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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DE SAN MARCOS

ABOGADO Y NOTARIO, LICENCIATURA EN CIENCIAS JURIDICAS Y


SOCIALES

SEDE SAN MARCOS PLAN DIARIO

EL PODER, EL ESTADO Y LOS SISTEMAS POLÍTICOS

ESTUDIANTE: CARNÉ:

NORY ROSICELY OROZCO RAMOS 201843190


OBIL ISAAC GÓMEZ MIRANDA 201842893
YESEIDY VANELY DE LA CRUZ BARRIOS 201843751
POLET EMPERATRIZ OROZCO MIRANDA 201842484
VANI ALEJANDRO MIRANDA BAUTISTA 201842100
PEDRO PABLO OROZCO HERNANDEZ 201842425
VICTORIA ANABELLY BARRIOS MIRANDA 201843746
MARTA DEL ROSARIO MUÑOZ SANCHEZ
PEDRO EMMANUEL LÓPEZ MONZÓN 201744850
MARIO YONATAN LÓPEZ CARDONA 201643712

DR. ANIBAL RUBEN OROZCO GONZÁLEZ


ASESOR DEL CURSO

LICDA. PAIZ
COORDINADOR

“ID Y ENSEÑAD A TODOS”

SAN MARCOS FEBRERO 2018.


INTRODUCCIÓN

A continuación se presenta

Mediante el proceso de investigación y lecturas podemos encontrar una amplia


información sobre el poder, el cual no es un proceso de exclusión ni es absoluto de un
ámbito sino que define los contenidos, estrategias, normas de comportamientos y
acciones. Generalmente se atribuye a las características que se deben tener en el poder
político radicándose en el poder soberano. Basándose en la historia mediante la evolución
del Estado, que no explica claramente el poder que ejercía la religión y las costumbres en
la Edad Antigua y Media, yendo así en ascenso hasta la edad moderna donde el poder
forma parte del Estado dividiéndose en Legislativo, Ejecutivo y Judicial que fueron
contribuidos por la ciencia política ayudando a esta gran transformación.
OBJETIVO GENERAL.
Expresar a los estudiantes la importancia que tiene cada uno de los temas, ya que estos
expandirán el conocimiento y así tener una garantía en nuestra preparación académica.

OBJETIVOS ESPECIFICOS.
1) Concientizar en los temas del poder, lo estado y los sistemas políticos, tanto en la
historia como en la actualidad e Guatemala.

2) Comprender la problemática que se presenta y se vive en el país y así mismo


comparar con lo que realmente es, el poder, el estado y sistemas políticos.

3) Examinar el comportamiento de nuestro país conforme los temas ya mencionados.


EL PODER
El poder en términos generales, existe y opera en los distintos ámbitos de la vida
humana, asume distintas formas y se expresa a distintos niveles. Pero el hecho de entender
que el poder no es privilegio exclusivo y absoluto de un ámbito, como pue de ser el
económico o político, sino que está extendido en el conjunto de la sociedad y que abarca
sus distintas esferas, es importante pero no suficiente; por ello corresponde despejar ¿Que
es el Poder?: “Se ha dicho que el poder no es un objeto o cosa, s ino que es una capacidad
para influir o incidir sobre personas, grupos, instituciones, comunidades etc”. El poder
como capacidad define los contenidos, estrategias, normas de comportamientos y
acciones posibles al interior de cada uno de estos ámbitos, res pondiendo al interés
establecido, así como a valores y objetivos que se consideran validos dentro de un
determinado orden y sistema de relaciones. Palma Lau de Suasnavar, Sonia Elizabeth.

Naturaleza actual del poder local


Según Foucault, “El poder es una relación de fuerza, entendida como la característica
objetiva y estructural de todo sistema social en que la voluntad de los individuos tiene su
lugar” Se define además, donde hay poder hay resistencia, y donde hay poder hay
correlación no como simple relación de fuerza entre distintos actores, sino como relación
reciproca de fuerzas.

Martín Baró, apoyándose en la definición clásica de Max Weber, dice: El poder permite
a quien lo posee imponer su voluntad a los otros según tal concepto, el ejercicio del pode r
permite inducir con orientaciones determinadas, ciertas conductas hacia fines provistos,
es decir que impone una dirección concreta a la acción y determina en considerable grado
los elementos constitutivos de la misma.

El poder, es el elemento formal, sin el cual no sería posible la existencia del Estado,
ni cumplir con los elevados fines que le están encomendados. Aunque haya algunos
idealistas que establecen que el poder puede ser sustituido por una etapa de cooperación
libre histórica y políticamente está demostrada la necesidad de poder, como garantía de
la eficacia del ordenamiento jurídico y de la conveniencia social.

La fusión del poder público consiste, en primer lugar en formular mandatos exigiendo
que se realicen o no actividades en tal o cual sentido, para la conservación del Estado y
para el logro de sus fines, la función que corresponde al gobierno; y en segundo lugar, en
organizar los servicios públicos destinados a ayudar a suplir la activad de los particulares
envista de la obtención del bien público, función que corresponde a la administración
pública.

El poder público, puede definirse como una fuerza nacida de la voluntad, destinada a
conducir al grupo en la búsqueda del bien común y capaz, cuando el caso lo requiera, de
imponer a sus miembros la conducta que él ordene.

PODER POLÍTICO
Es la capacidad de un grupo o individuo de modificar la conducta de otros con el fin
de hacer posible la convivencia humana.

Es crear otra cosa en otro lugar (Alain Badiou)

Es la coacción por su fuente, ya que la coacción tiene su origen en el sujeto mismo que
ejerce la fuerza, mientras que la coercibilidad tiene su origen en el sistema jurídico. Es
por ello que la coercibilidad y la heteronomía, entendida ésta como el hecho de que la
fuente de producción de la norma es distinta tanto de los órganos que la aplican como de
los sujetos obligados por la misma, se encuentran, como atributos del derecho,
estrechamente vinculadas.

La regulación del ejercicio y control del poder político corresponde al sistema juríd ico,
el que resulta de las capacidades de autodeterminación y autolimitación que tiene el
pueblo. “Al quedar el poder sujeto al derecho, queda asegurado por un eficaz control
jurídico”, señala Francisco Rubio Llorente.

Generalmente se atribuyen las características de autodeterminación y autolimitación a


la soberanía, concepto que desde que apareció en la obra de Jean Bodin en el siglo XVI,
Los seis libros de la República, ha sido definido y redefinido por numerosos autores que
de ello se han ocupado. Con el transcurso del tiempo evoluciona este concepto
radicándose el poder soberano en distintos titulares, es decir en el rey (Bodin), en el
Estado (Spinoza), o en el pueblo para autores más modernos (Locke, Rousseau).
Es pertinente aclarar que los detentadores de poder no poseen un poder soberano,
entendido como poder supremo de autodeterminación y autolimitación de su propio
ejercicio; éste pertenece únicamente al pueblo y reside en la Constitución. Es por ello que
el órgano constituyente (originario) carece de limitaciones y puede conferir cualquier
contenido a la norma fundamental que otorga. Es en virtud de la distribución de
competencias determinadas. Se acepta así independientemente del significado que al
concepto de pueblo se le confiera, ya que es a éste a quien se dirige el sistema jurídico.

A partir de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano se configura como


una obligación que toda nueva Constitución contenga un nada en la Constitución, que las
autoridades adquieren facultades expresas para ejercer el poder público.

El Estado, como titular del poder y organizado jurídicamente a partir de una


Constitución, posee una potestad que comprende diversas facultades, cuyo ejercicio se
deposita en los distintos órganos que lo conforman. La Constitu ción, como norma
suprema, es creadora y organizadora del poder público y de los órganos que lo ejercen,
dotándolos de competencia.

El poder político se distribuye entre órganos que comúnmente designados con el


nombre de poderes, llevan a cabo distintas funciones en virtud de las cuales reciben su
designación. Así, tenemos de conformidad con la teoría clásica:

a) El Poder Legislativo tiene como principal función elaborar las leyes que estructuran
al Estado, a sus órganos, dotarlos de su regulación y establec er sus relaciones entre sí y
con los ciudadanos.

b) El Poder Ejecutivo se encarga de ejecutar las normas, de proveer mediante la


facultad reglamentaria a la correcta observancia de las leyes, y de representar al país ante
la comunidad internacional.

c) El Poder Judicial resuelve controversias de carácter jurídico, se ocupa de vigilar y


mantener la supremacía constitucional y de interpretar y aplicar la ley.

Es mediante la distribución de competencias entre los órganos del Estado creados por
la Constitución, acabada de exponer en términos generales, que el poder político queda
determinado dentro del ámbito jurídico, establecido en el momento mismo de la cre ación
de la norma fundamental. Por lo tanto, se circunscribe a las funciones previstas, y su
ejercicio corresponde a los órganos constituidos conforme a los contenidos y
procedimientos establecidos, en congruencia con la Constitución y el resto del orden
jurídico.

ESTADO
Independientemente de las concepciones teóricas, consideramos que el Estado es una
realidad social, y a ella corresponde una realidad jurídica, con características específicas,
que son:

1. Es la organización política de una sociedad humana que corresponde a un tiempo


y espacio determinados.

2. Su realidad está constituida por los siguientes elementos:

a) Una agrupación social humana, que viene a ser la población;

b) Un territorio, que es la realidad físico-geográfica;

c) Un orden jurídico;

d) Soberanía, que implica independencia y autodeterminación; y

e) Un gobierno.

Además de lo anterior, los autores coinciden en que el Estado tiene fines y, aunque no
son elementos que lógicamente formen parte del concepto, sí son constantes y, en últ ima
instancia, pueden identificarse con el bien común, la felicidad de la sociedad, la justicia
social, etc

El Estado, como producto de la actividad humana, posee cualidades y características


específicas. De ahí deriva la necesidad de definirle. El Estado, como concepción es una
abstracción. Identificar al Estado con sus elementos constitutivos (pueblo, territorio,
poder), se suma a la idea del Estado como la autoridad que puede obligar a algo que por
iniciativa y libertad natural alguien podría resistirse a hacer. Duguit, un doctrinario, en
su deseo de describir al Estado lo equiparaba a la figura de los gobernantes; a la usanza
del “rey sol”, Luis XIV, a quien suele atribuirse la frase: El estado soy yo. Los anarquistas
sostienen que el estado no debe existir. Niegan el derecho de reconocer a algún
gobernante, cuestionan la imposición de la obediencia y la obligación de los hombres
sometidos a las leyes. En términos semánticos, el status, es lo que está, lo que cambia
porque no es. Se entiende como la condición en que se encuentra una persona o caso sobre
la que influyen determinados cambios. Sociológicamente, para Jellinek, el Estado es “la
agrupación política sedentaria con un poder de mando originario”.4 Si se analiza ésta
aportación, se podrá notar que en ella se recogen los siguientes elementos: el pueblo como
‘agrupación política’; el territorio como ‘agrupación sedentaria’ y la soberanía como
‘poder de mando originario’; en esta definición faltan por incluir los fines políticos y el
carácter jurídico. Sin embargo, para Cicerón y Kant el carácter jurídico es elemental. Al
inicio de nuestra era, Cicerón definía al Estado como “aquella muchedumbre humana
unida por el derecho y la utilidad”. Kant, por su parte, definía al Estado como “la
muchedumbre unida por las leyes jurídicas”

Para Juan Bodino el Estado es “un conjunto de familias y sus posesiones comunes
gobernadas por un poder de mando según la razón”.5 En el siglo V, Agustín de Hipona,
escribiría postulados de teología política que perdurarían hasta la alta Edad Media de la
ekklesia, su percepción del estado es semejante a la ciceroniana: “una muchedumbre
humana dotada de razón y unida por lo común de las cosas que aman”. El Estado lo es de
derecho por definición, de no ser así, deja de serlo. Un Estado sin derecho es una
arbitrariedad y un derecho sin Estado será apenas un convencionalismo sin obligación de
cumplimiento.6 La Teoría del Estado trata de hacer algo más que explicar al Estado, sus
instituciones, las relaciones de éstas con los gobernados y la de los gobernados entre sí;
trata al mismo tiempo de extraer del estudio científico del presente las pautas para el
futuro. Lo hace en función de los valores. Debe ser entendida como una disciplina
científica, crítica y comunicativa, que genera una prospectiva de futuro en el que se
intenta una organización racional de la sociedad humana en su carácter político. Esa
organización racional incluye, tres fundamentos elementales: El aumento progresivo de
la libertad, la igualdad y la seguridad. Es decir que, la teoría del estado tiene un fin
específico: la superior realización de los individuos en comunidades libres. La doctrina
tradicional o clásica que estudia al Estado, se denomina Teoría General del Estado, o
simplemente Teoría del Estado. Esta denominación fue desarrollada a partir del siglo
XIX, que culmina en la obra clásica de Jellinek. El término “general” aplicado a la teoría
nos lleva a afirmar que, la teoría del estado, no se propone estudiar al Estado de un modo
absoluto, porque su característica histórica es variable y ofrece diversas peculiaridades
que impiden el carácter de universalidad, por ello no puede generalizarse un sólo
conocimiento político sistematizado.

ORIGEN DEL ESTADO

Definir el origen del estado es una tarea muy compleja ya que es una categoría histórica
no existió siempre tampoco se puede pretender que es para siempre desde tiempos
antiguos se ha tratado de resolver su origen hoy en día es un objeto de estudio que
previamente la filosofía se encarga de investigarlo.

La existencia del estado ha sido desde hace mucho tiempo motivo de investigación y
estudio sin duda porque su existencia se hace sentir en todos los aspectos de la vida
individual social. El estado al igual que el derecho es garantía para la realización de los
más importantes valores colectivos el derecho mismo como instrumento regulador de la
conducta humana es decir el derecho tiene mutua relación con el origen del estado de que
Ambos son una entidad trascendente en la vida del hombre.

Si analizamos las primeras agrupaciones sociales la familia biológica, la horda, el clan,


la gens, la tribu todo era colectivo es decir como medio de trueque.

En la antigüedad de crecía y roma en donde figuras como las de Herodes, Sócrates,


platón y Aristóteles llegaron a definir y a estudiar su naturaleza y origen. Para algunos
tratadistas el origen del estado es el mismo de la sociedad desde luego que es una forma
evolucionada de ella a un producto de la actividad social. Los materialistas creen que el
estado surge desde el momento que entro de las agrupaciones sociales se producen
contradicciones dialécticas o sea la existencia de las clases con intereses irreconciliables
siendo el estado un instrumento de equilibrio.e

Los acontecimientos históricos que determinaron la caída del impe rio romano de
occidente en el poder de los de los barbaros hacen entrar a la humanidad en un largo
periodo histórico conocido con el nombre de la edad media o medievo en los años 456 y
a 1476.

En todas las sociedades humanas, la convivencia pacífica es po sible gracias a la


existencia de un poder político que se instituye sobre los intereses y voluntades
particulares. En Estado, organización que acapara este poder en las civilizaciones
desarrolladas, ha tendido a conseguir el bien común mediante distintas f ormas de
gobierno a lo largo de la historia.

En nuestra opinión, es la organización política soberana de una sociedad humana


establecida en un territorio determinado, bajo un régimen jurídico, con independencia y
autodeterminación, con órganos de gobierno y de administración que persiguen
determinados fines mediante actividades concretas.

CIENCIA POLÍTICA
La delimitación del objeto de estudio de la ciencia política es sólo el punto de partida
para comenzar a aprehender sus límites. Sin embargo, el camino que sigue a partir de allí
resulta de una notoria complejidad. Nuestra disciplina se encuentra en una pa radójica
situación: mientras se anuncia una madurez creciente de la Ciencia Política (respecto a la
cantidad y calidad de las investigaciones, número de politólogos, centros de estudios y
enseñanza, etc.) se produce una discusión ontológica que apunta a la siempre recurrente
pregunta: ¿qué es la ciencia de la política? Dos respuestas posibles se ubican en los polos
del continuum propuesto por el filósofo de la ciencia Karl Popper (1972). Por un lado, la
Ciencia Política puede definirse como un conocimiento determinístico basado en leyes
generales aplicables a los fenómenos políticos, y sustentado en el estudio riguroso de
casos empíricos. Esa sería una visión más cercana al lado de los “relojes” de la metáfora
popperiana. Por el otro, más próxima al polo de las “nubes”, la Ciencia Política se asemeja
a un arte del hacer, basado en enfoques generales e intuiciones tomadas del pensamiento
político entendido en un sentido amplio. En todo caso, como afirman Almond y Genco
(1977), a lo que debe apuntar la Ciencia Política es a tener una sustancia plástica situada
entre los extremos del determinismo mecánico (“relojes”) y lo completamente difuso e
intratable (“nubes”).
Para comprender esta situación problemática, en este capítulo se resume la historia de
la Ciencia Política desde una perspectiva que combina dos criterios: el tipo de
contribución para el avance del conocimiento y el desarrollo institucional de la disciplina
(Almond, 1998). También nos ocuparemos de los debates recientes respecto del estatus
de la Ciencia Política. Finalmente, presentaremos un recorrido histórico del desarrollo de
la Ciencia Política en nuestro país y reflexionaremos acerca del papel del politólogo en
la sociedad actual, a través de los aportes de una figura emblemática de la Ciencia Po lítica
en la Argentina: Guillermo O’Donnell.

La ciencia política en el siglo XX


En el siglo XIX se produjo un cambio radical en la fisonomía de las ciencias: nació la
Sociología como disciplina autónoma. En un contexto caracterizado desde el punto de
vista económico y social por la urbanización y la industrialización y desde el punto de
vista cultural por el desarrollo de la Filosofía de la Historia y más tarde del marxismo,
emergió la preocupación por desarrollar un conocimiento positivo de la sociedad: u na
ciencia de lo social rigurosa e inspirada en el paradigma de las Ciencias Naturales que
dejara de lado las pretensiones metafísicas de la Filosofía Social y tuviera autonomía del
derecho. Auguste Comte (1798-1857), con su Curso de Filosofía Positiva, consagró este
discurso que se plasmó en los trabajos y los métodos desarrollados por otros fundadores
de la disciplina, como Karl Marx (1818-1883) o Émile Durkheim (1858-1917), y, más
parcialmente Weber, quien sin renegar de la necesidad de desarrollar instr umentos
metodológicos para explicar la realidad social, planteó la necesidad de avanzar en un tipo
de conocimiento orientado más interpretativamente. Así, el surgimiento de la Sociología
como campo de estudio específico implicó una clara separación de lo s ocial con respecto
a lo político en donde el primero se constituyó en un sistema independiente y
autosuficiente.

Max Weber y su influencia en la ciencia política

Desde la sociología, Max Weber realizó aportes fundamentales para el conocimiento de


distintos fenómenos políticos, como la dominación, el poder, el estado, las burocracias y
los partidos políticos. Sus ideas se encuentran presentes en prácticamente todos los capí-
tulos de este libro. En los años finales de su vida, Weber profundizó ideas de Maq uiavelo
sobre la especificidad ética de la política, presentando la inherente tensión que enfrenta
el hombre político entre actuar según una “ética de la convicción” y una “ética de la
responsabilidad”. Mientras que la primera juzga las acciones a partir d e su arreglo a
determinados principios morales generales (como los establecidos por la religión), la
segunda analiza las consecuencias que tendrá ese comportamiento. En este sentido, el
auténtico hombre polí- tico debe ser consciente de esta tensión, y de la necesidad
ineludible de elegir en cada caso qué ética seguir. Actuar por “convicción” puede ser
moralmente tranquilizador, pero a la vez tener consecuencias muy negativas, como
sucedió a ciertos grupos pacifistas a ultranza que fueron destruidos por sus adversarios.
Actuar por “responsabilidad”, en tanto, puede implicar recurrir a medios moralmente
dudosos: “...quien se mete en política, es decir, quien accede a utilizar como medios el
poder y la violencia, ha sellado un pacto con el diablo, de tal modo que ya no es cierto
que en su actividad lo bueno sólo produzca el bien y lo malo el mal, sino que
frecuentemente sucede lo contrario. Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando”
(Weber, 1987 [1919]: 169).

En este contexto se empezaron a desarrollar los aportes a la Ciencia Política de fines del
siglo XIX y principios del siglo XX. La democracia de masas y el desarrollo de
instituciones universitarias más abiertas a este tipo de saberes plantearon un contexto
favorable. Sin embargo, a pesar de los trabajos pioneros de Ostrogorski y Michels sobre
partidos y sistemas de partidos, Stuart Mill sobre sistemas electorales, Wilson sobre
administración pública y Bentley y Lowell sobre formas de gobierno, todavía resultaba
difícil separarse de una matriz juridicista y filosófica que hacía que el “deber ser” de lo
político predominara sobre el análisis efectivo de la realidad empírica (Pinto, 2003: 26 -
8). Sin embargo, empezaron a aparecer publicaciones dedicadas exclusivamente a
estudios académicos sobre la política como la American Political Science Review (1906),
se profesionalizó la enseñanza de la disciplina y los Estados Unidos comenzaron, luego
de la Primera Guerra Mundial, a romper con su anterior aislacionismo y perfilarse como
una de las naciones rectoras de la política mundial. En un país sin tradición en la
diplomacia y en la administración pública era necesario formar nuevas elites.
Pero para poder contar con una ciencia de lo político que no se redujera al estudio del
funcionamiento formal de las instituciones hacían falta métodos y técnicas acordes. En
ese sentido, el positivismo lógico y los epistemólogos de origen europeo
(fundamentalmente alemán y austríaco) que emigraron a los Estados Unidos aportaron
los elementos fundamentales para que se produjera la revolución conductista. Desde
entonces, este enfoque y gran parte del desarrollo de la disciplina estuvo asociado con las
instituciones académicas y de investigación de la América anglosajona.

Territorio:

Es el elemento físico o material del estado también constitutivo suyo, aunque hay
tratadistas como Donati que lo considera como condición necesaria del estado para que
el caso viene hacer lo mismo.

El estado no puede existir sin territorio, pues tal situación resulta ser una ficción
jurídica. El territorio puede ser considerado desde el punto de vista sociológico y desde
el punto de vista jurídico. Como factor socio geográfico no puede negarse la influencia
que el clima, el suelo, la extensión territorial la geopolítica etc.

El territorio es la porción del globo terrestre en que el Estado ejerce su poder, porción
en la que ningún gobierno extranjero puede intervenir sin violar las normas del derecho
constitucional.

El territorio de un Estado comprende además de la superficie terrestre, el subsu elo, el


espacio aéreo los mares interiores, los lagos, ríos, canales y mar territorial.

Población:

Es el elemento humano del Estado o elemento previo como la llama Dabín. Es común
al Estado y a la sociedad y constitutivo de ambos, pues no puede concebirse el Estado sin
una población. Los territorios deshabitados, desérticos o selváticos, es decir sin población
no puede considerarse como Estados por si solos, aunque si pueden formar parte del
territorio de un Estado.
El término “población “ es de carácter aritmético demográfico o estadístico que
designa a una masa de individuos que viven en cierto momento en un determinado
territorio p como expresa Porrúa Pérez , es “el número de habitantes de un Estado “. No
debe entonces confundirse como otros términos afines.

La población es importante en la existencia del estado porque en ellas se dan


fenómenos sociales que incluyen en su curso: A) presencia de grupos étnicos (indios y
ladinos en Guatemala); B)la opinión publica (prensa, radio, televisión) C) partidos
políticos grupos de presión y en general toda clase de asociaciones y D) las regiones

LA TEORIA DE LOS SISTEMAS DENTRO DE LA CIENCIA POLITICA


GENERALIDADES

CIENCIA POLÍTICA Y TEORÍA DE SISTEMAS

Antes de pasar a una revisión básica de los enfoques sistémicos en la ciencia política
en el siguiente apartado, debemos mencionar que todos ellos parten de esquemas teóricos
distintos, a pesar de que en el desarrollo posterior de la disciplina se les ha ubicado como
parte de una misma corriente. Sus diferencias en términos de la forma de ubicar el objeto
de estudio, así como de los atributos de los elementos y procesos que se identifican en
cada perspectiva sistémica, van más allá de una interpretación simplemente metodológica
y hacen sentido a la segunda forma de utilización de la palabra sistema como la referimos
en el apartado anterior.

De esta manera, la ciencia política se vio envuelta en esta vorágine de transformación


teórica y metodológica donde el enfoque sistémico ayudó a ubicar de mejor manera el
objeto de estudio, pero fundamentalmente a esquematizar nuevas formas de explicación
y profundización sobre el proceso político. En este sentido, el desarrollo de enfoques
teóricos robusteció el trabajo científico con la ayuda de otras disciplinas ya adelantadas
en este esfuerzo, permitiendo también la evolución y consolidación de la política
comparada como subdisciplina, que tiene como uno de sus elementos básicos de
desarrollo el estudio de los sistemas políticos. 6 Sin embargo, un problema de medición
reside en la definición de la unidad de análisis a seguir, partiendo del reconocimiento de
que la cultura es un problema de comportamiento individual, ¿a quién analizamos? ¿a la
persona? ¿al votante? etc. 7

El sistema político, bajo cualquier enfoque, es fundamentalmente un modelo que nos


permite abstraer un fenómeno para entenderlo, interpretarlo y explicarlo. 8 Así, un modelo
cumple algunas funciones para nuestra ventaja, como organizar las partes del fenómeno,
proveer elementos heurísticos para la creación de nuevo conocimiento, generar
posibilidades de predicción y ser mensurable. A este particular regresaremos más
adelante para establecer las formas y la efectividad de los modelos sistémicos bajo
estudio, en la explicación de la cultura política. otra perspectiva es la de Deutsch, que si
bien no fue tan popular como Easton y Almond, es muy importante no sólo por ser una
alternativa, sino que también modifica nuestro entendimiento de la cultura, al
experimentar con formas de explicación en que la cultura se entiende como un modelo
ideal, no logrado, y que debe ser ubicado como objetivo.
CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

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