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Carlos Valencia)
Texto Base:
Cantares 2:15 Reina-Valera 1960 (RVR1960): 15 Cazadnos las zorras, las
zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; Porque nuestras viñas están
en cierne.
Cantares 2:15 Traducción en lenguaje actual (TLA) 15 Las zorras pequeñas
causan daño a nuestras viñas. ¡Ayúdennos a atraparlas, pues nuestras viñas
están en flor!
Introducción:
Un atleta salió a recorrer su país y en su largo caminar tuvo que atravesar
diversos obstáculos; calor, frío, lluvia, sol, y cuando llegó a la ansiada meta fue
entrevistado y le preguntaron: ¿Cual fue el mayor obstáculo que tuviste que
atravesar? y él respondió: Mi mayor obstáculo fueron las piedritas pequeñas que
se metían dentro de mis zapatos.
Tal vez no le prestes atención a una hormiga que anda merodeando por un poco
de miel que regaste sobre la mesa, pero si no exterminas esa hormiga y limpias
las pequeñas gotas del dulce, y te vas, cuando regreses ya no vas a encontrar una
hormiga, sino un enorme ejército que ha hecho camino desde la pared hasta tu
mesa de comedor.
Por alguna razón nosotros tendemos a categorizar los pecados, creemos que un
asesino, un violador o un ladrón cometen grandes pecados, y por otro lado
creemos que una mentira, el rencor, la envidia o codicia por ejemplo, no son
grandes pecados. Y es que a veces nos preocupamos de evitar esos “grandes”
pecados para estar bien con nosotros mismos y en especial con nuestra
conciencia, pero olvidamos los “pecaditos” que constantemente practicamos, sin
tener el mínimo dolor de haberlos cometido. Vemos el adulterio o la fornicación
como algo grave, pero nos olvidamos que él no perdonar también lo es, pues Dios
mismo nos dijo que de la forma que nosotros perdonemos, así seremos
perdonados. Para Dios no hay pecado grande o pequeño, en su lenguaje pecado
es pecado, independientemente de la forma de cómo nosotros lo veamos.
Y esto viene a ser, hermanos, como un reflejo de la vida cristiana; esto viene a
mostrarnos cómo las cosas pequeñas afectan tanto a nuestra vida espiritual.
La Biblia nos dice en el libro de cantares que debemos cazar esas pequeñas
zorras que dañan los grandes viñedos. Debemos cazar esas pequeñas cosas que
dañan nuestra vida espiritual como actitudes, motivaciones y cosas que parecen
inofensivas pero que pueden destruir todo a nuestro alrededor. Las zorras
representan a demonios pequeños, se necesita tener en claro que nuestro
problema no es con las personas, por que la Biblia dice que no es contra carne y
sangre sino contra demonios. Si queremos derrotar a nuestro enemigo primero
necesitamos saber quién es.
Jesús dijo que las zorras tienen su guarida debajo de la tierra, por lo tanto no se
ven a simple vista, algunos pecados pequeños viven debajo del alma de la
persona, en sus emociones.
El Señor también nos dio un principio que funciona tanto para bien como para mal
en Mateo 13:31 con la parábola de la semilla de mostaza. Una palabra o un
pensamiento puede ser una semilla sembrada en nuestro corazón; la enfermedad
puede comenzar solo con un pensamiento; Los problemas en el matrimonio
comienzan con una semilla, un pensamiento; todos los grandes problemas
comienzan de forma pequeña. No podemos subestimar algo que se ve pequeño,
Una simple pulga parece inofensiva pero un gran número de ellas pueden matar
un perro san Bernardo.
Por eso Dios quiere que atrapemos las zorras pequeñas y las echemos fuera de
nuestras vidas.
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Las “zorras pequeñas” trabajan cuando las cosas se ponen buenas (nuevas almas
están llegando a la conversión y la congregación está animada en la fé), cuando
mejor esta la iglesia mas trabajan las zorras pequeñas.
Zorra de la Murmuración:
1 Corintios 10:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 10 Ni murmuréis, como
algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
Los “murmuradores” del pueblo de Israel perecieron por el “Destructor”. Juzgar a
un “Ministro de Dios” representa murmuración o palabras de maldición que salen
de nuestro corazón. Por murmurar contra Moisés quedaron postrados en el
Desierto por 40 años (Números 16:41-49)
Ese es el caso del amigo que se la pasa pidiendo favores y le gasta la paciencia a
su compañero sin considerar que una cosa es la amabilidad y otra la obligación. O
el del marido que confunde la amorosa atención de su esposa con el trabajo
forzado de una esclava. O el del hijo que no aprecia el voto de confianza que le
dan sus padres y se imagina que el permiso para salir socialmente es un derecho
que por fin se le reconoce.
O el de la mujer que no valora los esfuerzos de su esposo para darle gusto y cree
que a los hombres hay que exprimirlos para que saquen el dinero escondido. O el
del vecino que barre la basura hacia la casa del lado y estaciona su auto
tapándole la salida de la cochera a los otros y creyendo que la tolerancia es una
autorización para ser abusivo.
Zorra de la Indisciplina
Los niños con sus berrinches y pataletas. Los padres piensan que solo es su
forma de expresarse, dicen: “¡Oh que lindo! miren que fuerza de voluntad tiene el
bebe”, pero 20 años después ahora el “bebe” está golpeando a su esposa y se
preguntan cómo llego a suceder esto. Resulta que el niño nunca recibió disciplina,
y la zorra destruyo la raíz.
Conclusiones:
¿Ha podido detectar alguna de estas pequeñas zorras zarandeándole? Un
creyente sabio tiene cuidado y vigila para no dejar introducir zorras pequeñas que
arruinen su vida.
Pienso que hoy es un buen día para analizar, pero sobre todo reflexionar sobre:
¿Cuáles son aquellas zorras pequeñas que están arruinando nuestros viñedos?
Es un buen momento para ser sinceros con nosotros mismos, dejar de ver la paja
del ojo de nuestro hermano y comenzar a reflexionar en aquellas cosas que
consideramos “pequeñas” en nuestra vida, pero que son zorras que amenazan
con arruinar nuestro viñedo.
El Señor plantó buena semilla en ti. No permitas que nada ni nadie eche a perder
el fruto de tu viña. Quiere que seas fiel en lo poco. Sólo así podrás ser fiel en lo
mucho. Sólo así, serás recompensado en lo mucho.
Y así también acontece con esos minúsculos y odiosos detalles de nuestra parte
cuando no se corrigen y se hacen repetitivos. Después de un tiempo dichas
pequeñeces se convierten en enormes e inaguantables conductas que la gente no
está dispuesta a soportar y que a nosotros nos cuesta superar, por cuanto se nos
han vuelto hábitos.