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Agradecimientos
Nuestro más sincero agradecimiento a los numerosos estudiantes de la École Suisse d’Ostéopathie:
Amélie Bagnoud, Eric Horisberger, Céline Rouiller, Line Roulin, Yvette Stebler, Alexandre Vacheron y Emilie
Vitoux,
así como Alexandre Lavanant de la EFOM de París, que accedieron a dedicar amablemente su tiempo y su energía
para
posar en sesiones fotográficas, en ocasiones extremadamente largas e incómodas, para que esta obra se convirtiera en
lo que es.
Igualmente queremos citar a Michaël Stadler de la École Suisse d’Ostéopathie que ha utilizado sus múltiples
habilidades
para aportarnos toda su ayuda en la realización de esta obra.
Los autores
El cuello
• Introducción local: el cuello.
• Acciones musculares en situación funcional (figs. 1 a 10).
• Exploración palpatoria de la contractura (figs. 11 a 20).
• Interpretación de la exploración palpatoria y diagnóstico.
• Tratamiento de la contractura (figs. 21 a 38).
Sumario
Abreviaturas utilizadas en este capítulo
ECOM Esternocleidomastoideo (esternocleidooccipitomastoideo)
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
El cuello está al servicio de la cabeza. Ésta percibe el entorno, y la posición del cuello debe adaptarse
continuamente para que los órganos de percepción, en particular el ojo y el oído, estén correctamente
posicionados en el espacio. Por otra parte, el cuello se mantiene en apoyo sobre la base toracodorsal, que
puede presentar orientaciones espaciales diversas. El cuello tiene necesariamente una organización
funcional
compleja que, sin embargo, se puede esquematizar en cuatro grupos de funciones.
El primer grupo de músculos es el occipitocervical. Utiliza de manera preferente la movilidad
del raquis cervical alto (C0-C1-C2). Se trata de pequeños músculos que se sitúan en los tres planos del
espacio; permiten pequeños movimientos de la cabeza que se utilizan para acompañar la comunicación:
– flexión-extensión de la cabeza para la afirmación;
– rotación para la negación;
– inclinación lateral para la duda.
El segundo grupo de músculos son los músculos «cérvico-base», es decir, los músculos que unen
el raquis cervical con las dos primeras costillas, la escápula y la clavícula. En concreto se trata de los
escalenos
(scalenus) y del elevador de la escápula (levator scapulae). Estos músculos se dirigen de tal forma que
pueden, según su asociación, realizar movimientos en los tres planos del espacio. Los escalenos pueden
antepulsar el cuello (aumentando la curvatura cervical). A la inversa, el elevador de la escápula, cuando
la escápula está estabilizada, retropulsa el cuello (rectificación de la curvatura cervical). Lateralmente, la
acción sinérgica de estos músculos de un mismo lado es la que provoca el movimiento; y en el plano
transversal, la acción de uno de los músculos, eventualmente asociado al antagonista controlateral, es la
que realiza la rotación.
El tercer grupo de músculos es intrínseco. Agrupa al conjunto de los rotadores multífidos, músculos
transversos espinosos del cuello, pero también a los músculos intertransversos del cuello
(intertransversarii)
y a los músculos interespinosos del cuello (interspinalis cervicis). Estos pequeños músculos permiten
que cada nivel vertebral sea movilizado o fijado en tres planos del espacio. Son los músculos del ajuste
posicional del artrón.
El cuarto grupo de músculos está integrado por los músculos «occipito-base». Este grupo
está compuesto esencialmente por el esternocleidomastoideo (ECOM) (sternocleidomastoideus) y por el
trapecio superior (trapezius superior). Estos músculos pasan «en puente» sin ninguna inserción sobre las
vértebras cervicales; tienen por tanto una acción indirecta sobre el cuello.
Aunque este movimiento es de tipo tridimensional, estas cuatro organizaciones pueden solicitarse
independientemente
las unas de las otras. En la mayoría de casos se asocian en cadena y permiten realizar el
movimiento útil para la cabeza.
Si una de estas organizaciones musculares tiene un trastorno, las otras la pueden suplir, por lo menos
momentáneamente. Esto explica que un desorden funcional del cuello no suponga sistemáticamente
consultar a un profesional de la salud.
Acciones musculares
en situación funcional
1
1
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© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Exploración palpatoria
de la contractura
12 ■ EL CUELLO
Fig. 14
Músculo esplenio en decúbito
Esta posición tiene las mismas ventajas que las descritas
en la fig. 12. El paciente está relajado; el recorrido
del músculo puede modificarse fácilmente y la
posición del terapeuta en la cabeza del paciente permite
hacer la comparación entre ambos lados. La localización
palpatoria más significativa es el borde
posterior del ECOM en su parte proximal. El músculo
esplenio lo bordea posteriormente.
Fig. 15
Músculo esternocleidomastoideo (ECOM)
(sternocleidomastoideus) en su parte
media
Paciente en decúbito supino; el terapeuta se coloca en
la cabecera de la camilla. La palpación es polidigital
pulpar y bilateral. La rotación contralateral y la lateroflexión
homolateral de la cabeza del paciente pueden
ayudar a hacer la individualización a este nivel de las
distintas cabezas de este músculo (esternal y clavicular)
en caso de que hubiera alguna dificultad.
Fig. 16
ECOM en su parte caudal
Paciente en decúbito supino. La cabeza del paciente
puede colocarse en posición neutra o con una pequeña
rotación homolateral. Esta posición permite diferenciar
mediante palpación la parte redondeada de la
porción del manubrio o la parte más plana de la cabeza
clavicular. Con el pulpejo de un dedo se diferencian
las distintas cabezas musculares; esto permite
evidenciar una posible diferencia de renitencia. En
caso de duda, el movimiento de la cabeza colocada
en rotación contralateral, al que se puede asociar una
inclinación homolateral, facilita la exploración palpatoria.
© ELSEVIER. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Interpretación de la exploración
palpatoria y diagnóstico
La interpretación de la «exploración diagnóstica» es ante todo postural. Una mala organización de la postura impone
un alineamiento de los artrones cervicales que impide una movilidad funcional. Esta exploración de la postura
debe tener en cuenta, en primer lugar, la orientación de la base cervical y la obligación de la cabeza de percibir el
entorno y, de forma prioritaria, el entorno visual.
Los ojos, sea cual sea la posición de las vértebras cervicales subyacentes, deben realizar una observación
esencialmente
horizontal. La misión de las acciones musculares de la región es garantizar la colocación de los distintos niveles
del cuello y mantener la vista horizontal.
Original