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La ecualización es el proceso que nos permite matizar las frecuencias de la voz de una locutora o de
un instrumento musical. Pero la ecualización es algo subjetivo.
Cada oído tiene características propias y escucha de manera diferente. Lo que para uno suena agudo,
para otra estará sonando muy grave. A más de lo subjetivo, tengamos en cuenta que cada voz es
diferente a las demás. No podemos fijar una ecualización permanente para el mismo locutor o
locutora, porque un día llegará con la voz agripada o más nasal, y tendremos que ajustar de nuevo el
ecualizador. Es difícil llegar a un estándar para la ecualización y, básicamente, nos tendremos que fiar
del buen oído del técnico o la operadora.
TIPOS DE ECUALIZADORES
Hay ecualizadores físicos (consolas) o virtuales (software). Ambos funcionan de forma similar y los
podemos dividir en tres tipos:
Shelving (estantería)
Son los más básicos. Disponen de un control que girando hacia un lado sube los agudos y hacia el
otro sube los graves. Algunos modelos, un poco más evolucionados, separan las frecuencias en tres o
más bandas para que actuemos con independencia en cada una de ellas.
Paramétricos
Más complicados de usar, pero consiguen una ecualización detallada. Por cada frecuencia tenemos
dos botones. Con uno, seleccionamos la frecuencia sobre la que vamos a actuar, y con el otro
atenuamos o aumentamos la ganancia de la frecuencia elegida.
Plugin de ecualización DigiRack, de Digidesign. Se puede seleccionar la frecuencia a trabajar y
la ganancia que le aplicaremos a cada una. http://www.digidesign.com/
Filtros
Los más comunes son los filtros de corte paso bajo(Low
Pass Filter) o paso alto (Hihg Pass Filter). Los primeros
dejan pasar las frecuencias por debajo del punto de
corte y atenúan o eliminan las de encima. Los de paso
alto hacen lo contrario. El más típico de los filtros paso
alto es el que vimos en la consola. Éste elimina las
frecuencias inferiores a 80 Hz en las entradas de
micrófono. También están los filtros pasa banda, donde
fijamos los dos límites, uno superior y otro inferior, sobre los que queremos actuar.
La voz humana tiene su peculiar rango. Hay frecuencias que llamamos centrales, que van desde los
80 Hz a los 1000 Hz. Son aquellas donde se encuentra la fuerza o el cuerpo de la voz. Para cada
género, los estándares más comunes son:
Al ecualizar, actuamos sobre las frecuencias de dos maneras. Una es la atenuación, donde restamos
o quitamos las frecuencias que tenemos en exceso. La contraria es la ganancia o suma, donde le
añadimos frecuencias que faltan a nuestra voz.
1. Hombres
Las voces masculinas son graves. Si el locutor tiene un vozarrón, le bajaremos los graves
hasta que escuchemos una voz con cuerpo, pero que no retumbe. ¿Cuánto bajamos? Es
cuestión de oído, no hay una regla exacta. El técnico o la técnica (las mujeres suelen tener
oídos más agudos y afinados que los varones) tendrá puestos unos audífonos, esenciales para
las grabaciones, e irá ajustando hasta lograr el sonido óptimo.
En la edición posterior, cortaremos con un filtro todas las frecuencias por debajo de los 65-80 Hz,
prácticamente inaudibles, pero que añaden una bola de graves que oscurece el sonido. Podemos
también aumentar algo de agudos para darle más brillo a la voz masculina. Si hay excesiva nasalidad,
trabajaremos restando frecuencias entre los 500 y 1000 Hz, que es el rango donde se sitúan las voces
agripadas.
2. Mujeres
3. Grupos
ECUALIZAR INSTRUMENTOS
Es una operación mucho más precisa y compleja que ecualizar voces. Para acertar con la atenuación
y la ganancia que aplicaremos en la grabación de cada instrumento debemos conocer la frecuencia de
cada uno de ellos para saber cuáles restar o acentuar.(2) Para este tipo de trabajos hay que tener un
excepcional oído que se afina con la práctica.