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El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza

Jorge Zúñiga M*.

Contenido (hiperenlaces)
Introducción.................................................................................................................................................................................1
1. Sobre las imposibilidades empíricas y el principio de imposibilidad.....................................................................................3
2. La fundamentación de la vida en el pensamiento de Hinkelammert y Dussel........................................................................6
2.1. Hinkelammert: crítica de la razón instrumental y formulación del principio de imposibilidad de la vida....................7
2.2. La vida y el principio deóntico material en Dussel........................................................................................................9
3. El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza..........................................................................................11
Bibliografía................................................................................................................................................................................14

Introducción

La reflexión sobre las posibilidades y las imposibilidades humanas ha sido una de las tareas que Franz
Hinkelammert ha llevado a cabo a lo largo de su trabajo filosófico social. Su obra Crítica de la razón
utópica1 destaca en este aspecto. Esta reflexión, sin embargo, no puede interpretarse sin los
planteamientos sobre la vida del sujeto y la naturaleza que Hinkelammert también ha desarrollado en
gran parte de su obra. Enrique Dussel, por otra parte, ha retomado los planteamientos de Hinkelammert
y a partir de ellos ha formulado el principio ético de factibilidad como uno de los tres principios que
posibilitan el cumplimiento del acto con pretensión de bondad2. Dentro de las múltiples líneas de
reflexión que unen las perspectivas de ambos pensadores, podrían destacarse aquellas que se refieren a
la tarea de mostrar la objetividad de la vida del sujeto (el ser humano como tal) y la naturaleza como
condición de posibilidad del acto ético y como presupuesto de los enunciados y juicios prácticos, así
como para el discernimiento de las decisiones prácticas que posibilitan el desarrollo de la vida del
sujeto y la naturaleza.
Sobre dichos aspectos podemos encontrar un sinnúmero de argumentos que han intentado
cumplir la tarea mencionada. No obstante, en el diálogo que ellos sostienen con la ética del discurso y
la pragmática trascendental de Karl-Otto Apel, surge una problemática sustancial: la fundamentación y
justificación de los fundamentos desde los que parte la filosofía de la liberación. De esto es Dussel
quien principalmente se da cuenta y emprende una refundamentación de su filosofía práctica. 3 En el
caso de Hinkelammert, su filosofía social se ve afectada por el diálogo mencionado en la medida en
que en él habrá una mayor preocupación por la ética4.

* Jorge Zúñiga M., realizó su doctorado en filosofía en la Universidad de Frankfurt, Alemania. De 2011 a 2015 fue becario
del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). De 2007 a 2011 fue docente en la Facultad de Filosofía y Letras,
UNAM. Sus temas de investigación son teorías de la acción, teorías de la verdad práctica y pensamiento crítico.
<zm.jorge@yahoocom.mx>
1 Cfr. Hinkelammert, 2002.
2 Cfr. Dussel, 1998: cap. 3. Este principio subsumido en la política lo denomina Dussel principio de factibilidad estratégico-
político. Cfr. Dussel, 2009: § 27.
3 Cfr. Dussel, 1998, 2006, 2009.
4 En El mapa del emperador (Hinkelammert, 1996) ya se ve esta preocupación, pero es en Yo soy si tu eres (Hinkelammert,
2010) en donde se concentrará esta preocupación que antes no se veía nítidamente.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -1- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
La problemática de la fundamentación es un aspecto esencial de la pragmática trascendental, y
en su contraste con la justificación del punto de partida de la filosofía dela liberación (la negatividad
del Otro) ésta se ve en la necesidad de replantear la forma de justificación y demostración de sus
presupuestos. En este contraste, la filosofía de la liberación de Dussel y Hinkelammert quedaba
atrapada en la lógica de la pragmática trascendental y con ello en la confirmación del primado del
lenguaje y al argumentación, pues como lo señalaba Apel “se puede reflexionar o efectuar un discurso
válido o inválido sobre la vida humana y sus condiciones, pero no se puede vivir sobre el pensamiento
o el discurso”5, lo cual muestra, en el marco de la fundamentación de la pragmática trascendental, que
“lo irrebasable en el sentido trascendental no puede ser la vida o la existencia corporal, sea ésta tan
fundamental en sentido ontológico como se quiera”6.
La filosofía de la liberación, así, se dio a la tarea de demostrar trascendentalmente, en el sentido
de presupuesto de la experiencia, la objetividad de la vida del sujeto y la naturaleza. Sin embargo, la
fundamentación y demostración que debía desarrollarse no podía ser del tipo de la fundamentación
última de la pragmática trascendental, sino de otro tipo y con otro tipo de recursos argumentativos. De
esto, Dussel y Hinkelammert eran conscientes, sin embargo dicha tarea no fue desarrollada a
profundidad por ellos, aunque ciertamente, sí ofrecen elementos necesarios para desarrollar tal tarea,
como lo mostraremos en el segundo parágrafo del presente texto.
En este contexto queremos ubicar el artículo que aquí presentamos. En él recurriremos, primero,
a mostrar aquello en lo que consiste el principio de imposibilidad inspirándonos en la forma en que lo
expone Hinkelammert en la Crítica de la razón utópica. Posteriormente, se sintetizarán los argumentos
más destacados de Dussel y Hinkelammert con respecto a la vida del sujeto y la naturaleza. Finalmente,
en el tercer parágrafo, tomando como base argumentativa las aportaciones de Dussel y Hinkelammert,
así como a través de una reconstrucción de la idea de la irrebasabilidad metódica de Apel,
formularemos lo que aquí llamamos principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza, el
cual es un enunciado que explicita la irrebasabilidad de la vida del sujeto y la naturaleza en la realidad
práctica intersubjetiva. Éste, como se verá, dista en cierta medida de las formulaciones del principio
material de la vida propuestos por Dussel y Hinkelammert y, evidentemente, de la forma de
fundamentación de la pragmática trascendental.
Cabe decir, por otra parte, que aunque centremos el presente artículo en una discusión
específica entre la ética del discurso y la ética de la liberación, o bien entre la filosofía de la liberación
de Dussel y Hinkelammert y la pragmática trascendental, vemos en él mayores alcances que rebasan a
dicho debate, puesto que éste debería verse como otra forma de una discusión entre la filosofía
racionalista y la filosofía materialista, cuya expresión más conocida, puede decirse, es la surgida del
marxismo. Claro está que dentro de ambas tradiciones hay perspectivas diferenciadas, no obstante ellas
comparten sus puntos de partida. Así la filosofía del lenguaje desarrollada en el siglo XX parte del
primado del lenguaje, o bien del sujeto como sujeto lingüístico. La filosofía materialista, por su parte,
presupone al sujeto como un sujeto corpóreo, o bien como sujeto necesitado. Una mediación entre
ambas filosofías nos parece necesaria7.
De esta forma, consideramos que el presente trabajo tiene mayores alcances que los que en
apariencia puedan verse, dado que, por una parte, surge del debate entre amplias tradiciones filosóficas:
por un lado, la filosofía del lenguaje con la filosofía de inspiración histórico-materialista y por otro, y
un poco más radical que lo primero, el debate entre dos filosofías que han sido pensadas y desarrolladas
desde distintos loci epistémicos. Así, el presente trabajo intenta contribuir mediante una articulación
5 Apel & Dussel, 2004: 326.
6 Apel & Dussel, 2004: 326.
7 Esta mediación ha sido, por ejemplo, ya llevada a cabo por Dussel en la refundamentación de su ética de la liberación (Cfr.
Dussel, 1998) cuando articula el principio material de la vida con el principio de la validez intersubjetiva.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -2- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
categorial de las aportaciones de Apel, Dussel y Hinkelammert a la demostración objetiva de la
irrebasabilidad de la vida, vista ésta como un modo de realidad del sujeto y la naturaleza, como lo
define Dussel. De esta modo, el principio que formulamos en el tercer parágrafo es la formulación del
principio material de la vida que no puede pasar desapercibido por la filosofía y las ciencias prácticas, y
mucho menos por la filosofía y la ciencia críticas, puesto que sus aportaciones se fundan en él.

1. Sobre las imposibilidades empíricas y el principio de imposibilidad.

En este primer punto nos concentraremos en los principios de imposibilidad como Hinkelammert los ha
trabajado fundamentalmente en su Crítica de la razón utópica8, aun cuando la problemática de las
posibilidades e imposibilidades humanas y los principios de imposibilidad la ha desarrollado en otros
trabajos9. En la obra mencionada, él aborda esta problemática por medio de una revisión crítica de las
escuelas sociales de pensamiento que influenciaron el siglo XX tales como el anarquista, el soviético,
el conservador, el neoliberal y el racionalismo crítico de Karl Popper. Los principios muestran, por una
parte, los límites de la acción y, por otro lado, fungen como presupuestos de las ciencias empíricas,
incluidas aquí las ciencias sociales. Hinkelammert elabora su aportación a partir de la clarificación de
lo que Popper llama imposibilidad lógica. Es decir: aquello que Popper afirma que es lógicamente
imposible, lo es en realidad empíricamente. Hinkelammert hace referencia, por ejemplo, al siguiente
texto de La miseria del historicismo.

“El término sociedad abarca, claro está, todas las relaciones sociales, inclusive las personales; las de una madre con
su hijo tanto las de un funcionario de protección de menores con cualquiera de los dos. Por muchas razones es
enteramente imposible controlar todas o 'casi todas' estas relaciones: aunque sólo sea porque con todo nuevo
control de relaciones creamos un sinnúmero de nuevas relaciones que controlar. En resumen, la imposibilidad es
una imposibilidad lógica. (El intento lleva a una regresión infinita: la posición es la misma en el caso de un intento
de estudiar la totalidad de la sociedad, que tendrá que incluir este estudio)”10.

Hinkelammert comparte con Popper que sí es imposible tener un control total de las relaciones sociales,
sin embargo, señala que ello no es una imposibilidad lógica, sino empírica 11. Esto no es de ninguna
forma una diferencia banal de términos, sino una distinción sustancial para poder derivar las leyes
analíticas de las ciencias empíricas12, pues las imposibilidades fácticas están presupuestas en el
conocimiento científico. Albert Einstein señala, por ejemplo, que las leyes de la termodinámica derivan
relaciones desde la imposibilidad de la construcción de un perpetuum mobile. Hinkelammert se refiere
a Einstein para mostrar la función epistemológica de la imposibilidad y su reconocimiento y
explicitación para la derivación de relaciones empíricas13. Einstein nos dice: “Es así como la
termodinámica intenta determinar relaciones que satisfarán los hechos individuales a partir de un dato
de la experiencia: es imposible una inmovilidad perpetua”14. Como puede verse, esto es contrario a lo
indicado por Popper. Hinkelammert, al definir la imposibilidad empírica, encuentra en ella una función
epistemológica, pues ella es un soporte inevitable para la construcción de la realidad empírica, dado

8 Cabe señalar que la primera edición de este libro de Hinkelammert fue publicado en 1984, no obstante que la segunda
edición (2002) contiene dos capítulos adicionales de gran importancia.
9 Cfr. Hinkelammert, 2007: cap. 5; 2001.
10 Popper, 1973: 93-94.
11 Cfr. Hinkelammert, 2002: 25.
12 Hinkelammert, 2002: 54.
13 Hinkelammert, 2002: 48.
14 Einstein, 2013: 143. Einstein se refiere a la imposibilidad de un perpetuum mobile. Cfr. Einstein, 1991: 664.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -3- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
que la imposibilidad abre el marco de lo posible en ella.
Hinkelammert muestra esto cuando considera no sólo lo indicado por Einstein, sino también lo
señalado por Popper, aun cuando éste no ve la función epistemológica que la imposibilidad posee 15.
Estas imposibilidades no son privativas del orden de lo natural, aquello que es independiente del
pensamiento y la praxis, sino se dan de igual forma en el ámbito de lo social, lo práctico intersubjetivo.
Hinkelammert insiste en dejar claro este punto con el fin de poder explicitar relaciones sociales. Que
los principios de imposibilidad sean presupuestos tanto por las ciencias naturales como por las sociales
surge del hecho de que ellos son derivados desde la realidad empírica en la cual lo social convive con
lo natural. El punto común entres estos dos ámbitos es que la realidad dada, la realidad empírica, es
finita e imperfecta. Así, se podría pensar en las leyes de la termodinámica cuyo cumplimiento es
posible sólo sobre condiciones ideales, y en el plano de lo social se puede pensar en la realización de
escenarios sociales imaginados que sólo pueden ser realizados bajo situaciones ideales como es, por
ejemplo, el esquema de oferta y demanda de la ciencia económica de mercado. En ambos casos la
contradicción se presenta entre lo ideal imaginado y su realización. El punto crucial en el ámbito social
será siempre dejar en claro los criterios desde donde se enjuicia la realización de lo representado con el
fin de evitar la realización de imaginables destructivos. En este punto no estamos en otro lugar que en
aquel de la crítica de la razón utópica que Hinkelammert ha desarrollado16.
La forma de inferir este tipo de principios no surge desde la reflexión sobre la moral o la
rectitud del acto, sino desde la descripción relacionada a los fenómenos de la realidad empírica, casos
singulares como diría Einstein. Ellos, en forma de enunciados, expresan imposibilidades de la realidad
dada, lo cual crea su núcleo siendo formulados mediante la reflexión de la experiencia humana. El
principio de imposibilidad se expresa, así, mediante la formulación de enunciados apodícticos. Con
estos principios una situación irrebasable de la realidad empírica es explicitada identificando así sus
límites. Así, las imposibilidades como punto de partida de las ciencias empíricas posibilitan el
establecimiento de relaciones que permitan la el desarrollo de la realidad17.
Desde este análisis, Hinkelammert llega a un concepto fundamental de su pensamiento: la
factibilidad de la realización de fines. Estos fines deben ser interpretados como una dimensión que está
más allá de lo dado y del tiempo presente como lo son, por ejemplo, las utopías o alternativas sociales.
Cualquier fin, desde uno concreto hasta la realización de nuevos tipos de relaciones sociales, es la
realización práctica de nuestros pensamientos y voluntad proyectados. En este sentido, la utopía no es
algo utopista, sino utópico. Las utopías, en el sentido de Hinkelammert, son un modelo trascendental
(metafísico) cuya realización en el sentido imaginado está siempre más allá de la realidad empírica y
son, también, fuente desde donde la realidad empírica se construye y transforma 18. En esta perspectiva
la la utopía es inmanente a la realidad empírica. En este contexto, Hinkelammert señala estos principios
para subrayar los límites de la realización de los fines. Uno de ellos es la factibilidad de la realización
de fines que es intrínseca al sujeto. Esto implica tener en cuenta al sujeto en su constitución y
capacidades reales. En este sentido, el sujeto es considerado como un ser finito con necesidades. Por
ello, la realización de los fines o de las utopías no puede ir más allá del sujeto en su constitución finita.
En estos términos entiende Hinkelammert el término de conditio humana.
Con este término, Hinkelammert hace una revisión crítica sobre algunos de los pensamientos
15 La razón por la cual Popper no ve esta función epistemológica se debe, de acuerdo a Hinkelammert, a su negación de las
utopias y las alternativas sociales.
16 Nos es imposible profundizar en las contribuciones de Hinkelammert con respecto a la crítica de la razón utópica, ya que
por el momento nos queremos concentrar en su aportación sobre las posibilidades e imposibilidades humanas y su
explicitación, para los propósitos del presente artículo. Sin embargo, remitimos al lector a la ya citada Crítica de la razón
utópica así como a Ethik und utopie (Ética y utopía) (Hinkelammert, 2001).
17 Hinkelammert, 2002: 309-317.
18 Sobre la utopía y el concepto de modelo trascendental en Hinkelammert, veáse: Bautista, 2007.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -4- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
sociales que marcaron su influencia en la construcción de las instituciones del siglo XX señalando que
ellos presuponen un concepto de sujeto que va más allá de las capacidades del sujeto real. 19 Así,
especialmente el neoliberalismo, el conservadurismo o el pensamiento socialista presuponen un
concepto ideal de sujeto el cual fue asumido como el sujeto real. En otras palabras: los pensamientos
sociales mencionados, en sus marcos categoriales, consideraron al sujeto como un ente que puede ir
más allá de su conditio humana20. De esta forma, tenemos un pensamiento neoliberal que, por una
parte, procede del supuesto de un sujeto con preferencias, y no del presupuesto de un sujeto con
necesidades, y, por otra parte, muestra un estado de equilibrio entre oferta y demanda expresados en
términos de libre mercado, al cual los sujeto reales tienen que aproximarse sin consideración alguna de
sus capacidades y límites prácticos. De este modo el pensamiento neoliberal postula la realización de
una situación ideal (la realización del equilibrio) y presupone en la realidad empírica un sujeto que
puede ir más allá de sus límites prácticos. Esto es un ejemplo de lo que bien puede definirse como
utopista, pues el neoliberal intenta realizar una situación ideal sin consideración del sujeto real (el ser
humano en su condición humana) que hace posible las realidades sociales.
Como se ha señalado, Hinkelammert presenta los principios de imposibilidad como principios
generales desde los cuales el conocimiento empírico es posible. En este sentido, él propone el principio
de imposibilidad relacionado a la factibilidad de la realización de fines. Nosotros, por nuestra parte,
tomamos a la factibilidad humana como uno de los presupuestos de la acción y la ciencia práctica 21. La
formulación de los principios de imposibilidad permiten, por una parte, delimitar los límites de la
acción humana y, por otra, formular presupuestos para las ciencias prácticas.
Con lo anterior hemos mostrado, basándonos en Hinkelammert, un principio de imposibilidad
importante: el de la factibilidad humana. Sin embargo, asumimos que hay muchas otras
imposibilidades humanas relacionadas con la realidad práctica desde las cuales se pueden seguir
explicitando por medio de enunciados apodícticos. Lo importante siempre será demostrar su
objetividad y universalidad. Por esto consideramos que la condición para su aceptación universal es
que ellos expresen una irrebasabilidad de la realidad práctica22, la realidad intersubjetiva que depende
de nuestra praxis y nuestro pensamiento.
La irrebasabilidad, término que inicialmente tomamos de la pragmática trascendental de Karl-
Otto Apel23, indica la imposibilidad de ir más allá de un punto de partida, el cual es previamente
19 En este punto el anarquismo no sería considerado, aunque Hinkelammert analiza también el pensamiento de Flores
Magón en su Crítica de la razón utópica, ya que, como lo señala, han existido revoluciones anarquistas, pero no sociedades
anarquistas. Este hecho es así por el vacío que tiene el pensamiento anarquista con respecto al concepto de praxis. Cfr.
Hinkelammert, 2002: 202-203.
20 Cfr. Hinkelammert, 2002: cap. 3.
21 En el sentido como estamos desarrollando los principios de imposibilidad relacionados a la realidad práctica, tomamos
el principio de factibilidad desarrollado por Hinkelammert como aquel que hace explícito la irrebasabilidad de la finitud del
sujeto humano.
22 Como podrá ya verse, la posición que adoptamos se contrapone con una defensa relativista de valores y de los límites de
la acción humana y del conocimiento. Diferenciamos, por otra parte, el término de realidad práctica y realidad social, dado
que desde nuestra posición, la realidad social presupone el concepto de individuo y no el concepto de comunidad, mientras
que el término de realidad práctica lo vinculamos con la relación del cara-cara que hace posible cualquier tipo de realidad
intersubjetiva, independientemente de si ella es formada social o comunitariamente.
Esta distinción nos permite diferenciar entre ciencias sociales y ciencias prácticas como ha sido abordado por
Tomas de Aquino, el sentido en que Lutz-Bachmann lo ha mostrado. (Cfr. Lutz-Bachmann, 2004; 2008).
23 Cfr. Apel, 1975; 1985; 1991, y especialmente 2011: cap. 5. El término de irrebasabilidad o ineludibilidad
(Nichthintergehbarkeit) no existe como tal en Dussel o Hinkelammert, sino que lo hemos tomado de la filosofía apeliana
dándole a su vez otra significación y reelabaorándolo teóricamente. (Cfr.: Zúñiga, 2016; 2014). Sólo para recordar: en la
pragmática trascendental lo irrebasable es el discurso argumentativo, pues a través de él se pueden llegar a conocimientos
válidos intersubjetivamente (universalmente).
Por nuestra parte, asumimos que sí es el discurso argumentativo irrebasable, pero también la vida del sujeto y la

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -5- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
demostrado. En el caso de la pragmática trascendental la irrebasabilidad es el lenguaje y la
argumentación y, con ello, una comunidad (intersubjetividad)24. No podemos ahora profundizar en esta
problemática, aunque compartimos esta aportación de Karl-Otto Apel. Lo que queremos por ahora es
mostrar la irrebasabilidad del sujeto viviente y la naturaleza basándonos en las aportaciones de
Hinkelammert y Dussel, tarea que realizaremos en el siguiente párrafo del presente texto. La
irrebasabilidad, como aquí la estamos desarrollando, no es un principio ético, sino un presupuesto de lo
práctico y su teoría.
Nosotros relacionamos este término de irrebasabilidad con el de principios de imposibilidad en
tanto que a través de éstos aquellas se explicitan. Las irrebasabilidades son puntos de partida
inmanentes a la realidad práctica de los cuales el sujeto no puede ir más allá: son puntos de partida
trascendentales de la realidad práctica.25
Ante esto, nosotros ofreceremos más adelante, en el tercer parágrafo, la formulación de un
principio de imposibilidad de la realidad práctica: el principio de imposibilidad del sujeto viviente y la
naturaleza. Éste está relacionado con el principio de la vida el cual ha estado presente en el
pensamiento crítico latinoamericano y especialmente abordado por Hinkelammert y Dussel. En el
siguiente parágrafo nos enfocaremos a mostrar la forma en que estos dos pensadores han
problematizado la vida del sujeto y la naturaleza como criterio de los actos prácticos.

2. La fundamentación de la vida en el pensamiento de Hinkelammert y Dussel.

La vida del ser humano y de la naturaleza como condición necesaria del acto justo, de las instituciones,
las ideologías y el pensamiento social ha sido uno de los elementos que han sido discutidos
ampliamente por Dussel y Hinkelammert. La vida es, para ellos, un criterio material que complementa
al criterio formal de la razón. Como es sabido, esto también ha sido abordado por filósofos clásicos
como Marx, Nietzsche, Adorno, Horkheimer, Benjamin, entre otros26.
naturaleza como lo mostraremos más adelante. Así, a diferencia de la pragmática trascendental, nosotros reconocemos una
serie de irrebasabilidades (co-determinantes) de las cuales el sujeto no puede ir más allá y son immanentes a la realidad
práctica (intersubjetiva). El reto será siempre mostrar su obejtividad. En otros trabajos (Zúñiga, 2014 y 2016) nos hemos
enfocado a la irrebasabilidad de la vida y del entendimiento mutuo basado en el lenguaje apoyándonos de la pragmática
trascendental. En el presente texto nos enfocamos más detenidamente hacia aquella de la vida apoyándonos en los
principios de imposibilidad. A estas dos irrebasabilidades (Unhinterghebarkeiten) nos gustaría incluir aquella de la
intersubjetividad (la cual ha sido elaborada tímidamente por Marx y explícitamente por la filosofía pragmática del lenguaje
y por las aportaciones de Axel Honneth), así como aquella de la finitud del sujeto, ésta última trabajada por Franz
Hinkelammert en su teoría de la factibilidad. Para nosotros, en resumen, en la acción y el conocimiento está presupuesta una
concatenación de irrebasabilidades immanentes a la realidad práctica.
Este esquema de concatenación de irrebsasabilidades y principios que lo expliciten se encuentra cercano a la
segunda arquitetónica de la ética de la liberación de Dussel (1998), sin embargo ahí los criterios y principios de la acción se
vinculan hacia el “deber”, sin mostrar previamente la demostración de la objetividad de los puntos de partida de la acción y
los presupuestos del conocimiento. Esta demostración es la que en el presente texto intentamos mostrar con claridad con
respecto al criterio material de la vida del sujeto y la naturaleza.
24 Esta contribución de la pragmática trascendental está presente a lo largo de la obra de Apel. En uno de sus últimos textos
sobre la ética del discurso, encontramos, por ejemplo, lo siguiente: “el pensamiento no es autárquico en el sentido
husserliano del solipsismo metodológico, sino presupone trascendentalmente un lenguaje público y, con ello, una comunida
de comunicación o de discurso”. Apel, 2001: 46, tr: JZ.
25 La distinción entre la realidad natural y la cultural la retomamos a partir de la distinción ofrecida por Apel, a saber que la
realidad natural es independiente de nuestro pensamiento y nuestra praxis, mientras que la realidad cultural sí depende de
dichas capacidades del sujeto. Esta distinción que ofrece Apel la retoma a su vez de la concepción de realidad natural de
Peirce. Cfr. Apel, 2011: 350.
26 Dussel ha hecho, en su segunda ética de la liberación, una revisión de la forma cómo ha sido abordada la vida en algunas

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -6- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
El aporte de los pensadores latinoamericanos mencionados consiste, en mi punto de vista, en
desarrollar su crítica a la razón en su modo formal y a la racionalidad estratégica a la luz de la
imposición política y militar del sistema neoliberal en América Latina, primera región geográfica que
experimentó las diferentes formas de violencia que atrae este sistema. Esto le dio a los pensadores
latinoamericanos los elementos para hacer una revisión del pensamiento moderno-occidental desde otro
horizonte epistémico al crítico occidental27. La criticidad y radicalidad de su pensamiento consiste en
una revisión de la razón desde los excluidos y oprimidos del sistema global. Ahora bien, en lo que sigue
presentaremos sucintamente las aportaciones de Dussel y Hinkelammert en este sentido.

2.1. Hinkelammert: crítica de la razón instrumental y formulación del principio de imposibilidad de la


vida.

Desde el criterio material de la vida, Hinkelammert presenta un amplio análisis crítico de las ideologías
sociales contemporáneas. En este contexto, él se ha esforzado a lo largo de su obra por mostrar
argumentativamente la objetividad del criterio material: la vida. En El sujeto y la ley, por ejemplo,
señala: “La vida es la posibilidad de tener fines, sin embargo no es un fin. Luego, si miramos al actor
como un ser vivo que se enfrenta a sus relaciones medio-fin, lo miramos como sujeto. Sólo se
transforma en actor cuando ha decidido el fin y calcula los medios, incluyendo en éstos su propia
actividad, en función de ese fin. El actor, antes de ser actor, es ser humano” 28. Esta afirmación se
encuentra en el marco de su critica a la racionalidad estratégica-instrumental relacionada al cálculo
medio-fin. Él muestra que este tipo de racionalidad pone en el centro de su concepción la eficiencia
para alcanzar fines, lo cual implica que un acto es racional siempre y cuando encuentre adecuadamente
los medios para alcanzar los fines deseados. Así, considerar un acto o acción como racional implica
evaluar la eficacia y eficiencia de los medios para alcanzar los fines. Sin embargo, en el esquema de
este tipo de racionalidad la función del sujeto se limita a aplicar los medios correctos para alcanzar
fines. Esto es otra forma de afirmar que el sujeto funge como otro medio para el logro de fines. Así, en
este esquema, el sujeto no aparece como un ser viviente finito, ni mucho menos con necesidades29.
Considerando lo afirmado por Hinkelammert (“la vida es la posibilidad de tener fines”), vemos
que ello está relacionado a la posibilidad de algo, en este caso, a aquella que se refiere al hecho de tener
posteriormente fines. Esto quiere decir: la razón estratégica-instrumental presupone la vida del sujeto y
la naturaleza. Sin ellos ningún fin podría ser alcanzado. Si la racionalidad medio-fin no coloca en el
centro de su esquema al sujeto y la naturaleza como entes vivientes, entonce ella deviene en una
especie de mecanismo en el cual cualquier imaginable (fines, utopías o alternativas sociales) podría ser
realizado sin considerar la vida del sujeto y la naturaleza. Esto implicaría a su vez que este mecanismo
posibilita su propia autodestrucción por medio del socavamiento del sujeto y la naturaleza. Con ello
tenemos un mecanismo que coloca el logro de objetivos en el centro de su esquema y toma a la
racionalidad estratégica-instrumental como la razón como tal, y los efectos negativos que afectan
directamente al sujeto y la naturaleza son considerados simplemente como efectos no intencionales.

de las filosofías críticas más importantes. Cfr. Dussel, 1998: caps. 1 y 4. Véase también: Moreno, 2013.
27 Por los propósitos del presente texto nos hemos enfocado a tematizar las teorías de Dussel y Hinkelammert, dos de los
representantes de esta generación surgida en los 60s y 70s en América Latina; sin embargo, también podríamos hacer
referencia a otros pensadores de esta generación como Paulo Freire, Theotonio Dos Santos, Leopoldo Zea, Ignacio
Ellacuria, Augusto Salazar Bondy, Pablo González Casanova, Hugo Zemelman, Juan Carlos Scannone, por mencionar sólo
algunos.
28 Hinkelammert, 2003: 44.
29 Cfr. Hinkelammert, 2003: 44.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -7- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
Ante ello, Hinkelammert afirma que la racionalidad material, la cual ha sido excluida por la
racionalidad formal expresada en la racionalidad del cálculo medio-fin, debe ser retomada, dado que
ello permite colocar al sujeto y la naturaleza en el centro de lo que de puede determinarse como
racional. Dicho tipo de racionalidad la llama Hinkelammert reproductiva y es compatible con la
racionalidad estratégica. Es decir: ambas racionalidades son compatibles y deben ser articuladas para
lograr las condiciones necesarias para la reproducción de la vida del sujeto y la naturaleza 30. Aun
cuando podría pensarse que este argumento se encuentra en el contexto de una argumentación
económica y sociológica, debe verse, por el contrario, que estamos en el nivel de una fundamentación
de la vida como metacriterio que hace fácticamente posible cualquier acto, práctica y sistema y desde el
cual éstos son enjuiciados. En la perspectiva de Hinkelammert esto no está presente en el pensamiento
social de boga como la teoría neoliberal o la teoría de la decisión racional, inspirada en la
microeconomía neoclásica31. Estas teorías no tienen en el centro de su análisis la vida del sujeto y la
naturaleza, sino el cálculo de los medios para fines y la ganancia, en donde el sujeto es expresado como
sujeto de preferencias para la maximización de la utilidad. Estas posiciones teóricas, no obstante, han
influenciado decisiones públicas locales y globales.
Un segundo punto a destacar del pensamiento de Hinkelammert es cuando formula un tipo de
principio de imposibilidad relacionado con la vida del sujeto y la naturaleza. A lo largo de la Crítica de
la razón utópica no se ve una formulación de un principio de este tipo, aunque él presenta en dicho
texto todos los elementos para una elaboración o formulación de este tipo. Hinkelammert, hasta lo
expuesto ahí, se introduce al estudio de las utopías sociales en cuanto a su factibilidad de realización.
Sin embargo, continuando con la reflexión sobre las alternativas y su factibilidad, él formula en Ethik
und Utopie32 (Ética y utopía) un tipo de principio de imposibilidad en relación a la vida del sujeto y la
naturaleza. Esta formulación la presenta de la siguiente forma:

“Una sociedad, cuyas relaciones de producción se muestran como incapaces de reproducir la vida del ser humano y
la naturaleza, se destruye a ella misma y no es capaz de vivir a largo plazo. Para poder continuar viviendo, tiene
que, por ello, transformarlas y hacer que las condiciones de sobrevivencia sean compatibles con una reproducción
de la vida concreta del sujeto”33.

Hinkelammert presenta esta formulación como una especie de ley social. Él la presenta, cabe decirlo,
en el marco del análisis que hace sobre la crítica de Marx al capital. Así, la formulación de
Hinkelammert es una extensión de la siguiente afirmación: “La producción capitalista, por
consiguiente, no desarrolla la técnica y la combinación del proceso social de producción sino
socavando, al mismo tiempo, [las dos fuentes originarias] de toda riqueza: la tierra y el trabajador” 34.
Ahora bien, desde nuestra perspectiva la formulación de Hinkelammert anteriormente citada
está presentada en términos de principios de imposibilidad. De hecho podría decirse que esa
formulación es ya un principio de imposibilidad vinculado a las relaciones sociales, aunque
Hinkelammert la presente, también con razón, como ley social. Es importante remarcar aquí la
justificación del principio, la cual surge desde la derivación de aquello que es necesario para relaciones
sociales. Es decir: en relación a la vida del sujeto y la naturaleza, Hinkelammert presenta un principio
universal el cual sólo podría falsarse bajo la demostración de que ninguna sociedad es posible sin el
30 En Hacia una economía para la vida (Hinkelammert & Mora, 2005), Hinkelammert desarrolla una racionalidad material
articulada a la racionalidad estratégico-instrumental.
31 Hinkelammert, 2003: 33.
32 Hinkelammert, 2001.
33 Hinkelammert, 2001: 8, tr.: JZM.
34 Marx, 1975, T-I. Vol. 2.: 612-613. Esta cita la modificamos con la traducción hecha por Hinkelammert. Véase, por
ejemplo, Hinkelammert, 2007: 26.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -8- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
sujeto viviente (la vida concreta del sujeto) y la naturaleza.
2.2. La vida y el principio deóntico material en Dussel.

La referencia a la vida, especialmente desde la vida de las victimas y los excluidos, está presente a lo
largo de la obra de Enrique Dussel. Nuestra exposición se basará principalmente en la segunda versión
de su ética de la liberación 35 en donde él fundamenta y postula el principio de la vida desde el contexto
de un sistema-mundo capitalista-neoliberal. En dicha obra, Dussel asume la tarea de fundamentar la
vida como el momento material de la ética, tanto en el momento positivo en la totalidad dada como en
su lado negativo en el proceso de construcción de los nuevos órdenes prácticos, el cual, desde la
filosofía de la liberación, surge desde la víctima y los excluidos del sistema 36. Aunque nos centraremos
al momento material del acto ético, es necesario resaltar que este momento se articula con el momento
intersubjetivo y de factibilidad como condiciones de posibilidad ética del acto, las instituciones y
sistemas con pretensión de bondad. La tarea de explicitar y articular estos diferentes momentos del acto
ético se encuentra en la obra ya referida.
En esta segunda ética37, Dussel, inspirándose en Zubiri38, define a la vida como “un modo de
realidad del ser humano”. Dussel señala esto de la siguiente forma:

“La vida humana es un 'modo de realidad'; es la vida concreta de cada ser humano desde donde se encara la
realidad constituyéndola desde un horizonte ontológico (la vida humana es el punto de partida preontológico de la
ontología) donde lo real se actualiza como verdad práctica.
La vida humana nunca es 'lo otro' que la razón, sino que es la condición absoluta material intrínseca de la
racionalidad. Por esto se exige, entonces, no poner la razón sobre la vida ( y la vida como lo irracional, en el caso
de tantos racionalismos reductivistas, porque en ese caso se cae en un falacia contraria y tan mortal – en cuanto
posibilita la muerte del sujeto humano –, como la del vitalismo irracionalista). Defendemos entonces que la vida
humana es fuente de toda racionalidad, y que la racionalidad material tiene como criterio y última referencia de
verdad y como condición absoluta de su posibilidad a la vida humana”39.

Dussel se refiere aquí al hecho de que el sujeto interpreta la realidad objetiva desde su condición como
ser viviente. Que la vida sea un modo de realidad significa que el sujeto existe como sujeto viviente,
pues él podría también seguir existiendo sin estar físicamente presente, por ejemplo en los recuerdos de
otros sujetos. Así, desde su constitución como ser viviente, el sujeto encara la realidad objetiva que se
le presenta. En este proceso, el sujeto descubre las mediaciones que permiten su existencia en la
realidad. En este sentido tiene que entenderse también el concepto de verdad práctica al cual Dussel
hace referencia.
Por otra parte, Dussel afirma que la vida es la fuente de racionalidad. Esto es compatible con lo
que hemos mostrado de Hinkelammert, pues para ellos racional es lo que posibilita la producción y
reproducción de la vida humana. Así, una mediación puede ser determinada como racional para un fin
en la medida que su empleo posibilite también producir, reproducir y desarrollar la vida humana y de
ña naturaleza. Este punto señalado de Dussel contrasta, naturalmente, con las teorías racionales de la
acción que ponen a la utilidad y las preferencias de los sujetos en el centro de su concepto. El sujeto
tiene que vivir para tener la capacidad de decidir y tener preferencias. Por ello, Dussel propone tener un
concepto de racionalidad material que tenga en su centro la vida del ser humano como criterio de las

35 Dussel, 1998.
36 Dussel, 1998: caps. 1 y 4.
37 Recordemos que la primera arquitectónica de la ética de la liberación es de 1973. Cfr. Dussel, 1973.
38 Zubiri, 1989: cap. 8.
39 Dussel, 1998: 618-619.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza -9- Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
prácticas y, relacionado a la ciencia, como criterio de verdad.

“El ser humano accede a la realidad que enfrenta cotidianamente desde el ámbito de su propia vida. La vida
humana ni es un fin ni es un mero horizonte mundano-ontológico. La vida humana es el modo de realidad del
sujeto ético (que no es el de una piedra, de un mero animal o del 'alma' angélica de Descartes), que da el contenido
a todas sus acciones, que determina el orden racional y también el nivel de las necesidades, pulsiones, deseos, que
constituye el marco dentro del cual se fijan fines. Los 'fines' (en referencia a la razón instrumental formal
weberiana) son 'puestos' desde las exigencias de la vida humana. Es decir, el ser humano en tanto viviente
constituye a la realidad como objetiva (sea para la razón práctica o teórica) en la medida exacta en que la determina
como mediación de la vida humana”40.

Para Dussel, la vida es condición de posibilidad de la existencia humana y se despliega en cuatro


momentos que él distingue: la producción, reproducción, desarrollo y crecimiento de la vida 41. Así, el
acto humano, ético diría Dussel, tiene como referencia cualquiera de estos momentos, o incluso los
cuatro simultáneamente. De este modo, la vida es criterio material 42 del acto ético. La formulación del
criterio material para la aplicación del principio material lo presenta Dussel de la siguiente forma: “El
que actúa humanamente siempre y necesariamente tiene como contenido de su acto alguna mediación
para la producción, reproducción o desarrollo autorresponsable de la vida de cada sujeto humano en
una comunidad de vida, como cumplimiento material de las necesidades de su corporalidad cultural (la
primera de todas el deseo del otro sujeto humano), teniendo por referencia última a toda la
humanidad”43. La vida, como modo de realidad, es el lugar desde donde el sujeto interpreta su realidad
dada, como ya se ha señalado. Esta realidad es, no obstante, ya cultural, institucional, y socializada.
Habiendo formulado el criterio material, Dussel propone posteriormente el principio ético material
universal.

“El que actúa éticamente debe (como obligación) producir, reproducir y desarrollar autorresponsablemente la vida
concreta de cada sujeto humano en una comunidad de vida, inevitablemente desde una 'vida buena' cultural e
histórica (su modo de concebir la felicidad, con una cierta referencia a los valores y a una manera fundamental de
comprender el ser como deber-ser, por ello con pretensión de rectitud también), que se comparte pulsional y
solidariamente teniendo como referencia última a toda la humanidad, es decir, es un enunciado normativo con
pretensión de verdad práctica y, además, con pretensión de universalidad”44.

Este principio formulado deónticamente es articulado con otros dos principios positivos, el de la
validez intersubjetiva y el de la factibilidad. En la ética de Dussel, estos tres principios son
“condiciones de posibilidad ética de la norma, acción, subsistema, institución o sistema de eticidad” 45.
Tomando como referencia el pensamiento de Rosa Luxemburgo a nivel de la racionalidad estratégica,
Dussel ejemplifica el cumplimiento del acto ético en el sentido indicado de la siguiente forma:

“no se puede obrar 'cualquier acción' – ni usar cualquier medio, ni elegir cualquier fin, etc –, sino que sólo pueden
decidirse, fundamentarse discursivamente, 'aquellos' que sean 'posibles' (fundados o aplicables) dentro del estrecho
marco delimitado por dichos principios. De manera asombrosamente precisa – en el nivel de la organización
estratégica –, Luxemburg indica que los 'principios' delimitan y contienen criterios de decisión 'tanto en referencia
[a] a los fines (Ziele) a alcanzar, [b] como a los medios de lucha que se aplican, y finalmente a los modos de lucha'.

40 Dussel, 1998: 129.


41En últimos escritos Dussel ha incluido el momento del crecimiento de la vida.
42 Material en el sentido de contenido y contrario a lo formal.
43 Dussel, 1998: 132.
44 Dussel, 1998: 140.
45 Dussel, 1998: 506.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza - 10 - Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
Estos tres niveles de la razón estaretégico-instrumental definen el horizonte de las mediaciones” 46.

Ahora bien, previo a pasar a nuestro siguiente punto, nos gustaría indicar brevemente las diferencias
que vemos entre las dos posiciones hasta ahora resumidas. La argumentación y el trabajo desarrollado
por Hinkelammert se coloca fundamentalmente en el contexto de un debate epistemológico con algunas
de las teorías sociales más influyentes del siglo pasado. La argumentación de Dussel, por su parte, se
localiza en el marco de una discusión filosófica sobre el acto ético. Sin embargo, ambos parten del
presupuesto de que la vida es condición de posibilidad de la acción humana y el pensamiento. Dicho
en otras palabras: cualquier acto humano o cualquier tipo de realidad presupone la vida del sujeto y la
naturaleza.
Otra diferencia que puede resaltarse es el hecho de que la reflexión sobre la vida de la
naturaleza ha estado más presente en el pensamiento de Hinkelammert, mientras que Dussel se ha
concentrado más en la vida como la vida del sujeto, del ser humano, aunque ya en trabajos recientes la
vida de la naturaleza parece tener mayor importancia 47. Una razón que puede explicar esta diferencia, a
modo de especulación, es que Hinkelammert siguió a lo largo de su obra la afirmación de Marx: las
relaciones capitalistas socavan las dos fuentes originarias de riqueza: la tierra y el trabajador. Dussel,
por su parte, ha construido su filosofía ética teniendo como referencia inmediata la ética del cara-cara
levinasiana48.
Expuesto lo anterior, en el siguiente parágrafo profundizaremos en la estrategia argumentativa
para fundamentar el principio de la vida del sujeto y la naturaleza. Aunque ella está inspirada en el
pensamiento de Hinkelammert y de Dussel, nosotros intentaremos contribuir a este debate con más
argumentos y formulaciones y, con ello, profundizar en nuevos caminos argumentativos. Para ello
presentaremos un principio de imposibilidad que tiene como fin mostrar de una manera más precisa la
irrebasabilidad del sujeto y la naturaleza.

3. El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza.

En nuestra perspectiva, tanto Dussel como Hinkelammert han ofrecido amplios argumentos a lo largo
de sus obras que apoyan la tesis de que la vida del ser humano y la naturaleza es condición de
posibilidad para la realización de cualquier realidad práctica. Ambas posiciones podría sintetizarse en la
siguiente cita de Hinkelammert: “La realidad objetiva no es algo independiente a la vida del ser
humano. Es la vida de este, al lograr esquivar la muerte, la que mantiene la realidad como realidad
objetiva. Por este motivo, en el suicidio se disuelve la realidad, y en el suicido colectivo de la
humanidad la realidad se disuelve de modo definitivo. No existe un mundo objetivo sin seres humanos.
Inclusive la propia objetividad del mundo se desvanece. La objetividad de la realidad no antecede a la
vida humana, sino que es tanto su producto como su presupuesto” 49. De ninguna forma queremos
reducir las numerosas aportaciones que ambos pensadores a este argumento de Hinkelammert, sin
embargo sí nos parece que él expresa sintéticamente un punto relevante, a saber: la irrebasabilidad de la
vida del sujeto.
Dussel y Hinkelammert consideran a la vida del ser humano y la naturaleza como un
presupuesto de los actos y las prácticas dentro de una comunidad como condición de posibilidad para
la realización de cualquier realidad práctica, como lo hemos ya tratado de mostrar. Sin embargo, desde
46 Dussel, 1998: 506.
47 Cfr. Dussel, 2014.
48 Cfr. Levinas, 1977.
49 Hinkelammert, 2003: 69-70.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza - 11 - Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
nuestro punto de vista, a través del término de irrebasabilidad, el cual lo tomamos en primer lugar de la
pragmática trascendental de Karl-Otto Apel50, se expresa con mayor claridad de que no se puede ir más
allá del hecho de que el sujeto tiene que vivir para desarrollar cualquier tipo de realidad práctica. No
sólo el sujeto (el ser humano), sino también la naturaleza están ya viviendo y para deasrrollar, crear y
transformar realidades prácticas ellos tienen que desarrollarse cualitativamente. Y este hecho es
irrebasable. ¿O cómo podría irse más allá de esta situación?
Ahora bien, desde esta irrebasabilidad podemos pensar en un principio que puede subsumirla
como su contenido y expresarla explícitamente. Este paso es posible y legítimo si el principio muestra
su obejtividad y universalidad. Este principio, sin embargo, no es un principio moral (aunque desde él,
ciertamente, puedan fundamentarse principios prácticos complementarios), sino un principio
(enunciado) que delimita el punto de partida de las prácticas, la construcción y transformación de la
realidad práctica. Este punto de partida es justo una irrebasabilidad. Es lo indeterminado de lo
determinado. Otra problemática relacionada a ella es cómo se formula el principio para hacer la
irrebasabilidad visible. Y hasta ahora hemos hablado de dos propuestas que la han visibilizado.
Hinkelammert y Dussel han ofrecido principios que son diferentes entre ellos, aunque
perfectamente compatibles. Con respecto al principio formulado por Dussel, tiene que notarse, en
primer lugar, que está formulado en términos de “deber” en el contexto de una discusión sobre la moral
y la ética, Por supuesto que compartimos que de la irrebasabilidad de la vida del sujeto y la naturaleza,
pueden derivarse principios éticos, pero esto sería posterior. Por el contrario, nosotros buscamos un
principio que contenga y exprese la objetividad de dicha irrebasabilidad. Un punto de partida desde el
cual se fundan principios complementarios. Lo que queremos proponer se encuentra de forma
enunciativa en la segunda ética de la liberación cuando Dussel señala: “Habrá que elaborar más
adelante la formulación detallada del discurso de fundamentación de este principio material de la ética.
Habrá necesidad de una fundamentación positiva y material como la que sólo hemos indicado. Pero
habrá igualmente que elaborar una fundamentación negativa o ad absurdum, por la imposibilidad de su
contrario”51.
Si bien Dussel indicaba ya por donde tenía que dirigirse una fundamentación de la vida del
sujeto, es cierto también que esa tarea no fue realizada por él, dando preferencia a la fundamentación
de una ética deóntica y una política de principios. Es decir: la fundamentación y formulación del
principio en el cual se funda una filosofía práctica que coloque la vida del sujeto y la naturaleza en el
centro de su análisis o la articule con otras condiciones del acto práctico y el conocimiento, había
quedado pendiente. Por ello, es necesario ir a un nivel más elemental de la fundamentación formulando
un principio que pueda ser entendido como principio práctico y epistemológico cuya formulación
busque ser precisa y desde el cual se fundan principios complementarios de la acción y el conocimiento
de las ciencias prácticas. Así, en los principios de imposibilidad encontramos la forma correcta para
formular el principio de la vida del sujeto y la naturaleza. En este sentido nos encontramos más
cercanos a la formulación que ofrece Hinkelammert cuando explica la crítica de Marx a las relaciones
capitalistas. Esta fórmula, cabe decirlo, cumple con una característica holística, pues se refiere a la
sociedad como totalidad, y al mismo tiempo se dirige hacia lo específico mediante su atención a las
relaciones que deben ser transformadas.
En este contexto, quiero ofrecer una formulación del principio de imposibilidad que intenta
aportar en la precisión del principio de la vida del sujeto y la naturaleza. Formularemos, así, dos
enunciados que son compatibles entre ellos. Éstos son:

1. Ningún acto humano ni ninguna práctica es fácticamente posible sin el sujeto viviente y la
50 Véase supra nota 23.
51 Dussel, 1998: 141.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza - 12 - Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
naturaleza.

2. Ninguna realidad humana puede realizarse sin el sujeto viviente y la naturaleza.

Aquí formulamos dos principios de imposibilidad en la cual ambos se implican; uno es extensión del
otro. Así, ambos están basados en la aceptación de que la realidad humana (realidad práctica
intersubjetiva) es creada, desarrollada y transformada por medio de las acciones y pensamientos del ser
humano. Es decir: la realidad práctica intersubjetiva depende de nuestros pensamientos y acciones. La
realidad natural, por el contrario, existe independientemente de esas capacidades del sujeto. Existe
como tal. Desde esta perspectiva, la relación entre estos dos tipos de realidad no puede verse como una
relación de conflicto, sino como una relación en la que ellas coexisten y como tal buscan, desde su
propia lógica, una forma de cooperación. En este sentido, el sujeto práctico y el teórico está a cargo de
la responsabilidad de encontrar formas de relación con la realidad natural.
Por otra parte, el sentido de ser humano, en el contexto de los principios formulados, se refiere
al sujeto que pertenece a una sociedad o a una comunidad, las cuales cuentan con sus reglas,
costumbres, instituciones, y quien es capaz de asumir una responsabilidad moral. Él también es capaz
de trascender su propia realidad. La búsqueda práctica (praxis) y el descubrimiento (a través de las
ciencias empíricas) de las relaciones que permiten el desarrollo cualitativo de la realidad práctica es la
tarea con la que se enfrenta el sujeto en comunidad. Este desarrollo, sin embargo, no puede ir más allá
de la irrebasabilidad del sujeto viviente y la naturaleza. La acción y el conocimiento con pretensión de
verdad (expresado en un sistema de enunciados) presuponen el principio de imposibilidad del sujeto
viviente y la naturaleza.
Ir más allá de los principios formulados implica, finalmente, una aproximación a lo opuesto, a
saber: la disolución de la realidad humana. Dicho en otras palabras: ir más allá de algo que práctica y
fácticamente es imposible parece ser el comienzo de la no-razón y con ello el comienzo de la
irracionalidad. Con el reconocimiento de estos principios se comienzan a construir las prácticas,
costumbres e instituciones para el desarrollo de las realidades prácticas, y aquí las ciencias sociales
(ciencias prácticas) tienen mucho que decir. Por ello, el principio de irrebasabilidad del sujeto viviente
y la naturaleza funge como principio práctico y epistemológico.

El principio de imposibilidad del sujeto viviente y la naturaleza - 13 - Jorge Zúñiga M.| México, D. F | Diciembre, 2016.
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