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Mihai Suba ESTRATEGIA DINAMICA EN AJEDREZ Un enfoque actualizado y ampliado Publicada por New In Chess, en 2010 y revisada especialmente al castellano por el autor en 2013 Mihai Suba © 2013 Mihai Suba Traducci6n: Mihai Suba Edicion: Yago Gallach Pérez Disefio Portada: Yago Gallach Pérez Todos los derechos reservados ISBN: 978-84-940320-6-6 Depésito Legal: AS 03390-2013 Impreso en Espana EDITORIAL CHESSY © Editorial Chessy 2013 http://www.editorialchessy.com Urbanizacién Puerta Vetusta, n° 19 Santa Eulalia de Morcin (Asturias) Teléfono: 985 78 34 81 webmaster@editorialchessy.com Director General: Alfonso Romero Holmes Coordinador: Arturo Gonzalez Pruneda Webmaster: Laura Pruneda Maquetacién: Yago Gallach Pérez ANTES DE TODO En la batalla de las ideas ajedrecisticas, la publicacién en 1991 del libro Dynamic Chess Strategy representa un momento definitivo. Antes de aparecer este libro ex- cepcional, los tedricos del ajedrez apenas habian tocado uno de los factores intrin- secos mas importantes de una posicion: la diferencia entre el potencial dinamico de los dos ejércitos. Suba demostré que la aplicacién dogmatica de la estrategia puede obturar la visién del plan correc- to y de las jugadas que de él se despren- den, Desgraciadamente, la influencia y la reputacién del libro fueron, de lejos, mas extensas que su publico, porque, después de acabarse répidamente la primera y Uni- ca edicién, se hizo virtualmente imposible encontrar un ejemplar. El ex campeén rumano, balcénico, e inclu- so primero ex aequo de la comunidad del Commonwealth fue, més recientemente, Campeén Mundial, Europeo y Nacional (en dos ocasiones) de Veteranos. También gané dos veces, en Calvid, el Campeonato Abierto de Espafa en la misma categori Ahora, tras mas de veinte afios, ha actua- lizado su creacién primigenia y la ha ex- tendido con clases aun més instructivas y divertidas. El libro de Mihai Suba nos ofrece una guia practica y nos causa a una profunda re- flexi6n sobre la estrategia del ajedrez. El equipo editorial de New in Chess iOye, padrecito! gpor qué no lef yo este libro hace 20 afos? Habria sido GM hace mucho tiempo. MI Daniel Moldovén, psicélogo Los ecos en Sudamérica No hace falta leer demasiadas paginas para darse cuenta de que la creatividad, la originalidad y la buena prosa abundan en este libro del GM rumano Mihai Suba. Un texto para jugadores avanzados y para aquellos que, aun subiendo la cuesta del progreso, pretenden avanzar un nivel de maestria. MI Alejo de Dovitiis Simbolos Simbolos para la evaluacién de jugadas Buen movimiento Mal movimiento Jugada excelente Error terrible, pifia, metedura de pata Movimiento interesante Jugada dudosa Simbolos para la evaluacién de posi z Las blancas estan un poco mejor z Las negras estan un poco mejor Las blancas tienen (clara) ventaja Las negras tienen (clara) ventaja Las blancas tienen una ventaja ganadora Las negras tienen una ventaja ganadora Igualdad Igualdad dindmica, equilibrio dinamico Con una posicién poco clara Con compensacién por el material dE 13 al 63 95 109 71 181 192 203 204 CONTENIDO Convenciones Introducci6n Capitulo |. El regreso de la estrategia dinamica Capitulo |. Los comienzos Capitulo Ill. Por qué hay que repensar la estrategia del ajedrez? Capitulo IV. ;Qué es la estrategia? Capitulo V. La aplicacion en el ataque y en la defensa Capitulo VI. Tampoco olvidemos a los clasicos Capitulo VII. A pesar de todo, jel negro gana! Soluciones a los ejercicios Bibliografia Indices Convenciones Se dice que pensamos en palabras, pero creo que estarén de acuerdo en que el lenguaje no puede expresar siempre, de manera simple y fiel, lo que pensamos, y, sobre todo, cémo pensamos. Por eso soy un gran admirador de las complicaciones con comas, comillas, paréntesis y mas co- sas. Para sefalar y diferenciar el uso de las palabras, empleo 3 0 4 tipos de comillas. Mas que en otros libros, en un escrito de ajedrez hay que prestar atencién, porque la puntuacién tiene, muchas veces, sen- tidos de especialidad. También hay una necesidad de establecer jerarquias (comi- llas dentro de las comillas) y de diferenciar entre las comillas “serias” y “menos serias", por lo que les pido aceptar las siguientes convenciones: Las comillas normales son para las citas, la ironia, las alusiones, las expresiones de la jerga ajedrecistica, etcétera. Las comillas simples (‘texto entre comillas simples’) sirven para una cita dentro de otra. En cambio, para el énfasis, me he valido de las comillas angulares espanolas (fran- cesas, rusas), Las expresiones entre comi- llas angulares denotan nuevos conceptos, definiciones, 0 acciones importantes, y le pido al lector que se las tome en serio. La letra en negrita puede emplearse, en ocasiones, para resaltar algo; pero en la 8 notacién simbélica nos sirve para seguir con facilidad la linea principal. La letra cursiva aparecera solo en pala- bras extranjeras y en los titulos de obras (porque no es muy recomendable su uso en libros que no sean de poesia o en los obituarios). Un ntimero volado a la derecha de una palabra’ (como este cero) nos envia a una nota al pie de pagina. Después de algtin simbolo consagrado del ajedrez, he omitido la puntuacién normal de la frase, para evitar confusiones. En el primer capitulo, veréis qué opina un “critico” sobre las explicaciones habladas en detrimento de las jugadas; por eso, algunas explicaciones sin variantes —y que afectan muy poco el contenido “ted- rico"— han recibido el simbolo a”. El lec- tor “que tenga prisas por llegar al meollo” puede saltarse las notas al pie de pagina y e508 parrafos “de lectura’. DC ¢ Introduccién Prdélogo a la edicién espafiola Rara vez le ocurre a un autor traducir su propio libro, y tanto menos entre dos idio- mas ajenos a su lengua materna. En la primera parte, aproximadamente un tercio del libro, me valf de las notas de Carlos Donis, de Leén, sobre la antigua version inglesa; y permitanme expresarle aqui mi profundo agradecimiento por su trabajo y mi admiracién por su dedicacién al noble juego. Fue el primer intento de traducir el libro y no se materializé por... las olas de la vida. Aprovechando la nueva ocasion que se me ha ofrecido, me he per- mitido hacer una interpretacién que cam- bia ligeramente la Ultima version inglesa para adaptarla al ambiente espafiol. Por lo contrario, para ciertos dichos, proverbios y expresiones del inglés britdnico (0 de otro idioma) no busqué equivalentes en la rica tradicién de los refranes espafioles —por- que podian tener connotaciones distin tas—, sino que los traduje literalmente, tal vez aftadiendo una aclaraci6n a pie de pagina. La presentacién del libro es bastante de- tallada en la seccién siguiente, y esto se debe al didlogo con los recensores del pa- sado. E| deseo del autor es cambiar la perspecti- va de los jugadores sobre el «dinamismo», igualando esta entidad abstracta con la cuenta material en puntos y con otros elementos, mds 0 menos cuantificables © estables, que apoyan la evaluacién de una posicién de ajedrez. En otras palabras, quiero enfocar el dinamismo como una caracteristica de la posicién. Aunque esta caracteristica es volatil, es asimilable con una “cantidad” o "medida” que varia con- tinuamente, y no solo por las “chispas del momento’ o por ’erupciones combinato- rias’. Quiero dotara esta entidad, refrenda- da cada vez més por el ajedrez moderno, el peso que se merece. Prélogo a la primera edicién en inglés (ligeramente adaptado) Debo empezar por confesar que nunca he escrito un prdlogo, y por lo tanto no tengo ni idea de qué deberia contener. Era mas sencillo antes de que sacaran a Stalin del mausoleo, cuando habia que mencionar al Gran Padre del Gran Pais Vecino, 0 incluso més tarde, cuando la contrasefta rumana habfa cambiado a Genio de los CArpatos (el presidente Ceausescu). Ni lo voy a utilizar para —con un aire de suficiencia— felicitarles por la acertada eleccién que representa la lectura de este libro, aunque creo que les gustarén sus partidas, sea cual sea su nivel de juego. Dentro de las notas y comentarios he tra- tado de poner de relieve los aspectos «di- 9 Introduccién ndmicos» de la estrategia y diferenciarlos por medio de un «potencial abstracto e incalculable», en un intento (necesaria- mente optimista) de explicar toda la selva de una batalla de ajedrez en unas pocas lineas. En la apertura se necesita desarrollar, con el fin de aumentar el potencial ofensivo y defensivo de sus piezas. He ampliado este principio obvio para cubrir todas las fases del juego. En el ajedrez moderno, dejando de lado la preparacién casera, tenemos cada vez menos movimientos de ataque o defen- sivos, en detremiento de cada vez mas y més jugadas neutrales. ;COmo podemos utilizar esos movimientos? Los clasicos tienen una respuesta: “mejo- rando la posicién’, Muchas gracias! Este concepto tiene todas las cualidades de un discurso digno de un abogado: es arcaico, superfluo, estatico e irrelevante. A menudo entra en conflicto con los mismos principios clasicos, asi como con la necesi- dad del combate jugada a jugada. ZEs posible obtener la iniciativa de la nada? Por otra parte: es posible perderla sin explicaciones? Cada movimiento del adversario cambia la posicién, aunque no suponga en abso- luto una amenaza. Dejando de lado a los programas, los jugadores de ajedrez tie- nen opiniones muy poco comunes acerca de lo que implica la mejora de la posicion. Mas atin, cuando se trata de gquién tiene la iniciativa? O bien gcudndo y por qué se evapora? Esta es la zona de penumbra de la estrate- gia ajedrecistica. La opcién de elegir entre una buena po- 10 sicidn que no puede ser mejorada y una mala posicién que puede ser mejorada sustancialmente también es bastante mo- derna. He tratado de dar otro punto de vista sobre el significado de malas posi- ciones y jugadas tranquilas a través del nuevo concepto de «potencial dinamico». A pesar de que “dindmico" y “potencial” se utilizan en su sentido natural, las seccio- nes te6ricas del libro darén al lector una mejor comprensién de mis ideas acerca de ellos, Estos debates pueden ser a veces un poco pesados, espero que el lector tenga paciencia conmigo y asi los dos llevare- mos la nave a buen puerto. La combinacién de la filosofia de ajedrez con el ajedrez practico es una tarea dificil, tanto ante el tablero como por escrito. Es- pero que el lector no solo perdonara los errores ocasionales, sino que también, co- rrigiéndolos, crearé 0 mejorara su propia estrategia especifica. Sé lo dificil que es romper con el dogma. Ademés del caréc- ter personal de algunas partidas memora- bles y de las ideas, nuevas en su tiempo, en algunas aperturas, todos mis esfuerzos se han dirigido a fomentar este cambio. Pido disculpas a aquellos. los que algu- nas de las explicaciones o repeticiones del texto les parezcan triviales, tanto més cuanto se supone que este no es el pri- mer libro de ajedrez que usted va a leerse. Para decirlo de manera més explicita, este libro no es un manual de ajedrez y no se recomienda a los nifios, a menos que sean prodigios. Por supuesto, a los padres po- tenciales de los prodigios ajedrecisticos se les recomienda la lectura de este libro antes de (o en lugar de) la concepcién. El libro fue pensado para jugadores por encima de, digamos, 1900 puntos de Elo FIDE 0 su equivalente. Excepcionalmen- te, el rango de su fuerza podria ser me- nor, si se resarcen puntos por paciencia y una cultura ajedrecistica por encima de la media de ese nivel. Si usted pertenece a e esta categoria, mi libro puede ayudarle a ordenar sus conocimientos para hacerlos mAs eficientes y optimizar la agresividad de su juego de un modo adecuado. Este libro podria ser mand del cielo para los ju- gadores entre 2000 y 2350, en el proceso de digestion de las reglas y de cristalizar sus conceptos estratégicos. Ciertamente, puede ser titil y divertido para los jugado- res de mayor puntuacién. El autor no se puede cargar con toda la responsabilidad de organizar el motin en contra de la estrategia clasica. Otros que aparecen en la acusacién son: Ray Keene y Paul Lamford, quienes me animaron a empezar y me dieron asesoramiento téc- nico; Bob Wade, quien fue de gran ayuda en la recopilacién de material; y mis vie- jos amigos “Papa José” Joseph Siroker) y “Sanducu” (Alex Elian). Los dos ultimos me ayudaron a darme cuenta de mi propésito —escribir para los ajedrecistas entusiastas y con mente inquisitiva—. Circunstancias agravantes, por ayudar a que el mensaje sea mas claro, se pueden aplicar a “Bob” (Robert Patrick Thackway), quien se adue- iA6 de la tarea de reformular mi inglés®. 0 Nota del autor: Me refiero a la segunda edicion inglesa. Introduccién " ¢ CAPITULO | El regreso de la estrategia dinamica Han transcurrido mas de 20 afios desde que se reunieron en un libro algunas opi- niones sobre la estrategia, intercaladas con 36 partidas selectas. Me siento feliz por ver cémo, en la mayoria de los casos, las ideas que aventuré entonces atin si- guen frescas. La proliferacion del adjetivo dinamico, desde los comentarios a las partidas has- ta en los titulos de algunos libros y, mas 0 menos, en mi acepcién, da buen testimo- nio de ello. Lo mismo sucede con los movimientos no clasicos, bajo la sospecha vehemente de herejfa que quise resaltar. La revolucién de la informética impone cambios notables en la teoria de nuestro juego, pero “las aguas se van, mientras las piedras siguen en sus sitios": la esencia de mis ideas todavia permanece alli. Por supuesto, “el tiempo es el padre de la verdad” (jsobre todo cuando se comple- menta con un motor de ajedrez fuerte!) Por eso, cuando mi evaluacién necesitaba una correccién, obedeci humildemente. Muchos anilisis se han hecho mas profun- dos y todas las variantes son mas dignas de confianza. Aparte de una minima preferencia, inevi- table en un libro tematico, mi enfoque es- 1 Nota del autor: Dicho inglés, taba destinado a ser objetivo. El libro Estrategia dindmica del ajedrez lo publicé Pergamon Chess con algo de retraso, posiblemente debido a mi torpe inglés, al deceso de su magnate, Maxwell, y a otras calamidades. Un observador atento notard, en este nuevo libro, una variacién de tono —a veces menos mor- daz, otras, mas—. Esto se debe no solo al paso inexorable de los afios, sino también al cambio de régimen de mi pats, ya que el primer manuscrito se entregé cuando mi autocensura estaba mas alerta. Los siguientes amigos de mi entorno ajedrecistico de aquellos dias no recibie- ron mencién alguna en la primera edi- cién, para evitarles posibles problemas: el “Padre Serge” (MI Sergiu Grinberg), el “Padre Mihaila” (MI Mihai Ghinda), el “Pa- dre Valisor” (MI Valentin Stoica), Mirciulica (MI Mircea Pavlov) y Costica (GM lonescu Constantin). Ellos pueden considerar que han contribuido a esta obra, porque tomé en préstamo aqui muchas de sus ideas y expresiones. Gran parte de mi experiencia ajedrecistica también se forjé en su com- paiila. Aunque alguno de ellos desempe- fie —en algtin momento del trayecto del libro— el papel del malo de la pelicula, les estoy agradecido a todos y les dedico el si- guiente refran: “Escribe en arena las faltas de tu amigo y talla en la roca los favores que te haga’, 13 Elregreso de la estrategia dindmica Terminé el libro en 1989 durante una es- tancia en Bruselas. En aquel momento, el campeon belga, Luc Winants, que tenia una copia del manuscrito, se mostré muy entusiasmado con el resultado. El fue el primero en decir que no se habia publica- do nada asi desde Mi sistema. Chismes, chistes y polémicas La frase siguiente no debe ser interpreta- da sino por la fluidez de esta seccion. "Que Dios me libre de la critica, que con la autocritica voy a tratar yo!" En Amazon-punto-com, un “revisor” de seudénimo muy gracioso recomienda el libro a los que les “gustan més las palabras que las jugadas”. De hecho, me convencid de poner aqui un javiso de poco ajedrez! para los lectores que no quieren soportar mucha controversia, Simplemente, pue- den saltar esta verborrea e ir a la seccion anterior, que es mucho mas organizada y concisa. Yo habria suprimido esto por completo, si no fuera por otros revisores con un gusto bastante opuesto. En primer lugar, me permito devolverle el favor a ese critico de gracioso seudénimo: “{Puedo sugerirle, a mi vez, Sr. Monstruous, una pequena cosa... una base de datos, tal vez?". 2El huevo o la gallina? Durante la década de los 80, cuando la escasez de alimentos en los “paises so- cialistas” se hizo mas evidente, un oyente Ppregunto a Radio Erevan’ la antigua pa- radoja filoséfica:“;Qué fue antes, el huevo olagallina?’:La respuesta no tardé mucho 2 Nota del autor: Escenario frecuente en los chistes del bloque comunista, 14 en aparecer: “Estimado companero, jantes habia gallinas, y huevos, y de todo!” Para dar a la estrategia un propésito préctico, vamos a tratar de responder a la pregunta: «¢Qué viene primero, el ase- soramiento de la posicién, o encontrar la mejor jugada siguiente?». Desde los co- mienzos del ajedrez culto, un jugador tiene dos maneras de observar una posi- cién: analitica (0 empirica) y sintética. El enfoque analitico/empirico en el ajedrez se llama, simplemente, cAlculo de varian- tes. El enfoque sintético se inicié mediante la generalizacién de los elementos que se repiten con frecuencia, movimientos tipi- cos de apertura 0 de final. Luego, lo mis- mo se extendié al medio juego, es decir, clasificando las estructuras de peones y tipificando los planes subyacentes y una cartera de entregas frecuentes. Para varios. conjuntos de posiciones, los patrones aso- ciados parecen obedecer a una causalidad cientifica entre el aspecto exterior y la ne- cesidad interna de cada posicién, y estos patrones fueron promovidos a rango de principios. Esto result6é ser un buen mé- todo para ayudar a los jugadores débiles hacerse més fuertes, y para obstaculizar el progreso de los jugadores fuertes. La ex- plicacién es muy sencilla, ya que los pri cipios pueden funcionar la mayoria de las veces, pero no siempre. Me gustaria librar- me de la palabra sentenciosa “principio” y extender “concepto estratégico’, para incluir “principios considerados con poco respeto” Todos los conceptos y modelos aplicables a una posicién nos dardn una evaluacién resultante; y conocer los pla-~ nes tipicos en una posicién determinada nos permite considerar configuraciones “en proceso”, La accion de prever y evaluar las variantes emergentes, esencialmente diferentes de la posicién inicial, también se llama «evaluacion dindmica» (por ejem- plo, A.V. Lysenko en La evaluacion de una posicién, un librito interesante que ha ins- pirado un par de citas en esta pagina). Por DE favor, no se confundan con las posiciones que se pueden visualizar cuando se calcu lan variantes, pues la evaluacion dinémica se basa en los planes tipicos y los movi- mientos que ya sabes. Regresando a nuestra pregunta, si en- contramos la mejor jugada utilizando el método “Si hago esta, él hace esta otra... y asi sucesivamente’, la evaluacin de los resultados puede ser mucho més facil y clara. De lo contrario, si somos capaces de evaluar la situacién, eso reduciré dréstica- mente el subconjunto de los movimientos posibles. Por otra parte, si se reconoce un objetivo y se puede trazar un plan correc- to, el siguiente paso, la jugada, como una parte ldgica del plan, sera bastante més facil de identificar. No podemos dar una respuesta que se adapte a todas las posibilidades, ya que casi son innumerables. En realidad, lo que hacemos son dos o tres cosas al mismo tiempo, ya que estn intimamente ligadas. Por lo tanto, la respuesta se convierte en un estudio casi de caso por caso. Depen- de del tiempo que cada jugador le pueda dedicar a la tarea y, sobre todo, de su eru- dicién ajedrecistica. Dele a un buen gran maestro (= 2600 Elo) 100 posiciones de medio juego escogidas al azar, y en mas de 90 de ellas encontrara uno de los mejores movimientos al instan- te. Dele més tiempo: podra resolver dos tres mas y evitard otros dos o tres errores directos. Por otro lado, con mas tiempo de reflexion (pero no el suficiente) creo que empeorara dos 0 tres de las opciones in- tuitivas que escogié al toque. Esta parado- Ja de la guerra la expres6 de forma concisa el general Suvorov’:"Una sabiduria es sufi- ciente, una y media es peor’, 3. Nota del autor: General y mariscal de campo (Feldmarschal) ruso del siglo XVIIl que nunca perdié una batalla Elregreso de la estrategia dinémica Volviendo a nuestras estadisticas, nos queda hablar sobre el 7% de los casos en los que el maestro tiene menos probabi- lidades de encontrar uno de los mejores movimientos. Una complejidad contra- dictoria de la posicién o algunos “falsos amigos” —ya sean creados por la casua- lidad, ya por el juego astuto del adversa- rio— son los causantes habituales de las decisiones equivocadas. En teoria, ese 7% deberia reducirse considerablemente si las posiciones tienen una cierta continui- dad en la mente del maestro (por ejem- plo, cuando ha jugado las partidas desde el principio). En realidad, debemos hacer un descuento més serio esta vez, debido aque el mismo plan, que se esta ejecutan- do, puede ser erréneo, lo que empuijaria al gran maestro a ir de mal en peor. Todavia no hemos observado los factores psicol6- gicos, ni cuando un jugador esta profun- damente involucrado en un plan (pues tiene menos probabilidades de darse cuenta de detalles casuales o de un posi- ble contrajuego del adversario), ni cuando juega conscientemente una jugada que no pertenece a las mejores. En un medio juego complejo, “la cuerda floja”se mueve entre un 5 y un 10%. En un medio juego ms claro, un final simple o en las aper- turas del chef habré menos movimientos. expuestos al error. Esta es una estimacién en condiciones “normales", ya que no hemos considerado la presion del tiempo o el rival real, dos elementos que pueden afectar a los calcu- los anteriores con marcas muy personales. Dicho esto, la intuicién de un gran maes- tro de = 2600 le hace “adivinar” una de las mejores jugadas en posiciones desconoci- das casicon la misma eficacia que su intui- cién / imaginacién + calculo va a lograr en una partida real, Por eso muchos de esos grandes maestros prefieren ponerse en el punto de vista de los espectadores. La intuicién se basa en conceptos estraté- 15 El regreso de la estrategia dinamica gicos y en patrones conocidos, Aquellos que niegan cualquier valor a la estrategia y reivindican el enfoque puramente anali- tico no son conscientes o mienten. De he- cho, en el caso de los buenos jugadores, ya han asimilado muchos conceptos y han comprometido su memoria con muchos patrones. Sin esas cosas alll, de antema- no, nadie puede calcular un par de movi- mientos, y cualquier jugador se reduce a un principiante sin esperanza. Bajando en una parabola, de 2600 —por decir algo— a 1800, nos quedamos con un porcenta- je mucho menor de acierto de la mejor opcién. Incluso los movimientos buenos podrian deberse a la casualidad (estan integrados con intenciones equivocadas, apenas llamadas “planes”). Esto no se ex- plica, como la mayoria cree, por un célcu- lo torpe. Bronstein mantenia, con ufas y dientes que “Botvinnik no podia calcular mas de dos movimientos”*. Sin embargo, el“mago de Riga” (Mijail Tal) quedé impre- sionado por el poder de abstraccién ejer- cido por el “patriarca’, que resumio una situaci6n compleja en pocas palabras. Por el contrario Tal, después de un cdlculo dia- bélico, la malinterpret6. Presentamos uno de los momentos criticos de la novena partida del Campeonato del Mundo en- tre Tal y Botvinnik (1960). Qué va a jugar? No compruebe las soluciones (al final del libro) antes de formarse su propia opini6n. Véase el diagrama siguiente La intuicién de los jugadores de menor ca- lificacién se basa en un menor numero de conceptos y patrones (0 peor digeridos). A fin de calcular, primero hay que saber lo que se debe calcular. En el caso de que un jugador de 2000 Elo calculara 10 veces més rapido, su clasificacién no subirla mas 4 Nota del editor: Algo que el mismo Botvinnik Feconocié en sus andlisis a la partida que perdié contra Reshevsky en Mosc, 1955, cuando, tex- tualmente, afirmé: "Parece que necesito mejorar mi juego en variantes de dos movimientos'. The Inner Game of Chess, Andrew Soltis, 16 Ejercicio 1 LI de 50-100 puntos (y eso, principalmente, gracias al ahorro de errores en apuros de tiempo). Vamos a ver cémo describe Karpov el pen- samiento cuando se juega al ajedrez: “Digamos que lo enfrentan a una posicién que no conoce. {Qué se debe realizar en primer lugar? Usted debe evaluar la posi- cién correctamente para determinar qué bando esta mejor. A continuacién, debe concebir ciertos planes de juego posibles. Entre ellos, usted puede elegir el que con- sidere éptimo, fundamentarlo_ técnica~ mente y consolidarlo mediante el célculo de variantes. Al final, va a comparar las va- riantes, para decidir si va adoptar o recha- zar el plan que ha considerado éptimo’, La simple descripcién de Karpov puede despertar la admiracién esotérica de mis criticos. Por ejemplo: jistud frivulum est!*, sobre todo a los fanaticos de la tactica, que no reconocen el caracter légico y el flujo del pensamiento ajedrecistico. Karpov probablemente tenia en mente un medio juego complicado. Para elaborar un plan se debe asociar la posicién dada a un modelo deseado, y luego considerar una imagen idealizada 5 Nota del autor: Esto es trivial (en latin) de nuestra posicién. En el caso de Karpov, el patron es proba- blemente més abstracto, por ejemplo: dominacién de las casillas blancas, y su estilo ideal, mas cauteloso; mientras que para Kasparov, el patron podria ser una partida que habia analizado, y el estilo de su ideal, mas agresivo. Cuando el plan esté listo, nosotros trata~ mos de que sea técnicamente perfecto: encontrar el mejor orden de jugadas y en- cajarlo con las acciones mas probables del adversario, mediante una comprobacién de las variantes concretas. Veamos ahora el mismo proceso “trivial” descrito por algunos jugadores en el otro extremo del escalafén (1000 puntos de Elo por debajo de nuestro invitado anterior): El seor Leonel Bravo: Si la posicién es de apertura o de final, intento asociarla con algo que conozco, con un patrén. Enton- ces, imagino un plan de ataque. En el me- dio juego, la mayoria de las veces creo que estoy mejor, pero muy rara vez puedo en- contrar un camino ganador, Mas a menu- do, realizo un montén de cdlculo estéril y, luego, el apuro de tiempo melo echa todo por tierra’. La seftorita Trémula Panitsky:"Trato de an- titsipar las amenasas del adversario 0 sus planes y convertirlos en inviables. Siempre evalio mi pozitsién como mas peor y veo fantasmas por todas partes. Esto me per- mite jugar sdlido, y... ofrecer remis" La sefora Encanto Induccién Espantalefo: “Estimo mi posicién positivamente cuan- do juego contra socios que estimo nega- tivamente. Esto me ayuda a ser agresiva y encontrar estupendas combinaciones. Cuando juego contra socios més fuertes, sucede todo lo contrario. Ellos parecen saber leer mis pensamientos, me siento Elregreso dela estrategia dindmica embrujada y no puedo ver nada. Al com- parar mis partidas contra estas dos cate- gorias de jugadores, parece increible que las haya jugado la misma persona. Debe haber algo fuera de lo comprensible. Creo en la hipnosis!". Est invitado a evaluar cada posici6n, imaginar un plan razonable y encontrar la mejor jugada. Una vez haya terminado, no se olvide de volver a evaluar la posicién resultante, idealizada por su movimiento, y repensar su plan inicial, establecer las mejores ubicaciones para sus piezas cla- ves y el mejor orden de movimientos para llegar ala configuracién deseada. Si usted experimenta problemas con esta tarea, 0 con otras decisiones ante el tablero, pue- de intentar servirse de la actitud de Leo- nel, Trémula o Encanto, alternativamente. Ejercicio 2 En este ejemplo, el turno es de las blancas (como aparece a la derecha del diagrama). {Qué haria usted? Un gran maestro de renombre calificé el potencial dindmico de misterioso. Esto se repitié en varias ciberpaginas de clubes de ajedrez en sus comentarios a una de mis partidas (la n° 5). EI GM seguramente pagé un elogio esoté- rico (japuesto a que lo intenté y lo com- probé con algunas damas!). Mi respuesta 7 El regreso de la estrategia dinamica laica es la siguiente: Mil gracias, mi amigo, y a ganar otros tantos torneos, vamos! Ejercicio 3 nd eee? De lo que no estoy tan seguro es de si los comentaristas de las paginas de los clubes captaron el sentido correcto, o si habian lefdo el libro y excluido la aceptacién del adjetivo por parte de Nimzovich, como en la torre misteriosa (una sutil jugada de torre, al parecer ininteligible). {No vuelan todos los encantos (de las damas) Al simple toque de la fria filosofia? Los paréntesis son mios; los versos, de John Keats®. El atributo “ininteligible” no es posible que se una a un concepto autodefinido (a ve- ces llamado simplemente “potencial”). Por otra parte, hay varias consideraciones, tal vez demasiadas, explicitas o implicitas en el libro sobre cémo entender este con- cepto aplicado al ajedrez. Me gustaba mas el misterio primario per- dido de la posicién inicial, tan formidable hace un siglo’, como se lamentaba un ver- dadero experto, mi amigo Yuri Razuvayev, 6 Nota del autor: Dela obra Lamia, 18 en el libro La preparacién de las apertu- ras (de Dvoretsky y Yusupov). Sin embargo, el lector —cuyo anhelo sea recibir buenos consejo de ajedrez y me crea en lo referente a las damas—no debe tratar de utilizar “misterio primario”, a me- nos que escarbe hasta llegar a decir, por ejemplo, “misterio primaveral’, A riesgo de repetirme a mi mismo y de caer mal a mis amigos, he aprovechado la oportunidad de una segunda introduc- cién para explicar el “prélogo primario” No hay ningun misterio que cada movi- miento, ademas de cambiar el aspecto visual de una posicién, aumenta o dismi- nuye la capacidad general para actuar o reaccionar. Imaginelo como una energia latente y el ABC de la fisica hard el resto. Afortunadamente, no tenemos los instru- mentos para medir la variacién de este potencial. De todos modos, cuando pen- samos en un movimiento o en un plan solo la consideracién de esa energia pue- de hacer que valga la pena un segundo pensamiento. El atributo “dindmico’, en el ajedrez, en la fisica y en muchos otros dominios suele ser opuesto a”estético”y esta muy relacio- nado con la temporalidad. Piense en los movimientos de apertura. Al desarrollar las piezas se aumentan sus energjas. En muchas aperturas, casi no importa lo que haga el adversario. Saque sus piezas fuera y enroque. No puede ha- cer grandes cosas antes de tener un cier- to grado de desarrollo. Se ha demostrado que establecer un centro de peones o ejercer un buen control central es un buen guardian contra las sorpresas. En esta fase del juego, la mayoria de los movimientos servird tanto a propésitos agresivos como defensivos. Al desarrollar las fuerzas no solo consi- gue mejores premisas para actuar, sino también para reaccionar. En una fase mas avanzada del juego se puede jugar estric- tamente de modo ofensivo o defensivo segtin el equilibrio misterioso de Steinitz. Un movimiento con pretensién ofensiva puede disminuir las posibilidades de de- fensa, pero es posible ganar la iniciativa o una ventaja concreta. Ejercicio 4 Las jugadas de retirada nunca pareceran pertenecer al “desarrollo” y es menos pro- bable que un jugador las considere, ya que disminuyen las perspectivas inmediatas de ataque. Sin embargo, estos movimien- tos pueden reducir significativamente la energia opuesta o, de lo contrario, pueden aumentar el potencial de reaccién contra los intentos de ataque del otro. Con fre- cuencia pueden ser simplemente pream- bulos de rupturas tematicas. Véase el diagrama siguiente Un movimiento de retirada puede ser solo el comienzo de una maniobra “de recicla- Je” de esa pieza a una"vida nueva y mejor’, © una reorganizaci6n de las fuerzas para una mejor eficiencia en el futuro. El regreso de la estrategia dindmica Ejercicio 5 La fuerza total acumulada por las piezas genera una energia potencial y la dife- rencia hasta el equilibrio puede ser el equivalente (todavia por encontrar) de un peén, de una torre 0 del jaque mate. Desde estas lineas, uno puede entender la acumulacién de potencial como un desa- rrollo generalizado. Nosotros lo llamamos potencial dindmico y un juego que, a pe- sar de los valores estaticos, esta destinado a mejorar la relacion de este potencial: juego dindmico. Estrategia dindmica es una parte de la es- trategia moderna, que confiere més pre- ocupacién al juego dinamico, en lugar del material, del espacio, de los puntos débi- les, etcétera. 19 Elregreso de la estrategia dinamica Algunos consejos para entrenadores Muchos jugadores necesitan saber lo que estén haciendo, de lo contrario los princi- pios pueden actuar sobre ellos como fre- nos mentales. Cuando escrib/ la primera edicién del libro no pensé mucho en su impacto pedagé- gico. Solo consideré una breve mirada cri- tica sobre la estrategia clasica, para poder advertir al lector sobre las exageraciones, los dogmas y los consejos indiscrimina- dos 0 confusos. Me sentia feliz con poder construir una miniteoria para organizar es- tas observaciones y mi experiencia. Mas tarde, entrenando a jugadores de club (entre 1900 y 2200), me sorprendié lo facil y eficaz que adoptaban mis concep- tosy la terminologia. En un pueblo de Cataluria (Valls), duran te la temporada de los campeonatos por equipos, habla un “dia de juicio” después de cada encuentro. Me percaté de que los peores errores se producian en las posicio- nes en que se disponia de una serie de con- tinuaciones prometedoras. Por ejemplo: Entrenador: ;Consideraste esta idea, Xis- co? Francisco (alumno): Por supuesto que si, pero esto dejaria al las negras con una ma- yoria en el ala de dama. E: ;Probablemente le des jaque mate al otro lado! ‘Az iCollons’t, zy si el cabrén no me deja? E:T no debes preocuparte, segtin la nue- va aritmética’, estés mejor de todos mo- 7 Nota del editor: En catalén, literalmente, cojones. 8 Nota del autor: El valor intrinseco de una mayo- ra, explicado a continuacién. 20 dos, debido a que tu mayoria de peones tiene 4 peones, mientras la del otro solo tiene 3. OK, jolvidalo! Qué hay de esta otra? A: Me negué porque no me gusta separar- me de mis dos alfiles. E.: jLos gustos no se discuten cuando ga- nas dos peones! ASI, pero jdos alfilest E. iCollons!, pero jdos peones! Etcétera. Finalmente, cansado de rechazar las ideas buenas, Xisco jugé un movimiento “nor- mal" que, al parecer, no contravenia nin- guin principio. Luego perdié la iniciativa y, finalmente, la partida. A partir de ese periodo, presté la maxima atencién a la prosa de entrenador, jevitando cualquier frase que pudiera sonar a regla! La estrategia no debe impartirse, ni perci birse como un sustituto de la “verdad ulti- ma’, sino como un organizador que con- vierte una masa amorfa de percepciones en una coleccién. La estrategia situa un arsenal de armas efi- cientes, tanto en nuestra conciencia como (icon suerte!) en nuestra mente subcons- ciente; y cuanto mejor es este arsenal, me- nos superficiales serén las evaluaciones de las configuraciones actuales y de las emer- gentes. Al asociar el aspecto general de una posicién con algunos conceptos, el conocimiento estratégico establece las bases para la construccién de planes ade- cuados. Mas polémica Los criticos de ideas conservadoras pue- den ser sutiles: “No es necesario cargar ningun nivel de nuestra mente subcons- ciente con reglas superfluas. Solo las re- glas que no sean deducibles de los prin- cipios pueden mejorar nuestra erudicion’. Hecho simple: “Mientras que es util saber de memoria cudnto es 9 x 9, tiene algun sentido saber que el resultado de 19 x 19 es 3612” Aparte de darle consejos, no puedo arries- garme a ponerle normas al lector, y él juzgard los superfluas, obvias 0 deduci- bles que son mis sugerencias, después de leerlas. La simple pregunta anterior es mas simple de contestar: “De acuerdo con esta légica, uno no necesita conocer la tabla de multiplicar en absoluto, basta que se reite- rela suma’. Gracias a Morphy, se hicieron transparen- tes varias ideas sobre el dinamismo, pero los “posicionistas”® (Steinitz, Tarrasch, Ru- binstein) les restaron importancia. Un en- foque més consciente se presenté con los “hipermodernistas" (Breyer, Reti, Griinfeld, Nimzovich). Los criticos que han calificado mis ideas, como hipermodernistas podrian tener una excusa. Es cierto, me habia entusiasmado con muchas ideas hipermodernas a la vez que me mostraba indulgente con sus limi- taciones. Los que tienen algo que decir, en el marco de una teor'a establecida, deben asumir el conflicto entre sus pretensiones eclécticas y sus propias opiniones. Los ini- cios y las tendencias hipermodernas me gustaron. Representaban una evolucién natural del juego, sin reglas ni principios, hasta negar a constituirse en un sistema o 9 Nota del editor: Al igual que en la Europa de los ismos (modemismo, cubismo, fauvismo..) sus representantes eran istas (modernista, cubista, fauvista..), tiene sentido que la escuela de los jugadores que juegan seguin los requerimientos de la posicién sean reconocidos como posicionis- tas, El regreso de la estrategia dindmica en una escuela, sino més bien se manifes- taban como una actitud antidogmatica. Sus normas se orientaban también hacia la actitud —el espiritu de una estratage- ma era casi mas importante que la propia estratagema—. Estas tendencias, 0 toda la corriente, fue- ron luego —poco a poco— monopoliza- das por Nimzovich, quien los convirtié en un sistema —su sistema—, y, olvidando el manifiesto de Reti, se deslizé de nue- vo hacia unas conclusiones estaticas y de dogmatismo despético. Sus respuestas a los criticos son atin mejores que el mas famoso escrito producido por un primer ministro britanico’’. En su primera obra, Nimzovich es casi siempre progresista. En la Praxis..." repe- le a sus lectores desde el principio: “Nos hemos abstenido de alabanza propia, porque hemos llegado a la conclusién de que esta debilidad, heredada del deno- minado perfodo clasico, esta tan fuera de lugar como, por ejemplo, 3 ... c5?? y otras variantes que en su momento recibieron suficientes elogios hasta encumbrarlas en los cielos. E! autoelogio solamente es admisible cuando el merecido reconoci- miento se niega injustamente’, Hoy en dia, su reconocimiento, supongo que a este se referia, es universal; una las- tima que no oculté su neuropatia adénica. 10. Nota del autor: Lady Astor: Winston, si yo fuera tu esposa, ite pondria veneno en el café! Churchill: Nancy, si yo fuera tu esposo... jte to~ maria! El secreto de las famosas respuestas de Chur- chill puede encontrarse en otra anécdota:

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