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ESTUDIANTE: CARNÉ:
LICDA. PAIZ
COORDINADOR
A continuación se presenta
OBJETIVOS ESPECIFICOS.
1) Concientizar en los temas del poder, lo estado y los sistemas políticos, tanto en la
historia como en la actualidad e Guatemala.
Martín Baró, apoyándose en la definición clásica de Max Weber, dice: El poder permite
a quien lo posee imponer su voluntad a los otros según tal concepto, el ejercicio del pode r
permite inducir con orientaciones determinadas, ciertas conductas hacia fines provistos,
es decir que impone una dirección concreta a la acción y determina en considerable grado
los elementos constitutivos de la misma.
El poder, es el elemento formal, sin el cual no sería posible la existencia del Estado,
ni cumplir con los elevados fines que le están encomendados. Aunque haya algunos
idealistas que establecen que el poder puede ser sustituido por una etapa de cooperación
libre histórica y políticamente está demostrada la necesidad de poder, como garantía de
la eficacia del ordenamiento jurídico y de la conveniencia social.
La fusión del poder público consiste, en primer lugar en formular mandatos exigiendo
que se realicen o no actividades en tal o cual sentido, para la conservación del Estado y
para el logro de sus fines, la función que corresponde al gobierno; y en segundo lugar, en
organizar los servicios públicos destinados a ayudar a suplir la activad de los particulares
envista de la obtención del bien público, función que corresponde a la administración
pública.
El poder público, puede definirse como una fuerza nacida de la voluntad, destinada a
conducir al grupo en la búsqueda del bien común y capaz, cuando el caso lo requiera, de
imponer a sus miembros la conducta que él ordene.
PODER POLÍTICO
Es la capacidad de un grupo o individuo de modificar la conducta de otros con el fin
de hacer posible la convivencia humana.
Es la coacción por su fuente, ya que la coacción tiene su origen en el sujeto mismo que
ejerce la fuerza, mientras que la coercibilidad tiene su origen en el sistema jurídico. Es
por ello que la coercibilidad y la heteronomía, entendida ésta como el hecho de que la
fuente de producción de la norma es distinta tanto de los órganos que la aplican como de
los sujetos obligados por la misma, se encuentran, como atributos del derecho,
estrechamente vinculadas.
La regulación del ejercicio y control del poder político corresponde al sistema juríd ico,
el que resulta de las capacidades de autodeterminación y autolimitación que tiene el
pueblo. “Al quedar el poder sujeto al derecho, queda asegurado por un eficaz control
jurídico”, señala Francisco Rubio Llorente.
a) El Poder Legislativo tiene como principal función elaborar las leyes que estructuran
al Estado, a sus órganos, dotarlos de su regulación y establec er sus relaciones entre sí y
con los ciudadanos.
Es mediante la distribución de competencias entre los órganos del Estado creados por
la Constitución, acabada de exponer en términos generales, que el poder político queda
determinado dentro del ámbito jurídico, establecido en el momento mismo de la cre ación
de la norma fundamental. Por lo tanto, se circunscribe a las funciones previstas, y su
ejercicio corresponde a los órganos constituidos conforme a los contenidos y
procedimientos establecidos, en congruencia con la Constitución y el resto del orden
jurídico.
ESTADO
Independientemente de las concepciones teóricas, consideramos que el Estado es una
realidad social, y a ella corresponde una realidad jurídica, con características específicas,
que son:
c) Un orden jurídico;
e) Un gobierno.
Además de lo anterior, los autores coinciden en que el Estado tiene fines y, aunque no
son elementos que lógicamente formen parte del concepto, sí son constantes y, en últ ima
instancia, pueden identificarse con el bien común, la felicidad de la sociedad, la justicia
social, etc
Para Juan Bodino el Estado es “un conjunto de familias y sus posesiones comunes
gobernadas por un poder de mando según la razón”.5 En el siglo V, Agustín de Hipona,
escribiría postulados de teología política que perdurarían hasta la alta Edad Media de la
ekklesia, su percepción del estado es semejante a la ciceroniana: “una muchedumbre
humana dotada de razón y unida por lo común de las cosas que aman”. El Estado lo es de
derecho por definición, de no ser así, deja de serlo. Un Estado sin derecho es una
arbitrariedad y un derecho sin Estado será apenas un convencionalismo sin obligación de
cumplimiento.6 La Teoría del Estado trata de hacer algo más que explicar al Estado, sus
instituciones, las relaciones de éstas con los gobernados y la de los gobernados entre sí;
trata al mismo tiempo de extraer del estudio científico del presente las pautas para el
futuro. Lo hace en función de los valores. Debe ser entendida como una disciplina
científica, crítica y comunicativa, que genera una prospectiva de futuro en el que se
intenta una organización racional de la sociedad humana en su carácter político. Esa
organización racional incluye, tres fundamentos elementales: El aumento progresivo de
la libertad, la igualdad y la seguridad. Es decir que, la teoría del estado tiene un fin
específico: la superior realización de los individuos en comunidades libres. La doctrina
tradicional o clásica que estudia al Estado, se denomina Teoría General del Estado, o
simplemente Teoría del Estado. Esta denominación fue desarrollada a partir del siglo
XIX, que culmina en la obra clásica de Jellinek. El término “general” aplicado a la teoría
nos lleva a afirmar que, la teoría del estado, no se propone estudiar al Estado de un modo
absoluto, porque su característica histórica es variable y ofrece diversas peculiaridades
que impiden el carácter de universalidad, por ello no puede generalizarse un sólo
conocimiento político sistematizado.
Definir el origen del estado es una tarea muy compleja ya que es una categoría histórica
no existió siempre tampoco se puede pretender que es para siempre desde tiempos
antiguos se ha tratado de resolver su origen hoy en día es un objeto de estudio que
previamente la filosofía se encarga de investigarlo.
La existencia del estado ha sido desde hace mucho tiempo motivo de investigación y
estudio sin duda porque su existencia se hace sentir en todos los aspectos de la vida
individual social. El estado al igual que el derecho es garantía para la realización de los
más importantes valores colectivos el derecho mismo como instrumento regulador de la
conducta humana es decir el derecho tiene mutua relación con el origen del estado de que
Ambos son una entidad trascendente en la vida del hombre.
Los acontecimientos históricos que determinaron la caída del impe rio romano de
occidente en el poder de los de los barbaros hacen entrar a la humanidad en un largo
periodo histórico conocido con el nombre de la edad media o medievo en los años 456 y
a 1476.
CIENCIA POLÍTICA
La delimitación del objeto de estudio de la ciencia política es sólo el punto de partida
para comenzar a aprehender sus límites. Sin embargo, el camino que sigue a partir de allí
resulta de una notoria complejidad. Nuestra disciplina se encuentra en una pa radójica
situación: mientras se anuncia una madurez creciente de la Ciencia Política (respecto a la
cantidad y calidad de las investigaciones, número de politólogos, centros de estudios y
enseñanza, etc.) se produce una discusión ontológica que apunta a la siempre recurrente
pregunta: ¿qué es la ciencia de la política? Dos respuestas posibles se ubican en los polos
del continuum propuesto por el filósofo de la ciencia Karl Popper (1972). Por un lado, la
Ciencia Política puede definirse como un conocimiento determinístico basado en leyes
generales aplicables a los fenómenos políticos, y sustentado en el estudio riguroso de
casos empíricos. Esa sería una visión más cercana al lado de los “relojes” de la metáfora
popperiana. Por el otro, más próxima al polo de las “nubes”, la Ciencia Política se asemeja
a un arte del hacer, basado en enfoques generales e intuiciones tomadas del pensamiento
político entendido en un sentido amplio. En todo caso, como afirman Almond y Genco
(1977), a lo que debe apuntar la Ciencia Política es a tener una sustancia plástica situada
entre los extremos del determinismo mecánico (“relojes”) y lo completamente difuso e
intratable (“nubes”).
Para comprender esta situación problemática, en este capítulo se resume la historia de
la Ciencia Política desde una perspectiva que combina dos criterios: el tipo de
contribución para el avance del conocimiento y el desarrollo institucional de la disciplina
(Almond, 1998). También nos ocuparemos de los debates recientes respecto del estatus
de la Ciencia Política. Finalmente, presentaremos un recorrido histórico del desarrollo de
la Ciencia Política en nuestro país y reflexionaremos acerca del papel del politólogo en
la sociedad actual, a través de los aportes de una figura emblemática de la Ciencia Po lítica
en la Argentina: Guillermo O’Donnell.
En este contexto se empezaron a desarrollar los aportes a la Ciencia Política de fines del
siglo XIX y principios del siglo XX. La democracia de masas y el desarrollo de
instituciones universitarias más abiertas a este tipo de saberes plantearon un contexto
favorable. Sin embargo, a pesar de los trabajos pioneros de Ostrogorski y Michels sobre
partidos y sistemas de partidos, Stuart Mill sobre sistemas electorales, Wilson sobre
administración pública y Bentley y Lowell sobre formas de gobierno, todavía resultaba
difícil separarse de una matriz juridicista y filosófica que hacía que el “deber ser” de lo
político predominara sobre el análisis efectivo de la realidad empírica (Pinto, 2003: 26 -
8). Sin embargo, empezaron a aparecer publicaciones dedicadas exclusivamente a
estudios académicos sobre la política como la American Political Science Review (1906),
se profesionalizó la enseñanza de la disciplina y los Estados Unidos comenzaron, luego
de la Primera Guerra Mundial, a romper con su anterior aislacionismo y perfilarse como
una de las naciones rectoras de la política mundial. En un país sin tradición en la
diplomacia y en la administración pública era necesario formar nuevas elites.
Pero para poder contar con una ciencia de lo político que no se redujera al estudio del
funcionamiento formal de las instituciones hacían falta métodos y técnicas acordes. En
ese sentido, el positivismo lógico y los epistemólogos de origen europeo
(fundamentalmente alemán y austríaco) que emigraron a los Estados Unidos aportaron
los elementos fundamentales para que se produjera la revolución conductista. Desde
entonces, este enfoque y gran parte del desarrollo de la disciplina estuvo asociado con las
instituciones académicas y de investigación de la América anglosajona.
Territorio:
Es el elemento físico o material del estado también constitutivo suyo, aunque hay
tratadistas como Donati que lo considera como condición necesaria del estado para que
el caso viene hacer lo mismo.
El estado no puede existir sin territorio, pues tal situación resulta ser una ficción
jurídica. El territorio puede ser considerado desde el punto de vista sociológico y desde
el punto de vista jurídico. Como factor socio geográfico no puede negarse la influencia
que el clima, el suelo, la extensión territorial la geopolítica etc.
El territorio es la porción del globo terrestre en que el Estado ejerce su poder, porción
en la que ningún gobierno extranjero puede intervenir sin violar las normas del derecho
constitucional.
Población:
Es el elemento humano del Estado o elemento previo como la llama Dabín. Es común
al Estado y a la sociedad y constitutivo de ambos, pues no puede concebirse el Estado sin
una población. Los territorios deshabitados, desérticos o selváticos, es decir sin población
no puede considerarse como Estados por si solos, aunque si pueden formar parte del
territorio de un Estado.
El término “población “ es de carácter aritmético demográfico o estadístico que
designa a una masa de individuos que viven en cierto momento en un determinado
territorio p como expresa Porrúa Pérez , es “el número de habitantes de un Estado “. No
debe entonces confundirse como otros términos afines.
Antes de pasar a una revisión básica de los enfoques sistémicos en la ciencia política
en el siguiente apartado, debemos mencionar que todos ellos parten de esquemas teóricos
distintos, a pesar de que en el desarrollo posterior de la disciplina se les ha ubicado como
parte de una misma corriente. Sus diferencias en términos de la forma de ubicar el objeto
de estudio, así como de los atributos de los elementos y procesos que se identifican en
cada perspectiva sistémica, van más allá de una interpretación simplemente metodológica
y hacen sentido a la segunda forma de utilización de la palabra sistema como la referimos
en el apartado anterior.
BIBLIOGRAFÍA