontonan en los juzgados, sino también a la visión y el destino del otro. La brillante intuición poética de Rilke
fragmentación general de la familia humana: padres contra hijos, parece captar la naturaleza de la verdadera relación amorosa:
hermanos contra hermanos, etc., etc. Si el amor es realmente la
respuesta, parece fuera de toda duda, sin embargo, que los esfuer- «El amor es... un enorme incentivo para que el individuo madure,
zos de los seres humanos por encontrar esa respuesta en las rela- sea algo por sí mismo y se convierta en todo un mundo para sí por
ciones amorosas presentan unas muy elevadas tasas de fracaso. El el bien del otro. Es una inmensa y exorbitante exigencia que le
elige y le llama a uno a grandes cosas. El amor consiste en esto: en
amor funciona siempre y cuando las personas lo trabajen. Ahora que dos soledades se protejan, se junten y se acojan mutuamente».
bien, ¿por qué deja de funcionar tan a menudo?; ¿cuál es el «tra-
bajo» que exige el amor y por qué a veces no estamos dispuestos a De El secreto para seguir amando.
realizarlo?
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Algunas veces es difícil saber qué hacer, decir y ser por amor.
Todos somos un profundo misterio, y no es fácil descifrar el ánimo
del otro y percibir sus necesidades. A veces actuaremos a ciegas.
Hay ocasiones en que el amor es suave terciopelo, tierno y delica-
do; pero otras veces es acero reforzado, firme y exigente. Por con-
siguiente, el amor es un «arte», no una «ciencia».
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JL O creo que la falacia más dañina en la que la mayoría de noso- • > s una tragedia histórica que la predicación cristiana de la
tros caemos es la de engañarnos pensando que si cambiamos palabra de Dios haya de alguna forma invertido sus prioridades.
(para mejor), Dios nos amará más. ¿Lo has pensado alguna vez?; Se ha hecho más hincapié en las verdades concretas que el cris-
¿has sentido en alguna ocasión que, si lo intentaras con un poco tianismo ha propugnado que en la persona de su Señor, al contra-
más de fuerza, si rezaras un poco más, Dios te amaría también un rio de lo que hicieron los apóstoles y los primeros cristianos. No es
poco más? Cuando pensamos de este modo, nos esforzamos que Jesús no tuviera enseñanzas específicas, sino que estas ense-
mucho, pero nunca lo hacemos en el consuelo de los brazos de ñanzas no tendrán mucho sentido para la persona que previa-
Dios. mente no haya aceptado a Jesús.
Cuando yo era un novicio, cada mañana le prometía a Dios un Los caminos de Dios no son nuestros caminos, y la verdad de
día perfecto. Estaba convencido de que iba a serlo; de alguna Dios suele ser difícil para nosotros. Viene aquí muy a propósito el
manera, realmente lo creía. Pero, al finalizar el día, tenía que dis- axioma que dice que sólo podemos conocer de otra persona lo que
culparme por mi frágil humanidad. A mi equivocada manera le de ella amemos. Siempre hemos dicho con mucha palabrería que
estaba diciendo a Dios: «Si cambio, si realmente consigo tener un el amor es ciego. Pero la verdad es que el amor ve más de lo nor-
día perfecto, me amarás, ¿verdad?» Por supuesto, nunca conseguí mal. Con frecuencia nos preguntamos, con la ingenuidad de un
cumplir la promesa, porque me frenaba la idea de que Dios real- adolescente, qué ve un miembro de una pareja en el otro para
mente sólo amara lo perfecto, de que a él realmente no le gustá- amarlo tanto. Es precisamente porque lo ama por lo que puede
ramos nosotros, fracciones humanas. Naturalmente, esta falsa conocerlo de un modo que no está al alcance de quien no lo ama.
apreciación sofoca el espíritu humano. Este derrotismo es la estra- Ve cosas en él que sólo los ojos del amor pueden ver. Por eso
tegia del mal. mismo, sólo las personas que han sido guiadas por el curso inex-
plorado de la fe hasta el umbral del amor de Dios tienen alguna
Ahora estoy seguro de que Dios intenta enderezar este pensa- posibilidad de comprenderle a él y su modo único de tratarnos.
miento falaz. Me imagino a Dios diciendo: «Oye, que lo estás Nosotros no estamos equipados para comprender las verdades de
haciendo al revés. No tienes que cambiar para que yo te ame. Si Dios —y mucho menos para debatirlas—, hasta que comprenda-
llegaras alguna vez a darte cuenta de lo mucho que te amo, mos la verdad central de su persona y de su amor por nosotros.
¡entonces cambiarías! El cambio sería automático e inevitable. El
hecho de saberte amado te capacitará para cambiar. Pero si inten- De A Reason To Live, A Reason To Die.
tas cambiar para conquistar mi amor, te agotarás. Emplearás
todas tus energías en intentar estar a la altura de las circunstan-
cias. Finalmente, te desanimarás y abandonarás. Y entonces sí
que no podrás cambiar. Quiero simplemente que sepas que te he
dado todo mi amor como un don. No puedes ganarlo o merecerlo.
Lo único que puedes hacer es sencillamente aceptarlo. Y, cuando
lo hagas, entonces ciertamente cambiarás».
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X KAuchos nos preguntamos si no hemos puesto excesiva dis- • Á o que proporciona sus dimensiones a nuestra vida y a nues-
tancia entre nosotros y el amor de Dios, y no estamos seguros de tro mundo es una perspectiva o una visión de la realidad suma-
que los cálidos rayos de su amor puedan aún llegar a nosotros. La mente personal. Ella es la que nos introduce en una vida más
Palabra de Dios nos recuerda la parábola con la que Jesús explica- plena o nos encadena a una vida marchita. Nuestra visión de la
ba lo que siente Dios por nosotros cuando le hemos abandonado realidad puede liberarnos en un mundo grande y maravilloso o
por nuestros propios sueños y planes, confiando en nuestras pro- arrinconarnos en una pequeña esquina. Una de las partes más
pias fórmulas para conseguir la felicidad. En la Palabra de Dios importantes de esta visión es nuestra percepción de Dios. Cada
leemos la conocida parábola del hijo pródigo. En esta parábola, la uno de nosotros tiene una «sensación» de Dios diferente. Aunque
Palabra de Dios presenta el amor y la bondad de Dios como algo cuesta admitirlo, algunos nos sentimos realmente aterrorizados
constante. Dios está dispuesto a abrazarnos y acogernos cuando por Dios. Tenemos miedo de lo que nos pueda pedir o hacer si real-
estemos preparados para decir «sí», cuando estemos abiertos y mente orientamos nuestra vida hacia él. ¿Puedo pedirte que refle-
deseosos de ser amados. Al amor paciente de Dios no le preocupa xiones un momento sobre tu propia percepción de Dios? Si estu-
realmente dónde hemos estado o lo que hemos hecho. Está siem- vieras muriéndote y los médicos te comunicaran que «te queda
pre tendiendo sus brazos amorosos a la espera de abrazarnos. La poco tiempo de vida», ¿te sentirías feliz de «ir a casa», o estarías
invitación es siempre la misma: ¡Ven a mí! Aun así, sigue habien- lleno de un decepcionado terror? Jesús compara la muerte con dos
do algo en la mayoría de nosotros que nos induce a persistir en cosas muy diferentes. Dice que la muerte puede ser para nosotros
hacer una pregunta errónea: ¿cómo es posible que me ames? un novio que viene en busca de su novia o un ladrón que viene a
llevarse todos nuestros tesoros. Con frecuencia me pregunto qué
En cierta ocasión se realizó un estudio sobre personas que será la muerte para mí, un novio o un ladrón. De alguna forma,
habían perdido su fe en Dios, y se catalogaron sus razones para creo que es mi concepto de Dios el que configura vigorosamente
abandonar la fe. Algunos dejaron de creer, porque notaron que mis reacciones respecto del vivir y el morir, la vida y la muerte.
quienes asistían a la iglesia eran un «puñado de hipócritas». Perso-
nalmente, a mí nunca me ha inmutado esta razón. Siempre sien- Tenemos que ser cuidadosos al examinar nuestra percepción
to el impulso de decir, «Venga. Siempre hay espacio para un hipó- de Dios. No podemos esperar conseguir una «fotografía» imagina-
crita más». Sin embargo, la única razón que encontré verdadera- ria de Dios. Una «sensación» de Dios no es lo mismo que una foto.
mente profunda fue ésta: «La fe no pedía demasiado; prometía de- Una de las razones de que los judíos prohibieran las imágenes de
masiado. No se trataba de que la Palabra de Dios resultara dema- Dios fue su conocimiento del infinito ser del Señor. Si intentamos
siado difícil de creer, sino que más bien era algo demasiado bueno reducir a Dios a las proporciones de una fotografía o de una esta-
para creerlo. ¿Podría un Dios de infinito poder y majestuosidad tua, incurrimos en blasfemia. Tenemos que experimentar a Dios
descender del cielo para tomarme en sus brazos, para reclamarme en su enormidad, su majestad y su misterio. Dios es un amor in-
como a su hijo, el hijo de su corazón y la niña de sus ojos? Creo finito que nos rodea. Está fuera y a la vez dentro de nosotros.
que no. Sencillamente es excesivo». La Palabra de Dios que acep- Su presencia amorosa lo impregna todo. ¿Cuál es tu «percepción»
tamos en nuestro acto de fe es verdaderamente una buena nueva, de él?
no demasiado difícil, pero casi excesiva.
Del programa de vídeo Free To Be Me.
De The Christian Vision.
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• / n la parábola del hijo pródigo, Jesús presenta al padre miran-
do como siempre el camino que lleva a la ciudad y, de repente,
c
\^j onocemos a Dios al conocer a Jesús. Jesús es la Palabra que
reconociendo la figura distante de su hijo. El corazón del padre estaba con Dios desde toda la eternidad, la Palabra que es Dios.
late fuertemente, casi a punto de estallar de excitación. Vencido San Pablo llama a Jesús «la imagen visible de nuestro Dios invisi-
por la alegría, a pesar de ir contra todas las tradiciones de la época, ble» (Col 1,15). Los teólogos han llamado a Jesús nuestra «venta-
el padre corre al camino para reunirse con su hijo perdido y estre- na a Dios». Y Jesús mismo asegura a Felipe: «Quien me ha visto a
charle entre sus brazos. Ni siquiera escucha la insinuación del mí, ha visto al Padre», (Jn 14,9). También san Juan escribe en su
chico: «Ya no merezco llamarme hijo tuyo». Después de decir esto, prólogo:
el joven siente los brazos firmes de su padre rodeándole y escucha «Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y
los sollozos de alivio del mismo. Siente cómo las lágrimas cálidas hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como
de su padre recorren las arrugas de sus propias mejillas. El padre Hijo único... A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está
en el seno del Padre, él lo ha contado» (Jn 1,14.18).
dice suavemente una y otra vez: «Estás en casa... ¡estás en casa!»
Después, el padre se repone, recurre a su voz más potente y pide Dios no sólo estaba en Jesús reconciliando el mundo consigo (ver
el mejor traje, unas sandalias y un anillo «para mi chico». Pide que 2 Cor 5,19), sino que también se estaba revelando ante nosotros
llamen a los músicos y que maten el ternero más cebado. Habrá en Jesús. Dios estaba, como si dijéramos, hablando nuestro len-
una fiesta insuperable. Y repite la gozosa proclamación: «¡Mi hijo guaje humano al convertirse en un ser humano, como nosotros en
está en casa! ¡Mi hijo está en casa!». todas las cosas excepto en el pecado. Al pronunciar su Palabra en
el mundo, Dios nos decía cuanto podía acerca de sí mismo. La per-
Cuando Jesús acaba esta historia, mira a los escribas, los su- sona divina de Jesús es el medio más seguro para alcanzar una
mos sacerdotes y los fariseos directamente a los ojos. «Así es Dios. actitud más adecuada hacia Dios, aunque nunca podemos esperar
Éstos son los sentimientos y la reacción de Dios ante el pecador» tener una perspectiva o un concepto de Dios totalmente adecua-
(véase Le 15,11-32). Por supuesto, esta historia selló el destino de dos. Una vez más, es obvio que Dios es sencillamente demasiado
Jesús. Sus oyentes pusieron en movimiento la maquinaria de su grande, demasiado magnífico, demasiado infinito para las lentes
muerte, lo que no constituyó ninguna sorpresa. Jesús supo en finitas de nuestras mentes. Sin embargo, podemos conseguir reve-
todo momento cuál sería el resultado, antes incluso de comenzar laciones cada vez más nítidas de la mente y del corazón de Dios
su parábola. Y murió contento por amor. «Con un bautismo tengo reflexionando sobre la mente y el corazón de Jesús. La sabiduría y
que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!» el poder, la fuerza y la majestad de Dios residen en Jesús. Y a tra-
(Le 12,50). Bajo cada crucifijo que conmemora su muerte, los vés de Jesús se nos revelan a nosotros.
seguidores de Jesús deberían ver un mensaje indeleble: «Esto es lo
que quiero decir cuando digo que os amo». Y a través de los siglos De The Christian Vision.
y hasta los confines del mundo se ha contado la historia y repeti-
do el mensaje, y las personas gradualmente han llegado a com-
prender que ¡Dios es amor!
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• /s extremadamente importante caer en la cuenta de que el J—1 n la visión maestra que proporcionan los mensajes, la vida y
amor de Dios es aliancista, no contractual. En un contrato mercan- la persona de Jesús, nosotros, los cristianos, hemos sido llamados
til, si una parte no cumple su compromiso, la otra queda liberada a ser cauces de amor los unos para los otros. Dios, que es amor,
de todos los efectos vinculantes del contrato. Por ejemplo, prome- nos creó en un acto de amor. Toda bondad es de alguna manera
to pagarte cinco dólares por cortar el césped de mi jardín. Pero no autodifusiva. En el acto creativo, la bondad de Dios se difundió.
cortas el césped, por lo que no estoy obligado a pagarte los cinco Todos sabemos por propia experiencia lo que esta difusión de la
dólares prometidos. No sucede lo mismo en una alianza. Una bondad significa. Cuando tenemos algo bueno —como un buen
alianza implica una promesa de amor incondicional, una prome- chiste, una buena receta o incluso una buena noticia— el amor,
sa que nunca se cancela. Una alianza promete un amor que siem- por instinto, quiere compartirlo. Así, nuestro Padre-Dios, en un
pre tendrá continuidad, independientemente de la respuesta de la éxtasis de amor y felicidad, quiso compartir con nosotros su vida,
persona amada. El amor de la alianza no es conquistado por la su felicidad e incluso su hogar. Lo planeó desde toda la eternidad,
persona a quien se le da, sino que es un don gratuito. El amor de y nos escogió a cada uno de nosotros para ser los receptores espe-
la alianza camina kilómetros no exigidos, va más allá de los reque- ciales de su amor. Nosotros somos los hijos elegidos de su familia
rimientos de la justicia y la reciprocidad. El amor de la alianza y de su corazón. Cada uno de nosotros fue concebido y nació en
nunca se desdice, sino que es para siempre. este mundo sólo porque fue amado por nuestro Padre-Dios.
Nuestra experiencia humana normalmente no nos ayuda mu- Desde el comienzo hubo una red humana de venas y arterias
cho a comprender este tipo de amor. Algunas veces pensamos que a través de las cuales este amor fue transportado a todas las par-
sólo una madre ama de este modo. Sin embargo, nuestro gran tes de la familia humana de Dios. Sin embargo, en algún lugar, de
Dios nos asegura: «¿Puede una madre olvidarse de su criatura, alguna manera, algo salió mal. Nosotros lo llamamos «pecado ori-
dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvi- ginal». El pecado y el egoísmo, el odio y el homicidio se convirtie-
de, yo no te olvidaré. Mira, en mis palmas te llevo tatuada, tus ron en parte de nuestra herencia humana. Pero la llamada ha se-
muros están siempre ante mí» (Is 49,15-16), «¡Nunca te dejaré, guido siendo la misma.
nunca te abandonaré!» (Hb 13,5).
En la visión cristiana, estos dos mandamientos están real-
De The Christian Vision. mente unidos. Yo no puedo decir mi «sí» de amor a Dios, a no ser
que diga mi «sí» de amor a todos y cada uno de los miembros de
su familia humana, sin excepción. El poeta francés Charles Péguy
dijo en cierta ocasión que si intentamos llegar a Dios solos, sin
duda nos hará algunas preguntas embarazosas: «¿Dónde están tus
hermanos y hermanas?; ¿No los has traído contigo? No habrás
venido solo, ¿verdad?» Estos síes del amor, exigidos por los dos
grandes mandamientos, son inseparables. El propio Jesús lo dejó
muy claro: no podemos negar nuestro amor a nadie.
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" ' 1 amor de Dios por cada uno de nosotros es tan gratuito, tan
inmerecido e incondicional como su amor por el pueblo de Israel.
r
\*J ada uno de nosotros tiene su propio, singular y muy limitado
Jesús es la Palabra de este amor pronunciada en el mundo. Dios concepto de Dios, que suele verse marcado y distorsionado por la
llega a nosotros en él, queriendo compartir y comunicar la bon- experiencia humana. Las emociones negativas, como el miedo,
dad, la alegría y el amor que él es. Quiere amarnos para que alcan- tienden a erosionarlo. Y la imagen distorsionada de un Dios ven-
cemos la plenitud de la vida. gativo finalmente nos repugnará y será rechazada. El miedo es un
vínculo frágil, una base quebradiza para la religión.
En el nivel humano, todos hemos experimentado en algún Puede que ésta sea la razón de que el segundo mandamiento
momento ese tipo de impulso interior a compartir algo bueno con de Dios sea que nos amemos los unos a los otros. El amor huma-
un amigo. En un nivel incluso más profundo, es el impulso inte- no desinteresado es la introducción sacramental al amor de Dios.
rior de los artistas a compartir con los demás una visión de la Debemos atravesar la puerta de la entrega humana para encontrar
belleza, la música que han escuchado dentro de sí mismos. En el al Dios que se entrega a sí mismo.
nivel humano más profundo, es el deseo de procreación: cuando
dos personas se aman mucho mutuamente, quieren compartir su Quienes no rechacen una imagen distorsionada de Dios avan-
amor y sus vidas con una nueva vida, formada por Dios a partir de zarán con dificultades bajo la sombra de un ser airado y, sin lugar
su carne y de su sangre. Y algo similar sucede con Dios. El ímpe- a dudas, no amarán con todo su corazón, toda su alma y toda su
tu del amor de Dios procede de su interior y le lleva a compartir mente, porque tal Dios no suscita el amor. Nunca habrá ninguna
con nosotros su vida y su amor. Es un don gratuito, ofrecido confianza ni reposo en los brazos amorosos de un Padre; nunca
libremente, ni ganado ni merecido ni exigido por ningún derecho habrá ninguna mística de la pertenencia a Dios. La persona que
nuestro. Es un don hermoso y eterno que se nos entrega con las sirve por miedo, sin percibir el amor, intentará regatear con Dios;
manos del amor. Es una alianza incondicional. y sólo hará nimiedades por él, hará pequeños ofrecimientos, dirá
mínimas oraciones, etc. Las personas atemorizadas intentan obte-
Lo único que nosotros tenemos que decir es «¡Sí!» Lo único que ner con sobornos un lugar en el cielo de su Dios. Su vida y su reli-
tenemos que hacer es abrirnos para recibir esta perla de gran gión son como un juego de ajedrez, no una aventura amorosa.
valor, este amor que nos transformará a nosotros y cada momen-
to de nuestras vidas. La palabra clave es apertura. El niño peque- De WhyAm I Afraid To Love?
ño que llevo dentro de mí querría que la apertura fuera sencilla.
Pero la verdad es que el gran «¡Sí!» de la apertura tiene otros
pequeños «síes» en su interior. Algunos de ellos serán muy costo-
sos; otros requerirán gran valor; y unos cuantos se pronunciarán
en la oscuridad.
De Unconditional Love.
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Por definición, los «descubridores del bien» son personas que La experiencia más educativa de todas fue el nacimiento de un
buscan y encuentran lo bueno en sí mismos, en los demás y en bebé. Una hermana enfermera ya jubilada, que se apiadaba de mi
todas las situaciones de la vida. Son vivamente conscientes de que inexperiencia y que estaba a cargo de mi educación en la vida hos-
Dios, que es poderoso, ha hecho en ellos únicamente cosas her- pitalaria, me dijo que, antes de marcharme del hospital, tenía que
mosas. Buscan y encuentran lo bueno que hay en los demás y les asistir a un parto. Yo le pregunté si no llevaba su toca demasiado
dan abiertamente afirmación. Aprecian explícita y agradecida- apretada, porque la parturienta se alarmaría si se encontraba a un
mente la bondad y el talento ajenos. Finalmente, buscan lo bueno capellán como testigo del nacimiento de su hijo. También expuse
en todas las situaciones de la vida, y son conscientes de que las toda una letanía de otras razones por las que lo consideraba im-
mejores bendiciones casi siempre llegan a nuestras vidas disfraza- prudente, si no imposible, pero ella supo ver a través de mis razo-
das de problemas. Pero los descubridores del bien saben que hay namientos y a través de mí, de manera que a la mañana siguien-
una promesa en cada problema, un arco iris después de cada tor- te me encontré en la sala de partos. El ambiente fue informal
menta y algún calor en cada invierno. hasta el momento mismo del alumbramiento. Entonces la sala se
quedó en silencio..., hasta que un bebé varón llegó contorsionán-
Dios es el descubridor del bien original. En otro tiempo vio un dose a este mundo. El médico limpió las mucosidades del con-
mundo frío y cruel en el que los gladiadores entretenían a los ducto respiratorio del niño con unos tubos de succión y frotó enér-
demás matándose unos a otros, y dos tercios de la humanidad gicamente el pecho y la espalda del bebé. Aquél fue el momento
vivían en una deshumanizadora esclavitud. Y la reacción de Dios cumbre: el bebé comenzó a llorar.
fue enviar a su Hijo unigénito a este mundo, no para condenarlo,
sino para, amándolo, llamarlo a la vida. Cuando oí el primer vagido de vida, algo muy profundo me
sucedió. Sencillamente me quedé petrificado. Estaba totalmente
(Un mensaje de Navidad a sus amigos). sobrecogido por la belleza y la santidad de aquel momento y de lo
que estaba viendo. Había comenzado una nueva vida.
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Todo depende del plan concreto de Dios De la cassette The Growing Edge OfLife.
para cada persona.
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JL ambién creo que, además de la voluntad general de Dios, hay J L - / IOS, Padre mío, crea en mí un corazón que anhele únicamen-
una voluntad específica que opera en momentos concretos de te tu voluntad; un corazón que acepte tu voluntad y que la cum-
nuestras vidas. Pienso que es cierto que Dios nos ha enviado a ti y pla, porque quiero ser lo que tú quieras que sea y hacer lo que tú
a mí a este mundo para hacer algo específico: transmitir un men- quieras que haga.
saje concreto, cantar un canto, realizar un acto de amor.
Cuando decidiste crear este mundo, conocías el proyecto y el
Cuando lleguemos a ese momento de nuestras vidas en el que designio de mi vida: el momento de mi concepción, el día y la hora
Dios quiera que hagamos algo concreto, él nos empujará con su en que nacería. Viste desde toda la eternidad el color de mis ojos
gracia. Pondrá dentro de nosotros una atracción profunda, una y oíste el sonido de mi voz. Sabías los talentos que tendría y aque-
sensación de vocación. Para nosotros puede ser una especie de llos de los que carecería. También conocías el momento y las cir-
vaga convicción: «Parece que debo hacer esto». Puede que Dios nos cunstancias de mi muerte. Todos estos aspectos son parte de tu
haga sentirnos incómodos hasta que digamos «sí». Porque él viene voluntad respecto de mí. Yo intentaré construir un edificio de
a confortar al afligido, pero también a afligir al cómodo. amor y alabanza con estos materiales que tú me has dado. Lo que
yo soy es don tuyo. En lo que me convierta será mi don para ti.
Creo que yo fui llamado a ser sacerdote a través de esa volun-
tad específica de Dios. Creo que Dios me eligió para que fuera Y con respecto al futuro, te pido la gracia de firmar un cheque
sacerdote, y por ello dispuso las gracias de mi vida para que me en blanco y ponerlo con toda confianza en tus manos, para que tú
sintiera atraído hacia el altar de mi ordenación. Por supuesto, ha rellenes todas las cantidades: la duración de mi vida, la cantidad
habido otros momentos en mi vida en los que de alguna forma he de éxitos y de fracasos, las experiencias placenteras y dolorosas...
sabido que Dios quería algo específico de mí: que ayudara a una A mí me estremecería tomar esta determinación si no supiera que
persona, que hiciera algo, que me implicara en determinada me amas y que, por supuesto, tú sabes mucho mejor que yo lo que
causa, que me preocupara por una situación dada... En cada uno me hará verdadera y definitivamente feliz.
de tales momentos sentí que Dios me estaba pidiendo un «¡Sí!»
concreto. De The Christian Vision.
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